Yo, por razones laborales, nunca pude ver el capítulo respectivo. Solo mi madre, para no variar, lo atestiguó; pero, no lo grabó en videocasete como muchas otras cosas. Ahora sé y he podido recuperar, gracias a una amistad rusa que además desde hace dos semanas es mi “esposa” en Second Life, no solo la escena o el capítulo, sino la telenovela completa (TOP CINEMA, 1993). Echen un vistazo al capítulo 9, minuto 24, segundos más o menos y ¡ahí estoy!, en mis fulgurantes 26 años recién cumplidos días antes de la grabación.

Gracias a una amistad rusa que además es mi esposa en Second Life conseguí el capítulo de la telenovela en que actué.

La anécdota: Estaba por terminar la universidad y me titularía pronto de comunicólogo, en 1991. Hacia 1989, mi ex condiscípula y amiga, Verónica Pimstein, hija del afamado productor Valentín Pimstein y para quien yo laboraba eventualmente como analista literario de telenovelas, me invitó a participar con una instantánea intervención en la telenovela “Simplemente María” que producían en Televisa en su segunda versión, esta vez protagonizada por Victoria Ruffo. Acepté encantado, histrión al fin.

El día del llamado me tocó en suerte ir en la misma combi que la primera actriz Silvia Derbez. ¡Un amor de mujer! Reímos todo el camino con sus advertencias anecdóticas sobre su tendencia a ser malhablada y sus malestares estomacales por causa de los nervios escénicos que la convertían en una pedorra contumaz.

Los del elenco requerido y el staff de producción llegamos a la Parroquia Santo Domingo de Guzmán, en Mixcoac, locación donde se grabaría la escena del bautismo del hijo de la protagonista. Pasamos lista con la delegada de la Asociación Nacional de Actores. Me indicaron dónde recoger mi atuendo sacerdotal, me vestí y alisté para la grabación. En eso, el párroco me vio. “¡Qué traes puesto?”, me preguntó azorado. “Mi atuendo”, respondí. Nos presentamos y me llevó con él a la sacristía donde me instruyó paso a paso lo necesario para la escena y además me conminó a quitarme el disfraz para vestir y representar de manera pulcra a un sacerdote católico. Así, él mismo me asistió: vestí el alba, me ciñó la cintura con el cíngulo atado a la usanza, vestí encima la casulla con brocados en color verde, por tratarse de una ceremonia del cotidiano, y al final porté la estola. Comenté al párroco lo anotado por alguna persona en referencia a que yo entonces usaba bigote y si era preciso rasurarme, pues la escena se desarrollaba en los años sesenta. Me aclaró que ya en aquella década no era extraño que sacerdotes usaran, otra vez, vello facial, incluso barba, luego de decenios de prohibición, así que no era ningún desacato. Me instruyó también sobre el modo de efectuar los movimientos litúrgicos del bautismo y cómo emplear los instrumentos al efecto: el óleo de los catecúmenos, el crisma y me explicó el significado de los mismos.

Cabe señalar que soy católico por bautismo y confirmado como tal, por afán de mi madre. Mas, ya adulto, opté por definirme como agnóstico.

La directora, Beatriz Sheridan, judía como el productor e ignorante por lo mismo de estos detalles confesionales, me preguntó si sabía cómo desarrollar la escena. Asentí. Pregunté si llevaba algún diálogo y me aclaró que solo haría la finta, es decir solo marcaría la intención, simularía con mímica. Dicho lo cual, ya en mi sitio en el altar y rodeado de los demás actores y protagonistas actué, incluso fingiendo que decía algunas palabras. Al finalizar la toma y llamar a corte, el actor cómico Rafael Inclán bromeó diciendo: “¡Ah! ¿Era misa para mudos!” Y todos carcajeamos. Años después, muchos años después, me encontré al siempre ocurrente Rafael Inclán en las oficinas de la Asociación Nacional de Intérpretes y le recordé aquel hilarante momento. Sintió pena, creyó que yo le reclamaba y guardaba rencor, pero nada de eso y se lo aclaré. Es algo que recuerdo con gran cariño y, para muestra, aquí el recuerdo recuperado ¡al fin!

‒ § ‒

P.D.: Cuando uno revisa la ficha técnica y reseña en Wikipedia​, en la lista del elenco aparece un “José Antonio de la Vega” en el papel de Pánfilo. Y, más abajo, el nombre del célebre actor Antonio Brillas en el papel de un Sacerdote. Pudiendo hacer la corrección como colaborador que soy de Wikipedia no me he atrevido, porque no recuerdo si el actor homónimo mío Antonio De La Vega​, más conocido por sus intervenciones en cine y series, participó de veras en esa obra. Sí, creo recordar, que el entonces anciano Antonio Brillas intervino ya en los capítulos de la segunda parte como confesor de María; pero, ni la ficha de Antonio Brillas en Wikipedia, ni en el sitio especializado IMDb​ especifican dicha aparente intervención [cf. (ALCÁNTARA, ROMERO, FAJER, ORTIGOZA, & PHILLIPS, 1989); (IMDb, s.f.); (WIKIPEDIA, Colaboradores de, 2017)].

DICEN QUE SEGUNDAS PARTES nunca son buenas… Espero que este no sea el caso, sobre todo en lo tocante a los planes que el gobierno municipal de Naucalpan, presidido por Edgar Olvera Higuera, ha venido fraguando en torno a la pretensión necesaria y por ello ambiciosa de procurar un nuevo orden en el municipio.

En la primera parte de este artículo ya anotaba [subrayado actual mío]:

Pues ocurre que, sin quitar el dedo del renglón de la idea de darle a Naucalpan semejante punto central, apenas el primer día de septiembre de este año, ediles de la localidad aprobaron por unanimidad las autorizaciones de fusión y subdivisión de la desincorporación del patrimonio municipal del denominado predio “La Victoria”.

A través de la proposición de la Tercer Síndico María Luisa Gómez Monge, en la asamblea también se aclararon las medidas contenidas en el acuerdo de cabildo número 187, aprobado en sesión de cabildo extraordinario el 28 de marzo de 2014.

Dicho documento refiere la desincorporación y posterior donación de una fracción de 20 mil 32.55 metros cuadrados del lote de terreno denominado “La Victoria”, ubicado entre las calles Avenida Morelos y Estacas, en el pueblo de San Bartolo Naucalpan, mismo que forma parte del patrimonio municipal y que cuenta con una superficie de 30 mil 030.80 metros cuadrados. Lo anterior, para llevar al cabo los proyectos: “Centro Especializado de Atención a Personas con Discapacidad Visual (Hospital de la Ceguera)”, y “Construcción y Equipamiento de Clínica de Atención Geriátrica, sin olvidar el establecimiento de una macro plaza que abarcará al actual mercado municipal y dará espacio para la construcción de un edificio más grande y apropiado para albergar al ayuntamiento y sus dependencias oficiales.

En ese orden de ideas, en la sesión de cabildo se dieron a conocer las medidas y colindancias de “La Victoria”: al norponiente, 211.75 metros cuadrados, con Av. José María Morelos; surponiente, 163.25 metros cuadrados, con propiedad privada; suroriente, 129.43 metros cuadrados, con Lote “B” resultante de la subdivisión; nororiente, en tres tramos de 55.53, 45.09 y 33.61 metros cuadrados (en línea curva), con propiedad privada.

Asimismo, el ayuntamiento autorizó al alcalde Olvera solicitar al gobernador del Estado de México que, por su conducto o el de la Legislatura o, en su caso, la diputación permanente, se lleve al cabo la publicación de la aclaración de medidas en el Decreto número 260, de fecha 11 de julio de 2014, publicado en la Gaceta de Gobierno durante el gobierno del ex alcalde preso David Sánchez Guevara.

Con esta resolución, el cabildo autorizó al órgano de gobierno a donar al Organismo Público descentralizado denominado Instituto de Salud del Estado de México una superficie de 20 mil 32.55 metros cuadrados del predio referido, para efectuar las construcciones, por cierto, ya en ejecución o realizadas.

Desde que se dio a conocer la intención del gobierno municipal por reacondicionar dicho predio, parecería haberse destapado una cloaca de corrupción, la que algunos actores políticos y sociales han pretendido enmascarar tras la aparente aplicación de injustas medidas gubernamentales en contra de los “intereses del pueblo”.

Así, por ejemplo, los comerciantes ambulantes que por decenios encontraron mal acomodo alrededor de este que será el nuevo centro de Naucalpan han tomado este hecho como justificación para manifestaciones de protesta (JIMÉNEZ Jacinto, "Protesta de ambulantes colapsa tránsito en Naucalpan", 2017); pero, también, para presionar al gobierno y a la sociedad a inclinarse a favor de alguna agrupación concreta en el legítimo reclamo de sus derechos ciudadanos. En el ínterin, por supuesto, no han faltado los enfrentamientos intergrupales, los que han ido desde líos de faldas que han involucrado a miembros del gabinete de Edgar Olvera hasta colusión con el crimen organizado.

El proyecto de “recuperación” del predio La Victoria forma parte del Plan de Desarrollo Urbano Municipal, como bien explicó en su momento a Indicios Metropolitanos y otros medios el ex director de Desarrollo Urbano y hoy asesor del alcalde en la materia, el ingeniero Óscar Zárate Arenas (JIMÉNEZ Jacinto, "Rehabilitan San Bartolo, centro de Naucalpan", 2017), y se suma a la rehabilitación de avenidas, ríos, hoy denominados Paseos Jerusalem, Arq. Luis Barragán, Las Marinas), y la remodelación de zonas industriales y comerciales como la del fraccionamiento La Florida, Alce Blanco, etc., sin olvidar el rescate de zonas de recreación, ecológicas, residenciales como el Parque de los Remedios o San Mateo Nopala [cf. (SALAZAR, 2017); (JIMÉNEZ Jacinto, "Invaden área protegida del Cerro de Moctezuma, en Naucalpan", 2017); (NAUCALPAN DE JUÁREZ, Gobierno de, 2017)], por mencionar dos. Proyectos, además, que estuvieron detenidos por diversos intereses creados durante años.

En el camino de la realización de dicho plan, los obstáculos no se han hecho esperar dada la complejidad del mismo y su cruce con temas como la movilidad o los asentamientos humanos, haciendo del tema y su aplicación asuntos más arduos y de los que depende, en gran medida, la posibilidad de reelección de Edgar Olvera como alcalde de Naucalpan de Juárez.

El aspecto político parecería poco importante; pero, la apuesta del Olvera desde un comienzo fue justo a reelegirse en el cargo de alcalde o, por lo menos, asegurar la continuidad con otro gobierno panista al frente del municipio en las elecciones de 2018.

Los errores cometidos por distintos actores y miembros del gabinete naucalpense han abonado a la disminución de tales posibilidades en el ánimo de los electores. Y, aunque en fechas recientes se ha tratado de “tapar el ojo al macho” cortando algunas cabezas, lo cierto es que el gobierno actual se encuentra herido. No de muerte, pero sí en formas preocupantes.

¿La derrota contundente de Josefina Vázquez Mota supuso un revés tremebundo para el panismo mexiquense, como opinan algunos colegas periodistas? Yo creo que no, más me parece el resultado esperable de un acuerdo bajo la mesa hecho muchos meses atrás con la finalidad de asegurar la continuidad panista en municipios como Naucalpan, Tlalnepantla y Huixquilucan a cambio de dar paso al priyísmo en la gubernatura estatal y, a las calladas, abrir el camino a la izquierda para alcanzar la presidencia nacional en 2018 y, así, consolidar un aspecto faltante en nuestra democracia como es el de la alternancia. Nuestra democracia no será tal mientras no se abra la puerta de la alternancia para cualquiera de las fuerzas y tendencias políticas. No hacerlo seguiría redundando en el pernicioso juego de hacer como que somos democráticos sin serlo del todo. Esa sigue siendo mi hipótesis, la que he venido observando desde hace años.

Ahora, refiriéndome a la izquierda —yo, que me declaro enemigo y contrario al uso de semejantes etiquetas entecas por caducas—, no pienso inmediatamente en un personaje específico, tal como Andrés Manuel López Obrador, como algunos imaginan, sino a una izquierda moderada, democrática y representativa no tanto de los resquemores y los resentimientos añejos por muy reivindicadores que puedan antojarse de la justicia social, sino de las más legítimas aspiraciones sociales de los mexicanos. No pienso en esa rijosa y levantisca izquierda vociferante, sino en esa otra que, ya por la vía de la negociación, o la concordia, la manifestación independiente hoy llamada “ciudadanismo”, pueda demostrar el verdadero peso de una población harta de ser el pretexto para acceder al poder.

El tema de La Victoria, pues, va más allá de solo un maquillaje tras el que se ocultan las caras de los chinos interesados en hacer del municipio de Naucalpan uno de sus principales centros económicos; o los judíos, interesados en hacer de las zonas urbanas, comerciales e industriales un nuevo venero; o los grupos políticos relacionados con el estatus quo que ven en Naucalpan, todavía, la joya de la corona.

(Con información de Mario Ruiz Hernández / Vallemex Noticias.)