El Mayordomo de Palacio
RECIENTEMENTE, el presidente Andrés Manuel López Obrador tomó una decisión que muchos catalogarán de ocurrencia. Pero, antes de hacer una crítica acérrima o negativa o una loa como las que suelen hacer las voces idólatras, detengámonos a ver el trasfondo de la misma en al menos dos de sus vertientes, la utilitaria y la política.
La decisión a la que hago referencia es la relativa a la creación del cargo de Gobernador del Palacio Nacional. En realidad, lo que el presidente está haciendo es recrear, más que crear, un cargo que ya existía de antiguo: el Mayordomo de Palacio. Tema que, en su sola enunciación ya me da pie para un proyecto literario.
El mayordomo es un cargo de servidumbre de mucha más importancia y envergadura de la que la literatura ha rescatado, en especial tras las visiones de la ilustración y el colonialismo, mediante las cuales asociamos a la mayordomía con una actividad dedicada a la atención particular del rey y por extensión de la corte.
Hay varios tipos de mayordomía. Antiguamente se distinguían las siguientes clases de mayordomo:
- Mayordomo de estado, persona a cuyo cargo estaba en la casa real el cuidado de la servidumbre del estado de los caballeros.
- Mayordomo de estrado, el que en palacio cuidaba de la mesa del gentil hombre.
- Mayordomo de fábrica, el que recaudaba el derecho de fábrica.
- Mayordomo mayor, jefe principal de palacio a cuyo cargo estaba el cuidado y gobierno de la casa del rey.
- Mayordomo de semana, persona que en la casa real servía la semana que le toca bajo las órdenes del mayordomo mayor supliéndole en su ausencia.
- Mayordomo de la artillería. En el orden militar, el encargado de los pertrechos y municiones de artillería.
Muchos, y me incluyo, hemos criticado a AMLO durante su gobierno calificándolo irónicamente como el "rey desnudo", en alusión al cuento de Hans Christian Andersen "El traje nuevo del emperador". Esta decisión seguramente enfatizará en sus detractores esta idea. Sin embargo, esta vez, a reserva de analizar más a detalle las causas y efectos de la misma, puede que no sea tan descabellada y quizás hasta sea necesaria.
La mayordomía ha tenido distintas lecturas dependiendo del ámbito cultural e histórico en que se desarrollarel cargo como parte de una estructura social domiciliar y de gobierno.
Las funciones del mayordomo pueden ser tan variadas y amplias o limitadas como las necesidades de organización, estructura y dinámica del castillo, casa, villa o poblado en que desarrolla su actividad.
Mientras en Europa prevalece la idea grecorromana y medieval del mayordomo de castillo o mansión, en México, y en general en América Latina, predominan dos variantes, la del mayordomo rural, herencia de la hacienda y la encomienda coloniales, y la del mayordomo palaciego, más citadino, ambos en la idea del mayordomo jefe y/o del mayordomo de estrado, mientras el rural, además, se asocia a la idea del mayordomo de Estado (sin perder jamás de vista la definición de los componentes del Estado: poblacíon, territorio y gobierno).
A lo largo de la historia y aunque la idea no guste a los militares, la base estructural y funcional de estos cargos y grados de servidumbre administrativa, bien definida desde la masonería, tanto domililiar como gremial (ejemplo claro es el de la albañilería, de donde surgen los cargos de tutores, maestros, profesores e instructores, entre otros) pasaron como herencia a formar y reorganizar la estructura de la milicia, redefiniendo y especializando las labores en función del cargo y el desempeño dentro del ejército, así, los mayordomos de estado o mayores pasaron a ser los generales y almirantes en sus distintos grados, como brigadier o comodoro (para el caso marino); los mayordomos jefes fueron también conocidos en tanto coroneles, es decir encargados de las "columnas" de soldados de infantería, que a efectos domiciliares se refiere a las columnas de siervos campesinos sembradores, segadores, cosechadores, pastores, etcétera.
En los ámbitos académicos y eclesiástico, los cargos de servidumbre no están alejados de la misma idea, aun cuando obedezcan a nombres y funciones distintas como es el caso del mayordomo parroquial o templario que es el sacristán, o los de diácono (que la traducción inglésa confunde con la de "decano"), presbítero, por mencionar dos casos y sin abundar en detalles.
¿Será que las izquierdas mexicanas están empujando legal, moral y socialmente para crear una nueva forma de aristocracia mexicana? ¡Cuidado! No sea que en algún momento nos pinten al Dr. Hugo López-Gatell como una suerte de moderno Jean-Paul Marat, a Marcelo Ebrard como una calca de François-René de Chateaubriand; espero que no vean a Ricardo Monreal como un moderno Georges-Jacques Danton o a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como un remedo de Alexis de Tocqueville sabedor de que —citando a Roger Bartra— "la igualdad puede llevar a las naciones tanto a la libertad como a la servidumbre, a la ilustración como a la barbarie, a la prosperidad como a las miserias". Y espero también que no nombren a algún Calzontzin Inspector como alguacil de la Guardia Nacional.
En algún momento escribí que las pugnas internas de las "izquierdas" mexicanas aglomeradas en y alrededor de, primero el PRD y luego MORENA, me han recordado las purgas dentro del socialismo soviético, y me atreví a hacer un parangón entre Porfirio Muñoz Ledo y Trotsky. Puedo estar equivocado, pero la vocación jacobina de la izquierda hacia el divisionismo es en parte lo que tiene al país en vilo hoy.
Aquí viene a cuenta la pregunta, ¿es necesario un mayordomo en Palacio Nacional? De ser así, ¿para cumplir exactamente qué funciones? Será importante e interesante que, en un ejercicio de plena transparencia, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la administración de recursos humanos de Palacio Nacional den a conocer la descripción del nuevo puesto y de la estructura subyacente, para establecer su oportunidad y eficacia como parte de un sistema organizacional avocado al buen desempeño y la gobernanza de lo que cotidianamente mueve y da sentido al edificio y a la institución presidencial y, más, al gobierno entero y a la democracia mexicana.
Dicho entre Paréntesis, ya veo a los que denostan de Olga Sánchez Cordero "Florero de SEGOB" ubicándola como el Ama de Llaves de Andrés Manuel o... ¿Será que, en tiempos electorales, el lopezobradorismo necesita del martillo de un Carlos Martel para frenar el embate de los infieles opositores en medio de un 2021 convertido en su particular batalla de Poitiers?
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