ANDREA, RODRIGO y GUSTAVO son tres jóvenes de esos y tantos que sirven de ejemplo para toda una comunidad.

Así como hay jóvenes que, preocupados por tal o cual situación se involucran en actividades de servicio social o incursionan en la política con auténtico afán de servicio o se suman a asociaciones como los Rotarios o los Leones, los hay también que, llevados por una mezcla virtuosa de hartazgo y voluntad pueden hacer algo tan simple como tomar un bote de pintura, un rodillo o una pala para hacer de su entorno uno digno de sus necesidades, aspiraciones, gustos y hábitos constructivos y de esparcimiento sano.

Es el caso de estos tres jóvenes que tuve a bien encontrar en mi camino, al pasar por las canchas de mi fraccionamiento La Florida y donde tantas veces jugué, monté en bicicleta y desde 2005 atestigüé junto con otros vecinos el deterioro y abandono en que fueron cayendo sin que nadie (y me incluyo avergonzado) hiciéramos nada por recuperar. ¡Y eso que entre nosotros habitan artistas, diseñadores bien críticos de la situación por la que atraviesa “nuestra casa”!

Desde 2005 observé cómo el fraccionamiento fue cambiando en su apariencia por la aparición de pintas en sitios muy específicos, alrededor, en los contornos de la zona residencial. Esas pintas, incluso en una de Las Torres de Satélite, poco a poco fueron adentrándose en las calles, y marcaban los letreros de las mismas, alguna casa o portón, siendo claros indicios del establecimiento de un territorio pandilleril.

Por esos años comenzó a circular también el rumor, no debidamente comprobado, de que en la calle Camelias de dicho fraccionamiento se había organizado una pandilla juvenil y con el tiempo se dieron enfrentamientos en las canchas entre esta, otras de colonias aledañas e incluso, dicen, de grupos dedicados al narcomenudeo. Todo esto sin confirmar, por más que he buscado adentrarme en las entretelas nocturnas o en los informes policiacos.

Pero esta tarde, varios hermosos jóvenes (hermosos por su facha y más por su aura), dedicaban tiempo de su tarde a cambiar la apariencia de sus canchas. Dos de ellos pintaban de blanco uno de los muros de las casas colindantes. Ocultaban las horrendas pintas. “Ya estábamos hartos de ver tan feas las canchas”, dijo Andrea destellando luz en su sonrisa. “Alguien tenía que empezar a hacerlo”, dijo Rodrigo con llamas de ilusión en sus ojos verdes.

Lo que enseguida pintaron con letras negras fue el enunciado: “Tras las rejas nace la esperanza” en una clara alusión a la malla ciclónica frente a la consigna y que encierra —aun estando en tan mal estado— la cancha de futbol, que originalmente fuera de pasto —donde corriera yo, siendo niño, con mi collie Milky— y luego fuera pavimentada, después escarbada y al final cubierta con cemento y enjaulada.

Una acción poética con todas las de la ley, en el sentido de lo que establece el Movimiento Acción Poética, fenómeno mural-literario que comenzó en Monterrey, Nuevo León en 1996 y cuyo fundador es el poeta mexicano y coetáneo de este plumífero que ahora escribe, Armando Alanís Pulido.

El Movimiento Acción Poética consiste en pintar e intervenir en bardas de las ciudades con fragmentos de poesía. El contenido de las bardas generalmente se emplea con versos de amor o frases optimistas, también con frases en alusión a la situación actual (aunque tienen por regla no tocar temas políticos ni religiosos), este también tiene que ser pintado con un fondo blanco y letras negras; también hay frases de canciones y versos del propio Alanís. Son firmadas con el sello y formato de Acción Poética.

Desde hace algunos años la iniciativa ha traspasado fronteras y se puede observar este movimiento en más de 150 ciudades mexicanas, así como en 30 países alrededor del mundo (ASÍ SUCEDE, 2014).

Esto ocurre, además, días luego que por intermedio del Consejo de Participación Ciudadana del fraccionamiento, Felipe Peralta (Delegado) y Hugo López (Presidente COPACI), se han estado renovando las luminarias, se hicieron podas necesarias para prevenir riesgos por accidentes a causa de caída de ramones y árboles por las fuertes lluvias y vientos, y otras acciones en combinación con el gobierno de Naucalpan de Juárez que auguran, sin duda, la pronta recuperación y rehabilitación de ese espacio público para el esparcimiento de los lugareños.

Por su parte, Gustavo y su hermanito excavaban en los pastos de las canchas. Cualquiera se escandalizaría luego de la truculenta historia sobre el “misterioso agujero” que apareciera de la noche a la mañana en el camellón que divide a La Florida del Periférico y sobre el que reporté atingentemente en estos mis Indicios Metropolitanos el año pasado. Pero, en vez de tratarse de una obra aviesa, abusiva, se trataba de una obra ingenua, inocente, esperanzada. “Estamos haciendo una rampa para bicicletas”, comentó Gustavo; “y también para patinetas”, añadió su hermanito.

En el pasado he visto a los jóvenes adolescentes jugar con sus patinetas ahí, como toda la vida, desde que llegué al fraccionamiento en mis tiernos cinco años, en 1968. Pero los de ahora son más avezados y gustan de suertes peligrosas. Así, los he visto aventurarse a hacer equilibrio con las patinetas sobre los pasamanos de la rampa para minusválidos adosada a la escalinata que se remozara a finales del segundo periodo de gobierno de José Luis Durán, hacia 2009.

“Cuando yo era niño”, comenté a Gustavo, “justo ahí, junto a la escuela Rosaura Zapata, teníamos nuestra rampa para bicicletas; y era de cemento. Con los años se deslavó y ahora está estropeada. Recientemente, tanto como escasos cuatro meses, la escuela hizo a un costado unos escalones para evitar accidentes dada la altura entre el nivel del piso y el talud”, dije rompiendo el hielo.

“Necesitamos arreglar este parque”, dijo Gustavo. “Muchos de mis amigos andamos en patineta y aquí hay bastante espacio como para poner rampas para patines y patinetas, cosas para deporte extremo”, expuso, lo que me llevó a recordar los buenos tiempos cuando esas canchas estaban vivas, con niños y jóvenes deportistas jugando futbol, frontón de mano, vólibol, tenis y hasta trompo y canicas, las mascotas caninas paseando y corriendo entre todos. Al día siguiente, su excavación apareció cubierta de nuevo.

Poco a poco he visto que quieren recuperar este espacio, pero falta sin duda una más decidida iniciativa tanto de COPACIs como del gobierno municipal.

En el pasado, cuando la asociación Colonos de La Florida estaba activa, antes del largo periodo de presidencia del Ing. Carlos González, algún grupo de vecinos propuso colocar ahí, en esas canchas, juegos infantiles, mesas para jugar ajedrez, bancas para los ancianos. Incluso se propuso entonces colocar algunas de esas mesas y bancas en los camellones, en la cercanía de la Parroquia de Nuestro Señor del Campo Florido. Pero también hubo el grupo opositor y finalmente no se hizo nada, fuera de los juegos infantiles, los que al poco tiempo se rompieron. Gobiernos vinieron y se fueron prometiendo arreglar el espacio público. Sólo Durán lo hizo y ya de salidita, quedando a deber algunas de sus promesas.

Luego, tras la construcción del Viaducto Bicentenario, la Comisión Técnica de Vecinos de La Florida que surgió para efectuar los diálogos con la dependencia SAASCAEM del gobierno estatal y las empresas Rioboo y OHL para aminorar los efectos sobre la comunidad, acordó una lista de obras de mitigación, entre las que se contaba la remodelación de las canchas y los camellones de La Florida. OHL adoquinó el camellón de Paseo del Otoño, aunque la exalcaldesa Azucena Olivares se paró el cuello con la obra e hizo caravana con sombrero ajeno. Trabajadores de OHL entrevistados entonces por Indicios Metropolitanos confirmaron el dato. El resto de las obras enlistadas brillaron por su ausencia o fueron hechas “con las patas, ejemplo: las jardineras de la parada de transporte público frente al comercio La Abeja.

Sobre el camellón de Paseo del Verano, al sur de la Parroquia, frente al domicilio que generó discordia al saberse las intenciones de instalar ahí un colegio, hay unos juegos infantiles que cierto vecino colocó por iniciativa propia “para que mis nietos jueguen”.

No obstante el valor comunitario de las canchas, también han sido un foco de discordia entre vecinos, pues hay quienes las quieren en exclusividad para el fraccionamiento y los que no ven con malos ojos que asistan de colonias aledañas, pues al fin es un espacio público y no privado. Cierto, llevan razón los que, temerosos dadas las condiciones de inseguridad de los últimos tiempos sugieren la conveniencia de desarrollar alguna forma de control de acceso, sin que ello signifique convertir el área o al fraccionamiento entero en un coto.

Recientemente una vecina se mostró interesada en organizar en ese espacio una suerte de eventual feria del emprendedor, donde puedan los artesanos exponer su trabajo, venderlo, además de servir como un foco para la convivencia familiar. Hasta ahora, los lugares más cercanos a La Florida donde esto se ha hecho han sido el Parque Naucalli, la explanada del ayuntamiento y Plaza Satélite.

Hay, sin lugar a dudas, inquietud en la población por hacer de esta zona un centro cultural. En parte por la cantidad de artistas que viven en el fraccionamiento y sus inmediaciones, en parte por la falta de lugares ex profeso como galerías, museos, etc. En parte, además, porque La Florida está geográficamente más asociada que Ciudad Satélite con el monumento escultórico de Las Torres de Satélite, ya declarado en 2012 como Patrimonio Artístico e Histórico de la Nación, en vías de obtener la declaratoria de Patrimonio Artístico de la Humanidad por la UNESCO, y la propia Parroquia es en sí una obra artística olvidada por el INBA y la propia iglesia.

Algún funcionario de gobierno entrevistado por Indicios Metropolitanos tiempo atrás aseveró que el presidente municipal Edgar Olvera había afirmado, en petit comité, que tenía especial interés por dar La Florida lo que se le había negado por tantos años de abandono. Se va viendo, lentamente. Es mucho lo que falta.

En marzo de 2016, con el programa “Reviviendo una Ciudad Joven” el Instituto Naucalpense de la Juventud (INJUVE), integró a más de 300 jóvenes en el rescate y rehabilitación de espacios públicos del municipio.

Por esas fechas, también, el 24 de marzo, la esposa del Presidente Municipal y presidenta del DIF Naucalpan, Liliana Carbajal de Olvera, enfatizó ante Rotarios de La Florida esta labor como una de las prioridades del gobierno panista:

Días después, el titular del INJUVE, Mario Manuel Sánchez Villafuerte, informó que, en coordinación con la oficina de bienestar juvenil, se llevaron al cabo actividades de remozamiento en tres canchas deportivas de diferentes zonas de la demarcación (DIR. GRAL. DE COMUNICACIÓN SOCIAL, 2016).

“Al recuperar estos espacios se busca la prevención del delito entre jóvenes que habitan […] la demarcación, así como fomentar la cultura del deporte y acercar a las familias mediante actividades recreativas que permitan una sana convivencia”, expresó Sánchez Villafuerte.

Explicó que aproximadamente 100 jóvenes asistieron de manera voluntaria a una cancha de fútbol ubicada en la Colonia Minas de San Martín, misma que recibió trabajos de mantenimiento como pintura y deshierbe.

Las escaleras que dan acceso a esta cancha también se limpiaron y ahora se aprecia en ellas un mural creado por el artista plástico, Canek Leyval, en el que se pueden observar algunas figuras como un dragón y otras expresiones artísticas.

También se realizaron trabajos similares en la cancha de fútbol, ubicada en San Rafael Chamapa y la tercera localizada en El Molinito, donde participaron más de 200 jóvenes.

Sánchez Villafuerte señaló que la finalidad del programa “Reviviendo una Ciudad Joven” es establecer un vínculo entre los jóvenes naucalpenses, comunidad en general y el gobierno municipal, para fomentar la participación y el interés por conservar y mejorar nuestros espacios de esparcimiento.

El funcionario destacó que con estos trabajos se concluye la primera etapa de este programa, teniendo como resultado tres canchas rehabilitadas y la incorporación de más de 300 jóvenes voluntarios en el rescate de las mismas, lo que demuestra que juntos gobierno y ciudadanos trabajan para hacer de Naucalpan una Ciudad con Vida.

Creo que, en vez de mirar solo “para su santo” o atender lo urgente nada más, vecinos, asociaciones, grupos, COPACIs deberían ya trabajar en conjunto para que se dé curso también a lo emergente, a lo necesario, e incluso a lo que algunos consideran meramente accesorio sin que por fuerza lo sea, como es el caso de la cultura.

En este sentido, el programa de los “Jueves Culturales de La Florida” que viene organizando la asociación Colonos de La Florida desde su reactivación en abril de este año bajo la presidencia de la Dra. Ma. de Lourdes Valdés Fromow es, sin duda, un atinado esfuerzo por encaminar a la comunidad hacia la integración social.

En el mismo tenor de recuperar espacios públicos y con el objetivo de prevenir delitos y faltas administrativas, así como recuperar espacios públicos, la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal implementó en días recientes el Operativo Rastrillo, con elementos de la corporación que recorren a pie las colonias y espacios públicos de Naucalpan.

El Presidente Municipal, Edgar Armando Olvera Higuera, informó que en estos rondines participan 50 elementos en 10 grupos, que trabajan en dos turnos, para tener cobertura tanto de día como de noche, recorriendo a pie las colonias con mayor incidencia delictiva, o aquellas en donde los vecinos han solicitado mayor presencia policiaca para prevenir delitos.

Por su parte el Comisario de Seguridad, Arturo Rodríguez García, señaló que con la aplicación del Operativo Rastrillo se responde a las peticiones ciudadanas que son recibidas en la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal, al tiempo que se atiende una de las solicitudes que más se ha presentado en las mesas de atención de los Campamentos de Servicios que ha implementado esta administración en las comunidades.

“Con estos recorridos, así como con la instalación de filtros en las 36 zonas en que se divide nuestro municipio y la vigilancia en unidades, reforzamos las acciones encaminadas a disuadir el delito; asimismo, fortalecemos la proximidad social”, puntualizó el Comisario (DIR. GRAL. DE COMUNICACIÓN SOCIAL, 2016).

Un día después de lo narrado, el miércoles 27 de julio, el alcalde Edgar Olvera, síndicos y regidores, en sesión de cabildo, bautizaron al controvertido camellón que abarca Circuito Pintores entre otros circuitos de Ciudad Satélite como parque lineal “Paseo Las Marinas”.

Asimismo, la comuna edilicia por mayoría de votos, aprobó el reglamento para su uso, conservación y convivencia.

Lo anterior, a efecto de destinar espacios públicos que puedan ser utilizados por los ciudadanos como lugares de sano esparcimiento.

Sin comentario alguno, el punto de acuerdo propuesto por Olvera pasó sin resistencia y comentario alguno, en el que además fijaron las reglas, en el que destacan que cualquier persona, podrá transitar sin distinción de edad, sexo, raza, condición social, económica, preferencias sexuales y religiosas.

De no ser así y aquellas personas que incurran en actos de discriminación, serán puestas a disposición de las autoridades competentes, previa solicitud de quien se considere afectado.

El uso permitido de sus instalaciones, será dentro de un horario comprendido de las 6:00 a las 19:00 horas de lunes a domingo, dejando la responsabilidad del buen uso a sus visitantes.

Queda prohibido alterar, dañar o menoscabar de cualquier forma los bienes que formen parte del “Paseo Las Marinas”, a la vez de que usuarios que lleven sus mascotas deberán ser responsables del comportamiento de la misma y deberán cargar con correa y collar seguro. Igualmente, y de ser necesario, bozal, en tanto se verán obligados a contar con su respectiva bolsa y/o envoltura biodegradable para recoger las heces y depositarlos en los contenedores destinados para tales efectos.

Dentro del lugar se podrá hacer uso de bicicleta, patines, patinetas, triciclos, respetando preferentemente al peatón, en el que también se prohíbe portar armas, explosivos, consumir bebidas alcohólicas, realizar actos inmorales, el comercio ambulante, efectuar fiestas, acampar, consumar asados, fogatas, e ingresar cualquier tipo de alimento; venta de especies animales o plantas, orinar defecar, entre otras ordenanzas.

El mantenimiento quedará bajo la competencia de la Dirección de Servicios Públicos, pudiéndose auxiliar de distintas dependencias del gobierno local (RUIZ, 2016).

La remodelación de dicho paseo (que en un tramo tiene funciones de cárcamo) ocasionó tanto desagrado como descontento de los lugareños. Tomó seis meses de trabajo y es fecha que no se ha dado a conocer su costo, como tampoco el que importó la remodelación del ayuntamiento.