En los ojos de quién

A VECES, MUCHAS VECES me he preguntado qué es mejor: ¿1) que me lean muchos; 2) que me lean quienes tienen el verdadero interés de leerme y por conducto de su intermediación llegar a oídos y ojos de otros, así sea parcial o hasta distorsionadamente?

Dado mi estilo “largo”, más interesado en el análisis que en la nota breve, efímera, de mediana trascendencia, mi afán siempre ha sido todavía más que informar, formar, proveer los elementos de juicio que permitan la comprensión de los hechos y los datos, que lleven al lector, al ciudadano a reflexionar sobre las minucias ocultas en el trasfondo de los sucesos y las ideas. Esto, respecto de mi labor “periodística” (que conste, yo mismo la entrecomillo), porque en el resto de mi labor literaria los objetivos son otros y adicionales a estos en el sustento del estilo.

Mi forma de enfocar las cosas de la vida no pretende una visión didáctica, pero sí pedagógica. Hacer en cada artículo de opinión una pedagogía capaz de construir un hombre más consciente de su papel en la tierra que pisa y de su compromiso para con sus iguales, es decir todos los demás, incluidos los en apariencia más distintos.

Cierta ocasión alguien, a un comentario mío en redes sociales a su vez comentó que le extrañaba que casi nadie o nadie hiciera apuntes sobre los que escribo. Yo le respondí que estoy acostumbrado al silencio que rodea a mis palabras. Entiendo que mi forma de expresión no es fácil de digerir, que mi enfoque crítico no siempre retiene al lector, pero estoy seguro que sí provoca alguna reacción, así sea la de retirarse de mis entrelíneas como quien abandona la sala de cine incómodo con el contenido o la forma del filme proyectado.

De pronto llegan a mí funcionarios públicos o vecinos y me miran con recelo, dicen tenerme bien ubicado, conocerme. ¿Señal de que me leen? Alguno prefirió no incluirme en alguna comisión vecinal argumentando que “le tiro al gobierno”, pero yo, enterado por otro lado, confrontándolo le dije que así como al gobierno procuro no dejar títere con cabeza, trátese de ciudadano o autoridad; porque ninguno estamos exentos de yerros o tentaciones, y que en todo caso mis señalamientos aunque duros los hago con la mejor de las intenciones no para soliviantar.

Personajes de relativa influencia social me han reclamado por decir lo que digo y como lo digo. He sido acusado de estar con tirios y asimismo con troyanos, por aparecer retratado con tales o cuales para dejar constancia que sí les he conocido. No obstante, yo no voy ni con melón ni con sandía… Aunque quisiera irme con la vieja del otro día.

Gracejadas aparte, mis palabras con frecuencia me cuestionan a quién quiero que se dirijan, dónde apacentarse. Y yo les he dicho que donde mejor acomodo encuentren. Quizá en esos colorados círculos que hacen del reconcomio el pan de cada día; o en las mentes agudas de quienes ven más allá del bosque de letras de enfrente.

Tengo colegas a los que a tiro por viaje les aplauden. Haciendo yo la misma labor, aunque en cierta profundidad adicional, no recibo ni el pio “tuit” de reconocimiento, ya no digamos de gratitud. Claro que sí hay quienes reciclan amablemente algunas de mis ocurrencias, pero hasta donde sé son los menos.

La labor de escritor no tendría por qué ser solitaria, pero lo es en gran medida. La soledad que podría verse aliviada con la sonrisa distante, el saludo o la mentada, terminado de redactar el texto se instala cómodamente en la poltrona a mi lado y desde ahí me mira, acariciándome con su presencia de ausente.

¿En qué ojos hará eco esta antropológica meditación? Es posible que en esos donde halla cobijo no otro que el olvido.

Tapar un hoyo, para descubrir otros


 ERA  DE LA OPINIÓN… de que podría criticárseme por publicar lo que aquí diré días después de ocurrido el acontecimiento por narrar, porque ya se sabe que el promedio de vida de una noticia es no mayor a una semana, mientras no se le dé seguimiento o reviva; pero dado que el suceso se verificó en calidad de “urgente” casi dos meses tras el  hecho original y de que mis Indicios Metropolitanos, aparte de su sección de actualidad, se caracteriza por ser un sitio más bien de periodismo de fondo, creo que mi pecado es venial. Y quizá debería intitular a este artículo con el lugar común: “Después del niño ahogado…”.

¡Al fin! Y por intermediación de Indicios Metropolitanos, el agujero de La Florida quedó cubierto y el riesgo mayor mitificado.

El viernes 21 de agosto, una cuadrilla conformada por 24 miembros del personal de Protección Civil de Naucalpan de Juárez entre bomberos, paramédicos y funcionarios, acudió al filo de las siete y media de la noche a tapar con picos y palas el agujero excavado clandestinamente la madrugada del 16 de julio en el camellón que limita el fraccionamiento La Florida y el Periférico, esto en Naucalpan de Juárez, muy cerca de Las Torres de Satélite como informé oportunamente.

La cuadrilla estuvo comandada por el Subdirector mismo de Protección Civil, Marco Antonio Vilchis Becerra ―¿qué será de Arturo Vilchis Esquivel, Coordinador de Protección Civil del Estado de México; su hijo?―, quien por cierto fuera obligado a renunciar al cargo durante la administración del exalcalde y hoy reo David Sánchez Guevara en diciembre de 2014 tras el despido de dos verificadores de Protección Civil señalados de extorsionar a empresarios, como informó Rebeca Jiménez el día 11 de dicho mes en El Universal. Posteriormente, en mayo de 2015 se le restituyó en el puesto.

Así como apunto críticamente las fallas administrativas del gobierno o las faltas de los ciudadanos, también resalto las acciones positivas. Y la “reacción inmediata” de Protección Civil es de aplaudirse, así sea de la mano del sarcasmo.

Desde la aparición del socavón y el “robo” resultante de alrededor de 18 metros cúbicos de tierra extraída en un par de camiones de volteo, para llevarla a quién sabe dónde, por cierta empresa fantasma supuestamente dedicada a la construcción de anuncios espectaculares y de la que todavía no se sabe nada pero se sospecha mucho, estos mis Indicios Metropolitanos se dieron a la tarea de solicitar por escrito la información sobre al caso, tanto a las autoridades municipales como a las estatales encargadas de otorgar permisos para semejante tarea.

Aparte de entrevistas personales o vía telefónica, al momento de escribir estas líneas, 28 de agosto, es fecha que no hay respuesta de la Junta de Caminos del Estado de México, y el municipio solo se dio por enterado negando su intervención en los hechos, los cuales quedaron, ya no digamos que en el aire, sino enterrados en la incertidumbre.

El mismo 21 de agosto, aprovechando diversas gestiones en el ayuntamiento, Indicios Metropolitanos hizo presión para saber por qué en tanto tiempo ni siquiera se había presentado Protección Civil municipal ni la estatal para por lo menos cercar la zona de riesgo. La respuesta: Protección Civil municipal no tenía conocimiento del asunto, a pesar de depender del Director de Seguridad Pública y Protección Civil, el Crnel. Alfonso Cancino, y haber estado él mismo presente la noche de los hechos, cuando por instrucción suya y solicitud de los vecinos denunciantes se remitió a los “culpables” al juez calificador. Simplemente no se giró el oficio correspondiente para notificar al área respectiva. ¿Por qué? ¡Porque sale de las atribuciones de unos y otros! Porque no hay la debida comunicación y coordinación entre áreas, niveles y dependencias del gobierno municipal.

O sea, si uno como ciudadano no acude directamente a Protección Civil o a la Subdirección de Gobierno, una afectación específica que se relacione con el interés de determinada área no es reportada a otra relacionada por lógica. Para ser más claro, enfático y explicarlo con palitos y manzanitas: si tú, vecino, encuentras un bache, agujero, poste caído, deslave, etc., que consideras un riesgo, debes avisar a Obras Públicas (para que inspeccione), a Seguridad (para que vigile), a Protección Civil (para que evalúe y, de ser el caso, minimizar el riesgo), y así a tantos cuantos haga falta. Si solo avisas a uno, los demás nunca se darán por enterados hasta que ocurra una desgracia. Es decir, no esperes que metiendo un papel relacionado con las Ventanillas A, B y D, notifiquen internamente a la Ventanilla C por hallarse en medio y aun siendo parte del enjuague.

Lo que es la ironía. Luego de tapado el agujero, funcionarios municipales comentaron “preocupados” que ojalá no significara eso un problema con la Junta de Caminos, porque burocráticamente Protección Civil municipal no tenía que hacerse cargo del tema. Por desgracia para Junta de Caminos y Protección Civil estatal, ellos tampoco se han dado por enterados ni siquiera de que el agujero ya fue cubierto usando la tierra en rededor.

El Primer Síndico, Rafael Ranero, cuestionado sobre el tema aun antes de tapado el pozo se limitó a decir, como destaqué en una entrega previa, que el agujero tendría que taparlo la empresa responsable y que había un procedimiento de averiguación en la Junta de Caminos. La cosa es que nadie sabe decir cuál es la empresa responsable ni qué sanción se fincará y con base en qué delito concreto, porque ¿está tipificado el robo de tierra? El agujero, de qué lado del derecho de vía quedó, legalmente hablando, ¿municipal, estatal o en medio? Como diría el “Perro Bermúdez”: ¡Tuya, mía, te la presto…! Ya tapado el hoyo, oculto el “cuerpo del delito” ¿ahora a quién se responsabilizará? ¿Esto se sigue de oficio?

El Subdirector Vilchis con toda su cuadrilla se rifó como los buenos. Todo sudoroso como sus compañeros, pala en mano evaluó el riesgo y determinó la necesidad de mitigarlo. ¡Y a darle duro!, como días antes un grupo de vecinos solidarios aun cuando simbólicamente.
Días después, el 26 de agosto, el Subdirector de Gobierno, Javier González de la Madrid comentó a Indicios Metropolitanos que “en breve se cubrirá con tierra y se restituirá el pasto”. El 29 de agosto, entrevistado nuevamente tras una reunión con vecinos de La Florida para tratar diversos asuntos, sobre todo de seguridad, avanzó la información indicando que ya se había cubierto el espacio con tierra. Corroborando el dato, Indicios Metropolitanos encontró que sí, en efecto, se cubrió parte del área en torno al agujero y encima de este, pero no con tierra, sino solo con forraje. Debe ser por aquello de las prisas pues la administración actual termina el 31 de agosto, o quizá para preparar la base de alguna “composta”.

He aquí un tema sobre el cual legislar localmente. Es inconcebible la comodidad gubernamental que, al amparo de la estructura burocrática, las descripciones de puesto y la definición de atribuciones revela en realidad agujeros administrativos que no nada más se prestan para extorsiones, corruptelas, omisiones, negligencias y otras linduras, sino para nadar de muertito, lavarse las manos, echarse la pelota unos a otros. Una comodidad que, de la mano de ineficiencia, ineficacia e inefectividad gubernamentales en todos los órdenes ha llevado a legisladores a plantear alguna reforma en el sentido de que seamos los particulares quienes resolvamos las cosas. Sí, como lo lees, amigo lector. Se cocina que, si quieres arreglar tu banqueta, puedas hacerlo sin solicitar permiso, solo notificando a la autoridad. Eso sí, lo podrías hacer bajo tu peculio y responsabilidad. Al paso que vamos, mejor un gobierno de adorno y ¡viva la anarquía! O vayámonos encaminando en serio para modificar nuestro sistema político a uno netamente parlamentario y que la Participación Ciudadana (no la oficina, sino tú y yo y nuestro actuar) sean la base misma de una nueva democracia participativa.


Sobre esto último, el Subsecretario de Gobierno explicó que, por ejemplo, “todas las cámaras de vigilancia adquiridas durante el gobierno de David Sánchez Guevara están instaladas en puntos clave y funcionando”. Puede darse el caso que algún vecino o negocio quiera, considere pertinente colocar una cámara y conectarla al C4. Puede hacerse, pero deberá ser por cuenta y riesgo del particular, notificando al gobierno para que este le recomiende el tipo de equipo a adquirir y luego haga la conexión respectiva (sin costo)”. Así que si en su calle quiere cámara de vigilancia y no hay una previamente colocada por el gobierno, pida la asesoría, junte el dinero, compre el equipo que le indiquen y solicite la conexión. Como dijera un excandidato independiente: ¡Qué barato!

En bandeja

TAL VEZ NO SEA EN BANDEJA DE PLATA, pero el gobierno interino de la presidenta municipal está haciendo lo conducente para entregar al gobierno por venir del presidente electo Edgar Olvera Higueras una administración municipal en mejores condiciones.

Eso aseguró a Indicios Metropolitanos el Primer Síndico Rafael Ranero en entrevista luego que el Cabildo votara unánimente el 26 de agosto a favor de la firma del nuevo convenio con la empresa Parkingmeter y por lo tanto la reactivación de los parquímetros.

A mediados de julio, vecinos “clausuraron simbólicamente” los parquímetros pegando efímeras leyenda en las que reclamaban a la presidenta interina Claudia Oyoque transparencia en relación a lo recaudado por las alcancías de los parquímetros entre enero y la fecha, es decir durante el período que estuvieron suspendidos pero mismo en el cual los ciudadanos, ya por temor o confusión, seguían depositando la tarifa correspondiente.

Los parquímetros entraron nuevamente en vigencia a partir del 28 de agosto pasado. De acuerdo con los datos proporcionados por la empresa, el monto recaudado fue de poco más de 5 millones de pesos en el período comentado, de los cuales el 40% que indica el contrato corresponden al gobierno municipal, es decir, poco más de 2 millones de pesos, mismos que a decir de las autoridades y solicitud expresa de los regidores deberá utilizarse para beneficio de las comunidades donde se encuentran las alcancías funcionando. Aunque seguramente esto ya sucederá con el gobierno siguiente.

Cuestionado sobre las condiciones en que entregará el gobierno actual al entrante la administración municipal, Rafael Ranero afirmó:
En condiciones mejores a las que nosotros recibimos este ayuntamiento, en un sentido de finanzas saneadas, con una deuda pública reducida en 700 millones de pesos, y dejando suficientes recursos para que pueda operar la siguiente administración. 
De igual forma estamos instrumentando un sistema de entrega recepción ―mismo que lo supervisa OSFEM― mediante el cual se verá a detalle cada una de las áreas, qué entregan, qué pendientes hay y, como innovación, un «semáforo» que indique las prioridades y las necesidades a mediano y largo plazo. La próxima administración tendrá la seguridad de saber qué ha de atender de manera inmediata para que no la tome por sorpresa, como a nosotros nos sucedió, y así se pueda planear los meses subsecuentes de la administración.
A la pregunta de si los trabajadores podrían experimentar una situación de impago como sucedió al comienzo de la administración de David Sánchez Guevara, Ranero enfatizó:
Sin duda eso lo tenemos contemplado. Por lo mismo haremos ciertas consideraciones de ahorros para poder garantizar tanto la operación del ayuntamiento como a la planta laboral que tendrán cubiertas salarios y prestaciones a las que tienen derecho.