El conocimiento es el mensaje

Imagen de Arek Socha en Pixabay 

TENEMOS ENTENDIDO, siguiendo la teoría de Marshal MacLuhan que el medio es el mensaje y, en un extremo irónico, el medio es el masaje. Y nunca han sido más ciertas ambas máximas que durante el tiempo de la pandemia de covid-19 y aún hoy.

Ya en artículos pasados había abordado el tema de cómo el problema de la difusión de las noticias falsas no radica solo en las redes sociales, los medios o quienes somos profesionales de la comunicación. Incluso señalé que tampoco se debe culpar a la gente cada vez más prosumidora que consumidora de contenidos; que había de comprenderse y hacer comprender al público la dinámica retórica tras el intercambio de información y el doble fenómeno de la naturalización y la desnaturalización de los mensajes y sus contextos, los que con mucha frecuencia son trastocados por el afán de protagonismo, la obtención de rating, ascenso en el ranking; lo que significa mayores proyección, alcance y difusión de las ideas, asimismo el consecuente y esperado incentivo del beneficio monetario y de prestigio por parte de las plataformas de publicación para los creadores.

A título personal, mucho de lo que se comentará en estas líneas ha sido factor de mi aparente defección de la academia en mi ramo como comunicólogo desde hace años para propender mejor hacia un trabajo, no por ser más libre suponerse menos riguroso en el método, y aun cuando eso implique terminar "ninguneado" por los pares que ven con suspicacia y distancia los hallazgos, propuestas, hipótesis, teorías o modelos que haya podido o pudiere desarrollar y promover desde mi particular y aislada trinchera limitada en recursos.

A esta práctica por sobresalir en los medios digitales se le conoce mercadológicamente como clickbait y no es en nada distinto de la técnica del encabezamiento empleada por décadas en el periodismo y la publicidad. Una técnica que utiliza extractos del texto o bajadas, enunciados sintéticos o balazos, imágenes y colores llamativos y una redacción emotiva en los titulares primarios y secundarios, una más o menos informativa en el primer párrafo para darles valor de "carnada" con la que "pique" el interés del público lector o auditorio, los que pueden decidir entre considerarse informados con solo un vistazo o sentir la necesidad de abundar en el resto del contenido ampliando así su permanencia y por lo tanto mejorando las estadísticas de tráfico, quizás incluso compartir lo leído incidiendo de esta manera en un efecto multiplicador.

El objetivo de estos enlaces llamativos es apelar a la curiosidad del usuario que acabará haciendo clic en el titular, porque le generará tanta curiosidad que no podrá evitarlo (ESIC, 2019).

El problema con esta técnica es que más pronto que tarde pierde efectividad y los creadores de contenido se ven forzados a parar de cabeza los recursos creativos para mantenerse en la lucha por la atención de sus lectores, suscriptores, visitantes asiduos o esporádicos, y determinar los temas no necesariamente más relevantes empero más motivadores. De ahí que abunden bodrios mezclados con garbanzos de a libra y se erijan en autoridades auténticos badulaques.

Para que el algoritmo de YouTube, por ejemplo, permita la ubicación destacada de los contenidos en esa acérrima competición de los creadores o difusores, sean grandes corporaciones de medios o simples diletantes ascendidos por el gusto popular en líderes de opinión o influencers; para que eso suceda, decía, estos deben muchas veces recurrir a fórmulas sensacionalistas capaces de provocar en el usuario la atracción y el interés.

Ello aunado a una preocupación por la duración de los contenidos que se ha reducido de largos documentales a efímeras historias de unos pocos segundos con valor de ocurrencias, explica que incluso la divulgación científica haya decaído de la presentación acartonada a la divertida, y más recientemente a la por completo amarillista con tal de conseguir un mínimo de vistas, visitas, comentarios y señales de agrado, en un ejercicio de grosera subestimación de la inteligencia del público no científico al que se le toma como infantes estúpidos y perezosos cuyas opiniones, hasta eso, si no son del agrado del creador o la plataforma que lo sostiene, corren riesgo de ser bloqueadas por una censura chabacana.

Por supuesto que los consumidores no están del todo exentos de culpa en este proceso, ávidos como están de lo fácil de digerir, de lo pronto y expedito, de lo desechable.

Tal actitud la notamos en cualquiera de las ciencias exactas o sociales, e incluso en las humanidades y es reflejo de la cerrazón que caracteriza a los círculos especializados cada vez más refractarios a la pretensión de compartir el conocimiento haciéndolo asequible para cualquiera. Esto ha redundado en el abaratamiento o, peor, en la distorsión informativa abonando a la llamada "infodemia".

Algunas de las afirmaciones de Renstrom no son nuevas, se conocen desde que comenzaron los estudios sobre el fenómeno comunicativo hacia la década de los treintas del siglo pasado y dieron pie a diversas teorías como la de usos y gratificaciones (Wikipedia, 2021), lo que revela la manifiesta lentitud del desarrollo social comparado con la evolución tecnológica.

De cómo la ciencia insufla la desinformación

Recientemente el sitio sobre temas de comunicación Niemann publicó un artículo crítico (Renstrom, 2022) que, desde la perspectiva del análisis científico deja mal parados a los propios científicos y debería mover a la reflexión a ellos tanto como al público mismo interesado por hacerse con el conocimiento necesario para comprender el mundo, la naturaleza y tomar decisiones de relevante incidencia sobre sus vidas.

No hago esto con frecuencia, pero dada la importancia de lo analizado en la publicación de la autoría de Joelle Renstrom enseguida comparto fragmentos traducidos del texto, el cual refiere que [traducción, corrección, edición, énfasis y adiciones mías]:

Tendemos a culpar del exceso de desinformación en la ciencia a las redes sociales y las noticias, pero el problema a menudo comienza con la propia empresa científica.

Muchos científicos culpan a las redes sociales por la proliferación de falsedades relacionadas con el covid, desde la sugerencia de que el covid podría tratarse bebiendo desinfectantes [(Santoñito Anacoreta, 2020)] hasta la insistencia en que las máscaras no ayudan a prevenir la transmisión. De hecho, Facebook, Twitter, TikTok y otras plataformas han propagado información errónea peligrosa. Sin embargo, las redes sociales son un síntoma del problema más que la causa. La malinformación y la desinformación a menudo comienzan con los propios científicos.

Las instituciones [educativas, laboratorios privados o gubernamentales] a menudo incentivan a los científicos que buscan la titularidad para que se centren en la cantidad en lugar de la calidad de las publicaciones y exageren los resultados del estudio más allá de los límites del análisis riguroso. Las propias revistas científicas pueden aumentar sus ingresos cuando son más leídas. Por lo tanto, algunas revistas pueden aprovechar las presentaciones con títulos jugosos que atraerán a los lectores. Al mismo tiempo, muchos artículos científicos contienen más jerga que nunca, lo que fomenta la mala interpretación, el giro político y una disminución de la confianza pública en el proceso científico. Abordar la desinformación científica requiere cambios de arriba hacia abajo para promover la precisión y la accesibilidad, comenzando con los científicos y el proceso de publicación científica en sí.

En este nuevo mundo, las revistas científicas y los científicos compiten por los clics al igual que las publicaciones [noticiosas o de otro tipo]. Los artículos que más se descargan, leen y comparten reciben un alto "factor de impacto" o puntuación de atención de Altmetric*. Los estudios muestran que es más probable que las personas lean y compartan artículos con títulos breves, redactados de manera positiva o que invoquen emociones.

“Muchos [científicos] deben lograr ciertas métricas para progresar en su carrera, obtener fondos o incluso mantener sus trabajos”, dijo el médico candidato e investigador Benjamin Freeling de la Universidad de Adelaide, quien fue el autor principal de un estudio sobre el tema, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences en 2019. “Hay menos espacio para que un científico trabaje en una cuestión científica de inmensa importancia para la humanidad si esa pregunta no conduce a una cantidad particular de publicaciones y citas”, escribió en un correo electrónico. Valorar la exposición por encima del proceso científico incentiva prácticas descuidadas y poco éticas y demuestra la Ley del economista británico Charles Goodhart: “Cuando una medida se convierte en un objetivo, deja de ser una buena medida”.

El científico de datos de la Universidad de Washington, Jevin West, que estudia la difusión de información errónea, dice que las oficinas de relaciones públicas de las universidades, en tanto responsables de los comunicados de prensa y otras interacciones con los medios “también juegan un papel en la maquinaria publicitaria.

La mayoría de los lectores, incluidos los periodistas, no pueden discernir la calidad de la ciencia. Sin embargo, "la comunidad editorial tarda una eternidad en proporcionar pancartas en los artículos originales" para indicar que "es posible que no lleguen a la conclusión que piensan los lectores", dice West. Las afirmaciones provisionales o sin fundamento pueden tener profundos impactos sociales. West hace referencia a una carta de un párrafo escrita por dos médicos y publicada en el New England Journal of Medicine en 1980, que considera en gran medida responsable de la actual crisis de opioides. Los autores afirmaron que “la adicción es poco común en pacientes tratados con narcóticos”, pero no proporcionaron evidencia de respaldo.

Las impresiones previas [de artículos científicos] representaron aproximadamente el 25% de los estudios relacionados con Covid-19 publicados en 2020. De [esas impresiones previas], el 29% se citó al menos una vez en los principales artículos de noticias. Tomemos el ejemplo infame de la ivermectina, un fármaco desarrollado para el tratamiento de infecciones parasitarias. Una preimpresión que promociona su eficacia en el tratamiento de pacientes con covid-19 apareció en el servidor de la Red de Investigación de Ciencias Sociales (SSRN) en abril de 2021, lo que provocó un interés generalizado y la aprobación del medicamento, incluso por parte de los gobiernos de Bolivia, Brasil y Perú [asimismo el de la capital de México, donde se efectuó un experimento autorizado por la científica y alcaldesa Claudia Sheinbaum (Mora, 2022), (Etcétera, 2022)]. A medida que las personas comenzaron a tomar ivermectina para tratar o prevenir el covid-19, los científicos expresaron su preocupación por los datos utilizados en la preimpresión: datos proporcionados por Surgisphere, una empresa de análisis de atención médica cuyos datos poco confiables anteriormente había dado lugar a retractaciones de artículos en The Lancet y The New England Journal of Medicine. [(Seibt, 2020)] El documento se eliminó de SSRN y, poco después, Surgisphere cerró su sitio web y desapareció.

Muchos reporteros no distinguen entre impresiones previas no examinadas y artículos publicados formalmente; para los detectives casuales de la web, los dos pueden parecer casi iguales. Cuando los hallazgos sin fundamento guían los comportamientos y las políticas personales, incluso un pequeño número de estudios defectuosos puede tener un impacto significativo. Un equipo de investigadores internacionales descubrió que cuando los resultados del primer borrador se comparten ampliamente, "puede ser muy difícil 'desaprender' lo que pensamos que era cierto", incluso cuando los borradores se modifican más adelante.

Desaprender las falsedades es especialmente desafiante dado el ciclo de noticias sobresaturado de hoy. Los agregadores de noticias en línea sindican publicaciones locales y nacionales y presentan a los lectores un aluvión interminable de información a través de notificaciones y correos electrónicos. En este contexto, no sorprende que los lectores tiendan a hacer clic en titulares y artículos llamativos que confirman sus creencias preexistentes. “La ciencia está integrada en un ecosistema de información que fomenta el clickbait y facilita el sesgo de confirmación”, dice West.

Y cuando las personas intentan explorar la investigación detrás de los titulares, se topan con barreras: los artículos científicos son cada vez más difíciles de entender, ya que los investigadores los llenan de más jerga que nunca. Un grupo de investigadores suecos que evaluaron resúmenes científicos escritos entre 1881 y 2015 encontraron una disminución constante en la legibilidad con el tiempo. Para 2015, más del 20% de los resúmenes científicos requerían un nivel de lectura posterior a la universidad. Un gran problema es el uso intensivo de siglas; a partir de 2019, el 73% de los resúmenes científicos los contenían. Los propios científicos a veces evitan citar artículos llenos de jerga porque ni siquiera ellos pueden analizarla con confianza. Todos hemos oído hablar de "legalese"**, pero "science-ese" puede ser igualmente inescrutable y alienante para los lectores.

Abordar el problema de la desinformación impulsada por la ciencia requerirá una "reestructuración profunda de cómo funciona la 'industria' de la ciencia", dice Benjamin Freeling. Una recomendación es que las revistas ayuden a los lectores a ver la preimpresión como un trabajo en progreso, no como el resultado final.

Los científicos también pueden comunicarse de manera más efectiva con el público aprovechando las redes sociales. La ecologista de agua dulce Lauren Kuehne, cuyo trabajo incluye una devoción por la comunicación científica, aboga por publicaciones informativas en blogs, hilos de Twitter, videos de TikTok y charlas públicas para construir relaciones. Pero la comunicación abierta tiene sus propios problemas, especialmente equilibrar el deseo de influencia con la confiabilidad. […] Dice Kuehne[:] "hace 10 años, el debate giraba en torno a si los científicos deberían dedicar su tiempo a relacionarse con el público", mientras que ahora la pregunta no es "si es importante, sino cómo hacerlo".

La participación pública directa es la mejor manera de ayudar a las personas [no científicas] a comprender que incluso los hechos científicos más canonizados alguna vez estuvieron sujetos a debate. Hacer que el proceso científico sea más transparente expondrá fallas e incluso puede generar controversia, pero en última instancia permitirá a los científicos fortalecer los mecanismos de corrección de errores y generar confianza pública.


*Altmetric: sitio especializado en medir estadísticamente los ratings de las publicaciones y las investigaciones científicas

**Legalese: lenguaje usado por abogados y en documentos legales que es dificil de comprender por la gente ordinaria (Cambridge University Press, 2022). En español se traduce por galimatías.

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Referencias

  • Seibt, S. (2020, June 8). Covid-19: "La extraña empresa detrás del cambio de opinión de la OMS sobre la Hidroxicloroquina". France24. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.france24.com/es/20200608-cambio-opinion-oms-hidroxicloroquina-surgisphere
  • Mora, K. (2022, February 8). "Claudia Sheinbaum habla sobre el caso Ivermectina en CDMX" - El Sol de México | Noticias, Deportes, Gossip, Columnas. El Sol de México. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.elsoldemexico.com.mx/metropoli/cdmx/claudia-sheinbaum-habla-sobre-el-caso-ivermectina-en-cdmx-7835866.html
  • Etcétera, R. (2022, February 23). "Sheinbaum 'experimento' uso de ivermectina en población: BMJ". Etcetera. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.etcetera.com.mx/nacional/sheinbaum-experimento-ivermectina-en-poblacion-de-la-cdmx-british-medical-journal/
  • Renstrom, J. (2022, June 9). "How science helps fuel a culture of misinformation" | Nieman Journalism Lab. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.niemanlab.org/2022/06/how-science-helps-fuel-a-culture-of-misinformation/?utm_source=Weekly+Lab+email+list&utm_campaign=bce7cb7a30-weeklylabemail&utm_medium=email&utm_term=0_8a261fca99-bce7cb7a30-392034301
  • ESIC Business & Marketing School.. (2019, November 1). "¿Qué es el clickbait y cómo usarlo de forma correcta?" | ESIC. Esic. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://www.esic.edu/rethink/marketing-y-comunicacion/que-es-el-clickbait-y-como-usarlo-de-forma-correcta#:~:text=El%20clickbait%20(pronunciaci%C3%B3n%20en%20ingl%C3%A9s,generar%20ingresos%20publicitarios%2C%20especialmente%20a
  • Santoñito Anacoreta, *. (2017, June 5). "Datos de boca en boca" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2017/06/datos-de-boca-e-boca.html
  • Santoñito Anacoreta, *. (2021, December 27). "Lenguaracias de la pandemia" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2021/12/lenguaracias-de-la-pandemia.html
  • Santoñito Anacoreta, *. (2022, January 17). "Esa casa de los espejos que son las redes sociales" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2022/01/esa-casa-de-los-espejos-que-son-las.html
  • Santoñito Anacoreta, *. "Información tóxica" | Indicios Metropolitanos. https://indiciosmetropolitanos.blogspot.com/2020/07/informacion-toxica.html
  • Wikipedia, Colaboradores de. "Teoría de usos y gratificaciones". (2021, 4 de febrero). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 00:15, junio 12, 2022 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Teor%C3%ADa_de_usos_y_gratificaciones&oldid=132957150.
  • Cambridge University Press,  (2022, June 11). Significado de LEGALESE en el Diccionario Cambridge inglés. Recuperado el 11 de junio de 2022 desde: https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/legalese


Elecciones 2022: Gana el abstencionismo


Si bien al momento de escribir estas líneas aún no concluyen los conteos oficiales, una primera conclusión a partir de los datos preliminares de las elecciones en seis estados de la república: Aguascalientes, Hidalgo, Durango, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas arroja que de de las seis entidades, cuatro fueron ganadas por coaliciones que incluyeron a MORENA, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador (Tamaulipas, Oaxaca, Hidalgo y Quintana Roo), mientras solo dos estados (Aguascalientes y Durango) fueron ganados por la oposición representada por la coalición PRI-PAN-PRD.

Pero, hay otras conclusiones que podemos sacar de estas elecciones locales:

  1. Ningún partido puede ganar solo, ni el partido en el poder ni ninguno de la oposición, por lo que el sistema de partidos queda revelado en su gigantesca debilidad estructural e institucional, por lo que se impone una reconfiguración total del sistema político que sustenta a la democracia mexicana.
  2. De nuevo, la gran perdedora fue la democracia desde la perspectiva de la participación ciudadana, la que ha rondado en promedio el 44%. El estado donde más participación se registró fue Tamaulipas, con casi el 51%, mientras el de menor participación fue Oaxaca, con 37%. Eso significa un abstencionismo del 56% en promedio.
  3. Parece que los pronósticos anticipados del dirigente del PAN, Marco Cortés, resultaron acertados a pesar de las críticas que recibiera en su momento. ¿Gran intuición del dirigente o pragmática perspicacia?
  4. El abstencionismo no significó una novedad en su monto, pero tras la malhadada experiencia de la revocación de mandato hoy debe verse como un franco y honesto modo de expresión ciudadana que exige ser redefinido en el marco de la ley para propiciar una mayor legitimidad de los votados, porque a final de cuentas significa que ya sea en una entidad o en la nación entera los mexicanos terminamos siendo gobernados por los afanes de una minoría legal, sí, pero no representativa.
  5. La representatividad en las Cámaras legislativas, con estos resultados, cambiarán el panorama de fuerzas y contrapesos, inclinando un poco más la balanza del lado del poder federal.

¿Veremos mañana al presidente felicitando otra vez al crimen organizado por su "buen comportamiento" como en las elecciones de 2021? ¿Estos resultados congraciarán al gobierno federal con el INE o, envalentonados por los nuevos triunfos, los morenistas enfilarán más virulentos ataques para minar al instituto y su autonomía?

La gran derrotada es la sensatez. Los triunfadores, el fastidio y el descrédito.

Una carta de amor al planeta

David Agustín Belgodere "Bogus", Regidor panista en Naucalpan.
Foto: Extracto del fragmento de video subido por el regidor
a Facebook

ERA DE LA OPINIÓN… de que partidos como el PAN y sus miembros bateaban de derecha. Pero…

Atiendo con detenimiento un fragmento del video que contiene parte de la participación del regidor "Bogus" durante la sesión de cabildo del tres de junio y me declaro sorprendido. Vamos por partes.

El regidor David Agustín Belgodere, en el minuto 7:08 de su exposición de motivos para promover la firma de adhesión por parte del gobierno municipal a la "Carta de la Tierra", afirmó en especial que el tema relativo al fortalecimiento de las familias es un punto que "teorías globalistas" han pasado por alto. Si bien entiendo el énfasis puesto por el regidor, me pregunto si no será que estamos ante un panista zurdo, por aquello de su crítica trasnochada al globalismo más propio del discurso progresista de las izquierdas. Además de que se equivoca de cabo a rabo como bien demuestran los académicos [(Jaramillo Pérez et al., 2015), (Sánchez Lorenzo, 2011), (Schooyans, 2013), (Martin y Schumann, 1999)] pues el tema de la familia ha sido central en las teorías sobre la globalización.

Me explico. En primer lugar, la "Carta de la Tierra", con todas las bondades éticas que la definen, no nos dejemos engañar, es parte y fundamento desde su creación en 1987 de una serie de foros y esfuerzos como el Foro de Río y la Agenda 2030 de la UNESCO entre cuyos objetivos centrales está crear conciencia acerca de la necesidad de establecer nuevas normas sociales, políticas, técnológicas, económicas, pedagógicas e incluso morales para guiar la transición planetaria hacia el desarrollo sostenible.

Estos foros e iniciativas, aunque loables, han ocasionado polémica incluso en nuestro Naucalpan, sin ir más lejos, al incidir en el afán por implementar el discutido Plan de Desarrollo Urbano Municipal (PDUM) sobre el que he escrito ya más de una vez aquí advirtiendo que, guste o no, terminará imponiéndose por obedecer a una directriz internacional.

Una carta a los Reyes Magos

En este contexto, promover desde el cabildo adherirse a la "Carta de la Tierra", aunque no tenga peso vinculatorio en lo legal o lo presupuestal, como bien explicó el regidor, es un primer paso para justificar la aplicación de un PDUM como el que ha buscado instaurarse desde los tiempos de Azucena Olivares en que, entre las principales metas, está la construcción de un "municipio resiliente" (entendida como la capacidad de adaptación en situaciones adversas). Es decir, parafraseando la Iniciativa MCR (Making Cities Resilient) se trata de articular múltiples partes interesadas "para impulsar la resiliencia local a través de la incidencia política, el intercambio de conocimientos y experiencias", y establecer "redes de aprendizaje entre ciudades", fortalecer las capacidades técnicas, así como "conectar múltiples niveles de gobierno y promover alianzas estratégicas".

La naturaleza del riesgo ha cambiado y las ciudades se enfrentan a un creciente riesgo de desastres, derivado de los efectos del cambio climático u otros como la pandemia del COVID-19. El enfoque de la reducción del riesgo de desastres no puede considerar amenazas aisladas, dividirse en apartados estancos o ser responsabilidad de entidades de respuesta o prestación de servicios. La participación de los organismos de planificación local, con una representación multisectorial y que involucre diversas partes interesadas es necesaria.

Estos procesos de planificación de las ciudades no solamente deben incorporar la premisa de la reducción del riesgo, también deben dirigir las inversiones para el fortalecimiento de la resiliencia. Esto permite que los sistemas, los servicios y las personas comprendan el riesgo, respondan a las crisis, puedan hacer frente a los impactos y las tensiones, y se recuperen.

La iniciativa MCR2030 apoya a las ciudades en su senda hacia la reducción del riesgo y el desarrollo de la resiliencia a través de una hoja de ruta para la resiliencia urbana, facilitando el acceso al conocimiento, las herramientas de diagnóstico, monitoreo y reporte. También ofrece orientación y apoyo a las ciudades para mejorar su comprensión sobre la reducción de riesgos y la resiliencia, mejorar la planificación estratégica de manera acorde y ejecutar acciones que les permitan avanzar en dicha hoja de ruta.

Para abundar sobre el tema recomiendo volver a echar un vistazo a mi artículo "Saber decir no" y los demás con que hube dado seguimiento al tema de forma crítica sobre todo señalando lo absurdo de las objeciones expuestas por diversas asociaciones vecinales en Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán.

La diferencia estriba en que ahora se nos pretende deslizar la decisión bajo un aura de virtud ecologista mientras años atrás sustentaba al garlito un burdo interés oportunista que veía y aún, sobre todo en la perspectiva inmobiliaria, la canasta de los huevos de oro. Entre ambas opciones, la de ahora es más sensata aunque quién sabe cuán honesta en su trasfondo.

Para que pueda realizarse la implementación del susodicho PDUM será necesario planificar antes una reestructuración de la Comisión para el Plan de Desarrollo Urbano Municipal (COPLADEMUN) no nada más por lo que a sus miembros tocaría sino sobre todo en sus atribuciones. También sería necesario ligar esta comisión a una nueva dirección que fuera creada una vez durante el gobierno de David Sánchez Guevara y desechada por los siguientes alcaldes, es decir la Dirección de Buen Gobierno o de Gobernanza y esta, a su vez, tendría que poner ojo avisor sobre los instrumentos administrativos en manos de la Dirección de Desarrollo Urbano y que, muy al margen del PDUM, pueden ser modificados discrecionalmente para ajustar, por ejemplo, la clasificación de las zonas residenciales, industriales, barrios, etc., como ya se hizo en el gobierno de Patricia Durán permitiendo así el cambio de uso de suelo y abriendo la puerta a mil perversiones. Si bien la pandemia frenó las tentaciones, estas persisten.

Los nuevos y no tan nuevos globalismos

Este regidor "Bogus" ya había dado muestras desde que fue funcionario en el gobierno del exalcalde Edgar Olvera de ser no nada más torpe en su grata simpatía, sino ignorante o por lo menos ingenuo y manipulable, y no descarto que esté muy dispuesto, en afán de hacerse una carrera política, de prestarse a triquiñuelas como la del caso del balón gigante del Mundial en Qatar exhibido en las Torres de Satélite de forma ilegal como destaqué en estos Indicios Metropolitanos no hace mucho. Un hecho que avergonzó al PAN y salpicó a la diputada local Martha Moya, quien se ha presumido por muchos años como una de las personas que gestionaron la denominación de las Torres de Satélite como Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación, la alcaldesa Angélica Moya y al diputado local Enrique Vargas del Villar quien además aspira a contender por la gubernatura del Estado de México en 2023.

Su propuesta de firmar la "Carta de la Tierra", en la superficie se antoja noble, oportuna si la miramos como una ocurrencia para hacer fila en las preocupaciones que, por estar "de moda" y a pesar de su indiscutible necesidad, dan caché y brillo a quien se cuelga de ellas.


En el fondo puede ser un arma de dos filos pues, si bien creo que ninguno podemos negar la necesidad imperiosa de transformar no nada más Naucalpan sino al planeta frente a la realidad ominosa que hoy nos angustia con una recesión mundial, nos coloca en la antesala de una hambruna, etc., también pienso que dicha transformación se puede prestar a que a río revuelto se produzcan ganancias de pescadores; como siempre pasa. Y todo porque —al menos en ello está mi duda— el popular regidor "Bogus", como muchos otros y quienes les rodean no han caído en cuenta que, si hay una teoría globalizadora a ultranza, esa es justo la subyacente en la "Carta de la Tierra" y en la Agenda 2030, aun cuando sus planteamientos difieran de los de otras teorías que han abordado la globalización más que nada desde una perspectiva geopolítica-económica limitada. No porque se piense a nivel municipal y local, la aplicación de iniciativas como estas quedarán en el terruño como si nada, al contrario, se espera que en sus efectos tengan trascendencia transfronteriza y más, incidan en la definición de una nueva ideología humanista socialdemocrata más comprometida con la naturaleza, solidaria y responsable como también dejó claro el mismísimo Papa Francisco al plantear la urgencia de un Nuevo Orden Mundial que implique una "hermandad global"; o el propuesto por Vladimir Putin entre sus justificaciones para invadir Ucrania; o el argumentado por Xi Ying Ping y el Partido Comunista Chino para, por su parte, justificar sus afanes hegemónicos. Y ni hablar de los "nuevos órdenes mundiales" que propugnaron en sus respectivos momentos Ronald Reagan, ambos George Bush y ahora Joe Biden.

También el narcotráfico es globalista y ha demostrado a últimas fechas un marcado interés por afianzarse circunscribiendo territorios de reducida influencia, pero conectados mediante distintas vías que ponen en dificultades a las estructuras de seguridad e impartición de justicia existentes no nada más en nuestro país. El discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador derivado en la polémica política pública de "abrazos, no balazos" conlleva múltiples niveles de lectura, desde la que acusa un presunto contubernio entre el gobierno federal y el cártel de Sinaloa, hasta la que mira en la actitud condescendiente un auténtico afán por transformar incluso al crimen organizado en un motor más del desarrollo del país, por más dura y cínica que semejante idea nos pueda resultar; o ridícula, si se la ve como la delirante pretensión de un aspirante a benemérito de la patria.

Como bien apuntaban Martin y Schumann en el marco de la crítica al neoliberalismo globalista:

El ritmo del cambio y la redistribución del poder y el bienestar erosionan las viejas unidades sociales con mayor rapidez de lo que las nuevas pueden desarrollarse. Los hasta ahora países del bienestar consumen la sustancia social de su cohesión más deprisa aún que la ecológica […] En ningún sitio se  aprecia con mayor claridad la disgregación social que en el país de origen de la contrarrevolución capitalista, los Estados Unidos: la criminalidad adopta dimensiones epidémicas (Martin y Schumann, 1999: 16).

Lo que se impone entonces es una visión sistémica, no para rechazar a rajatabla la globalización, sino para comprender sus nuevos derroteros como formas adaptadas a la circunstancia siempre cambiante. Y por supuesto comprender el papel que el municipio tiene en el proceso transformador como entidad raíz de la república, la federación y sobre todo de la democracia. Estamos, ya lo he dicho otras veces, en una franca, estruendosa e hiriente transformación del capitalismo real en todos sus niveles.

Se ha querido ver en el globalismo y en la globalización (conceptos muy distintos en sus alcances políticos y económicos) la raíz de todos los males, los que fueron instrumentados por el tan vilipendiado silicio del neoliberalismo. Pero hoy, los resentidos, los ingenuos, los incautos, los ignorantes, los cortos de vista apelan a una forma diferente de globalismo: el del rechazo global a la constricción que han significado las tecnologías de la comunicación y de la información, sustento de la llamada aldea global que nos aproxima en intereses, gustos, aspiraciones, necesidades y ha prohijado el intercambio y la interacción como jamás antes en la historia. Y ese rechazo, ¡oh, contradicción!, sucede de la mano de la fascinación utilitaria por lo mismo que denosta y pretende dinamitar con la mecha encendida de la intolerancia proteccionista cobijada bajo el manto de un ferviente nacionalismo insuflado por líderes peor que populistas, demagogos.

En resumen, si en el esoterismo vale aquello de que como es arriba es abajo, en cuanto al bienestar vale parafrasear la máxima diciendo que como es en lo municipal lo es en lo global.

Si antes advertíamos, ¡cuidado, no todo lo que brilla es oro!, hoy tendríamos que avisar: ¡alerta, no todo lo que pinta de verde oxigena! Y digo esto sin que se tome como una apología del Tren Maya y las diatribas de AMLO contra los detractores de su proyecto insignia. Cuantimenos como una palmada de beneplácito al regidor por su noble promoción cabildera o las consecuencias que esta nos pudiere traer a los naucalpenses.

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Referencias

  • Jaramillo Pérez, J., Bernal Romero, T., Mendoza Ramos, L., Pérez, M. & Suárez, A. (2015). Significados de familia en el marco de la globalización. Hallazgos. Revista de Investigaciones , Año 7 | No. 14 | julio-diciembre de 2010, 59-79. Recuperado el 4 de junio de 2022 desde: https://www.redalyc.org/pdf/4138/413835202004.pdf
  • Sánchez Lorenzo, S. (2011). Globalización, pluralidad cultural y Derecho Internacional de la familia (version pre-print). Anuario Hispano-Luso-Americano de Derecho Internacional de la familia. Vol. 17, Madrid, 2005, 87-130. Recuperado el 4 de junio de 2022 desde: https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/15002/Globalizaci%C3%B3n%20y%20familia.pdf?sequence=1&isAllowed=y, 
  • Schooyans, M. (2013, May 10). Familia y Globalización. Dial. Recuperado el 4 de junio de 2022 desde https://dial.uclouvain.be/pr/boreal/object/boreal%3A128764/datastream/PDF_01/view
  • Martin y Schumann, Hans-Peter, Harold (1999). La trampa de la globalización. El ataque contra la democracia y el bienestar. Taurus, México.