INCORREGIBLE ENRAIZA EN EL HUMOR
Recientemente he leído un artículo debido a la pluma del escritor mexicano Antonio Andrade. El artículo se intitula México con M de Mateo. Ha llamado mi atención, además de su contenido en general, un juego de palabras que emplea y que me motivan al análisis sin más afán que el de pulir el uso adecuado de nuestro hermoso idioma castellano, no desde una perspectiva purista pero tampoco desde un enfoque permisivo.
En un fragmento del texto el autor apunta:
Atrincherado desde mi teclado, esta noche apelo a mi derecho ciudadano de exigirle a todo aquel que se presuma funcionario público, -burócratas de baratillo, perrada partidista, políticos hechos y cuasi derechos, candidatos, pre-candidatos y anexas- que le baje YA de morrales a sus acostumbrados procederes cotidianos, porque no es posible que a placeres y sabiendas, continúen teniendo así a nuestra nación.Y este bajarle de hojaldre a sus costumbres que hoy les exijo no responde a un bellaco capricho literario y mucho menos a un lapsus chilangus incorregíbilus, responde simple y llanamente a que México –ese que se disponen a continuar ordeñando-, a partir de esta tarde es la nación de mi Mateo.
Aportaciones al calce, no con ganas de enchinchar sino más bien para el breviario cultural y a modo de corrección de estilo. Donde dice "incorregíbilus" debería decir "incorregívolo". Explico.
Incorregible es adjetivo, las normas etimológicas (no gramaticales) de derivación de vocablos establecen que para formar adjetivos de adjetivos es necesario anejar los sufijos correspondientes. En este caso, incorregible + -ulus (lat.), con significado de cualidad de, y que pasa al castellano como -volo, ejemplo, "malévolo" (cualidad de malvado). Los sufijos latinos -ilis (relación, conformidad, semejanza) y -bilis (capacidad, posibilidad) tienen la función de formar adjetivos pero a partir de verbos, así es un desatino construir incorregibili en tanto acto semejante a incorregir o con capacidad de incorregir. Por lo tanto, lo preferible sería incorregívolo o "incorregíbulus" para señalar la cualidad de incorregible, esto conforme al contexto de la línea y el párrafo. El uso correcto de una derivación así no afecta la intencionalidad de divertimento y ocurrencia que pretende el autor con la frase "lapsus chilangus incorregíbulus" (como si fuera una descripción tomada de "El Correcaminos".
La segunda nota... Más adelante del mismo artículo, donde dice "ansían enraizarse a esta patria" debería decir "en esta patria", toda vez que la preposición "a" denota dirección mientras la preposición "en" indica ubicación. Así, los árboles enraizan en tierra fértil y las personas echan raíces en un sitio donde morar. Los árboles no echan raíces como si las aventaran hacia algún lado o dirección, ni los seres humanos tiran raíces a menos que sea a modo de desperdicios, por ejemplo. Claro que nuestro idioma es tan rico y dinámico que cuando uno pasa del juego de las denotaciones al de las connotaciones, casi todo puede ser posible.
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