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El conocimiento es el mensaje

Imagen de Arek Socha en Pixabay 

TENEMOS ENTENDIDO, siguiendo la teoría de Marshal MacLuhan que el medio es el mensaje y, en un extremo irónico, el medio es el masaje. Y nunca han sido más ciertas ambas máximas que durante el tiempo de la pandemia de covid-19 y aún hoy.

Ya en artículos pasados había abordado el tema de cómo el problema de la difusión de las noticias falsas no radica solo en las redes sociales, los medios o quienes somos profesionales de la comunicación. Incluso señalé que tampoco se debe culpar a la gente cada vez más prosumidora que consumidora de contenidos; que había de comprenderse y hacer comprender al público la dinámica retórica tras el intercambio de información y el doble fenómeno de la naturalización y la desnaturalización de los mensajes y sus contextos, los que con mucha frecuencia son trastocados por el afán de protagonismo, la obtención de rating, ascenso en el ranking; lo que significa mayores proyección, alcance y difusión de las ideas, asimismo el consecuente y esperado incentivo del beneficio monetario y de prestigio por parte de las plataformas de publicación para los creadores.

A título personal, mucho de lo que se comentará en estas líneas ha sido factor de mi aparente defección de la academia en mi ramo como comunicólogo desde hace años para propender mejor hacia un trabajo, no por ser más libre suponerse menos riguroso en el método, y aun cuando eso implique terminar "ninguneado" por los pares que ven con suspicacia y distancia los hallazgos, propuestas, hipótesis, teorías o modelos que haya podido o pudiere desarrollar y promover desde mi particular y aislada trinchera limitada en recursos.

A esta práctica por sobresalir en los medios digitales se le conoce mercadológicamente como clickbait y no es en nada distinto de la técnica del encabezamiento empleada por décadas en el periodismo y la publicidad. Una técnica que utiliza extractos del texto o bajadas, enunciados sintéticos o balazos, imágenes y colores llamativos y una redacción emotiva en los titulares primarios y secundarios, una más o menos informativa en el primer párrafo para darles valor de "carnada" con la que "pique" el interés del público lector o auditorio, los que pueden decidir entre considerarse informados con solo un vistazo o sentir la necesidad de abundar en el resto del contenido ampliando así su permanencia y por lo tanto mejorando las estadísticas de tráfico, quizás incluso compartir lo leído incidiendo de esta manera en un efecto multiplicador.

El objetivo de estos enlaces llamativos es apelar a la curiosidad del usuario que acabará haciendo clic en el titular, porque le generará tanta curiosidad que no podrá evitarlo (ESIC, 2019).

El problema con esta técnica es que más pronto que tarde pierde efectividad y los creadores de contenido se ven forzados a parar de cabeza los recursos creativos para mantenerse en la lucha por la atención de sus lectores, suscriptores, visitantes asiduos o esporádicos, y determinar los temas no necesariamente más relevantes empero más motivadores. De ahí que abunden bodrios mezclados con garbanzos de a libra y se erijan en autoridades auténticos badulaques.

Para que el algoritmo de YouTube, por ejemplo, permita la ubicación destacada de los contenidos en esa acérrima competición de los creadores o difusores, sean grandes corporaciones de medios o simples diletantes ascendidos por el gusto popular en líderes de opinión o influencers; para que eso suceda, decía, estos deben muchas veces recurrir a fórmulas sensacionalistas capaces de provocar en el usuario la atracción y el interés.

Ello aunado a una preocupación por la duración de los contenidos que se ha reducido de largos documentales a efímeras historias de unos pocos segundos con valor de ocurrencias, explica que incluso la divulgación científica haya decaído de la presentación acartonada a la divertida, y más recientemente a la por completo amarillista con tal de conseguir un mínimo de vistas, visitas, comentarios y señales de agrado, en un ejercicio de grosera subestimación de la inteligencia del público no científico al que se le toma como infantes estúpidos y perezosos cuyas opiniones, hasta eso, si no son del agrado del creador o la plataforma que lo sostiene, corren riesgo de ser bloqueadas por una censura chabacana.

Por supuesto que los consumidores no están del todo exentos de culpa en este proceso, ávidos como están de lo fácil de digerir, de lo pronto y expedito, de lo desechable.

Tal actitud la notamos en cualquiera de las ciencias exactas o sociales, e incluso en las humanidades y es reflejo de la cerrazón que caracteriza a los círculos especializados cada vez más refractarios a la pretensión de compartir el conocimiento haciéndolo asequible para cualquiera. Esto ha redundado en el abaratamiento o, peor, en la distorsión informativa abonando a la llamada "infodemia".

Algunas de las afirmaciones de Renstrom no son nuevas, se conocen desde que comenzaron los estudios sobre el fenómeno comunicativo hacia la década de los treintas del siglo pasado y dieron pie a diversas teorías como la de usos y gratificaciones (Wikipedia, 2021), lo que revela la manifiesta lentitud del desarrollo social comparado con la evolución tecnológica.

De cómo la ciencia insufla la desinformación

Recientemente el sitio sobre temas de comunicación Niemann publicó un artículo crítico (Renstrom, 2022) que, desde la perspectiva del análisis científico deja mal parados a los propios científicos y debería mover a la reflexión a ellos tanto como al público mismo interesado por hacerse con el conocimiento necesario para comprender el mundo, la naturaleza y tomar decisiones de relevante incidencia sobre sus vidas.

No hago esto con frecuencia, pero dada la importancia de lo analizado en la publicación de la autoría de Joelle Renstrom enseguida comparto fragmentos traducidos del texto, el cual refiere que [traducción, corrección, edición, énfasis y adiciones mías]:

Tendemos a culpar del exceso de desinformación en la ciencia a las redes sociales y las noticias, pero el problema a menudo comienza con la propia empresa científica.

Muchos científicos culpan a las redes sociales por la proliferación de falsedades relacionadas con el covid, desde la sugerencia de que el covid podría tratarse bebiendo desinfectantes [(Santoñito Anacoreta, 2020)] hasta la insistencia en que las máscaras no ayudan a prevenir la transmisión. De hecho, Facebook, Twitter, TikTok y otras plataformas han propagado información errónea peligrosa. Sin embargo, las redes sociales son un síntoma del problema más que la causa. La malinformación y la desinformación a menudo comienzan con los propios científicos.

Las instituciones [educativas, laboratorios privados o gubernamentales] a menudo incentivan a los científicos que buscan la titularidad para que se centren en la cantidad en lugar de la calidad de las publicaciones y exageren los resultados del estudio más allá de los límites del análisis riguroso. Las propias revistas científicas pueden aumentar sus ingresos cuando son más leídas. Por lo tanto, algunas revistas pueden aprovechar las presentaciones con títulos jugosos que atraerán a los lectores. Al mismo tiempo, muchos artículos científicos contienen más jerga que nunca, lo que fomenta la mala interpretación, el giro político y una disminución de la confianza pública en el proceso científico. Abordar la desinformación científica requiere cambios de arriba hacia abajo para promover la precisión y la accesibilidad, comenzando con los científicos y el proceso de publicación científica en sí.

En este nuevo mundo, las revistas científicas y los científicos compiten por los clics al igual que las publicaciones [noticiosas o de otro tipo]. Los artículos que más se descargan, leen y comparten reciben un alto "factor de impacto" o puntuación de atención de Altmetric*. Los estudios muestran que es más probable que las personas lean y compartan artículos con títulos breves, redactados de manera positiva o que invoquen emociones.

“Muchos [científicos] deben lograr ciertas métricas para progresar en su carrera, obtener fondos o incluso mantener sus trabajos”, dijo el médico candidato e investigador Benjamin Freeling de la Universidad de Adelaide, quien fue el autor principal de un estudio sobre el tema, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences en 2019. “Hay menos espacio para que un científico trabaje en una cuestión científica de inmensa importancia para la humanidad si esa pregunta no conduce a una cantidad particular de publicaciones y citas”, escribió en un correo electrónico. Valorar la exposición por encima del proceso científico incentiva prácticas descuidadas y poco éticas y demuestra la Ley del economista británico Charles Goodhart: “Cuando una medida se convierte en un objetivo, deja de ser una buena medida”.

El científico de datos de la Universidad de Washington, Jevin West, que estudia la difusión de información errónea, dice que las oficinas de relaciones públicas de las universidades, en tanto responsables de los comunicados de prensa y otras interacciones con los medios “también juegan un papel en la maquinaria publicitaria.

La mayoría de los lectores, incluidos los periodistas, no pueden discernir la calidad de la ciencia. Sin embargo, "la comunidad editorial tarda una eternidad en proporcionar pancartas en los artículos originales" para indicar que "es posible que no lleguen a la conclusión que piensan los lectores", dice West. Las afirmaciones provisionales o sin fundamento pueden tener profundos impactos sociales. West hace referencia a una carta de un párrafo escrita por dos médicos y publicada en el New England Journal of Medicine en 1980, que considera en gran medida responsable de la actual crisis de opioides. Los autores afirmaron que “la adicción es poco común en pacientes tratados con narcóticos”, pero no proporcionaron evidencia de respaldo.

Las impresiones previas [de artículos científicos] representaron aproximadamente el 25% de los estudios relacionados con Covid-19 publicados en 2020. De [esas impresiones previas], el 29% se citó al menos una vez en los principales artículos de noticias. Tomemos el ejemplo infame de la ivermectina, un fármaco desarrollado para el tratamiento de infecciones parasitarias. Una preimpresión que promociona su eficacia en el tratamiento de pacientes con covid-19 apareció en el servidor de la Red de Investigación de Ciencias Sociales (SSRN) en abril de 2021, lo que provocó un interés generalizado y la aprobación del medicamento, incluso por parte de los gobiernos de Bolivia, Brasil y Perú [asimismo el de la capital de México, donde se efectuó un experimento autorizado por la científica y alcaldesa Claudia Sheinbaum (Mora, 2022), (Etcétera, 2022)]. A medida que las personas comenzaron a tomar ivermectina para tratar o prevenir el covid-19, los científicos expresaron su preocupación por los datos utilizados en la preimpresión: datos proporcionados por Surgisphere, una empresa de análisis de atención médica cuyos datos poco confiables anteriormente había dado lugar a retractaciones de artículos en The Lancet y The New England Journal of Medicine. [(Seibt, 2020)] El documento se eliminó de SSRN y, poco después, Surgisphere cerró su sitio web y desapareció.

Muchos reporteros no distinguen entre impresiones previas no examinadas y artículos publicados formalmente; para los detectives casuales de la web, los dos pueden parecer casi iguales. Cuando los hallazgos sin fundamento guían los comportamientos y las políticas personales, incluso un pequeño número de estudios defectuosos puede tener un impacto significativo. Un equipo de investigadores internacionales descubrió que cuando los resultados del primer borrador se comparten ampliamente, "puede ser muy difícil 'desaprender' lo que pensamos que era cierto", incluso cuando los borradores se modifican más adelante.

Desaprender las falsedades es especialmente desafiante dado el ciclo de noticias sobresaturado de hoy. Los agregadores de noticias en línea sindican publicaciones locales y nacionales y presentan a los lectores un aluvión interminable de información a través de notificaciones y correos electrónicos. En este contexto, no sorprende que los lectores tiendan a hacer clic en titulares y artículos llamativos que confirman sus creencias preexistentes. “La ciencia está integrada en un ecosistema de información que fomenta el clickbait y facilita el sesgo de confirmación”, dice West.

Y cuando las personas intentan explorar la investigación detrás de los titulares, se topan con barreras: los artículos científicos son cada vez más difíciles de entender, ya que los investigadores los llenan de más jerga que nunca. Un grupo de investigadores suecos que evaluaron resúmenes científicos escritos entre 1881 y 2015 encontraron una disminución constante en la legibilidad con el tiempo. Para 2015, más del 20% de los resúmenes científicos requerían un nivel de lectura posterior a la universidad. Un gran problema es el uso intensivo de siglas; a partir de 2019, el 73% de los resúmenes científicos los contenían. Los propios científicos a veces evitan citar artículos llenos de jerga porque ni siquiera ellos pueden analizarla con confianza. Todos hemos oído hablar de "legalese"**, pero "science-ese" puede ser igualmente inescrutable y alienante para los lectores.

Abordar el problema de la desinformación impulsada por la ciencia requerirá una "reestructuración profunda de cómo funciona la 'industria' de la ciencia", dice Benjamin Freeling. Una recomendación es que las revistas ayuden a los lectores a ver la preimpresión como un trabajo en progreso, no como el resultado final.

Los científicos también pueden comunicarse de manera más efectiva con el público aprovechando las redes sociales. La ecologista de agua dulce Lauren Kuehne, cuyo trabajo incluye una devoción por la comunicación científica, aboga por publicaciones informativas en blogs, hilos de Twitter, videos de TikTok y charlas públicas para construir relaciones. Pero la comunicación abierta tiene sus propios problemas, especialmente equilibrar el deseo de influencia con la confiabilidad. […] Dice Kuehne[:] "hace 10 años, el debate giraba en torno a si los científicos deberían dedicar su tiempo a relacionarse con el público", mientras que ahora la pregunta no es "si es importante, sino cómo hacerlo".

La participación pública directa es la mejor manera de ayudar a las personas [no científicas] a comprender que incluso los hechos científicos más canonizados alguna vez estuvieron sujetos a debate. Hacer que el proceso científico sea más transparente expondrá fallas e incluso puede generar controversia, pero en última instancia permitirá a los científicos fortalecer los mecanismos de corrección de errores y generar confianza pública.


*Altmetric: sitio especializado en medir estadísticamente los ratings de las publicaciones y las investigaciones científicas

**Legalese: lenguaje usado por abogados y en documentos legales que es dificil de comprender por la gente ordinaria (Cambridge University Press, 2022). En español se traduce por galimatías.

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Referencias

  • Seibt, S. (2020, June 8). Covid-19: "La extraña empresa detrás del cambio de opinión de la OMS sobre la Hidroxicloroquina". France24. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.france24.com/es/20200608-cambio-opinion-oms-hidroxicloroquina-surgisphere
  • Mora, K. (2022, February 8). "Claudia Sheinbaum habla sobre el caso Ivermectina en CDMX" - El Sol de México | Noticias, Deportes, Gossip, Columnas. El Sol de México. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.elsoldemexico.com.mx/metropoli/cdmx/claudia-sheinbaum-habla-sobre-el-caso-ivermectina-en-cdmx-7835866.html
  • Etcétera, R. (2022, February 23). "Sheinbaum 'experimento' uso de ivermectina en población: BMJ". Etcetera. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.etcetera.com.mx/nacional/sheinbaum-experimento-ivermectina-en-poblacion-de-la-cdmx-british-medical-journal/
  • Renstrom, J. (2022, June 9). "How science helps fuel a culture of misinformation" | Nieman Journalism Lab. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.niemanlab.org/2022/06/how-science-helps-fuel-a-culture-of-misinformation/?utm_source=Weekly+Lab+email+list&utm_campaign=bce7cb7a30-weeklylabemail&utm_medium=email&utm_term=0_8a261fca99-bce7cb7a30-392034301
  • ESIC Business & Marketing School.. (2019, November 1). "¿Qué es el clickbait y cómo usarlo de forma correcta?" | ESIC. Esic. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.esic.edu/rethink/marketing-y-comunicacion/que-es-el-clickbait-y-como-usarlo-de-forma-correcta#:~:text=El%20clickbait%20(pronunciaci%C3%B3n%20en%20ingl%C3%A9s,generar%20ingresos%20publicitarios%2C%20especialmente%20a
  • Santoñito Anacoreta, *. (2017, June 5). "Datos de boca en boca" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2017/06/datos-de-boca-e-boca.html
  • Santoñito Anacoreta, *. (2021, December 27). "Lenguaracias de la pandemia" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2021/12/lenguaracias-de-la-pandemia.html
  • Santoñito Anacoreta, *. (2022, January 17). "Esa casa de los espejos que son las redes sociales" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2022/01/esa-casa-de-los-espejos-que-son-las.html
  • Santoñito Anacoreta, *. "Información tóxica" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2020/07/informacion-toxica.html
  • Wikipedia, Colaboradores de. "Teoría de usos y gratificaciones". (2021, 4 de febrero). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 00:15, junio 12, 2022 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Teor%C3%ADa_de_usos_y_gratificaciones&oldid=132957150.
  • Cambridge University Press,  (2022, June 11). Significado de LEGALESE en el Diccionario Cambridge inglés. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/legalese


Asteroides en el cielo y periodismo gazmoño


ASÍ SE LAS GASTAN algunos colegas petimetres y estúpidos, así como los medios para los que laboran.

Como teniendo de fondo la melodía de "Jinetes en el Cielo", por estos días circuló en la Internet una noticia publicada por el diario español El País en su edición uruguaya. El indicio por el cual la recojo para comentarla es que se trató de una noticia que no era falsa, pero por su desaseada elaboración se convirtió en una noticia falsa por el afán sensacionalista de presentar al medio y al periodista como antisensacionalistas incluyendo una nota sensacionalista para desmentirla incorrectamente, valga la estridente cacofonía en este retruécano. Me explico.

La nota habló sobre un probable pero improbable choque de un asteroide con la tierra este 6 de mayo de 2022, usando como fuente del desmentido a la NASA y haciendo crítica y señalamiento a los medios y redes sociales que habían circulado semejante barbaridad.


El susodicho asteroide en cuestión es el 2009 JF1. El asteroide existe y la nota lo reconoció asegurando que no impactará en el planeta, sin especificar más datos fuera de una retahíla de paja insustancial que no ayudó a hacer comprensible el presumible hecho por suceder o no.

La realidad es que en estos últimos días de abril y primeros de mayo de 2022, cinco asteroides se aproximarán a la Tierra y ninguno de ellos es el mencionado. De acuerdo con la simulación de la página Eyes on asteroids de la nasa el asteroide 2009 JF1 tendrá su más próximo acercamiento a la Tierra hasta el 7 de mayo de 2108, es decir a ochenta y seis años en el futuro, y con una distancia de poco más de un millón de kilómetros. Aun en el supuesto de que desviara su órbita y chocara con el planeta su dimensión de casi diez metros no ocasionaría una destrucción apocalíptica ni mucho menos.



La preocupación más notable de parte de los científicos no se ha centrado en estos días en semejante cuerpo celeste como sí en uno de los cinco que rondarán al planeta entre finales de abril y comienzos de mayo a saber:

  • 2022 HF1 se acercará al planeta el 8 de mayo próximo, pasando a una distancia de más de tres millones de kilómetros. Su diámetro estimado es de cincuenta y nueve metros.
  • 2022 JJ se acercará este 5 de mayo, pasando a una distancia de poco más de un millón cien mil kilómetros del planeta y tiene un diámetro aproximado de dieciséis metros.
  • 2022 JC llegará el 7 de mayo, acercándose cuando mucho a poco más de dos y medio millones de kilómetros con su diámetro de algo más de treinta y dos metros.
  • 2022 HA4 estará por aquí el 6 de mayo, acercándose a más de cuatro millones de kilómetros y con un diámetro de treinta y uno y medio metros.
  • 2022 HL2 estará surcando los cielos estrellados del planeta la noche del día que escribo estas líneas, 4 de mayo, a una distancia de casi tres millones de kilómetros y su diámetro es de casi veintiún metros.

De los anteriores ninguno representa un peligro inminente para el planeta, ni siquiera el 2022 JJ que será el más próximo.

En el grupo de estos Indicios Metropolitanos en Facebook compartí a finales de abril una nota semejante y ya barruntaba yo lo dicho aquí ahora con más detalle. Entonces, la nota compartida mencionaba la preocupación de los astrónomos en particular por la elevada velocidad del asteroide 2008 AG33 (también catalogado como 418135) cuya proximidad a la Tierra será de poco más de un millón de kilómetros y que, dada su velocidad, se antoja impredecible en sus efectos. Lo que esa nota como la que da pretexto a estas líneas omitió decir fue que el citado asteroide de casi cuatrocientos setenta y tres metros de diámetro tendrá esa aproximación máxima en el año 2059 y que esta vez se acercó a poco más de tres millones de kilómetros.

La irresponsabilidad de los colegas periodistas en la omisión de datos precisos en el afán por hacer más "asequible" la información al público lego hace que su trabajo incurra en yerros como los señalados ocasionando no nada más mala información, sino sesgo de la opinión y alarma innecesaria, algo imperdonable en tiempos cuando abundan herramientas y fuentes fidedignas de la cuales extraer lo pertinente para informar con oportunidad y objetividad. La objetividad, aunque no al ciento por ciento, sí existe cuando el periodista y el medio se lo proponen.






Uso de la tecnología y ejecución académica


Recientemente una reconocida filóloga española, Beatriz Peña-Acuña (quizás seamos parientes lejanos, por el Acuña), publicó en la plataforma de Academia un estudio acerca del uso de la tecnología y su papel en el ejercicio de los académicos, del profesorado y me ha invitado virtualmente a participar en la discusión del paper (o reporte, en castellano). Las siguientes líneas son mi opinión al respecto.

Tecnología educativa y empatía

El principal problema que veo detrás de este y otros estudios, no solo en España sino en general en el mundo hispanohablante es el enfoque (un poco miope) desde el cual se abordan, sin que lo dicho signifique un menosprecio de mi parte sobre los resultados obtenidos, muy ilustrativos sin duda y útiles.

Al referirme al enfoque pienso en la aproximación que confunde lo pedagógico, con lo didáctico y lo instruccional.

Lo primero a tomar en cuenta, muy aparte de las características de sexo de los educandos (que puede tener un relativo peso, biológica y conductualmente hablando) es la base de desarrollo cognoscitivo ya estudiada por Piaget y muchos más después. A partir de ahí es que pueden desarrollarse la herramientas tecnológicas apropiadas a cada rango de edad, condición socioeconómica, sociocultural, habilidades o inhabilidades específicas. Eso, en cierto modo, ya se ha hecho con los juegos y juguetes, así los infantiles como los enfocados en la capacitación de adultos, pero sin hacer clara distinción sobre los objetivos educativos que se persiguen con cada recurso, adminículo, proyecto. O, cuando se ha hecho, ha sido de forma gazmoña y chabacana.

La tecnología educativa debe estar bien clasificada en función de esos objetivos o mezclas de objetivos para el desarrollo de habilidades diferenciadas o coincidentes: coordinación psicomotriz, lectura de comprensión, y un largo etcétera, del mismo modo que en el pasado se planificaba la agenda de materias escolares y en cada materia su respectivo programa de enseñanza-aprendizaje, así como las actividades para el efecto.

No basta con poner la tecnología específica en las manos del educando, se le tiene que instruir en su uso, pero también capacitarlo para actuar sin la presencia del recurso y para juzgar sus alcances, derechos y obligaciones en relación con su uso y su abuso. Pero, ¡oh, ironía! La tecnología la saben emplear mejor los educandos que los profesores. Aprender a dibujar sobre una tableta o una pizarra no suelta de la misma manera la coordinación visivo-manual para efectuar trazos sobre otras superficies no electrónicas. Puede ser muy cómodo, lo es, pero los colores RGB no son procesados mentalmente del mismo modo que los CYMK. Personalmente he constatado cómo estudiantes de diseño puestos ante un papel o un lienzo no consiguen la misma calidad en sus trabajos por impericia. Eso no necesariamente es una "deficiencia" como un resultado adaptativo (para bien o mal) al medio en sentido inverso y bajo la más pura explicación teórica del tétrade macluhaniano.

La necesidad de una pedagogía de la imaginación

Hoy se impone a los educandos desarrollar la habilidad de visualizar en 2D menos que en 3D y ello ha provocado redundancia cognoscitiva, afectando las posibilidades imaginativas y de conceptualización mediante el proceso de abstraer y extrapolar dimensionalmente las cosas de la realidad tangible hacia ideas intangibles mas realizables.

Mientras que Kandinsky, Modigliani o Picasso, por ejemplo, nos introdujeron en una pedagogía de la reconstrucción a partir de la deconstrucción figurativa pasando por la abstracción, en la escuela en cambio se insiste en mantener un pensamiento figurativo, plano y ejemplo de ello es lo que ha ocurrido con corrientes como el constructivismo para el que, si algo carece de significado inmediato para el educando, entonces carece de relevancia y muchas veces lo relevante no está en lo evidente sino en lo ausente, que fuerza al pensamiento a hallar nuevas conexiones de forma crítica, analítica.

La tecnología de realidad aumentada forzará aun más todo esto que digo provocando nuevas conexiones neuronales, del modo que los juegos de Arcadia o los posteriores ocasionaron ya en las generaciones que hoy lindan los cuarenta años de edad. Las modificaciones cerebrales y corporales (alargamiento de pulgares como consecuencia del joystick, celeridad de procesamiento, por ejemplo) ya son hechos presentes, irreductibles e irreversibles que van dejando huella a nivel genético.

La tecnología jamás podrá sustituir al profesor o a los padres, por más que se pretenda ni aun con la inteligencia artificial. Pero, tampoco se la puede ni debe obviar u omitir. Es solo un instrumento, un acompañante como la pizarra, la tiza, el pupitre, el lápiz, la pluma, la calculadora, las escuadras que debe de ajustarse a finalidades muy concretas y no esperar que, por sus enormes posibilidades, pueda (como ha sido hasta ahora) meter todo en un mismo cazo.

Los contenidos de los juegos electrónicos como los juegos de mesa solo son construcciones seudodidácticas ajustadas a un guión basado en un secuencia de objetivos de desarrollo y aprendizaje, algunos más complejos que otros, no necesariamente divertidos y entretenidos. ¡No todo tiene que ser entretenido para ser di-vertido o per-vertido!

El conocimiento, un activo que ha sido pasivo; y viceversa

Los metamundos como Second Life (raíz de todos) o la entrante Meta (Facebook), de realidad virtual o de realidad aumentada (dos conceptos distintos, pero interdependientes) son el siguiente nivel en el planteamiento de desarrollo de las habilidades. Las necesidades son las mismas. No se inventan nuevas necesidades como nos quieren hacer creer erróneamente los mercadólogos y publicistas (colegas míos) de pacotilla, lo que cambia en todo caso es la forma de satisfacerlas. El individuo necesita correr, activar su circulación sanguínea o fortalecer sus músculos, entonces se ejercita yendo al parque, participando en deportes; pero, encerrado en una habitación recurre a sustitutos y sucedáneos como la caminadora u otros aparatos, incluidos exoesqueletos con las consecuencias de la disminución del impacto sobre las coyunturas, por ejemplo. El arquitecto puede aprender a edificar una estructura dentro del metamundo, trabajar su estética, pero del modelo simulado al modelo real hay una enorme diferencia que implica conocimientos adicionales sobre mecánica de suelos, de materiales, y un largo etcétera.

Hoy, cuando la miniaturización ha llegado a su límite tecnológico y así estará por los menos dos décadas, es momento de repensar la combinación de herramientas tecnológicas digitales y analógicas, con una idea perversa en mente: si el día de mañana todo lo que hoy tenemos se acaba y las nuevas generaciones (o incluso las viejas sobrevivientes) tuvieren que comenzar de cero, ¿estarían preparadas para hacerlo? ¿Llamar por teléfono con un aparato de dial? ¿Sembrar, cuidar las plantas con lo que la propia naturaleza da? ¿Escribir con pluma o pincel? ¿Imprimir con tipos móviles? ¿Componer música no sintetizada? ¿Contemplar el cielo estrellado, el horizonte o una pintura a falta de televisor y cine, sin luz artificial? ¿Narrar historias al calor del hogar a falta de una radio?

Con respecto a las redes sociales, de nuevo el enfoque del análisis resulta miope, ajustado a expectativas "tradicionalistas" respecto de las formas de interrelación e intercambio sociales. Falta, pienso, imaginación metodológica. Se está olvidando que no son más que extensiones de lo mismo que por años se hizo en las aulas, los corrillos en los encuentros de pasillo o hasta las pintas en paredes de baños, bardas, solo que ahora de modo electrónico, masificado, enajenante y anónimo.

Las redes sociales no son algo nuevo ni algo que vaya contrario a los principios pedagógicos. Gremiales como somos, creamos redes, sea en la calle mediante el contacto directo o usando la tecnología (teléfono, correspondencia, red social) para un modo indirecto que puede o no volverse directo parcial (videoconferencia) o totalmente (encuentro presencial cara a cara).

¿Hacia una educación post pandémica?

La pandemia nos ha forzado a explorar esto último y a revalorar las categorías de relación y la forma como los otros apoyan, inciden, influencian las formas de aprendizaje, memoria, registro, clasificación de los contenidos que de forma individual resultan significativos (de nuevo, el constructivismo a lo bestia).  Incluso a promover el autodidactismo con o sin tutela. Y eso no está mal, aunque parezca que de pronto se nos sale de control, sobre todo ante la falta de protocolos para verificar la información, protocolos que por ahora se han dejado en manos de comités de revisión, censores, algoritmos o inteligencia artificial, sin que ello redunde por fuerza en una ventaja y a veces al contrario sea una desventaja y una odiosa imposición de quienes (grupos o personas) cretinos establecen lo que consideran "políticamente correcto" para una generalidad que ya no puede ser encajonada.

La salud emocional entonces no pasa por la tecnología, aunque los detractores de juegos de video, por ejemplo, insistan en señalar sus probables efectos nocivos. Se necesitan condiciones previas en los individuos para que entonces la tecnología y los contenidos, su forma de utilización y abuso puedan derivar en afectaciones. Un profesor de matemáticas que no sabe utilizar la pizarra y la tiza para explicar, describir, mostrar, motivar, puede ser tan terrible como el uso de la calculadora a mansalva en detrimento del educando; o el influencer que distorsiona en la síntesis el conocimiento acumulado. Confundir metas distractivas con ejercicios de concentración pueden hacer a un individuo tan dependiente de la tecnología como el abuso habitual o la proclividad adictiva de sustancias o actividades específicas y rodear a las cosas con ideología puede ser tan orientador y justificante como permisivo y deformante.

En resumen y respondiendo a la pregunta sobre qué propuesta de intervención se me ocurre para el profesorado, digo que ninguna especial o novedosa, fuera de un cambio de actitud de parte del profesor sobre la base de aquella definición de locura: hacer las cosas cientos de veces con el mismo resultado, es de locos. El profesor, sea en el aula o a distancia, de forma virtual, debe atender a las necesidades de sus estudiantes tanto como a las limitaciones que les son propias (del estudiante como del profesor), algunos necesitan que se les lleve la mano, aun habiendo instrumentos tecnológicos. Otros están más adaptados. Un indígena tarahumara no puede ser tratado igual que un citadino; y viceversa. Y aunque haya el prurito de buscar la equidad, de igualar conocimientos, habilidades, oportunidades y la tecnología sea un factor adicional en la tarea, jamás debemos olvidar la máxima del Libro de la Sabiduría y del Eclesiastés (y lo digo como agnóstico que soy): Hay un lugar para cada cosa, y cada cosa tiene su lugar; hay un tiempo para cada cosa, y cada cosa tiene su tiempo. La libertad es el basamento de toda pedagogía antropológica. Hoy por hoy la Internet ha hecho posible, en tanto plataforma, la democratización del conocimiento y de las maneras de difundirlo, apreciarlo, registrarlo, transformarlo. Mañana, que está a la vuelta de la esquina, con la Internet 3.0 (de las cosas) y la inteligencia artificial cuestionamientos como los de este estudio quedan rebasados, obsoletos. Es momento que los profesores y las escuelas y sistemas educativos enfoquen su atención a comprender el trasfondo y los alcances prácticos de la teoría del determinismo tecnológico tras el modelo del tétrade de MacLuhan, solo así dejarán de hacerse, valga la expresión obscena, "chaquetas mentales" sobre cómo no perder el control. Quizás es momento de que aprendan a delegarlo en el mismo individuo educando que, al final, es el principal beneficiario de la respuesta cultural que implica la educación para el equilibrio del sistema social, pues está visto lo poco que sirve generar técnicos o profesionistas que, por azares del mercado, terminan haciendo cualquier cosa para sobrevivir, menos aquello para lo que su vocación los impulsaba so pena de que, en la defensa de sus sueños, puedan terminar menoscabados en sus facultades o su crédito económica y moralmente.

Comprendiendo el indeterminado determinismo tecnológico

Y ese es un tema crucial, determinar la vocación no solo de personas físicas, sino de personas morales e incluso países enteros. No todos los países pueden ser industria o campo o maquila o policías o jueces o conquistadores o educadores o una mezcla. La moderna especialización nos llevó a un extremo tan preocupante por insensible como la generalización que le antecedió. Preguntémonos si, por ejemplo, un homosexual lo es por vocación y hasta qué punto, tecnología y moral o no de por medio, los procesos educativos actuales orientan o desorientan esa vocación ocasionando frustración y trauma que derivan en el desencuentro social que cobra factura odiosa en la segregación de clase, etnia, sexo, edad, capacidad.

Primero quisimos hacer empleados, luego quisimos promover empresarios, ahora pretendemos hacer "buenos ciudadanos". ¿y dónde queda el ser humano?

Anomalías de radar y OVNIS


Si algo atrae la atención de mucha gente, eso es lo desconocido. Aunque cause miedo, lo ignoto excita nuestra imaginación dando pie a que nos hagamos miles de ideas y explicaciones acerca de por qué ocurren ciertos hechos.

Hace algunos días diversos medios de comunicación, como el noticiario Tercer Milenio del periodista Jaime Maussan hicieron su "agosto" en septiembre difundiendo probables bulos acerca de una peculiar anomalía observada por radares dopler meteorológicos sobre México, Filipinas, Arabia Saudita, Indonesia, si bien en años anteriores ya había habido reportes semejantes en Holanda y el Centro de Europa.


Para no variar, la calidad reporteril de los informes ha dejado que desear. Cero investigación de fondo y todos motivados por el solo afán de presentar la nota de manera efectista, con base en evidencias, nunca pruebas, ocasionando desinformación.

En Indicios Metropolitanos procuro ir a fondo lo más posible y comencé por examinar las posibles causas, quizás asociadas a fenómenos naturales alternativos que pudieran haber sido reportados en las fechas de los sucesos.

Se pronosticó el golpe de una tormenta geomagnética para el 2 de septiembre de 2021 y a lo largo de la mitad de octubre se han continuado sintiendo sus efectos (sobre instrumentos de telecomunicaciones, redes eléctricas) como señaló una publicación en Axess Networks:

El pasado 13 de octubre, el Centro Meteorológico Fobos, ubicado en Rusia registró la presencia de una tormenta geomagnética en la tierra durante 2 días. Expertos en el tema afirmaron que la tormenta llegaría a magnitud 4 en una escala de 10 y sus secuelas obedecerían a la temperatura y la presión atmosférica. Por su parte, las personas que se afecta con los cambios meteorológicos podrían presentar dolores de cabeza, nerviosismo o ansiedad.

Uno de los más grandes efectos, lo podemos presenciar en el campo de las telecomunicaciones, concretamente en los sistemas de radionavegación, ya que las tormentas geomagnéticas, pueden llegar a alterar la trayectoria de las señales de radio, y generar errores en la información suministrada por los GPS. Los sistemas tecnológicos pueden presentar grandes fallas y las comunicaciones satelitales podrían verse afectadas por un periodo de tiempo.

Esto explica en parte los cortes de electricidad sufridos por varios países como China, aun cuando existen factores de tipo económico que también son considerables como el desabasto de carbón, entre otros.

Los registros históricos de los portales Windy, Ventusky no mostraron más evidencia, salvo en el segundo caso, como si el hecho "anómalo" no hubiera sido tal. A diferencia de lo expuesto por personalidades que se supone son muy atingentes y cuidadosas en la investigación de estos casos extraordinarios como el joven vloguero Nacho Rojo autor del canal de YouTube Verdad Oculta.



Una de las explicaciones para este fenómeno que puede presentarse de distintas formas es que se tratan de "Anillos HAARP". Un video de 2015 explica lo desconcertantes que pueden ser estas anomalías que pueden deberse a fallos técnicos de algún tipo del software de los radares dopler, pues en las imágenes satelitales de la misma fecha del hecho no fue registrada la anomalía al mismo tiempo.


De acuerdo con (WIKIPEDIA, 2021) estos anillos son el efecto atmosférico producido en la ionósfera por excitación con ondas de alta frecuencia:

El Programa de investigación de auroras activas de alta frecuencia (HAARP) se inició como un programa de investigación ionosférica financiado conjuntamente por la Fuerza Aérea de los EE. UU., La Marina de los EE. UU., La Universidad de Alaska Fairbanks y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA). Fue diseñado y construido por BAE Advanced Technologies. Su propósito original era analizar la ionosfera e investigar el potencial para desarrollar tecnología de mejora ionosférica para comunicaciones por radio y vigilancia. Como instalación de propiedad de la universidad, HAARP es un transmisor de alta frecuencia y alta potencia que se utiliza para el estudio de la ionosfera.

El instrumento más destacado de HAARP es el Instrumento de Investigación Ionosférica (IRI), una instalación transmisora ​​de radiofrecuencia de alta potencia que opera en la banda de alta frecuencia (HF). El IRI se utiliza para excitar temporalmente un área limitada de la ionosfera. Otros instrumentos, como un radar VHF y UHF, un magnetómetro fluxgate, un digisonde (un dispositivo de sondeo ionosférico) y un magnetómetro de inducción, se utilizan para estudiar los procesos físicos que ocurren en la región excitada.

El citado programa se ha prestado para numerosas teorías conspiratorias que no son motivo de este artículo más allá del hecho de que, los medios y colegas o incluso diletantes que han difundido las imágenes de estos fenómenos, en vez de ahondar en la investigación de causas lógicas, científicas, tecnológicas, se decantan en cambio y con singular alegría e irresponsabilidad a crear bulos asociando los hechos a, por ejemplo, probables mensajes de inteligencias alienígenas.


En la misma línea, otras explicaciones van encaminadas por la idea de la forma como la conductividad eléctrica asociada a las tormentas geomagnéticas producidas por el choque de las tormentas solares sobre el planeta excitan en exceso los pulsos dopler de los radares distorsionando las lecturas o que estas distorsiones pueden también deberse a los rebotes excesivos en objetos diversos y la orografía, algo que se observa con regular frecuencia en el centro de México ([FERREL, 2007];[NOVO Y RAGA, 2013]).

En el caso de la conductividad [eléctrica de aire y suelo], el rayo del radar se dobla tanto que golpea la tierra, provocando retornos con dBZ extremos (porque el suelo es mucho más grueso que la gota de lluvia promedio cuando el rayo choca con él). Los dBZ o "decibelios de Z" es la forma en que se miden los datos del radar (con suerte, la precipitación). Los colores que ves en los radares corresponden a niveles de dBZ, más alto `(rojo) significa más intenso. Cuando el rayo del radar golpea la Tierra, este fenómeno se denomina "propagación anómala de dBZ alto" y es un problema real porque, para el ojo inexperto, parece una tormenta eléctrica. [FERREL, 2007].

En algún foro sobre el tema se expusieron otras posibles explicaciones desde un patrón de prueba de funcionamiento de transmisión de datos hasta una falla o error de configuración del equipo.


Para los ojos inexpertos de muchos de nosotros, simples periodistas y gente no especializada en Meteorología, los efectos resultantes nutren nuestra imaginación y más cuando se presentan con formas y figuras que asociamos a otros fenómenos como los círculos de los cultivos, avistamientos de ovnis y un largo etcétera. En cambio, para los ojos expertos como los del meteorólogo y reportero de Jacksonville, Florida, Robert Speta, la explicación, como plantea la teoría de "la navaja de Ockham", es más sencilla: lo registrado fue solamente un test de mantenimiento corrido sobre el software del radar y nada semejante a un "Satanás mexicano", un test que él mismo ha tenido oportunidad de aplicar más de una vez.


Y el dato lo confirmó otro meteorólogo, Issac G. que además aportó la imagen satelital que permite observar que, en el centro del "vórtice" se halla el radar meteorológico de Villalpando, Guanajuato, por lo que es de suponerse que la "anomalía" solo fue el resultado del test registrado por los instrumentos y transmitido satelitalmente.


En su segundo video de seguimiento del caso, el 19 de octubre de 2021, el joven Nacho Rojo tuvo a bien especificar sobre las imágenes comparadas con lo registrado en Arabia Saudita que los círculos más claros próximos a la "anomalía" técnicamente serían las zonas de rango de alcance de los radares dopler. Pero, su error fue no verificar si, como en México, en el centro de la "anomalía" se halla alguna estación meteorológica específica y concluir de bote pronto e hipotéticamente que la "coincidencia" de que ocurran ambas "anomalías" de manera simultánea en dos puntos tan distantes del mundo conlleva un motivo más abstruso: "no es un error, está detectando algo". No solo eso, sino además se aventura a exponer una serie de falsedades como la siembra de yoduro de plata y a explotar otras teorías conspiracionistas sin sustento.

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Referencias

  • FERREL, Jess. "Anomalies: Radar Blomm, Ducting explained" publicado en AccuWeather.com, 24 de noviembre de 2007, consultado el 21 de octubre de 2021 desde https://www.accuweather.com/en/weather-blogs/weathermatrix/anomalies-radar-bloom-ducting-explained/99303
  • NOVO, S., & RAGA, G. B.. (2013). The properties of convective storms in central Mexico: A radar and lightning approach. Atmósfera, 26(4), 461-472. Recuperado en 21 de octubre de 2021, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-62362013000400002&lng=es&tlng=en.
  • WIKIPEDIA contributors. (2021, September 14). High-frequency Active Auroral Research Program. In Wikipedia, The Free Encyclopedia. Retrieved 10:33, October 21, 2021, from https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=High-frequency_Active_Auroral_Research_Program&oldid=1044324612

Información tóxica



DESDE EL COMIENZO DE LA PANDEMIA empezó a difundirse de manera más acusada y hasta la saciedad información contradictoria acerca de la probable utilidad del dióxido de cloro, entre muchos otros compuestos y fármacos, como un remedio para contrarrestar los efectos del Covid-19. Con el paso de las semanas, a despecho de las informaciones y estudios especializados, médicos, disponibles en multitud de plataformas y medios, videos y artículos variopintos fueron publicados y compartidos tanto en pro como en contra, algunos tachados de bulos y que, no obstante su falsedad la Organización Mundial de la Salud ha investigado para advertir, confirmar o desmentir las consejas populares circulantes en redes sociales. Hasta el mismo Donald Trump, presidente de EE.UU., cuestionó y ponderó ¿sarcástica o irresponsablemente? su uso —en realidad de la hidroxicloroquina, un compuesto diferente, empleado para el tratamiento de la malaria—, poniendo en una situación incómoda a su secretaria de salud a pesar de las publicaciones de advertencia muy previas de la FDA.




Desde la semana pasada un par de notas provenientes de Ecuador han vuelto a poner el tema sobre la mesa y no deja de ser preocupante que también clérigos incurran en el error de confundir y promover patrañas no suficientemente confirmadas por la ciencia, dividida entre "adoradores del ClO2 (dióxido de cloro)" y los "detractores" (entre los que me cuento) del mismo "desinfectante" en tanto "remedio milagroso" para la salud. Por todos lados del mundo parecería estarse dando una confrontación entre la verdad y la mentira que llega incluso a una "cacería de brujas" en la persecución legal de especuladores, estafadores y promotores fraudulentos, oportunistas al amparo de la angustia y la zozobra ocasionada por estos días aciagos de pandemia, recesión mundial y lo que se sume.



No se trata ya de si la gente lee más, sino si lee mejor, si ha aprendido a elegir las fuentes de información, a discriminarlas, a verificar los datos.

La gente común no lo hace. Y quienes tendrían que hacerlo, periodistas profesionales, científicos, funcionarios públicos comprometidos con la labor de informar, educadores, no lo hacen tampoco a cabalidad (hacemos, diría el otro). Y no lo hacen porque o no saben cómo, lo ignoran, no tienen la pericia, la metodología o los recursos —incluido el conocimiento más elemental respecto del tema— de cualquier índole para investigar a fondo. Pretextan entre otras razones la dificultad técnica, el vocabuario, la extensión aceptable de los textos a producir para el consumo masivo. La mayoría prefiere quedarse con lo prejuzgado a priori, lo supuesto, lo imaginado, lo narrado a manera de "testimonio inexcusable", ligero, digerible y síntesis a favor o en contra, porque es perezosa y prefiere confiar a ciegas en quien estima como el mejor enterado, así no lo conozca más que por limitadas referencias de contubernio o conexión; o porque es crédula.

Pedanterías aparte y para no confundirnos

El conocimiento necesario para comprender algo, aunque suene pedante, no necesariamente (valga la redundancia) tiene que serlo cuando de estar bien informado se trata, para bien y para mal. Y disculpa las palabrotas "técnicas", amigo lector, pero son las que explican de manera puntual a qué me estaré refiriendo enseguida.

No es lo mismo el dióxido de cloro que la hidroxicloroquina: un principio activo antimalárico o antipalúdico utilizado para reducir la inflamación en el tratamiento de la artritis reumatoide y del lupus; como tampoco es igual que la cloroquina, un fármaco del grupo de las 4-Aminoquinolinas que se utiliza en el tratamiento o prevención de la malaria,​ así como en el de determinadas enfermedades autoinmunitarias ​como la artritis reumatoide ​o el lupus eritematoso sistémico. Lo que las distingue es la presencia de un grupo hidroxilo en el extremo de la cadena lateral. El hidroxilo es un grupo funcional formado por un átomo de oxígeno y otro de hidrógeno, característico de los alcoholes, fenoles y ácidos carboxílicos entre otros compuestos orgánicos.

La hidroxicloroquina está disponible para administración oral como sulfato de hidroxicloroquina (Plaquenil, uno de sus nombres comerciales), de los cuales 200 mg contienen 155 mg de base en forma quiral. La quiralidad es la propiedad de un objeto de no ser superponible con su imagen especular. Como ejemplo sencillo, la mano izquierda humana no es superponible con su imagen especular (la mano derecha). Como contraejemplo, un cubo o una esfera sí son superponibles con sus respectivas imágenes especulares. El dióxido de cloro no tiene una geometría quiral.



Algunas lecciones de química orgánica y aplicaciones médicas

La hidroxicloroquina tiene una farmacocinética similar a la cloroquina, con rápida absorción gastrointestinal, y se elimina por vía renal, lo que establece ya riesgos, entre otros, de insuficiencia renal de no administrarse de manera correcta.

La historia de la hidroxicloroquina se remonta a Perú, donde los indígenas extraían la corteza de los árboles Cinchona (o chinchona) y usaban el extracto (Cinchona officinalis) para combatir los escalofríos y la fiebre en el siglo XVII. En 1633 se introdujo esta medicina herbal en Europa, donde se le dio el mismo uso y también se empezó a utilizar contra la malaria. Pero, fue el médico y homeópata alemán Samuel Hahnemann, quien realizó su conocido experimento con Quina, tomando de esta cuatro dracmas (gotas, sobre este concepto escribiré un texto aparte) dos veces al día, lo que le produjo paroxismos semejantes de frío y fiebre. Concluyó que no podía seguirse diciendo que la Quina cura los paroxismos de frío y fiebre, porque es una droga astringente o amarga. La verdadera deducción resalta enérgicamente: la Quina cura los paroxismos de escalofrío y fiebre porque los produce.​ Es decir que, en una persona sana, la Quina produce los mismos síntomas que curaba en el enfermo, lo que no significa por extensión que sane al enfermo. El principio homeopático conocido es el lema que sustenta a esa disciplina en latin: "similia similibus curantur", lo semejante se cura con lo semejante, máxima que también se presta a equívocos interpretativos, leyendas y mitos, como los expuestos ¿irónicamente? por el presidente Trump al exponer la idea de que si el covid-19 puede eliminarse con facilidad aplicando desinfectantes en manos y superficies, pues lo "lógico" sería inyectarlo o beberlo para "limpiar y desinfectar" al organismo desde dentro.

Derivados de esas investigaciones surgieron remedios como las bebidas tonificantes o tónicos que "daban tono", enrojecían al paciente dándole una apariencia más "saludable" y proveyendo de una energía vital pasajera. El agua carbonatada dio paso al agua quinada y estas a bebidas refrescantes endulzadas de cola (en referencia a la semilla medicinal, tanto como a la pasta medicinal) como la Coca-Cola de la que se desconoce a ciencia cierta la fórmula, pero en la que se sospecha la presencia de algun alcaloide derivado de la cocaína o de la quina.

La cloroquina, por su parte, es citotóxica, pudiendo provocar daños en el sistema nervioso, el corazón, el riñón o el hígado. No es difícil que, de nuevo, aplicando la máxima homeopática y mirando los efectos del covid-19 sobre el organismo desatando "tormentas de citocinas", haya quien piense que los efectos de la cloroquina incidirían como símil contrarrestante, pues calmar dichas tormentas podría ser la clave para el tratamiento del también llamado SARS-CoV-2.

La citotoxicidad es la cualidad de algunas células para ser tóxicas frente a otras que están alteradas. La citotoxicidad constituye uno de los mecanismos efectores de ciertas poblaciones celulares especializadas del sistema inmunitario consistente en la capacidad para interaccionar con otras células y destruirlas.
Las tormentas de citoquinas se han asociado con varias enfermedades, no todas infecciosas, como el Ébola, la gripe, la malaria, el lupus y ciertos tipos de artritis. Se manifiestan de manera diferente en cada caso, y las particularidades de los casos severos de COVID-19 aún no se han resuelto, lo que probablemente varía de un paciente a otro. Los investigadores aún no están seguros de las características que ponen a ciertas personas en mayor riesgo ante estas respuestas exageradas, aunque la genética y la edad parecen desempeñar un papel contribuyente [WU, 2020].

Tras la administración de cloroquina en dosis adecuadas para el tratamiento de un ataque agudo de paludismo o amebiasis extraintestinal se han observado efectos ligeros y pasajeros como: dolor de cabeza, prurito, molestias gastrointestinales, anorexia, náuseas, vómitos, diarrea, cólicos, estimulación psíquica y raramente episodios psicóticos y convulsiones. Rara vez se han observado efectos cardiovasculares, como hipotensión o cambios electrocardiográficos (particularmente inversión o depresión de la onda T, ampliación del complejo QRS). Se han registrado algunos casos de sordera de tipo nervioso después de tratamientos prolongados, generalmente en dosis elevadas, y también neuromiopatías, discrasias sanguíneas, erupciones de tipo liquen plano y cambios de pigmentación en la piel y mucosas.

Sustancias que son tóxicas para las células, como lo es el elemento cloro, pueden estar involucradas en la inmunidad o pueden estar contenidas en los venenos. Estos se distinguen de los agentes citostáticos en el grado de efecto. Algunos de ellos se usan como antibióticos citotóxicos, mas no por ello ha de pensarse como consecuencia que el dioxido de cloro puede ser empleado de semejante manera aun cuando se justifique que la clave diferenciadora entre la cura y el veneno está en la dosis y la frecuencia de administración e ingestión.

Por otra parte, se han observado trastornos visuales y complicaciones oculares al usar cloroquina en tratamientos prolongados.

Lo que no mata, fortalece

La conseja popular afirma que, lo que no mata, fortalece, y los promotores del Dióxido de Cloro parecen tomarla como máxima sin detenerse en las causas y las consecuencias, y lo que va en contra es tomado como una oposición del sistema reinante, mientras ese sistema los tacha de variante conspiranoica.

La gente consume lo primero que encuentra, se conforma con lo superficial, lo atractivo, grato y lo que da soluciones rápidas, mágicas, milagrosas, sin cuestionar lo que hace posible que eso suceda, si sucede en realidad. Eso es a lo que normalmente han apostado publicistas, mercadólogos y periodistas (incluyo a influyentes blogueros y vlogueros) sin escrúpulos, más preocupados por el incremento de ventas que en beneficiar a los consumidores. Y no importa si se trata de un profesional de la medicina y la química, pensar por fuera de la caja puede ser tan atractivo, tan productivo, como destructivo. La creatividad también ha creado monstruos.



Te preguntaría, amable lector, ¿cuántos hipervínculos aclaratorios, explicativos, descriptivos incluidos en este texto has seguido para abundar en el conocimieneto de esas palabras, conceptos, fuentes, arduas de comprender y pronunciar que he soltado en la redacción de este texto? ¿De qué sirve mi trabajo de síntesis si no haces el esfuerzo de consultar más allá de mis entrelíneas? ¿Acaso de veras esperas todo tan digerido y en la boca? ¿Por qué no dudas de lo que escribo y publico? ¿Crees a rajatabla lo que aquí redacto o crees que por estar opuesto aparentemente a lo que es tu opinión estoy equivocado? Y pregunto esto suponiendo que has tolerado las líneas y los videos previos hasta llegar aquí.

Al hacer una búsqueda mediante su explorador en internet, la gente no navega más allá de unas 10 a 20 páginas, y es mucho decir pues en realidad no pasan de las primeras 10 referencias enlistadas en la primera página de resultados de la búsqueda. No lo digo yo, lo dicen los estudios respectivos acerca de la metodología y la confiabilidad en la búsqueda de información. De ahí la importancia y la trampa de las palabras clave como detonador de las búsquedas algorítmicas de Google y las demás plataformas. Ni los hashtags tan llevados y traídos como tendencias informativas sirven cabalmente para orientar el sentido de la información hacia lo correcto, preciso o verdadero.
Frente a la lista de resultados, el lector actual tiene que evaluar de forma rápida para tomar decisiones en dos sentidos: por una parte, hay que evaluar la pertinencia de la información con respecto a lo que se busca; y por otra, hay que decidir si la información es potencialmente confiable. El exceso de información requiere que el lector tome decisiones rápidas con el menor riesgo posible de perder algo importante o de revisar sitios que no son confiables. Pertinencia y confiabilidad son dos componentes que se interrelacionan en el momento de decidir qué sitios abrir. En primer lugar, es fundamental tener criterios para saber si la información que contiene un sitio es pertinente en relación con el propósito de búsqueda. Pero, la pertinencia no es tan fácil de determinar; se vincula, también, con la posibilidad de interpretar un nuevo tipo de texto que es la lista de resultados que arroja el buscador: una lista con títulos y breves fragmentos que contienen las palabras de búsqueda que utilizó el usuario y donde, con frecuencia, aparecen puntos suspensivos con una función diferente a la que tienen, en tanto signos de puntuación, en otros tipos de texto.

La evaluación de la confiabilidad es necesaria para poder seleccionar, dentro de lo pertinente, aquello que puede ser útil, pero, sobre todo, seguro. Determinar la confiabilidad de la información es un problema del que tradicionalmente se ocupaban los editores de los textos de estudio; sin embargo, en Internet esta responsabilidad recae en los lectores, y constituye uno de los quehaceres del lector actual [KRISTKAUSKY / FERREIRO, 2018].
 
Las falsas noticias, la información deficiente circula no por causa de malos o perversos informadores, o por una distorsión matemática del algoritmo solamente, sino porque tú, yo, proveemos los datos a partir de los cuales se calculan las probabilidades de hallazgo de aquello que forma mediana satisface nuestra necesidad de información y conocimiento. El algoritmo discrimina en función de las probabilidades de combinación y permutación de los datos, de los documentos con base en la experiencia individual o de grupo. Si no, trata de buscar lo mismo en dos o tres ordenadores diferentes y verás resultados distintos, organizados de manera desigual.

Por eso es importante que, en esta Era de la Información y el Conocimiento cada lector aprenda como una primordial habilidad y competencia comunicativa la de saber buscar de manera eficiente la información de su interés. Y aquí, en la palabra interés, está el quid del asunto, pues a final de cuentas ¿qué autoridad tiene la estatura suficiente para clasificar la información y las fuentes correctas, precisas, verdaderas para todos, cuando la verdad absoluta no existe y todo es según el color del cristal con que se mira?

De ahí que también es válido, al contrastar presumibles bulos de ida y vuelta, preguntarnos si lo que unos consideran válido de verdad lo es y todos los demás están equivocados; o viceversa, si uno está equivocado mientras los demás no.
Un gran porcentaje de estudiantes y profesorado del área biomédica, utilizan Google como la primera opción de fuente de información (FI) ante una pregunta académica, por otro lado sólo el 40% de las búsquedas realizadas por médicos para resolver problemas clínicos, encuentran la información correcta [MONCADA, 2014].
Platónicamente hablando, ¿quién está dentro de la caverna mirando las sombras proyectadas? Quien ha salido de la caverna y hace evidente la razón de las proyecciones, ¿topó con verdad o con una maquinación para distorsionar y canalizar la verdad tras la verdadera mentira y la mentira presentada como verdad indubitable?

El Dióxido de Cloro al descubierto

El conocido como Suplemento Mineral Milagroso (porque se le atribuyen beneficios hasta para el tratamiento del autismo) , por sus siglas en inglés MMS o CDS promovido entre otros por el biofísico suizo Andreas Kalcker, no es otra cosa que Dióxido de Cloro o Clorito de Sodio (NaClO2) con agua destilada que se activa con un ácido, por ejemplo el cítrico, el muriático (ácido clorhídrico), para producir Dióxido de Cloro en forma de gas. El Clorito de Sodio es un limpiador empleado en las industrias papelera y textil como blanqueador y, en pequeñas dosis, desde 1944, para hacer potable el agua. Una ventaja de esta aplicación, en comparación con el cloro (que ha sido el sistema más barato y comúnmente utilizado hasta ahora), es que genera menos trihalometanos (gases tales como el cloroformo) al reaccionar con los contaminantes orgánicos que pueda llevar el agua a potabilizar.

En su libro La Salud Prohibida, Kalcker expone sus respectivas conclusiones como biofísico, reconociendo que no es médico y en los capítulos 7 y 8 del mismo hace un listado y observaciones acerca de la toxicidad del producto, y afirma:
Hay que considerar que estos efectos indeseables están estudiados y dirigidos a los trabajadores que emplean o fabrican productos a base de dióxido de cloro.
Por tanto las dosis a que pueden estar expuestos para que ocurran estos efectos son mucho más altas que las recomendadas y usadas en otros campos, como en el campo terapéutico desarrollado en este libro, y por ello no se puede extrapolar.
Los efectos de una sobre-exposición crónica pueden producir daño en los pulmones y agravar los problemas de asma y otras patologías respiratorias preexistentes [...]
Es bueno ser escéptico en nuestra sociedad tan manipulable por la información engañosa, pero no es lo mismo ser escéptico que ser detractor. Es fácil desacreditar una idea simplemente por ser incrédulo. Pero el hecho de que no pueda creerse una cosa no significa que no sea así, y por lo tanto los detractores de una idea tienen la obligación de probar lo contrario.
Para probarlo necesitan evidencias y esas evidencias deben ser fehacientes, y no solamente una copia de otra opinión sin fundamento y sin investigación propia [...]
Habitualmente, se utiliza la fórmula de que los datos obtenidos en las investigaciones son falsos y por lo tanto el científico está supuestamente cometiendo un fraude[...]
Los detractores se limitan a copiar y a pegar textos oficialistas que acusan a la sustancia de una supuesta toxicidad, sin haberla estudiado de manera profunda, no dándose cuenta de que no es lo mismo inhalar que ingerir [KALCKER, 2016, pp. 407-409].
Pero, además, también advierte:
¿Es cierto que el dióxido de cloro puede curar todo?
Quiero dejar claro aquí que el dióxido de cloro no puede curar todas las enfermedades, sobre todo una de las peores enfermedades de la humanidad:... La estupidez ...
Sólo el cuerpo puede curar enfermedades, y existen herramientas que le ayudan a realizar esta labor, cuando no es capaz de hacerlo exclusivamente por sí mismo.
Jim [Humble] afirmó en su libro, que con el MMS se pueden curar todos los cánceres... evidentemente no es así, ya que se trata de una enfermedad compleja, con muchas causas, y además existen muchos tipos. Sé que él lo dijo de todo corazón, cuando al principio se podía ver que la gente se recuperaba, y lo que sí es cierto, es que muchas personas se han recuperado completamente de cánceres terminales; pero, no es lo mismo decir muchas que todas.
Otra cosa importante, es que en ocasiones se confunden los términos químicos, les ocurre incluso a profesionales médicos. La sustancia base precursor para hacer dióxido de cloro es el clorito sódico [op.cit., p. 59].
Sus defensores, entre los que se encuentra la monja (con licencia) Teresa Forcades quien se ha erigido también como crítica del sistema capitalista; sus defensores, decía —que han llegado a crear en EE.UU. por iniciativa de Jim Humbel y la iglesia católica la "iglesia" Génesis II de Sanación y Curación como una artimaña legal para aplicar el compuesto en calidad de "sacramento" acogiéndose así al derecho eclesiástico y, además, "potegerse" de la persecución estatal—, tienen razón al afirmar que los detractores se equivocan al presentarlo como cloro, a secas; pero, hay que decir que estos pasan por alto que el elemento cloro, gaseoso en su estado natural, como se asienta en la Wikipedia, "en condiciones normales y en estado puro forma dicloro: un gas tóxico amarillo-verdoso formado por moléculas diatómicas (Cl2) unas dos y media veces más pesado que el aire, de olor desagradable y tóxico. Es un elemento abundante en la naturaleza que no se encuentra en estado puro ya que reacciona con rapidez con muchos elementos y compuestos químicos, por esta razón se encuentra formando parte de cloruros (especialmente en forma de cloruro de sodio, sal de mesa), cloritos y cloratos, en las minas de sal y disuelto en el agua de mar y se trata de un elemento químico esencial para muchas formas de vida.



El clorito de sodio, NaClO2 también se usa como componente en enjuagues terapéuticos, colutorios, pastas dentales, geles, aerosoles para boca y también en la disolución para la limpieza de lentes de contacto. También se utiliza para la desinfección de conductos de aire y de HVAC/R y sistemas de las áreas de contención de animales (paredes, pisos, y otras superficies).

En síntesis orgánica, el clorito de sodio se utiliza frecuentemente para la oxidación de aldehídos a ácidos carboxílicos. Siendo como es un fuerte oxidante puede causar síntomas clínicos similares a los del clorato de sodio, tales como: metahemoglobinemia, hemólisis, insuficiencia renal.

La confusión esencial de quienes lo promueven como remedio para diferentes padecimientos parecería partir de una o estas dos causas: la similitud fonética entre la hidroxicloroquina y el dióxido de cloro o la función potabilizadora y desinfectante adjudicada. Pero, también puede deberse a lo dicho lineas arriba acerca de su relación con los ácidos carboxílicos o simplemente porque se lo confunde con el ión clorito. Y es, además, una confusión que pone de relieve el abrumador divorcio informativo y educativo que ocurre entre legos y especialistas en cuanto a la difusión de las ciencias, una asignatura pendiente sobre todo en los llamados países en desarrollo entre los que se cuenta México y que médicos como los hermanos chilenos Rodrigo Nicolás y Juan Ignacio Veller se han esforzado por reducir, convencidos de que la única manera de multiplicar el conocimiento es compartiéndolo.


Nosotros debemos ser críticos. Nosotros como estudiantes y/o profesionales de la salud entendemos el lenguaje técnico, sabemos traducir las ideas y debemos filtrar y, a partir de ese filtro, debemos procesar de manera crítica y transmitir a las personas que no lo entienden que tienen una desinformación [o mala información]. Porque, en tiempos de pandemia, con el miedo, el estrés, con el dolor y el sufrimiento de la gente, todos nosotros somos muy susceptibles [...] a creer discursos disfrazados con palabras técnicas [...] Y yo entiendo a todas las personas que se dejan convencer por estos argumentos [...] porque recuerdo cuando yo no estudiaba medicina [...] y era muy fácil también convencerme sobre todo cuando escuchba a alguien que yo lo consideraba tal vez una autoridad en el tema [...] Muchas veces saber un poco sobre algún asunto nos hace creer que sabemos mucho [VELLER, Rodrígo Nicolás, 2020].
La confusión también puede deberse a los estudios efectuados en la literatura médica para comprender los probables usos clínicos y terapéuticos del ácido hipocloroso cuya descomposición química deriva en la emanación de dióxido de cloro. Dichos estudios existentes desde la Primera Guerra Mundial buscaron dar respuesta al alarmante incremento de muertes (situación apremiante similar a la vivida hoy con la pandemia) por infecciones en los soldados, lo que hizo que se emprendiera la búsqueda de un desinfectante aplicable de manera directa en las heridas, que destruyera microorganismos y sus toxinas, sin dañar el tejido normal.
El ácido hipocloroso forma parte de un nuevo grupo de sustancias microbicidas conocidas como "moléculas antimicrobianas no antibióticas", que por su amplio espectro, rápida acción y amplio margen de seguridad puede ser utilizado para controlar y prevenir un amplio número de infecciones de piel y mucosas. Biológicamente se clasifica dentro de un grupo de pequeñas moléculas conocidas como especies reactivas del oxígeno (ROS), sintetizadas por células del sistema inmune (neutrófilos y macrófagos) durante un proceso inmunológico conocido como "estallido respiratorio", durante la fagocitosis de antígenos en reacción con la enzima mieloperoxidasa peróxido de hidrógeno (H2O2) y un ion de cloro. Funciona como una sustancia quimiotáctica que permite un excelente control microbiano y activación del sistema de defensa que facilita la rápida e inocua reparación de tejidos [WANG et. al. 2007; cit. en (Ácido hipocloroso, 2020)].

La realidad es que ambas partes, la defensora y la acusadora del uso del producto no han presentado pruebas fehacientes, investigaciones puntuales de su efectividad en la promoción de la salud, fuera de testimonios anecdóticos sin sustento. Con lo que se cuenta en cambio es con investigaciones acerca de la toxicidad probable en plantas y animales.

En la medida que el público general se eduque apropiadamente y no solo llevado por la curiosidad o la necesidad o el miedo, los temas que pueden afectar a su salud y bienestar le serán menos onerosos tanto para su integridad física como económica. Pero, como he dicho líneas arriba, esto pasa de manera especial por el desarrollo de esas habilidades y competencias para la discriminación informativa que permitan a los lectores y consumidores de información, en este caso profesionales o no de la medicina, seleccionar lo verdaderamente útil y trascendental.

Puede ser muy valiosa una síntesis como esta o la publicada por la BBC de Londres, alertando sobre el uso del Dióxido de Cloro. Pero, al final solo el lector, solo, determina, mediante el contraste de la información, qué le sirve en su creencia y limitado conocimiento, como lo demuestran los cientos de usuarios del producto, número creciente patrocinado incluso por las iglesias proveedoras de esperanza frente a los temores palpitantes en la acualidad.

En el lector queda responder si estamos ante un choque de paradigmas o ante una teoría que ha propiciado desde 1991 el registro de algunas patentes y más recientemente la reacción regulatoria de algunos gobiernos tanto a favor como en contra de su aplicación con carácter experimental o incluso terapéutico, a veces con carácter "preventivo" y como un ¿placebo paliativo? ante la deseperada situación que enfrentan los sistemas de seguridad mundiales:


  • Patente sobre una solución estabilizada de DIÓXIDO DE CLORO para su uso como biocida universal: sustancias químicas destinadas a destruir, contrarrestar, neutralizar, impedir la acción de cualquier organismo considerado nocivo para el hombre. Patente EE.UU. 20120225135 A1 Fecha: 6/9/2012 Inventor: Tadeusz Krogulec Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/RAUFWe
  • Patente sobre la utilización de varias sustancias incluido el CLORITO DE SODIO para el tratamiento de asma alérgica, rinitis alérgica y dermatitis atópica. Patente EE.UU. 8435568 B2 Fecha: 7/5/2013 Inventores: Mathias Brosz , Friedrich-Wilhelm Kuhne ,Klaus Blaszkiewitz , Thomas Isensee Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/AEBndF
  • Patente sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para el tratamiento parenteral (vía intravenosa) de infecciones por el HIV. El objeto de la presente invención es proporcionar un agente que inactiva los virus VIH en la sangre sin tener una influencia perjudicial en el cuerpo del paciente. Patente EE.UU. 6086922 A Fecha: 19/3/1993 Inventor: Friedrich W. Kuhne Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/LJTbo8
  • Patente sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para la prevención y el tratamiento de infecciones bacterianas, incluyendo la mastitis, en la ubre de mamíferos. Las composiciones incluyen dióxido de cloro en una cantidad que varía desde 5 ppm a 1000 ppm. Patente EE.UU. 5252343 A Fecha: 12/10/1992 Inventor: Robert D. Kross Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/emKbrx
  • Patente sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para la desinfección o esterilización esencialmente de componentes de la sangre (células sanguíneas, proteínas de la sangre, etc.). La composición se forma mediante la adición de un compuesto que libera dióxido de cloro con un ácido orgánico débil. Patente EE.UU. 5019402 A Fecha: 28/5/1991 Inventores: Robert D. Kross , David I. Scheer Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/LZpqdX
  • Patente que trata sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para el control de un amplio espectro de enfermedades infecciosas en la acuicultura, incluyendo el tratamiento de animales acuáticos infectados con patógenos asociados con las enfermedades infecciosas. Los animales acuáticos infectados con un patógeno son tratados por contacto con una cantidad terapéuticamente eficaz de dióxido de cloro. Patente WO 1995018534 A1 Fecha: 05/1/1995 Inventor: Robert D Kross Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/RyszsQ
  • Patente que trata sobre la utilización del CLORITO DE SODIO para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el alzheimer (EA) o la esclerosis múltiple (EM) Patente EE.UU. 8029826 B2 Fecha: 04/10/2011 Inventor: Michael S. McGrath (http://goo.gl/76oy3F) Patente apoyada por el gobierno de los EEUU donde el propio gobierno puede tener derechos sobre la misma. Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/HCPxC7






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Referencias y fuentes consultadas: