Ciudad de México, 27 de enero de 2017.- Como anunció en su reciente mensaje a la Nación, este día el Presidente Enrique Peña Nieto convocó a las representaciones del Senado de la República y de la Cámara de Diputados, para informarles sobre las conversaciones entabladas por el equipo de representantes del Gobierno mexicano que acudieron a Washington D.C. para iniciar negociaciones con la nueva administración estadunidense, así como para escuchar sus posiciones sobre los siguientes pasos para fortalecer la relación bilateral.
En la reunión, realizada en la Residencia Oficial de Los Pinos, tomaron la palabra los presidentes de las Mesas Directivas y de las respectivas Juntas de Coordinación Política de ambas cámaras, así como los coordinadores parlamentarios asistentes.
Hubo plena coincidencia en que México enfrenta el reto de edificar una relación constructiva con el nuevo Gobierno de los Estados Unidos, con base en el respeto mutuo y el respeto a nuestra soberanía nacional.
Los legisladores también expresaron la necesidad de que la Política Exterior sea una Política de Estado que convoque a la unidad de todos los mexicanos. De igual forma, respaldaron las decisiones que en esta materia ha tomado el Presidente de la República, para tener un diálogo propositivo e iniciar una negociación integral con los Estados Unidos, en beneficio de ambas naciones.
Entre los acuerdos alcanzados durante la reunión, se convino en la conformación de un grupo plural de legisladores de ambas cámaras para dar seguimiento y acompañamiento a las acciones que lleve a cabo el Gobierno de la República con el Gobierno estadunidense.
El Presidente Enrique Peña Nieto les informó a los legisladores que se incrementarán los recursos destinados a la Red Consular de México en los Estados Unidos de América, a fin de que estén en mejores condiciones para reforzar la defensa de los derechos de nuestros connacionales en esa nación.
“No sólo está en la retórica decir que vamos a fortalecer a los Consulados para que defiendan a nuestros connacionales, sino tenemos que darles elementos y herramientas para que lo hagan”, destacó.
En el encuentro, luego de escuchar a los legisladores, el Primer Mandatario reiteró con toda claridad que el respaldo y la solidaridad manifestados por los legisladores “no derivará en una actuación ni de sumisión ni de tibieza, sino todo lo contrario, de gran firmeza frente a lo que estemos haciendo con los Estados Unidos en ejercicio pleno de nuestra soberanía, en hacer valer nuestra soberanía”.
Subrayó que “hay que actuar con patriotismo, con ejercicio de nuestra soberanía, con respeto a la dignidad de los mexicanos, con respeto a los intereses de todos los mexicanos; con patriotismo”.
Manifestó la importancia de privilegiar “la unidad nacional a la que todos estamos convocados, y que nadie se excluya de la misma”. La unidad nacional, dijo, “debe llevarnos a escenarios positivos, constructivos y que nos permitan asegurarnos que esta unidad nacional, este frente común, nos lleve a estar a la defensa efectiva y real de los intereses de los mexicanos”.
El Presidente Peña Nieto expresó su gratitud y reconocimiento a los miembros del Congreso de la Unión “por atender esta invitación para poder dialogar en términos de la mayor confianza, de absoluta apertura, de haber escuchado sus planteamientos que habrán de enriquecer lo que estemos haciendo”.
Sobre este particular, los legisladores le externaron al Presidente de la República su más amplio apoyo en la defensa de los intereses de México y, en especial, de los migrantes mexicanos que radican en territorio estadunidense.
Durante el encuentro, el Primer Mandatario estuvo acompañado por los Secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso; de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña; y de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal; así como por el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán Ortiz; el Coordinador General de Comunicación Social de la Presidencia y Vocero del Gobierno de la República, Eduardo Sánchez Hernández; y el Coordinador General de Política y Gobierno, Andrés Massieu Fernández.
Por su parte, la representación de la Cámara de Diputados estuvo encabezada por el Presidente de la Mesa Directiva, Edmundo Javier Bolaños Aguilar; el Presidente de la Junta de Coordinación Política y Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, Francisco Martínez Neri; el Coordinador del Partido Acción Nacional, Marko Cortés Mendoza; el Coordinador del Partido Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz; y el Coordinador del Partido Verde, Jesús Sesma Suárez.
Por parte del Senado de la República, la representación estuvo encabezada por Pablo Escudero Morales, Presidente de la Mesa Directiva; Fernando Herrera Ávila, Presidente de la Junta de Coordinación Política y Coordinador del PAN; Emilio Gamboa Patrón, Coordinador del PRI; Miguel Barbosa Huerta, Coordinador del PRD; y Carlos Puente Salas, Coordinador del PVEM.
(Fuente: Boletín de prensa / Coord. Gral. Com. Socialy Vocería del Gobierno de la República.)
DÍAS ATRÁS, escribíal empresario regiomontano Gilberto Lozano un apunte, comentario, debajo de
cierto video en el que llamaba a la movilización contra el gasolinazo, entre
otras cosas. Esto en respuesta al hecho del aumento en los precios de los
combustibles y la serie de protestas que a lo largo y ancho del país se
suscitaron.
En su video, el
empresario responsabilizaba a los funcionarios públicos corruptos y al sistema
político imperante de este y todos los demás males que aquejan a México,
excluyendo al resto de los mexicanos más dados a identificarse con la idea del “pueblo
bueno” Asimismo conminaba a exigir a políticos y gobernantes no solo resultados
sino apego a los compromisos en congruencia con las necesidades del país, sin
que ello supusiera exigir algo en particular al ciudadano común. Por mi parte,
en mi comentario, le dije:
[…] estimable
Sr. Lozano. Eso de que no se le puede exigir a usted o a mí, es una falacia
discursiva, un sofisma demagógico.
Por
supuesto que le puedo exigir a usted o usted a mí. Claro que no será lo mismo
que a los funcionarios públicos, pero sí algo mucho más fundamental y tan
compartido con aquellos como son las obligaciones ciudadanas que acompañan a
cada derecho.
Yo
puedo exigirle a usted, como usted a mí, que cumpla con esas obligaciones en
los distintos niveles, aspectos y rubros. Podemos exigirnos mutuamente cumplir
con las leyes, para empezar. Pero ahora circula en el aire y el ámbito de lo
que yo he llamado la “opinioncracia” que cualquiera se siente mejor que los
demás y adopta actitudes tan reprobables como las mismas que pretende señalar o
en efecto denuncia de, por ejemplo, sus funcionarios […]
Quiero
recordarle que usted también es partícipe del sistema, aunque desde su
trinchera. Abreva, por lo pronto para sus negocios, de las virtudes y vicios
del mismo sistema que lo sostiene como parte de un desarrollo económico y
social […]
La
exigencia del ciudadano al gobierno, como viceversa del gobierno al ciudadano
es de doble vía, bidireccional (VEGA Torres, 2017).
Desconozco hasta qué
punto pudieron haber calado en el ánimo del empresario mis palabras, mi opinión.
Sí sé, en cambio, la reacción que provocaron en otro de los dialogantes debajo
de la publicación en el canal YouTube de Lozano.
Un joven ciudadano,
de nombre Alejandro Montoya, tuvo a bien responder a mi crítica con la propia,
en los siguientes términos [edición, corrección de estilo y notas aclaratorias mías,
para efecto de legibilidad]:
Por
personas como usted estamos como estamos, que viven de lo mucho que conocen y
la educación de letra que poseen.
Se
lo digo a usted en personal, a simple vista una persona insensible del tema México.
Por
su propia ideología cree tener la razón de lo que dice, pero no es más que eso,
señor Antonio de La Vega, solo palabras, usted no es más que otro con la soberbia
de una persona influyente.
Quiere
convencer a cualquier débil de razonamiento con su aburrida conceptualización
de la problemática mexicana de vieja escuela priista.
Se
equivoca, señor, la nueva generación de mexicanos —y no hablo por aquellos
jóvenes mexicanos clasicistas con creencias de virreyes que creen que ni el
gasolinazo ni la política putrefacta como la que usted defiende son problema de
ellos— [no termina la idea].
Soy
un joven que vive bien, gracias a Dios, pero no me agrada ver a las grandes
mayorías en condiciones tan exageradamente desiguales.
[retoma
la idea] A esta nueva generación de mexicanos es a la que me refiero: a los que
estamos conscientes de la problemática de la espantosa realidad mexicana, aun
perteneciendo a una clase cómoda. Y por supuesto que hay derechos y deberes,
pero le pregunto yo usted, señor José Antonio: ¿conoce algún mexicano sus
derechos? Porque, si los conociéramos, fuera nuestro deber, como dice usted,
expulsar de inmediato al presidente Peña Nieto de Los Pinos, eso es conocer nuestros
derechos; y pasará pronto, porque el pueblo se levanta y despierta y ahí
entenderá la obligación, como usted dice, con el gobierno; y esa obligación es
reclamar nuestros derechos, porque los derechos emanan del pueblo.
Días después, ocurrió
el triste y trágico suceso del suicidio de un adolescente regiomontano luego de
atentar contra la vida e integridad física de sus compañeros de clase y su
maestra en una escuela de Monterrey. Gilberto Lozano pareció entonces
comprender el trasfondo, aún más que del hecho, de lo que pude haber sugerido
con mi crítica y, casi como en una respuesta en consecuencia, publicó un nuevo video
insistiendo en la necesidad de una revolución pacífica y en el que afirmó apasionadamente
responsabilizarse de manera tanto directa como indirecta de lo acontecido,
señalando a la vez, cómo parte de esa responsabilidad deriva de la omisión
tanto como de la comisión y permisividad de delitos y atropellos diversos a las
libertades de los mexicanos:
[…]
Hoy no le voy a echar la culpa a los políticos. Me la voy a echar yo como “responsable”.
Porque a mí me toca salvar la tierra de mis hijos […]
Yo
soy responsable de haber comprado cosas americanas y no haber entendido que a México
lo vamos a rescatar los mexicanos comprando las cosas nuestras.
Yo
soy también responsable de lo que ocurrió en la guardería
ABC. Soy responsable de Ayotzinapa y de permitir la mentira, las llamadas “verdades
históricas” de los políticos y no ponerlas en la basura […]
Yo
soy el responsable de decir “¡Ya basta!” […]
Yo
me hago responsable como campesino, también, de haber dejado que las tierras se
murieran. De haber permitido que los Salinas de Gortari y toda esa gente las convirtiera
en traspatio […]
Yo
soy responsable también de los 130 mil asesinados que se han dado en los últimos
cinco años […]
Yo
soy el responsable como transportista, de ver por mis intereses y no ver que
tenemos que poner un “¡hasta aquí!” en México muy en breve […]
Yo
soy el responsable porque me tengo que sentir dueño de México […] y que cuando
aprendí a no meterme con políticos, hoy me doy cuenta que ellos se meten hasta
la cocina de mi casa.
Soy
responsable porque, aunque pintando canas, muchos de nosotros preferimos
arreglar a México en un café, en una cantina, cuando debemos salir a las calles
y no lo hacemos porque nos pueden llamar agitadores […]
Soy
responsable de seguirme tragando esa píldora de la esperanza […]
[…]
me siento responsable como policía […] como soldado […] (LOZANO, 2017).
En su video, Lozano
se cuestionó —usándose como ejemplo— en qué momento los mexicanos dejamos de
hacernos responsables y convocó a hacer un boicot y parar a México el domingo
22 de enero, pasando de las marchas a la toma de gasolineras —algo a lo que ya,
en algunas entidades, días atrás, otros se le adelantaron— tema que yo mismo, en
un video
propio transmitido por Facebook, mencioné con sorna crítica, en calidad de
reto, al no ser esta la primera vez que se ha propuesto semejante acción en
protesta por la misma causa.
¿Será que esta vez
sí se consiga paralizar al país durante un día? Se verá.
En su airada
alocución, Lozano, quien critica a los intolerantes y describe que “solos,
somos una gota; ¡unidos somos un tsunami!”— señaló y calificó de “gusanos” a
quienes no tengan la entereza, la decisión de participar de la revolución que propone,
como si opinar distinto supusiera, mejor que matices, todo lo contrario de lo
que propugna.
¡No grites
cuando te pisoteen! […] Porque, o eres parte de esta revolución pacífica o eres
alguien que nos estorba [ib.]
Hasta aquí los
dichos asociados a específicos hechos que de alguna manera resumen el hartazgo
y la descomposición de la sociedad mexicana.
Personalmente, si
tomo este texto como una respuesta además al joven Montoya, no tengo mucho más por
decir, sino que me congratulo de que el señor Lozano haya construido este
discurso reflexivo, aun cuando en el tono raye en cierta intolerancia. Declarándome
como siempre apartidista y contra lo que piensa Montoya, en mi crítica original
justo apelé a esto que ahora pone en sus palabras Lozano, a hacernos
responsables cada uno de nosotros los mexicanos de lo que nos sucede tanto como
de lo que no nos sucede, porque no somos entes aislados.
Quizá mi forma de
expresión puede resultar chocante a más de uno, pero jamás he considerado a
nadie con alguna suerte de debilidad racional que le haga incapaz de comprender
el papel que cada uno juega en el devenir de las cosas y los hechos.
El refrán es claro,
tanto peca quien mata a la vaca como quien le amarra la pata. Y poco ganamos
mirando con recelo a nuestros semejantes, en especial a aquellos que, ya por
miedo, vulnerabilidad, reticencia, optan por mantenerse inmóviles, pasivos,
resignados o conformes.
Sí, al igual que
Lozano, en todas las cosas que yo escribo pretendo despertar la conciencia de
quienes me puedan llegar a leer. No digo las cosas como este o aquel otro, pero
ello no obsta para que conste que mi principal centro motivador de lo que
pienso y siento en materia social, política y económica se llama México.
Así como hay
quienes toman las armas, quienes toman las calles, quienes arengan, quienes juzgan,
quienes procesan, quienes producen o administran lo que a la mayoría le parece
justo, también habemos los que no, necesariamente en la corriente de todos,
comulgamos de forma crítica con determinadas causas. No toda acción implica
estruendo y alharaca. No todo silencio implica consentimiento.
Me preguntó Montoya
si conozco a algún mexicano que sepa sus derechos, y aquí ahora le respondo que
sí, no solo a los cercanos a mí, sino a muchos otros más que, como el propio
joven Montoya, los ejercen a diario empezando con la oportunidad de expresar su
pensamiento y su sentir. Tal vez no conozcan esos derechos a cabalidad o como
para enlistarlos uno a uno, pero claro que cuentan con la idea más amplia y
general que deriva de saberse libres, acotados pero libres.
Lo que Montoya toma
como una “defensa de un sistema putrefacto” es resultado de una lectura
sesgada, una mala interpretación que ha venido añejando la gente que, como en
una vieja revancha, mira con el mismo desprecio segregacionista del colono
dueño de encomiendas o el criollo hacendado a los que, por decisión propia o
llevados por la corriente han abrevado del servicio público, para bien o mal de
todos.
En mi comentario a
Lozano comenté también:
Los
funcionarios públicos no son, como pretenden y alegan hacer creer los
enamorados del clientelismo, “empleados nuestros” por elemental principio de lo
que significa la relación obrero-patronal. Esa es una postura equívoca que más
apela al resentimiento acumulado a manera de reacción frente al sojuzgamiento
experimentado en épocas anteriores. La “oligarquía explotadora” no la
constituyen solo los gobernantes respecto de los ciudadanos y por supuesto
tampoco y menos estos respecto de los que en teoría los representan o
administran los bienes públicos. El gobierno no es una empresa y las categorías
para definir los roles no se equiparan.
Otra persona, discrepando
con esta idea, insistió en que sí, “por lo menos los candidatos elegidos
mediante el voto son empleados directos del pueblo”.
El error consiste
en ver a México como una “empresa” sujeta a los designios de un “pueblo patrón”.
Todo Estado está
conformado de tres entidades coherentes, es decir conectadas entre sí: pueblo,
territorio y gobierno.
Es verdad que los mexicanos
nos creemos dueños de estas tierras y lo que hay en ellas, pero en realidad
solo estamos de paso y somos parte de lo mismo que hay en ellas. Cuando mucho
tenemos en nuestro derecho y obligación administrar lo que nos ha sido dado por
¿destino?, ¿naturaleza?, ¿origen?
Es verdad que el
gobierno emana del destino manifiesto y la voluntad del pueblo, mediante las
instituciones y los procedimientos creados para el efecto, pero eso no nos
convierte en los “gerentes” del territorio, del que dependemos, ni en los
capataces de la burocracia, de la cual formamos parte en tanto sujetos
electores.
El concepto de
soberanía nacional, en tiempos de globalización, ya no puede ni debe ser visto y
entendido como la posesión a ultranza del espacio contenido entre unas
fronteras y lo que en ese espacio se produzca. Insistir en ello es necio.
Ni los
representantes populares ni los funcionarios públicos firman un contrato de
trabajo con un ente empresarial llamado México, pues no existe. A lo sumo se
adhieren, asumen y aceptan las responsabilidades adquiridas de manera
voluntaria (por lo general) para ejercer un servicio público, y esto
independientemente de que lo efectúen a cabalidad o de forma deshonesta (lo que
por supuesto reprueba cualquiera con un mínimo de conciencia ética).
Ojalá más mexicanos,
como los que pudieron anotar su parecer n ese como en otros contenidos, asuman
su responsabilidad y actúen de forma congruente, cada uno desde el ámbito de su
competencia, para hacer de este nuestro México un país cada día mejor.
Por lo pronto yo,
como Lozano, me hago responsable de estas palabras y las que he escrito por
años y las que vengan; de haber confrontado cara a cara a Enrique Peña Nieto
cuando fue gobernador de mi entidad, el Estado de México, o a mis presidentes
municipales; y no para atacar gratuitamente, sino para hacer la crítica
propositiva, constructiva en el interés de alcanzar mejores condiciones para mi
gente, mi comunidad. Ahí están quienes pueden atestiguar mi compromiso y que,
sin necesidad de baladronadas, simplemente no me arredro ante el poder establecido.
Referencias
LOZANO, G. (19 de enero de 2017). "Enero 22,
vamos al México Nuevo, hasta aquí". Recuperado el 20 de enero de
2017, de Gilberto Lozano (canal YouTube): https://youtu.be/WPUnejv8t_U
VEGA Torres, J. (9 de
enero de 2017). "Promueve Gilberto Lozano #RevoluciónPacífica".
Recuperado el 20 de enero de 2017, de Indicios Metropolitanos:
https://indiciosmetropolitanos.blogspot.mx/2017/01/promueve-gilberto-lozano.html
DESDE LA FRONTERA con Estados Unidos, la aspirante a la Presidencia de México y exprimera dama, Margarita Zavala envió un mensaje reflexionando sobre la toma de protesta de Donald Trump. Desde su punto de vista, la convivencia de ambos países, "está amenazada por un discurso de odio y de confrontación".
Frente a una realidad internacional que pone a prueba, la panista exhortó a los mexicanos a mantenernos unidos y fuertes y a derribar los muros que, como nación, hemos construidos entre nosotros como la corrupción, la impunidad y la deshonestidad.