Segundo tiempo y cambio de cancha

abril 19, 2022 Santoñito Anacoreta 0 Comments

Réplica gigante del balón Al Rihal del Mundial Qatar 2022.
(Foto: Tomada del El Universal.)


DANDO SEGUIMIENTO al tema del balón gigante, de entre las dos noticias que incluyo como balazos quiero destacar un párrafo de una de ellas que señala el indicio clave:

Fueron los propios promotores del balón oficial del mundial los que decidieron mover el esférico, para evitar controversia con el INBAL, por lo que el ayuntamiento no tuvo que intervenir, más que para facilitar su ubicación dentro del Naucalli, donde las familias pueden conocerlo y tomarse fotos, indicaron autoridades locales.

Ahora a la pregunta que hacíamos acerca del "costo", se añade otra que impone aclaración. ¿Quiénes fueron esos "promotores"? ¿La diputada Martha Moya y el regidor Agustín David Belgodere sobre quien trascendió, según señalé en mi anterior texto que se ufanó de haber otorgado el permiso y ahora —añado otro trascendido— supuestamente se habría justificado antes de todo y de cara a la firma publicitaria que el balón solo estaría tres días en las Torres de Satélite y luego se trasladaría al Parque Naucalli «para evitar afectaciones al tránsito y la movilidad como accidentes»? ¿O fue una decisión de los promotores propios de la firma ADIDAS para no quemar la marca mundialmente por torpezas de políticos o funcionarios hablantines e ineptos o simplemente oficiosos y avaros?

También cabe la posibilidad de que se hubiera tratado de una estratagema para poner en la palestra mediática tanto al gobierno de Naucalpan como a la firma, a sabiendas de que se generaría un "escándalo". Solo que el chirrión le salió por el palito al probable estratega, aun cuando sí, en el cálculo, ha conseguido un impacto de imagen publicitaria de gran envergadura, aunque salpicado de estupidez.

Calcetinazos, bombitas y tiros de esquina

Es conocido que en años atrás el regidor Belgodere en más de una vez puso al gobierno de Edgar Olvera en intríngulis con lo que, quienes lo conocen, tachan de "bocaza". Varios funcionarios llegaron a comentar a Indicios Metropolitanos sus inquietudes por los efectos nocivos que implicaban las ocurrencias, simpatías, habladurías, baladronadas, justificaciones e indiscreciones del hoy regidor también conocido como "Bogus". No faltaron, después, quienes se rascaban la mollera tratando de entender por qué Enrique Vargas del Villar y Angélica Moya, conociéndolo, lo habían incluido no nada más en campaña sino en la lista de ediles. Algo bueno debe de tener; o algo les sabe o le deben. El caso es que las tarjetas amarillas se las pasa por el arco del triunfo desde siempre y sin embargo no es fácil mantenerlo en la banca.

Cuando Indicios Metropolitanos expuso por primera vez este tema del balón en el grupo respectivo en Facebook compartiendo una comunicación de varias asociaciones civiles en reacción al suceso, el regidor Belgodere anotó un comentario que salía en defensa (innecesaria) de la diputada Martha Moya, buscando quizás una confrontación con el Arq. Cuauhtémoc Rodríguez, presidente de la asociación Fomento Cultural Torres de Satélite e Indicios Metropolitanos se limitó a mediar el apunte:


En su comentario quedó claro su error de interpretación de la ley, pues no se trata de dar "aviso" solo a INBAL sino de solicitar su autorización como institución responsable. Parece que alguien entendió que primero se actúa y después se pide perdón, en vez de primero pedir permiso y luego actuar en consecuencia; y a eso hay que añadirle el probable desconocimiento de los conductos burocráticos a seguir, los que, ya sabemos, INBAL tiene hartos y tantos que parece un paquidermo en su andar.

No podemos hacer a un lado un dato importante. En Naucalpan ahora gobierna la coalición PAN-PRI-PRD, mientras que INBAL, siendo una institución federal, cae bajo la égida de MORENA que es decir lo mismo que Andrés Manuel López Obrador, y la ex panista, ex diputada propugnadora de la ley de transparencia estatal y ahora ex alcaldesa morenista Arq. Patricia Durán, sobre la que ahora pende una denuncia penal por incumplimiento de pagos, era de las consentidas del Presidente de la República, hasta la derrota electoral de 2021 que pesó en el ánimo lopezobradorista al perder la "joya de la corona" y hasta las alforjas. Ironías de la vida.

Por supuesto las reacciones en redes sociales, tanto a favor como en contra no se hicieron esperar como también comenté en mi anterior artículo y pudieron leerse comentarios y aclaraciones como estas:

Foto: Tomada del historial de la página de Gobierno de Naucalpan en Facebook.

Foto: Cortesía de un lector de Indicios Metropolitanos


Dime con quien te juntas…

Incluso con respuestas abiertas como las dadas por el regidor Belgodere en las imágenes previas, las preguntas ahora no solo apuntan al tema político, sino al administrativo y económico. Dudo que ADIDAS haya colocado el balón originalmente sin haber acordado un pago al municipio como una sugerente ocurrencia mercadológica y publicitaria para allegar recursos que tanto necesita el ayuntamiento, y para aceitar el curso de la emisión del permiso respectivo. Vaya, ni como favor ni como donación. Una empresa de ese tamaño, trasnacional y socialmente responsable no se anda con cuentos ni es alma de la caridad ni se presta a subterfugios ¿o sí? ¡Ni que fuera OHL o Iberdrola o HSBC!

Suspicacias aparte, en el supuesto de que así hubiera sucedido por el puro prurito de sumarse a la fiebre mundialista a los pocos días de anunciarse el pase de México y su inclusión en el Grupo C junto a Polonia, Argentina y Arabia Saudita, no dudo que un publicista ignorante o ingenuo hubiera caído en la inquina cínica de algún oportunista. Solo espero que no se hubiera hecho el típico arreglo bajo la mesa para justificar que, tapando el ojo al macho, quizás y en efecto el gobierno municipal "no recibió un peso" como asegura el regidor y la talega quedó más bien en otras manos. ¿Cuáles?

Pero, tras los hechos, y si hubiera habido dinero de por medio, si yo fuera el empresario habría reaccionado no solo protegiendo mi imagen de marca frente al público, socios inversionistas, la Federación Mexicana de Futbol y la FIFA, sino habría solicitado una modificación a la baja en el costo original, pues no es igual poner el balón en un sitio con tanto impacto visual (dato fundamental para la estadística publicitaria y la justificación de costos) que en un parque donde se pierde presencia por causa de la orientación, la ubicación, el entorno y accesibilidad. Es decir, si costó 10 pesos, lo lógico habría sido reclamar un mínimo en reembolso de hasta 30% menos o la ampliación del periodo de exhibición por un menor costo. Quizás luego nos informen empresa y gobierno municipal una de dos cosas: o el balón se volverá itinerante, o se ampliará el plazo más allá del 8 de mayo previsto para estar tres meses fijo o en rondas. De lo contrario, alguien tendrá que pagar los costos políticos que esta torpeza ocasionó al gobierno municipal, al PAN como miembro de un gobierno de coalición PAN-PRD-PRI y a las aspiraciones de Enrique Vargas del Villar para contender por la gubernatura del Estado de México. Ese alguien ya pudo demostrar su neófita impericia o su cínica avaricia o ambas cosas, así versificadas al propósito, embarrando desde abajo hasta el nivel internacional a un gobierno local, diputados y un largo etcétera.

Ahora, en lo dicho repta una inquietud más. Aceptemos sin conceder que el gobierno municipal no cobró un centavo por la colocación del balón gigante en las Torres de Satélite y ahora en el Parque Naucalli. ¿Con qué criterio se decidió el hecho? Desde la perspectiva publicitaria, a ojos de otros patrocinadores del mundial u otros anunciantes, el hecho sienta un pésimo precedente que sugiere un probable tráfico de influencias. Como diría mi madre, si el suelo no es parejo, es chipotudo.

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