Incidencia de la tecnología en la habilidades de pensamiento

agosto 24, 2014 Santoñito Anacoreta 0 Comments

Mira el siguiente vídeo, amigo lector. Y míralo y lee el siguiente texto solo como quien se asoma a un resquicio en la ventana de los acontecimientos. El tema da para más, pero por ahora mi comentario queda en lo escrito. Reflexionaré más a fondo y escribiré más al respecto en ulteriores ocasiones.




Sean tontas, torpes o se trate de una vacilada, esto sí está ocurriendo con más frecuencia y en más de un aspecto.

En una ocasión discutí con algunos jóvenes con quienes compartí banca en la maestría en sistemas de información (otra que no pude terminar por razones de dinero, a pesar o quizá justo por la misma beca-financiamiento de la universidad donde daba clases y donde estudiaba dicha maestría junto con la de educación, también trunca); discutía, contaba, alrededor de este tema. La mayoría de esos jóvenes eran diseñadores web, diseñadores gráficos e ingenieros en sistemas y estaban tan confiados en sus conocimientos y los avances de la tecnología que al momento de someterlos a la prueba de dibujar a mano o confrontar una tecnología análoga de plano le sacaban la vuelta. No sabían hacer nada ni imagina un mundo sin la tecnología actual. Entonces les expuse el caso hipotético: supongamos que se suscitan en efecto las anunciadas guerras apocalípticas y todo el sistema actual como lo conocemos colapsa; nos vemos obligados a comenzar de nuevo y solo encontramos entre los restos de civilización viejos aparatos, cables, carcasas deformes, no hay energía eléctrica y un largo etcétera de calamidades. ¿Cómo lo resuelven? Por ahí uno dijo que tomaba un teléfono viejo y hacía las conexiones necesarias para transmitir un mensaje vía satélite. ¿Cuál, pregunté, ya no hay, ya no existen? Otro dijo lo construimos y ponemos en órbita. ¿Cómo, con qué combustible, con qué economía? Y así seguimos.

Se les dificulta a las nuevas generaciones, en su ensoberbecida confianza y simplicidad de miras al momento de enfocar la vida por delante que puedan quedarse sin nada de lo conocido. Las escuelas y los maestros no resuelven el tema enseñando lo BÁSICO, descartan los conocimientos "viejos" por "inoperantes" en la "actualidad", y con ellos si bien "desarrollan habilidades para lo de hoy", anquilosan la imaginación y las habilidades asociadas a lo elemental y que nos hizo llegar a tener lo que hoy gozamos, no nada más en lo tecnológico. No dibujan, no planean, no efectúan operaciones...

La dependencia de la tecnología es cada vez mayor y eso, si por un lado está generando un nuevo tipo de hombre, dudo que este nuevo hombre tuviere la capacidad de sobrevivir ya no digamos a condiciones como las de la Edad Media o más atrás, sino de hace escasos cincuenta o setenta años. Algo debe hacerse al respecto. No podemos ni debemos retroceder. McLuhan lo planteó con cuidado, la espiral tecnológica es imbatible, irrefrenable y la teoría de sistemas lo deja claro, ciertos cambios sistémicos son irreversibles.

Aun estamos a tiempo de reconsiderar hacia dónde y como nos encaminamos tecnológica y educacionalmente hablando. Mejor el progreso que el retroceso, pero nada nos asegura que en un punto del progreso debamos, por alguna circunstancia anómala, recurrir al conocimiento histórico y "regresivo". Creemos que ninguno sabemos "escribir en una tableta de barro con signos cuneiformes", no obstante escribimos con una vara en la arena, con el dedo y nuestras manos dejamos huellas en el concreto y llamamos escritura digital a presionar unas teclas que hacen posible generar estos caracteres en un soporte de comunicación. El conocimiento está ahí, ya dado históricamente, es cosa nuestra soterrarlo en el olvido, quizá como una curiosidad, o darle su justo valor evolutivo, mismo que nos ha posibilitado llegar hasta aquí hoy y tal vez más lejos mañana.

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