Se prepara reforma al Reglamento de Participación Ciudadana
El ayuntamiento de Naucalpan de Juárez, Estado de México, convoca a la ciudadanía a participar el sábado 22 de noviembre (mañana) en un foro de consulta ciudadana para la reforma del reglamento de Participación Ciudadana (mediante el cual se eligen la autoridad auxiliar del Delegado de Participación Ciudadana, y los Consejos de Participación Ciudadana (limitados a una función más de coordinación social).
Pienso que dicha reforma al reglamento de Participación Ciudadana debería pasar antes por la reforma de las leyes respectivas, toda vez que estas no establecen ninguna autoridad imparcial para efectos de controversia, administración y gestión electorales.
La elección de delegados y consejos de Participación Ciudadana también debería ser de atribución del Instituto Estatal Electoral y no como hasta ahora de las presidencias municipales que, por lo general, organizan y forman planillas a modo, nombran funcionarios de gobierno para fungir como funcionarios de casillas y en caso de controversia la decisión final corresponde al presidente municipal, pues el Tribunal de lo Contencioso Administrativo se declara (hay antecedentes documentados) incompetente para juzgar en la materia.
El reglamento, tal como hoy se encuentra, por más reformas que se le hagan no serán más que mero maquillaje. En los tiempos que vivimos cuando la suspicacia y desconfianza de la población en sus autoridades de gobierno y seguridad, en funcionarios públicos en general ha crispado los ánimos en más de un sentido, ES MOMENTO de dar el salto cualitativo con miras a regular lo correspondiente de manera que el escalón faltante en la construcción democrática del país llegue a la cota más elemental: el pueblo mismo, dándole las herramientas legislativas adecuadas para ejercer la democracia a plenitud y no como un juego pernicioso de simulaciones. La Participación Ciudadana es el escalón faltante y el de mayor relevancia, porque permitiría (quizá eso temen los políticos) que la ciudadanía por sí misma, en una relación de toma y daca, de cara a cara, intervenga en el control, límite y transparencia del poder municipal en todas sus instancias. Aunque hay muchos huecos, este es EL hueco más sensible y por lo mismo el que daría los elementos de "tranquilidad" a la población porque no solo tendría la sensación de ser tomada en cuenta sino de que en realidad forma parte de una democracia en ejercicio, no solo como elector contemplativo.
De la misma manera, antes de pensar en una reforma maniática de un reglamento, ha de pensarse en la reforma de las leyes relacionadas para pulir las figuras del Delegado y los Consejos, pues la diferencia de funciones, alcances, proyección, propósitos e intereses que ejercen y representan a la fecha se prestan para cochupos, transas, fraudes, suspicacias y mayor crispación ciudadana en algunas zonas, pues en vez de servir como puestos en cierto modo integradores, vinculadores, inciden en la división y esta muchas veces orquestada desde las entretelas del poder municipal.
Ha llegado la hora de pensar muy seriamente este punto y entrarle al toro. No sea que por actuar, como de costumbre y siguiendo la metáfora, a toro pasado terminemos cogidos, llamados a sorpresa a sabiendas de que ni a muleta ni capote llegamos.