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Apuesta al "carro completo"



ERA DE LA OPINIÓN… (y lo sigo siendo, por aquello de la congruencia), de que las elecciones que ya arrancaron tan pronto como hoy serán en extremo reñidas. Lo más probable es que MORENA repita por intermedio de Claudia Sheinbaum en la presidencia de la república. Lo que todavía no está claro y por verse es lo que sucederá en el Congreso Federal.

Vaya, no es necesario ser oráculo para darse cuenta de que la ventaja de Claudia sobre Xóchitl Gálvez, encuestas más o menos, sigue siendo considerable, aunque no se descarta que pueda remontar en los escasos tres meses y medio que durarán las campañas electorales. Basta con mirar lo ocurrido en México a lo largo de estos infaustos seis años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (el verdadero nombre que estará soterrado en las boletas) y sus huestes morenistas y lopezobradoristas, para comprender no sólo que se dedicaron a dividir al país entre buenos y malos, sino que han puesto en mano de los malos a la república toda, tanto dentro como fuera del gobierno. Las promesas centrales de erradicar la corrupción y poner primero a los pobres jamás se cumplieron a cabalidad, acaso como chisguetazos repentinos allá y acullá.

Es sabido que soy apartidista, y lo mismo le pego a tirios que a troyanos cuando se hace necesario, y he alzado la mano para ofrecerme como candidato independiente y hasta no registrado, para que voten por mí en blanco, entre broma y en serio; pero siempre he procurado dar una aportación constructiva desde y entre mis dichos.

Pues lo que acabo de atestiguar en el arranque de campaña de Enrique Vargas del Villar, candidato a senador por el Estado de México bajo las banderas de la alianza PRI-PAN-PRD, ahora llamada Coalición Fuerza y Corazón por México, me da pie para continuar con la labor que desde hace años vengo haciendo en la caza de los indicios que permiten hacer del nuestro un mejor país. Al menos a eso apuesto, mientras los políticos, de uno y otro lado, apuestan por lograr el "carro completo", como se decía en la vieja política, esa, de la que el propio AMLO sabe de sobra. Pero vayamos por partes.

Una comilona entre cachuchones y "aspiracionistas"

La verdad fue azaroso mi encuentro. Caminaba por ahí quitado de la pena, cuando me topé en la calle al hoy diputado y líder moral del sindicato SUTEyM Naucalpan, David Parra. Nos saludamos con la cortesía usual. En eso, apareció a unos pasos Enrique Vargas del Villar. Misma amabilidad acostumbrada en el saludo mutuo. Y luego el diputado por el Distrito XXX de Naucalpan en la LXI Legislatura del Gobierno del Estado de México, el economista Enrique Jacob Rocha, exgobernador de la entidad, exsecretario de economía con Enrique Peña Nieto. Y así, como si alfombra roja, fueron desfilando ante mis ojos varios de los pesos pesados de los partidos PRI-PAN y PRD del Estado de México, y en específico naucalpenses, líderes sindicales, vecinales, influyentes empresarios, funcionarios de gobierno, miembros de los partidos, y uno que otro colado, como quien escribe estas líneas.

De pronto, en medio de la charla y la caminata callejera, me vi entre la marea de invitados introducido en una casa particular, a una comilona fugaz que sirvió de marco a la segunda presentación en el día de Enrique Vargas para presentar algunas de sus propuestas de campaña y, sí, también, ya se sabe, recibir de propios y extraños los saludos y halagos lambiscones, nunca faltantes, sobre todo de uno que otro con aspiraciones y ambiciones políticas, o para hacerse con el consabido hueso del cual roer en los años venideros.

Yo no estaba programado, aunque varios de ahí me conocen por estos Indicios Metropolitanos (o eso dicen, si es verdad que soy leído por el círculo de las élites políticas y gubernamentales; no es falta de humildad, siempre lo pongo en duda). Dado que siempre mantengo un perfil bajo, tampoco faltaron los que ni fu ni fa conmigo.

Mientras todos se acomodaban yo permanecí de pie, respetuoso, a sabiendas de que era el invitado de piedra. Un par de miembros del equipo se me acercaron para tomar mis generales, alguien de prensa me añadió a su lista; pero para otros yo era un completo intruso o no me recordaban. Y es natural, siendo un ermitaño, Santoñito Anacoreta es mi seudónimo, ya me andaban encaminando pero hacia la salida. Bien dice el dicho, santo que no es visto, santo que no es adorado.

"¡Pero tú eres todo un personaje en la región!", me dijo alguno de los de la plana mayor presentes, por lo que me ruboricé. Y al final, aclarada mi presencia, me quedé como siempre respetuoso de los protocolos. Y creo que eso me ha valido siempre pues, aunque para algunos puedo resultar incómodo por mis preguntas periodísticas, y lo objetivo y neutral de mis artículos de opinión, por lo general me toleran bien y hasta aceptan darme entrevistas exclusivas, como hizo esta vez el propio candidato al final de la comida que consistió de un muy democrático pollito con arroz rojo y agua de jamaica, mientras las mesas lucían blanquiazules y… ¿Y el amarillo apá? ¡Ah, pues en el solazo que rondaba los veintinueve grados centígrados!




Entre dichos.

Dieron entrada las intervenciones al micrófono de personalidades como David Parra, Enrique Jacob Rocha, Armando Gordillo Jr. (presidente del PAN Naucalpan), Carlos Corona (presidente del PRI Naucalpan), Tomás Palomares (líder del SUTEyM Naucalpan), Manuel Gómez Morín (ya de vuelta en el PAN, perdonado luego de aquellos escándalos que llevaron a que Patricia Durán, expanista, ganara la alcaldía de Naucalpan por MORENA), Raúl Chaparro Romero, presidente de la Asociación de Empresarios y Ciudadanos del Estado de México (ASECEM), el regidor David Agustín Belgodere "Bogus", el diputado panista Víctor Hugo Sondón, entre muchas caras conocidas más.

David Parra, diputado local priyista, afirmó que "a nadie le puede ir bien ni le ha ido bien en este país con MORENA", por lo cual enfatizó el interés y la necesidad de la coalición para "ganar y arrasar en las elecciones".

Por su parte, el priyista Enrique Jacob deseó para el candidato Vargas, la candidata Xóchitl Gálvez y la coalición entera, no solo el triunfo sino el compromiso de las fuerzas políticas ahí reunidas para apoyar en todo y con todo el proyecto que recomponga el desastre en que se ha convertido México.

Armando Gordillo, siguiente en tomar la palabra, destacó que ahí, en ese momento, estaban presentes "los hombres y mujeres de trayectoria política sólida y que han dado la batalla más de una vez por el bien de México". Y aseguró que la coalición plena estaba lista para, esta sí, "la madre de las batallas, con una campaña alegre y contundente". Hizo hincapié en que la coalición, sus miembros, seguidores y representantes "debemos poner poner freno a los abusos que desde el poder se ha venido haciendo, por ejemplo, al tomar los programas sociales como partidas de un presupuesto electorero". A voz en cuello recalcó: "¡La coalición tendrá carro completo!".

Carlos Corona, cabeza del PRI Naucalpan, secundó las mociones y añadió, en alusión a la militancia priyista, que "la marea roja se movilizará como nunca". Mientras, Tomás Palomares apuntó que "el camino tiene mucha certidumbre, arrebataremos a esos advenedizos la que debería ser una patria de oportunidades".

Tomando la palabra, el candidato a senador, Enrique Vargas, aclaró que era un honor arrancar su campaña en Coacalco y Naucalpan, sus casas. Si Coacalco, en cierto modo, lo vio nacer, Naucalpan por mucho tiempo fue su casa. Ese dicho, entre paréntesis, no sé por qué, me hizo recordar a la exalcaldesa Azucena Olivares, de infausta memoria, cuando tiempo atrás se refirió a Naucalpan, municipio que presidió con todo e irregularidades, en términos taurinos —y así registré en este blog— como "su querencia".

Llamó mi atención la ausencia de la alcaldesa Angélica Moya, aunque comprensible; también de Edgar Olvera Higuera, diputado local, exalcalde de Naucalpan, el diputado Iván Rodríguez. ¿Será que todavía no se dan el "abrazo de Acatempan" Olvera y Vargas luego de sus rencillas legales y territoriales? O sea, el PAN, muy unido no está y eso puede usarlo a su favor la cuarta transformación o hasta el mismo "Alito" Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI, aunque ya también es larga la fila de priyistas tocando a la puerta MORENA.

El oráculo de Huizquilucan

Enrique Vargas —de quien años atrás, cuando era alcalde de Huizquilucan, pesaron señalamientos de presumible abuso y acoso, incluso por parte de diputadas—, aprovechó la ocasión para "destapar" a Martha Moya como candidata a diputada federal por parte de la coalición. Yo solo espero que no la vuelvan a quemar como lo hizo "Bogus" con su idea de poner el mega balón ADIDAS del mundial en las Torres de Satélite sin el permiso correspondiente por el INBAL.

Seguramente desde la Cámara de Diputados, Martha Moya hará lo propio para impulsar la declaratoria de dicho monumento construido por Luis Barragán y Matías Göeritz para ser considerada patrimonio cultural de la humanidad, algo difícil de conseguir dados los requerimientos de la UNESCO y luego de que se construyera como se hizo el Viaducto Bicentenario. Sería de esperarse que ella y Cuauhtémoc Rodríguez, presidente de Fomento Cultural Torres de Satélite unieran esfuerzos y dejaran de lado veleidades para que pudiera realizarse semejante proyecto tan acariciado por ambos desde hace por lo menos veinte años.

Volviendo al ya no tan joven colega comunicólogo Enrique Vargas, este además aseveró tajante en su perorata: "si en el dos mil veintiuno auguré que ganaríamos Naucalpan por más de sesenta mil votos, lo que sucedió sobradamente con sesenta y siete mil, hoy pronostico que ganaremos por más de setenta mil votos". Enseguida hizo una serie de cálculos en el aire, para mostrar a la breve audiencia reunida en una casa particular cómo, en las elecciones estatales que se suscitarán este año, la coalición podría ganar con más o menos holgura las gubernaturas de Morelos, Veracruz, Puebla, Ciudad de México; Yucatán y Guanajuato con mucha seguridad. Descartó Tabasco y Chiapas, entidades que dio por perdidas dada su inclinación pro AMLO. Y a mí me llamó la atención que diera, como probable logro propio, el posible triunfo de Movimiento Ciudadano en Jalisco. Y es que Movimiento Ciudadano, al ir solo en las elecciones con Jorge Álvarez Máynez como candidato presidencial, la ciudadanía no tiene claro para quién trabaja, pues sus votos podrían abonar a negociaciones con la coalición tanto como con la cuarta transformación. ¿O es que Dante Delgado ya vendió caro su amor? ¿O el pasado priyista del candidato naranja ya va arrojando frutos rojos; perdón, rojiazules; perdón, rojiazulamarillos?

Al plantear algunas de las ideas que pretende barajar como parte de su plataforma de campaña, Vargas comentó que buscará ser parte de la Comisión de Seguridad en el Senado, para incidir de manera positiva en las políticas públicas que reviertan las inoperantes del gobierno, como la fallida estrategia de seguridad etiquetada "abrazos no balazos": "Esa estrategia no funciona. A los delincuentes no les importa quitarle la vida a la gente".

Añadió que propondrá también, desde el Senado, que la educación sea deducible de impuestos, bajar la edad de la pensión para adultos a sesenta años. Esta propuesta, aunque atractiva, tendría que estar muy bien sustentada, pues ha de recordarse que desde poco antes de la pandemia ha habido una tendencia mundial (en parte de la mano de la Agenda 2030) a aumentar la edad de la jubilación y pensiones, primero a sesenta y cinco años y en algunos países incluso hasta los setenta. Las razones económicas detrás se justifican en los altos costos de erogación que suponen una cada vez mayor población envejecida y la carga financiera que suponen las pensiones para el grueso de la población económicamente activa y el propio gobierno. Una política estatal de esta envergadura, no debería irla soltando Enrique Vargas con singular alegría, por muy apetecible que sea, pues ya en la práctica es muy probable que se vería obligado a recular.

También llamó mi atención que en la lista de "propuestas" no abundara en temas de actualidad y emergentes como es el tema de la sequía y la cada vez más grave deficiencia de agua en el país, sobre todo en la megalópolis. Creo que su coordinación de campaña deberían ser más asertivos en la selección de los temas si de veras se quiere conseguir un impacto favorable en el electorado.

Verdes dejan las filas para sumarse a la coalición.

Enrique Vargas expuso que, de la mano de las propuestas de Xóchitl Gálvez, candidata por la misma coalición a la presidencia de la república, quiere que se invierta más en México y que los inversionistas internos y externos apuesten por el país, sin miedo; que apuesten por un país sin miedo (una coma hace la diferencia), e invitó a los presentes a ganar juntos la mayoría del congreso. "No hay manera de que nos ganen", afirmó. Y aprovechó el calor de la audiencia y el ambiental para saludar a nuevos miembros del Partido Acción Nacional salidos del Partido Verde de Naucalpan. "Los que antes se fueron, ahora regresan. Me dicen que, viendo el desastre que tenemos de país, ellos quieren sumarse a la coalición mejor que a la cuarta transformación". O sea, como ya se ve, chapulines los tenemos en todas partes. Ahí está Olvera, que ahora se viste de Peter Pan.

Jorge Alberto Coutulenc Buentello,
presidente del Partido Verde Ecologista Naucalpan,
Edgar Olvera Higuera, exalcalde panista.
Foto tomada de Estado de México al Día.

Charla en corto

En breve charla, en corto y exclusiva, que este plumífero pudo sostener con el candidato al senado, cuestioné si de veras alcanzará el carro completo para ganar la presidencia, o solo dará para el Congreso. Vargas respondió seguro que definitivamente sí alcanzará para ganar Naucalpan. Es decir, "los votos presidenciales en Naucalpan arrasarán, sin duda. Si ganamos en el dos mil veintiuno, ganaremos en dos mil veinticuatro". Y aunque confía que la campaña presidencial de Xóchitl irá por buen camino, reconoció que la tarea será ardua a nivel nacional, pero no imposible. La principal confianza estará depositada en la ciudadanía.

I.M.: Enrique, ¿la coalición buscaría revertir desde el senado iniciativas regresivas de MORENA?

E.V.V.: Por supuesto. Aunque no puedo decir ahora todavía cuáles y cómo, porque tenemos que hacer consenso los miembros de la coalición para definir el rumbo.

I.M.: ¿Hay algunas que puedan ser mejorables?

E.V.V.: Seguro. Pero, te repito, primero tenemos que revisar con mucho cuidado las cosas para responder como la coalición que hemos conformado.

I.M.: Particularmente, en tanto candidato a la senaduría, ¿la educación tendrá algún enfoque especial bajo la perspectiva de la coalición opositora PRI-PAN-PRD?

E.V.V.: Claro, seguro será abordado el tema. Sin embargo no puedo pronunciarme aún al respecto por lo que te comenté antes.

I.M.: Entiendo bien que es necesario sentar bien una plataforma para poder dar claridad a propuestas concretas. No obstante, a título personal, como candidato, ¿qué opinas de casos como el que recientemente ocasionó ámpula en la opinión pública, el de la niña de cuatro años abusada y que motivó a un grupo social a manifestarse contra la sentencia del juez bloqueando el periférico norte? ¿Qué propondrías al respecto desde el senado?

E.V.V.: Bueno, opino lo mismo que quienes ya se pronunciaron para llamar al poder judicial para aclarar el tema y dar certeza jurídica en el caso.

I.M.: ¿Crees que será necesario hacer adecuaciones de ley para apuntalar esa certeza jurídica desde la legislación, y dotar de mejores elementos a los jueces para las tomas de decisión en casos como este?

E.V.V.: Es probable. Habría que revisar con cuidado.

La reunión terminó. Como era de esperarse en tiempos de campaña, la exhaustiva agenda del candidato demandaba su traslado a otras tantas reuniones para ir sumando adeptos y apoyos de parte de la ciudadanía, de organismos empresariales y un largo etcétera.

Y una cosa me quedó clara de la ocasión: muy aparte de los resultados de las elecciones, esta alianza tripartidista deberá mantenerse firme de la mano de la ciudadanía en los siguientes años. Si perdieren, porque tendrían que hacer un bloque común al continuismo desastroso y desolador que algunos creen que podría significar el triunfo de MORENA. Si ganaren, porque tendrían que apuntalar las decisiones de gobierno, los proyectos legislativos, los programas sociales, las inversiones que, ya desde la presidencia, ya solo desde el Congreso pudieren promoverse para revertir el daño hecho a México.

Yo lo he dicho en otros espacios como el grupo de este blog en Facebook, y aquí mismo: la apuesta de la oposición debe ser en primer término a ganar la mayoría en el Congreso Federal, en segundo lugar las gubernaturas y alcaldías, porque sin esa base, no podría tenerse equilibrio frente a una presidencia en las manos de Claudia Sheinbaum, ni podría fortalecerse la presidencia de Xóchitl Gálvez.

Mi mayor preocupación hoy no va por esos lados, sino sobre el papel que jugará el vapuleado Instituto Nacional Electoral y también, hay que decirlo, el que jugará el crimen organizado que, ya se vio en dos mil veintiuno, va por todo.


México abatido


 

ERA DE LA OPINIÓN… de que México era un país con la cabeza erguida, orgulloso de su historia y sus tradiciones, pero tal parece que hoy México es todo lo contrario; más parece un país abatido por la pandemia, la economía, el crimen y las torpes decisiones de sus gobiernos.

En la consideración anterior he utilizado una palabra con todo propósito: el verbo abatir.

Desde el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, el verbo abatir ha sido empleado no solamente con torpeza sino con exceso por todos aquellos políticos, periodistas o personas comunes que han abordado el tema del crimen organizado, el combate al narcotráfico, en la nota policiaca o los discursos populistas. Noticias van y vienen, y la constante es el abatimiento del delincuente, el abatimiento de la mujer, el abatimiento de los derechos elementales. Y todo comenzó con un informe dado por los militares allá a comienzos del sexenio de Calderón, al poco tiempo de haber declarado el ex presidente la guerra al narcotráfico. Una guerra que, si por una parte parecía necesaria, por otra parte resultó contraproducente en sus efectos tanto como en sus expectativas, al punto que hoy el estado y sus recursos han sido rebasados en muchos de sus esfuerzos por conseguir la paz, la tranquilidad, la legalidad en este nuestro México abatido.

Pero no podemos culpar a los militares del abuso y mal uso que se ha hecho de este verbo abatir. Ellos, en su momento, al elaborar el primer informe donde utilizaron esta palabra, lo que pretendían era describir, informar acerca del hecho de que habían sometido y aprehendido a determinados criminales, no que los habían asesinado. Pero tal parece que los afanes justicieros solamente entienden la palabra abatir en una de las acepciones que nos provee el diccionario y como eufemismo sinónimo de asesinar: 

1. tr. Derribar algo, derrocarlo, echarlo por tierra. U. t. c. prnl.

2. tr. Hacer que algo caiga o descienda. Abatir las velas de una embarcación. U. t. en sent. fig. Roma abatió el poder de Cartago.

3. tr. Inclinar, tumbar, poner tendido lo que estaba vertical.

4. tr. Hacer caer sin vida a una persona o animal.

5. tr. Hacer perder a alguien el ánimo, las fuerzas, el vigor. U. m. c. prnl.

6. tr. Desarmar o descomponer algo.

7. tr. En determinados juegos de naipes, dicho de un jugador: Conseguir la jugada máxima y descubrir sus cartas, generalmente en forma de abanico sobre la mesa.

8. tr. Geom. Hacer girar alrededor de su recta común un plano secante a otro hasta hacerlo coincidir con él. U. t. c. prnl.

9. tr. desus. Humillar a alguien. Era u. t. c. prnl.

10. intr. Mar. Dicho de un buque: Desviarse de su rumbo a impulso del viento o de una corriente.

11. prnl. Dicho de un ave, de un avión, etc.: Descender, precipitarse a tierra o sobre una presa. El cuervo se abatió SOBRE una peña. U. t. en sent. fig. La desgracia se abatió SOBRE ella.

Cuando examina uno la realidad que hoy estamos viviendo en México, no cabe duda que cada una de las acepciones del verbo abatir son aplicables.  

México es un país abatido.  Las leyes han sido abatidas junto con el estado de derecho que deberían de sostener.  Los servicios de salud pública están abatidos, en parte, por la capacidad rebasada, la falta de presupuesto y las decisiones gubernamentales e institucionales que han hecho de nuestro sistema de salud uno enteco por caduco sometido a la corrupción de empresas privadas y funcionarios públicos. 

El sistema de procuración y administración de justicia están abatidos. En la parte de la procuración de justicia, la corrupción campea de arriba para abajo, y de un lado al otro; pocos escapan a sus tentaciones. Por lo que toca a la administración de justicia, podemos decir que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene parte de razón en los señalamientos que hace acerca de la corrupción existente entre jueces, magistrados y ministros, es algo que no podemos negar pero que tampoco podemos generalizar como una forma de pretexto para trastocar uno de los tres poderes que sustentan a nuestra república. Y si esta procuración y administración de justicia están abatidas es también porque quienes hacen las leyes han abatido al Estado de derecho con un conjunto de reformas a modo cuando no inútiles, absurdas o francamente estúpidas, más interesadas en las metas particulares y partidistas que en el bien común. Es decir, el Congreso de la Unión está abatido por causa de la negligencia, la irresponsabilidad, la tozudez, la soberbia y la ceguera de quienes lo componen.

México es entonces un país abatido por sus políticos, por su población, por su circunstancia.

Todos nosotros, en la medida de nuestra propia y personal responsabilidad, somos causantes de este abatimiento; unos más, otros menos. Y ahora, cuando la carrera hacia las elecciones presidenciales del dos mil veinticuatro ha prácticamente comenzado, escuchamos a morenistas y a frentistas alegando un sin fin de sinrazones, unos culpando al pasado, otros culpando al presente, pero ninguno con la capacidad de reconocer la parte de culpa que le corresponde en este innegable abatimiento de nuestro país.

La economía está abatida, aunque el peso luce fuerte. La fortaleza de nuestra moneda no es efecto de las decisiones de un gobernante o de alguno de los que componen su séquito, es sencillamente la consecuencia de una dinámica de mercado monetario, de la dinámica de una economía mundial interconectada y que, desde mediados de la pandemia, atraviesa por una franca recesión; una recesión que algunos han querido reconocer mientras otros persisten en negar. A los primeros, algunos los tachan de exagerados, por lo menos; y a los segundos, de fervorosos creyentes en la esperanza.

México lleva cinco años de un gobierno que tuvo como lema justo la idea de la esperanza. Los mexicanos, los que votaron por ese gobierno tanto como los que no, esperábamos que el concepto de transformación de veras fuera una metamorfosis que hiciera de nuestro país esa bella metáfora encarnada en la mariposa o ya de perdida en la polilla surgida de una maravillosa aunque grotesca oruga. Pero resulta que la oruga no salió devoradora,  glotona,  ansiosa de poder, y en su deambular mañanero por entre las ramas, con cada bocado abate la imagen, la credulidad y la legitimidad de una nación entera.

Los aspirantes a mandatarios, de un lado apenas llegan a burdos remedos de lo que hoy se tiene.  Los del otro lado recuerdan los pecados de lo que ya se tuvo. Puede haber entre unos y otros quienes tengan las capacidades, conocimientos, experiencias, intuición suficientes como para medianamente garantizar una visión de estado, un rumbo de regular claridad para el país, pero la verdad es que de todos juntos no hacemos uno solo, aunque nos prometan un gobierno de coalición y fundamento ciudadano. Poco importa si son de sexo masculino o femenino o de alguno más inventado por la autopercepción o la circunstancia. Lo que México necesita para levantarse de su abatimiento no es un asunto de sexo, no es un individuo concreto, no es una ideología específica como la que se quiere inducir mediante los libros de texto, tampoco es un sueño guajiro anclado en la letra de un bolero.

Los mexicanos estamos abatidos en nuestro ánimo. El aumento de asesinatos dolosos, de desapariciones forzadas, el miedo, la angustia, el tronarse los dedos por no hallar el ingreso cotidiano suficiente abaten a cualquiera, hasta al más pintado.

El gobierno y sus seguidores, día tras día, abaten o pretenden abatir a quienes no piensan como ellos y recurren para ello al odio, la división, el descrédito, la falacia y la mentira, distorsionando la verdad para acomodarla a su leal saber y entender. La verificación de la realidad en esos términos se vuelve tarea ardua que acaba por abatir a la verdad misma.

La oposición en cambio con su actuar reaccionario pretende abatir al gobierno en turno descalificándolo o calificándolo de mil maneras, a veces con razón y a veces sin ella. Si en el pasado se quiso desaforar al provocador, hoy el provocador, desaforado, quiere hacer del fuero el parapeto de los cretinos.

Entonces, y para terminar, el México que hemos experimentado entre dos mil dieciocho y dos mil veinticuatro no ha sido otra cosa sino un ring de lucha donde los contendientes, en vez de hacer un espectáculo digno, abaten el concepto mismo de competición, abaten al árbitro, abaten al contrincante, abaten las entradas y abaten al público que los observa. En el proceso, lo único que queda son fosas clandestinas, muebles incendiados, afanes inconclusos, pretensiones prostituidas, tristeza y ausencias.

Andrés Manuel López Obrador consiguió su cometido de pasar a la historia, pero no como el mejor presidente, ni siquiera como el peor, sino como el hombre que, por sus actos y omisiones hizo de México un país abatido. He ahí la verdadera transformación.


¡Oh, capitán! ¡Mi capitán!

Foto: Archivo Indicios Metropolitanos. "¡Oh, capitán, mi capitán!", imagen generada con inteligencia artificial.
Autor: Alfred Steppenwolf


ERA DE LA OPINIÓN…, influenciado por la mercadotecnia política, de que los candidatos eran simples cosas de quita y pon, corcholatas, cartas de una baraja, removibles a veces por la gracia de un prodigioso dedo flamígero, a veces por algo que los dizque entendidos llaman la voluntad popular. ¡Qué equivocado estaba! O debería decir que estábamos, tú y yo, amable lector. Todos.

El voto en la mano no es letra de cambio ni garantía de calidad.

Los electores, aunque se los quiera ver como individuos, en el contexto de una elección  y más de una campaña, solo son parte de la masa y, la masa, lo saben bien Carlos Alazraky y otros colegas, no piensa, reacciona. Por eso, las campañas propagandísticas apelan a lo que las masas consumen: popularidad, atractivo, motivación, sentimientos. Buscan satisfacer lo más inmediato o, cuando mucho, lo más mediato en cuanto a carencias, resolver deficiencias. No más.

Eso explica también por qué políticos, empresarios e intelectuales acaban juntándose en clubes donde conciliar sus sueños y fantasías, separados del conglomerado y creyéndose los semidioses mandamases sobre la comunidad, aunque esta los vea con recelo. Desprecian al vulgo suponiéndole mera recua a la que es obligado guiar a punta de chicote, chiflido, golosina o canciones, mientras comprenden la travesía del modo como haría el capitán de un navío desfallecido en la cubierta, al lado del timón.

Claro está, es deseable que el elector, ya en la soledad de la cabina donde asienta su sufragio a depositar en la urna, como el individuo que es, sopese los planes, proyectos, ideas, propuestas (mejor que promesas), personalidades, pros y contras de un candidato y su partido respecto de los contendientes, por comparación, y que exprese mediante la boleta su aprecio por tal o cual específico, o en alianza con otras fuerzas, intereses e ideologías distintas de la imperante. Al final eso sucede, de malas o de buenas. Pero mal hacen los sobrios petulantes en pretender que, para los cargos de representación popular, y más los de la envergadura del presidencial, solo tengan cabida, a despecho y contrapelo de los derechos fundamentales asentados en la Carta Magna, los individuos candidatos con "capacidad", "experiencia", "conocimientos", así sean feos, inmorales o impopulares; o, ya de perdida, que cumplan con un diez por ciento de capacitación y un noventa por ciento de leal probidad.

Con toda la legitimación que conforme a derecho le asista a un individuo, ni el ejercicio de una profesión, ni los grados académicos, ni la experiencia, ni el sentido común garantizan que, ya no digamos un candidato, sino el mismo triunfador de unos comicios, será lo non plus ultra. La falibilidad humana siempre será un factor determinante en el ejercicio del poder, tanto como en el de cualquier acción realizada por el hombre (y aquí hablo del ser humano, para que no me tachen de misógino los socotrocos de apostadores por el lenguaje inclusivo y dizque políticamente correcto).

En algún momento de nuestra historia democrática, el voto era un mero trámite. Hoy se procura darle significado como efectiva, eficiente y eficaz forma de expresión de las preferencias ciudadanas, en cualquiera de las maneras que adopte: voto nulo, blanco, directo, indirecto, virtual o abstención.

Pero el voto también podemos verlo metafóricamente como un equilibrista caminando sobre una cuerda floja sin red de seguridad debajo, un violinista danzando sobre un tejado. Basta un mal paso o un soplo más fuerte de lo calculado para que las cosas salgan como no se habían imaginado.

Lemas como "La honestidad valiente, "La corrupción somos todos", "Arriba y adelante, "Por el bienestar de todos", "La esperanza de México", "La solución somos todos" y muchos más, ponen en evidencia sintética lo expuesto en lo antedicho. Los hechos y dichos están ahí, incontrovertibles, registrados por esos mismos medios oficialistas o no, a los que tanto se aplaude cuando no se los ataca.

¡Votando, que es gerundio!

La popularidad es fundamental para la construcción de liderazgos. No lo digo yo, lo dicen —valga la cacofonía entrante— los expertos psicólogos, sociólogos, politólogos o colegas comunicólogos, y no de ahora, sino desde que comenzaron los estudios sobre el tema allá por la década de los treintas del siglo pasado. No es un tema nuevo. De ahí que el populismo no es malo en sí, al contrario —ya se lo explicaba el presidente Obama al presidente Enrique Peña Nieto—, tiene una función específica en el arrastre de los grupos y masas. El problema se suscita cuando el populismo, basado en la popularidad, insisto, se pervierte y da pie a la demagogia. Y esta puede darse indistintamente entre quienes se definen de "derecha" como en quienes lo hacen cual de "izquierda", o hasta de "centro". En la casa del jabonero, el que no cae, resbala. Nada tiene que ver con afanes comunistas, socialistas, socialdemócratas o capitalistas. Sú único afán es provocar a las conciencias, seducirlas para conseguir su atención y favores con miras a una supuesta misión compartida y que alguien, puede ser cualquiera el ungido, no sabemos quién, ha de encabezar. Poco importa si la muchedumbre es tarada, imbécil, idiota o enterada. Hasta ahora la costumbre ha sido que quien levanta la mano y dice "¡yo quiero!" es tomado como feliz cordero para el sacrificio, noble sacrificio de sufrir la gloria o el infierno. Pero vivimos tiempos de transformación. Tal vez la bendición o maldición recaiga sobre mí, o sobre este o ese de allende. ¡Del agua mansa nos salve Dios!; y tengamos cuidado con lo que deseamos, pues los deseos, tarde o temprano, para bien o mal, se cumplen.


Por lo tanto, quienes se rompen la cabeza por hallar quién puede ser el capitán del navío, deben buscar candidatos populares, con capacidad de arrastre pero que no sean demagogos ni den pie al amotinamiento. Para no caer en la demagogia, su tipo de liderazgo ha de ser lo que debe definirse de entre los nueve existentesCabe destacar que estos estilos de liderazgo no son mutuamente excluyentes, y muchos líderes pueden combinar diferentes enfoques según las circunstancias y las necesidades de la comunidad (según se la vea como sistema de grupos organizados, conjunto de equipos o con el vago término de "sociedad civil"):

  1. Liderazgo autocrático: Este tipo de liderazgo se caracteriza por un control centralizado y una toma de decisiones unidireccional. El líder autocrático toma decisiones sin consultar al equipo y espera obediencia total.
  2. Liderazgo democrático: En este estilo de liderazgo, se promueve la participación activa de los miembros del equipo en la toma de decisiones. El líder democrático valora las opiniones y aportes de los demás antes de tomar una decisión final.
  3. Liderazgo laissez-faire: En este enfoque, el líder adopta un enfoque de "dejar hacer" y otorga a los miembros del equipo una gran autonomía y libertad para tomar decisiones. El líder se convierte en un recurso y brinda apoyo cuando se solicita, pero no se involucra de manera activa en la dirección del equipo.
  4. Liderazgo transformacional: Este tipo de liderazgo implica inspirar y motivar a los miembros del equipo para alcanzar niveles más altos de desempeño y lograr objetivos comunes. Los líderes transformacionales fomentan la creatividad, la innovación y el desarrollo personal de los seguidores.
  5. Liderazgo transaccional: Aquí, el líder establece acuerdos y recompensas claras con los miembros del equipo a cambio de un rendimiento determinado. El líder monitorea el cumplimiento de las tareas y ofrece incentivos o sanciones según los resultados.
  6. Liderazgo carismático: Los líderes carismáticos ejercen una fuerte influencia sobre los seguidores a través de su personalidad carismática y su capacidad para comunicar una visión convincente. Inspiran a los demás y generan entusiasmo y compromiso.
  7. Liderazgo situacional: Este estilo de liderazgo se basa en la idea de que no hay un enfoque único que sea efectivo en todas las situaciones. Los líderes situacionales adaptan su estilo de liderazgo según las necesidades y la madurez de los miembros del equipo.
  8. Liderazgo visionario: Los líderes visionarios tienen una visión clara del futuro y son capaces de comunicarla de manera persuasiva a los demás. Inspiran a los seguidores con un propósito común y los guían hacia metas a largo plazo.
  9. Liderazgo orientado a los resultados: Los líderes orientados a los resultados se centran en la consecución de objetivos y en la mejora del desempeño. Establecen estándares altos, fomentan la rendición de cuentas y dirigen a los miembros del equipo hacia el logro de resultados tangibles.

Las relaciones peligrosas o qué sabroso pollito con papas.

El término "sociedad civil" tiene sus orígenes en la filosofía política y ha sido utilizado y desarrollado por varios pensadores y académicos a lo largo de la historia. Sin embargo, se atribuye al teórico político inglés del siglo XVII, John Locke, la formulación más influyente del concepto de "sociedad civil".

Locke planteó la idea de una sociedad civil como un ámbito separado y distinto del gobierno y la autoridad política. En su obra Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil (1690), estableció la distinción entre la sociedad política, que era el ámbito de la autoridad estatal y la legislación, y la sociedad civil, que se refiere a las relaciones y asociaciones voluntarias entre los individuos en la sociedad. Le faltó hacer la distinción con el ámbito de la autoridad judicial, porque entonces no existía la división de poderes como hoy la conocemos.

Posteriormente, otros filósofos y teóricos políticos, como Jean-Jacques Rousseau y Alexis de Tocqueville, contribuyeron a desarrollar el concepto de sociedad civil en sus propias obras. Desde entonces, el término ha sido ampliamente utilizado en la teoría política y el discurso académico para referirse a la esfera de la actividad social, económica y cultural que existe fuera del ámbito del gobierno, y que involucra la interacción y la organización de los individuos en asociaciones y organizaciones no estatales. Pero también, a ciencia y paciencia, a querer o no, se fue propiciando el divorcio franco entre los gobernantes y los gobernados llevando a dos visiones de mundo: a) quienes ven el mundo como el tablero de ajedrez donde se ejerce el poder mientras la sociedad civil conforma las piezas del juego; b) quienes ven a los gobernantes, autoridades, funcionarios y representantes como empleados sujetos al dictado de una vaga razón popular. Lo que hoy estamos viviendo y atestiguando en México y el mundo, ese afán popular por someter a los líderes traza una fina y peligrosa raya que separa la democracia, por imperfecta que sea, y la oclocracia, la que puede conducir a una toma de decisiones impulsiva y a la vulneración de los derechos y las libertades de aquellos que no están en línea con la opinión o la voluntad de la mayoría, o de una minoría que se autodefine como representantes virtuosos de dicha amorfa mayoría.

Esa forma de categorizar al gobernante, en tanto funcionario público, como "empleado del pueblo", como subalterno de una autoridad difusa es un craso error. Como lo es también la visión extrema contraria. El elegido no es por definición ni caudillo ni mártir, ni ogro filantrópico ni capataz, ni pedagogo ni pescador de hombres.

Los líderes válidos no se autonombran o autoeligen o autoproponen. Para que un liderazgo, cualquiera de sus tipos, sea sólido, este debe ser reconocido y aceptado por los otros, por la gente que conforma el grupo al que pertenece ese individuo; y el rol debe ser asumido por quien lo detenta. Si uno de estos dos factores no ocurre, el liderazgo, tarde o temprano, pierde fuerza, poder y queda reducido a una función complementaria, lo cual tampoco es despreciable, pues siempre se espera y sucede que convivan los nueve tipos de liderazgo en un mismo grupo y de forma simultánea, complementándose. No quiere decir que solo unos pocos pueden ser líderes. Todo lo contrario, en cada persona hay una o más formas de liderazgo como respuestas adaptativas a las situaciones que envuelven a la organización de la que son parte. La dinámica de la alternancia del liderazgo es una constante en todo sistema social.

De ahí, la importancia en la selección de candidatos radica no en el plan, programa, proyecto o visión de campaña, sino en la personalidad con el potencial de llevar a efecto dicho plan, y de adaptarse a la circunstancia de su aplicación. De entenderse y coordinarse con los otros tipos de liderazgo para conducir la nave a buen puerto. Para que eso ocurra, el elegido debe estar arropado por un equipo que abarque los restantes tipos de liderazgos que lo complementen. Es verdad que en algún momento estos otros podrían sustituirlo, pero para que eso suceda debe ser por causas mayores o un cambio radical en la circunstancia de origen.

¿Quiénes seleccionan a esos nueve liderazgos? Mejor dicho, ¿quiénes los reconocen entre la multitud? Los otros, la gente misma en un proceso "natural" de "¡sigan al bueno", al audaz, al inteligente, al poderoso, al carismático, al conocedor, al relacionado, al sensible, al calculador estratega o al ferviente místico. Eligiendo siempre con apego a la circunstancia que aqueja definiendo la situación del grupo o la masa. No lo hacen de forma artificial y artificiosa con base en métodos y protocolos retorcidos, densos, cartabones inflexibles sujetos a los lineamientos de una ideología.

El verdadero líder no tiene necesidad de ir de casa en casa recabando firmas. La gente con solo mirarlo, escucharlo, leerlo y tratarlo lo identifica. Poco importa su sexo o su preferencia sexual.

De ahí también que, por años, la mercadotecnia política ha estado equivocada en mirar a los candidatos individuales, como productos y, a los partidos que los contienen e impulsan, como marcas. Sólo hay algo cierto en ese enfoque y es la posibilidad de que el producto, asociado a la marca, con base en sus propiedades y objetivos, motive la adhesión del elector visto, de nuevo un error, como público consumidor. Sí, también es cierto que todo candidato, visto como producto, está sujeto a una fecha de caducidad, pero no como individuo, como persona. De ahí que lo elegido no son botellas de refrescos, unos burbujeantes otros libres de azúcares, sino personas. La mercadotecnia, pues, ha sido el factor pervertidor de la política ya de por sí podrida desde antaño. Pero es la mercadotecnia también la que, revisando sus principios aplicados a este tema, puede transformar la manera como los electores, ya en su individualidad, voten conforme a su leal saber, entender y sentir, y muy aparte de lo que la masa puede sugerir por inercia social.

Hoy México es una nave encallada. Su capitán, su Ulises, atado al mástil no consiguió eludir los cantos de las sirenas y nos llevó a derivar por una odisea en la que los monstruos a enfrentar fueron, en su mayoría, productos de su delirio. Entre otras cosas, eso explica nuestra división. Ahora está por verse si nosotros seremos capaces de remar o nadar hasta la orilla. En esta circunstancia, cabe recordar a Walt Whitman.

¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha terminado.
La nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el anhelado premio.
Próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero que te aclama,
Siguiendo con sus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave;
Más, ¡ay!, ¡oh corazón!, ¡mi corazón!, ¡mi corazón!
No ves las rojas gotas que caen lentamente,
Allí, en el puente, donde mi capitán
Yace extendido, helado y muerto.
¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Levántate para escuchar las campanas.
Levántate. Es por ti que izan las banderas. Es por ti que suenan los clarines.
Son para ti estos búcaros, y esas coronas adonardas.
Es por ti que en las playas hormiguean las multitudes,
Es hacia ti que se alzan sus clamores, que vuelven sus almas y sus rostros ardientes.
¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
¡Deja pasar mi brazo bajo tu cabeza!
Debe ser sin duda un sueño que yazgas sobre el puente.
Extendido, helado y muerto.
Mi capitán no contesta, sus labios siguen pálidos e inmóviles,
Mi padre no siente el calor de mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
La nave, sana y salva, ha arrojado el ancla, su travesía ha concluido.
¡La vencedora nave entra en el puerto, de vuelta de su espantoso viaje!
¡Oh, playas, alegraos! ¡Sonad, campanas!
Mientras yo, con dolorosos pasos,
Recorro el puente donde mi capitán
Yace extendido, helado y muerto.

Un par de cuentos pa'l que trague más pinole

Foto: Sergio Vázquez / La Prensa

ERA DE LA OPINIÓN… de que, como dice el refrán, quien tiene más saliva traga más pinole. Pero parece que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, como buen tabasqueño aficionado a esa bebida refrescante y energética que es el pozol, hasta se le atragantan los hielos como las palabras que salen de su boca.

Lo anterior lo acoto luego de que, como parte de los escarceos que ha sostenido el mandatario con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, la ministra Norma Piña, un conjunto de la ciudadanía se volcó con manifestaciones variopintas clamando "La Corte no se Toca" y en redes sociales se ha viralizado el extracto de video de cuando el hoy presidente recibió en la Corte su constancia de legitimidad tras haber obtenido el triunfo en las elecciones de dos mil dieciocho. En esa ocasión y como parte de su discurso, Andrés Manuel López Obrador aseveró palabras más o menos que, en apego al respeto interinstitucional de los poderes de la nación, no sería un entrometido en los asuntos del Poder Judicial, cosa que en la práctica y sobre todo a poco más de un año de estar próximo el final de su mandato, no ha cumplido a cabalidad lanzando contra jueces, magistrados y ministros, como antes contra medios, nosotros los periodistas, abogados, empresarios y etcétera, una andanada inmisericorde de diatribas, máxime cuando las cosas no salen como a él se le antojan, como si los demás fueran los culpables de su estupidez e ineptitud como gobernante.

Algunos tijeretazos al estilo Corte Inglés

La Constitución no es ningún traje a la medida. Constantemente requiere ajustes y de ahí la justificación de las reformas incesantes que parece definir el papel del Poder Legislativo, como si los legisladores, en vez de representar los intereses de las mayorías y de las minorías por igual, fueran una suerte de sastrecillos valientes.

Es una falacia en el discurso y en los hechos esa propuesta retórica de "La Corte no se toca". Pero tampoco nos vayamos con la finta y veamos a los legisladores de tal modo, pues si la moraleja del cuento de los hermanos Grimm inculca que el ingenio puede ser más poderoso que la mayor de las fuerzas, por otro lado también enseña de manera indirecta lo importante que es la autoconfianza, al caso que nos ocupa tanto de la oposición como del pueblo. Ya que de no ser por lo mucho que el propio sastrecillo cree en sí mismo —y aquí me refiero al grupo de sastrecillos que conforman la bancada morenista que se ha mostrado muy envalentonada—, no hubiese sido nunca capaz de realizar las hazañas que logró.

¡Por supuesto que al "gigante" de la Corte debe tocársele! Igual que al gigante autócrata que hoy nos gobierna, triste es decirlo pero es verdad, legítimamente. Un gigante con ínfulas de caudillo mesiánico tentado a revivir las viejas usanzas del presidencialismo imperial —para citar a Enrique Krauze, hoy vapuleado por los esbirros que componen la actual intelectualidad orgánica de turno.

No por defender la institucionalidad de un poder componente de nuestra República hemos de pasar por alto una dolorosa y grave realidad. Me refiero al hecho indubitable y multifactorial de la corrupción en el poder judicial, en todos los niveles, de varias maneras, y que hemos padecido todos los mexicanos en mayor o menor medida. Corrupción dada en la impartición de justicia además coludida por la existente en la procuración de justicia dependiente del ejecutivo, y amparada en la perversa interpretación de las leyes de la mano de la ineptitud o la socarronería de abogados, asimismo de la ignorancia y analfabetismo legal del grueso de la población, por no mencionar la artera voluntariedad del gobernante en turno en cualquier nivel, del municipal al federal. ¿O no ha utilizado el propio AMLO los argumentos judiciales para pararse el cuello cuando las sentencias salen a su favor? Y, cuando fue Jefe de Gobierno en la Ciudad de México, ¿no dio trazas de ser un un atrabiliario capaz de saltarse leyes y sentencias? Ahí están los ejemplos de la construcción de los segundos pisos y más recientemente la arbitraria manera de expropiar las vías de Ferrosur, que podría ser un acto justificado pero en la práctica mostró la calaña de presidente que elegimos, para el que sus dichos lo definen de pies a cabeza cuando ha expresado con exabruptos: "A mí no me vengan con que la ley es la ley", o "Quien no está conmigo está contra el movimiento".

En esta sastrería, para muestra basta un botón

Ministerios públicos, jueces, magistrados y ministros tanto como los legisladores y los funcionarios dependientes del poder ejecutivo hoy deben ceñirse, entre otras, a una ley de salarios máximos que está mal redactada y en el texto falla a su espíritu desde el momento que toma como cota superior el sueldo de una función como la del Presidente del Ejecutivo, cuando en realidad la cota tendría que ser pareja como techo igualando el sueldo de los presidentes de los tres poderes y de ahí, hacia abajo, disminuir proporcionalmente los emolumentos.

Hoy, ese hueco en la ley es uno de los factores interpretativos para que por un lado los consejeros del INE y por otro los ministros devengaran y devenguen más que el Presidente del Ejecutivo. El alegato es atendible, razonable, aunque se preste también a triquiñuelas políticas por parte de los partidos.

Yendo más allá, esa ley de salarios máximos, como propuse hace años, justo cuando estaba por crearse dicha ley, tendría ya que hacerse extensible al resto de los mexicanos para impedir la concentración de la riqueza en unas pocas manos y propiciar una mejor distribución de la riqueza en general, así en el gobierno como en la empresa privada. Ningún empresario, ninguna celebridad del medio del espectáculo o los deportes, por ejemplo, tendría por qué obtener como salario más que las cabezas de los poderes estatales, aquí o en China, aunque la dinámica económico-financiera sea distinta. Eso lo expliqué en un conjunto de textos de mi autoría en mi blog añales atrás: 

Entonces, para terminar. la SCJN está tan sujeta a revisión y reformas constitucionales como cualquiera de los otros poderes e instituciones gubernamentales. Toda ley es perfectible y la división de poderes no significa que no puedan incidir unos sobre otros en una constante labor de equilibrio, por supuesto sin que ello signifique la violación de las atribuciones respectivas. Si a la Corte la imaginamos intocable, es tanto como prohijar los abusos desde las existente lagunas constitucionales.

El verdadero problema no estriba en la crítica dizque injerencista que AMLO ha hecho sobre la Corte u otras instituciones autónomas como el INE o el INAI, sino en el tono y la dudosa intencionalidad de sus querellas y diatribas a las que, como si también hubiera salido de un cuento, personajes como la ministra Norma Piña han salido al paso como Juan Sin Miedo.

De cueros y correas

El presidente Andrés Manuel López Obrador flanqueado a su derecha por el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, y a su izquierda por Fernando Vilchis Contreras, alcalde de Ecatepec. (Fuente: NoticiarioG).

ERA DE LA OPINIÓN… de que la costumbre en las elecciones lleva a creer que de los cueros salen mejores correas, pero a veces resulta y ahora lo vemos que lo correoso deja verdugones en el cuero y más cuando la caballada está flaca.

La reflexión anterior toma como punto de partida lo escrito hace poco por el colega Carlos García quien fuera vocero de David Parra cuando contendió contra Edgar Olvera por la alcaldía de Naucalpan. Y me explico mejor experimentando a la vez el resultado de utilizar para la redacción de las líneas siguientes la inteligencia artificial de ChatGPT.

Una "traición" pactada

Sí, la "traición" de Alfredo del Mazo a la coalición formada por PRI, PAN, PRD que acusa Carlos García (quizá deslizando el parecer del grupo priyísta del que forma parte el diputado charro, dicho sin ánimo peyorativo, David Parra) estaba cantada desde el comienzo del gobierno de AMLO y quedó ratificada en los tres espaldarazos francos que el presidente dio al gobernador en dos mil diecinueve, veinte y veintidós, y sobre el que Andrés Manuel López Obrador se expresó calificando como "distinto de otros majaderos". Pero no se trata de una traición como tal, sino del refrendo de un pacto que los morenistas y lopezobradoristas insisten en no ver: el pacto tan llevado y traído en dimes y diretes entre AMLO y Peña Nieto (de quien Del Mazo es primo), el mismo por el que ahora se pone en entredicho que Lozoya pudiere pagar los veinte millones de dólares del caso Nitrogenados, porque supondría abrir la puerta al infortunio y rascar en el estercolero de Palacio Nacional.

La candidata morenista al gobierno del Estado de México, Delfina Gómez, y el presidente Andrés Manuel López Obrador. (Foto: Twitter @jenarovillamil)

Los dichos de García ponen sobre la mesa una realidad que va más allá de los datos y que, en vez de abonar a favor de la coalición, la unidad y su candidata Alejandra Del Moral Vela, y al dueño del micrófono de esa campaña que es el panista Enrique Vargas del Villar, desvía la atención favoreciendo a la candidata morenista, la nefanda Delfina Gómez Álvarez, cuyo presumible desvío de recursos por alrededor de ochocientos treinta millones de pesos cuando fue alcalde de Texcoco sigue sin aclararse

Alejandra del Moral no tiene todas consigo pues, así como su contrincante, también fue acusada de fraude inmobiliario durante su gestión como alcaldesa de Cuautitlán Izcalli (2009-2012). No obstante, en febrero de 2015 fue nombrada por el ex presidente Enrique Peña Nieto, directora general del entonces BANSEFI, hoy Banco del Bienestar. ¿Se van leyendo los indicios y conexiones?

Dos potrancas encarreradas

Al margen de chismorreos y politiquerías, como aquellas de que Andrés Manuel López Obrador sostuvo en su adolescencia una relación dizque zoofílica con una yegua ojona, de piernas zorencas y redonda grupa conocida como "La Canica", hija de madre fina y ranchero acaudalado —tal vez una alegoría para encubrir la identidad de alguna moza de la que fuera enamorado el tepetiteco hoy presidente y le fuera infiel con un amigo—, las cosas parecen como sacadas de un corrido revolucionario, en el que se narra cuando un popular charro, digamos el PRI, le ofrece al hacendado, digamos AMLO, cambiarle una joya, su yegua colorada requemada fierro Del Moral, por su potranca prieta lobo gateado fierro Saltillo. El hacendado acepta, pagando por la potranca y regalando displicente el cuaco bruto e indomable, como centauro del norte o varón de Cuatrociénegas. Hecho el trato y el trueque, el charro revira su plan y reta al hacendado a una coleada corriendo su nueva propiedad contra la yegua colorada en el camino real de Agua Prieta. Envalentonado, el hacendado vuelve a aceptar, pero condiciona que se ponga el dinero de la apuesta por delante y en la mesa. El resultado ya se sospecha, el charro triunfa, doma al cuaco que aprende a guiarse solito y el hacendado pierde, pero feliz de tener entre sus manos la potranca que lo corona.



"Caballo que alcanza, caballo que gana" afirmó durante su campaña Alejandra del Moral admitiendo su desventaja. Y si bien la rechula potranca priyista tiene los bríos de la juventud apretando sus caderas, no parece suficiente su enjundia para dar alcance todavía a la correosa yegua morenista que le lleva dos cuerpos de delantera, según destacan las encuestadoras, colocando a Delfina Gómez con más de cincuenta por ciento a favor en las preferencias electorales contra los poco más de treinta puntos de Del Moral, porcentaje que se vio aumentado al salirse de la carrera el candidato de Movimiento Ciudadano Juan Zepeda [MONTALVO, 2023].

Pero aquí la alegoría tiene dos caras. Por un lado podemos ver a Alejandra del Moral como la yegua colorada y a Delfina Gómez como la potranca lobo gateado, pero entonces el charro sería AMLO y el hacendado el PRI a correr la coleada en el Estado de México. La lectura en ese caso sería que, al aceptar el hacendado (Alfredo del Mazo) comprar a la yegua colorada (Del Moral) y regalar al charro el ejemplar lobo gateado (Delfina), de acuerdo con la narración la apuesta terminaría ganándola el charro al correr al lobo gateado, con toda su violencia espectacular.

Esa sería una visión reduccionista, porque las elecciones clave de este año no solo ocurrirán en esa entidad sino también en Coahuila, donde el candidato Manolo Jiménez de la alianza "Va por Coahuila" aventaja a sus competidores. El tema entonces no es de coleadas sueltas, dos yeguas compitiendo en el centro y cuatro potros en el norte. La lectura es más abstracta, la yegua colorada es el Estado de México y el potro lobo gateado es el estado de Coahuila, ambos con más de cien años de gobiernos emanados de la Revolución Mexicana, o sea el PRI y sus antecesores. Coahuila suma ciento seis años y el Estado de México, ochenta y seis. Puede decirse entonces que la indomable Coahuila no es grata a un hacendado que reconoce que la brutalidad del ejemplar ha combado a charros y caporales, y prefiere hacerse a la idea abusiva de que le puede comprar al menospreciado charro su dócil y chulo cuaco que tanto prestigio y alarde le implicaría por tres reales.

Cambio o continuidad

Todo es cuestión de cálculo político y económico. Que Morena gane el Estado de México políticamente puede significar una victoria pírrica para Morena, pero mediática y demagógicamente favorable como abono para las elecciones presidenciales de dos mil veinticuatro. Si por un lado implicaría la pérdida de la que fuera por mucho tiempo la "joya de la corona" para el PRI, por otro lado supondría, para ese mismo partido y la alianza de la que forma parte junto con PAN y PRD, la posibilidad de reforzar su influencia en el norte y el bajío. Como están las cosas con los cárteles del narco peleando la plaza central, la Megalópolis, las inversiones en el Estado de México se han visto afectadas y esta "corona" se encuentra más mellada que la del rey feo del carnaval. Por lo tanto la apuesta es a ganar Coahuila y con ella la fuente de las nuevas riquezas.

De acuerdo con las estadísticas publicadas en febrero por Parametría, más del setenta por ciento de los mexiquenses apuestan por que otro partido gobierne el Estado de México y se rompa el ciclo de más de ochenta años de gobiernos priyistas en la entidad. Es decir, siguen apostando al caballo de la hacienda.

Fuente: Parametría.

Lo que pasan por alto muchos mexiquenses es que hoy las inversiones extranjeras tienen más interés en el norte y bajío mexicanos para poner en práctica el denominado nearshoring que consiste en la estrategia empresarial para mover su producción a sitios más próximos al destino final de la misma, por ejemplo hacer las partes para la fabricación de automóviles más cerca de las plantas automotrices, y mover estas más cerca del mercado objetivo más inmediato, en este caso el estadounidense, ello con la finalidad de reducir costos. El nearshoring entonces se entiende como una relocalización de los factores productivos [(ÁVILA, 2023), (GONZÁLEZ, 2023)].

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, del 2019 al 2022 la Inversión Extranjera Directa fue acaparada por once estados, incluido Coahuila, que se ubicó en novena posición, con cuatro mil ciento setenta y seis millones de dólares.

Los primeros cinco receptores de IED fueron Ciudad de México, con treinta y dos mil ciento treinta y un millones de dólares; Nuevo León, con catorce mil ciento tres millones; Jalisco, con ocho mil trescientos tres millones; Edomex, con ocho mil seiscientos cincuenta y nueve, y Baja California con cuatro mil seiscientos setenta y nueve millones de dólares. [(MARTÍNEZ, 2023), corrección de estilo mía]

En cuanto a las inversiones en el Estado de México, es importante mencionar que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el segundo trimestre del 2022, la inversión extranjera directa en el Estado de México fue de doscientos noventa y nueve millones de dólares, lo que representó el 1.4% del total a nivel nacional. En contraste, la inversión extranjera directa en Coahuila durante el mismo periodo fue de setecientos noventa y un millones de dólares, lo que representó el 3.7% del total a nivel nacional.

A ojos del PRI o por lo menos de priyistas pragmáticos de la línea de Alejandro Moreno "amlito", salvo de los de algunos priyistas de viejo cuño, es preferible ceder la destartalada joya y apostar por el noreste del país, es decir la gubernatura de Coahuila, donde está el futuro de la inversión, no solo por hallarse el yacimiento más importante de litio del país y uno de los más importantes del mundo, sino por ser hoy el principal imán atrayente de los capitales.

Las elecciones del Estado de México en la actualidad se antojan en una situación interesante y por demás histórica. El actual gobernador, Alfredo del Mazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha estado en el poder desde 2017 y, teóricamente, buscaría mantener la presencia priyista en su entidad; pero, mientras en el pasado su principal rival fue el Partido Acción Nacional (PAN) hoy su principal competidor es la candidata de Morena, el partido del presidente López Obrador, quien ha obtenido importantes victorias electorales en el país en los últimos años.

Ascenso chino y elecciones en México

Si bien el Estado de México ha sido históricamente una fortaleza del PRI, la situación actual podría favorecer a Morena, y un triunfo político morenista ahí redundaría en la glorificación del caudillismo lopezobradorista y la reafirmación ideológica. Sin embargo, de manera contradictoria, una victoria de Morena en el Estado de México podría tener consecuencias negativas para el partido a nivel nacional por lo que al tema económico se refiere, más considerando los problemas de seguridad y el control de los cárteles de la droga como un factor importante en las elecciones, dato este que fue evidente en las elecciones intermedias de dos mil veintidós.

Aun cuando el Estado de México es uno de los estados más ricos y poblados del país, la inseguridad y la competencia con otros estados ha afectado la inversión en la región. Por otro lado, Coahuila ha atraído importantes inversiones en los últimos años gracias a sus recursos naturales, su ubicación estratégica en la frontera con Estados Unidos, y sí, también por ser uno de los estados de paso para el trasiego de drogas. El yacimiento de litio en Sonora es uno de los más importantes del mundo y ha atraído el interés de empresas como Tesla que en fechas recientes anunció que instalaría en Nuevo León la que sería su planta más grande e importante. Y ni qué decir de las empresas chinas las que, debemos recordar, desde que Enrique Peña Nieto tomó posesión como gobernador del Estado de México, luego como presidente de la República, les dio franca entrada, al igual que el propio Andrés Manuel López Obrador mediante deslizar a las calladas sus inversiones en los proyectos emblemáticos de sus gobiernos, como los recientes de Dos Bocas, el Tren Maya, el Corredor Transístmico. Proyectos en los que China ha tenido cifradas sus metas para extender su moderna ruta de la seda y cerrar el círculo retomando la antigua idea de la famosa Nao de la China. Esa ruta asiática se ligará con el continente americano desde sus enclaves africanos en Nigeria con dos vías, una hacia Brasil, otra hacia México, y esas rutas anexas servirían de pinzas para abarcar las rutas en el Pacífico, cortando la hegemonía estadounidense ([VIDAL, 2018], [FURLONG et.al., 2023]).

Si en el Estado de México ya está cantado que Alejandra del Moral, en parte por su plataforma de campaña y falta de colmillo, no tiene mucha oportunidad frente a Delfina Gómez, las elecciones en Coahuila en cambio auguran una consolidación priyista y panista. La pregunta es si los resultados serán efecto de la democracia o de un acuerdo por debajo de la mesa, a pesar de afirmar el presidente que no es como los otros ni hace arreglos en lo oscurito, cosa que ya nadie cree conforme los hechos han evidenciado en estos cuatro años y medio de su gobierno, tal vez por eso le estorban el INE y el INAI entre otras instituciones contra las que ha arremetido con singular virulencia.


En resumen, las elecciones del Estado de México y de Coahuila son clave para el panorama político y económico del país como pocas veces antes y de ellas dependerá, sin duda, el resultado de las elecciones presidenciales que ya se preparan para dos mil veinticuatro y que, insisto en mi augurio, volverá a ganar el partido Morena como parte de la inercia dinámica de nuestro pendular sistema político que revelará que el de ahora, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, apenas fue un asomo de izquierda centro. La izquierda extrema está por venir y tras ella el retorno del centralismo bajo el influjo chino. Son los signos, los indicios de los tiempos que nos toca vivir.

Referencias

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  • Martínez, G. (2023, February 22). Acaparan el Norte y el Bajío los beneficios del nearshoring. Vanguardia MX; Grupo Editorial Coahuila, S.A. de C.V. https://vanguardia.com.mx/dinero/acaparan-el-norte-y-el-bajio-los-beneficios-del-nearshoring-DF6520410
  • González, L. (2023, April 17). México tiene la oportunidad de convertirse en un hub de la industria: Concamin. El Economista; El Economista. https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Mexico-tiene-la-oportunidad-de-convertirse-en-un-hub-de-la-industria-Concamin-20230417-0038.html
  • Avila Muñoz, José. (2023, February 24). ¿Qué es el nearshoring y cómo impacta a México? Expansión. https://expansion.mx/economia/2023/02/24/que-es-nearshoring-mexico
  • Montalvo, Omar. (2023, April 16). Alfredo Del Mazo hunde a Del Moral para el Edomex. Diariobasta.com. https://diariobasta.com/2023/04/16/del-mazo-hunde-a-del-moral/‌
  • Vidal Liy, Macarena. (2018, December 3). EL PAÍS: el periódico global. El País. https://elpais.com/economia/2018/11/30/actualidad/1543600537_893651.html
  • Furlong, A., Raúl Netzahualcoyotzi Luna, & Edwin Hernández Herrera. (2023). China en Latinoamérica: La expansión de la ruta de la seda. Indiciales, 1(5). https://doi.org/10.52906/ind.v1i5.44‌

Coherencia entre objetivos y políticas de gobierno.


ERA DE LA OPINIÓN… de que, como reza el refrán, una golondrina no hace verano, y las declaraciones de Ignacio Galán presidente global de la empresa Iberdrola parecerían confirmar la idea.

Entrevistado en Inglaterra dos días antes de la transacción hecha con el gobierno de México, y respondiendo entre otras preguntas al cuestionamiento expreso de qué necesita la empresa española de los políticos para invertir en un país, Galán afirmó: "Se necesita coherencia entre objetivos y políticas de gobierno".

Palabras más o menos expuso el presidente global de la empresa española ante el presidente Andrés Manuel López Obrador al afirmar con su estilo directo y escueto [énfasis mío]:

Hace dos años estuvimos acá y nos pidió que negociáramos, que dialogáramos, que llegáramos a acuerdos. Pues dos años más tarde hemos dialogado, hemos hablado y hemos llegado a acuerdos. Acuerdos siempre con el mismo espíritu. El espíritu del respeto a las políticas de cada uno de los países donde estamos. Hemos entendido cuál es la política energética de su gobierno, y esa política energética de su gobierno nos ha llevado a buscar una situación que sea buena para el pueblo de México y que al mismo tiempo cumpla con los intereses de nuestros accionistas. […] Por eso nuestro deseo es seguir colaborando con México, lo llevamos haciendo veintidós años, de la forma y manera que el gobierno mexicano desee […]

Es decir, en palabras llanas, si hacemos una libre traducción de lo dicho entre líneas y entre los hechos antecedentes, la declaración es equivalente a decir para qué quedarnos donde no somos bien vistos, donde incluso ni siquiera se respetan las resoluciones judiciales en nuestro favor. Ahí les traspasamos el changarro, a ver si pueden con el paquete. Tomen chocolate y paguen lo que deben. Seguimos interesados en México, pero no ahora, no con este gobierno. Y como no es sensato patear el pesebre, mejor nos hacemos a un lado. Ya habrá ocasión de volver en el futuro, esperamos.

La adquisición de las trece plantas de generación de electricidad de Iberdrola se realiza a través de un vehículo de inversión nacional con participación mayoritaria del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), administrado por Mexico Infrastructure Partners, y financiamiento de la banca, informó Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Y esto porque, hay que decirlo, el gobierno no tiene el dinero para efectuar la transacción y ni se diga CFE, paraestatal que, de haber sido heredada con una relativa salud, en lo que va del sexenio degeneró en un elefante blanco. De lo que se deduce que no se trata ni de lejos de ninguna nacionalización, sino de una compra-venta por interpósitos inversionistas, o dicho de otra manera una reprivatización pero de activos sujetos de ser administrados por una paraestatal, en una variante moderna del afán echeverriyista de hacer del estado una entidad no solo rectora, sino administradora, centralizante y omnímoda, pero en un esquema racional por el que, dado el porcentaje de mercado, CFE queda en los linderos de ser considerada un monopolio, a diferencia de lo que en los setentas del siglo veinte ocurrió con su equivalente de la época, PEMEX. 

De acuerdo con la descripción en su sitio web, "Mexico Infrastructure Partners está formado por un equipo con experiencia regional e internacional que cuenta con una larga trayectoria en estructurar y levantar fondos de inversión, fuertes relaciones con jugadores clave del sector y extensa experiencia en administración de activos". Preside a este fondo Mario Gabriel Budebo, para incongruencia de los dichos de AMLO, y si empleáramos sus mismos adjetivos acostumbrados, un aspiracionista tecnócrata del ITAM. Entre líneas la decisión se antoja el reconocimiento tácito de la ineptitud de Manuel Bartlett y su gente en la administración de los activos actuales de CFE, la necesidad urgente de sumar "expertos en la administración de activos", para reacomodar las piezas del rompecabezas y, no sólo rescatar a la para estatal sino sobre todo al político.

Ahora, la cacareada nacionalización es falaz también porque la adquisición de unos activos bien localizados no significa la totalidad del mercado energético mexicano, para ello el gobierno mexicano tendría que efectuar operaciones semejantes con el resto de los actores que, desde la apertura del sector energético han invertido en el país. Bien dice el refrán que una golondrina no hace verano; a menos que estemos ante el indicio del surgimiento de un dragón que terminaría devorando uno a uno a los inversionistas en el sector energético.







Pobrecito AMLO, ¡qué lástima me da!


tiempolec

ERA DE LA OPINIÓN… de que Andrés Manuel López Obrador, nuestro actual Presidente de la República podía a veces, si no muy frecuentemente, ser un insensato. Y uno de sus recientes tuits me lo ha confirmado una vez más.

Los dos López

Para tristeza de muchos de nosotros, mexicanos, ayer por la noche falleció un Primer Actor, Ignacio López Tarso. Este texto está lejos de pretender hacer una nota necrológica. Me contentaré con hacer la conexión entre la versatilidad de un López histrión, siempre encargado de personajes de carácter, y que alguna vez en su vida se apuntó de manera confundida e insensata para seminarista sin tener la vocación sacerdotal, con nuestro mandatario, otro López que, al igual que Pito Pérez, personaje creado por el michoacano José Rubén Romero tiene una vena mística y poética que puede rayar, cuando se lo propone, en el sermón misionero recurrente en su sinsentido.

Pito Pérez viene a cuento por varias razones. La primera porque el finado actor fue el tercero en representar el personaje en el cine (1970), interpretado antes por Manuel Medel (1944, 1948) y Germán Valdez "Tin Tán" (1957). Todos de manera magistral tanto por las actuaciones como por las direcciones y las adaptaciones, cada una de las cuales optó por enfatizar algún aspecto específico de la novela, ya el ánimo cómico del pícaro, ya el cinismo en la denuncia y el tratamiento crítico de la moral y la ética sociales, ya la meditación filosófica acerca de los tópicos y valores universales como la vida y la muerte. En segundo lugar porque el personaje tanto como nuestro presidente, a querer o no, encajan por sus particulares derroteros en lo que se cataloga como el pícaro [DÍAZ, 2014]. En tercer lugar porque ambos López, Tarso y Obrador, para poder hacernos creíbles y entrañables las palabras y preocupaciones anecdóticas de Pito Pérez tuvieron primero que identificarse con el propio personaje, suerte de desheredado para el que el rechazo social transformó su vida en una inutilidad aparente, un vacío que trata de llenar con la sabiduría de la experiencia, aunque esta implique ignorancia y credulidad cretinas.

Representar,  pensar,  imaginar  o  escribir  una  ficción  es  un  simulacro  mental  y  vital  del ser  humano  acerca  de  la  realidad  que  lo  circunda;  es  una forma de  apropiarse  y  de recontextualizar todo aquello que percibe con sus cinco sentidos para proveer de fondo y sustancia a su propia existencia. Es, en una palabra, transformación; mas no por ello, menos  verosímil  o  menos  real.

[…] El  cine,  así  como  los  demás  soportes  ficcionales,  realiza como diría  Umberto  Eco,  un contrato  tácito con  el  espectador  o  lector  para  que  la  ficción pueda darse, a pesar del entorno real de estos actantes externos. Y que Pito Pérez desea contar  la  suya  a  quien  quiera  oírla,  no  importando  transgredir  los  límites  de dos universos: uno real y otro ficticio, pues lo que él ha vivido y sufrido no puede quedar en el  olvido,  así  como  así.  Sino  que  este  Pito  Pérez  desea  que  su  ficción  traspase  su “realidad mexicana rural posrevolucionaria” a cualquier realidad [GARCÍA, 2016].  

El pícaro Pito Pérez necesita embriagarse con aguardiente para evadir la realidad que lo ha amargado con los años. Una realidad que le ha puesto enfrente a los otros, al prójimo, como miembros de una recua de hipócritas. El pícaro Andrés Manuel López Obrador necesita la ebriedad propiciada por el poder para justificar la realidad alternativa que desde joven decidió construirse y desde donde, erigido en héroe mesiánico, pretende combatir a una sociedad que califica de hipócrita por corrupta y conservadora. Pito Pérez fastidia a sus vecinos con sus notas chillantes. López Obrador fastidia a unos gobernados sí, y a otros no, con sus machaconas "Mañaneras" dotadas de un texto teatral, cuya insistente repetición mantenida ya a lo largo de cinco años reclamaría al final del sexenio su placa conmemorativa de las mil quinientas representaciones.

El presidente lamentó la muerte del actor rememorando su participación en el filme de Roberto Gavaldón, pero confundiendo la interpretación de López Tarso con su preferida, la de Tin Tán.

Foto: Tuit de AMLO. Archivo Indicios Metropolitanos.
Fuente: Twitter/lopezobrador_

¿Por qué optó el presidente por "quedarse" con esa frase y qué lectura podemos dar a su elección?

Entre el diablo y el pícaro te veas

El contexto lo es todo al momento de comprender los mensajes. En este caso nos enfrentamos a una lectura que aplica a varios niveles de contextualidad, a saber: el contexto de la novela, el contexto de cada unas de las versiones fílmicas, el contexto de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, y el contexto específico del momento que detona el tuit declaratorio de este como punta del iceberg.

Si vamos bajando desde la punta hasta el fondo, lo primero que debemos hacer notar es el ruido que implica la declaración proviniendo de un presidente que ha acomodado a sus adversarios en el sitio más diabólico a sus ojos, caracterizado por la corrupción y el conservadurismo, los que, según él, su estilo personal de gobierno ha conseguido transformar, no sabemos en qué, pero eso afirma. Desde ese punto de vista, una primera lectura podría llevar a afirmar que el presidente siente lástima de sus opositores quienes no han oído una palabra de compasión o cariño y, en cambio, sólo críticas acérrimas de parte de él mismo y sus simpatizantes, dividiendo, causando encono. Pero esa sería una lectura algo chabacana, quizá digan los seguidores de la llamada 4T.

Una segunda lectura permitiría acomodar las palabras bajo la sombra del combate al narcotráfico, y nos pondría entonces a un presidente conmiserándose del crimen organizado, para el que su política de seguridad basada en "abrazos y no balazos", por contraste de la de sus antecesores (por cierto uno de ellos paisano de Pito Pérez y con el mismo gusto por las bebidas espirituosas), y de la mano de sus instrucciones a la Secretaría de la Defensa y la Guardia Nacional ha llevado a los efectivos militares o militarizados a defender por sobre todo los derechos humanos de los criminales. Al fin, ¿no son ellos también ciudadanos mexicanos con todos sus derechos y prerrogativas en tanto no se confirmen sus culpas ante la sociedad? Pero esta sería una lectura irreverente, o eso podrían pensar los adoradores del culto lopezobradorista. Advierto, lejos estoy de pretender que mis lucubraciones sean sarcásticas.

La lectura que sin embargo puede ayudar a acomodar las otras dos en un ámbito más objetivo es justo la derivada del contexto mismo de la obra. Dónde, cómo y por qué dice Pito Pérez la frase mentada por el presidente. Esto es apenas al final de la primera cuarta parte de la novela y lo que detona la reflexión del pícaro es la pregunta del narrador acerca de cómo le ha ido en el amor. Y la respuesta es un primer asomo del amargo reclamo que habrá de dejar el borrachín en su testamento al final de la historia y que, para no alargar el presente artículo omito la cita que sería muy larga [ROMERO, 1986: 376-377]. Sólo destaco su trasfondo de contradicción cristiana.

Elegir esa frase sin detenerse en el contexto nos revela el resentimiento soterrado en el espíritu no solo de un hombre preciso, sino de todo un movimiento social como lo ha sido el lopezobradorismo visto —sintetizando las descripciones que López Tarso hiciera en algún momento— como guedeja de la izquierda anidada originalmente en el priyismo y en tanto desecho de este. Algo sobre lo que he escrito, y muchos más han dedicado líneas y minutos de video y audio, para refocilarse con esa característica de un hombre íntimamente agobiado por un pasado de recelos y ninguneo, que a punta de paciencia y necedad, pero también gracias a un sistema político democrático como el mexicano y al que ahora trata de desmantelar por no ajustarse a sus expectativas, dejó de ser como tantos mexicanos un Don Nadie, para entallarse la investidura de mandatario que ahora porta, esa sí no invisible como la del rey que desfila desnudo.


Lo que el presidente López Obrador y sus simpatizantes y su administración, vaya, su claque no han considerado es que en el justo comienzo del libro sobre La vida inútil de Pito Pérez, el autor, José Rubén Romero ya asoma una crítica igual de aplicable al actual gobierno como a los anteriores, y la que se resume en una pregunta que el protagonista ha hecho al alcalde: "¿No ha observado usted que la profesión de déspota es más fácil que la de médico o la de abogado?" [ROMERO, op.cit.: 350].

No cabe duda que en cuestión de citas y referencias, así como en la moda, cada cual toma lo que le acomoda.

Referencias

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  • DÍAZ Suárez, Brenda. ( 2014). El pícaro en la novela. La vida inútil de Pito Pérez por José Rubén Romero. Tesis de Licenciatura. Universidad Autónoma del Estado de México. Versión PDF. Revisada el 12 de marzo de 2023 desde http://ri.uaemex.mx/bitstream/handle/20.500.11799/30793/DISCO%20TESIS%20AGOSTO.pdf?sequence=1&isAllowed=y
  • ROMERO, José Rubén (1986). Obras completas. Editorial Porrúa, México.
  • GARCÍA Castañón, Andrea Anahí. (2016). "La ruptura de la cuarta pared en La vida inútil de Pito Pérez (1969) de Gavaldón como posible reafirmación de su carácter de denuncia social". Publicado en El Ojo Que Piensa. Revista de Cine Iberoamericano // E-ISSN: 2007-4999, (13). Recuperado desde http://www.elojoquepiensa.cucsh.udg.mx/index.php/elojoquepiensa/article/view/245.