Aprobada en lo general la minuta de la Ley de Seguridad

Viéndolo desde mi perspectiva como escritor y poeta, además de comunicólogo, ni modo de hacerse loco como el monje.

La "palabra" que defiende el poeta Javier Sicilia que encabeza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad no es la misma en que se emplean los políticos.

La "palabra" de los políticos nada tiene que ver con la honra de nada y sí en cambio es fundamento de la confusión y la conveniencia. Convenir y negociar políticamente, aún siendo en estricto sentido un acto poético, no lleva a construir un poema pedagógico capaz de transformar las instituciones de un plumazo. Si bien constitucionalmente todo ciudadano, todo mexicano puede en su derecho introducir al congreso proyectos de iniciativas de ley, es claro que el desconocimiento de los procesos y procedimientos y métodos legislativos hace la diferencia entre ser tomado en cuenta o acabar en el archivo de iniciativas nonatas.

Primero que nada, Javier Sicilia no es político, sino poeta; y, aún más importante, es un padre agobiado por el duelo. Los psicólogos y tanatólogos recomiendan a los dolientes que al menos durante un año no intervengan o eviten la toma de decisiones importantes. Es loable (a mí me sucedió igual cuando intervine en mi comunidad con respecto al Viaducto Bicentenario) el esfuerzo de dar la cara a la sociedad y a la vida cuando el dolor de la pérdida es inmenso. Pero ese es un factor para que, bien o mal asesorado, Javier tenga cuidado de sus decisiones. Vaclav Havel movió a Polonia más por el cuidado de su palabras, que por el cuidado de sus política; pero ya en el gobierno hubo de invertir los términos.

Los poetas nos entendemos transformadores, mientras los políticos como planificadores; entre ambos falta la labor poética de los ejecutores y estos, muchas veces son los que terminan distorsionando las palabras de unos y las ideas de otros.

Encuentra los errores

Enseguida te proporcionamos un conjunto de imágenes de un promocional. Anuncia un juego interactivo e invita a participar en el mismo. El juego se desarrollará, tras una "selección" de jugadores, dentro de la conocida red social y juego virtual Second Life. El anuncio, conformado por una página web completa, aparece en el momento cuando el usuario o internauta hace clic en el respectivo banner incluido en la sección de anuncios de Facebook. Para no variar, vaya más que como entretenimiento, el reto de encontrar los errores en el empleo del lenguaje textual (principalmente) por parte del grupo de creadores (diseñador, publicista, etc.) de dicho anuncio. Ya te hemos dado una ayudadita. Si necesitas ver mejor las imágenes, sólo haz clic en cada cual para ampliarla.



LA MANO QUE MECE LA DEMOCRACIA

A veces abrir un Paréntesis no es cosa sencilla. En ocasiones lo difícil es cerrarlo. Hoy no quisiera calzar los coturnos de los griegos, pero tampoco formar parte del corifeo que declama desesperadamente versos de la anarquía. No quisiera intervenir en la comedia democrática, pero tampoco pretendo ser simplemente espectador de la tragedia que se cierne cuando la necesidad asoma. Y, sin embargo...



Más de una vez he escuchado y leído a distintas personas decir que los sucesos en países muy alejados del nuestro no inciden notoriamente en nuestro diario acontecer. Es sabido también que es un principio periodístico que la distancia de un hecho respecto de los espectadores determina en buena medida su relevancia noticiosa. En lo personal soy de los que piensan desde hace muchos años, aplicando una mentalidad bajo el enfoque de sistemas, que aún por muy difuminada que pueda parecer la influencia de algo, lo peor que puede uno hacer es restarle importancia.

No estoy hablando de los huracanes que puede "formar" el aleteo de una mariposa, pero por ahí va la idea. Lo que ha venido ocurriendo en Grecia, con la economía griega, no es para echarse en saco roto, toda vez que, aún desde antes de formarse la Comunidad Europea, la interrelación comercial y las ligas financieras entre los países, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX, han demostrado que los "catarritos" no existen más que como primigenios indicios de enfermedades que deben ser controladas antes de que desestabilicen todo el sistema inmunitario de un conglomerado de personas, instituciones o sociedades. La decisión de efectuar el "rescate" económico de Grecia so pena y menoscabo aparente de su soberanía de nuevo coloca este tema, la soberanía, en el centro de la discusión, por más que haya analistas que no le den la importancia que merece.

Tampoco, al mencionar lo anterior, me enfilo a apuntar entre paréntesis una defensa a ultranza de la soberanía; quizá todo lo contrario. Revisar seria y concienzudamente el concepto a la luz de las interrelaciones de todo tipo que hoy unen a todos los países, los grandotes y los chiquitos (parafraseando a Cri-Cri), cada vez se hace más necesario e imperativo, pues en él descansa buena parte de la seguridad de cada individuo y sus decisiones diarias.

Soberanos pendejos seríamos si no hiciéramos caso de las señales de la Historia para no cometer los errores del pasado. Soberanos imbéciles seríamos si no atendiéramos el corte a modo de las barbas del vecino para meter las nuestras a remojo. Soberanos estúpidos seríamos si no fuéramos autónomos e independientes, por ejemplo, de Estados Unidos. Y esto que ya suena a sorna... aquí entre paréntesis, lo es. Porque más de uno somos exactamente lo dicho o exactamente creemos ser todo lo contrario. En esa sutil diferencia radica que el día de mañana el Bordo de Xochiaca no se desborde nuevamente para malestar más de los vecinos que de candidatos a gobernadores, o que pasado mañana los fantasmas de nuestros temores más diversos se acerquen a la cuna de nuestras democracias para mecerla amorosa o lascivamente.

Apliquemos esta "teoría" a las recientes elecciones locales de México y entenderemos por qué y cómo el remojón (no por causa exclusiva de las lluvias) que el desencanto democrático conlleva pudo suponer el triunfo o la derrota de candidatos convertidos en "de-batidos" personajes de una comedia mexicana con riesgosas aspiraciones de traducirse en una tragedia griega. Sencillamente las escenas estaban escritas por autores más interesados en su vanagloria personal que en la utilidad catártica que para cualquiera significa el acto de decidir.

Entre los Dardanelos (que tanto preocupaban a Winston Churchill) y el Gran Canal del Desagüe, las implicaciones económicas, políticas y sociales de verse ahogado como Ío son, para cada cual, el leitmotiv que justifica el mutis discreto o el corrimiento del telón de las circunstancias. Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador sometieron a concurso sus talentos dramáticos en el escenario del Estado de México. El ganador que hoy ciñe su cabeza con la lureóla no es precisamente el poeta Javier Sicila, sino un chapeado actor de maneras afectadas por exageradamente declamatorias de nombre Eruviel Ávila. Los ríos de Baco corren cargados de desechos por el Bordo de Xochiaca, anegando con descontento la cuna de la democracia; y el carnero ciudadano se haya desprovisto de su cornamenta de la abundancia.

¿Rebuscado? Bueno, dicho entre Paréntesis, es otra forma de afirmar cuán jodidos nos encontramos.