Nibiru: Entre la verdad aceptada, la verdad oculta, la ficción y el misterio

abril 21, 2020 Santoñito Anacoreta 0 Comments


UNA PUBLICACIÓN "viejita" de National Geographic contiene indicios que ya se venían barajando en las teorías conspiratorias, en las teorías ufológicas y demás. Y, como se muestra en este video sobre Nibiru (dato que aun no confirmo al redactar este artículo):



"un observatorio de Hawaii detectó un gigantesco cuerpo celeste pasando por detrás del sol" entre los días 9 y 10 de abril, mismos días que la magnetósfera sufrió aparentemente una marcada anomalía y en muchos países se pasó a la fase 3 de la pandemia de Covid-19; y en muchos países, incluido México, se alertó sobre el aumento de la radiación solar. Días también en los que ocurrió la noticia sobre la fragmentación del cometa Atlas en su viaje por nuestro sistema solar, y cuando los avistamientos de un extraño objeto en los cielos nocturnos tiene azorada a la gente a lo largo y ancho del orbe, cuando bien puede tratarse de la "nueva luna" que orbita a nuestro planeta y que fuera descubierta recientemente: un asteroide capturado por nuestra fuerza gravitacional.

¿Será que la pandemia es un pretexto para tenernos en casa, para "protegernos" de emisiones cósmicas ocasionadas por las distorsiones gravitacionales del noveno planeta cuya órbita calculada se correspondería con la del mítico Nibiru?





Los cálculos astronómicos parecen dar la razón a los mayas, razones místicas y míticas aparte. 

Ahora estará por verse si los efectos astronómicos también justificarán los efectos astrológicos, entendidos estos como la influencia del geomagnetismo sobre las emociones y organismos vivientes, por un lado, y por consecuencia sobre los procesos mentales o más, la inversión abrupta de los polos y los cambios tectónicos; incluso sobre las trayectorias de algunos de los asteroides identificados como riesgosos por su cercanía con el planeta, uno de los cuales, del tamaño de una casa, pasó cerca de nosotros hace pocos días también.

Quizás la pandemia, muy aparte o además de explicarse por teorías conspiratorias hacia un "nuevo orden mundial", tiene como finalidad recluirnos para "reducir" el daño colateral probable de un cataclismo como el que muchos imaginan con estas noticias.

Lazos con la antigüedad

Los avistamientos por parte de ciudadanos en el mundo de un extraño objeto durante las noches, como una nueva estrella gigante, bien podrían ser los testimonios vivos y confirmación ingenua de la existencia de un planeta que aun la comunidad científica está por corroborar o la de la nueva luna terrestre en que se ha convertido el asteroide  2020 CD₃ (o C26FED2), capturado por la gravedad de nuestro planeta. De tratarse de lo primero, la astronomía moderna estaría cerrando lazos con la astronomía antigua y muchos mitos cobrarían carta de certitud, así como se sentarían las bases de una nueva manera de abordar a los fenómenos astronómicos y la misma astrología, madre de la astronomía, tendría que ser revisada ahora sí en serio y en forma desde una perspectiva que le podría devolver en parte algo de crédito histórico, pero que también podría darle un carácter más científico y menos de superchería, de puente explicativo entre lo cósmico y lo mundano, como siempre ha pretendido mostrarse esta disciplina.

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El miedo era oportuno antes...

abril 20, 2020 Santoñito Anacoreta 0 Comments



"El miedo era oportuno antes, cuando conservábamos la esperanza"
Jean Paul Sarte, A puerta cerrada

COMO DIJE EN un video que transmití en vivo recientemente, la "creación" de un villano común y general, de mayor potencial aniquilador que el terrorismo, es la perfecta justificación para implementar medidas restrictivas, coercitivas. Todo es "por nuestro bien". Las autoridades, aun cuestionables en sus aspiraciones políticas y morales, en la ejecución de los planes de contingencia encuentran la palestra para erigirse héroes decisorios del futuro de nuestro desarrollo.
La corrupción que se quiere combatir va más allá de la corrupción en los ámbitos gubernamentales, institucionales, empresariales, pasa por arrasar la corrupción individual, mental, emocional, moral, sexual...

Contra lo que alguien puede pensar, y poniendo en cuestionamiento las posturas conspiracionistas tanto como las integristas, para reconstruir muchas veces hace falta destruir y no bastan una o dos o tres "bombas" que acaben con unos pocos miles, o un virus que infecte a millones.

La situación actual establece los indicios para la construcción de un discurso y un significado sociales basados ya no nada más en el  miedo a lo otro, sino al miedo a lo que hay dentro de uno orgánica y psicológicamente. Hoy ya no nada más comprendemos que el infierno son los otros, sino que el infierno está en nosotros.

En su libro "Los extravíos de la Libertad", Pierre Grimal anotaba, examinaba ya en la última década del siglo pasado un dilema que siempre se ha impuesto sobre el ser humano a lo largo de la Historia: ¿libertad o muerte? Es lo que se pregunta Hamlet en su cuestionamiento sobre ser o no ser: "¿Morir, dormir? Soñar tal vez". Y es lo que nos pone enfrente Calderón de la Barca al reflexionar: "¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son".

Alguien me decía hace muy poco que "este virus covid-19 es muy sabio, nos está dejando muchas lecciones". Y ahí está la ficción, el dotar de una inteligencia a una entidad que de la vida solo contiene el ARN puede resultar excesivo, pero es una metáfora de nosotros mismos.

Hoy muchos aquilatan los valores familiares, las instituciones enviadas al demonio, desgajadas, rebasadas por una sola cosa: el miedo. El miedo que es paralizante y la parálisis que es necesaria para la instauración de un nuevo orden. Es un factor entrópico. El caos que da pie al orden y que me da pie para este nuevo video que, mejor con mi voz, complementa y acomoda, organiza mis pensamientos hasta aquí apenas introducidos.


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La Comunicación al servicio de la Salud Mental

abril 08, 2020 Santoñito Anacoreta 0 Comments


DESDE HACE AÑO Y  MEDIO tengo atorado un ensayo que he venido escribiendo acerca de "la enfermedad mental" como pretexto para hacer un examen crítico de las llamadas "ciencias de la comunicación de las que soy profesional, y mismo sobre el que puede leerse un avance aquí.

A mes y medio de declarada la pandemia, a cuatro meses de distancia del primer caso reportado, tras una oleada de notas, reportajes, crónicas enfocadas en los datos, la información médica, las planeaciones gubernamentales, los protocolos, desde la semana pasada los medios han comenzado a difundir el lado más humano de esta crisis global. Comenzaron, entre noticias falsas, exageraciones y certezas verificadas, mostrando las desgarradoras imágenes de fallecidos en las calles de Ecuador, las que dimensionaron el problema que hasta entonces veíamos concentrado en las zonas hospitalarias o imaginábamos desde el claustro de nuestro aislamiento. Los testimonios de miedo, horror, indolencia, descrédito, paranoia, han dado paso a los testimonios cargados de palabras y miradas nostálgicas, en las que la angustia se mezcla con la esperanza (como en el video colectivo "Close to you" ) y la incertidumbre se encuentra con el coraje para sobrevivir.



Aquí dos muestras recientes, de muchas que ya circulan y empiezan a viralizarse (este concepto ya va resultando odioso) con un propósito de balancear la entropía en el sistema de comunicación. Así como la emergencia sanitaria implica una serie de fases, así también la planeación de la comunicación para el desarrollo las contempla como método, recurso y desahogo de las energías que se acumulan en el conflicto dentro del sistema psicosocial. Así y de muchas maneras más, mi profesión en tanto "agente del cambio", mirada por los más reticentes como "maestría en manipulación de las conciencias", cobra particular significado que, a contrapelo de lo que pueden pensar colegas como Andrés Oppenheimer al afirmar que podrá ser "sustituida" por la cibernética y la informática. Es posible, pero el toque humano siempre será esencial aun para desentrañar los vericuetos del más complejo algoritmo.




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COVID-19: Crónica de una pandemia

abril 08, 2020 Santoñito Anacoreta 0 Comments


Foto tomada de Quo
A muchos se les pasaron un par de indicios:

  1. Desde diciembre se hablaba del COVID-19, pero nunca se presentó ninguna imagen del "bicho".
  2. Tan tardíamente como la primera semana de marzo y ante la curiosidad de algunos medios de comunicación, los chinos "revelaron" las primeras y únicas imágenes conocidas del villano de la película, sin que se hayan producido más "avistamientos" fuera de las simulaciones digitalizadas.

Ese "vacío" informativo explica por qué muchos consideraron que el virus o era una creación humana en tanto "arma biológica" o simplemente como un recurso narrativo con el potencial suficiente para generar miedo y unidad internacional frente a un enemigo común con miras al control social y el allanamiento del espacio y tiempo necesarios para la "instauración de un nuevo orden mundial".
Entre que son peras, manzanas o virus, los sucesos ya están corriendo y el fin de una era es indiscutible con todo lo que implica, guste o no a liberales, conservadores, chairos, fifís, creyentes o incrédulos, apocalípticos o integrados. Aquí, una crónica puntual elaborada por los colegas de Badabun y publicada en su espacio de Facebook

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Hacia el nuevo orden mundial y la verdadera Cuarta Transformación

abril 01, 2020 Santoñito Anacoreta 0 Comments


DE LA MANO de mis contenidos compartidos recientemente en Facebook y que he incluido también más abajo en esta entrega, todos relacionados como se puede colegir, está un tema fundacional, transaccional, transformador.

Más de una vez he dicho allá y aquí en mi blog que la verdadera transformación no es la que han mencionado y prometido a través de sus discursos el presidente mexicano o Trump o quien tú, amable lector, quieras mencionar. Es mucho más profunda y de mayor alcance. Estamos experimentando un tiempo sin precedentes por donde se lo quiera ver e interpretar. Y cada punto de vista, perspectiva y lectura, atendida de manera suelta, sin considerar el contexto, abona a la confusión. A la confusión de las creencias basadas en la literalidad de los paradigmas. A la confusión del descrédito a que mueven sus contrapartes paradójicas basadas, como lo establece la misma etimología de la palabra, en el dogma y la dotrina. A la confusión de los datos secos y multifacéticos.

Para proteger a la familia es necesario ascender a otro nivel de familia

Muchos de ustedes y yo hemos criticado con dureza al presidente Andrés Manuel López Obrador como a otros gobernantes sobre todo por lo que salta a la vista, la evidencia; por causa de lo que suponemos verdad lacerante de nuestros populares intereses en contraposición de los otros intereses, los de quienes detentan alguna forma de poder; y puede que tengamos más de una razón para ello. Sin embargo, en parte de la aparente indolencia de nuestro mandatario hay también razones de peso que justifican su proceder; hay motivos detrás del discurso que, cuando se lo pone en el contexto planteado por los videos que muestro acompañando estas líneas, cobra otro significado. Y esto que digo no implica una apología o claudicación de lo que pienso y siento, sino más bien ofrece un atajo distinto desde el cual abordar los acontecimentos con sus dichos y sus hechos.

No hay un líder mundial que no esté hoy, más o menos, trazando mensajes en la misma idea conservacionista y aun así deslizando una postura neowdarwinista con toques de naturalismo rousseauniano para la que la evolución humana, en el siguiente estadio, habrá de ser subsumida dentro del orden planetario. El hombre debe ser uno con la Naturaleza, sufrir del miedo a la propia extinción por efecto de su estupidez, para hacer conciencia de su verdadero rol como especie y actuar consecuentemente y en la medida de su responsabilidad.

No se trata de promover ni de prohijar temas o planteamientos eugenésicos, aunque estos se hallen implícitos en la necesidad misma de conservar cierto orden. Pero, así como la riqueza generada por un sistema de capitalismo real –contraparte del ya rebasado, extinto en 1989, socialismo real– ha sido mal distribuida por motivo de la codicia no por fuerza de unos cuantos, sino de todos, siempre aspirantes a tener para ser, en vez de ser para tener, todos esclavos del querer; así, también, voy diciendo, la distribución humana ha llevado al planeta en tanto sistema a provocar una variedad de desequilibrios. Desequilibrios que pasan por el choque de especies, el choque de civilizaciones, de creencias, de formas de vida, de procederes.

Acumulamos sin beneficio común. Explotamos recursos renovables y no renovables a mansalva, cancelando o complicando posibilidades, relaciones, afectos sin detenernos en otra cosa que no sea la propia satisfacción. Consumimos ya hasta las almas y las leyes las hemos convertido en pretextos, en capas de una cebolla que, en su corazón, alberga los motivos reales de nuestras lágrimas.

Coronavirus, orden mundial y expectativas de futuro

Al margen de teorías conspirativas, que pueden o no rozar la verdad de las cosas, y de lecturas y reflexiones que cada cual o determinados grupos pudiéramos hacer acerca del asunto del coronavirus llamado COVID-19, sus antecedentes, sus efectos sobre la población, la economía, la sociedad, un mensaje de corte motivacional como el siguiente elaborado por el cantante y actor cristiano oriundo de Venezuela, José Luis Rodríguez "El Puma", nos muestra que la actual experiencia traumática que afecta al mundo tiene que ver con una "guerra" de muchos frentes.


Tenemos claros los frentes económico, social, geopolítico, ecológico, de salubridad, científico, ideológico, educativo, tecnológico, militar, legislativo, informativo; pero, la batalla también se está librando en la trinchera espiritual, afectando los campos de las emociones, de la ética, la moral, revalorando los derechos y las obligaciones, contrastando la realidad versus las percepciones y las creencias; el conocimiento frente a la ignorancia; la fe frente a la desconfianza; la avaricia y el egoísmo frente a la solidaridad, la caridad y el desprendimiento.

No fue gratuito el llamado del Papa Francisco el 12 de septiembre de 2019 a efectuar el 14 de mayo de 2020, en Roma, un pacto para una educación que enfile a las nuevas generaciones al nuevo orden mundial, no como secuela sino como paso fundacional siguiente a la Declaración de Abu Dhabi, efectuada "sin crear ningún tipo de sincretismo", según las palabras del cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, pero con la mira puesta en el concurso de los credos hacia un transhumanismo ecuménico. Y tampoco han sido gratuitas las interpretaciones que algunos pueden dar, chuecas o derechas, mesuradas o escandalosas, al trasfondo de su mensaje como son el caso del pastor evangélico Jorge Aguilar o el del pastor rabí de la Kehila Mesiánica mexicana Gozo y Paz, Dr. Javier Palacios Celorio, señalado por sus contrapartes cristianas y judías de hereje judaizante, por mencionar a dos ejemplos.


Claro que ahora, dada la circunstancia a que orilla la pandemia, uno se pregunta si tal encuentro vaticano se llevará a efecto como se propuso o si también sufrirá de la censura y la enclaustración como ya sucede con partidos de futbol o ceremonias eclesiásticas, o si se recurrirá a las bondades tecnológicas como hiciera el Grupo de los 20 en su reciente reunión en la que participó por primera vez Andrés Manuel López Obrador cuya anunciada "austeridad republicana" y su "combate a la corrupción" parecerían hoy, vistos con el tamiz del tiempo, preparativos para lo que aun está por venir, según algunos analistas, desde abril, cuando la recesión mundial comenzará a profundizarse y  se enfilaría el probable fallecimiento del 10% de la población mundial (cifra que se antoja exagerada, pensando que ya somos más de 7 mil 625 millones de personas), es decir  por causas asociadas directa o indirectamente al coronavirus en cualquiera de sus dos supuestas cepas conocidas (una más comentada que la otra).
Foto: @lopezobrador_
En ese tenor, es comprensible que indicios como los señalados en la siguiente secuencia de videos ocasionen histeria colectiva:




Algo es cierto y esperanzador para unos: "Susana Distancia" llegó impertérrita de la mano del coronavirus para quedarse rigiendo, no separando nuestros cuerpos tanto como nuestras almas ya de por sí ensimismadas. Pero, para otros, ella es sólo ave de paso, paloma enviada en medio del desastre para volver con un contrito mensaje de esperanza y reconciliación, lo digo utilizando la misma imagen que el propio Papa Francisco empleó para subrayar el significado de la declaración de Abu Dahbi (véase desde el minuto 43:58).



La familia, piedra miliar de la civilización

Foto: AP y EFE
Que ocurriera esto entre Navidad y Pascua, ¿pudo ser mera coincidencia?

Se habla, se imagina, se propone, se teme un nuevo orden mundial, uno donde no seremos más lo que fuimos. Y esto ya algunos lo avisoramos desde finales del siglo anterior; y nos llamaron enajenados, que estábamos en el yerro. Pero, nosotros salimos de la cueva, mientras los demás vivían fascinados con los efectos de las sombras proyectadas en la pared de la misma. Y ahí están, adentro, en cambio, obtusos, revueltos, los autodenominados liberales y los tachados de conservadores. Ahí están los apocalípticos y los integrados. Ahí también la ignominiosa credulidad y la ruin y mezquina ceniza de los sueños a los que hemos renunciado, sacrificado al punto de convertirnos en un nostálgico afán devocional.

La imagen de un pastor sin grey también se prefigura como proyección de las llamas danzantes. Es soledad divina encarnada en lo humano; es abandono humano de lo que tenemos de divino.

Mas, al final, conforme avance la historia, este virus escoltado por los 4 jinetes: enfermedad, hambre, guerra y muerte, dejará poca huella pues, ya se sabe, el hombre es el único animal que tropieza más de dos veces con la misma piedra, como de alguna manera parodiada se nos quiso hacer creer que alertaba Vladimir Putin en un video falsificado y que, no obstante, más de uno tomó a pie juntillas porque e discurso en él se antoja creíble y que, a pesar de su falsificación discursiva aborda un tema que hoy es sensible, preocupante y es visto como la solución a nuestro actual problema existencial.


La coincidencia temática entre estos contenidos aquí compartidos encuentran su síntesis en planteamientos similares hechos por los más diversos mandatarios y políticos que enfatizan el papel de la familia aun como piedra miliar, institución raíz de lo que somos:


A veces es necesario destruir para reconstruir. "El nuevo orden mundial ni es nuevo ni ordenado", opina el internacionalista Andy Stalman.
El primer uso de la expresión nuevo orden mundial aparece en el documento de los Catorce Puntos del Presidente norteamericano Woodrow Wilson después de la Primera Guerra Mundial para la creación de la Liga de Naciones. Este nuevo orden se refería al comienzo de un nuevo período de la historia en el que se manifiestan cambios profundos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes.

Unos sesenta años más tarde, esta expresión volvió a los titulares de los medios, especialmente con el final de la Guerra Fría. Los entonces presidentes de Estados Unidos y la Unión Soviética, George H. W. Bush y Mikhail Gorbachev usaron el término para tratar de definir la naturaleza de la posguerra fría y el espíritu de cooperación que se buscaba materializar entre las grandes potencias.

Los últimos acontecimientos parecen marcar el comienzo de una nueva era para la geopolítica internacional. Estamos en presencia de un nuevo nuevo nuevo orden mundial (ya que sería la tercera vez que lo utilizaremos). Para algunos un nuevo (des)orden mundial.
Pero, si tomamos en cuenta a la transformación que sucedió con el industrialismo y derivó en la Primera Guerra Mundial, podemos comprender y ubicar los hechos actuales como la cuarta transformación de la que se nos ha hablado. Y sobre todo si tomamos en cuenta que, si los pronósticos de los expertos son acertados, estamos viviendo el final de la Era del Petróleo y nos quedan escasos 30 años para reestructurar y reconfigurar el orden planetario, ajustándolo para el empleo de las energías renovables y basar en ellas una nueva forma de capitalismo, más democrático, solidario, responsable, equitativo.

Es verdad que la pobreza jamás desaparecerá del todo. La lucha de clases, ya lo decía Carlos Marx está en los cimientos de toda forma de capitalismo y define nuestra esencia como especie y sociedad. Lo que sí podemos modificar y evitar es que las "sanas distancias sociales" no estén basadas en la segregación, sino en la discriminación como fenómeno adaptativo integrador, incluyente y no excluyente con miras a un control social no dictatorial sino solidario, no caritativo o paternalista, sino promotor del autodesarrollo; no basado en la meritocracia ni en la autocracia, sino en el empoderamiento horizontal y democrático.

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