Los ecos del silencio
Llevo muchos años escribiendo blogs. He atendido a muchas recomendaciones, muchas de ellas contradictorias: escriba breve, escriba claro, escriba de manera auténtica, sea original en la elección de los temas (como si pudieran inventarse el agua tibia y el hilo negro), y un largo etcétera.
He abordado varios temas, los que no domino, los que domino, varios enfoques, siempre en el afán de atraer lectores. Cuido las formas o las descuido con todo propósito y la verdad sigo sin tener claro, como con otros contenidos en las redes y los medios en general, qué hace que un contenido estalle en el gusto general. Cuando creo haber encontrado patrones que explican la popularidad, viene otro contenido que nada tiene que ver con esos patrones y ¡zas! se disemina como yedra (o si lo prefieres, hiedra) alocada.
Lo que más me confunde es la respuesta de los lectores, de los internautas en general (soy uno de ellos al fin y por más que me examino no doy en el clavo de qué me puede unir a la baraúnda). Los comentarios, que en las redes pueden estar a la orden del día, así sean para insultar, saludar, agradecer, opinar, en los blogs (sean personales o en las notas de algunos periódicos), brillan por su ausencia. Ya no se diga la interacción del auditorio cuando hay transmisiones de vídeo o radio en vivo. El comportamiento es muy similar a lo que ocurre en los medios tradicionales. Lo que de nuevo me hace dudar sobre el verdadero valor de las medidas de raiting existentes.
Ya cuando laboraba en radio lo ponía en tela de juicio al raiting. Pues hay varias mediciones: las llamadas en cabina, ahora los e-mails, los comentarios en chat, finalmente las estadísticas medidas mediante una muestra probabilística. ¿Y cómo medir la respuesta que haya su expresión en el silencio? Sabemos que atrás de la bocina o del cinescopio hay alguien escuchando, viendo, imaginando, pero no nos retroalimenta a los creadores de contenido con más que su favor (gratísimo) de atender lo que hacemos. ¿Cómo saber si lo que hacemos o decimos va en consonancia de los reales intereses de los públicos? ¿Cómo identificar cuando un "Me gusta" es por simple solidaridad y simpatía o si obedece a un tácito acuerdo o desacuerdo con lo que se expone gráfica o verbalmente en medios como estos?
Mis blogs tienen, por decir, veinte veces más textos que comentarios. Y cuando miro los datos estadísticos supuestamente son leídos hasta en lugares que yo ni hubiera imaginado. Pero solo recibo la retroalimentación del eco del silencio. ¿Quien calla otorga? ¿Qué otorga?
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