Más allá de un auto de lujo


DE VERAS, no defiendo ni señalo a la alcaldesa de Gobierno de Moroleón, Guanajuato, Alma Denisse Sánchez Barragán señalada a últimas fechas por transportarse en un auto Lamborghini, pero a veces entre periodistas, opositores, troles de redes sociales y gente non sancta que se estima de las "buenas conciencias" parece que solo cabe ese dicho: "si la envidia fuera tiña..."; a menos de que se trate de alguna clase de advertencia o de veras tras el automóvil haya camino de corrupción por recorrer.

¿Por qué advertencia?' Porque hay datos importantes, indicios que no podemos pasar por alto detrás de estos señalamientos.

La alcaldesa es hija de la empresaria occisa Alma Rosa Barragán, candidata por el partido Movimiento Ciudadano al municipio de Moroleón, Guanajuato y quien fue asesinada durante un mitin en la comunidad La Manguita el 25 de mayo de 2021 (va a ser un año) colindante con Michoacán, al norte del Lago Cuitzeo zona en serio riesgo por la sequía y ser foco de tensión entre narcotraficantes, aguacateros, la deforestación clandestina y huachicoleros.

En junio de 2021 fueron detenidos dos presuntos asesinos de la hoy occisa. Solo se supone que el crimen lo perpetró el crimen organizado, aunque todavía se desconocen en la opinión pública los motivos del hecho. Además, de acuerdo con los alegatos de la madre de los hermanos arrestados, oriundos de Lomas de Zempoala, a ellos los implicaron cuando son inocentes conforme a testimonios de vecinos, razón por la que la mujer solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador intervenir.


Alma Barragán, de 61 años de edad era microempresaria, desempeñándose como comerciante y agricultora, siendo dueña de talleres y tiendas de ropa en Moroleón. La sobreviven dos hijos, a quienes educó sola, y tres nietos. Era conocida en el municipio por colaborar con causas sociales, como orfanatos, asilos y comunidades rurales.

Durante las campañas políticas de 2021 y promesas aparte, una denuncia anónima señaló a la candidata de Movimiento Ciudadano de estar involucrada en lavado de dinero, por lo que Alma Barragán acusó a PAN y PRD de orquestar una campaña sucia en su contra. Las denuncias en ambos sentidos nunca se comprobaron al menos públicamente.

Tras sustituir a su madre, la actual alcaldesa Alma Denisse Barragán Sánchez no ha estado exenta de señalamientos variopintos, siendo el más reciente como decía al comienzo de este reportaje, la cuestionable propiedad de automóviles de lujo que mueven a suspicacia de parte de algunos ¿resentidos? La alcaldesa se ha limitado a responder que, como asienta en una publicación Grupo Fórmula:

El despido y reemplazo reciente de funcionarios de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) encabezada por quien fuera en 2021 aspirante a la alcaldía de León, Guanajuato, por el partido MORENA, Francisco Ricardo Sheffield García, podría ser un indicio menor o aislado si se lo ve en un panorama muy general. Pero, llama la atención la aparente cercanía con la actual alcaldesa y los motivos por los que, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos encabezada por la infame marioneta Rosario Piedra Ibarra, el funcionario "se pasó de rosca" en la revisión de los precios de productos a la venta al interior de los Centros Federales de Readaptación Social. Además, es destacable el hecho de los cargos que fueron objeto de los despidos y cambios en PROFECO, entre ellos las oficinas de Verificación y Defensa de la Confianza de Combustibles. Tampoco puede pasarse por alto el cambio de un Chico por otro Chico en la Subprocuraduría Jurídica, haciendo a un lado a Javier Chico Goerne, para dar paso a Miguel Ángel Chico Herrera quien, como Sheffield, aspira a ser candidato a la gubernatura de Guanajuato, siendo cada cual pertenecientes a grupos opuestos dentro de MORENA, si bien hasta hoy el Procurador Sheffield ha gozado de la aparente venia de AMLO, en cuyas mañaneras se presenta todos los lunes con datos que se antojan irrelevantes para el ciudadano en general, pero que bien encierran indicios para leer con lupa.

¿Será que la gubernatura de Guanajuato pasará por el tamiz del crimen organizado y los intereses económicos que hacen del "oro verde" (aguacate) y el huachicoleo la brújula con la cual definir la ruta en las relaciones con Estados Unidos?




Asteroides en el cielo y periodismo gazmoño


ASÍ SE LAS GASTAN algunos colegas petimetres y estúpidos, así como los medios para los que laboran.

Como teniendo de fondo la melodía de "Jinetes en el Cielo", por estos días circuló en la Internet una noticia publicada por el diario español El País en su edición uruguaya. El indicio por el cual la recojo para comentarla es que se trató de una noticia que no era falsa, pero por su desaseada elaboración se convirtió en una noticia falsa por el afán sensacionalista de presentar al medio y al periodista como antisensacionalistas incluyendo una nota sensacionalista para desmentirla incorrectamente, valga la estridente cacofonía en este retruécano. Me explico.

La nota habló sobre un probable pero improbable choque de un asteroide con la tierra este 6 de mayo de 2022, usando como fuente del desmentido a la NASA y haciendo crítica y señalamiento a los medios y redes sociales que habían circulado semejante barbaridad.


El susodicho asteroide en cuestión es el 2009 JF1. El asteroide existe y la nota lo reconoció asegurando que no impactará en el planeta, sin especificar más datos fuera de una retahíla de paja insustancial que no ayudó a hacer comprensible el presumible hecho por suceder o no.

La realidad es que en estos últimos días de abril y primeros de mayo de 2022, cinco asteroides se aproximarán a la Tierra y ninguno de ellos es el mencionado. De acuerdo con la simulación de la página Eyes on asteroids de la nasa el asteroide 2009 JF1 tendrá su más próximo acercamiento a la Tierra hasta el 7 de mayo de 2108, es decir a ochenta y seis años en el futuro, y con una distancia de poco más de un millón de kilómetros. Aun en el supuesto de que desviara su órbita y chocara con el planeta su dimensión de casi diez metros no ocasionaría una destrucción apocalíptica ni mucho menos.



La preocupación más notable de parte de los científicos no se ha centrado en estos días en semejante cuerpo celeste como sí en uno de los cinco que rondarán al planeta entre finales de abril y comienzos de mayo a saber:

  • 2022 HF1 se acercará al planeta el 8 de mayo próximo, pasando a una distancia de más de tres millones de kilómetros. Su diámetro estimado es de cincuenta y nueve metros.
  • 2022 JJ se acercará este 5 de mayo, pasando a una distancia de poco más de un millón cien mil kilómetros del planeta y tiene un diámetro aproximado de dieciséis metros.
  • 2022 JC llegará el 7 de mayo, acercándose cuando mucho a poco más de dos y medio millones de kilómetros con su diámetro de algo más de treinta y dos metros.
  • 2022 HA4 estará por aquí el 6 de mayo, acercándose a más de cuatro millones de kilómetros y con un diámetro de treinta y uno y medio metros.
  • 2022 HL2 estará surcando los cielos estrellados del planeta la noche del día que escribo estas líneas, 4 de mayo, a una distancia de casi tres millones de kilómetros y su diámetro es de casi veintiún metros.

De los anteriores ninguno representa un peligro inminente para el planeta, ni siquiera el 2022 JJ que será el más próximo.

En el grupo de estos Indicios Metropolitanos en Facebook compartí a finales de abril una nota semejante y ya barruntaba yo lo dicho aquí ahora con más detalle. Entonces, la nota compartida mencionaba la preocupación de los astrónomos en particular por la elevada velocidad del asteroide 2008 AG33 (también catalogado como 418135) cuya proximidad a la Tierra será de poco más de un millón de kilómetros y que, dada su velocidad, se antoja impredecible en sus efectos. Lo que esa nota como la que da pretexto a estas líneas omitió decir fue que el citado asteroide de casi cuatrocientos setenta y tres metros de diámetro tendrá esa aproximación máxima en el año 2059 y que esta vez se acercó a poco más de tres millones de kilómetros.

La irresponsabilidad de los colegas periodistas en la omisión de datos precisos en el afán por hacer más "asequible" la información al público lego hace que su trabajo incurra en yerros como los señalados ocasionando no nada más mala información, sino sesgo de la opinión y alarma innecesaria, algo imperdonable en tiempos cuando abundan herramientas y fuentes fidedignas de la cuales extraer lo pertinente para informar con oportunidad y objetividad. La objetividad, aunque no al ciento por ciento, sí existe cuando el periodista y el medio se lo proponen.






Debanhí, un caso desaseado entre la leyenda y el mito


ERA DE LA OPINIÓN... de que la secrecía judicial es un asunto de suma relevancia, solo que quizás...

Días atrás causó conmoción en el país el extraño caso de Debanhí Escobar, una chica desaparecida y hallada muerta en una cisterna de un motel en Monterrey, Nuevo León.

Puedo estar de acuerdo parcialmente con lo que se apunta en un artículo escrito por Gustavo de la Rosa en Sin Embargo o muchos más respecto de la indignación que acompaña a las filtraciones periodísticas de información relativa al caso, lo que es considerado nocivo sobre el mismo. ¿Por qué digo estar de acuerdo en parte?

Casos como el de esta muchacha regiomontana, al margen de las especulaciones mediáticas y sociales, al margen de una lacerante realidad en el sustrato de los feminicidios y la violencia contra las mujeres, nos coloca a todos, a la sociedad en general y a las autoridades procuradoras de justicia y no se diga los jueces, a caminar por el filo de la navaja tramposa que es la transparencia.

Por ley y protocolo ninguno podemos discutir que la secrecía de las investigaciones en casos como este o cualquiera otro es fundamental para el correcto decurso de las mismas y sus consecuencias jurídicas. Pero, también, ya tenemos la añeja experiencia de que esa misma secrecía se ha prestado a simulaciones discrecionales y perversas de todo tipo, las que han ido desde el ocultamiento de pruebas hasta la falsificación de testimonios y documentos, cuando no la connivencia y la protección de los verdaderos culpables.

En contrario, la transparencia, la claridad, el afán social y empezando por el de los familiares y los activistas interesados en dar con los motivos de un caso, los medios, muchas veces sí, y ahí coincido con el autor del artículo referido, también se ha prestado a llenar huecos por miedo o franca cobardía ante la imagen pública, o para saldar cuotas políticas de alguna índole y las investigaciones se hacen al chingadazo, al ahí se va, para tapar el ojo al macho y dejar a Fuenteovejuna satisfecha de su sed de sangre y justicia, poniendo entre rejas y tal vez a inocentes o culpables de poca monta, mientras los máximos perpetradores materiales o intelectuales quedan impunes y a veces, incluso, la imagen de la víctima no nada más trastocada sino con manchas indelebles por causa de la "duda razonable".

¿Qué hacer entonces? ¿Hacer caso omiso a la indignación social que exige esa transparencia? ¿O no rasgarnos las vestiduras porque se filtra información que, como vapor en olla exprés, despresuriza la opinión pública y "distrae" la atención para, por debajo de la mesa, acomodar lo necesario para hacer justicia (o injusticia)?

Elena Reina escribió en El País una verdad contundente:

El caso de la joven Debanhí Escobar, de 18 años, que estuvo desaparecida 13 días hasta que las autoridades encontraron su cadáver en el fondo de una cisterna de un motel, continúa siendo un misterio a 20 días de su muerte y a una semana del hallazgo del cuerpo. La Fiscalía, acorralada por la opinión pública y la presión mediática, ha reconocido graves errores en la investigación que llevaron a la destitución de dos fiscales involucrados en el caso. La televisión ha contribuido al espectáculo macabro de sus últimas horas con vida. Y los nuevos avances de la investigación no han llegado a despejar las grandes incógnitas alrededor de su muerte el 9 de abril. El caso Debanhí se ha convertido en un símbolo del tortuoso camino de las víctimas de desaparecidos y feminicidios de lograr justicia en México.

La reflexión no es menor y muchos abogados y legisladores deberían de tomarla en serio para afinar todavía más, de forma continua e incesante el quehacer judicial y jurídico de las distintas instancias de la procuración y la administración de justicia en nuestro querido México, así como dotar a la sociedad y los medios de la certeza legal precisa que justifique las filtraciones hasta hoy consideradas ilegales o inválidas para un juicio: grabaciones de video, audio, documentos diversos, testimoniales, pero también enfatizando la hasta ahora desdibujada y tentadora línea del "litigio mediático".

Las incógnitas que están por resolverse no son muchas, pero la vaguedad o lentitud de las respuestas por parte de las autoridades responsables hace caldo de cultivo para las especulaciones más diversas y genera más inquina que certeza insuflando los ánimos de justicieros o de botarates. El hambre de saber, de entender lleva a los colegas a recabar información que termina distorsionada en la interpretación de las redes sociales pintando muy aparte de ese tortuoso camino que señala Reina, un panorama y un retrato que vuelven el hecho uno más de los miles de mitos urbanos modernos. Seguro, la imagen de Debanhí retratada por el taxista pasará de cartones y memes a convertirse en una leyenda de las tantas que hay en nuestro país, el de la joven a mitad del camino que espera, que busca, que esconde un secreto tras las crípticas frases "mis padres deben saber la verdad" y "no confío en El Jaguar".

Imaginar a la chica esbelta de pie, vaporosa, en medio de la denominada "carretera de la muerte", como espectro que anuncia su propia tragedia, se convirtió en un referente del horror, del miedo, de la indignación, de la estulticia, del abandono. Tal como ahora me tomo la libertad de retratar en la siguiente pintura de mi autoría bajo la firma de mi avatar de Second Life Alfred Steppenwolf.

"La leyenda de Debanhí" por Alfred Steppenwolf
Ilustración interior para la saga Calima.

No podemos olvidar que un periodista también es un investigador, aunque su método diste en parte del empleado por ejemplo del de un detective o un médico forense. Por supuesto que los hallazgos tendrían que ser dados a las autoridades y no simplemente expuestos a la opinión pública. Pero, todavía hoy tenemos un sutil velo de confusión entre lo que es dable denunciar a través de los medios y lo que es estrictamente de atribución de las autoridades. El velo lo han causado por un lado el afán de notoriedad sensacionalista de muchos colegas y los medios para los que laboran, ese afán por "ganar la nota", pero también el excesivo celo de autoridades poco comprometidas y torpes que ven en el trabajo periodístico no un instrumento adicional de cooperación, sino una monserga a la que frenar y acallar.

La corrupción forense existe y no podemos negarla, tanto como no podemos negar la negligencia y la estupidez metodológica de algunos investigadores o de periodistas, ni tampoco la ambición mezquina y desmedida de unos y otros.

Quizás es tiempo de que empecemos a reflexionar y a legislar sobre las formas como la opinión pública podría contribuir con virtud en la consecución de denuncias claras, de aportación de pruebas fidedignas, verificables, en sensibilizar responsablemente; y, por otro lado, que el mismo poder judicial viera en las contribuciones mediáticas un vehículo por el cual canalizar, desahogar pruebas y acelerar sentencias dadas, por supuesto, por el juez en turno y no por la sociedad iracunda e indignada.

El caso de Debanhí o Debanhi, ya fuera un accidente u otra la causa del fallecimiento de la joven, será y está siendo objeto de cuestionamiento más allá de los procederes o por su condición de oportuna montura para causas sociales abrazadas por distintos movimientos activistas. Es un caso que debería sentar precedente en la ley tanto como en las costumbres familiares.