El Autor
Sin afán de exhibir presunción, quien suscribe estas líneas es autor de numerosas poesías, relatos cortos, ensayos, guiones de radio y televisión, obras de teatro, novelas.
Aunque es poco lo que José Antonio de la Vega Torres ha publicado, al menos en papel, su interés se enfoca hoy fundamentalmente en revertir este hecho y tiene en preparación varios títulos de libros, sobre todo una red de blogs mediante la cual organizar y difundir su obra, entre los cuales está el que ahora tienes ante tus ojos. Al resto de sus producciones puedes acceder desde su espacio principal Verde Templo de la Mirada.
J. Antonio de la Vega se autodefine, un poco en broma, un poco en serio como “lento, pero seguro” y en consonancia una frase le distingue a despecho de la ansiosa corriente actual: “¿Cuál es la prisa?”.
Con las letras en la sangre
Mexicano. Lic. en Ciencias de la Comunicación, egresado de la Universidad Anáhuac. Titulado con la Tesis: Estética y Comunicación. En busca de una actitud estética, mención honorífica en el 6to Concurso de tesis organizado por CONEICC (Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de Ciencias de la Comunicación) efectuado en 1991, y con más de 20 años de experiencia laborando en varios campos, a saber: como editor de revistas, guionista y asistente de producción de radio y TV, corrector de estilo, copy writer, periodista, columnista, articulista, investigador documental; efectuando asesoría empresarial en Recursos Humanos, comunicación y desarrollo organizacionales; practicando docencia y capacitación; como revisor y dictaminador de libros; y desde 2005 editando y escribiendo la revista Indicios Magazín-e, hoy Indicios Metropolitanos de su agencia virtual VETA Creativa.
Las citadas funciones las ha desempeñado en distintos momentos, ya sea dentro o para empresas tales como Televisa, Editorial Longman, Pearson Education, Lintas Publicidad, Outdoor, diario El Universal, Grupo Casa Autrey (luego Casa Saba y hoy desaparecida), TVAzteca, Especialistas en Medios, BAMSA-TASA (Fábrica y comercializadora de tornillos), Comunicometría Aplicada.
Tanto a nivel de educación media superior como universitario, ha impartido diversas materias como: Lenguajes de los Medios, Lingüística, Géneros periodísticos, Semiótica, Teorías y Modelos de Comunicación, Sociología de la Comunicación, Auditoría y Análisis de Problemas de Comunicación, Planeación de la Comunicación, Análisis del Consumidor, Arte como Medio de Comunicación, Producción de Radio, Guionismo, Redacción Avanzada, Teatro, Expresión Oral y Escrita, Antropología Social, Fuentes de Información, Metodología de la Investigación, en instituciones educativas tales como: Universidad del Valle de México, UNITEC Atizapan, ITESM CEM, Anáhuac, Universidad Francomexicana, U. Iberoamericana, U. de la Comunicación, U. Interamericana para el Desarrollo.
Facetas, que no máscaras
Ya que hablar de uno mismo en tercera persona se antoja enajenante, permítaseme romper el tono y el ritmo de esta presentación para hablar en primer persona.
A lo largo de mi carrera profesional y como escritor desde los 9 años de edad, he redactado y acopiado mi material creativo bajo varios seudónimos o formas de nombrarme, cada una obedeciendo a distintas razones en su momento, desde economía de espacio, tiempo y esfuerzo, hasta la búsqueda de una identidad azas sintética como para englobar, al menos, un estadio del alma. Así, he sido y firmado como: J. Antonio de la Vega J. Antonio Castillo de la Vega, Santoñito Anacoreta, Beggar Mayo, Alfred Steppenwolf, Javito, si bien en mis trabajos plásticos he usado como firma distintiva mis iniciales.
Miguel de Unamuno decía e invitaba en uno e sus poemas a que, cuando se tenga que asentar el propio sentir y pensar se haga de forma "densa, densa". No en el sentido de imprimir en ello pesadez del ánimo, fastidiosa gravedad que raye en aburrimiento, sino en el sentido de llenar el fardo más con significado que con vacuidad liviana, más apta para el entretenimiento y el olvido.
Nunca falta ni faltará quien me diga "¿Y usted quién es, qué ha hecho?" Y a todos he contestado y replicaré, respondiendo humildemente:
En mis palabras
Soy nadie,
uno que se dice escritor
porque todos los días ejerce el oficio de arrastrar la pluma,
pues necesita respirar el verbo;
que muy independientemente de su currículo ama
a la palabra y lo que la palabra encierra
de lo humano; soy
uno
de esos tantos que caminan por la calle, uno
de esos que callan lo maduro, pero increpan ante lo desmañado;
uno como aquel o esotro que llora y ríe, que caga y mea,
que diario va bregando por el condumio y duerme,
y en ocasiones, por lo que piensa y siente,
a los otros les resulta causa de conduerma.
Si me apuran, entonces, a definirme denso, denso
en mis palabras habría y he de decir:
Soy tanto
lo que soy como lo que he dejado
de ser ya
por amor, ya
por elección o
desidia o
miedo, designio o
naturaleza.
Soy uno
más sobre esta tierra,
mortal que su hora espera,
soledad que consigo se encuentra.
Soy, por existencial necesidad, poeta,
constructor de significados que no siempre ni a todos significan.
Soy cama, sexo, conciencia, silencio, ruido, acento, signo.
Soy Hombre. Soy varón. Soy amante que no ha amado, karma de algún adagio.
Soy música escrita en el viento.
Soy aire y pausa, respiro.
Soy
espera...
Soy sueño.
Soy muerte que anda.
Soy vida que al origen retorna cotidianamente.
Soy huella de una herencia, recuerdo de prosapias,
probable olvido de quienes me sobrevendrán mañana.
Soy libro escrito y en la editorial de la ilusión publicado para solaz de la egomanía de mis demonios.
Soy novela pensada,
por entregas aun vida a la letra denegada.
Soy todo y sin embargo nada.
Soy nadie y aun así soy
todos.
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