LEY DE SALARIOS MÁXIMOS

agosto 21, 2009 Santoñito Anacoreta 0 Comments

En distintas ocasiones, en varios espacios de esta nuestra revista Indicios Magazín-e, publicamos artículos alusivos a la ley de salarios máximos, incluso desde antes de que se pensara en ello, como consta en las referencias que hemos anotado en dichas aportaciones. Pero también hemos dado seguimiento a lo que los legisladores y políticos en general han efectuado o declarado en torno a este tema. Y no es que hablemos mal de México, nuestra nación querida.
Ahora que la ley ya promulgada ha entrado en vigor desde esta fecha, retomamos el tópico, no sin insistir en que nuestra propuesta desde un principio ha señalado la necesidad de que semejante ley no sólo afecte al ámbito gubernamental y burocrático, sino que es forzoso que siente precedente para que en la aún eludida reforma laboral se considere una adición equivalente para el ámbito privado, pues es inconcebible que haya particulares que obtengan emolumentos muy por encima incluso de los magistrados a los que ahora trae la crítica entre ojos.
Si resulta grosero e injusto que la disparidad de sueldos en el gobierno sea uno de los factores causales de la corrupción, no lo es menos en el caso de la empresa privada. Las grandes fortunas deben también ser ajustadas a cierto techo, así como la base obedece a un piso denominado salario mínimo. Si bien no es LA fórmula, sería una manera de estrechar la brecha entre ricos y pobres que bien vale la pena explorar seriamente, y no nada más para México, sino en general para el mundo.
Hemos planteado en otros artículos que una forma de contribuir al mejoramiento y normalización de la economía nacional sería precisamente mantener los ingresos individuales dentro de cotas flexibles, de modo que los excedentes pudieren ser reinvertidos en otros rubros y se propicie el ahorro en vez del consumo a ultranza como medida de salida presupuestal. Esto, bien pensado y legislado no atentaría contra las utilidades de las empresas, sino daría un elemento de certidumbre para que estas utilidades no fueran causa de dispendio o de engrosamiento de cuentas particulares.
Por supuesto, estas modificaciones y reformas no pueden ir solas, es también obligado que vayan de la mano de la reforma hacendaria integral, pues de lo contrario se corre riesgo de que continúen caminando por senderos bifurcados la economía de los hogares y la economía comercial. De nada serviría establecer techos y pisos, si por otra parte la industria, la banca y el comercio no son regulados igualmente. Se trata de definir controles económicos, no precisamente proteccionistas, pero con la inteligencia suficiente como para promover el desarrollo interno, la generación de empleo, la inversión productiva y la competividad. Especialmente debe romperse el círculo vicioso de dependencia en torno a la economía estadounidense (incluidas las remesas) y el petróleo. México tiene muchos otros recursos en los cuales cifrar y apuntalar su progreso y su crecimiento, el más importante, su recurso humano. Disciplina, educación, agricultura, tecnología y ciencia propias, muchos han subrayado, pueden ser columnas capaces de sostener al país, pero mientras sigamos peleando entre nosotros por un trozo de silla...
Esto es lo que debería colocarse En primera, claro sin menoscabo de los otras prioridades que hoy por hoy nos preocupan.

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