¡Gracias a Dios es Viernes

SÍ, YA SÉ QUE NO ES VIERNES, pero como si lo fuera. Una amistad en las redes sociales propone desentrañar un acertijo relacionado con el tiempo:

Dice un ebrio:
Si ayer fuera mañana, hoy sería viernes.
¿Qué día de la semana lo dijo esto el borracho?

El acertijo invita a responder con el resultado, señalando solo el día, sin desarrollar el problema. Pero en este breve ensayo quiero desarrollarlo, por ejercicio mental.

De bote pronto, uno se ve tentado a responder casi cualquier cosa. Las opciones más viables por aparentemente más certeras son los días miércoles y jueves. ¿Serán? Examinemos con cuidado el enunciado condicional.

Apenas se lo lee, uno no cae en cuenta que el planteamiento da por hecho que quien lee se ubicará en un punto del tiempo a partir del cual hará la lucubración lógica. Ese punto es sin duda empático con la postura del ebrio. Así, uno debe ubicarse en un hipotético hoy desde el cual mirar hacia ayer y proyectar hacia mañana.

Así, si yo me ubico en ese posible día condicionado a un ayer y un mañana, he de definirlo como el viernes de la semana, pues si ayer (jueves) fuera mañana (sábado), hoy sería viernes. Pero aquí comienzan las dudas de orden semántico. El acertijo mismo, en su juego con el tiempo verbal genera inquietud aun frente a la probable respuesta correcta. La primera duda es en qué tiempo verbal del modo indicativo está conjugado el verbo “ser". ¿Pospretérito o Copretérito? La terminación “-ía” puede ser de alguna ayuda.

Los verbos en pospretérito son aquellos que indican que la acción puede ocurrir en el caso de que otra suceda antes de la misma, es decir que este tipo de verbos requieren de otro para conjugarse y que puede estar en cualquier tiempo.

A éstos también se les conoce como futuro hipotético o condicional, ya que expresan un tiempo verbal que describe una acción que sucedería si se cumple una determinada condición, por ejemplo: Si fuera rica, me compraría mucha ropa.

El copretérito que también es conocido como pretérito imperfecto, es el tiempo verbal que señala los hechos no terminados, o que sucedieron al mismo tiempo que otros.

También se le llama copretérito al tiempo que ya ha pasado, o a una acción que ya está terminada. Se los escribe con las terminaciones “-aba”, “-ía”, y saber esto tampoco nos ayuda mucho, excepto en el hecho de que el copretérito de “ser” es “era”, por lo tanto, por este solo dato ya deducimos que el enunciado está escrito en pospretérito del indicativo.

Veamos entonces cuándo ocurre la acción del dicho del borracho. El borracho plantea que antes de decir su galimatías, cabe la posibilidad (notable en el uso del subjuntivo) de que ayer sea mañana, un ayer teóricamente referido a un hoy del hablante. El ayer, entonces, se entiende como un día menos que hoy, mientras el mañana como un día más que hoy. Si lo expresamos de manera matemática, donde la incógnita “x” se asocia con el hoy, entonces y en tanto variable independiente, el ayer es hoy menos un día (x-1) y mañana es hoy más un día (x+1). Luego, si ayer (x-1) fuera (=) mañana (x+1), entonces el hoy, en tanto variable dependiente “y” sería (=) viernes. Es decir: y=(x-1)-(x+1), entendido como un ayer al que todavía no se le llega o suma un mañana, o al que se le resta el mañana para delimitar el hoy siguiente. Pero también puede ser que y=(x+1)-(x-1), es decir, que al mañana se le reste el ayer ya transcurrido para delimitar el hoy previo. En el primer caso estamos expresando la función del pospretérito, mirando en el tiempo un paso atrás de lo ocurrido, mientras en el segundo caso estamos expresando la función del copretérito, mirando en el tiempo un paso delante de lo transcurrido.

Pongamos los días de la semana en una recta numérica, correspondiéndoles los números 1 al 7. Sustituyendo estos valores en la primera ecuación, observamos que nos da como resultado siempre -2, es decir que el hablante, en su argumento, está pensando o mirando dos días atrás de aquel cuando esboza su dicho. Si habla en jueves (4), está pensando en un ayer ubicado en martes cuyo mañana es miércoles y para el cual el hoy sería viernes. Por lo tanto, el verbo ser está conjugado en pospretérito, porque indica que la acción puede ocurrir en el caso de que otra suceda antes de la misma; es decir que supone al hoy como si fuera martes, aun sabiendo que es parte de un ayer.

¿Pero qué pasa si el hablante dice esto en sábado? El desplazamiento temporal llevaría a un nuevo día, pues la suposición ubicaría al ayer hipotético en un jueves, para el cual el viernes se hace mañana y por ende el hoy no podría ser sino sábado en calidad de un viernes prolongado, inacabado. Este caso supone el verbo “ser” conjugado en copretérito, porque señala los hechos no terminados, o que sucedieron al mismo tiempo que otros. Pero ocurre que, a la letra, el acertijo dice “sería” no “era” y la sola conjugación ya implica un cambio en la lógica y el sentido. No es lo mismo, por muy elegante que parezca decir: Si ayer era mañana, hoy fuera viernes. En este caso, la función aplicada es la segunda y=(x+1)-(x-1).

En conclusión, dado que la forma verbal utilizada es el pospretérito, el día en que habla el ebrio del acertijo es un jueves confundido, por razón de la embriaguez, con un martes pasado, por lo que se explica que en su afán de seguir la francachela por su mente pase que ¡gracias a Dios es viernes!

Ahora, pensemos en un borracho irredento, franco alcohólico y no mero bebedor social, ¿qué fórmula aplicaría para referirse a antier, antes de antier o el mes anterior entero? Piensa, amigo lector, ¡hoy es viernes y hoy toca!

Torres de Satélite, plástica oración

EL SÁBADO 18 DE JUNIO, el gobierno del estado por medio de la Secretaría de Infraestructura, efectuó un taller de “Reactivadores sociales” coordinado por el despacho consultor Ingenia MX cuya finalidad fue someter al escrutinio y parecer de un grupo de vecinos de la localidad qué se puede hacer para “rediseñar” al conjunto escultórico, en el afán de detectar necesidades y dar a las Torres de Satélite —la obra escultórica emblemática de Ciudad Satélite y Naucalpan concebida por el artista plástico Matías Goeritz, construida por el arquitecto Luis Barragán con la colaboración del pintor Jesús Reyes— nueva vida y un significado más acorde con la actualidad, quizá construyendo un pasaje subterráneo a modo de museo de sitio, entre otras ideas.
En esa ocasión, Indicios Metropolitanos entrevistó en exclusiva al Arq. Cuauhtémoc Rodríguez, presidente de la asociación Fomento Cultural Torres de Satélite.

Arq. Cuauhtémoc Rodríguez
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
I.M.: ¿De qué se trata este taller en que nos encontramos que se ha llamado “Taller de Reactivadores Sociales”?

C.R.: Primero quiero aclarar que nosotros vinimos como ustedes, invitados. Esto está organizado por un colectivo apoyado por el Estado de México. Se nos invitó para dar a conocer los conceptos de historia de Las Torres, la reglamentación y en qué situación están actualmente Las Torres, la declaratoria de Patrimonio Cultural y Artístico de la Nación que se hizo en 2012, qué conlleva esta declaratoria sobre qué se puede hacer o no con las Torres de Satélite y su entorno.

Este colectivo busca precisamente la interacción de la sociedad y de algunos espacios que, ellos creen, están propensos a ser modificados con intervenciones urbanísticas. Es lo que ellos buscan, según entiendo. Así, este colectivo está proponiendo un trabajo de intervención alrededor o en los alrededores de Las Torres de Satélite.

Lógicamente pues hay que tener mucho cuidado en cuanto a tocar la explanada o Las Torres, porque ya están declaradas como Patrimonio Cultural y Artístico de la Nación y ya con esto el decreto dice que a 500 metros a la redonda no se puede hacer ni pintar ni construir nada si no es con permiso específico del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBA), en este caso, y en estricta función justificada en beneficio de la obra. Esto está basado en la Ley Federal de Monumentos. Es decir, no obstante, se puede proponer algún proyecto que valga la pena de llevar al cabo con el auspicio y la autorización previa INBA.

I.M. Ya que hablamos de cuestiones históricas, cuando se construyó el Viaducto Bicentenario, los vecinos del fraccionamiento La Florida colindante con el monumento tuvimos —me incluyo ya que formé parte de la Comisión Técnica— un papel muy activo como supervisión técnica para poder revisar el desarrollo del proyecto y, entre las cosas que se pudieron observar directamente con los funcionarios de SAASCAEM y las empresas constructoras Rioboo y OHL eran justo las afectaciones sobre las Torres de Satélite.



Estuve presente en algunas de esas reuniones y en una de ellas concretamente se hicieron esas observaciones e incluso vecinos representantes de Satélite afirmaron que, no, Las Torres no se iban a tocar; sin embargo, se tocaron. Se le quitaron más o menos tres metros de cada lado a la explanada para dar espacio a los carriles adicionales.

Llamó entonces la atención que vecinos de Satélite y Fomento Cultural no hicieran mayor señalamiento al respecto. Cuando le pregunté personalmente al Ing. Manuel Ortiz, a la sazón Director General de SAASCAEM, si esa afectación se le iba a notificar al INBA o a la Asociación Barragán, él dijo que, bueno, se le había dicho al INBA que la obra pasaría por ahí y que el INBA había dado su anuencia, pero sobre esa afectación concreta a la base, cuestionado, el Ing. Ortiz respondió que no le habían dicho al INBA y que “no lo vamos a hacer” sin matizar el por qué.

Entonces puse sobre la mesa el tema de la propuesta de declaratoria que mencionas, la cual se encontraba encajonada en el escritorio de Felipe Calderón con miras a que fuera uno de los primeros actos de gobierno del probable candidato a la presidencia Enrique Peña Nieto, en aquellos días gobernador del Estado de México. Manuel Ortiz se quedó con los ojos desorbitados por la sorpresa, expresando la duda de dónde había yo sacado esa información; pero, finalmente confirmó el hecho y explicó que, en efecto se tenía lista y para presentar la declaratoria de Patrimonio Cultural; sin embargo, estaba pendiente la petición de declaratoria de Patrimonio de la Humanidad que otorga la UNESCO que es mucho más rígida y, si la UNESCO se entera de que, contra el proyecto original ya no hay esos tres metros de cada lado de la explanada negaría la declaratoria. Te pregunto, ¿será que este ejercicio de ahora, con este taller, tiene un poco la finalidad de orden político de generar un nuevo proyecto que enmascare aquellas afectaciones a ojos de que la UNESCO no objetare declarar a Las Torres como Patrimonio de la Humanidad?

Foto: Archivo VETA Creativa
C.R.: […] Con la afectación de la explanada nosotros no tuvimos nada que ver más allá de una plática informal con el INBA; pero, como no había declaratoria —esto es muy importante— el gobierno podía hacer lo que quería. […] Fue una audacia de OHL ganar dos carriles más cortando la explanada ya que finalmente el viaducto no se haría elevado, en parte por nuestra insistencia en cuidar los aspectos visual y estético de Las Torres. Se tuvo que ceder un poco para que ya no hubiera más conflictos. Fueron millones de euros de un proyecto europeo que ya venía avanzado y que, gracias al trabajo tanto de ustedes, vecinos de La Florida, como de nosotros, Fomento Cultural, y la Asociación de Colonos de Satélite logramos detener por cuatro meses.

En noviembre de 2012, Felipe Calderón, presionado por los compromisos adquiridos y por Fomento Cultural ya no dejó la declaratoria en manos de Peña Nieto, sino él presentó el decreto como uno de sus últimos actos de gobierno.

Entonces, Las Torres ahora sí ya están protegidas por la Ley Federal de Monumentos. En el ínterin se descubrió que el propietario de las Torres de Satélite es el gobierno del Estado de México…


I.M.: ¿Cómo que “se descubrió”?

C.R.: Nadie sabía quién era el dueño. En Fomento Cultural nos dimos a la tarea de hacer y aun la exhaustiva investigación histórica, biográfica, iconográfica y encontramos que originalmente Las Torres de Satélite fueron construidas en los terrenos del fraccionamiento conocido originalmente como Ciudad Élite, pero que luego pasó a llamarse Ciudad Satélite por influencia de la carrera espacial, uno de los hechos que ocasionaron que la construcción de la obra pasara casi desapercibida para medios de comunicación y sociedad. O sea, el propietario era el fraccionador, es decir Miguel Alemán Velasco y todos sus socios. Pero cuando se construyó el Periférico, para transformar una carretera rural en la autopista Panamericana, Las Torres quedaron aisladas por una vía federal.

Fue hasta años recientes que Fomento Cultural se puso a investigar, encontrando las escrituras originales donde se asegura que el gobierno estatal es el propietario, lo que ya en el decreto de Calderón se reconoce plenamente. Ello obliga al gobierno estatal de manera conjunta con el municipal —por hallarse en terrenos de Naucalpan— a darles el mantenimiento respectivo, planear un programa de conservación, pero sobre todo de crear conceptos que garanticen la seguridad de cualquiera que quiera acceder al monumento, pues Las Torres hoy son utilizadas para fines que no tienen que ver con la cultura como las reciente manifestaciones relacionadas con temas y problemáticas de otra índole política o social, para las que el mejor y más adecuado espacio es la explanada del edificio del ayuntamiento.

Así, foros como este de ahora me parecen importantes para que gobierno y ciudadanos no solo conozcamos los problemas sino aportemos probables soluciones.

I.M.: ¿Qué se puede hacer con y alrededor de las Torres de Satélite en su nueva circunstancia?


C.R.: […] Tenemos la propuesta de hacer un túnel cultural, un museo de sitio, que atraviese de lado a lado por debajo de Las Torres y permita no nada más el paso de un extremo a otro, la conexión entre los fraccionamientos La Florida y Bulevares como antaño se hacía con puentes peatonales, sino que permita un acceso más seguro al monumento a diferencia del peligro que hoy enfrentan quienes se atreven a cruzar el periférico.

El arquitecto Rodríguez, sobre este tema recordó el trágico accidente ocurrido el 27 de mayo de 2016, cuando un grupo de 10 manifestantes resultó arrollado por un automovilista falleciendo dos de ellos.

C.R.: […] Anteriormente nos decían que no era posible hacer un túnel, cuando tenemos dos enfrente de Plaza Satélite.

I.M.: Esos túneles que mencionas han resultado problemáticos para los vecinos de Satélite, porque sí se han convertido en foco para el ambulantaje y la inseguridad. ¿Cuál sería la clave para que funcionara dicho túnel?

C.R: Tener control.

I.M.; ¿Cómo; quién llevaría el control, Fomento Cultural o el gobierno municipal o la Asociación de Colonos de Ciudad Satélite que hoy se encuentra dividida y en medio de un conflicto de intereses?

C.R.: Asociación de Colonos no tendría injerencia […] El gobierno solo no puede ser. INBA solo no puede ser. Por eso nosotros insistimos en que haya una participación ciudadana; y en 14 años de existir como asociación hemos demostrado, creo, que somos una asociación seria sin ánimo de lucro y sobre todo interesada en difundir la importancia artística, histórica y cultural del monumento de las Torres de Satélite y no nada más.

Luis Barragán y Matías Goeritz.
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
I.M.: La Fundación Barragán, que entiendo está en Alemania, ha hecho caso omiso a la obra, ¿cierto?

C.R.: El problema original de que estuvieran como abandonadas Las Torres se debe a un conflicto sobre la autoría entre Luis Barragán y Matías Goeritz, artista plástico […]. La Barragán Foundation es de Federica Zanco, está en Suiza; tiene los derechos nada más de la obra gráfica de Barragán […]. ¿Por qué no se involucran aquí en Las Torres? Porque aquí no hay manera de que ganen dinero a diferencia de lo que ocurre en la Casa de Barragán, en Jalisco.

[…] El año pasado, 2015, se cumplieron los 100 años de nacimiento de Matías Goeritz y en todo el mundo hubo exposiciones de él. ¡Qué vergüenza! que, aquí en Naucalpan, donde tenemos la obra, no la más importante, sino la más emblemática, la más majestuosa de este artista plástico de talla internacional, el gobierno no hizo nada. Ni en los 50 años de Ciudad Satélite. Todo el trabajo de ese aniversario lo hicimos nosotros. Por eso actualmente nos preocupa la falta de interés.

Parroquia de Nuestro Señor del Campo Florido
del Arq. Félix Candela.
Foto: Archivo VETA Creativa
I.M.: Algo similar a lo que ha ocurrido con la obra también emblemática de otro importante arquitecto español, Félix Candela, quien erigiera a escasos metros de dichas Torres de Satélite una de sus más importantes obras, la Parroquia de Nuestro Señor del Campo Florido. Otras de las obras de este arquitecto creador del concepto de estructuras de cascarón son el Palacio de los Deportes, el  Museo de Historia Natural, en Chapultepec… Nadie ha hecho nada para celebrar sus 50 años de existencia y, en cambio, el año pasado se construyeron unos baños adosados a la torre del campanario que rompen radicalmente con el concepto y la estética original.

C.R.: Como asociación, el año pasado hablamos con la presidente interina Claudia Oyoque, para presentar una conferencia en el Teatro Bicentenario relativa a los 50 años de Las Torres, a la que se invitó a gente muy importante del ámbito artístico y cultural; pero, se canceló de última hora por causa de preferir el gobierno dar el espacio a un evento del DIF ahí y en el mismo horario. No tengo nada contra el DIF, pero ello es muestra de la falta de compromiso de los gobiernos municipales para con el tema cultural.

En enero próximo se festejan los 60 años de Las Torres y de Ciudad Satélite. Hace 10 que las pintamos gracias a la donación de Comex y estamos trabajando para celebrar esa fecha como no pudimos hacerlo.

I.M.: Entiendo que el gobierno municipal de Edgar Olvera está buscando reunirse con varias agrupaciones, incluido Fomento Cultural Torres de Satélite que presides, además de artistas y personalidades diversas precisamente para poder organizar los festejos por esos 60 años de Ciudad Satélite y los 45 de Plaza Satélite. ¿Cómo imaginas las Torres de Satélite en el futuro cercano viendo que ya fueron afectadas en su base, la explanada, que ya están prácticamente ahorcadas por la circulación y que quedan como un monumento ahí, en una isla que nada más queda para ser visto al paso y en la distancia?

C.R.: Yo me las imagino mejor. Esa es mi motivación […] Creemos que ya estamos a un paso de la declaratoria ante la UNESCO, hemos cumplido con muchos de los requerimientos que pide esta organización. Solo falta que nos repongan el cableado y luminarias que se han robado, quitar los grafitis. Estamos junto con INBA y gobierno estatal planeando un programa de normatividad que regule el acceso a Las Torres tanto como su mantenimiento integral y conservación.

I.M.: Tú, como experto dedicado al tema, explícanos. Hay personas que ven las Torres de Satélite y las consideran unos pilotes ahí horrorosos, meros mojones, no entienden su significado. ¿Qué significan las Torres de Satélite?

C.R.: ¡Esa es la pregunta más importante de todas! Cuando se desconoce de qué trata una obra, su valor artístico, quién la hizo, el mensaje que implica o la emoción que pretende provocar en el espectador se la disfruta menos.

I.M.: Aun cuando el arte primero ha de gozarse y luego entenderse desde su esencia y sustancia.

Matías Goeritz.
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
C.R.: Así es… Las Torres de Satélite fueron creadas por un artista ya consumado en Europa cuando el arte contemporáneo estaba en su apogeo. Matías Goeritz no se hizo en México. Él creo un concepto de arte monumental urbano y, por las características, las Torres de Satélite son el primer ejemplo de arte minimalista en México y en el mundo.

Una de las características del arte contemporáneo es que no tiene que ser “bello” en el sentido clásico de la idea, sino que su belleza es más emocional e intelectual, provocadora.

Caminar entre las Torres de Satélite, observar de cerca o lejos su majestuosidad implica la intención de Goeritz de crear un arte emocional. Es una obra que, a querer o no, obliga a ver hacia el cielo. Eso era lo que quería Matías Goeritz, conectar al ser humano con Dios.

¿Cuál es el significado de Las Torres? Es una oración plástica, así las definió Goeritz. Una oración plástica, una obra espiritualmente dedicada a Dios.

I.M.: Yo las he descrito como una mano, la mano de la Madre Naturaleza saliendo de entre la tierra para alcanzar el cielo o la luna. Sobre todo, por la dinámica de observación conforme uno se acerca o aleja de ellas, en especial en la dirección norte-sur.

Maqueta final en el estudio del Arq. Barragán
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
C.R.: No. Eso es imposible porque, tocando nuevamente el tema de la espiritualidad tanto de Matías Goeritz (judío) como de Luis Barragán (católico), Las Torres fueron creadas originalmente en concepto de siete. Eran siete torres, no cinco. Nunca fueron concebidas como una mano, sino a partir del número siete de valor cabalístico. El triángulo, como forma perfecta, y que se repite torre tras torre, conecta con las ideas de la Trinidad y de la armonía.

Cuando llegó el momento de construirlas empezaron los cambios. Eran de 200 metros de altura y esta se redujo primero a 72 y al final a 52 metros de talla, la más alta, así como su número se restó a ser cinco.

I.M.: Tocaste el tema de la armonía. Se han quedado fuera de armonía Las Torres en relación con el contexto en que se encuentran. ¿Cómo puede recuperarse la armonía que tenían dado el contexto actual agobiante, abrumador?

C.R.: Mira… Manteniéndolas en buen estado. Manteniéndolas como las Torres de Satélite, obra artística y no mero distintivo geográfico. En el concepto original de Matías Goeritz, él ni siquiera sabía que habría con el tiempo edificaciones a los lados de su obra. A él le dieron un espacio, una explanada, una base para una escultura y ahí levantó su obra. Lo que luego llegó no debía afectar a Las Torres en su presencia primordial. Si nos concentramos en las tareas del mantenimiento y la conservación estéticos seguirán siendo ellas. Y para esto es necesaria la presión social consciente del valor artístico, cultural e histórico de la obra; una presión inteligente, conocedora, sensible.

¿Qué sí podía afectarlas? El Viaducto Bicentenario, un proyecto grave que hubimos de detener con leyes en la mano. Si se hubiera hecho elevado, sí habría sido destrozada la armonía estético-urbana.

I.M.: Esperemos a ver qué ideas surgen de este taller de “Reactivadores sociales” para dar a las Torres de Satélite nueva vida.

Tarde, pero seguro

ESTA SEMANA y luego de un mes y piquito que fuera destituida del cargo de defensora de Derechos Humanos Jéssica Guadalupe Mota Valdés, señalada de falsaria y pertenecer a una red de corrupción, finalmente el cabildo llevó al pleno el tema para cumplir —más vale muy tarde que nunca jamás— con lo que estipula la ley.

Se anunció que la convocatoria para elegir un nuevo ombudsman municipal será publicada en un plazo de diez días, como establece la norma aunque sea a toro pasado. ¡Total, que ninguno nos dimos cuenta de salto en el tiempo! Vamos a ver si el gobierno de Naucalpan, presidido por Edgar Olvera, ahora sí cumple con lo estatuido en las normas, porque en este caso la tardanza no tuvo mayor explicación que la dicha por un funcionario y que diera yo a conocer aquí, en estos Indicios Metropolitanos.

Cualquiera podría pensar que el cargo de defensor de Derechos Humanos es uno de relativa “poca monta”, otros tal vez lo vean como “la piedrita en el zapato de la justicia” por aquello de la odiosa tendencia a privilegiar los derechos de los victimarios sobre los de las víctimas; pero, a decir de los enterados, se trata de un puesto cuya trascendencia es mayor de la imaginada y que supone un hueso con carnita bien sabrosa que, quien sabe roerla, puede conseguir mucho ya en beneficio de la sociedad o incluso propio y de la camarilla que le acompañe.

Por esta razón velada, ya vuelan ruiseñores y corren dimes y diretes, aparentes indicios de que al menos un par de regidores naucalpenses podría estar haciendo cuentas para su agosto y “vender” el cargo al mejor postor. ¿Será? En las entretelas del poder todo es posible, incluso que se trate de infundios típicos del “radiopasillo” con la finalidad de inclinar la balanza hacia alguien o algún grupo en particular. ¿Nombres? Los hay, pero en la cocina revuelta por la ventolera, antes que incurrir en difamación e infundio debo ser lo más imparcial posible antes de siquiera lavar el trasterío.

Si este texto de alguna manera sirve para frenar y poner entre paréntesis esas presumibles aviesas intenciones de los oportunistas, ya habrá cumplido su cometido. Si aun así persisten los intentos, bueno… C’est la vie y hasta la próxima.