Políticos mostrencos


LA REVISTA Polemón publicó recientemente un artículo relativo a la presumible evasión de impuestos de Arne Ausden Ruthen, aquel personaje político mexicano que, igual a otros como los Supercívicos, se destacó por andar a la caza de bienes mostrencos y exhibir en redes sociales y plataformas de streaming como YouTube a los ciudadanos o funcionarios corruptos o indolentes que, abusando de su poder o en su ignorancia de las leyes cometen toda clase de atropellos, ya como ciudadanos, ya como autoridades a lo largo y ancho de todo el país, alegando hacer valer el derecho, en especial los de tránsito y propiedad.

Modifica YouTube sus políticas, otra vez ¿censura disfrazada?

Lo siguiente parecería no tener relación con lo dicho. Sin embargo...
Nuevamente la plataforma de streaming de video (de la que Indicios Metropolitanos forma parte desde casi el inicio de la misma) ha vuelto a modificar sus políticas y es seguro que esto ocasionará más descontento de quienes ya veníamos padeciendo de más y más restricciones, algunas de ellas relacionadas con la monetización propiciando que sean los grandes anunciantes, las grandes firmas productoras las más favorecidas.
Esta vez, la restricción más preocupante, sobre todo para quienes nos dedicamos a la generación de contenidos informativos es la que dice a la letra:

Restricciones de reconocimiento facial: Las Condiciones del Servicio ya establecen que no puedes recopilar información con la que se pueda identificar a una persona sin su autorización. Si bien esto siempre había incluido la información de reconocimiento facial, ahora aparecerá de manera explícita en las nuevas Condiciones.

Como puede leerse, esta restricción abre una peligrosa ventana antidemocrática con la que se estará dando un pretexto y justificación legaloide incluso a las figuras públicas para no ser mostradas en entrevistas o reportajes o exhibidas en la comisión infraganti de presumibles actos de corrupción, como Pío, el hermano incómodo del presidente, o el presunto violador y ex candidato a gobernador de Guerrero Félix Salgado Macedonio, o cualquier ciudadano tachado peyorativamente de "lord" o "lady", incluso los ya afectados tiempo atrás que podrían solicitar la remoción de contenidos que los muestre e identifiquen.
Las entrevistas no serán tanto problema, pues se supone un mutuo consentimiento evidente para mostrarse. Pero, en el caso de notas y reportajes, o videos de factura ciudadana y no profesional tendría el creador que estar solicitando permiso a diestra y siniestra y ello, de nuevo, acabará por matar al periodismo independiente y sin los recursos técnicos, económicos o de infraestructura para cumplir con los requisitos y acabará por agravar la ya de por si preocupante crisis de contenidos que afecta a todos los medios, tanto tradicionales como digitales. Es decir, la mayoría de nosotros, podríamos resultar si no demandados por terceros, afectados con las penalizaciones respectivas de la plataforma.
Por otro lado, también podría ser una restricción virtuosa cuando, por ejemplo, en casos como la actual exhibición de facturas de Mexicanos Contra la Corrupción por parte del gobierno mexicano, da a la imagen de los señalados valor de criminales sin pruebas fehacientes.
Estas modificaciones de YouTube entrarán en vigor el 1 de junio del actual año y probablemente ese tipo de prácticas "informativas", entre otras, copiadas de aquel memorable programa de los ochentas del siglo pasado, Infraganti, producido y conducido por el periodista Óscar Cadena para Canal 13, primero y luego para Televisa —prácticas más bien caídas en una forma de entretensión burda disfrazada de clases de civismo—, pudieren llegar a su fin por lo menos en la plataforma YouTube a la luz de los nuevos requisitos.

Entre el exhibicionismo, la cultura como espectáculo y la búsqueda del estado de derecho

Cuando Arne anduvo en Naucalpan en tiempos del ex alcalde Edgar Olvera Higuera​ y en mi terruño florideño haciendo sus gandalladas contra los gandallas (que sí los hay), publiqué varios contenidos dejando claros varios puntos, uno de ellos: entre los vacíos legales hay algunos que no son tales, sino omisiones de los ignorantes de la ley y otros, más abusados, saben aprovechar en su beneficio. Es el caso de los artículos de códigos y reglamentos como el Civil y los de administración pública, los cuales facultan a particulares y gobiernos a obtener beneficio económico de la venta de los llamados mostrencos. Eso hacía Arne: recoger mostrencos acorde con la ley, a contrapelo del entender ciudadano, entregarlos a los gobiernos citadinos o municipales, para que estos a su vez los vendieran como desperdicios reciclables y del producto de la venta sacaba una tajada. Probablemente Arne dirá que no hacía tal y, bueno, le daré el beneficio de la duda.
Hasta donde sé, ya me corregirán los más avezados, esos ingresos son exentos de impuestos, porque se consideran ingresos directos al presupuesto gubernamental, y la parte proporcional dada al particular que haya podido intervenir en el acopio y entrega se consideran una "comisión" cuyo registro fiscal efectúa la propia administración de gobierno, lo que exime de responsabilidad al particular. Esto, por ejemplo, lo sabe muy bien el hoy actual candidato a diputado federal y ex tesorero de Naucalpan en la alcaldía de Olvera, Iván Rodríguez.
Por supuesto que estos datos no justifican el proceder de personajes como Arne Ausden Ruthen como dije en su momento, como tampoco justifican los argumentos defensivos y hasta violentos de los ciudadanos "propietarios" de los mostrencos que aquellos han exhibido en redes sociales construyendo una nueva "corte" de lores y ladys antecedidas del signo de etiqueta o hashtag.
Claro que cuando los gobiernos entienden la ventaja de esto toman el asunto en sus manos y prefieren enviar sus cuadrillas de Servicios Públicos de la mano de las direcciones de movilidad a recoger esos mostrencos por su cuenta y sin intermediarios, a sabiendas de que nadie más entre los ciudadanos hará la labor respectiva, no por falta de ambición, sino por distorsión de la idea de propiedad y por ignorancia de las ventajas que da la ley en este tópico a las partes.
Esto implica un justificante más para que servicios públicos como el de limpia se coludan con sindicatos de pepenadores, por ejemplo, y para que los ayuntamientos sigan sin apostar a la generación de energías limpias mediante el reciclaje, compostaje de desechos sólidos, tratamiento de aguas residuales y reconversión de cuerpos de agua y afluentes, todo esto sin mencionar los intereses oscuros que por el ámbito de movilidad se han construido al amparo de diversos proyectos de desarrollo urbano —aunque días atrás nos hayan "alegrado la pupila" con la nota sobre la próxima reconversíon del Río Hondo, sin aclarar los otros intereses marginales alrededor del tema como son la derivación de agua para la Ciudad de México, la construcción de un tren ligero suburbano y que vienen barajándose desde 2020, si no más atrás.

Tras la broma, la verdad asoma

La seudonota que da pie al artículo de Polemón —medio a todas luces con funciones de pasquín oficialista al servicio del actual gobierno como otrora otros medios lo fueran de gobiernos anteriores y hoy el partido en el poder asocia como ligados al oficialismo opositor, tal cual describen por ejemplo al diario Reforma—, me parece que apunta más a remover el fango que pudiere afectar de algún modo a la senadora Xóchitl Gálvez, ex delegada en Miguel Hidalgo, y a la sazón jefa del implicado y quien hoy ha dejado las filas del PAN para sumarse al PRD en la lógica de la alianza armada para contrarrestar el peso de MORENA, como se puede leer en otra nota, de un día anterior referente a los tejes y manejes, préstamos y cochupos legislativos.
O sea, hoy ya no estamos ante políticos grillos ni chapulines, sino de langostas que de tanto brincar de un partido a otro, no solo cambian de color camuflándose con el entorno, no solo chirrean y zumban al tono de ideologías desgastadas, sino se han vuelto franca plaga ansiosa por consumir lo sembrado y desdibujar ni más ni menos que al propio sistema de partidos que la ha hecho posible. Un ejemplo muy actual lo tenemos en Naucalpan con el regidor por MORENA, Christof Gorg Lechuga, quien optó por sumarse a las filas del PAN, en plena temporada de campañas, para apoyar a la candidata a alcalde Angélica Moya y dando la espalda a Patricia Durán.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que ya no hay partidos, aun cuando los nuevos como el de la maestra Elba Esther Gordillo (Redes Sociales Progresistas o R.S.P) opinen lo contrario, y eso es un problema serio que a todos los votantes nos meterá en un dilema en las urnas al corroborar que de todos no se hace uno y al final no hay por cual votar, ya ni siquiera valdrá aquello de "más vale malo por conocido que bueno por conocer".
Dada esta circunstancia, la puerta para el aumento radical del abstencionismo y la anulación y la elección del voto blanco por candidatos no registrados (como de costumbre les presto mi nombre: José Antonio de la Vega Torres, para anotar en la casilla blanca, si así prefieren y mejor que citar aun desconocido Chucho Pérez) característicos de elecciones intermedias no se hará esperar como ya escribí tiempo atrás.
Es muy común, históricamente se sabe, está registrado y es público, el promedio de participación en las elecciones intermedias en México ha sido por lo general menor al cincuenta por ciento, en comparación con el promedio que sucede en las elecciones no intermedias (presidenciales) superior incluso al sesenta por ciento [(INE, 2016); (INE, 2019: p. 13-16)].

Estos porcentajes que van de la mano de la estructura poblacional han ido disminuyendo sin embargo tras la primera elección transitoria, es decir que llevó a una legal y legítima transición de partidos con el triunfo del panista Vicente Fox Quezada y que significó el "final" de sesenta años de una "dictablanda" bajo las siglas del PRI. Las elecciones de 2018, no obstante, fueron excepción a la nueva regla al registrarse la participación más alta (casi 63%) y la victoria más holgada en dieciocho años (no treinta, como describen algunos que gustan de incluir el periodo de Ernesto Zedillo, dadas las condiciones en que se suscitó tras el magnicidio de Luis Donaldo Colosio). De ahí también que los embates del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador contra unas instituciones que hicieron posible su llegada al poder de forma legal y legítima no sea una afrenta contra ellas y el sistema político que las sustenta, sino al ánimo mismo del pueblo que lo eligió con su voto libre (HERNÁNDEZ, 2008).



Reducir o aumentar la brecha

El reto a vencer por los actuales partidos políticos y sus candidatos en contienda está en provocar aumento en la participación de los jóvenes entre las edades de veinte y treinta y cinco años, así como la de los varones, pues también es sabido que la participación femenina ha sido históricamente mayor.
Aun así, las prácticas para la selección de candidatos, en especial de los nominales siguen estando sujetas a los prejuicios añejos de incluir personalidades famosas de otros ámbitos distintos del político por considerar que la popularidad, la fama o hasta la infamia pueden ser espectaculares factores determinantes del voto. Es posible que ello funcionara en el pasado; pero, las elecciones más recientes han demostrado que no es una regla inamovible.
Cierto, la Constitución es clara en la letra al especificar que todo mexicano tiene el derecho a votar y ser votado; pero, los mexicanos ya empezamos a preguntarnos seriamente si de veras cualquiera, aun con ese derecho, puede ser un buen candidato y sobre si es una persona con la capacidad suficiente, las habilidades necesarias, conocimientos y experiencia para fungir como representante popular, legislador, funcionario público o gobernante local, estatal o federal. Los ejemplos de pifias abundan y poco importa si cuentan con títulos profesionales, doctorados, o si son cualquier hijo de vecino. Este tema es un grave pendiente que todos los partidos políticos tendrán que revisar y considerar desde ya y a futuro si pretenden erigirse en instituciones políticas con credibilidad bien sustentada y no funcionar solo como meras franquicias electorales, más interesadas en mamar del presupuesto que en servir a los intereses de quienes, simpatizando con sus principios, ideología y miembros, los favorecen con su voto útil.
Lo que está en discusión hoy y da la importancia que reviste a las actuales elecciones no es tanto, como algunos consideran, la "estabilidad de México" o la "democracia mexicana", sino el sistema de partidos como factor determinante de dicha estabilidad y de tal democracia. Estamos atestiguando a todas luces y quizas el final de la partidocracia.

Votar o no votar

Es de especial importancia considerar, tanto por parte de los votantes como por parte de candidatos y partidos, los factores que de acuerdo con los estudiosos del tema posibilitan y justifican la participación ciudadana, pues no podemos olvidar que, aun cuando un triunfo sea legal en democracia, entre más baja sea la participación más ilegítima será la victoria del ganador y por tanto menor la calidad de la democracia en cuestión. La participación electoral es un indicador que sirve para medir la confianza pública en el gobierno y la participación ciudadana en el proceso político (INE, 2019: p. 54-71). Los factores a referir son:

  • ▶La confianza en el gobierno es esencial para la cohesión y el bienestar sociales. 
  • ▶En una situación de adversidad económica, las personas se movilizan para votar en un afán de castigar al gobierno por los malos resultados de la gestión en la economía, aumentando la participación electoral.
  • ▶Los problemas económicos provocan una decepción de las personas hacia el sistema político, haciéndola menos propensa a votar [v.t. (DW, 2021: min. 7)].
  • ▶El efecto de la adversidad económica sobre la tasa de participación electoral depende del grado de desarrollo del estado de bienestar de cada país. Es decir, las condiciones económicas adversas tienden a deprimir la participación electoral en los países desarrollados (donde los programas de seguridad social son avanzados), mientras que en los países en vías de desarrollo tiende a aumentarla considerablemente.
  • ▶La intensificación de la competencia política en México hizo necesaria la integración de nuevos segmentos de la población a la arena política, conduciendo a un aumento en la movilización de grupos de personas pobres y menos educadas.
  • ▶La complejidad electoral es un fenómeno estructural y multidimensional, en el que se condensan distintos factores o formas de dificultad y exclusión sociales, con diversas intensidades que, por sí solos o potenciados al interactuar con los demás, hacen más laborioso, complicado e incluso obstaculizan las actividades operativas en materia electoral a cargo de las delegaciones y subdelegaciones del INE.

Para las próximas elecciones hay otros datos que tendrán un peso específico y determinante y son los resultantes de la propia crisis nacional y mundial que nos afecta producto sobre todo de la pandemia de Covid-19. Datos que pocos han considerado en el análisis proyectivo.
De acuerdo con los datos del INEGI e INE, la lista nominal —es decir la que contiene a todos aquellos ciudadanos que solicitaron su inscripción al Padrón en territorio nacional y cuentan ya con su Credencial para Votar con fotografía vigente— actualizada al 15 de abril de 2021 consta de 93'935,039  electores registrados, siendo el 52% mujeres y el 48% varones y el 35% (32'809,448) jóvenes entre 20 y 35 años, es decir la generación que para 2024 tendrá en sus manos y de manera práctica las decisiones sobre el destino y futuro del país.
Fuente: INE

En cambio, el padrón electoral —es decir en el que se encuentran todos los ciudadanos mexicanos que solicitaron su inscripción al mismo en territorio nacional, con la finalidad de obtener su Credencial para Votar con fotografía y así ejercer su derecho al voto— actualizada a la misma fecha consta de 94'686,022 electores registrados, con el mismo porcentaje de distribución entre hombres y mujeres. O sea, la diferencia adicional de 750,983 ciudadanos se comprende por aquellos electores que alcanzaron la mayoría de edad y/o los que renovaron su registro por algún motivo como pérdida de documento o cambio de domicilio, por ejemplo.
Los funcionarios de casilla utilizan la lista nominal para efectuar el registro de la participación ciudadana durante los comicios. Pero, ello no es garantía de la novedad que quiero destacar aquí y es efecto de la pandemia: tendremos una lista nominal y un padrón inflados (no fraudulentamente), conteniendo registros no actualizados de ciudadanos electores fallecidos por causa del Covid-19 que ha implicado, como dije en otro artículo, un exceso de mortalidad (GOBIERNO DE MÉXICO, 2021) aun no suficientemente medido que a la fecha rebasa las doscientas setenta mil defunciones, según estimaciones oficiales o más de quinientas mil, según las proyecciones menos conservadoras.


Este hecho y dato se prestará con toda seguridad para que candidatos y partidos se monten en alegatos sobre presumibles fraudes electorales, como la emisión de votos en ausencia, aun a pesar de que la ley es clara en este tema concreto al especificar que solo puede realizarse tal mediante una carta poder judicializada, es decir certificada por un juez del tribunal electoral correspondiente.

Raquetazos al sistema

Revisado todo lo anterior, hay dos reveses que los ciudadanos podríamos dar al sistema político imperante.
El primero de ellos es que todos salgamos a votar, aumentando notable y extraordinariamente el promedio de participación característico de las elecciones intermedias.
El segundo de ellos es todo lo contrario y que, en verdadero castigo, la mayoría aumentáremos la ausencia (abstención) o la anulación o el voto blanco a cotas inimaginadas ante la falta de opciones realistas. Eso sería tanto como darle la espalda al gobierno actual y a todos los partidos, ningunearlos como ellos han hecho con nosotros.
La pandemia, citando al clásico, «nos cayó como anillo al dedo». Aprovechemos estos indicio ya comentados y, al amparo de la sana distancia y la seguridad, contrario a lo que hago comúnmente, los insto a salir a votar como nunca antes o a, de plano, no salir a votar. Si lo primero, anulen marcando la frase emblemática "¡Al carajo!"; o voten en blanco, salvo en los casos en que las opciones en la boleta les resulten aceptables. Si nadie los convence, nadie los obliga ni motiva a votar por el menos peor, por lo que queda, por el malo por conocido en vez del bueno por conocer. ¡Ya basta! Tomemos en serio y hagamos valer la democracia, la misma que hizo llegar a México a la situación actual.
Votar o no votar, hoy, está ahí el verdadero dilema como nunca antes en nuestra historia.

Referencias

  • DW (2021). Cuando la injusticia social polariza (documental, 24 de marzo de 2021). Deutsche Welle. Alemania, 2021. Recuperado en 12 de mayo de 2021, en https://youtu.be/8sA7bRywTew (canal YouTube).
  • GOBIERNO DE MÉXICO (2021). Boletín estadístico sobre el exceos de mortalidad por todas las causas durante la emergencia por Covid-19, Núm. 11, Semana 6, del 7 al 13 de febrero de 2021. Recuperado en 21 de mayo de 2021, de https://coronavirus.gob.mx/wp-content/uploads/2021/03/Boleti%CC%81n_XI_Exceso_Mortalidad_SE6_MX_19Mar2021.pdf
  • HERNÁNDEZ, María Aidé. (2008). La democracia mexicana, presa de una cultura política con rasgos autoritarios. Revista mexicana de sociología70(2), 261-303. México, 2008. Recuperado en 11 de mayo de 2021, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-25032008000200002&lng=es&tlng=es.
  • INE (2016). Estudio censal sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2015. Instituto Nacional Electoral. Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica. México, 2019 Recuperado en 11 de mayo de 2021, de  http://biblioteca.diputados.gob.mx/janium/bv/ine/2016/estcen_parciu_elfed15.pdf.
  • INE (2019). Estudio muestral sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2018. Instituto Nacional Electoral. México, 2019. Recuperado en 11 de mayo de 2021, en https://centralelectoral.ine.mx/wp-content/uploads/2019/08/EMPC-2018.pdf.
  • INE (2020).Acuerdo del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, por el que se aptueba el Programa de Promoción de la Participación Ciudadana para el Proceso Electoral Concurrente 2021-2021 (Educación Electoral).. Instituto Nacional Electoral. México, 2020. Recuperado en 21 de mayo de 2021, en http://www.dof.gob.mx/2020/INE/CGord202009_30_ap_18.pdf

Entre estos y otros datos



PARA LOS INTERESADOS en las estadísticas de vacunación contra Covid-19 es importante echar un vistazo a la base de datos internacional que se va actualizando diario.

De acuerdo con esa información, las vacunas que se han venido aplicando en México son CanSino, Oxford/AstraZeneca, Pfizer/BioNTech, Sinovac, Sputnik V; el total de personas vacunadas en nuestro país al 26 de abril de 2021 es de 16'501,739.

Las cifras oficiales del gobierno enmascaran el dato presentando un porcentaje de vacunación sobre el total de la población mexicana. Y esos "otros datos" terminan por confundir al pueblo.

Conforme a los datos más recientes del INEGI (censo de 2020), la población total asciende a ciento veintiséis millones catorce mil veinticuatro personas, se nos ha dicho que ha sido vacunado el sesenta y seis por ciento de la población, lo que implicaría casi ochenta y dos millones. Lo que no se aclara es que ese porcentaje es relativo a la población en edades de riesgo, mayores de sesenta años y que además es un dato estimativo que previene el exceso de mortalidad acumulada, no necesariamente por causa del Covid-19.

Fuente: Coronavirus.gob.mx

Las mismas estadísticas del INEGI nos hacen ver que el año pasado y sin considerar los decesos ocasionados por efectos del Covid-19, la población mayor de 50 años ascendía a casi 28 millones de personas. De no haber fallecido ninguna por motivo de la pandemia, el rango de edades hasta ahora vacunado de más de sesenta años de edad implicaría el doce por ciento, es decir apenas poco más de tres millones de adultos mayores vacunados.


De acuerdo con las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins y las estimaciones registradas en sitios como Our World in Data o Statista, México ocupa el lugar quince en la cantidad de casos registrados con una cifra de dos millones trescientos treinta y tres mil ciento veintiséis contagios (no decesos) al momento de redactar este artículo, de los cuales, México ocupa el tercer lugar en decesos asociados al SARS-Covid-19 en alguna de sus mutaciones o variantes ya presentes en el país, con una cantidad de muertes de doscientos quince mil quinientos cuarenta y siete fallecimientos. Este dato por supuesto es global y no contempla detalles como grupos de edades, aunque sí localidades, lo que sí es factible de observar y leer en las páginas de cada país como es la del gobierno federal o las estatales.


En lo tocante al municipio de Naucalpan, lugar de mi interés particular por ser donde habito, la cantidad de decesos suma mil cincuenta y uno, el diez por ciento del total de casos registrados (11,224).

Es aún pronto para afinar las estadísticas mediante la discriminación documental de las actas de defunción, pero se estima que podrían estar infladas o desinfladas por distintos motivos que especulativamente se asocian a ineptitud, negligencia o corrupción (se han detectado certificados covid falsos, alteraciones de actas de defunción) sin contar los casos ocurridos mas no registrados por suceder los fallecimientos en localidades apartadas o en condiciones que pudieran haber dificultado recabar el dato, así que los números podrían ser tanto mayores como menores.

Pasarán años antes de que conozcamos los datos más certeros y, sobre todo, para que podamos determinar si la verdadera causa de muchos de esos decesos puede relacionarse directamente a los efectos del Covid-19 o si este solo aceleró procesos degenerativos prevalecientes, quizás ignotos, en las víctimas. Desafortunadamente solo podremos tener algunas pistas en la medida que pudieren hacerse más estudios forenses —lo que no ha ocurrido— y se mejoren los tests existentes.

Un tema aun no abordado en los medios de comunicación es el relativo a cómo las compañías aseguradoras han sido afectadas por la pandemia y si la circunstancia incidirá de alguna forma en sus políticas de aseguramiento en beneficio de sus asegurados.

Hasta tres días antes de redactar estas líneas y de acuerdo con la información oficial del gobierno, México ha recibido un total de veintidós millones ciento diez mil ochocientas ochenta y cinco vacunas vacunas. Dado que la primera etapa en la agenda gubernamental ha contemplado la vacunación de los ciudadanos mayores de sesenta años, y leyendo los datos ya expuestos, resultaría que solo ese grupo de edad se corresponde con el empleo de casi el 14% de las vacunas recibidas. Una de tres, o estoy leyendo mal los datos y calculando erróneamente, o aun no avanza la vacunación de la manera esperada (tómese en cuenta que las vacunas recibidas implican en algunos casos solo la primera dosis), o hay grupos vacunados en otros grupos de edades que nos están alterando los datos (caso de los maestros en Campeche y otras entidades, los "servidores de la nación", y parte del personal de salud y militar, funcionarios públicos). ¿Y qué hay de los datos faltantes de aquellos ciudadanos que, teniendo posibilidades económicas han optado incluso por viajar al extranjero para vacunarse, tenemos en el analista Ángel Verdugo un claro ¿grosero? ejemplo. Ellos no cuentan en las estadísticas mexicanas, pero sí en las del país al que hayan acudido (en su mayoría, EE.UU.).

Entre estos y otros datos, la confusión no se hace esperar. Como decía mi abuelo, tiempo al tiempo. Una cosa es cierta, la inmediatez de la información es una ventaja total si comparamos esta pandemia con otras anteriores.

Transformación hacia una intelligentia de cuarta


ERA DE LA OPINIÓN... de que la inteligencia era algo más que una élite de supuestos pensadores.

Hoy, veo la reciente declaración de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador acerca de que solo diez intelectuales han apoyado a su ¿famosa o infame? Cuarta Transformación. ¡Ay!, ¡De verdad! No sé si reír, llorar, o sentarme como el Pensador de Rodin en actitud intelectual.

El presidente en su acostumbrada, diaria y ya fastidiosa "mañanera" donde supuestamente informa a la ciudadanía sobre el estado que guarda la nación (lo cual es discutible), al quejarse y chillar una vez más al no soportar las críticas de quienes analizamos el desempeño de su actual gobierno, arremetió para no variar en contra de todos los que, a su entender, no lo entienden (¡pobrecito incomprendido!), le tienen tirria y miran con recelo opositor.

Entre esos, periodistas e intelectuales como Roger Bartra, que nos hemos atrevido a señalar desde nuestras particulares y humildes trincheras tanto lo positivo (muy poco por ahora) como lo negativo de su gobierno y su administración; o peor si nos hemos atrevido a afirmar que el peligro de albergar esperanzas radica en la desilusión que sigue cuando las expectativas no son siquiera mínimamente satisfechas, cosa que le está pasando a muchos mexicanos conscientes de la realidad del país y del mundo. Entre esos, decía, extrajo una lista que, desde su punto de vista, han sido los pocos diez "intelectuales" que lo han apoyado: Elena Poniatowska, Lorenzo Meyer, Enrique Galván, Fabrizio Mejía, Pedro Miguel, Damián Alcázar, los hermanos Bichir, Epigmenio Ibarra, los moneros Hernández, Helguera, "El Fisgón", así como los fallecidos Carlos Monsivaís, José María Pérez Gay, Fernando del Paso, Sergio Pitol y Hugo Gutiérrez Vega.

Una revisión detenida de esa lista mueve a risa condescendiente.

A ver, a varios de los mencionados los he conocido personalmente desde mi adolescencia y puedo afirmar que de la lista dada por el presidente solo dos entran ciento por ciento en la categoría de intelectuales. Los demás, y que me perdonen algunos que estimo mucho y con los que he tenido relación personal, solo son profesionales en lo suyo y excelentes, nada más. Eso no quita, por supuesto, que tengan derecho a opinar sobre los asuntos de su incumbencia como mexicanos (salvo Epigmenio Ibarra que es oriundo de Guatemala), pero de ahí a etiquetarlos como "intelectuales"... ¿Quizás estamos también frente a uno más de los embates de AMLO para derruir hasta los cimientos institucionales de lo conocido? Porque la intelligentia mexicana era considerada una "institución", aun cuando a ojos de algunos tan decadente como el sistema y la sociedad que la soporta. ¿Deberemos repensar y redefinir qué es y quienes caben en la categoría de "intelectual" o forman la llamada pedantemente intelligentia?

Si nos vamos a una definición básica de intelectual en el sentido de aquella persona que piensa, bueno, pues todos los ciudadanos del mundo somos intelectuales, efectuamos un ejercicio intelectual al momento de pensar sobre cualquier tema. En este sentido, son muchos más de diez intelectuales los que apoyan la 4T, todos esos más de treinta millones de votantes que favorecieron a MORENA y a AMLO gracias y en virtud a una democracia de la cual el INE ha sido garante por lo que, dispararle al INE es tanto como darse un balazo en la pata. Y ya sabemos que eso se le da con facilidad a AMLO, solo recordemos el triste caso del accidente con el cual cobró la vida de su hermano, allá en su tierra natal Tabasco. Así que, no le presten la pistola, no sea que se le salga el tiro y mate a la nación entera, empezando por la intelectualidad.

Si nos vamos a la definición ilustrada (el concepto nació justo en la época de la Ilustración, al filito del final del Renacimiento, donde pensadores, en su mayoría filósofos y escritores, escasos artistas), entonces nos encontramos con que el intelectual es aquel pensador profesional, al estilo socrático, con interés y capacidad para el análisis y examen críticos de los temas de su especialidad, primero, pero también de aquellos que de forma erudita puede abarcar como ávido lector o creador y que inciden de un modo u otro en la vida, el desarrollo de la sociedad y sus componentes, pero no solo eso sino que además es un proveedor de ideas y argumentos con potencial para el trazo de soluciones de la más diversa índole en la ciencia, la milicia, la academia, las artes, la política, la economía, etcétera.

En este sentido, teniendo como referencia a pensadores como Denis Diderot, René Descartes, Voltaire, Rousseau, entre muchos más, el intelectual es un miembro fundamental de la corte, uno que puede, siguiendo la propuesta de Umberto Eco, o estar integrado o ser apocalíptico en sus apreciaciones y censuras, motivo por el cual algunos pueden rayar en la pedantería y la megalomanía abrogándose como detentadores no solo de la razón sino de la verdad, dando incluso, llegados a un extremo, elementos racionales perniciosos capaces de crear monstruosidades, como aquel tergiversado dicho de "el Estado soy Yo" atribuido a un adolescente Rey "Sol" Luis XIV de Francia, que acabaron diluyéndose en una visión existencialista para explicar al yo y su circunstancia.

Si lo primero, como integrado, sostenido y quizás mantenido por el estatus quo, puede volverse permisivo y en su decir y hacer acaba justificando el estado de las cosas, siendo asimilado por los intereses de sus respectivos mecenas. Si lo segundo, apocalíptico, desarrolla su obra aun a contrapelo del establishment, procurando una regular independencia y atajando los temas desde "fuera de la caja del arenero". Con el tiempo, al primero lo encasillaríamos como el "intelectual orgánico", al segundo como el "intelectual revolucionario" y darían pie esta separación a las ideas de pensadores de izquierda, derecha y centro, como etiquetas maniqueas heredadas de la Primera República francesa. Unos y otros, al final de cuentas tarde o temprano acaban superponiendo o intercambiando sus adjetivos en función del poder en turno de manera que el intelectual revolucionario de hoy acaba como orgánico mañana y viceversa.

Modernamente, en el siglo XX, estos dos últimos conceptos se prestaron para etiquetar a las rémoras del sistema o a las hienas dispuestas a hacer carroña de lo establecido. Entonces surgió una tercera opción, sobre todo a partir de la Primera Guerra Mundial. La de los intelectuales entendidos como agentes independientes y autónomos del cambio, dispuestos a hacer de sus habilidades y talentos el fundamento de su empresa, de aliarse con otros pensadores de distintos campos y a convertirse en "vacas sagradas" cuyos dichos y hechos, sus obras, se convirtieran en referente orientador de la opinión académica o pública, de las políticas gubernamentales, de las tendencias estéticas. Y ahí se generaron y diseminaron nichos de creadores críticos o acríticos, algunos inclinados hacia un pensamiento socialista, otros abrevando del capitalismo, todos hallando en su senda los recursos y técnicas persuasivas para catapultarlos en el ánimo público como celebridades más allá de toda duda razonable.

Así, las genialidades, algunas discutibles, dieron lugar a una fragmentación, ubicando a unos intelectuales en la circunstancia de "potentados del pensamiento" y a otros en la categoría de "escoria antisistema" y no faltan los que son simplemente... gente esnob. De uno y otro lado también se dieron los extremos contraculturales; pero que, al cabo, con el vaivén de las cosas, terminaron igualmente absorbidos por ese mismo sistema en tela de juicio.

La lista del presidente, por sí sola, es injusta para los omitidos que son muchos. De los enlistados y aun con vida, Elena Poniatowska ya mostró en dos ocasiones su inconformidad con la forma de gobernar de AMLO y la 4T. Cabe preguntarnos si la declaración no encierra un reconocimiento estúpido de la negación presidencial a escuchar o si es el indicio de la supina soledad que caracteriza al cargo y que empieza a minar y desgastarlo.

De los enlistados y los omitidos, varios ya se pronunciaron contrarios a los intereses del presidente y su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), y muchos estuvieron de su lado al comienzo aun habiendo sido favorecidos por los regímenes previos con las becas y financiamientos alegados por AMLO como instrumentos de cooptación del pensar, como si solo el dinero tuviera el poder coactivo para vendar los ojos.

Cuando contrasto lo hecho, logrado, por la intelectualidad en años pasados con lo hecho, logrado por la que hoy se erige como tal, no puedo sino lamentarme por la decadencia que hoy campea. Porque además, hoy el público se siente en condiciones de, por medio de las redes sociales, descalificar a cualquiera que se ostente como intelectual, lo sea o no. Porque, en la era de la opinioncracia, todos aportan ideas, chuecas o derechas, todos piensan, bien o mal, con o sin método y todos execran del otro que ose mostrarse como experto, especialista o fósil erudito. Hoy, el conocimiento da el poder, pero el saber... El saber ya es cosa propia del imperio de #OtrosDatos.