No he leído esta obra de la escritora Laura Gallego, pero reconozco que la forma de publicitarla me la hizo muy atractiva y si no, hagan click en la foto. Sé que tal vez no es muy novedoso el modo, pero no deja de ser digno de un elogio su lectura.
Si hay algo que da gusto, emoción y hasta euforia a quienes escribimos en medios como este, eso son los comentarios, aislados o no, de los visitantes y lectores que se toman la molestia, el atrevimiento, hacen la deferencia de asentar algunas pocas palabras ya de crítica, de vapuleo o aliento. En ocasiones, algunos de esos visitantes y lectores --hago la distinción porque no siempre son lo mismo-- son, como uno, autores que han encontrado en este medio el modo más adecuado en principio para darse a conocer.Internet es un escaparate, ni quien lo niegue. Y esto para bien y para mal. En este aparador encontramos de todo, lo mismo bazofia que margaritas para los cerdos (como diría Kant). Todos nos erigimos en críticos opinadores, sabihondos mequetrefes o degustadores espontáneos, villamelones o expertos. Haciendo y deshaciendo creamos un mundo alternativo que hace las veces de espejo del que habitamos consuetudinariamente. Así, a querer o no, construimos el poema de la vida.En aquel automóvil cuyas formas tomaron días de insomnio a su diseñador; en ese proceso administrativo que reduce costos; en la composición musical de allá o el discurso literario de un adolescente hay poesía. Una poesía que espera ser leída.Del griego poiesis, significa creación y el concepto aplica originalmente a todo tipo de creación, lo mismo al edificio que al trazado de una carretera. Los grados de utilidad no merman la poesía que sustenta a las cosas que son producto de nuestra creatividad humana. Por eso resulta triste, muy triste, que la considerada como tal de modo específico, la composición literaria con forma de soneto, lira, con métrica, rima o construcción "libre", no sea suficientemente leída y elogiada. Pero, ¡qué nos extraña! Si la poesía diaria nos pasa desapercibida, qué pueden esperar un terceto o una décima.Estas consideraciones vienen a cuento, porque creo que no sólo resulta honorable y decente sino justo remitir de vez en vez a sitios como Fragmentos como Retazos. ¿No es una maravilla? ¿No es lo máximo? ¿No es honesto? ¿No es perfecto? Lo que sea o deje de ser, sin ánimo de calificar o de andar con la odiosa tarea de cazar pulgas (así se denomina en el argot de la correción de estilo a la búsqueda de errores), el sólo hecho de plasmar el sentimiento en una superficie y dejar que fluya el río de palabras ya es digno de elogio. Vaya pues nuestra retribución a este amigo identificado como "Tristán" y que nos ha llenado de gozo al compartir sus versos. Ya cada quien podrá hacernos llegar su opinión o, mejor aún, dejará su respectiva huella en el área de comentarios allá o acá.
Recientemente, a raíz de un comentario en mi blog A Vuelapluma, visité los sitios de Antonio Castro. Especialmente llamó mi atención el largo, sí, larguísimo artículo sobre autopublicación dedicado a despepitar de Lulu.com, sitio del cual soy miembro registrado aun cuando no he hecho más que pinitos y pruebas.
No quiero abundar en detalles. El hombre, de profesión Biólogo, escribe bien, bastante bien y, aun cuando no he leído sus ficciones, definitivamente me parece digno de elogio. Dénse una vuelta por ahí, y se darán cuenta de que en efecto, ya se trate de textos cortos o largos, todavía la palabra escrita es la reina en Internet; y cómo no, si es la base de todo.