¡Gracias a Dios es Viernes
SÍ, YA SÉ QUE NO ES VIERNES, pero como si lo fuera. Una amistad en las redes sociales propone desentrañar un
acertijo relacionado con el tiempo:
Dice un ebrio:
Si ayer
fuera mañana, hoy sería viernes.
¿Qué día de la semana lo dijo esto el
borracho?
El acertijo invita a responder con el resultado, señalando
solo el día, sin desarrollar el problema. Pero en este breve ensayo quiero
desarrollarlo, por ejercicio mental.
De bote pronto, uno se ve tentado a responder casi cualquier
cosa. Las opciones más viables por aparentemente más certeras son los días miércoles
y jueves. ¿Serán? Examinemos con cuidado el enunciado condicional.
Apenas se lo lee, uno no cae en cuenta que el planteamiento
da por hecho que quien lee se ubicará en un punto del tiempo a partir del cual
hará la lucubración lógica. Ese punto es sin duda empático con la postura del
ebrio. Así, uno debe ubicarse en un hipotético hoy desde el cual mirar hacia
ayer y proyectar hacia mañana.
Así, si yo me ubico en ese posible día condicionado a un
ayer y un mañana, he de definirlo como el viernes de la semana, pues si ayer
(jueves) fuera mañana (sábado), hoy sería viernes. Pero aquí comienzan las
dudas de orden semántico. El acertijo mismo, en su juego con el tiempo verbal
genera inquietud aun frente a la probable respuesta correcta. La primera duda
es en qué tiempo verbal del modo indicativo está conjugado el verbo “ser". ¿Pospretérito
o Copretérito? La terminación “-ía” puede ser de alguna ayuda.
Los verbos en pospretérito son aquellos que indican que la
acción puede ocurrir en el caso de que otra suceda antes de la misma, es decir
que este tipo de verbos requieren de otro para conjugarse y que puede estar en
cualquier tiempo.
A éstos también se les conoce como futuro hipotético o
condicional, ya que expresan un tiempo verbal que describe una acción que
sucedería si se cumple una determinada condición, por ejemplo: Si fuera rica,
me compraría mucha ropa.
El copretérito que también es conocido como pretérito
imperfecto, es el tiempo verbal que señala los hechos no terminados, o que sucedieron
al mismo tiempo que otros.
También se le llama copretérito al tiempo que ya ha pasado,
o a una acción que ya está terminada. Se los escribe con las terminaciones “-aba”,
“-ía”, y saber esto tampoco nos ayuda mucho, excepto en el hecho de que el
copretérito de “ser” es “era”, por lo tanto, por este solo dato ya deducimos
que el enunciado está escrito en pospretérito del indicativo.
Veamos entonces cuándo ocurre la acción del dicho del
borracho. El borracho plantea que antes de decir su galimatías, cabe la
posibilidad (notable en el uso del subjuntivo) de que ayer sea mañana, un ayer teóricamente
referido a un hoy del hablante. El ayer, entonces, se entiende como un día
menos que hoy, mientras el mañana como un día más que hoy. Si lo expresamos de
manera matemática, donde la incógnita “x” se asocia con el hoy, entonces y en
tanto variable independiente, el ayer es hoy menos un día (x-1) y mañana es hoy
más un día (x+1). Luego, si ayer (x-1) fuera (=) mañana (x+1), entonces el hoy,
en tanto variable dependiente “y” sería (=) viernes. Es decir: y=(x-1)-(x+1),
entendido como un ayer al que todavía no se le llega o suma un mañana, o al que
se le resta el mañana para delimitar el hoy siguiente. Pero también puede ser
que y=(x+1)-(x-1), es decir, que al mañana se le reste el ayer ya transcurrido
para delimitar el hoy previo. En el primer caso estamos expresando la función
del pospretérito, mirando en el tiempo un paso atrás de lo ocurrido, mientras
en el segundo caso estamos expresando la función del copretérito, mirando en el
tiempo un paso delante de lo transcurrido.
Pongamos los días de la semana en una recta numérica,
correspondiéndoles los números 1 al 7. Sustituyendo estos valores en la primera
ecuación, observamos que nos da como resultado siempre -2, es decir que el
hablante, en su argumento, está pensando o mirando dos días atrás de aquel
cuando esboza su dicho. Si habla en jueves (4), está pensando en un ayer
ubicado en martes cuyo mañana es miércoles y para el cual el hoy sería viernes.
Por lo tanto, el verbo ser está conjugado en pospretérito, porque indica que la
acción puede ocurrir en el caso de que otra suceda antes de la misma; es decir
que supone al hoy como si fuera martes, aun sabiendo que es parte de un ayer.
¿Pero qué pasa si el hablante dice esto en sábado? El
desplazamiento temporal llevaría a un nuevo día, pues la suposición ubicaría al
ayer hipotético en un jueves, para el cual el viernes se hace mañana y por ende
el hoy no podría ser sino sábado en calidad de un viernes prolongado, inacabado.
Este caso supone el verbo “ser” conjugado en copretérito, porque señala los
hechos no terminados, o que sucedieron al mismo tiempo que otros. Pero ocurre
que, a la letra, el acertijo dice “sería” no “era” y la sola conjugación ya
implica un cambio en la lógica y el sentido. No es lo mismo, por muy elegante
que parezca decir: Si ayer era mañana, hoy fuera viernes. En este caso, la
función aplicada es la segunda y=(x+1)-(x-1).
En conclusión, dado que la forma verbal utilizada es el pospretérito,
el día en que habla el ebrio del acertijo es un jueves confundido, por razón de
la embriaguez, con un martes pasado, por lo que se explica que en su afán de
seguir la francachela por su mente pase que ¡gracias a Dios es viernes!
Ahora, pensemos en un borracho irredento, franco alcohólico
y no mero bebedor social, ¿qué fórmula aplicaría para referirse a antier, antes
de antier o el mes anterior entero? Piensa, amigo lector, ¡hoy es viernes y hoy
toca!
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