¡Pero qué necesidad!

Foto: Archivo VETA Creativa
SIN DUDA LA CELERIDAD con que en ocasiones pueden trabajar las dependencias de Servicios Públicos y Obras Públicas de Naucalpan, como de otros municipios en el país, puede ser pasmosa. Y así quedó demostrado la noche que transcurrió entre el momento de mi publicación intitulada “¡Para eso me gustaban!” y el día siguiente, cuando los baches reportados en ese texto al fin fueron cubiertos con asfalto luego de días de no ser atendidos (ojalá dure el gusto).

El gobierno de Naucalpan tiene una excusa para su morosidad en la programación de los servicios y las obras públicas: el presupuesto está de “cuenta chiles”, no hay dinero suficiente a consecuencia de las deudas heredadas más las adquiridas en fechas más cercanas.

Aquí, en Indicios Metropolitanos lo dije, no una vez sino varias, que el gobierno de Edgar Olvera tendría, como tiene, poco margen de maniobra; y así ha sido. No obstante, ahí va, caminando, resolviendo problemas —no siempre de la mejor manera—, tratando de satisfacer las necesidades y demandas de su población gobernada.

Tapar el par de baches motivo del reportaje anterior en cosa de una noche habla tanto muy bien como muy mal del gobierno. La conclusión no puede ser solo en el lado positivo. ¡Qué bien! que se eliminó el peligro para conductores de vehículos y transeúntes. ¡Qué mal! que haya sucedido casi de inmediato de un jalón de oreja, de donde quiera que haya provenido.


Por su parte, los ciudadanos, incluso el delegado y los policías, involucrados, tuvieron y tienen su propia y respetable excusa: si el gobierno no actúa, nosotros lo hacemos; sea de manera formal o informal. Lo que cuenta es la intención.

Se cometió sin duda un error: utilizar un vehículo oficial como lo es una patrulla para una función que no es la especificada por ley, para cargar costales con cascajo, en vez de emplear un transporte particular y eximir a los policías de la responsabilidad de incurrir en una falta administrativa. Así, lo que era una noble causa se ensució por una torpeza en el proceder que pudo haber costado incluso la libertad a los policías que, cumpliendo además con el afán tras la política gubernamental de trabar proximidad con la ciudadanía con el fin de mejorar la imagen y la relación, por hacer un bien pasaron por encima de la ley que los obliga y para la que no hay excepciones.

Nadie fue castigado. El “incidente” no pasó de una llamada de atención a los actores. Y eso estuvo bien. Hoy los policías tienen la instrucción de tener cuidado y no prestarse a situaciones anómalas, sin que por ello deje de prestarse auxilio a la ciudadanía en lo necesario en un ánimo constructivo de cooperación, que fue el espíritu que prevaleció en el hecho básico. Las intenciones cuentan, pero no tanto más que las formas.

Policía montada, luminarias, podas en La Florida
Fotos: Archivo VETA Creativa
¡Qué bien! que no trascendió a mayores consecuencias como el arresto de personal valioso. No era —hablando de intenciones— el propósito de este espacio incidir de manera negativa, provocar un mal a quienes, en su noble ingenuidad o desconocimiento o bonhomía actuaron de buena fe. En todo caso, el propósito era —y se consiguió, de la mano de las gestiones respectivas de los personajes pertinentes— llamar la atención sobre el hecho, las necesidades, los dichos.

Las virulentas aunque comprensibles reacciones de propios y extraños a lo escrito en estos Indicios Metropolitanos pusieron en evidencia dos cosas: 1) la contradictoria doble moral —que no ética— de muchos ciudadanos que están dispuestos a perdonar, omitir incluso, la violación de las formas en que queremos que se base un Estado de Derecho con tal de justificar la falta so pretexto del bien común, cuando esos mismos ciudadanos no toleran que, bajo el mismo argumento, otros y el gobierno incluido pretendan aplicar la ley. O sea, ¿queremos un Estado de Derecho a modo, donde las leyes se apliquen a discreción y contentillo de uno o varios? Seguro no faltará el cínico que exclame ¡eso ya sucede! Entonces, ¿cambiamos o no? Ora sí que, lo que no es parejo, es chipotudo.

Aplaudo sin reparo los logros que se han venido evidenciando en mi fraccionamiento La Florida, mi casa, gracias a las gestiones del delegado y COPACI y vecinos comprometidos. Podas, rehabilitación de espacios; reparación, reposición y renovación de luminarias, cámaras de vigilancia y estrategias preventivas del delito entre otros temas van por buen camino y eso nadie puede ni debe escatimarlo. Y lo reitero ahora como lo he señalado en otros artículos anteriores, aun cuando no faltan los que, con una miope o deficiente capacidad de lectura de comprensión han pasado por alto el dato.

"Jueves culturales" de la asociación Colonos de La Florida, aspectos de la restauración
de las instalaciones a cargo del Arq. Cuauhtémoc Rodríguez
presidente de Fomento Cultural Torres de Satélite.
Fotos: VETA Creativa y Colonos de La Florida
En la misma canasta de los logros he metido, aun a pesar de contraposiciones ideológicas e idiosincráticas y de carácter entre vecinos, lo que se ha hecho desde la reactivada asociación Colonos de La Florida presidida por la Dra. María de Lourdes Fromow. Los “Jueves Culturales” han abierto un espacio para la convivencia y la integración que había quedado en el olvido. De la participación en ese programa cultural del Arq. Cuauhtémoc Rodríguez para exponer a la concurrencia la importancia, el valor y el estado actual de Las Torres de Satélite, surgió una forma de colaboración que incidió en que pudieran restaurarse las instalaciones de la asociación que hacían literalmente agua, como también reporté aquí.

También no faltan quienes le restan importancia a esto y es verdad que la impericia de la mesa directiva actual puede y ha podido cometer errores que derivan en irregularidades legales —quiero pensar que sin dolo e impulsadas, como el otro caso, por las buenas intenciones— a la luz de los estatutos, como ocurrió en la más reciente “asamblea informativa” celebrada el 6 de agosto de 2016.

Las reacciones al anterior artículo, como decía, por un momento me hicieron sentir como si fuese aquel gran humanista Elio Antonio de Nebrija quien hubo de vérselas con la Inquisición por sus observaciones sobre la gramática de las traducciones bíblicas y en su Apología escribió:
Si me acomodara a la actitud de mis amigos y empleara mis vigilias en las fábulas y ficciones de los poetas, si me dedicara a escribir historias y, como dice el poeta, todo lo viera de color de rosas, me querrían bien, me alabarían, me darían mil parabienes. Pero como […] investigo en la tierra aquellas cosas cuyo conocimiento persevera en el cielo, me llaman temerario, sacrílego y falsario y no falta nada para que […] me hagan comparecer ante los jueces cargado de cadenas […]. ¿Qué hacer en un país donde se premia a los que corrompen las Sagradas Escrituras y, al contrario, los que corrigen lo defectuoso, restituyen lo falsificado y enmiendan lo falso y erróneo se ven infamados y anatemizados y aun condenados a muerte indigna si defienden su manera de pensar? ¿He de decir a la fuerza que no sé lo que es? ¿Qué esclavitud o qué poder es este tan despótico? [cit. (PÉREZ, 2014); cf. (NEBRIJA, MARTÍN Baños, & MACÍAS Romero, s/d; BONMATÍ Sánchez, 2007)].
Hechos y excusas aparte, es momento de dar vuelta la página y mirar por acciones propositivas mejor que solo reactivas. Acciones que justo permiten, sin desmedro de las disposiciones legales, una colaboración virtuosa entre ciudadanos y gobierno como ya viene sucediendo, por ejemplo, en la Ciudad de México con la invención de una aplicación para dispositivos móviles denominada “Bache” mediante la cual los ciudadanos pueden registrar y reportar los baches existentes y su ubicación para facilitar y hacer más expedito tanto el inventario como la reparación de los mismos.

Si el presupuesto no da para contar con una cuadrilla de inspectores que, como sucede en Estados Unidos y otros países, por las noches recorren las ciudades para revisar e inventariar las necesidades urbanas para actuar como gobierno en consecuencia; si, en cambio, los ciudadanos comienzan a demostrar interés, compromiso, disposición para colaborar en tareas semejantes, ¡pues qué esperan los gobiernos municipales y estatales para elaborar los instrumentos que hagan las veces de bisagra para reforzar sus buenos oficios con las buenas mercedes de la población? ¿Por qué no pensar una ley que canalice y haga responsables a los ciudadanos de un pedazo de vía pública frente a su casa o establecimiento comercial o industrial, para darle mantenimiento de manera coordinada? Algunos vecinos en La Florida ya empiezan a hacer lo propio cortando el pasto de los camellones frente a sus fachadas, por ejemplo, pero siendo tan esporádicos los casos, estos espacios públicos ya parecen cabeza de sardo tusado. ¡Pero, bueno, la intención es lo que cuenta!, dicen.
Pastos de La Florida (ribera y camellones)
Fotos: VETA Creativa

Es el momento. Por ello, no creo que sea un tema tan aparte que días antes de lo narrado, el jueves 18 de agosto, el alcalde mismo, Edgar Olvera, anduviera dándose su vuelta por el fraccionamiento La Florida, entrara en la cafetería Starbucks a eso de las tres de la tarde acompañado de una colaboradora y consumiera una botella de agua y un sándwich. ¿Dato irrelevante? Mi olfato periodístico me dice que no. Lo que me lleva al aspecto contradictorio expuesto al comienzo de este artículo.

Días atrás, servicios públicos dedicó tiempo y esfuerzo para cortar los pastizales en la ribera del río Chico de los Remedios que delimita La Florida y Bosques de Echegaray. Inexplicablemente, los trabajadores dejaron lunares selváticos al mero centro y solo del lado de La Florida, eso sin mencionar que no recogieron "su tiradero", como tampoco han recogido los restos de un árbol roto por el golpe de un microbús en Paseo de la Primavera. Algún vecino calificó el hecho de “misterio para la araña”. Indicios Metropolitanos se dio a la tarea de también investigar este asunto y topó con que el misterio radica quizás en el criterio burocrático.

Algunos vecinos entrevistados achacaron de forma especulativa que la puntada podía deberse a la animadversión que se ha suscitado entre la Dra. Valdés —quien por coincidencia vive justo enfrente de la peculiaridad— y COPACIs y gobierno municipal. ¡Pero qué necesidad, para qué tanto problema! Vaya usted a saber. Lo cierto es que la mañana del 23, trabajadores de Servicios Públicos volvieron para ¿terminar el trabajo?


Referencias

BONMATÍ Sánchez, V. (2007). "La Filología Bíblica del humanista Elio Antonio de Nebrija". Studia Philologica Valentiniana, Vol. 10(Num. 7), 47-63. Recuperado el 23 de agosto de 2016
NEBRIJA, E., MARTÍN Baños, P., & MACÍAS Romero, B. (s/d). Apología. Huelva: Biblioteca Montaniana / Universidad de Huelva.
PÉREZ, J. (2014). Cisneros, el cardenal de España (españoles eminentes). Madrid: Penguin Random House.




¡Para eso me gustaban!

ERA DE LA OPINIÓN… de que los vehículos de la policía debían tener un uso específico para labores relacionadas con la seguridad ciudadana como transporte de tropa o delincuentes arrestados, rondines y vigilancia preventivos, persecuciones en operativos contra el crimen o apoyo a la ciudadanía en situaciones de emergencia. Pero ocurre que, más de una vez, dadas las condiciones en que se encuentra nuestro país y el papel tan demeritado que tiene la policía tanto en la percepción social como en la ejecución de varias de sus facultades, no han faltado los funcionarios públicos y autoridades auxiliares que han empleado los vehículos oficiales no destinados a la carga —y los de la policía no escapan a esta atribución—, como mulas para fines más bien lejos de su función primordial; quizá en afán de congraciarse con la sociedad; tal vez ignorantes de la falta que implica semejante uso contrario a la norma o en franco abuso de su autoridad so pretexto de procurar un bien a la ciudadanía. No en balde reza el refrán que el camino al infierno está hecho de buenas intenciones.

Lo que ahora escribo lo detona un accidente provocado por uno de tantos socavones —llamados con el eufemismo de “baches”— que proliferan en la zona metropolitana. En este caso, uno de tantos, cierto vecino reportó mediante una red social que un automovilista había sufrido severos daños en los rines de las ruedas de su vehículo luego de caer en un bache —casi pozo— sobre la lateral del Periférico norte y en la entrada de acceso al fraccionamiento donde habito, La Florida, donde parece que los gobiernos ya nos vieron vocación de enterradores (VEGA Torres, 2015).

El hecho de los baches, así como el del sinnúmero de registros sin tapa o rotos por doquier, de por sí indignante y peligroso por los riesgos que implica para la seguridad ciudadana, es un indicio más de la negligencia, irresponsabilidad e ineptitud que caracteriza a las direcciones de Servicios Públicos y Obras Públicas de Naucalpan encabezadas respectivamente por Francisco Álvarez Moreno y Nina Hermosillo Miranda (en sustitución de Óscar Zárate), tanto como a los empleados sindicalizados relacionados con las dependencias.

Un inventario preliminar hacia comienzos del año 2016 arrojó una conservadora y discutible cifra de alrededor de 30 mil baches en el municipio, sin contar, como decía, la multitud de registros descuidados ya de la CFE, Telmex o OAPAS, que se han convertido en basureros, dormitorios de vagabundos y malvivientes, trampas para probables incautas víctimas de asaltantes o de accidentes de variada gravedad. Eso sin mencionar además las condiciones tan irregulares que presentan las vías peatonales llenas de bordos, grietas, huecos.

Hacia el 24 de enero del año en curso, el gobierno naucalpense informaba mediante boletín de prensa que:
Para dar respuesta a la ciudadanía y ante la problemática que por años se ha registrado en el municipio por falta de atención en vialidades, este gobierno realiza un programa permanente de bacheo asfáltico y con concreto hidráulico.
[…]
En una primera etapa, para estos trabajos de bacheo asfáltico, se tiene [presupuestada] una inversión de 15 millones de pesos. Además se cuenta con el material, equipo, personal y aplicación del procedimiento adecuados, para dar los mejores resultados y evitar que los hoyos vuelvan a presentarse en el mismo punto.
[…]
Al respecto, el titular de Servicios Públicos, Francisco Álvarez puntualizó que, en el gobierno que encabeza el Presidente Municipal Edgar Armando Olvera Higuera, el programa de bacheo con asfalto es una medida permanente, porque se trabaja para la ciudadanía, y el problema de baches es una de las principales demandas de los naucalpenses.
Además, la Dirección General de Obras Públicas, inició trabajos de bacheo con concreto hidráulico, en vialidades donde se requiere mantenimiento y atención, [dadas] las condiciones que presentan.
[…]
Tanto la dirección de Obras Públicas como la de Servicios Públicos están realizando un análisis de las condiciones en que se encuentran las vialidades de las colonias, comunidades y fraccionamientos para realizar los trabajos necesarios, a fin de brindarles atención con mantenimiento y bacheo, respondiendo a la demanda de los naucalpenses (GOBIERNO DE NAUCALPAN DE JUÁREZ, Dirección Gral. de Comunicación Social del, 2016).
Un mes más tarde, el 17 de febrero, el gobierno anunciaba [énfasis mío]:
Para apoyar a la ciudadanía en las consecuencias que enfrenta por la presencia de baches, problema que no se atendió por décadas, el gobierno municipal anuncia la implementación de un seguro anti bache.
El Presidente Municipal, Edgar Armando Olvera Higuera, informó que se realiza el análisis del marco jurídico, económico y social para la aplicación de este seguro que tiene como objetivo apoyar a la ciudadanía en una de sus principales demandas.

Explicó que, una vez terminado el análisis, se pondrá en operación este seguro cuyo monto dependerá tanto del daño que presente la unidad, así como el tipo de vehículo involucrado; además, para poder acceder a éste, los naucalpenses tienen que estar al corriente en su pago de predial y agua.
Edgar Olvera aseguró que este tipo de acciones buscan responder a la demanda ciudadana, junto con los programas de rehabilitación de avenidas, además de ser un incentivo para los contribuyentes cumplidos.
En este sentido, dijo que la Dirección de Obras Públicas ha atendido 109 baches con concreto hidráulico y la Dirección de Servicio Públicos ha bacheado cerca de mil hoyos con asfalto, en áreas con daños desde pequeños hasta de grandes dimensiones.
Precisó que los trabajos de bacheo son permanentes y en todas las vialidades de jurisdicción municipal […] (GOBIERNO DE NAUCALPAN DE JUÁREZ, Dirección Gral. de Comunicación Social, 2016).
Esa condición limitante para acceder al seguro motivó a que el activista social Antonio Arzate Flores “Mr. Bache” junto con un nutrido grupo de vecinos de Naucalpan solicitara un día después que el mismo se ampliara en su cobertura para cubrir los daños a los conductores que, sin ser por fuerza naucalpenses, sufrieran percances en sus automóviles por causa de los baches al circular por el municipio (JIMÉNEZ Jacinto, 2016).

Indicios Metropolitanos se encuentra a la espera de la respuesta a la solicitud vía SAIMEX sobre la aplicación de dicho seguro. Ahora, este tema que detonara el presente artículo no debería servir de pretexto para pasar por alto el mal uso que, con un buen propósito, efectuaron ciudadanos y autoridades de un vehículo policíaco y al respecto de lo cual ha habido muchos casos documentados sobre todo en medios, en varias partes del país, sin que nadie actúe en consecuencia (MONZÓN & GARCÍA, 2016), lo que contrasta con las quejas que, por otra parte, los ciudadanos recelosos o renegados tienen costumbre espetar contra las autoridades cuando de hacer válida la ley se trata.

El caso que motiva estas líneas ocurrió, pues, enseguida de dicho accidente, ni más ni menos, en el contexto del fraccionamiento en que vivo donde, pretextando “motivos de seguridad”, el delegado de Participación Ciudadana, Felipe Peralta, y un vecino que ha sido muy activo y dispuesto en varios aspectos de interés comunitario, en especial los relacionados con la prevención del delito, pretendiendo actuar de “buena voluntad” y ateniendo la solicitud de alguno, incurrieron penosamente en una falta administrativa que se castiga con arresto de los policías involucrados. Queriendo hacer un bien “mayor”, fastidiaron a elementos policiacos también movidos por un noble y leal afán de servicio.

Por supuesto que al denunciar aquí y así el hecho, Indicios Metropolitanos no pretende fincar culpa específica en los elementos policíacos e individuos involucrados más allá de lo evidente. Por ello consultó varias fuentes: el exsíndico Rafael Ranero, una exregidora y Miguel Aguilar, miembro del Observatorio Ciudadano y ligado a la Red Ciudadana para la Prevención y la Seguridad presidida por Óscar Ruiz de Chávez, describiéndoles el caso. El exsíndico explicó luego de describirle el hecho:
I.M.: Un delegado de participación ciudadana ha solicitado bacheo. El gobierno municipal no ha efectuado el mismo. Entonces, en un impulso, el delegado —quizá excediendo sus atribuciones legales, pues el tema entiendo que es de competencia del presidente del Consejo de Participación Ciudadana— solicitó a vecinos cascajo para tapar el bache que ha propiciado severos daños documentados a algún vehículo particular, sin que el afectado efectuara la denuncia o demanda respectivas para acceder al seguro anti baches. El cascajo lo transportó una patrulla Pick Up de las recientemente alquiladas por el gobierno de Edgar Olvera para rellenar el bache. El hecho quedó documentado en imágenes. ¿Qué procede?
R.R.: Por ningún motivo puede ser utilizada [una patrulla] para absolutamente algo diferente a su función que es patrullar y trasladar solo a detenidos; y ese “solo” es solo a detenidos, porque en ocasiones trasladan a personas dizque por un raid o aventón.

I.M.: ¿No hay algún recurso legal que pueda hacer una excepción? ¿Se trataría de un delito, de qué tipo?
R.R.: Es una falta administrativa que se sanciona con arresto del o los elementos [policíacos]. La Ley de Seguridad del Estado de México es muy clara. Solo se podrán utilizar [los vehículos y equipamiento] para su función, incluidos apoyos de emergencia como sería traslado a un hospital; solo para eso. No hay excepciones.
Obvio, puede haber agravantes y entonces aplican el Código Civil o el Penal, dependiendo del caso. Las atenuantes no existen en seguridad pública, porque es descuidar, desatender la función que, además, en el ámbito social y de gobierno, es prioritaria.
I.M.: ¿Cuántos días de arresto implica?
R.R.: De 24 a 36 horas.
I.M.: En caso de verse involucrados ciudadanos comunes en el ilícito, ¿qué procede?
R.R: Al ciudadano, aunque sea autoridad auxiliar o presidente de asociación de colonos no aplica nada, ninguna sanción específica. Salvo que fuera una autoridad oficial; entonces aplica abuso de autoridad, que es sancionada con multa o destitución y hasta inhabilitación.
Por utilización de vehículo oficial de seguridad diferente a su función, incluso aunque hubieran sido instruidos por algún mando superior a ellos o por alguna autoridad, es una falta administrativa que tiene que ser sancionada. En el caso que describes, la sanción es a la autoridad o mando superior que emitió la orden.
Incluso, por ser vehículos oficiales, la denuncia puede hacerse en Contraloría y, ahí, la sanción, además del arresto, también es económica.
Y, obvio, es una irresponsabilidad del delegado el haber solicitado a los policías esa clase de apoyo; para eso somos —digo somos porque yo fui delegado y también presidente de COPACI antes que síndico— autoridades auxiliares: para auxiliar; pero, además, cuando decidimos participar en esos cargos lo hacemos —o deberíamos hacerlo— siendo conscientes de que también tenemos que hacer faenas que son parte de la labor social.
Por su parte, la exregidora opinó sobre lo que procedería en este caso:
I.M.: ¿Una patrulla, un vehículo de la policía puede ser empleado para transportar cascajo so pretexto de tapar provisionalmente un bache?
Exregidora: No, definitivamente para eso hay sendas direcciones que se llaman Servicios Públicos y Obras Públicas.
Más o menos en el mismo ánimo de la anterior, Miguel Aguilar consideró además que el hecho era motivo para aplaudirles al delegado y a los policías involucrados.
I.M.: O sea, ¿el fin justifica los medios?
M.A.: Pues digamos que estamos en tiempo de guerra con garantías suspendidas.
I.M.: ¿Cómo debo entender esto que dices para efecto del caso que describo?
M.A.: Mi opinión franca sería la siguiente: Si bien la letra de la ley nos dice que eso no debería ser así, también debemos saber que la ley está creada para servir a la sociedad y, cuando el bien común supera el espíritu de la ley, esta debe subrogarse a las circunstancias. Para mayor claridad de las ideas, pensemos en un desastre natural. En ese caso se utilizan las patrullas para desalojar damnificados. No son taxis, pero las circunstancias superan a la ley. Creo que el gobierno debe tener más sentido común que reglamentos.
I.M.: Pero el ejemplo que utilizas está contemplado en la ley bajo el supuesto de la emergencia. En el caso que describo no hay emergencia.
Reacciones como esta y la de vecinos de la localidad que literalmente agradecieron, aplaudieron, vitorearon y reconocieron la ocurrencia del delegado y su compinche mediante la misma red social en que se dio a conocer el caso motivaron a Indicios Metropolitanos a preguntar a sus consultados su parecer. El exsíndico Rafael Ranero Barrera opinó:
Luego no nos quejemos de la falta de seguridad, de compromiso de los elementos para con la ciudadanía que los ve como macheteros o albañiles en vez de como policías.
Ojalá nadie se haya visto afectado en materia de seguridad pública en el tiempo cuando los policías estuvieron de transportistas.

Es preocupante —en un municipio con tantísimos baches y con tan deficiente cumplimiento del Ayuntamiento en su responsabilidad para bachear, repavimentar y demás servicios— que esto sirva de ejemplo para que otras autoridades auxiliares hagan lo mismo y al rato tengamos ya nula vigilancia si no muchos policías en calidad de transportistas o macheteros para, con ese pretexto, con una falta cubrir una deficiencia del ayuntamiento.
Por su parte la exregidora dijo:
I.M.: Para el caso que describo, ¿qué procede?
Exregidora.: ¡Ahora sí que felicitarlos [al delegado y al policía]!
I.M.: Pero entiendo que incurre en falta administrativa en el propósito de una “buena causa”.
Exregidora: Pues creo que no sería correcto [aplicar la ley], ya que [delegado y policía] está[n] apoyando a los vecinos.
Por cierto, a petición de un grupo de vecinos, Pemex propone repavimentar dos avenidas grandes de Naucalpan, lo único que requieren es la anuencia del presidente [Edgar Olvera]; creo que, si se niega, será mejor nota.
I.M.: ¿Vecinos de dónde y qué avenidas?
Exregidora: Las Huertas Primera Sección. Las avenidas Girasol y Gasoducto. Es un logro de ellos conseguir ese apoyo; de hecho, si participa el municipio, el próximo año pueden darle otros 30 millones en obra.
I.M.: Dices que “si participa el municipio, el próximo año pueden darle otros 30 millones en obra”. ¿Quién podría darle esa cantidad?
Exregidora: Pemex
El Art. 100 de la Ley de Seguridad del Estado de Mexico (LVII LEGISLATURA del Estado Libre y Soberano de México, 2011), en su apartado “B-IV” de Obligaciones Aplicables sólo a miembros de las Instituciones Policiales, inciso (l), establece que es deber de estos [énfasis mío]:
Mantener en buen estado el armamento, material, municiones y equipo que se asigne con motivo de sus funciones, haciendo uso racional de ellos solo en el desempeño del servicio y tomar las medidas necesarias para evitar su pérdida, extravío o deterioro.
El Art. 21 de la citada ley expone como primera atribución de los alcaldes:
Ejercer el mando directo de las Instituciones Policiales a su cargo, salvo en los supuestos establecidos en esta Ley, en los términos de la Constitución Federal y la Constitución Estatal, a fin de salvaguardar la integridad física y los derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos.
El hecho descrito está ahí, manifiesto, efectuado, documentado. Es uno de cientos y ocurrió en la cercanía en el tiempo cuando el gobierno municipal de Naucalpan aceptó sumarse a la iniciativa federal de establecer el Mando Único. Cabe preguntar, ¿qué autoridad vendría siendo responsable de esta falta administrativa dado el impasse? ¿El comandante en turno, el Comisario municipal u otra del ámbito estatal dada la nueva circunstancia de orden político-estratégico?


Lo que en su desesperación, indignación y pragmatismo unos ven condescendientes como una solución plausible sin reparar en las consecuencias legales, a despecho de la norma que la misma ciudadanía exige, llevó a que un buen propósito para el bien común rayara, sin querer queriendo, en un despropósito.

El problema no estriba en que la iniciativa de los ciudadanos, preocupados legítimamente y con razón por la seguridad de los conductores y sus bienes, vecinos o no del fraccionamiento, condujera a poner un parche provisional. No es la primera ni será la última vez. Esa iniciativa es digna de encomio, sin duda.

El problema está en la utilización de un vehículo oficial para una tarea fuera de sus funciones determinadas por la ley. Si esos vecinos hubieran transportado el cascajo en un vehículo particular con el debido permiso, este artículo ni siquiera habría sido pensado o, en todo caso, habría tenido un enfoque distinto, más del lado del elogio el que, a título personal, puedo expresar de manera solidaria a sabiendas de la indudable buena labor que delegado y COPACIs han venido llevando a efecto en el fraccionamiento con podas, instalación de cámaras de seguridad, renovación de poco más de 400 luminarias, etcétera.

El lema del gobierno de Edgar Olvera para hacer de Naucalpan una Ciudad con Vida es que sea, el suyo, uno con orden y conciencia. ¿Qué clase de orden puede esperarse cuando se actúa omitiendo la ley? ¿Qué clase de conciencia tienen nuestros ciudadanos que, reaccionando a contra pelo de la norma y llevados por el prurito de subsanar lo que el gobierno no puede o no quiere hacer, actúan de torpe manera permisiva, eso sí, con innegable buena voluntad?


El corolario: En este caso, tan malo el pinto como el colorado. No hagas cosas buenas que parezcan malas ni cosas malas que parezcan buenas. De nuevo, en La Florida, tapar un hoyo ha destapado muchos más.

Referencias

GOBIERNO DE NAUCALPAN DE JUÁREZ, Dirección Gral. de Comunicación Social. (18 de febrero de 2016). Boletín 068 "Se anuncia en Naucalpan seguro antibaches". Recuperado el 22 de agosto de 2016, de Gobierno de Naucalpan de Juárez / Comunicación Social / Boletines: http://www.naucalpan.gob.mx/se-anuncia-en-naucalpan-seguro-anti-baches/
GOBIERNO DE NAUCALPAN DE JUÁREZ, Dirección Gral. de Comunicación Social del. (24 de enero de 2016). Boletín 036 "Inician bacheo asfáltico y con concreto hidráulico en Naucalpan". Recuperado el 22 de agosto de 2016, de Gobierno de Naucalpan de Juárez / Comunicación Social / Boletines: http://www.naucalpan.gob.mx/inician-bacheo-asfaltico-y-con-concreto-hidraulico-en-naucalpan/
JIMÉNEZ Jacinto, R. (18 de febrero de 2016). "Piden cobertura amplia de seguro anti bache en Naucalpan". Recuperado el 22 de agosto de 2016, de El Universal / Metrópoli / Edomex: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/metropoli/edomex/2016/02/18/piden-cobertura-amplia-de-seguro-antibache-en-naucalpan
LVII LEGISLATURA del Estado Libre y Soberano de México. (2011). Ley de Seguridad del Estado de México (reforma más reciente: 10 de agosto de 2016). Toluca, México, México: Gaceta del Gobierno del Estado de México. Recuperado el agosto de 21 de 2016, de http://legislacion.edomex.gob.mx/sites/legislacion.edomex.gob.mx/files/files/pdf/ley/vig/leyvig015.pdf
MONZÓN, P., & GARCÍA, A. (13 de mayo de 2016). "Patrulla de Tuzantán es utilizada para cargar materiales de construcción". Recuperado el 21 de agosto de 2016, de Agencia Noticiero 3: https://agencianoticiero3.wordpress.com/2016/05/13/patrulla-de-tuzantan-es-utilizada-para-cargar-materiales-de-construccion/
VEGA Torres, J. (3 de agosto de 2015). "Vecinos tapan agujero clandestino". Recuperado el 22 de agosto de 2016, de Indicios Metropolitanos: https://indiciosmetropolitanos.blogspot.mx/2015/08/vecinos-tapan-agujero-clandestino.html



Hacen historia atletas mexicanos

A PUNTO DE TERMINAR las Olimpiadas en Río de Janeiro, y contra los pronósticos de mal agüero de los agoreros y los críticos, el desempeño de los mexicanos en las justas en Brasil han dado mucho de qué hablar y de qué escribir.
Por una parte, la poca y tardía colección de medallas propició que las baterías del recelo se enfocaran y cebaran sobre la figura de Alfredo Castillo, director de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE) y señalaran los efectos de la corrupción, los compadrazgos y el amiguismo, constancia de por medio o no, como uno o el factor determinante de los magros resultados obtenidos. Sin embargo, como comenté en un texto anterior, al margen de las condiciones políticas y económicas, la valía de los atletas mexicanos es lo menos discutible.

Sí, es verdad que aún falta mucho por hacer sobre todo en el tema del desarrollo de una mentalidad resistente a la presión que supone la competencia. Mentalidad, también hay que decirlo, que no es exclusiva hoy, en su derrotismo, de los atletas y deportistas, sino que es compartida por otros actores como los empresarios en ciernes o los políticos más acostumbrados a las componendas que al fruto del propio esfuerzo.

Los atletas que aseguraron cinco medallas casi al final de las Olimpiadas: Misael Rodríguez (box), Ismael Hernández Uscanga (pentatlón), Guadalupe González (marchista), Germán Sánchez (clavadista), María del Rosario Espinoza (taekoandoín) hicieron, además de tapar bocas, historia. Porque no nada más demostraron su capacidad para sobreponerse a las adversidades y colocarse en sitios muy honrosos o alcanzar el podio, sino porque también brillaron en disciplinas en las que nadie estaba acostumbrado a ver mexicanos o porque, aun teniendo resultados no del total agrado de la mayoría neófita y criticona se colocaron en sitios preponderantes.

En este sentido, si bien la crítica es oportuna en algunos aspectos, en otro ha sido sin duda exagerada además de injusta.