Knock out por decisión

EN CONSONANCIA CON LO DICHO aquí en febrero, una nota de El Universal publicada el 31 de marzo confirma, pesos más o menos, los cálculos que ya había presentado yo aquí en un artículo previo del 11 de febrero así como en el Periódico Ecos,​ tanto en su versión impresa como en línea, y antes de que siquiera se pensara que Claudia Oyoque fuera a ser la alcalde interina sucesora de David Sánchez Guevara​ en el Gobierno Municipal de Naucalpan de Juárez​.

De acuerdo con la nota de Rebeca Jiménez, el ayuntamiento recaudó un millón 347 mil pesos por concepto de cobro de parquímetros a pesar de la suspensión instruida por el cabildo desde el 9 de enero de 2015.

Y todavía hay quienes se preguntan de dónde salieron los 600 mil pesos invertidos en el montaje de la pelea en que Mariana "La Barbie" Juárez enfrentara y perdiera por decisión frente a la japonesa Naoko Fujioka en la explanada del palacio municipal. La respuesta la tiene, sin duda, la tesorería del municipio que seguramente alegará, en caso de cuestionársele, que el dinero salió de la partida correspondiente a algún rubro de promoción del deporte o algo así. A saber las estructura de cuentas con que se manejan las finanzas y que sirve para sacar y meter de un costal a otro.

Dos cosas se imponen entonces: una, la transparencia de las cuentas; la otra, el destino final del convenio con la empresa Parking Meter, dado que es fecha que no le resuelve el Tribunal de lo Contencioso Administrativo su "garantía de audiencia", si es que ya la solicitó. Mientras tanto, ya se embolsó poco más de 800 mil pesos entre enero y marzo. Y continúa la pregunta en el aire, en favor de la ciudadanía "cumplida" que depositó y sigue depositando su contribución, por miedo, ignorancia o desidia, en los parquímetros, ¿qué piensa hacer Claudia Oyoque con lo que aparezca de lo perdido? Porque supongo que devolverlo estará en chino. Lo que decida tendrá que verse reflejado notablemente en una decisión que ponga fuera de combate toda suspicacia. El problema es que la decisión tendrá que aplicarse luego de las elecciones de julio para que no sea tomada como una acción electorera y demagógica. Ya se verá.

Violencia contra periodistas

ERA DE LA OPINIÓN... que la violencia contra los periodistas era básicamente de una clase: la que amorata o, peor, la que aniquila. Esta violencia, a la que algunos quisieran sumar la censura y de lo que habla César Octavio Huerta en un artículo dentro del blog "Polemón" recientemente creado por el escritor Jaime Avilés, es, sin duda real, incuestionable en su ominosa existencia, aunque cuestionable en sus causas y efectos.

Pero quisiera yo aquí ahora dejar entrever otra violencia más sutil y que en muchas ocasiones proviene de los mismos colegas periodistas. Se trata de una forma discreta y cotidiana y que se funda en la discriminación entendida como segregación, que pasa por trincheras como aquella donde se alega "si no estás comigo, estás en mi contra", así como también por la mirada de soslayo por no laborar para un medio reconocido o precisamente por eso mismo, por laborar para un medio reconocido.

Habemos aquí y allá muchos comunicadores, comunicólogos, escritores y periodistas, que hacemos periodismo ya informativo, ya opinativo, y que por el solo hecho de ser literalmente independientes, solitarios en los esfuerzos de publicar y expresar somos algo así como los patitos feos, aun cuando logramos tener una cierta influencia al menos en un sector o nicho, si se quiere limitado, de lectores.

La influencia que en la opinión pública hemos tenido los blogueros desde hace un lustro es una ganada a pulso. Algunos surgieron de la nada y otros, provenientes o con experiencia en medios establecidos, encontramos en medios como este una salida a veces cómoda, siempre honrosa para expresar nuestro pensamiento y sentir sobre temas muy diversos, sin ajustarnos a otra línea editorial que no sea la de la propia conciencia y responsabilidad. Por supuesto no todos lo conseguimos de la manera que soñamos, no obstante estamos en la brega diaria contra las letras para hacer llegar a los ojos de quienes nos siguen y con gran responsabilidad no nada más banales ocurrencias (que sucede), sino sobre todo análisis lo más objetivos posibles sobre los dichos y los hechos que determinan el diario acontecer.

Esa violencia a la que me refiero, sutil y discriminante, proviene de aquellos colegas o de las personas —no por fuerza relacionadas con un medio de comunicación en particular— que ven con suspicacia, con o sin razón, a quienes no nos ceñimos a un proceder, protocolo, asociación o institución concretas. No es poco frecuente que cuando uno busca entrevistar a cierta personalidad o pretende conseguir cierta información se azote sobre la mesa la duda: ¿es usted periodista? Y al carecer uno de las "credenciales" acostumbradas provenientes de un medio instituido, de una empresa, vaya, el gafetito o la tarjeta de presentación, o incluso el nombre renombrado por virtud y gracia de la mercadotecnia, termina uno aferrándose a la profesión misma, al oficio y la experiencia para hacer valer lo que se es. Ello orilla a que algunos de pronto nos "colemos" en calidad de polizonte por los rincones para obtener la información que facilite que escribamos nuestros contenidos.

Es la violencia más sonada, los asesinatos, torturas, desapariciones forzadas y secuestros a periodistas cosa preocupantes, sin duda. Son un atentado más que a la libertad de expresión, a la vida misma. ¿Pero qué hay con esa otra violencia callada que procede del ninguneo?

Casos como el traído y llevado de Carmen Aristegui es uno de entre tantos que, como he dicho en otra parte, obliga a que nos pongamos a revisar las formas de relación de los que ejercemos el oficio del periodismo en cualquiera de sus variadas manifestaciones con los medios. Porque está visto que teniendo estos sujeciones y cadenas ancladas en lo intereses creados, las libertades van siendo cada día, incluso por virtud de las nuevas tecnologías, más y más restringidas. Puesto de otro modo, nos entendemos libres, ejercemos nuestra libertad, mas por otro lado vamos apretando las tuercas morales, económicas, políticas, educacionales que pueden poner en tela de juicio y menoscabar el ejercicio mismo de ser libres.

Era de la opinión, pues, de que la libertad no existía sino como un sueño malogrado. ¿Será?

Retomo lo mío de lo mío

Foto: Archivo VETA Creativa
Hace tiempo, cuando comenzaba en esto de ser bloguer, cree entre uno de mis muchos espacios, un diario íntimo. Lo publicaba en la red que Microsoft había creado luego de adquirir Hotmail y MSN Messenger. Luego que dejó de existir esa red, sus contenidos los pasé a otro sitio que dentro de unos días también dejará de existir y los trasladaré aquí. Por lo general publicaba cosas muy personales o temas variados desde un tema muy personal, y por lo tanto el público quedaba restringido a familiares o amigos cercanos.

Este espacio, en cambio, creado por la misma época, hacia 2005, estuvo dedicado por un buen rato a explotar mi vena periodística, y algunos de los textos que aún están en el archivo lo demuestran. Fue desde entonces y hasta hace poco un equivalente a la "primera plana" de lo que di en llamar mi revista Indicios Magazín-e y obedecía al título "En primera...". Hoy, cuando estoy haciendo un arreglo total a closets, cajones y archivo y vida, esa revista con ese nombre ha dado pie a Indicios Metropolitanos y este espacio he decidido darle la vuelta para asentar en él aquella VETA Personal escrita en Wordpress, pero ahora con un carácter mucho más abierto.

No se trata de mostrar mis calzones, sino de dar pie, mediante la selección de los temas, a la nueva distinción, que ya se va haciendo por virtud de las nuevas tecnologías y los nuevos medios, de cuatro conceptos: lo íntimo, lo privado, lo personal, lo público. Ello me obliga a tener cuidado en el establecimiento de los límites y por ello me abstendré de tocar aquellos tópicos o personajes que pudieran lindar con situaciones que pudieran suponer la transgresión de ciertos elementales derechos humanos, y por otra parte me regodearé en las fascinantes aguas de la historia genealógica desde la cual he venido construyendo una historia personal marcada por las huellas familiares que, de un modo u otro, explican quién soy.

Con base en esta idea, lo que comenzaré a publicar aquí no serán propiamente confesiones que pudieran ponerme en vergüenza o que me muestren como un cínico desfachatado, sino textos que apuesten a la espontaneidad de lo confesable y que, por ende, su carga de compromiso para conmigo, primero, y con terceros, enseguida, sea tal que permita la comprensión mutua entre los amables lectores y quien traza estas líneas, como otras plasmadas en el resto de mis blogs, muchos de los cuales ya van quedando subsumidos en este que ahora revisas, amable lector.

Sirva entonces esta entrega a modo de preámbulo para la nueva etapa que se construye ahora mismo. Sirva también este espacio para, en cierto modo, dar unidad a las distintas cosas que he podido decir aquí y allá, desde el fondo de mi corazón. Por ello, no te extrañe, amable lector, que más seguido de lo que pudiera esperarse, entre mis "confesiones" dentro de este "diario íntimo" o "bitácora personal" haga alusiones y ligue con otros textos escritos con anterioridad. La idea es que se me vea con toda mi congruencia y con todas mis contradicciones, en tanto escritor y ser humano.

Sé que no soy monedita de oro para caerle bien a todo mundo, pero tampoco creo ser esquirla de plomo como para intoxicar al punto de la muerte que sigue al desdén.