Ni aunque se escriba con cepillo dental…

Ni aunque se escribiere con cepillo dental habría lengua pura. Lo anterior obedece a la reflexión derivada respecto de esta imagen alrededor de la que he afirmado: el primero en pedir disculpas ya perdió, porque las disculpas se ofrecen no se piden.

Hay una lógica y paradigmática diferencia entre ofrecer disculpas y pedir perdón, como bien escribí hace tiempo en uno de mis blogs en mi artículo "Aprender a perdonar". Cierta amistad comentó sobre mi apunte (sic transit):

"Ah pues don Antonio , esta bien que seas puritano de la sintaxis, pero dale oportunidad al inspirado e ingenuo autor de este pensamiento".

Ahora yo me pregunto desde cuándo propugnar por la corrección en el significado de lo que se dice para erradicar los equívocos causados por la indolencia gramatical es purismo lingüístico.

Es verdad que en el decir cotidiano poseemos y empleamos fórmulas idiomáticas que apelan a un conjunto de funciones metalingüísticas que dan por sentados determinados significados connotativos, en pocas palabras, apostamos a que con decir "pío" nos damos a entender cabalmente. El problema con esta apuesta es que presume la posibilidad de que dichas fórmulas obedecen a estructuras de pensamiento fijas, al margen de cualquier interpretación. La indolencia gramatical al hablar o escribir deriva de esta ingenuidad, a veces justificada por la ignorancia, a veces por la irresponsable y soberbia creencia de que, pues el lenguajes es flexible y dinámico, igualmente lo son las sigas significativas que unen a las palabras.

Esta indolencia, no obstante lo reprobable y nociva, debo darle crédito de que también es portadora de algunas virtudes en la evolución del mismo lenguaje, como bien hice notar en mi artículo sobre los cambios en el vocablo "chido".

Ahora bien, si somos permisivos a ultranza y abrazamos la máxima de dejar hacer, dejar pasar sin detenernos a ver las consecuencias de nuestros actos (y el acto verbal no es menor comparado con los de otra índole), entonces lo que propiciamos no es simplemente el “mal decir” como forma aceptada de conducir nuestros pensamientos y expresiones, sino más grave aún, extendemos mediante la principal herramienta de comunicación justo esa indolencia a otras maneras de ser y expresar que descansan en el lenguaje.

Por otra parte, el puritanismo también es odioso. Lo sé. Por lo mismo lo que practico en mis escritos y llamados de atención a diestra y siniestra distan de ser puritanos. Porque es una aberración prohibir lo que nos es connatural. No podemos atar las palabras. Su destino es evolucionar, pero la evolución forzada por la indolencia, la ignorancia o la tergiversación programada no es evolución sino involución. Aunque parezca exagerado el ejemplo, imagina una rosa a la que le arrancas los pétalos a la vez que rezas dubitativo “me quiere, no me quiere”; imagina regalar margaritas rojas a tu amor.

La mutación es intrínseca al lenguaje, y está visto que de esa mutación, cuando es ficticia, surgen esperpentos. ¿Por qué hacer de la indolencia el campo fértil donde germinen monstruosidades idiomáticas? La indolencia no es fruto de la espontaneidad, las transiciones lingüísticas a lo largo de siglos sí.


¿Qué es la antropología de la imagen? Entrevista con Hans Belting

Satelucos sospechan ampliación del Viaducto Bicentenario

Vecinos de Satélite protestaron recientemente en sospecha por la probable construcción de una rampa que conectaría el Viaducto Bicentenario con el distribuidor vial en Puente de Vigas que forma parte del Circuito Interior Mexiquense.

Respecto de esta nota relacionada con el Viaducto Bicentenario sólo digo: en su momento los vecinos de La Florida alertamos lo pertinente, Satélite no quiso escuchar ni participar como consta también a varios de los presentes en las conversaciones con personal de las empresas OHL y Rioboo, y la dependencia SAASCAEM (a la sazón dirigida por el Ing. Manuel Ortiz hoy Secretario de Obras del gobierno de Eruviel Ávila).

En esas conversaciones, muchos de los cambios sugeridos sobre el proyecto original por los vecinos de La Florida en atención a las observaciones de vecinos de colonias aledañas y sobre el tramo en cuestión evitaron que Satelite quedara encerrada. En esas mismas charlas quedó asentado, claro y comprometido que no habría conexión con el distribuidor vial de Puente de Vigas a través o sobre el Río Chico de los Remedios (donde sobre el Viaducto Bicentenario aún queda un "pantalón" pendiente), sino que dicha conexión se haría justo donde ahora los vecinos de Satélite se oponen tardíamente. La razón: es la salida más lógica, más directa y con menos afectación.

Ahora los vecinos de Satélite claman errando el argumento en su comunicación (como nos sucedió al comienzo a los vecinos de La Florida), alegando "ecocidio" lo  que resulta exagerado y resta justificantes a su oposición.

Sí, hay que decirlo, que todos debemos mantenernos observantes y no gratuitamente obsequiosos. Todos, seamos o no de Satélite debemos cerrar filas para que las afectaciones sean verdaderamente las mínimas y no sólo obstaculizar sino mejor proponer soluciones viables.