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Si grazna y anda como pato, ¿es pato?

(El siguiente texto es fragmento del ensayo que vengo redactando desde hace unos meses y que detonó el caso del encuentro entre la actriz Kate del Castillo y "El Chapo" Guzmán, y que derivó en el tratamiento de otros temas como este entre cuyos antecedentes está el artículo y también fragmento de este ensayo "Prohibido prohibir".
Para ver el video incluido escribe la clave "fuistemia1".)

LO DICHO, PREVISTO Y PRONOSTICADO. La manera como se ha venido imponiendo la intolerancia alrededor del video de la canción “Fuiste mía” llevó a que se cebara la búsqueda de justicia sobre un caso individual como el del artista Gerardo Ortiz, a quien, como consecuencia, la Procuraduría de Jalisco investigó por probables nexos con el crimen organizado, sin encontrar hasta el momento de escribir estas líneas ni un elemento en su contra (AYALA, 2016), aunque tiempo después, tanto como cuatro meses, el 12 de julio un juez obsequió orden de aprehensión contra el cantante y contra el productor del video, Daniel Alejandro Ortiz, acusados del delito de apología de la violencia que alcanza mínimo de uno a seis meses de prisión.

Gerardo Ortiz - Fuiste Mía (Official Video) from José Antonio de la Vega on Vimeo.

 El fiscal de Jalisco Eduardo Almaguer Ramírez —contra quien, por cierto, el diputado local por el partido político Movimiento Ciudadano, Augusto Valencia, presentó una denuncia de juicio político ante el Congreso del Estado de Jalisco acusándolo de uso indebido de recursos públicos y obstaculizar la impartición de la justicia— explicó:
Se logró acreditar la responsabilidad de estas dos personas porque son ellos [quienes… se presume] fueron quienes elaboraron y diseñaron el contenido de este video, el cual publicita acciones violentas en contra de las mujeres; pero, además motiva el ejercicio de estas acciones y el daño que pueden ocasionar […] [cf. (RÍOS, "MC respalda denuncia de juicio político contra fiscal general", 2016), (RÍOS & FIERRO, "Presentan juicio político contra el Fiscal General", 2016), (MARTÍNEZ, 2016), (RELLO, 2016); énfasis mío].
Asimismo, fue detenido uno de cuatro policías que intervinieron en la grabación del polémico video y a los que se relacionó con los posibles delitos de peculado y desvío de recursos del ayuntamiento de Zapopan, como explicó el fiscal:
Para nosotros es muy clara la vinculación y complicidad de varias empresas y personas en este delito (delincuencia organizada y operación con recursos de origen ilícito) que es de orden federal [ibid.]
El uso, de parte del fiscal, del concepto “publicitar” es tramposo y por lo mismo peligroso. El verbo, que refiere a “promover una cosa mediante publicidad”, empleado en este caso dentro de los límites legales de la acusación revela el avieso y manifiesto interés, tanto de la fiscalía como de otros de los personajes mencionados en este ensayo alrededor del tema, por lesionar cualquier forma expresiva que siquiera haga referencia a lo que fundamenta la causa.
[…] es muy evidente […] que este cantante difunde a través de sus actuaciones y de sus acciones [la motivación al delito]; y además se acreditó que él participa en este contenido […] (ALMAGUER Ramírez, 2016).
Es decir, si bien el videoclip de la canción tiene como finalidad mercadológica la promoción publicitaria de un tema musical y por tanto de una obra artística para propiciar su venta, y si bien el discurso entero está construido de forma atractiva y persuasiva para conseguir el cometido comercial de la compañía productora, eso no significa de ninguna manera, lo digo de nuevo y en estricto sentido comunicacional, que el mensaje de fondo, único o exclusivo de la obra sea el que se esgrime como “delito”.

La brillante perspicacia de los acusadores —incluyo a la joven periodista queretana, Jovana Espinosa, que casi a la par que el senador Jesús Casillas Romero detonaron todo el caso— al señalar como “acreditación” el hecho de que el cantante participó en las escenas que conforman el video demuestra, sí, más que la evidencia que pretenden, la clara ineptitud, por una parte, de la fiscalía para la conformación de una carpeta de investigación y, por otro lado, la ineptitud del conjunto de los acusadores para discriminar, en la lectura, la información contenida en una obra al margen de cualquier consideración de índole moral.

Si el cantante aparece en la mayoría de las escenas y él mismo en entrevistas de prensa afirmó ser él, en tanto actor, quien intervino en las mismas, es más que obvio que participó; por lo tanto, no hay nada que acreditar en función de un hecho concreto que salta a la vista. Esta “acreditación” huele más a justificación gazmoña, prendida con alfileres, para meter con calzador un presumible delito que no es más que una forma velada y rebautizada de censura; peor, un paso franco y de retroceso hacia los años entre 1941 y 1968, cuando el gobierno mexicano, por decreto del presidente Manuel Ávila Camacho y supuestamente con afán de poner un freno a las secuelas de la Revolución acuñó el delito de disolución social (INSTITUTO NACIONAL DE ESTUDIOS POLÍTICOS, s/d) que derivó en el Movimiento Estudiantil de 1968 y la tragedia de Tlatelolco. Basta contrastar lo asentado en aquella ley con lo expuesto en el séptimo capítulo del Código Penal Federal Vigente que data de 1931 y cuya reforma más reciente, al momento de escribir estas líneas, se hizo el 12 de marzo de 2015, mismo sobre el que la Suprema Corte de Justicia ha hecho observaciones sobre ciertos contenidos de orden discriminatorio, por lo pronto en torno al tema del aborto (GARCÍA Martínez, Anayeli; CIMACNOTICIAS, 2016). [De nuevo, el énfasis es mío.]
CAPÍTULO VII

Provocación de un Delito y Apología de éste o de algún Vicio y de la Omisión de impedir un Delito que atente contra el Libre Desarrollo de la Personalidad, la Dignidad Humana o la Integridad Física o Mental. 
Artículo 208.- Al que provoque públicamente a cometer un delito, o haga la apología de éste o de algún vicio, se le aplicarán de diez a ciento ochenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad, si el delito no se ejecutare; en caso contrario se aplicará al provocador la sanción que le corresponda por su participación en el delito cometido. 
Artículo 209.- El que pudiendo hacerlo con su intervención inmediata y sin riesgo propio o ajeno, no impidiere la comisión de uno de los delitos contemplados en el Título VIII, Libro Segundo, de este Código o en la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas se le impondrá la pena de seis meses a tres años de prisión y de cincuenta a doscientos días multa
Las mismas penas se impondrán a quien, pudiendo hacerlo, no acuda a la autoridad o a sus agentes para que impidan un delito de los contemplados en el párrafo anterior y de cuya próxima comisión tenga noticia. 
Dichas penas se impondrán a las personas relacionadas o adscritas a cualquier institución, asociación, organización o agrupación de carácter religioso, cultural, deportivo, educativo, recreativo o de cualquier índole y tengan conocimiento de la comisión de los delitos a que se refiere el primer párrafo del presente artículo, cuando no informen a la autoridad competente o protejan a la persona que lo cometa, ya sea escondiéndola, cambiándola de sede o de cualquier otra forma le brinde protección (CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN, 2015).
— § —
CAPITULO III

Delitos de Disolución Social
ARTÍCULO 145 bis. —Comete el delito de disolución social, el extranjero o nacional mexicano, que en forma hablada ó escrita, o por medio de símbolos o cualquiera otra forma, realice propaganda política entre extranjeros o entre nacionales mexicanos, difundiendo ideas, programas o normas de acción, de cualquier gobierno extranjero, que afecten el reposo público o la soberanía del Estado Mexicano.
Se afecta el reposo público, cuando los actos de disolución social definidos en el párrafo anterior, tiendan a producir rebelión, tumulto, sedición ó escándalos.
La soberanía nacional se afecta cuando los actos de disolución social, puedan poner en peligro la integridad territorial de México, obstaculicen el funcionamiento de sus instituciones legítimas o propaguen el desacato de parte de los nacionales mexicanos a sus deberes cívicos.
ARTÍCULO 146 Bis. —También cometen delito de disolución social el extranjero o el mexicano que en cualquier forma realice actos de cualquiera naturaleza, que preparen material o moralmente la invasión del territorio nacional o el sometimiento del país, a cualquier potencia extranjera.
Si nos atenemos a la letra del Código Penal, ¡resultaría que todos los mexicanos estamos en inexcusable comisión del delito de “apología del delito”! —como ocurre con su hermanastro, el delito del “acoso sexual” que ha venido a lesionar las formas de las relaciones humanas— y muchos, justo en el mismo sentido que se ha señalado a Gerardo Ortiz, por el solo hecho de cantar una canción con una letra que aborde un tema similar, por escucharla en alguna estación radiofónica, un canal de televisión, en las redes sociales y no denunciar dichos canales o a los locutores y presentadores. O por leer o atender historias escritas, series filmadas, telenovelas, filmes, videos de YouTube, etc., donde la violencia de género o cualquier otro delito forme parte de la trama. Los niños y adolescentes ¡ni se diga! Si ya bastante se señala —sin que haya un solo estudio concluyente en cincuenta años de intentos— que los cómics o los videojuegos incitan a la violencia.

Que me perdonen todos los que han estado detrás de estas acusaciones, pero su torpeza comprensiva y miopía conceptual más me parece que les llevan por el camino de traumas, distorsiones o tergiversaciones a hacerse chaquetas mentales que a ubicar y valorar los mensajes en su justa, estricta dimensión comunicacional. Toda proporción guardada, me recuerdan a aquellos elucubradores que, aun siendo ciertas sus sospechas, andaban a la caza de mensajes ocultos y satánicos en los viejos LPs de la música pop cuando se los reproducía en reversa (McDONALD, 2014).

Insisto, la descontextualización a modo, moda y moral de quienes, en la pretensión de ser “políticamente correctos” han comenzado esta cacería de brujas, cuya primera víctima de conciencia ni siquiera es el cantante Gerardo Ortiz, pone sobre la mesa y tela de juicio el grado de retroceso fundamentalista y conservador de parte importante y varios sectores de nuestra sociedad. Queriendo, noblemente, reprimir cualquier forma de “terrorismo” que socave la tranquilidad de la población nacional, nuestras leyes han abierto la puerta a otra clase de terrorismo más sutil y desgastante, lo peor es que con la venia de la sociedad cegada por miedos y rencores.

Con este caso y otros semejantes anteriores o por venir, y la manera como se han ido desarrollando los hechos, me temo que entramos de lleno y francamente en una etapa muy peligrosa para la libertad de expresión en línea de tendencias mundiales. Un macartismo a la mexicana y en sentido inverso, comandado por una difusa liga de la decencia ajustada a su lectura del mundo y que lo mismo juzga mediante las redes sociales, que en el tribunal mediático o la ventanilla de prácticas a todo aquel que ose expresar mensajes que, aun cuando odiosos en su cotidianidad, retratan aspectos de la realidad. Un macartismo que pudo haber sido sembrado en los empeños conservaduristas que, tras hacerse del poder la derecha en el sexenio de Vicente Fox, poco a poco ha ido minando a las “buenas conciencias”.

Se trata de una forma de fundamentalismo que se contrapone a otros y adopta formas de apariencia virtuosa o hasta solidaria. Ahí están Donald Trump y sus discursos incendiarios, xenofóbicos, separatistas, de aislamiento. Ahí está el Brexit como reacción equivalente respecto de la idea de ser un nosotros cuando lo que nos duelen son esos otros que miramos como hiedra venenosa para arrancar.

No creo exagerar. El feminismo como el machismo a ultranza, la insidiosa insistencia paranoica por ser “políticamente correctos” como una nueva forma de populismo enfocado en agradar mejor que en de veras defender los derechos de mujeres, animales y homosexuales, entre muchos otros temas, nos está desviando del camino de la comprensión sensata de lo que nos es esencial.

Gerardo Ortiz es el primero —en la actualidad que nos ocupa— en la larga lista de chivos expiatorios con los que gobiernos locales, estatales y federal han querido ayer y hoy contrarrestar o combatir la contracultura que representan. En este caso específico, una manera burda y torpe de enmascarar el verdadero interés de escarbar en las podridas entretelas de la corrupción en estados como Jalisco o municipios como Zapopan, o revelaciones como la Casa Blanca de la consorte del Presidente Enrique Peña Nieto.

Y no soy el único en leer así, más allá y con suspicacia, los hechos. Aun antes de este suceso, el senador de izquierda, Alejandro Encinas, había escrito en El Universal en relación al trato hacia los profesores dirigentes de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y remembrando un artículo de Carlos Monsiváis sobre el tema (MONSIVÁIS, 2006):
Como en los peores tiempos del autoritarismo gubernamental […] El gobierno pretende enviar un claro mensaje intimidatorio a todos los que disienten de sus políticas y las decisiones de la autoridad aplicando “un castigo ejemplar”.
No se trata de un hecho aislado o de un asunto menor […] El gobierno de Peña Nieto ha tomado la decisión de hacer uso indebido de las instituciones de seguridad y procuración de justicia, para eliminar cualquier resistencia a su proyecto y a los negocios que este representa […]

Con ello regresa una de las peores prácticas del viejo autoritarismo priísta: la criminalización de la disidencia política y de los movimientos sociales […]
En 1970, como uno de los primeros logros del movimiento estudiantil del 68 […] se derogó este delito, que hoy parecería que se pretende restablecer, como lo demuestra, además del actuar de la autoridad, la tipificación de los delitos como el de terrorismo, que lo comete quien tome una instalación pública; la pérdida de la libertad bajo la presunción de haber cometido algún delito, bajo la figura del arraigo, o la absurda pretensión de contener la libertad de las redes sociales, so pretexto de combatir los ciberdelitos (ENCINAS, 2015)
Esta observación del senador podría pensar alguien que no aplica en lo que vamos diciendo, porque manifestaciones populares de protesta o desesperadas y excesivas tomas de instalaciones públicas por parte de subversivos, soliviantados y alebrestados llegan a ser vistas hasta con condescendencia, mientras que manifestaciones expresivas como las emanadas de la narco cultura o las que simplemente narran y describen historias como las que pueden suceder en cualquier lado, así sean muy descarnadas y violentas, son satanizadas por contener, destacar o señalar lo negativo del ser humano.

Sí, no niego la necesidad urgente en México de instaurar el Estado de Derecho y de hacer valer las leyes, las normas que posibilitan una convivencia armoniosa al menos en teoría. Pero está visto que las normas se aplican según el leal saber y entender del mejor postor.

El caso de Gerardo Ortiz cabe perfectamente en la canasta que describe Monsiváis:
El desastre judicial se ha dado a nombre de “las razones de Estado” o de la “aplicación de la ley”, ajustada por lo común a criterios de compra-venta, que se apoyan en tradiciones racistas, clasistas, sexistas.

La experiencia histórica nunca deja mentir a los críticos [op.cit.].
Y también podemos incluir los probables intentos de censura contra colegas periodistas como Carmen Aristegui tras su revelación de la Casa Blanca que fuera propiedad de la Primera Dama Angélica Rivera (VILLAMIL, "MVS demanda por daño moral a Aristegui por prólogo de 'La Casa Blanca de Peña Nieto'", 2016). Digo probable, porque las circunstancias como se dieron los primeros capítulos de esa historia cayeron en un ámbito laboral que yo mismo puse en tela de juicio, sin menoscabo de las sospechas de la popular periodista. Por ello, siguiendo la remembranza de Monsiváis cabe parafrasear la pregunta —del modo que hiciera Siqueiros en su momento— a los procuradores como Almaguer: ¿A qué se debe tan enorme metamorfosis? Antes nos llevaba usted del brazo hacia el homenaje de las multitudes y hoy nos conduce de la misma manera hacia la represión, la censura, el descrédito y la cárcel [cit.pos. ibid.].

Bien haríamos en poner atención a la película Trumbo, porque más de uno que hoy publicamos cosas, ya en medios tradicionales, ya en blogs como mis Indicios Metropolitanos, ya en redes sociales y que incomodan a quienes detentan el poder de alguna manera somos los cabos sueltos, endebles, con los que comienza a liarse la madeja de la intolerancia. Deberíamos recordar, de un lado y del otro de la mesa, que no porque parpe o grazne y camine como pato, el indicio puede apuntar no a un pato sino a un cisne o un ganso.

Hoy vinieron por aquél, mañana tal vez por ti que incluso denunciaste a tu par; o por mí.

Un aletargado INBA a la mitad del camino


TRAS LA DENUNCIA efectuada por el Arq. Cuauhtémoc Rodríguez, presidente de la asociación Fomento Cultural Torres de Satélite A. C., respecto de la desaparición de las luminarias del monumento obra del Arq. Luis Barragán y el artista plástico Matías Göeritz, Indicios Metropolitanos se dio a la tarea de entrevistar a la Dra. Arq. Dolores Martínez Orralde, Directora de Arquitectura y Conservación del Instituto Nacional de Bellas Artes, sobre este tema y en particular para conocer su opinión sobre lo señalado en el boletín de prensa 281 del gobierno municipal de Naucalpan acerca de que en el primer encuentro habrían acordado INBA y ayuntamiento
[…] que los trabajos [de levantamiento y remozamiento] se realizarán en forma coordinada con el gobierno local, sin la participación de intermediarios  como asociaciones […]
Se acordó que en los próximos días se efectuará una visita técnica para llevar a cabo un levantamiento arquitectónico y conocer el estado actual en el que se encuentra este espacio, al tiempo que se iniciarán los trabajos para la ejecución de un programa de iluminación.
En vista del papel que ha desempeñado por 13 años la asociación presidida por el Arq. Rodríguez, al ser cuestionada la funcionaria sobre las reacciones derivadas del boletín, la Arq. Martínez explicó a Indicios Metropolitanos vía telefónica:

Dolores Martínez Orralde: Yo no estoy molesta ni enfadada por lo expuesto en el boletín de prensa del gobierno municipal de Naucalpan. Estamos, en todo caso, aclarando la situación en torno al tema de las Torres de Satélite y en pláticas para coordinar las acciones dirigidas a su mantenimiento y conservación.

Acordamos con el gobierno municipal en la necesidad de hacer un levantamiento para conocer la situación real y actual de la obra.

Indicios Metropolitanos: ¿Esto incluye conocer la situación acerca del tema de las luminarias “desaparecidas”?

D.M.O.: También. Tenemos que aclarar los hechos y por eso hemos pedido que se haga un levantamiento, pues la obra está a resguardo del municipio.

I.M.: ¿El boletín daba a entender que, para el embellecimiento de Las Torres no se tomará en cuenta a la sociedad ni a ninguna asociación interesada en el tema?

D.M.O.: No puede ser así. El papel que han jugado los vecinos en el cuidado de Las Torres ha sido muy importante. Es cierto que hay puntos de vista contradictorios, pero la sociedad, los ciudadanos son un elemento principal para determinar las acciones más pertinentes, para el mantenimiento y conservación de la obra en armonía con su entorno urbano.

I.M.: La idea de Fomento Cultural de proyectar la construcción de un paso peatonal deprimido (túnel) con carácter de museo de sitio o pasaje cultural temático tiene inquietos a los vecinos, unos están en contra y otros lo ven como una solución favorable. ¿Usted qué opina?


D.M.O.: Bueno, ese es otro tema y ya se verá en su momento. Por ahora veo que hay diferencias entre los vecinos y el gobierno, y lo que nosotros tratamos es de mediar para conciliarlos.

Torres de Satélite, plástica oración

EL SÁBADO 18 DE JUNIO, el gobierno del estado por medio de la Secretaría de Infraestructura, efectuó un taller de “Reactivadores sociales” coordinado por el despacho consultor Ingenia MX cuya finalidad fue someter al escrutinio y parecer de un grupo de vecinos de la localidad qué se puede hacer para “rediseñar” al conjunto escultórico, en el afán de detectar necesidades y dar a las Torres de Satélite —la obra escultórica emblemática de Ciudad Satélite y Naucalpan concebida por el artista plástico Matías Goeritz, construida por el arquitecto Luis Barragán con la colaboración del pintor Jesús Reyes— nueva vida y un significado más acorde con la actualidad, quizá construyendo un pasaje subterráneo a modo de museo de sitio, entre otras ideas.
En esa ocasión, Indicios Metropolitanos entrevistó en exclusiva al Arq. Cuauhtémoc Rodríguez, presidente de la asociación Fomento Cultural Torres de Satélite.

Arq. Cuauhtémoc Rodríguez
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
I.M.: ¿De qué se trata este taller en que nos encontramos que se ha llamado “Taller de Reactivadores Sociales”?

C.R.: Primero quiero aclarar que nosotros vinimos como ustedes, invitados. Esto está organizado por un colectivo apoyado por el Estado de México. Se nos invitó para dar a conocer los conceptos de historia de Las Torres, la reglamentación y en qué situación están actualmente Las Torres, la declaratoria de Patrimonio Cultural y Artístico de la Nación que se hizo en 2012, qué conlleva esta declaratoria sobre qué se puede hacer o no con las Torres de Satélite y su entorno.

Este colectivo busca precisamente la interacción de la sociedad y de algunos espacios que, ellos creen, están propensos a ser modificados con intervenciones urbanísticas. Es lo que ellos buscan, según entiendo. Así, este colectivo está proponiendo un trabajo de intervención alrededor o en los alrededores de Las Torres de Satélite.

Lógicamente pues hay que tener mucho cuidado en cuanto a tocar la explanada o Las Torres, porque ya están declaradas como Patrimonio Cultural y Artístico de la Nación y ya con esto el decreto dice que a 500 metros a la redonda no se puede hacer ni pintar ni construir nada si no es con permiso específico del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBA), en este caso, y en estricta función justificada en beneficio de la obra. Esto está basado en la Ley Federal de Monumentos. Es decir, no obstante, se puede proponer algún proyecto que valga la pena de llevar al cabo con el auspicio y la autorización previa INBA.

I.M. Ya que hablamos de cuestiones históricas, cuando se construyó el Viaducto Bicentenario, los vecinos del fraccionamiento La Florida colindante con el monumento tuvimos —me incluyo ya que formé parte de la Comisión Técnica— un papel muy activo como supervisión técnica para poder revisar el desarrollo del proyecto y, entre las cosas que se pudieron observar directamente con los funcionarios de SAASCAEM y las empresas constructoras Rioboo y OHL eran justo las afectaciones sobre las Torres de Satélite.



Estuve presente en algunas de esas reuniones y en una de ellas concretamente se hicieron esas observaciones e incluso vecinos representantes de Satélite afirmaron que, no, Las Torres no se iban a tocar; sin embargo, se tocaron. Se le quitaron más o menos tres metros de cada lado a la explanada para dar espacio a los carriles adicionales.

Llamó entonces la atención que vecinos de Satélite y Fomento Cultural no hicieran mayor señalamiento al respecto. Cuando le pregunté personalmente al Ing. Manuel Ortiz, a la sazón Director General de SAASCAEM, si esa afectación se le iba a notificar al INBA o a la Asociación Barragán, él dijo que, bueno, se le había dicho al INBA que la obra pasaría por ahí y que el INBA había dado su anuencia, pero sobre esa afectación concreta a la base, cuestionado, el Ing. Ortiz respondió que no le habían dicho al INBA y que “no lo vamos a hacer” sin matizar el por qué.

Entonces puse sobre la mesa el tema de la propuesta de declaratoria que mencionas, la cual se encontraba encajonada en el escritorio de Felipe Calderón con miras a que fuera uno de los primeros actos de gobierno del probable candidato a la presidencia Enrique Peña Nieto, en aquellos días gobernador del Estado de México. Manuel Ortiz se quedó con los ojos desorbitados por la sorpresa, expresando la duda de dónde había yo sacado esa información; pero, finalmente confirmó el hecho y explicó que, en efecto se tenía lista y para presentar la declaratoria de Patrimonio Cultural; sin embargo, estaba pendiente la petición de declaratoria de Patrimonio de la Humanidad que otorga la UNESCO que es mucho más rígida y, si la UNESCO se entera de que, contra el proyecto original ya no hay esos tres metros de cada lado de la explanada negaría la declaratoria. Te pregunto, ¿será que este ejercicio de ahora, con este taller, tiene un poco la finalidad de orden político de generar un nuevo proyecto que enmascare aquellas afectaciones a ojos de que la UNESCO no objetare declarar a Las Torres como Patrimonio de la Humanidad?

Foto: Archivo VETA Creativa
C.R.: […] Con la afectación de la explanada nosotros no tuvimos nada que ver más allá de una plática informal con el INBA; pero, como no había declaratoria —esto es muy importante— el gobierno podía hacer lo que quería. […] Fue una audacia de OHL ganar dos carriles más cortando la explanada ya que finalmente el viaducto no se haría elevado, en parte por nuestra insistencia en cuidar los aspectos visual y estético de Las Torres. Se tuvo que ceder un poco para que ya no hubiera más conflictos. Fueron millones de euros de un proyecto europeo que ya venía avanzado y que, gracias al trabajo tanto de ustedes, vecinos de La Florida, como de nosotros, Fomento Cultural, y la Asociación de Colonos de Satélite logramos detener por cuatro meses.

En noviembre de 2012, Felipe Calderón, presionado por los compromisos adquiridos y por Fomento Cultural ya no dejó la declaratoria en manos de Peña Nieto, sino él presentó el decreto como uno de sus últimos actos de gobierno.

Entonces, Las Torres ahora sí ya están protegidas por la Ley Federal de Monumentos. En el ínterin se descubrió que el propietario de las Torres de Satélite es el gobierno del Estado de México…


I.M.: ¿Cómo que “se descubrió”?

C.R.: Nadie sabía quién era el dueño. En Fomento Cultural nos dimos a la tarea de hacer y aun la exhaustiva investigación histórica, biográfica, iconográfica y encontramos que originalmente Las Torres de Satélite fueron construidas en los terrenos del fraccionamiento conocido originalmente como Ciudad Élite, pero que luego pasó a llamarse Ciudad Satélite por influencia de la carrera espacial, uno de los hechos que ocasionaron que la construcción de la obra pasara casi desapercibida para medios de comunicación y sociedad. O sea, el propietario era el fraccionador, es decir Miguel Alemán Velasco y todos sus socios. Pero cuando se construyó el Periférico, para transformar una carretera rural en la autopista Panamericana, Las Torres quedaron aisladas por una vía federal.

Fue hasta años recientes que Fomento Cultural se puso a investigar, encontrando las escrituras originales donde se asegura que el gobierno estatal es el propietario, lo que ya en el decreto de Calderón se reconoce plenamente. Ello obliga al gobierno estatal de manera conjunta con el municipal —por hallarse en terrenos de Naucalpan— a darles el mantenimiento respectivo, planear un programa de conservación, pero sobre todo de crear conceptos que garanticen la seguridad de cualquiera que quiera acceder al monumento, pues Las Torres hoy son utilizadas para fines que no tienen que ver con la cultura como las reciente manifestaciones relacionadas con temas y problemáticas de otra índole política o social, para las que el mejor y más adecuado espacio es la explanada del edificio del ayuntamiento.

Así, foros como este de ahora me parecen importantes para que gobierno y ciudadanos no solo conozcamos los problemas sino aportemos probables soluciones.

I.M.: ¿Qué se puede hacer con y alrededor de las Torres de Satélite en su nueva circunstancia?


C.R.: […] Tenemos la propuesta de hacer un túnel cultural, un museo de sitio, que atraviese de lado a lado por debajo de Las Torres y permita no nada más el paso de un extremo a otro, la conexión entre los fraccionamientos La Florida y Bulevares como antaño se hacía con puentes peatonales, sino que permita un acceso más seguro al monumento a diferencia del peligro que hoy enfrentan quienes se atreven a cruzar el periférico.

El arquitecto Rodríguez, sobre este tema recordó el trágico accidente ocurrido el 27 de mayo de 2016, cuando un grupo de 10 manifestantes resultó arrollado por un automovilista falleciendo dos de ellos.

C.R.: […] Anteriormente nos decían que no era posible hacer un túnel, cuando tenemos dos enfrente de Plaza Satélite.

I.M.: Esos túneles que mencionas han resultado problemáticos para los vecinos de Satélite, porque sí se han convertido en foco para el ambulantaje y la inseguridad. ¿Cuál sería la clave para que funcionara dicho túnel?

C.R: Tener control.

I.M.; ¿Cómo; quién llevaría el control, Fomento Cultural o el gobierno municipal o la Asociación de Colonos de Ciudad Satélite que hoy se encuentra dividida y en medio de un conflicto de intereses?

C.R.: Asociación de Colonos no tendría injerencia […] El gobierno solo no puede ser. INBA solo no puede ser. Por eso nosotros insistimos en que haya una participación ciudadana; y en 14 años de existir como asociación hemos demostrado, creo, que somos una asociación seria sin ánimo de lucro y sobre todo interesada en difundir la importancia artística, histórica y cultural del monumento de las Torres de Satélite y no nada más.

Luis Barragán y Matías Goeritz.
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
I.M.: La Fundación Barragán, que entiendo está en Alemania, ha hecho caso omiso a la obra, ¿cierto?

C.R.: El problema original de que estuvieran como abandonadas Las Torres se debe a un conflicto sobre la autoría entre Luis Barragán y Matías Goeritz, artista plástico […]. La Barragán Foundation es de Federica Zanco, está en Suiza; tiene los derechos nada más de la obra gráfica de Barragán […]. ¿Por qué no se involucran aquí en Las Torres? Porque aquí no hay manera de que ganen dinero a diferencia de lo que ocurre en la Casa de Barragán, en Jalisco.

[…] El año pasado, 2015, se cumplieron los 100 años de nacimiento de Matías Goeritz y en todo el mundo hubo exposiciones de él. ¡Qué vergüenza! que, aquí en Naucalpan, donde tenemos la obra, no la más importante, sino la más emblemática, la más majestuosa de este artista plástico de talla internacional, el gobierno no hizo nada. Ni en los 50 años de Ciudad Satélite. Todo el trabajo de ese aniversario lo hicimos nosotros. Por eso actualmente nos preocupa la falta de interés.

Parroquia de Nuestro Señor del Campo Florido
del Arq. Félix Candela.
Foto: Archivo VETA Creativa
I.M.: Algo similar a lo que ha ocurrido con la obra también emblemática de otro importante arquitecto español, Félix Candela, quien erigiera a escasos metros de dichas Torres de Satélite una de sus más importantes obras, la Parroquia de Nuestro Señor del Campo Florido. Otras de las obras de este arquitecto creador del concepto de estructuras de cascarón son el Palacio de los Deportes, el  Museo de Historia Natural, en Chapultepec… Nadie ha hecho nada para celebrar sus 50 años de existencia y, en cambio, el año pasado se construyeron unos baños adosados a la torre del campanario que rompen radicalmente con el concepto y la estética original.

C.R.: Como asociación, el año pasado hablamos con la presidente interina Claudia Oyoque, para presentar una conferencia en el Teatro Bicentenario relativa a los 50 años de Las Torres, a la que se invitó a gente muy importante del ámbito artístico y cultural; pero, se canceló de última hora por causa de preferir el gobierno dar el espacio a un evento del DIF ahí y en el mismo horario. No tengo nada contra el DIF, pero ello es muestra de la falta de compromiso de los gobiernos municipales para con el tema cultural.

En enero próximo se festejan los 60 años de Las Torres y de Ciudad Satélite. Hace 10 que las pintamos gracias a la donación de Comex y estamos trabajando para celebrar esa fecha como no pudimos hacerlo.

I.M.: Entiendo que el gobierno municipal de Edgar Olvera está buscando reunirse con varias agrupaciones, incluido Fomento Cultural Torres de Satélite que presides, además de artistas y personalidades diversas precisamente para poder organizar los festejos por esos 60 años de Ciudad Satélite y los 45 de Plaza Satélite. ¿Cómo imaginas las Torres de Satélite en el futuro cercano viendo que ya fueron afectadas en su base, la explanada, que ya están prácticamente ahorcadas por la circulación y que quedan como un monumento ahí, en una isla que nada más queda para ser visto al paso y en la distancia?

C.R.: Yo me las imagino mejor. Esa es mi motivación […] Creemos que ya estamos a un paso de la declaratoria ante la UNESCO, hemos cumplido con muchos de los requerimientos que pide esta organización. Solo falta que nos repongan el cableado y luminarias que se han robado, quitar los grafitis. Estamos junto con INBA y gobierno estatal planeando un programa de normatividad que regule el acceso a Las Torres tanto como su mantenimiento integral y conservación.

I.M.: Tú, como experto dedicado al tema, explícanos. Hay personas que ven las Torres de Satélite y las consideran unos pilotes ahí horrorosos, meros mojones, no entienden su significado. ¿Qué significan las Torres de Satélite?

C.R.: ¡Esa es la pregunta más importante de todas! Cuando se desconoce de qué trata una obra, su valor artístico, quién la hizo, el mensaje que implica o la emoción que pretende provocar en el espectador se la disfruta menos.

I.M.: Aun cuando el arte primero ha de gozarse y luego entenderse desde su esencia y sustancia.

Matías Goeritz.
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
C.R.: Así es… Las Torres de Satélite fueron creadas por un artista ya consumado en Europa cuando el arte contemporáneo estaba en su apogeo. Matías Goeritz no se hizo en México. Él creo un concepto de arte monumental urbano y, por las características, las Torres de Satélite son el primer ejemplo de arte minimalista en México y en el mundo.

Una de las características del arte contemporáneo es que no tiene que ser “bello” en el sentido clásico de la idea, sino que su belleza es más emocional e intelectual, provocadora.

Caminar entre las Torres de Satélite, observar de cerca o lejos su majestuosidad implica la intención de Goeritz de crear un arte emocional. Es una obra que, a querer o no, obliga a ver hacia el cielo. Eso era lo que quería Matías Goeritz, conectar al ser humano con Dios.

¿Cuál es el significado de Las Torres? Es una oración plástica, así las definió Goeritz. Una oración plástica, una obra espiritualmente dedicada a Dios.

I.M.: Yo las he descrito como una mano, la mano de la Madre Naturaleza saliendo de entre la tierra para alcanzar el cielo o la luna. Sobre todo, por la dinámica de observación conforme uno se acerca o aleja de ellas, en especial en la dirección norte-sur.

Maqueta final en el estudio del Arq. Barragán
Foto: Fomento Cultural Torres de Satélite
C.R.: No. Eso es imposible porque, tocando nuevamente el tema de la espiritualidad tanto de Matías Goeritz (judío) como de Luis Barragán (católico), Las Torres fueron creadas originalmente en concepto de siete. Eran siete torres, no cinco. Nunca fueron concebidas como una mano, sino a partir del número siete de valor cabalístico. El triángulo, como forma perfecta, y que se repite torre tras torre, conecta con las ideas de la Trinidad y de la armonía.

Cuando llegó el momento de construirlas empezaron los cambios. Eran de 200 metros de altura y esta se redujo primero a 72 y al final a 52 metros de talla, la más alta, así como su número se restó a ser cinco.

I.M.: Tocaste el tema de la armonía. Se han quedado fuera de armonía Las Torres en relación con el contexto en que se encuentran. ¿Cómo puede recuperarse la armonía que tenían dado el contexto actual agobiante, abrumador?

C.R.: Mira… Manteniéndolas en buen estado. Manteniéndolas como las Torres de Satélite, obra artística y no mero distintivo geográfico. En el concepto original de Matías Goeritz, él ni siquiera sabía que habría con el tiempo edificaciones a los lados de su obra. A él le dieron un espacio, una explanada, una base para una escultura y ahí levantó su obra. Lo que luego llegó no debía afectar a Las Torres en su presencia primordial. Si nos concentramos en las tareas del mantenimiento y la conservación estéticos seguirán siendo ellas. Y para esto es necesaria la presión social consciente del valor artístico, cultural e histórico de la obra; una presión inteligente, conocedora, sensible.

¿Qué sí podía afectarlas? El Viaducto Bicentenario, un proyecto grave que hubimos de detener con leyes en la mano. Si se hubiera hecho elevado, sí habría sido destrozada la armonía estético-urbana.

I.M.: Esperemos a ver qué ideas surgen de este taller de “Reactivadores sociales” para dar a las Torres de Satélite nueva vida.

Bajo la sombra de Juárez

EL GOBIERNO DE NAUCALPAN presidido por Edgar Olvera Higuera ha comenzado un programa de relaciones públicas denominado "Conoce a tu presidente" que comienza por imbuir a profesores y escolapios de lo que es Naucalpan en tanto una "ciudad con vida"; y como parte de este programa efectúa visitas guiadas por las instalaciones del ayuntamiento. La idea, según entiendo, es hacer extensivo el programa a grupos diversos de ciudadanos en un afán de acercar al gobierno con la población y así desarrollar una nueva y mejorada conciencia de lo que significa ser naucalpense.

En principio me parece bien y me recuerda, toda proporción guardada, las experiencias que viví de niño. El video propagandístico efectuado al respecto, supongo que el primero de muchos, muestra al Director General de Educación Eynar de los Cobos Carmona haciendo de guía turístico de los visitantes, comenzando, según indica el video:
[...] en la estatua de Benito Juárez ubicada en la explanada del ayuntamiento, donde se les explica el significado de la palabra Naucalpan y se les narra brevemente la historia de nuestro municipio
Lo que no especifica el video es si se les dice a los estudiantes y profesores que el autor de la escultura del Benemérito es el artista mexicano de renombre internacional, Ricardo Ponzanelli, heredero de una importante tradición artística. Como seguro tampoco se les hace la observación, en calidad de lección cívica, de que ese monumento tuvo un costo de un millón 200 mil pesos que los gobiernos inmediatos anteriores de David Sánchez Guevara, exalcalde preso acusado de peculado y quien encomendara la obra, y el interino de Claudia Oyoque, no le pagaron al artista. Y que el gobierno actual que tiene poco más de cien días no ha definido la situación lavándose las manos frente al adeudo tanto como frente a la posibilidad del retiro de la obra por parte del autor y acreedor indignado.

Me parece que tanto la Dirección General de Educación como la Dirección del Instituto de Cultura y Artes, esta encabezada por David Oviedo González, harían bien en ejercer la presión interna correspondiente para llamar la atención del presidente municipal Olvera y al Tesorero Municipal, Iván Arturo Rodríguez Rivera, y zanjar de una vez por todas este penoso asunto, bajo la premisa del mismo alcalde de poner orden y generar conciencia entre los naucalpenses.

Es cierto que las finanzas no son de bonanza, sino al contrario la austeridad es el signo determinante, pero bonito ejemplo da el gobierno dando lecciones cívicas bajo la sombra de un Juárez que no reconoce como propio, pues no lo ha pagado, pero tampoco hace lo correspondiente para resarcir al autor aun en el posible afán de recuperar y dar un destino más digno a su obra. Me parece de una incongruencia total, pues ni pone orden en este pormenor y al contrario genera una conciencia contraria a la que se pretende ensalzar a los ojos de las nuevas generaciones. Claro, los pequeñines poco se dan cuenta de los entretelones de la política, pero si se les explica...

El respeto al derecho ajeno es la paz.


Prohibido prohibir

(El siguiente texto es un capítulo de mi ensayo Infernal hermosura, en preparación.)

EL TEMA DE LOS NARCOCORRIDOS, como antes el de los corridos revolucionarios o las canciones de amor y contra ellas o ellos, o en su momento el jazz o el rock & roll, ha sido uno que, en México y Estados Unidos (y no nada más), ha generado no solo polémica, sino incluso censura gubernamental, habiendo llegado al extremo de, como hizo el exalcalde de Ciudad Juárez, Javier Garfio —a quien se le otorgó la licencia para dejar el cargo el 6 de diciembre del mismo 2015—, proponer su prohibición y, en caso de desacato, sanciones como multas hasta por 330 mil pesos o arresto hasta por 36 horas a los responsables de las emisoras que transmitan tales contenidos o incluso a los cantantes populares y grupos de trovadores que difunden tales canciones en bares, cantinas y otros centros de entretenimiento (CORIA Rivas, 2015), lo que contrasta no nada más con la opinión de cronistas musicales o estudiosos del tema, autores de diversas disciplinas artísticas, sino de la misma Kate del Castillo, pues ven en ellos lo que justamente son, a despecho de las buenas conciencias: una forma de expresión popular [corrección de estilo mía]:
Yo creo que estamos en un mundo libre. Somos adultos. A los niños hay que cuidarlos, desde luego; tener censura, en casa, porque todo empieza en casa y la educación empieza en casa. Pero los narcocorridos a mí me encantan. Se me hace una música bien padre […] Son historias, historias verdaderas [sobre las] que, además, no podemos hacer oídos sordos en nuestro país, [pues] suceden todo el tiempo. 
Teresa Mendoza vive terriblemente, la suya es una vida que nadie quiere; todo lo que toca, muere; se queda sola. ¡Es horrible! Así que yo no veo dónde está la oda al narcotráfico (CASTILLO K. , "Kate del Castillo habla sin pelos en la lengua de los narcorridos", 2015).
Caso más serio es la propuesta del senador priyista Jesús Casillas Romero hecha el 30 de marzo de 2016, para votar un punto de acuerdo con la finalidad de condenar “cualquier expresión que promueva la violencia de género” y adicionalmente exhortar al retiro de la difusión del videoclip del cantante Gerardo Ortiz, producido para ilustrar el tema de la canción “Fuiste mía” con más de 20 millones de vistas al momento de escribir estas líneas, contra la ridícula cifra de 99 del video en el canal YouTube del senado mostrando el extracto respectivo.


Describiendo de manera sucinta el video en cuestión, el senador consideró que el contenido, al que calificó de “altamente violento, misógino y que atenta contra la dignidad de las personas” (como si no hubiera en la historia de la televisión y el cine obras más terribles y sangrientas), hace apología del delito desde el momento que, al plantear la trama una infidelidad que motiva al protagonista a asesinar, justifica el crimen pasional.

En el video, como en tantas novelas y dramas teatrales o cinematográficos antes, el hombre engañado asesina de un balazo en la frente al amante y rival; luego, dolido, suponemos que veja a la mujer —nunca se muestra el hecho explícito— en la idea de someterla a una “lección” inolvidable, para más tarde encerrarla en la cajuela de un automóvil que incendia en algún paraje, por lo que inferimos que la “inocente” fallece quemada viva en una clara sinécdoque alusiva al dicho popular: quien juega con fuego, acaba quemado.

No nada más incómodo con este violento elemento dramático, el senador abundó en la indignación que le provocó a él (aduciendo que el malestar puede ocurrir a cualquiera, especialmente si es mujer) la escena de sadoerotismo en el baño, sin reparar o hacer mención siquiera a los otros aspectos morales implicados en el tema de la infidelidad o los toqueteos sensuales con que arranca la obra. O sea, sí, es comprensible que la solución dada por el protagonista resulta excesiva; no obstante, la ofensa que la detona no es menor, a menos que se vea a la infidelidad como si una mera ocurrencia, simple tentación en la que cualquiera puede caer.

El video, en realidad, lo que muestra es una versión sintética y de regular calidad de Otelo de Shakespeare, solo que de modo no más explícito sino un poco más desarrollado en su crueldad y el moro (como si la conducta quedara justificada por la barbárica negritud del personaje) también quedó impune a ojos de la justicia humana.

El drama presentado es de gran profundidad humana y tan cotidiano como respirar. Por supuesto me refiero al tema de la infidelidad y la virulenta reacción del amante ofendido, no a la violencia que ejerce pues está visto que hay muchas maneras como los cornudos toman carta en el asunto de la revancha.

La propuesta del senador no atenta a la libertad de expresión tanto como a la posibilidad de, mediante esa libertad, traducir la realidad en mensajes estéticos cuya carga comunicativa dista de ser “didáctica” porque no está en su propósito original.

El día que no podamos contar lo que vemos, oímos, sentimos, pensamos, sabemos o nos enteramos porque, no sea que estemos “justificando” conductas nocivas, ese día no solo habremos dado al traste con el fundamento de la literatura, de las artes plásticas o incluso el arte popular, sino habremos dado la puntilla a la cultura en general con el estilete de la estupidez ya más inclinada a la imbecilidad.
[…] El problema de esto es que se hace una apología del delito. Pareciese más una promoción [del mismo], porque no se nota… no denota que, a consecuencia de estas conductas, el involucrado sea sujeto a la justicia, sea detenido y, por el contrario, queda en completa libertad y […] con una inmensa impunidad.
Es decir, el crítico musical que palpita en el senador habría estado contento si, además de la violencia explícita, el creador también le hubiera sumado en la trama el arresto explícito. Aceptaría tal vez una violencia implícita, censurada, pero no un arresto implícito como está precisamente marcado en el video desde el momento que se incluye como personaje y con escena específica a la autoridad en acción.
Pero el asunto no termina ahí […] El problema es que en este video también participan elementos de la seguridad pública del municipio de Zapopan, Jalisco […] uno de los municipios donde ya se emitió la “alerta de género”. En Jalisco se han cometido más de 550 feminicidios en los últimos años […] y hoy este video parece ir totalmente en [sentido] contrario a lo que las autoridades han determinado para evitar que las mujeres […] sigan siendo violentadas, mancilladas […] (CASILLAS Romero, 2016)
En Zapopan, también, donde hay una de las avenidas más largas dedicadas a establecimientos de bares, table dance y antros variopintos donde prostitución y trata de blancas es negocio de los mismos políticos por intermedio de prestanombres. Donde el narcotráfico ha hecho su colonia. Ahí está el meollo. Atacar al video lleva jiribilla, es pretexto para dos cosas: una, abrir la puerta para asestar un golpe al cártel Nuevo Jalisco; dos, abrir la puerta a la impunidad de los actores políticos en el ámbito de la opinión pública.

Minar, controlar las manifestaciones artísticas como en tiempos de la gran prohibición tiene tentados a muchos, comenzando con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, hartos del acoso de que son objeto en redes sociales, la Internet, y medios tradicionales y alternativos, como puede ser mi blog Indicios Metropolitanos.

Desde este punto de vista, el senador exhortó a la Secretaría de Gobernación, para que, en el ámbito de su competencia, pudiera emitir una disposición legal para prohibir la difusión del video en cuestión y videos semejantes en lo sucesivo. Exhortó también al presidente municipal de Zapopan y al Congreso estatal de Jalisco a investigar la participación de la Comisaría General de Seguridad y el presunto uso de recursos humanos y materiales en la producción del video. Así, si miramos la historia de la censura en el mundo, se comienza proscribiendo a uno y su obra, y se sigue coaccionando a todo aquel que ose hacer un gesto contrario a la voluntad del Estado.

A este punto de acuerdo, la senadora panista Silvia Garza Galván añadió una propuesta más atrevida y tajante al proponer que además se prohíba la difusión de obras que infundan terror.
[…] Si bien tenemos la libertad de subir, publicar, etcétera, hay una línea muy frágil que estamos rebasando […] Ya pasan cuestiones muy difíciles de superar […] de terror, como para estar difundiendo este tipo de videos que no van con nuestros valores y principios (GARZA Galván, 2016)

Estas virulentas, aunque comprensibles, reacciones de los senadores y de los políticos en general, haciendo “eco” al sentir de una parte de la población, no son sino la superposición de prejuicios morales frente a las propuestas y valores estrictamente estéticos y comunicativos de obras como las comentadas.

Cuando una obra artística es vista con los ojos de la moral, indefectiblemente resulta escandalosa, herética o, en el otro extremo, santificadora. Porque el ojo del artista, en el momento de la creación lo que busca es justo destacar aquello que, o el resto de la sociedad se niega a ver, o no atiende por estar inmersa en otros intereses más egotistas.

El claro desconocimiento de parte de los senadores de lo que implica la producción de una obra narrativa acentúa la equívoca lectura del texto por no atender al contexto; o, viceversa, enfatiza la equívoca lectura del contexto por no detenerse en asimilar los límites narrativo-descriptivos a que está sujeto el texto en su trama básica.

Imagina, lector, lo siguiente: Caperucita camina por el bosque, topa con el Lobo. Charlan. Él la seduce y ella accede a sus requiebres, aun con tintes violentos. Entonces él se la “come” viva, en medio de la soledad del bosque, teniendo por únicos testigos a los árboles y las ruidosas aves en la enramada. Él, satisfecho, se va campante por el camino rumbo a su guarida ignorante de que, en otro punto del sendero, un cazador como él, ávido de pieles, acecha.

Principio básico de todo texto narrativo (literal, musical o icónico) al planearse la trama es que “algo tendrá que ser hecho” y “algo es hecho”, esto supone una estructura elemental ya explicada primero por Aristóteles y más modernamente por una pléyade de autores (Umberto Eco, Roland Barthes, Joseph Campbell, Tzvetan Todorov, y un largo etcétera); sin embargo, desde el momento que toda obra es un ente abierto (a la interpretación) nunca es del todo cerrada. No siempre el autor está obligado a provocar una catarsis, a trazar un desenlace con carácter de moraleja. En muchas obras, lo valioso no es lo que está siendo evidente, en este caso del video lacerante de la sensibilidad de los senadores, sino lo que no lo es, lo que no está. No está el arresto, pero está la policía. Está el incendio y la cajuela, y vemos el cadáver del amante cayendo ensangrentado y a la mujer en lencería de pie junto al vehículo, pero no nos consta que sea quemada viva, porque no es evidente. Eso que no está queda sujeto a la interpretación del espectador, del lector. Inferir una cosa puede ser tan erróneo como inferir su contrario.

Gerardo Ortiz - Fuiste Mía (Official Video) from José Antonio de la Vega on Vimeo.


Leer el video finalmente proscrito tras el triunfo de la intolerancia tras la petición efectuada mediante Chang.org por la periodista queretana Jovana Espinosa (para ver el video incluido escribe la clave "fuistemia1"), no puede pasar ni quedarse en un solo nivel, el superficial. Las imágenes pueden resultar fuertes, provocadoras, sensuales, incitantes de mil maneras, pudo recurrir el creador a muchas fórmulas gráficas tanto más o menos agresivas para la susceptibilidad de los espectadores, ser tan sangriento como un filme de Tarantino o tan anodino como comedia romántica, pero de todos modos obedecen a la historia que la letra de la canción pretende narrar:

Vienes y me tocas el cuerpo
y te llevas mi alma
y no sabes lo que siento,
pero a solas me juras
y en algunas [veces] perjuras
que soy tu deseo.

Tienes un sabor a mentira
[con] que seduces mi vida,
eres tú tan divina;
y me entrego a tu aliento
y al olor de tu cuerpo,
no sabes lo que siento.

Llegas y me llevas al cielo
y me llenas de besos
y me dices “te quiero, corazón”.
Oh, sí, es por esas mentiras
que me endulzan la vida
[que] eres tú mi alegría.
Es mejor que me vayas contando
en qué tiempo fuiste mía.

Llegas y me llevas al cielo
y me llenas de besos
y me dices “te quiero, corazón”.
Oh, sí, es por esas mentiras
que me endulzan la vida
[que] eres tú mi alegría.
Es mejor que me vayas contando
en qué tiempo fuiste mía.

Contrástese la letra con la de otras canciones abordando el mismo tema, como los boleros “Sabrá Dios” y “Se te Olvida” de Álvaro Carrillo, podrá notarse que el dolor ante la afrenta de la infidelidad confirmada o supuesta detona la ira del afectado, la que deriva en una amenaza explícita, en una potencial violencia implícita que, de suscitarse, puede tomar formas de agresión psicológica, la resignación o llegar al extremo del asesinato o el suicidio, y esto independientemente del género de la víctima, porque la obra artística, aunque tomando ejemplo concreto en una situación específica tiene alcance universal:

Sabrá Dios, si tú me quieres o me engañas,
como no adivino, seguiré pensando,
que me quieres solamente a mí.

No tengo derecho en realidad para dudar de ti
y para no vivir feliz, pero yo presiento
que no estás conmigo, aunque estés aquí.

Sabrá Dios, uno no sabe nunca nada,
me dará vergüenza, si este amor fracasa
nada más por mi equivocación.

Y debo estar loco,
para atormentarme sin haber razón,
pero voy a luchar
hasta arrancar ésta ingrata mentira
de mi corazón.

Sabrá Dios, uno no sabe nunca nada,
moriré de pena, si este amor fracasa
nada más por mi equivocación.

Y debo estar loco,
para atormentarme sin haber razón,
pero voy a luchar
hasta arrancar esta ingrata mentira
de mi corazón.
— § —

Se te olvida que me quieres a pesar de lo que dices,
pues llevamos en el alma cicatrices
imposibles de borrar...

Se te olvida que hasta puedo hacerte mal si me decido[1],
pues tu amor lo tengo muy comprometido,
pero a fuerza no será...

Y hoy resulta que no soy de la estatura de tu vida,
y al soñar otros amores se te olvida
que hay un pacto entre los dos[2].

Por mi parte te devuelvo tu promesa de adorarme,
ni siquiera sientas pena por dejarme,
que ese pacto no es con Dios.

La tendencia moralista que intenta oponerse a las formas posibles de ideas como las expuestas en las canciones anteriores querría erradicar toda conducta hiriente, pero ello atentaría con la esencia humana y demuestra más miopía intelectual que caridad solidaria respecto de las víctimas de la violencia.
La opinión de Kate del Castillo sobre los narcocorridos, dada a conocer en noviembre de 2015 durante una entrevista para el programa de “El Bueno, la Mala y el Feo” de la radiomisora 92.1 Uforia Station perteneciente a Univisión de Los Ángeles, la retomó la televisora en el programa “Sal y Pimienta” a casi un mes del escándalo y con un propósito muy característico para mantener analíticamente la atención, que no el seguimiento puntual, sobre una noticia ya para entonces en reposo natural como establece la teoría periodística, he hizo esto argumentando como suspicaz justificación que
[…] Lo interesante es que ella habló unas semanas después —dijo enfatizando Lourdes Stephen, conductora de “Sal y Pimienta” de que se reunió en México, clandestinamente, con Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Aplicando esto de manera específica a la narcocultura, de la que no todo producto cultural como el analizado y señalado por los senadores es parte, entre las conclusiones a que llega Mondaca-Cota:
La narcocultura, habiéndose instaurado como un fenómeno social y cultural, generó ambientes y espacios propicios para construir un conjunto de manifestaciones culturales y crear imaginarios en contextos sociales favorables. Desde lo cultural, diversas formas objetivadas y subjetivadas derivaron en objetos concretos y subjetivos vinculados a la narcocultura, estos dieron forma a una amplia cantidad de componentes materializados en dinero, autos, vestimenta, joyas armas, etcétera, evidenciados en espacios específicos [que …] se convierten en espacios de expresión de la narcocultura. 
Estos componentes configuran visiones del mundo en las prácticas de la vida cotidiana, concepciones del mundo donde el dinero, los excesos y el consumo se traducen en formas de pensar y estilos de vida. La narcocultura se manifiesta a través de la arquitectura, la bebida y la música, la vestimenta, la religiosidad, las creencias, los códigos de honor, entre otros; está presente en los espacios de la ciudad: las calles, los espacios religiosos y de entretenimiento […] 
Pero no sólo en los espacios de la realidad de lo visible se expresa la narcocultura, sino que está en los actos de la ilegalidad y de paralegalidad […] Ahí se cristalizan la impunidad y el poder […] 
Mientras que la función informativa de los narcocorridos cumple con ofrecer datos de la vida real y ser contrapeso de los datos oficiales, la construcción de los mitos también tiene sus efectos en la sociedad. No son solo la ficción y la realidad los componentes que acercan al actor simbólico con la audiencia, sino las leyendas que se tejen a su alrededor […], por lo que el hecho de exponer todo un arsenal de elementos para demostrar la violencia y la muerte, el atrevimiento y los arrojos; el poder y el control, el éxito y los triunfos, etcétera, tiende a conferir significaciones que sobrepasan lo real de lo imaginario, como foco de atención. Vistos como crónicas, los narcocorridos contienen representaciones de orden mítico, “a veces inventado”, como bien dicen los actores juveniles y lo confirman algunos compositores y productores de música, “pa’que sea creíble”, “pa’que venda más”. Es esa función mítica la que reinventa el mundo de los narcotraficantes y alimenta aún más la vida cotidiana (MONDACA-COTA, 2012, págs. 323-325)
Permitir que acuerdos legislativos retrógrados como el propuesto por el senador Casillas o la “Ley Beltrones” o la “Ley Fayad” pasen a mayores, abriría la puerta no a la censura y el control estatal, sino a la coacción misma impuesta sobre los creadores al más puro estilo macartista. Eso sí es lo que no podemos permitir los mexicanos como sociedad y nación, porque sería un retroceso en lo obtenido en materia de garantías individuales. Ya bastante se movió el tapete al aprobar los diputados reformas en materia del “estado de excepción” (LA JORNADA, 2016).

Voy de acuerdo en que cierto grado de censura estimula a la creatividad, porque obliga al creador a encontrar e inventar nuevas formas de expresión, a sorprender, pero esto requiere igualmente un público educado para comprender los juegos metafóricos resultantes y, por desgracia, los niveles educativos de nuestro país han demostrado que la capacidad para la comprensión lectora de la población está por los suelos. Así, hacer mensajes elaborados e incomprensibles para la mayoría significaría más bien un golpe mortal y deterioro de la industria cultural nacional, ya bastante vapuleada por otros motivos.

No es por medio de iniciativas legislativas y legaloides como los políticos van a resarcir el déficit educativo imperante. El arte no tiene entre sus funciones preponderantes ser didáctico en materia de valores. Sí, toda obra carga en sí misma el bagaje axiológico de su creador y la cultura en que se gesta, pero no está en su objetivo primordial más que “enseñar”, en tanto mostrar un punto de vista sobre determinado tema. El resto es tarea del lector.



[1] Subrayado mío.
[2] Alguna versión, como la cantada por Luis Miguel, cambia este verso para decir: que al dejarme casi, casi se te olvida / que hay un pacto entre los dos