Rumbo a un México sin espinas
LO HE VENIDO ESCRIBIENDO, aquí y en el grupo de este blog en Facebook, y en la red social X (antes Twitter). Para obtener los favores de la hegemonía emergente de China, México, como otros países tiene que "pagar" de algún modo y no será en lo económico tanto como en lo político, acomodando las piezas de la legalidad para el control al estilo del partido hegemónico chino (poco importa si es o no comunista en su membrete).
La Reforma Judicial, si bien era indudablemente necesaria, no lo era de la manera como se ha impuesto autoritariamente por un Congreso ensoberbecido. Lo mismo podemos decir de la reciente propuesta de reforma a la Ley de Seguridad, y ni mencionar la nueva intentona por imponer una reforma que elimine la posibilidad de ampararse contra los efectos de reformas constitucionales, o la que pretende desaparecer el INAI "pero no la transparencia" —a dicho de la presidenta—. Y sí, la transparencia será mucho más notoria en este gobierno que apenas tiene un mes y ya experimenta la vorágine dejada por el ex mandatario, pero lo será en un sentido contradictorio pues no cabe duda que el cinismo y la desfachatez de los políticos que nos gobiernan es muy transparente.
¿Ante qué estamos? Sin duda estamos ante lo que muchos anunciamos con preocupación: la cancelación de muchas de nuestras libertades frente a la opción de un presumible progreso con miras a los objetivos de la Agenda 2030, así como del acomodo de China como hegemonía relevo de la estadounidense. Estamos ante la respuesta que algunos han optado ante la pregunta: ¿qué prefieres, libertad a costa de tu seguridad, o ceder libertades en pro de mayor control con tal de conseguir una mayor percepción de seguridad?
Los recientes violentos sucesos registrados desde el comienzo del gobierno actual en Culiacán, Tabasco, Chiapas, y muchos otros puntos de México apuntan, en el más acérrimo estilo del terrorismo de estado (en colusión con el crimen organizado) a la desestabilización para propiciar una más marcada inclinación de la ciudadanía para exigir eso: control y sentir que el Estado puede ser capaz de garantizar la seguridad, la paz y la tranquilidad.
Lo que atestiguamos de boca de los políticos no son más que falacias y no otra cosa en las que, dado el saldo rojo real, se forma el caldo de cultivo donde el miedo es el "fiel de la balanza" con posibilidad de llevar a los extremistas (sean de derecha o izquierda) agua para su molino. Si a eso sumamos, no la ausencia, sino la presencia de una oposición disminuida, anulada, malo se antoja el pronóstico para los primeros cien días del gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum.
Si alguno albergaba esperanzas en que pudiera ella, la presidente o presidenta, la letra final poco vale al momento del ejercicio, en hacer la diferencia, vaya poniendo sus barbas a remojo, porque la barbería morenista está determinada a volver a México lampiño. El águila ya voló, la serpiente está entretenida cambiando de piel y ahora toca limpiar de espinas al nopal.
0 comentarios:
Gracias por sus comentarios con "L" de Lector.