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Las tentaciones del cuarto poder


Del extracto de la mañanera que incluye el video debajo de estas líneas rescato a mi vez el momento donde arranca el vínculo. Un cuestionamiento interesante, "sensato" en apariencia de parte del colega Luis Guillermo Hernández, pero que implica una tramposa tentación de la izquierda desde siempre. Contrarrestar la desinformación no se consigue con "políticas públicas" tendientes al "control de la información" como censura velada y oportunista o a modo de los intereses de un conjunto de liga de la moral periodística. Aunque se antoja virtuoso crear una "regulación" que meta al gremio periodista en cintura, siempre cabrá la duda de quién sostendría la vara con que sería medido el ejercicio de nuestras libertades de expresión y de publicación e incluso de equivocación. Mírese lo ocurrido en la ex URSS o lo que pasa ahora en China con el exacerbado e incisivo pretendido control de los medios por parte del PCCH.

El ejercicio de la mañanera, lo he dicho, en su espíritu es buena cosa, pero está podrido por causa de los intereses gubernamentales y la distorsión del usufruto que se consigue de la dizque conferencia de prensa convertida en un show distractor más que orientador, determinante de la agenda informativa de forma más escandalosa en contraste con el modo sutil como se hacía antaño y aún mediante el "boletín de prensa".

La nueva sección de "Quién es quien en las mentiras" ya con un mes de antigüedad, aun siendo una buena oportunidad para el análisis equlibrador, en realidad ha resultado un torpe y perverso juego de espejos donde, como en la casa del jabonero, quien no cae, resbala, incluido el propio Presidente, ese "viejo culero de Palacio Nacional" como dijera un tuit apócrifo atribuido presuntamente al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón.

La respuesta dada por el Presidente al colega Hernández es sin duda de las mejores que insistentemente da y con la que siempre concordaré y no por remembrar a Sebastián Lerdo de Tejada: "a la prensa se la controla con la prensa". Sino porque detrás de esa frase lapidaria subyace una estrategia asaz inteligente: al fuego se le combate con fuego, aunque también se trata de una estrategia de riesgos contraproducentes si no se toman las precauciones respectivas.

Una válvula de presión para controlar a la válvula misma

Una de las preguntas que personalmente como profesional de la comunicación me hago constantemente aun desde antes de la pandemia es qué tanto es tantito en materia de información y qué hace que el bombardeo informativo pueda ser considerado infodemia, como se ha calificado hoy a la abundancia de informaciones de toda índole, incluso falsas, que se distribuyen a diestra y siniestra por las redes sociales. ¿A quién culpar de dicha infodemia? ¿A los creadores de las noticias falsas, mentirosas y que sí los hay? ¿O al público crédulo, ignorante que en su pereza, abulia o incapacidad e impericia no verifica los datos, no cuestiona lo presentado como evidencia, lo que se reporta como hechos consumados? Los primeros siembran, pero los segundos cosechan y distribuyen, replican, multiplican, distorsionan. ¿Aquí cabe aquello de que tanto peca el que mata a la vaca como quien le agarra la pata? ¿Quién agarra la pata a la información y quién asesta el golpe que descabella a la razón con despropósitos?

Los afanes más denodados por conseguir una prensa más ética se dieron a finales de la década de los ochenta y comienzos de los noventas del siglo pasado, cuando importantes cadenas noticiosas de medios impresos y televisoras se adelantaron a las preocupaciones gubernamentales con el interés de conservar a las audiencias, conscientes de que estas estaban ya evolucionadas y resultaban menos manipulables que en la primera mitad del siglo XX; audiencias que además reclamaban sus derechos específicos los que creían podrían garantizarse mediante la creación del ombudsman de las audiencias (que no todas las empresas mediáticas han implementado e integrado a no ser como un recurso retórico y legaloide). Entonces plantearon códigos de conducta, deontologías que, de la mano del esfuerzo de desarrollo organizacional buscaba consolidar una visión administrativa asentada en una filosofía capaz de presentar a la empresa de medios como una con responsabilidad social en una línea semejante a la expuesta por otras empresas de distintos giros como las automotrices, las farmacéuticas, etc. ¿Maquillaje? Quizás, si seguimos la crítica al respecto elaborada por filósofos como Jean-François Lyotard o Gilles Lipovetsky. Y tal vez el planteamiento de la nueva sección de la mañanera es un reciclaje de lo mismo, pero desde la óptica gubernamental y como una consecuencia extensiva y heredada de las inquietudes surgidas entre los parlamentarios ingleses ante el descontrol por los cáusticos arranques críticos y sasrcásticos de la prensa allá a finales del siglo pasado, o de las consecuencias excesivas de la crítica de medios como la revista francesa Charlie Hebdó derivados en peores excesos terroristas como el atentado a la misma.

Pretender regular a la prensa es casi tanto como pretender regular el pensamiento, algo que también ya antaño algunos propusieron a través de pedagogías perversas como la fascista, la puritana, la jacobina.

Se antoja admirable que entre los mismos periodistas halla quienes se muestren indignados, preocupados por el tema y las prácticas torcidas, pero ni ellos tienen la fórmula para un periodismo ciento por ciento neutral, objetivo, edulcorado. Todo periodismo es comprometido, más o menos, para empezar con el registro de la verdad y ya se se que esta es no nada más parcial sino depende del color y la pureza del cristal con que se mira.

Consultando en el desierto

Foto: Archivo Indicios Metropolitanos.

DICE EL REFRÁN que no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla y el tiempo relativo para la emisión de una consulta popular en México, organizada por primera vez de forma institucionalizada, con presupuesto federal y bajo la tutela y logística del Instituto Nacional Electoral (INE) llegó a su fin, sentando así un precedente histórico que habrá de servir como ejemplo y ejercicio extendido de la democracia incipiente de nuestro país. Lejos quedan ya aquellas "consultas patito" elaboradas a mano levantada, como mera ocurrencia del momento, para cuestionar a la gente sobre obras públicas consideradas como "actos de gobierno", como si juegos de lotería o bingo para justificar la necedades de tal o cual actor político.

Por supuesto que en el camino de la puesta en práctica ordenada hemos podido ver más allá de las críticas en oposición o a favor del hecho, la necesidad de afinar el proceso asaz distinto aun cuando con similitudes al que estamos acostumbrados con los comicios federales y las intermedias para elegir diputados, senadores, ayuntamientos, gobernadores o presidente de la República.

Esta consulta, independientemente de la insidiosa  pregunta primigenia que inducía a la opinión pública hacia una respuesta concreta acerca de si enjuiciar o no a ex presidentes; independientemente de la modificación retórica efectuada por los ministros de la Suprema Corte de Justicia tras sentenciar que la consulta venía a lugar constitucionalmente, pero con una pregunta más amplia y general que no implicara la presunción de culpabilidad sobre personajes concretos por elemental respeto a los derechos humanos y la presunción de inocencia. Más allá de eso, el ejercicio es una gran lección cívica, política y democrática tanto para los mexicanos como para otras naciones, incluso aquellas donde la práctica de efectuar consultas, referendos, plebiscitos es más o menos frecuente y fructífera. Ahí tenemos el caso más reciente con la consulta en Gran Bretaña sobre el Brexit, para determinar la continuación o no del país dentro de la economía de la Unión Europea. Los resultados también están a la vista.

La lección del desencanto

En primer lugar implica una lección ocasionada por el desencanto y el fastidio.

Para que la consulta tenga valor vinculante la participación ciudadana tendría que ser mayor al 40% con base en los datos de la lista nominal y el padrón electoral que asciende a más de noventa millones de votantes.

Según pudo observar Indicios Metropolitanos, la afluencia de votantes a las casillas instaladas, fue tan pobre a un ritmo de cinco a ocho votantes por hora, en secciones con casillas con lista nominal de alrededor de dos mil votantes por mesa, cuatro mil en total —números redondos para estimar—, que con dificultad podría alcanzarse el diez por ciento de participación a nivel nacional; veinte si bien nos iba. Y las explicaciones habrán de ser muchas y variadas dependiendo del punto de vista que se cuestione.

A diferencia de otros comicios, la cantidad de funcionarios por mesa fue mucho menor y la ausencia de representantes de partido o de observadores electorales, así como de fuerzas de seguridad en los alrededores fue notoria. Metafóricamente las casillas eran un desierto.

Indicios Metropolitanos entrevistó por separado a las mujeres y hombres que participaron como funcionarios de casilla tanto como a ciudadanos alrededor y sus respuestas en síntesis las anoto de forma genérica y conjunta para pintar un panorama:

IM: ¿Cómo fue nombrado usted funcionario de casilla?

FC: No sé. Llegaron a mi casa, me dijeron que había salido sorteado y preguntaron si quería participar. Dije que sí.

IM: ¿Tuvieron problemas o dificultades para la instalación de la casilla?

FC: No. Instalamos en tiempo, abrimos como a las ocho y media de la mañana, la policía se presentó para preguntar por los datos de los presidentes de la casilla e informar que estarían pendientes de la seguridad alrededor.

IM: ¿Las mesas se instalaron con los funcionarios concretos o les faltaron miembros?

FC: En la mía solo faltó el escrutador; teníamos que ser tres. En la de enfrente no llegó más que el escrutador y la señora se prestó para ayudar en las labores.

IM: Por lo tanto, ¿las mesas quedaron con dos funcionarios nada más y uno "tomado de la fila" como dicta la ley?

FC: Sí, así es. Y no creo que haga falta un tercero, porque no hay tanta actividad ni tantos votos que contar. De hecho, gracias por la plática, estábamos bien aburridos.

IM: ¿A qué hora estiman terminar y entregar los paquetes electorales?

FC: Cerraremos a las seis y terminaremos como a las siete de la noche. Como puede usted ver las urnas no tienen muchos votos.

IM: ¿Ha habido algún incidente que reportar aquí o se han enterado por sus coordinadores del INE de casos extraordinarios?

FC: No, realmente no. Al menos nada serio, en alguna casilla algún votante que se puso difícil.

IM: Comparando con otras elecciones donde a los funcionarios se les pagan los viáticos con un emolumento simbólico, ¿les pagaron algo por estar ocupando su tiempo aquí?

FC: Sí, nos dieron trescientos pesos para la comida. Aunque, yo vengo por gusto y convencido de mi obligación ciudadana.

IM: En general, ¿qué reacciones han presentado los votantes que han asistido?

FC: Cordiales. Algunos se quejan más por el hecho de tener que venir de zonas alejadas, porque ahora no se instalaron casillas donde es costumbre; o porque no encontraban la casilla y votaron a regañadientes culpando por la mala organización. Alguno votó muy a disgusto y sin importarle que otros lo vieran, airadamente en la mesa ante nosotros marcó y dijo en voz alta que votaba por la negativa.

IM: ¿Hubo mala organización?

FC: No, realmente no; aunque sí debieron haber más casillas.

IM: En su opinión ciudadana, ¿cómo califica este ejercicio histórico de una consulta popular organizada de esta manera a nivel nacional?

FC/CIUDADANO: Pues, me parece bien. Aunque la pregunta a responder en la boleta es absurda e inútil.

IM: ¿Cuál es la pregunta?

FC/CIUDADANO: Si quieres que se enjuicie a los ex presidentes.

IM: ¿Esa es la pregunta que debe responder el votante?

FC/CIUDADANO: Bueno, sí... no. Así se entiende.

IM: ¿Así se entiende o así la entiende usted a causa de la pregunta original que dio pie a esta en el proceso de organizar la consulta?

FC/CIUDADANO: (Luego de pensar unos segundos.) Inducida. Sí. Esta es muy general, aquella era muy concreta y todo el tiempo se escuchaba y leía en los medios de comunicación que la consulta era para enjuiciar a los ex presidentes. De hecho, aquí en la boleta faltaron las fotos de los ex presidentes, para dejar clara la pregunta.

IM: ¿Debe preguntarse al ciudadano sobre la pertinencia de que se aplique la ley?

FC/CIUDADANO: No.

IM: La pregunta anotada en la boleta, así de general y ambigua como está, en caso de darse tendencia mayoritaria por la respuesta afirmativa y lograrse la mayoría vinculatoria, desde su punto de vista, ¿se prestaría para que también otros actores políticos como el mismo Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador fuera juzgado para esclarecer sus decisiones de años pasados?

FC/CIUDADANO: Definitivamente sí.

IM: Si sucediera lo contrario y el voto se inclinara por la negativa, ¿qué cree usted que pasaría?

FC/CIUDADANO: Pues que estaríamos dando paso a que la ley no se aplique para esos actores políticos y seguiríamos estando a expensas de sus decisiones chuecas o derechas. Sería tanto como avalar la impunidad, con o sin fuero. La verdad es que, se responda sí o no, no va a pasar nada al final.

CIUDADANO: No va a pasar nada, todo seguirá igual, esto ha sido una pérdida de tiempo y un gasto inútil. Pero, es un ejercicio importante para que se tomen en cuenta las opiniones del pueblo y la sociedad tome conciencia y tenga claridad de las razones y que nos han traído a la situación actual con estos gobernantes corruptos que hemos tenido, pisoteando nuestros derechos como pueblo. En resumen es un ejercicio positivo, una buena cosa.

IM: ¿Cuál cree que será la tendencia de respuesta, sí o no, o habrá mayor anulación del voto?

FC:/CIUDADANO: Creo que la mayoría marcará que sí, por la inducción previa a que estuvimos sujetos. ¿Mayor anulación? No lo sé. ¿Abstencionismo? ¡Es evidente!

IM: ¿Qué pasaría si la mayoría de los votantes cancelara, anulara su voto? ¿Cómo leer el mensaje?

FC:/CIUDADANO: Pues sería un claro mensaje de que no se está de acuerdo con la pregunta, con el proceso ni con los posibles resultados luego de la consulta. Pero, para anular, ¡mejor ni asistir!

Indicios Metropolitanos preguntó también a unos ciudadanos paseantes, oriundos de Querétaro, los que no tenían siquiera idea de que habría una consulta popular ni que se votaría en esta fecha primero de agosto de 2021; sin embargo, dijeron tener noticias acerca de la pregunta originaria y de que en 2022 se hará el referéndum para la revocación de mandato. Uno de ellos opinó:

De nada sirven estos ejercicios, es tirar el dinero a la basura y esfuerzo innecesario. Somos un pueblo incongruente, ahorita votamos que sí y a la vuelta de la esquina nos comportamos como si hubiéramos votado por el no; o viceversa, según nos convenga. Mejor que andar saliendo a las calles a manifestarnos o a organizar cosas como esta consulta, pongámonos a trabajar, es como sacaremos adelante al país. Con un pueblo ignorante como el nuestro es inútil preguntarle sobre temas que no entiende o no le interesan, porque todos ven para su santo y nada más.

Un funcionario muy aparte expresó:

Este ejercicio ha sido una buena experiencia, positiva. Pero, será mejor si se hace cuando de veras haya algo de interés y relevancia nacional que nos afecte a todos los mexicanos, no preguntas como esta, absurda. Además, tendrá que afinarse el proceso. No sé si, como sucede en otras elecciones, podría ser pertinente que hubiera también representantes de partidos políticos presentes, porque al fin y al cabo los mismos políticos y sus partidos han sido los principales interesados en inducir el voto de esta consulta o hacia el sí o hacia la negación [subrayado mío]. Además hay que cuidar que no se extienda la tentación de andar preguntando al pueblo a cualquier hora y por cualquier cosa.

Los resultados

Tras los comicios, Indicios Metropolitanos dio seguimiento a los resultados, los que se darían a conocer como una mera tendencia hacia las nueve de la noche del mismo día por parte del Consejero Presidente del INE Lorenzo Córdova Vianello.

Foto: Archivo Indicios Metropolitanos

Previo a esos resultados acudió nuevamente a reportear teniendo ocasión de entrevistar además a algún coordinador de secciones del INE quien informó:

Por causa del recorte presupuestal, para conformar estas casillas no hubo insaculación de funcionarios, a diferencia de lo que ocurre con las elecciones normales. Se emplearon en cambio las listas ya formadas de los funcionarios de las pasadas elecciones y a partir de ellas se hizo la convocatoria a los ciudadanos. Los únicos gastos que se dieron para este proceso fueron especialmente para la impresión de las boletas, en general de la papelería y los paquetes que debían incluir las áreas en blanco y la leyenda "consulta popular" entre otros elementos de diseño. Todo el resto del material electoral fue reutilizado de los anteriores comicios. Por esta misma razón presupuestal es que se determinó unificar secciones en las casillas; así, en algunas se dio atención a cuatro secciones y por ello las listas nominales por casilla incluyeron hasta casi dos mil registros máximo por mesa básica y contigua instaladas, cuando lo normal es que no exceda de setecientos cincuenta registros. También por ello no hubo casillas especiales instaladas  ni para ciudadanos en tránsito —dijo aludiendo tal vez a la crítica de la primera dama Beatriz Müller ocurrida en el transcurso del día y publicada en redes sociales— como otras veces.


Foto: Archivo Indicios Metropolitanos


IM: Desde su punto de vista, ¿esta ha sido una experiencia positiva o negativa? ¿Un triunfo o un fracaso?

COOR: Según se vea. Es positiva en cuanto a que se está ejerciendo un derecho enfocado a recabar la opinión del ciudadano acerca de la aplicación de acciones específicas sobre un tema concreto. Es positiva porque estuvo bien organizada, conforme a la ley. Es negativa porque la pregunta no era sobre un asunto de trascendencia nacional, aunque la gente no sabe que para aplicarse la ley en el caso específico de los actores políticos hay procedimientos de ley y amparo que impiden o entorpecen que se ejerzan acciones judiciales en su contra, de ahí la importancia de esta consulta, para que en esos casos específicos pueda hacerse vinculatoria sin pretextos de por medio en la aplicación de la ley tal como sucede con otros actores sociales. Es positiva porque, aun cuando el INE no tuvo nada que ver con el proceso previo y la redacción de la pregunta, logísticamente cumplió cabalmente con la función para la que fue creado. Sobre si es un triunfo o un fracaso, también depende del punto de vista, respecto de qué.

IM: Sobre los resultados que ha observado en las casillas a su cargo, ¿estima que estos incidirán en que sea vinculatoria la respuesta de los ciudadanos?

COOR: Definitivamente no, la baja participación es muy notoria. Dudo que siquiera se alcance un diez por ciento nacional de participación ciudadana y eso sería mucho. Solo en esta casilla, por ejemplo, no llegó ni al cinco por ciento. En otra de las casillas a mi cargo solo hubo treinta y seis votos. He sabido por otros coordinadores que en Chiapas hubo más afluencia de votantes. En Satélite, Naucalpan, me tocó estar en el momento que la alcaldesa Patricia Durán Reveles emitió su sufragio.

IM: ¡Interesante! Pero, más lo habría sido saber el sentido de su voto; porque, en tanto actor político, de votar afirmativamente sería tanto como darse un balazo en el pie dadas las decisiones de su gobierno municipal y a partir de mañana, conforme a la pregunta, ya comienza el pasado y podría ser su gestión objeto de escrutinio judicial. De votar por la negativa, sería tanto como rogar al cielo para que no se investigue sobre sus decisiones o las de alcaldes previos como Edgar Olvera, Claudia Oyoque, David Sánchez Guevara, Azucena Olivares, etcétera. ¿Entiendo bien?

COOR: En efecto. Así es.

Algunas conclusiones

Cuestionados todos los entrevistados sobre una visión general del ejercicio democrático histórico de esta consulta popular, las respuestas a la pregunta de a qué atribuirían la bajísima participación ciudadana, a su juicio y en resumen las razones se concentran en varios factores:

  • Uno es la poca cantidad de casillas, a causa de la fusión de secciones ocasionada por el recorte presupuestal, lo que también implicó la molestia natural de parte de los votantes al no saber la ubicación o no encontrar la casilla correspondiente.
  • Dos, aunque se dio difusión suficiente conforme a lo presupuestado, la gente o no se enteró o hizo caso omiso a los anuncios todavía saturada en su percepción por los comicios realizados tan solo un mes antes.
  • Tres, hay un desencanto y molestia sociales en relación al proceso mismo de la consulta. La gente ha calificado abiertamente el ejercicio de costoso, inútil y la pregunta de absurda, intrascendente o complicada, y por lo tanto han visto la consulta popular, por lo menos esta, como un hecho irrelevante para la vida del país, lo que no califican igual para el caso de la próxima y por venir relacionada con la revocación de mandato, agendada para el 22 de marzo de 2022.

En general, la gente ve con buenos ojos que haya consulta popular, referendo y plebiscito, aunque no entienden las diferencias y matices legales y los ven como palabras sinónimas para lo mismo y nada más.

En años anteriores, las dizque consultas populares efectuadas habían sido organizadas por partidos políticos como PRD o MORENA, sin intervención de ninguna autoridad o especialista en asuntos electorales, entre sus simpatizantes, aunque invitando a la comunidad a participar sin generar grandes expectativas y los temas habían sido tan polémicos como la Reforma Energética.

Alguno de los ciudadanos entrevistados por Indicios Metropolitanos también calificó de inútil esa venidera consulta sobre la revocación de mandato porque "a esta altura del sexenio, ¡ya para qué!; mejor que termine AMLO y se aplique su gobierno a sacar adelante al país que está estancado y que se deje de traernos con tantas distracciones".

Preparando el terreno

Es momento de reflexionar sobre el ejercicio, sus implicaciones, las distorsiones de que fue objeto por una insidiosa e insistente inducción del voto en un sentido particular por defensores o por detractores, o incluso por la desinformación o el mal entendimiento de parte de medios de comunicación, opinadores, colegas periodistas, políticos acerca de los alcances que como praxis político-democrática y filosofía política y del derecho encierran figuras como la consulta popular.

Al final de la jornada, el Consejero Presidente del INE Lorenzo Córdova Vianello felicitó al Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador por el éxito en la realización de la consulta popular:

Esto es un éxito y quiero felicitar al presidente Andrés Manuel López Obrador, nuestro presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, porque la primera consulta que se plantea y que fue solicitada por él, hoy está avanzando, llegando a su fase conclusiva, de manera exitosa.

Por supuesto esa visión optimista, triunfalista, segunda bofetada con guante blanco se puede entender solo en el marco de las confrontaciones entre la presidencia y el INE. Es irónico que cada vez que AMLO ha atacado al INE descalificando a la institución, el propio desempeño de esta ha contradicho los embates y, al contrario, legitima más y más al gobierno tapándole la boca al corroborarlo como resultante de una democracia que se va consolidando y de la que el INE ha sido bastión, árbitro y piedra fundamental, si bien como toda obra humana no está exento de mejoramiento.

Lo que unos ven como un éxito desde la óptica institucional, otros ya lo ven como un fracaso desde la óptica de la política oportunista que demostró, a pesar de las insidias, ser incapaz de movilizar a la gente para promover un voto a todas luces sesgado. Al final el pueblo no es tonto ni tan manipulable como piensan los demagogos. Ya lo había demostrado en los comicios intermedios de julio y lo confirmó con la consulta, dando al abstencionismo un valor de gran relevancia justo en el sentido que aquí, en estos Indicios Metropolitanos, he apuntado más de una vez al examinar el voto como una forma de expresión. El mensaje es claro, muy claro: si bien hay descontento frente a la política y la forma como la ejercen los políticos profesionales y hay disposición a participar, esta no está sujeta a caprichos ni a temas  que en último de los casos son ajustes de cuentas jacobinos. El pueblo no se presta a ser utilizado para objetivos mezquinos. Que es necesario esclarecer y entreascar la verdad de los hechos, sin duda. Empero y sin entrar en sarcasmos, con todas las reservas del caso, como bien dijera el ex presidente Vicente Fox, una participación de poco más del siete por ciento de acuerdo con los resultados preliminares del conteo rápido muestra "cuántos son los pendejos" y la consulta popular nos ha dado "cifras exactas": alrededor de seis millones trescientos mil mexicanos ignorantes, analfabetos funcionales en materias legales y electorales; u honestos e ingenuos crédulos; o francos enceguecidos por el resentimiento ancestral, incluyendo los alebrestados oportunistas.

Por supuesto que cabe la pregunta de si las condiciones hubieran sido distintas también lo hubiera sido la participación ciudadana. Es posible.

Frente a lo que estamos es la preparación del terreno para la organización de la consulta en que se preguntará sobre la revocación del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador. De repetirse las causas y efectos que enmarcaron a este ejercicio de ahora, será de esperarse que la "mayoría"  se inclinará por la reafirmación del mandatario en el cargo, máxime si consideramos los índices de popularidad que vamos conociendo mes con mes y la cual se halla alrededor del cincuenta y ocho por ciento de aprobación. Si repite también el grado de participación, la consulta quedará invalidada en la posibilidad de ser vinculante. Por lo tanto, aquellos que apuestan a que el presidente no terminará su sexenio se equivocan.

Foto: Consulta Mitofsky

Por otra parte, quienes temen que esto mismo sirva como justificante para caminar por la peregrina idea de la ampliación del mandato también se equivocan. En el supuesto de que se revocara el mandato, las condiciones jurídicas establecen unos protocolos específicos que nunca se han llevado a efecto en nuestro país, así que nos significaría en una gran incertidumbre. Muy probablemente a ello obedezca el afán por ampliar el periodo del cargo del Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia Arturo Zaldívar de la Rea, en prevención de lo que pudiere suceder más que otra cosa de entre las planteadas por las teorías conspiratorias. La clave está en si esa consulta será un reflejo de la actual o no y muy probablemente por ahí vaya el plan "B" de los diputados morenistas con la advertencia de que "si no se logra el cuarenta por ciento de participación en la consulta popular del domingo, MORENA promoverá en el Congreso de la Unión la formación de una Comisión de la Verdad para juzgar a los últimos cinco expresidentes". ¡Por ahí hubieran comenzado, digo!, siguiendo los planteamientos de la Consejera Electoral Karla Astrid Humphrey Jordan, entre otros puntos que requerirán revisarse, afinarse, mejorarse.

Comisiones de la verdad han ido y venido y no han pasado de ser un mero show, más que nada porque en términos generales han sido construidas y empleadas con propósitos más demagógicos que reivindicadores, al menos en la experiencia mexicana, comenzando con aquel ridículo intento de desafuero de AMLO hace diez y seis años y que, en una comparación parecería que la consulta vino a ser una suerte de venganza igualmente infructífera.


Haciendo una revisión comparativa entre países, Jefferson Jaramillo-Martín anotaba once años atrás para la experiencia colombiana que en distintos países:

[...] comisiones de Verdad, de Reconciliación o de Esclarecimiento Histórico, [...] operaron con mandatos presidenciales o internacionales de corta duración para investigar los hechos y las causas de la violencia ocurridos durante un período determinado de tiempo. Muchas de ellas contaron con un relativo grado de legitimidad política y social en sus procederes y generaron recomendaciones a los gobiernos de turno para los procesos de reconciliación futuros. En muchos de esos procesos, se lograron avances importantes e innegables en la creación de condiciones posconflicto, aunque también, como lo ha señalado recientemente Rangel, “cuotas muy precarias en cuanto al esclarecimiento de la verdad de los crímenes cometidos por agentes privados o estatales" (JARAMILLO-MARTÍN, 2010:

Como bien cita Alex Borein al rememorar la editorial sobre el informe de la Comisión para esclarecer “Las verdades dolorosas de Sudáfrica” publicado por el New York Times en 1998: "No existe Comisión alguna que pueda trasformar una sociedad tan torcida [...], pero la Comisión de Verdad es el mejor esfuerzo [...]" (BOREIN, 2000:3). Lo que lleva a preguntarnos por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador optó por sugerir la realización de una consulta popular acerca del esclarecimiento de los motivos detrás de las decisiones de los ex presidentes en vez de promover como hizo el ex presidente Vicente Fox la creación de una Comisión de la Verdad para esclarecer los hechos de 1968 y el "Alconazo" que derivaron en el enjuiciamiento del ex presidente Luis Echeverría y sentenciarlo a prisión domiciliaria por su responsabilidad en los hechos. La respuesta es compleja en su simplicidad: en algún momento tenía que promoverse llevar a la práctica el ejercicio de esas figuras que tanto tardamos en incluir en la Constitución. Ahora lo conducente, aun más que armar una Comisión de la Verdad, se impone en paralelo la reglamentación afinada de la práctica que este domingo hizo historia. y es que, al margen de las manipulaciones inductivas previas a la consulta, si de lo que se trata es de propiciar entre los mexicanos una reconciliación con su pasado, ha de recordarse que "la reconciliación no es algo que se alcance y que pueda ser colgado en la pared como un cuadro que representa el pasado o incluso el futuro. Es un proceso [...]" (BOREIN, op.cit: 29). Y, como apunta Jaramillo-Martín:

La memoria, la verdad, la justicia y la reparación encierran unas improntas polémicas para una nación y en ese sentido, son generadores y propiciadores de unos usos y abusos. Siempre que se recupera un pasado y se realizan procesos de reconciliación nacional, hay de fondo unas intencionalidades políticas, morales y públicas. Incluso, pueden llegar a englobar una doble faceta. De una parte pueden existir intencionalidades “buenas” y “malas” [...] Adicionalmente, se generan constantes tensiones, disputas y luchas entre diversos actores, por el sentido mismo de la recuperación y gestión del pasado, así como por los procesos de justicia y verdad con las víctimas y los victimarios. Nos movemos entonces en un terreno donde no hay neutralidad, ni puede haberla, sino siempre litigio y disenso político" (JARAMILLO-MARTÍN, op.cit.: 18-19).

Ello deriva, más pronto que tarde en usos y abusos francamente perversos. ¿Reconciliar, perdonar, olvidar? ¿Será que en este período revisionista del capitalismo real estamos ante un nuevo capítulo y versión del "dejar hacer, dejar pasar" aplicado al ejercicio de la política y sus distorsiones?


Referencias




Una farsa necesaria



UN DÍA. Sólo un día falta para que se realice en México la primera consulta popular de veras histórica. Sí, ha habido muchas críticas a la consulta a celebrarse el próximo primer día de agosto. Se ha tachado el ejercicio, en parte con justa razón, de ser una farsa y una muy costosa.

El engaño, la farsa que aducen los críticos está justamente en el último párrafo de un artículo editorial publicado por la revista Polemón [subrayado mío]:

A pesar de estos comentarios, la consulta se realizará el próximo 1 de agosto y en ella se determinará si se tomará acción legal en contra de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

Los resentidos (que podemos ser todos los mexicanos) exigen el ajuste de cuentas respectivo para los "villanos" favoritos de la Historia reciente. El problema radica en que esos resentidos solo ven la Historia como una colección de personajes buenos y malos en los extremos, sin pensar que en medio hay una serie, un conjunto de ayudantes de aquellos, tanto o más viles por causa de su mezquindad, servilismo, idolatría, conveniencia y añadiría perversión valemadrista.


Por muy abstrusa que pueda resultar la pregunta modificada por los magistrados para poner a los ojos del pueblo como un cuestionamiento acerca de lo pertinente que puede resultar someter a juicio a "actores políticos por sus decisiones del pasado", dentro de su vaguedad incluye la trampa magnífica capaz de someter incluso al gobierno en turno. Pero, parece que los críticos no lo quieren ver; y ya no digamos los resentidos con el pasado empezando por un "justiciero" Andrés Manuel López Obrador.

Es cierto que la pregunta original propuesta por el presidente con base en los planteamientos expuestos muchos años atrás, en 2008, por el escritor Alfredo Jalife iba en el sentido de cuestionar a los mexicanos si quieren que se juzgue a los ex presidentes Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, y Carlos Salinas de forma específica. sin embargo, aun cuando la consulta es constitucional, los ministros de la corte privilegiaron el principio de presunción de inocencia y el respeto consecuente al derecho humano de la identidad en virtud de lo cual la mención de cualquier nombre de cualquier ciudadano en los términos planteados implica lo contrario, es decir la presunción de culpabilidad y la difamación expresa e infundada, o dicho de otra manera presenta un prejuicio que sesga el sentido de cualquier respuesta probable al cuestionamiento.

Como he dicho en un hilo de tuits recientes, Sí, es innegable que la consulta es una treta y una distracción aprovechada no nada más por el presidente Andrés Manuel López Obrador, sino por sus compinches y adoradores. Sí, es una farsa; pero, no por la consulta en sí misma como por las distorsiones que la acompañan de parte de los seguidores del presidente tanto como por sus detractores.

Si se hace una traducción más de la pregunta, esta pudo haber sido redactada de esta forma y ser más sencilla para la comprensión general en cuanto al propósito:

¿Estás de acuerdo en que sean examinadas y juzgadas las decisiones y actos de gobierno del pasado reciente por diversos actores políticos y que ocasionaran en perjuicio de los mexicanos la comisión de probables delitos de diversa índole?

Aún así, la trampa subyace. ¿Quiénes votarían negativamente? Aquellos previamente beneficiados por un sistema corrupto, coludidos. ¿Quiénes votaría afirmativamente? Los que notaren el matiz. Pues no se pregunta sobre la aplicación de la ley ya la procuración de la justicia en general, sino en función de decisiones políticas y actos de gobierno perniciosos en sus efectos pragmáticos mediata o inmediatamente posteriores.

La pregunta, aun siendo un galimatías, podría referirse a cualquier tema para ser la primera vez. Cuestionar por ejemplo: ¿Estás de acuerdo en que se construya la refinería de Dos Bocas? O mirando al futuro inmediato: ¿Estás de acuerdo en que se efectúe el 21 de marzo de 2022 un plebiscito para cuestionar la probable revocación del mandato al presidente en turno? O quizás algo más trascendente como: ¿Estás de acuerdo en que se modifique constitucionalmente la estructura del sistema de gobierno para pasar de uno presidencial a uno parlamentario?

El pretexto fue la idea reivindicatoria de los pecados y excesos del poder gubernamental o su castigo. La redacción modificada pretendió centrar la objetividad jurídica del cuestionamiento y evitar el sesgo original, efectista, de concentrar la atención en puntuales y específicos personajes a manera de un velado juicio político

Muchos tenemos años empujando desde nuestras respectivas trincheras para que se incluyeran y definieran las figuras de consulta popular, plebiscito, referéndum y revocación de mandato en la Constitución. Ya están en la letra, ahora falta ponerlas en práctica de manera organizada, formal, institucional, regulada.

Esta de ahora es la primera ocasión que se hace de tal modo, una prueba de fuego y madurez, y por eso esta consulta la organiza el INE y no es a mano alzada como los juegos de bingo que organiza el presidente en sus giras, poniendo a los presentes a votar sobre temas que no conocen, no les importan, no les afectan directamente o de plano no entienden, por no decir que son una mera vacilada ocurrente del político demagogo.

Más allá de lo supuesto, la consulta popular es un recurso de participación ciudadana necesario, noble y legal que necesita ponerse en práctica para volverse vinculante. Lo mismo sucederá próximamente con el plebiscito (que no consulta) a votarse el 21 de marzo de 2022 en relación a otro tema fundamental como lo es la revocación de mandato. Por ahora, lo de menos es la pregunta o la respuesta, lo que vale es el ejercicio y no las engañifas y ruidosos llamados a la confusión. La gente tiene ganas, afán de tomar parte activa en las decisiones del estado y no nada más sufrir vigilante las consecuencias de las decisiones peregrinas de sus gobiernos.

¿Por qué digo que es lo de menos? Porque si hacemos eco a las voces críticas, es cierto que la aplicación de la ley y la consecución de un estado de derecho no se pueden cuestionar o someter a consulta. Se aplica, se ejerce, se procura y se justifica sola en lo que de convención social conlleva, ni más ni menos. No puede ni debe ser de otra manera. Eso de un lado; de otro, si hacemos eco a los vociferantes crédulos, apostar por un significado torcido como suposición incrustada entre líneas dentro de la pregunta modificada, entonces poco importa que se responda estar de acuerdo o no, porque la sola vinculación servirá como justificante o para que sigamos como el tío Lolo, haciéndonos tontos solos,  o como pretexto para la comisión de arbitrariedades y venganzas y linchamientos con carta de derecho disfrazados de justicia. Sería tanto como aquellos jacobinos juicios de la Revolución francesa que dieron comienzo a la Era del Terror, todo con tal de aplacar la ira y el rencor de los, allá y entonces "sin calzones", acá y ahora "calzonudos". ¡Ahí está el verdadero riesgo!, repito, no de la consulta en sí misma, sino de la distorsión y el manejo que de ella hagan los oportunistas y peor los empoderados.

Lo conveniente y adecuado es conseguir una participación de más del 40% para el efecto vinculatorio. Sin importar el sentido del voto. Si la respuesta popular se decanta por el SÍ, hasta AMLO y su caterva de floreros de gabinete saldrán raspados y podrán ser juzgados por sus decisiones "pasadas" a partir del día anterior a la consulta misma que para entonces ya sería el arranque del pasado mencionado en el cuestionamiento, aún a pesar del fuero constitucional, es decir que a AMLO le saldría el chirrión por el palíto. En cambio, si el respetable se inclina por el NO, confirmará que la aplicación de la ley no se somete a consulta, que su aplicación ha de ser como es de oficio y aquellos delitos presumibles tendrán que ser perseguidos conforme a derecho, en tiempo y forma, con denuncia previa de por medio, guste o no al político de turno o al pueblo de Fuenteovejuna, pues la ley es la ley. Simple y llanamente.




Un día antes

Foto: Cuartoscuro. Fuente: Animal político.

DICE Lorenzo Córdova, titular del INE: el fraude está acotado y yo no puedo estar más de acuerdo como ex funcionario de casilla que he sido por cinco veces (dos de las cuales como presidente). Confío en mis vecinos para tan grave responsabilidad como confío en la autonomía e imparcialidad del INE.

Esta vez no resulté insaculado para formar parte de la mesa. Por una parte, qué bueno, qué descanso. Por otra, qué pena. Sin embargo, se me ha invitado a fungir como representante de partido, aun siendo yo apartidista. Así, estaré presente en la casilla indicada observando, siguiendo de cerca del desenvolvimiento de estas elecciones tan históricas como las de 2018, las de 2000 y 2012.

Reitero mi postura: no está dirimiéndose la democracia vs. la posibilidad de una "dictadura". Lo que está en cuestionamiento es el sistema de partidos, la partidocracia que ha dado ya de sí y está agotada, resultando inservible para la democracia mexicana. Lo que atestiguaremos y protagonizaremos en estas elecciones no será una confrontación entre partidos sino de la ciudadanía, de la sociedad contra los partidos en general.

Y quiero dejar también constancia de mi opinión: yerran los que, sea como simpatizantes de MORENA o como opositores a la misma se cuelgan de la figura presidencial de Andrés Manuel López Obrador para hacer valer sus argumentaciones, vituperios de ida y vuelta, sus divisionismos incluso hacia adentro de sus respectivos partidos. La codicia por el poder los ha cegado a todos. El presidente SÍ aparece en la boleta porque ustedes así lo quieren ver, y muy aparte de las torpezas y necedades o aciertos, así sean pocos, del mismo AMLO. Ese afán de verlo como el paladín enemigo, o de él en ver a los otros como conservadores contumaces, gigantes con pies de barro y aspas como brazos, no nos ha llevado ni nos está llevando ni nos llevará por un camino virtuoso. Todo lo contrario.

Amigos lectores, no pierdan de vista que lo que está en pugna es el poder local, no el federal, aunque así nos lo han querido vender los partidos políticos de toda bandera y factura. No esperen ni apuesten a que se producirá una participación ciudadana masiva, estableciendo récord frente a otras elecciones intermedias anteriores y por más que los votos duros de los partidos acudan de dos en montón a depositar su sufragio. El porcentaje promedio, por mucho que pueda elevarse, no lo hará más allá del 48% por una razón simple: el común denominador de los ciudadanos no entiende esta etapa del proceso democrático, lo local les parece secundario y siguen valorando más la figura presidencial como razón de ser de los destinos de los mexicanos. Otro motivo por el cual aparece por tirios y troyanos la sombra presidencial en las boletas, porque restarle peso en el contrapeso legislativo unos lo toman como afrenta a esa figura y otros lo ven como necesidad imperiosa, cueste lo que cueste.

Estoy seguro de que el Congreso quedará dividido. Que MORENA obtendrá casi la mayoría absoluta, pero con tal margen que se verá obligada a negociar con los restantes partidos al no gozar de la mayoría calificada que es la más importante, como expliqué en un video en mi canal.

Contrario a lo que creen el común denominador de la gente, la democracia no se hizo para dar voz a las mayorías, sino a las minorías; y en una circunstancia como la planteada, los minoritarios venderán caro su voto en el Congreso para la promulgación de leyes. Ya veo a esos mismos partidos hoy de oposición o satélites cobrando sus intereses a una y otra fuerzas con más escaños y curules, para sumarse a las mayorías. Todos tienen su precio y no es necesariamente el relativo a las necesidades de sus supuestos representados dentro del pueblo, como sí entre los representados dentro de los intereses que los impulsaron a ocupar el cargo. Por eso, nada garantiza que las cosas realmente cambiarán de forma muy notable para el siguiente periodo legislativo. No soy pesimista, soy analista y realista. Los datos los tenemos a la vista y basta mirar la calidad de muchos de los candidatos a legisladores, ya no digamos a ayuntamientos y gobiernos locales.

Entre la incongruencia y la conciencia

Seguro se preguntarán algunos, bueno, si así pienso y vislumbro el porvenir cercano, ¿por qué aceptaría yo representar a un partido determinado? Y mi respuesta es sencilla: para estar, atestiguar lo que de otra manera quedaría en el nivel de la especulación. Sí, dirán, también pudiste hacerlo como observador independiente. Lo que no sabe la gente es que los observadores electorales solo pueden estar durante unos pocos minutos, sin intervenir, en las casillas que visitan durante el periodo de emisión de votos. En cambio, los representantes de partido, además de vigilar el proceso y que transcurra conforme a la ley, registran y reportan de manera constante las irregularidades e incidentes que pudieren suceder.

Mi afán reporteril, aquí, justifica mi presencia. Por supuesto que, estando en la representación de un instituto político, como cuando fui funcionario, mi comportamiento será eminentemente institucional: como funcionario lo fui en tanto árbitro, haciendo valer el proceso en sí mismo; ahora, aunque mis inclinaciones personales y civiles puedan parecer incongruentes, la misión será cuidar y hacer valer el voto hacia el partido representado, sin ánimo de generar conflictos, respetando a la autoridad, señalando lo injusto y lo extraordinario, validando lo correcto.

Estar de ambos lados de la mesa será sano para tener el panorama completo de cómo se preparan los partidos para estos momentos, para no quedarme como antes con el solo dicho de los actores; y del contraste con las experiencias previas seguro hallaré conclusiones interesantes.

Por lo pronto, una primera que me queda clara es que los partidos no confían en los ciudadanos, fuera de aquellos que les son simpatizantes o militantes. Siembran la suspicacia de que, incluso por la pandemia, pudiera un ciudadano ceder a la tentación de "vender su voto", y los partidos (todos) están dispuestos a comprarlos y trazan artimañas para, en el medio del proceso, justificar conductas por lo menos sospechosas cuando no francamente reprobables, todo en el afán por obtener de la duda sembrada la ganancia efectiva. Así, a sus ojos, de suceder algún fraude este halla su razón de ser en el uso y abuso de las fuerzas políticas de las necesidades de los votantes. O también por causa del recelo, del resentimiento de los mismos, más dispuestos a sumarse al mejor postor. Me parece esa una posición no solo mezquina sino injusta y estúpida de parte de los partidos que siguen menospreciando al electorado como un sujeto manipulable.

Llegando a este punto, también no faltarán los lectores que cuestionarán cuál fue mi precio para aceptar representar a un partido. Y digo pronto que ninguno. Lo hice por convicción y conveniencia personal y ciudadana, sin obtener ninguna paga fuera de los alimentos que me darán esa mañana y esa tarde de la jornada electora, mientras otros partidos darán alimentos y tal vez pago en efectivo, mientras a los funcionarios de casilla, en el mismo tenor que ya viví, percibirán una ridícula dieta de escasos $250 pesos por cabeza o un alimento, a pesar de, ellos y representantes, llevarse la soba de la vida en toda la jornada. ¿Eso no cuenta para valorar a los ciudadanos, vecinos dispuestos a realizar la democracia mexicana? Ahí radica la democracia.

Y seguramente también en este punto te preguntarás si, por aceptar ser representante de partido estaré obligado al menos moralmente a emitir mi voto en favor del mismo. Y también pronto respondo que no, el voto es individual, propio de mí, no es ni inducido ni impuesto ni comprado, ajustado a mi sola conciencia y abiertamente reitero lo que dije en otro artículo: votaré para alcalde en blanco, anotando mi nombre: José Antonio de la Vega Torres, el mismo que les presto a todos si ninguna otra opción les convence; para diputaciones locales y federales anularé mi voto, porque nada ni nadie me obliga a sufragar en favor ni del "menos pior", ni del "malo por conocido que bueno por conocer". Porque esta forma de votar asegura la redistribución estadística y no implica, a pesar de las mentiras de los que gustan de espantar a los incautos con el petate del muerto, que son "votos inútiles" o que serán "destinados" a tal o cual partido, como si se tratara de repartición de tortillas en la mesa. Y quepa decir que, aun cuando no hubiera sido invitado a participar de esta manera, mi voto lo tenía decidido desde antes que comenzara el periodo de campañas.

Un apunte final sobre las líneas últimas del párrafo anterior. No olvides, amigo lector, que:

1) Al dar un voto a un partido específico se lo das a su candidato y por consecuencia a su grupo de legisladores nominales y plurinominales.

2) Cuando das el voto a uno o varios de los partidos que conforman una coalición, das el voto a su candidato común y los legisladores nominales y el voto se reparte proporcionalmente entre los legisladores plurinominales de los partidos favorecidos con el voto, lo que de manera teórica implica un control de la sobrerrepresentación partidista en las cámaras.

3) Al anular o votar en blanco, tu voto no se desvía, no se cancela, no se suma o resta a los otros partidos y candidatos, no se queda como un mero dato estadístico, aunque los oportunistas así lo plantean para incentivar un voto dirigido. Ese voto, dado el caso de resultar mayor puede dar la vuelta a toda la elección en una casilla, un distrito o un proceso entero, abriendo la posibilidad de anularlo partial o totalmente, si hablamos del voto nulo, o abriendo la posibilidad de que un candidato o partido no registrado resulte triunfador a despecho de los registrados.

Entonces, piensa tu voto. No lo emitas ni por miedo, ni por resentimiento, ni por conveniencia, sino en estricto apego a tus razones y afectos.

En fin, ya estaré narrando en este espacio la nueva experiencia, para dejar asentados los hechos en una especie de continuidad autobiográfica.

Contra el discurso con perspectiva de género



LO QUE DIRÉ, lo sé, no gustará a muchos, especialmente a muchas, y va en el sentido de lo que ya he tratado aquí en artículos previos, abrazando una posición rotundamente contraria al discurso en boga denominado con "perspectiva de género".

Leo en cierto diario una nota roja local entre tantas con la cabeza: "Atacan a balazos a dos mujeres en la colonia Hidalgo, en Naucalpan". La nota, como es costumbre, no entra en demasiados detalles que, es de esperarse, la autoridad competente irá desvelando poco a poco según avance la investigación. Sin embargo, ya y a pesar de la limitada información, en los comentarios debajo de la misma no se han tardado en aparecer los apuntes calificando de cobardes a los criminales, no tanto o solo por el hecho de serlo, sino —se deduce de lo escrito y la autoría— que por haberse cebado sobre dos mujeres. Pero, ¿por qué detenerme a escribir sobre esta nota y no cualquiera otra?

Este tipo de notas, aparte de la estúpida actitud de lo "políticamente incorrecto" a pesar de la incorreción gramatical y lógica típica de los heraldos feministas de hoy y sobre la que no me canso de escribir, son las que me hacen más y más contrario al discurso con perspectiva de género, aun cuando no hace mucho lo veía con simpatía. Esto no significa que pretenda arrinconar a la mujer a un rol circunstancial; de ninguna manera, sus derechos inalienables son indiscutibles tanto como la inequidad en que ha vivido antropológica e históricamente, por lo menos desde épocas posteriores a la Edad Media; y soy de los que piensan que, en términos de igualdad, la deuda hacia ellas es enorme y es necesaria la reivindicación tanto como la conciliación y el mutuo respeto.

La historia —y no es digresión— registra que antes, aun cuando nos quieran dorar la píldora los feministas a ultranza (o los veganos en otros temas), la mujer tenía un papel mucho más protagónico en la estructura social, a pesar de los abusos de que pudiera ser objeto y hay documentaciones, para empezar, de que aun antes de existir el patriarcado, la estructura social se fundaba en el matriarcado y no fue sino en el Holoceno, hace doce mil años atrás que, en la zona de Anatolia, se sucedió la transición hacia una organización patriarcal, tras la confrontación y la conquista de los guerreros cazadores nómadas del norte de los Urales frente a los pueblos recolectores asentados en la región central de lo que hoy es Turquía, donde los roles eran invertidos y las amazonas regían. La recolección dio pie a la agricultura, mientras la cacería lo hizo a la doma y juntos dieron paso a la civilización.

Explicaré mejor mi reacción a esta nota que, junto con muchas más y más abundantes, veo peligrosa en ese sentido de la perspectiva de género.

Enarbolando el banderín de la igualdad de veras

Desde el titular, esa perspectiva está enfatizada con la finalidad de generar en el lector y público una inclinación y tendencia específicas, por supuesto en favor y simpatía (no por fuerza empatía) hacia la mujer. Es una nota a todas luces manipuladora, aun reportando un hecho lamentable, sí, y concreto y ¿muy independientemente? de que haya sido capturada, redactada quizá por una reportera como se intelige de las iniciales asociadas a la redacción. Es un hecho que dos mujeres fueron asesinadas y no es la primera vez ni será la última. Pero, ¿qué es más importante? El acto o la caracterología de las víctimas. He ahí el quid del asunto que me provoca rebelarme.

Si la nota dijera que "dos personas" fueron asesinadas, la neutralidad objetiva sería de corte más humanista y menos humanitario. Y es justo esa confusión —que he acusado no solo en el presidente Andrés Manuel López Obrador sino en muchos sensibleros— lo que ha pasado a partir al estado de derecho, no nada más en México, y a dividirnos como sociedad. Una cosa es el humanismo, otra el humanitarismo. El primero se enraíza en una postura filosófica, el segundo en una actitud psicológica. El primero descansa en la razón, el segundo en la emoción. No están peleados, se complementan; no obstante, es un craso error confundirlos, mezclarlos, invertir sus significados y juzgar desde su distorsión.

A lo largo y ancho del mundo, las indignadas protestas contra la violencia de que son objeto las mujeres no se hacen esperar ya a la más mínima provocación, como hemos atestiguado más de una vez y recientemente incluso en Londres, Inglaterra, donde las mujeres, al igual que en México y otros países, han salido a reclamar airadamente, furibundas, la justicia contra aquellos perpetradores de variedad de abusos y hostigamiento sobre ellas —no siempre por razones sexuales ni a manos de varones—, así se trate de sus parejas, allegados, familiares o de autoridades policiales, gubernamentales, etcétera. A diferencia de ellas o de las protestas con base racial, no hemos visto todavía que los ancianos o niños salgan a hacer protestas similares en favor de sus causas salvo en raras ocasiones, y generalmente han sido acalladas cuando no usadas como objetos accesorios de presión política por parte de actores más colmilludos y aviesos e interesados, en lugar de verdaderamente ser en pro de la defensa de los derechos legítimos de los grupos etiquetados como "vulnerables".

Lo que deberíamos juzgar como sociedad no es si la víctima fue una mujer o varias o jóvenes o infantes o varones o ancianos o negros o miembros de la impronunciable comunidad LGTB... lo que sea que sigue, sino que personas de distintas condiciones han sido privadas de su libertad contra su volición o minada su vida en estilo, calidad o tiempo, que han sido vulneradas en sus derechos elementales. Y esto, por ahora, hasta aquí; pues podríamos incluir en el tema las protestas respecto de los derechos animales o de las plantas. Pero, mientras animales y plantas no sean elevados a la categoría de "ciudadanos del mundo" parte del mismo Estado, conformadores de su población, gobierno y territorio, mientras no veamos a la vaca o al perro o al gato como una clase de personas más acá de meras creaciones de la ficción artística, seguiremos usándolos como imágenes de lo inferior y al primate y al cerdo como metáforas de lo subhumano con cabida solo en la fábula y oportunidad de ejercer su voto solo con su sumisión frente al dominio del amo. Esto es lo único que rescato detrás de la reciente propuesta legislativa mexicana para no emplear a los animales como mascotas publicitarias y de marca.

Esta suerte de rebelión en la granja que vengo planteando apunta a una suerte de defección, por lo que a mí toca, del discurso feminista y, más, del discurso que ha acabado por corromper las ideas de los eternos femenino y masculino, y, por qué no, para que no me digan que no soy incluyente, del eterno andrógino.

¿Sexos aun antes que personas?

¿Es que somos sexos aun antes que personas? Visto desde la perspectiva de género así parece. Y en la visión humanista esta perspectiva nos degrada en nuestra libertad existencial al arrinconarnos como efecto de un mero accidente biológico. Nuestro ser queda limitado en su expresión a la forma evidente sexuada o asexuada, y sus virtudes primigenias quedan supeditadas a su debilidad o fortaleza sea física, psicologica, moral o legal.

Considero pertinente, necesario, señalar que, en un verdadero estado de derecho, estos arquetipos deberían ser revalorados en lo que de esencial tienen y dejar de lado los afeites sustanciales con que la opinioncracia, credos y las legislaciones a modo y gazmoñas los han torcido.

¡Ya nada más de homicidio por comparación con feminicidio o infanticidio o vetericidio —concepto que faltaría introducir en los códigos penales—, por favor y valiendo la cacofonía!

Entiendo el afán clasificatorio, lo comprendo y no lo desdeño desde un punto de vista de la procuración y ejecución de la justicia. Sin embargo, una sola palabra abarca al crimen y todo lo demás no son sino recursos instrumentales legaloides. El homicidio es homicidio, asesinato y punto, sea sobre la persona de una mujer, un varón, o algún grupo de edad o la preferencia sexual, religiosa, política del implicado como víctima del delito.

Valga la ironía: no hablamos del suicidio de una mujer, por ejemplo, como autofeminicidio en el caso de que, por su condición femenina, la víctima de su propia autoestima decida acabar con su vergüenza de ser lo que es.

Al amor también se le mata de mil maneras y para ello todavía no tenemos acuñada una palabra. Aquí propongo una: amoscidio. La pregunta que viene enseguida es qué penas y cómo tendrían que aplicarse a quienes, por desprecio, abandono, u otros motivos nos llevan a la calidad de desamorados y a sentir en el alma los efectos de la muerte o la vejación derivadas del apasionamiento. ¿Qué juez, qué ley puede aplicarse sobre los efectos del corazón? ¿Cómo catalogaríamos los delitos que pudieren relacionarse con el amor propio y el deshonor, más allá de la vulgar deshonra de la vejación a manos de terceros?

Evolución del eterno humano

Ya que tiempo atrás me definí sobre todo como poeta, pienso con Goethe que la mujer simboliza la pura contemplación en contraste con la acción como algo masculino y acompaño la idea nietzcheana de que lo femenino encarna el continuo temporal de la vida y la muerte.

En la revolución tipológica, tal como señalaba Marshal McLuhan, se requiere la transición paulatina desde el arquetipo hasta el ectipo, pasando por el prototipo hacia la fijación del tipo, la repetición pedagógica del clisé y la redundancia de la estereotipia para hacer posible el surgimiento de un nuevo y distinto arquetipo. Esto, hasta donde sabemos, solo ocurre en los campos de la mitología, el arte en general y de forma particular en el cine y el cómic.

El eterno femenino en esto ha llevado la delantera al eterno masculino y eso tenemos que reconocerlo y aplaudirlo. La hembra humanizada se ha asumido y asimilado en toda su complejidad y hoy busca hacer sólido un nuevo arquetipo de lo femenino que resume lo pasivo en la pragmático, lo compasivo en lo proactivo. La mujer de hoy se zafa del estereotipo modoso, amable, cortesano, medieval y trata, sin conseguirlo ciento por ciento, de erigir un nuevo significado a partir de su cuerpo, pero apuntando a su espíritu. El macho, en cambio, a ojos de aquella deshumanizado, se ha sumido en la ataraxia de su panoplia. Comodino con su hombría, el eterno masculino se revela anclado en lo fundamental y primitivo, y se pregunta sobre la necesidad de la transformación en un mundo hecho a su imagen y semejanza, a la vez temeroso de siquiera rozar lo femenino que en él está implícito. El macho calado siempre será una forma de estigma atávico.

Sin embargo, he aquí que la mujer, en la búsqueda y alcance de su igualación con el hombre acaba comportándose, adoptando las formas de lo mismo que execra, así en la forma de proceder que en la de gobernar y, en la tarea de recuperar el matriarcado, acaba conduciéndose cual patriarca. ¿No de eso mismo fue criticada la reina Isabel I de Inglaterra en pleno Renacimiento? En un mundo de hombres, la mujer cree pertinente actuar como tal para hacer valer su feminidad. En un mundo al revés, ¿los hombres harían lo respectivo, actuar como mujeres para validar su hombría?

Mostrando demasiada preocupación por el carácter distintivo, la sociedad, los jueces, los procuradores de justicia y prácticamente todos hemos perdido de vista lo primordial, que son personas y no solo avatares, es decir apariencias eventuales, lo que tendría que estar en el ojo de la justicia. En la nota que dio comienzo a esta meditación antropológica no importa si las víctimas delinquían o cuáles pudieron ser los motivos que condujeron al crimen. Clitemnestra, la reina adúltera asesinada por su hijo Orestes hoy, quizás, hallaría en el discurso de género muchas justificaciones para su biografía como Otelo, en cambio, ha venido a nutrir, para su desgracia, los atavismos desde los que se alimentan igualmente los lamentos de Ariadna frente a los agravios reales o imaginarios de Teseo en medio de un periplo donde el desencuentro es la regla del pretexto, mejor que la consecuencia de la estupidez de ambos.

Bitcoin en el sube y baja

Foto: fuente El País

¿QUÉ PASA con el Bitcoin? ¿Por qué continúa su ascenso, esta vez lento, sistemático, constante, y no tan contundente como al final de 2020 y los primeros dos meses del año en curso?

Los analistas explican que, si bien siendo la primera criptomoneda y esperando que su influencia sea determinante por ello, el peso del Bitcoin frente a las nuevas y cada vez más numerosas criptomonedas y monedas digitales ha dejado de convertirlo en LA moneda de referencia principal. Y esto no ocurre por la competición entre ellas, pues cada criptomoneda tiene un fundamento propio, sino se debe a que la variedad y la relación criptomoneda-dólar se expresan hoy de maneras distintas según las características del mercado cambiario y su evolución digital.

Esto es, para los financistas e inversores, la abundancia de criptomonedas permite una mayor diversificación de las inversiones a futuro y ello ocasiona que algunas vayan más a la baja y otras más a la alta en un comparativo.

Para el recientemente sonado caso del Bitcoin que ocasionó un furor por su repentina revaloración que lo impulsó a cotas insospechadas, el alza y la baja de esta moneda se explica justo por esos motivos. En la mar de monedas, la dominancia del Bitcoin ha pasado a un segundo plano por su influencia en tanto factor de medición, como por la tecnología minera o algorítmica que lo hace posible. Ello, sin embargo y contrario a lo que suena, no demerita al Bitcoin, sino lo acomoda en su justo sitio al igual que a las demás criptomonedas, aun cuando por otra parte, la aparente dependencia cambiaria frente al dólar en tiempos cuando una pujante China impulsa su Yuán para colocarla como la segunda moneda patrón o de reserva y quizá sustitutiva del dólar estadounidense, puede estarse expresando justo en la revaloración de la criptomoneda como una manera de reaccionar de los inversionistas en la idea, a futuro, de lo que podría significar la caída del dólar. Ello no implica que un dólar debilitado refuerce a las monedas digitales, pero es un hecho que, si algún país y alguna economía ha apostado e implementado la digitalización de la moneda ese es sin duda China quien lleva la delantera.

Las implicaciones de esto para el llamado "reseteo mundial" del capitalismo son de suma importancia, pues explican y justifican muchos de los cambios que estamos experimentando de la mano de la pandemia y la recesión mundial, por doloroso que signifique en otros aspectos. Nos estamos acercando al final de la moneda física, si bien ella no desaparecerá del todo y se seguirá acuñando e imprimiendo. De lo que se trata es de establecer por una parte controles financieros más seguros, en especial para los gobiernos, lo que conlleva la limitación de ciertas libertades. Por otro lado, de agilizar las transacciones aun más y, teóricamente, permitir una mayor y más asequible liquidez de fondos, de nuevo, para los gobiernos y, por extensión, para las personas morales y físicas.

El ascenso de la cotización del Bitcoin, entonces, puede ser leída no como una mera burbuja especulativa, sino como la señal inequívoca del reacomodo que la economía capitalista está experimentando como parte de las políticas internacionales en esta materia. Aunque no faltarán quienes, con una visión tradicionalista, lo miren con suspicacia y confundan el hecho con otros similares ocurridos en el pasado con otros giros y activos que derivaron en estrepitosas caídas bursátiles. La diferencia fundamental es que aquí se trata no de una moneda, sino de todas las monedas digitales y sus soportes financieros. No son esos soportes, ejemplo las inmobiliarias, lo que está en el ámbito especulativo, sino son los valores mismos, por lo tanto, la fluctuación no necesariamente implica una debacle en el ámbito del intercambio.

Elon Musk, foto Reuters

La mejor muestra de ello ha sido la reciente y sorpresiva compra de tokens por parte del empresario Elon Musk quien, en entrevista para Bloomberg citado por The Straists Time: "tener unos Bitcoins simplemente es una manera menos tonta que el efectivo para generar liquidez". Ahora bien, no es lo mismo la criptomoneda que el concepto de token, más nuevo y que se define como una forma monetarista de descentralizar la gobernanza. O, parafraseando al Ing. Miguel Caballero, cofundador de la plataforma educativa Tutellus y especialista en tokenización, citado por Tomás López Morales, colaborador de El País, de lo que se trata es de una forma de empoderamiento de la gente: "Si empoderas a una comunidad, la comunidad es más activa". ¿Qué significa esto que parece encerrar un trasfondo más filosófico?

La nueva tecnología blockchain que ahora soporta a Bitcoin, por contraste con su original manera de "minarse", es decir de generarse como el oro en una mina, es lo que hoy le permite ir un paso más allá mediante la emisión de "vales" o tokens que han dado paso a lo que se denomina economía de tokens o tokeconomía.

Aun cuando ello recuerda justo la creación de las primeras bolsas de valores que comenzaron allá por 1360 —aun cuando la historia es de más larga data— con la emisíon de bonos y acciones bursátiles como modos sustitutos de los contratos constitutivos de las empresas para efectos de soportar sus valores de transacción comercial, sejemante recuerdo se diferencia en los efectos. Las caídas bursátiles registradas en la historia mueven a susto, suspicacia y cautela. Sin embargo, aparentemente la tecnología blockchain permitiría un mayor control de los factores conducentes a tales caídas por derivar en canales, digamos, democráticos, al permitir que las monedas, los valores puedan circular más libremente no nada más entre los generadores de riqueza, sino en la distribución de la misma.

Con blockchain —explica López Morales [loc.cit.], esos intercambios de bienes y servicios son trazables, inmutables, transparentes y descentralizados. Y tienen una liquidez inmediata: los tokens pueden cambiarse con toda facilidad por las criptomonedas, que tienen su hábitat natural en blockchain.

El comportamiento y valoración del Bitcoin es mucho más que el resultado
de una burbuja especulativa.

Entonces, lo que está pasando con el Bitcoin y el conjunto de monedas es el efecto de su popularización, efecto añadido a las respuestas económicas derivadas de la dinámica a que nos "ha obligado" la pandemia para realizar transacciones comerciales: mayor uso de la compra en línea, el trabajo a distancia, etc. A falta de las formas tradicionales de remuneración, la banca electrónica y la digitalización monetaria son el siguiente paso, la basamento de la verdadera cuarta transformación de la que, ya he dicho en otros artículos, va más allá de simplonas promesas de campaña.

La pandemia cayó como anillo al dedo, no para la instauración de programas ideológicos, aunque exista le tentación política, sino para hacer el respectivo "corte de caja" para un "borrón y cuenta nueva". Así, desde un punto de vista filosófico, lo que está detrás de esta transformación es el reacomodo de los principios distributivos del capitalismo que demostró en la práctica, en su versión de "capitalismo real", haber resultado no solo perverso en sus efectos, sino nocivo al desarrollo humano, tanto o más que lo fue el llamado socialismo real. Quizás estamos siendo testigos de un afán por encaminarnos a una versión intermedia de corte socialdemocrata que permita reducir la brecha entre ricos y pobres y en general entre las personas, aun cuando la pandemia esté enfatizando la distancia social por motivos de higiene y salud y, por ende, haciendo reclacitrantes otras formas de discriminación y segregación sociales, ahora orquestadas desde el nuevo estatus quo regido por los gobiernos y las bancas centrales.



Información tóxica



DESDE EL COMIENZO DE LA PANDEMIA empezó a difundirse de manera más acusada y hasta la saciedad información contradictoria acerca de la probable utilidad del dióxido de cloro, entre muchos otros compuestos y fármacos, como un remedio para contrarrestar los efectos del Covid-19. Con el paso de las semanas, a despecho de las informaciones y estudios especializados, médicos, disponibles en multitud de plataformas y medios, videos y artículos variopintos fueron publicados y compartidos tanto en pro como en contra, algunos tachados de bulos y que, no obstante su falsedad la Organización Mundial de la Salud ha investigado para advertir, confirmar o desmentir las consejas populares circulantes en redes sociales. Hasta el mismo Donald Trump, presidente de EE.UU., cuestionó y ponderó ¿sarcástica o irresponsablemente? su uso —en realidad de la hidroxicloroquina, un compuesto diferente, empleado para el tratamiento de la malaria—, poniendo en una situación incómoda a su secretaria de salud a pesar de las publicaciones de advertencia muy previas de la FDA.




Desde la semana pasada un par de notas provenientes de Ecuador han vuelto a poner el tema sobre la mesa y no deja de ser preocupante que también clérigos incurran en el error de confundir y promover patrañas no suficientemente confirmadas por la ciencia, dividida entre "adoradores del ClO2 (dióxido de cloro)" y los "detractores" (entre los que me cuento) del mismo "desinfectante" en tanto "remedio milagroso" para la salud. Por todos lados del mundo parecería estarse dando una confrontación entre la verdad y la mentira que llega incluso a una "cacería de brujas" en la persecución legal de especuladores, estafadores y promotores fraudulentos, oportunistas al amparo de la angustia y la zozobra ocasionada por estos días aciagos de pandemia, recesión mundial y lo que se sume.



No se trata ya de si la gente lee más, sino si lee mejor, si ha aprendido a elegir las fuentes de información, a discriminarlas, a verificar los datos.

La gente común no lo hace. Y quienes tendrían que hacerlo, periodistas profesionales, científicos, funcionarios públicos comprometidos con la labor de informar, educadores, no lo hacen tampoco a cabalidad (hacemos, diría el otro). Y no lo hacen porque o no saben cómo, lo ignoran, no tienen la pericia, la metodología o los recursos —incluido el conocimiento más elemental respecto del tema— de cualquier índole para investigar a fondo. Pretextan entre otras razones la dificultad técnica, el vocabuario, la extensión aceptable de los textos a producir para el consumo masivo. La mayoría prefiere quedarse con lo prejuzgado a priori, lo supuesto, lo imaginado, lo narrado a manera de "testimonio inexcusable", ligero, digerible y síntesis a favor o en contra, porque es perezosa y prefiere confiar a ciegas en quien estima como el mejor enterado, así no lo conozca más que por limitadas referencias de contubernio o conexión; o porque es crédula.

Pedanterías aparte y para no confundirnos

El conocimiento necesario para comprender algo, aunque suene pedante, no necesariamente (valga la redundancia) tiene que serlo cuando de estar bien informado se trata, para bien y para mal. Y disculpa las palabrotas "técnicas", amigo lector, pero son las que explican de manera puntual a qué me estaré refiriendo enseguida.

No es lo mismo el dióxido de cloro que la hidroxicloroquina: un principio activo antimalárico o antipalúdico utilizado para reducir la inflamación en el tratamiento de la artritis reumatoide y del lupus; como tampoco es igual que la cloroquina, un fármaco del grupo de las 4-Aminoquinolinas que se utiliza en el tratamiento o prevención de la malaria,​ así como en el de determinadas enfermedades autoinmunitarias ​como la artritis reumatoide ​o el lupus eritematoso sistémico. Lo que las distingue es la presencia de un grupo hidroxilo en el extremo de la cadena lateral. El hidroxilo es un grupo funcional formado por un átomo de oxígeno y otro de hidrógeno, característico de los alcoholes, fenoles y ácidos carboxílicos entre otros compuestos orgánicos.

La hidroxicloroquina está disponible para administración oral como sulfato de hidroxicloroquina (Plaquenil, uno de sus nombres comerciales), de los cuales 200 mg contienen 155 mg de base en forma quiral. La quiralidad es la propiedad de un objeto de no ser superponible con su imagen especular. Como ejemplo sencillo, la mano izquierda humana no es superponible con su imagen especular (la mano derecha). Como contraejemplo, un cubo o una esfera sí son superponibles con sus respectivas imágenes especulares. El dióxido de cloro no tiene una geometría quiral.



Algunas lecciones de química orgánica y aplicaciones médicas

La hidroxicloroquina tiene una farmacocinética similar a la cloroquina, con rápida absorción gastrointestinal, y se elimina por vía renal, lo que establece ya riesgos, entre otros, de insuficiencia renal de no administrarse de manera correcta.

La historia de la hidroxicloroquina se remonta a Perú, donde los indígenas extraían la corteza de los árboles Cinchona (o chinchona) y usaban el extracto (Cinchona officinalis) para combatir los escalofríos y la fiebre en el siglo XVII. En 1633 se introdujo esta medicina herbal en Europa, donde se le dio el mismo uso y también se empezó a utilizar contra la malaria. Pero, fue el médico y homeópata alemán Samuel Hahnemann, quien realizó su conocido experimento con Quina, tomando de esta cuatro dracmas (gotas, sobre este concepto escribiré un texto aparte) dos veces al día, lo que le produjo paroxismos semejantes de frío y fiebre. Concluyó que no podía seguirse diciendo que la Quina cura los paroxismos de frío y fiebre, porque es una droga astringente o amarga. La verdadera deducción resalta enérgicamente: la Quina cura los paroxismos de escalofrío y fiebre porque los produce.​ Es decir que, en una persona sana, la Quina produce los mismos síntomas que curaba en el enfermo, lo que no significa por extensión que sane al enfermo. El principio homeopático conocido es el lema que sustenta a esa disciplina en latin: "similia similibus curantur", lo semejante se cura con lo semejante, máxima que también se presta a equívocos interpretativos, leyendas y mitos, como los expuestos ¿irónicamente? por el presidente Trump al exponer la idea de que si el covid-19 puede eliminarse con facilidad aplicando desinfectantes en manos y superficies, pues lo "lógico" sería inyectarlo o beberlo para "limpiar y desinfectar" al organismo desde dentro.

Derivados de esas investigaciones surgieron remedios como las bebidas tonificantes o tónicos que "daban tono", enrojecían al paciente dándole una apariencia más "saludable" y proveyendo de una energía vital pasajera. El agua carbonatada dio paso al agua quinada y estas a bebidas refrescantes endulzadas de cola (en referencia a la semilla medicinal, tanto como a la pasta medicinal) como la Coca-Cola de la que se desconoce a ciencia cierta la fórmula, pero en la que se sospecha la presencia de algun alcaloide derivado de la cocaína o de la quina.

La cloroquina, por su parte, es citotóxica, pudiendo provocar daños en el sistema nervioso, el corazón, el riñón o el hígado. No es difícil que, de nuevo, aplicando la máxima homeopática y mirando los efectos del covid-19 sobre el organismo desatando "tormentas de citocinas", haya quien piense que los efectos de la cloroquina incidirían como símil contrarrestante, pues calmar dichas tormentas podría ser la clave para el tratamiento del también llamado SARS-CoV-2.

La citotoxicidad es la cualidad de algunas células para ser tóxicas frente a otras que están alteradas. La citotoxicidad constituye uno de los mecanismos efectores de ciertas poblaciones celulares especializadas del sistema inmunitario consistente en la capacidad para interaccionar con otras células y destruirlas.
Las tormentas de citoquinas se han asociado con varias enfermedades, no todas infecciosas, como el Ébola, la gripe, la malaria, el lupus y ciertos tipos de artritis. Se manifiestan de manera diferente en cada caso, y las particularidades de los casos severos de COVID-19 aún no se han resuelto, lo que probablemente varía de un paciente a otro. Los investigadores aún no están seguros de las características que ponen a ciertas personas en mayor riesgo ante estas respuestas exageradas, aunque la genética y la edad parecen desempeñar un papel contribuyente [WU, 2020].

Tras la administración de cloroquina en dosis adecuadas para el tratamiento de un ataque agudo de paludismo o amebiasis extraintestinal se han observado efectos ligeros y pasajeros como: dolor de cabeza, prurito, molestias gastrointestinales, anorexia, náuseas, vómitos, diarrea, cólicos, estimulación psíquica y raramente episodios psicóticos y convulsiones. Rara vez se han observado efectos cardiovasculares, como hipotensión o cambios electrocardiográficos (particularmente inversión o depresión de la onda T, ampliación del complejo QRS). Se han registrado algunos casos de sordera de tipo nervioso después de tratamientos prolongados, generalmente en dosis elevadas, y también neuromiopatías, discrasias sanguíneas, erupciones de tipo liquen plano y cambios de pigmentación en la piel y mucosas.

Sustancias que son tóxicas para las células, como lo es el elemento cloro, pueden estar involucradas en la inmunidad o pueden estar contenidas en los venenos. Estos se distinguen de los agentes citostáticos en el grado de efecto. Algunos de ellos se usan como antibióticos citotóxicos, mas no por ello ha de pensarse como consecuencia que el dioxido de cloro puede ser empleado de semejante manera aun cuando se justifique que la clave diferenciadora entre la cura y el veneno está en la dosis y la frecuencia de administración e ingestión.

Por otra parte, se han observado trastornos visuales y complicaciones oculares al usar cloroquina en tratamientos prolongados.

Lo que no mata, fortalece

La conseja popular afirma que, lo que no mata, fortalece, y los promotores del Dióxido de Cloro parecen tomarla como máxima sin detenerse en las causas y las consecuencias, y lo que va en contra es tomado como una oposición del sistema reinante, mientras ese sistema los tacha de variante conspiranoica.

La gente consume lo primero que encuentra, se conforma con lo superficial, lo atractivo, grato y lo que da soluciones rápidas, mágicas, milagrosas, sin cuestionar lo que hace posible que eso suceda, si sucede en realidad. Eso es a lo que normalmente han apostado publicistas, mercadólogos y periodistas (incluyo a influyentes blogueros y vlogueros) sin escrúpulos, más preocupados por el incremento de ventas que en beneficiar a los consumidores. Y no importa si se trata de un profesional de la medicina y la química, pensar por fuera de la caja puede ser tan atractivo, tan productivo, como destructivo. La creatividad también ha creado monstruos.



Te preguntaría, amable lector, ¿cuántos hipervínculos aclaratorios, explicativos, descriptivos incluidos en este texto has seguido para abundar en el conocimieneto de esas palabras, conceptos, fuentes, arduas de comprender y pronunciar que he soltado en la redacción de este texto? ¿De qué sirve mi trabajo de síntesis si no haces el esfuerzo de consultar más allá de mis entrelíneas? ¿Acaso de veras esperas todo tan digerido y en la boca? ¿Por qué no dudas de lo que escribo y publico? ¿Crees a rajatabla lo que aquí redacto o crees que por estar opuesto aparentemente a lo que es tu opinión estoy equivocado? Y pregunto esto suponiendo que has tolerado las líneas y los videos previos hasta llegar aquí.

Al hacer una búsqueda mediante su explorador en internet, la gente no navega más allá de unas 10 a 20 páginas, y es mucho decir pues en realidad no pasan de las primeras 10 referencias enlistadas en la primera página de resultados de la búsqueda. No lo digo yo, lo dicen los estudios respectivos acerca de la metodología y la confiabilidad en la búsqueda de información. De ahí la importancia y la trampa de las palabras clave como detonador de las búsquedas algorítmicas de Google y las demás plataformas. Ni los hashtags tan llevados y traídos como tendencias informativas sirven cabalmente para orientar el sentido de la información hacia lo correcto, preciso o verdadero.
Frente a la lista de resultados, el lector actual tiene que evaluar de forma rápida para tomar decisiones en dos sentidos: por una parte, hay que evaluar la pertinencia de la información con respecto a lo que se busca; y por otra, hay que decidir si la información es potencialmente confiable. El exceso de información requiere que el lector tome decisiones rápidas con el menor riesgo posible de perder algo importante o de revisar sitios que no son confiables. Pertinencia y confiabilidad son dos componentes que se interrelacionan en el momento de decidir qué sitios abrir. En primer lugar, es fundamental tener criterios para saber si la información que contiene un sitio es pertinente en relación con el propósito de búsqueda. Pero, la pertinencia no es tan fácil de determinar; se vincula, también, con la posibilidad de interpretar un nuevo tipo de texto que es la lista de resultados que arroja el buscador: una lista con títulos y breves fragmentos que contienen las palabras de búsqueda que utilizó el usuario y donde, con frecuencia, aparecen puntos suspensivos con una función diferente a la que tienen, en tanto signos de puntuación, en otros tipos de texto.

La evaluación de la confiabilidad es necesaria para poder seleccionar, dentro de lo pertinente, aquello que puede ser útil, pero, sobre todo, seguro. Determinar la confiabilidad de la información es un problema del que tradicionalmente se ocupaban los editores de los textos de estudio; sin embargo, en Internet esta responsabilidad recae en los lectores, y constituye uno de los quehaceres del lector actual [KRISTKAUSKY / FERREIRO, 2018].
 
Las falsas noticias, la información deficiente circula no por causa de malos o perversos informadores, o por una distorsión matemática del algoritmo solamente, sino porque tú, yo, proveemos los datos a partir de los cuales se calculan las probabilidades de hallazgo de aquello que forma mediana satisface nuestra necesidad de información y conocimiento. El algoritmo discrimina en función de las probabilidades de combinación y permutación de los datos, de los documentos con base en la experiencia individual o de grupo. Si no, trata de buscar lo mismo en dos o tres ordenadores diferentes y verás resultados distintos, organizados de manera desigual.

Por eso es importante que, en esta Era de la Información y el Conocimiento cada lector aprenda como una primordial habilidad y competencia comunicativa la de saber buscar de manera eficiente la información de su interés. Y aquí, en la palabra interés, está el quid del asunto, pues a final de cuentas ¿qué autoridad tiene la estatura suficiente para clasificar la información y las fuentes correctas, precisas, verdaderas para todos, cuando la verdad absoluta no existe y todo es según el color del cristal con que se mira?

De ahí que también es válido, al contrastar presumibles bulos de ida y vuelta, preguntarnos si lo que unos consideran válido de verdad lo es y todos los demás están equivocados; o viceversa, si uno está equivocado mientras los demás no.
Un gran porcentaje de estudiantes y profesorado del área biomédica, utilizan Google como la primera opción de fuente de información (FI) ante una pregunta académica, por otro lado sólo el 40% de las búsquedas realizadas por médicos para resolver problemas clínicos, encuentran la información correcta [MONCADA, 2014].
Platónicamente hablando, ¿quién está dentro de la caverna mirando las sombras proyectadas? Quien ha salido de la caverna y hace evidente la razón de las proyecciones, ¿topó con verdad o con una maquinación para distorsionar y canalizar la verdad tras la verdadera mentira y la mentira presentada como verdad indubitable?

El Dióxido de Cloro al descubierto

El conocido como Suplemento Mineral Milagroso (porque se le atribuyen beneficios hasta para el tratamiento del autismo) , por sus siglas en inglés MMS o CDS promovido entre otros por el biofísico suizo Andreas Kalcker, no es otra cosa que Dióxido de Cloro o Clorito de Sodio (NaClO2) con agua destilada que se activa con un ácido, por ejemplo el cítrico, el muriático (ácido clorhídrico), para producir Dióxido de Cloro en forma de gas. El Clorito de Sodio es un limpiador empleado en las industrias papelera y textil como blanqueador y, en pequeñas dosis, desde 1944, para hacer potable el agua. Una ventaja de esta aplicación, en comparación con el cloro (que ha sido el sistema más barato y comúnmente utilizado hasta ahora), es que genera menos trihalometanos (gases tales como el cloroformo) al reaccionar con los contaminantes orgánicos que pueda llevar el agua a potabilizar.

En su libro La Salud Prohibida, Kalcker expone sus respectivas conclusiones como biofísico, reconociendo que no es médico y en los capítulos 7 y 8 del mismo hace un listado y observaciones acerca de la toxicidad del producto, y afirma:
Hay que considerar que estos efectos indeseables están estudiados y dirigidos a los trabajadores que emplean o fabrican productos a base de dióxido de cloro.
Por tanto las dosis a que pueden estar expuestos para que ocurran estos efectos son mucho más altas que las recomendadas y usadas en otros campos, como en el campo terapéutico desarrollado en este libro, y por ello no se puede extrapolar.
Los efectos de una sobre-exposición crónica pueden producir daño en los pulmones y agravar los problemas de asma y otras patologías respiratorias preexistentes [...]
Es bueno ser escéptico en nuestra sociedad tan manipulable por la información engañosa, pero no es lo mismo ser escéptico que ser detractor. Es fácil desacreditar una idea simplemente por ser incrédulo. Pero el hecho de que no pueda creerse una cosa no significa que no sea así, y por lo tanto los detractores de una idea tienen la obligación de probar lo contrario.
Para probarlo necesitan evidencias y esas evidencias deben ser fehacientes, y no solamente una copia de otra opinión sin fundamento y sin investigación propia [...]
Habitualmente, se utiliza la fórmula de que los datos obtenidos en las investigaciones son falsos y por lo tanto el científico está supuestamente cometiendo un fraude[...]
Los detractores se limitan a copiar y a pegar textos oficialistas que acusan a la sustancia de una supuesta toxicidad, sin haberla estudiado de manera profunda, no dándose cuenta de que no es lo mismo inhalar que ingerir [KALCKER, 2016, pp. 407-409].
Pero, además, también advierte:
¿Es cierto que el dióxido de cloro puede curar todo?
Quiero dejar claro aquí que el dióxido de cloro no puede curar todas las enfermedades, sobre todo una de las peores enfermedades de la humanidad:... La estupidez ...
Sólo el cuerpo puede curar enfermedades, y existen herramientas que le ayudan a realizar esta labor, cuando no es capaz de hacerlo exclusivamente por sí mismo.
Jim [Humble] afirmó en su libro, que con el MMS se pueden curar todos los cánceres... evidentemente no es así, ya que se trata de una enfermedad compleja, con muchas causas, y además existen muchos tipos. Sé que él lo dijo de todo corazón, cuando al principio se podía ver que la gente se recuperaba, y lo que sí es cierto, es que muchas personas se han recuperado completamente de cánceres terminales; pero, no es lo mismo decir muchas que todas.
Otra cosa importante, es que en ocasiones se confunden los términos químicos, les ocurre incluso a profesionales médicos. La sustancia base precursor para hacer dióxido de cloro es el clorito sódico [op.cit., p. 59].
Sus defensores, entre los que se encuentra la monja (con licencia) Teresa Forcades quien se ha erigido también como crítica del sistema capitalista; sus defensores, decía —que han llegado a crear en EE.UU. por iniciativa de Jim Humbel y la iglesia católica la "iglesia" Génesis II de Sanación y Curación como una artimaña legal para aplicar el compuesto en calidad de "sacramento" acogiéndose así al derecho eclesiástico y, además, "potegerse" de la persecución estatal—, tienen razón al afirmar que los detractores se equivocan al presentarlo como cloro, a secas; pero, hay que decir que estos pasan por alto que el elemento cloro, gaseoso en su estado natural, como se asienta en la Wikipedia, "en condiciones normales y en estado puro forma dicloro: un gas tóxico amarillo-verdoso formado por moléculas diatómicas (Cl2) unas dos y media veces más pesado que el aire, de olor desagradable y tóxico. Es un elemento abundante en la naturaleza que no se encuentra en estado puro ya que reacciona con rapidez con muchos elementos y compuestos químicos, por esta razón se encuentra formando parte de cloruros (especialmente en forma de cloruro de sodio, sal de mesa), cloritos y cloratos, en las minas de sal y disuelto en el agua de mar y se trata de un elemento químico esencial para muchas formas de vida.



El clorito de sodio, NaClO2 también se usa como componente en enjuagues terapéuticos, colutorios, pastas dentales, geles, aerosoles para boca y también en la disolución para la limpieza de lentes de contacto. También se utiliza para la desinfección de conductos de aire y de HVAC/R y sistemas de las áreas de contención de animales (paredes, pisos, y otras superficies).

En síntesis orgánica, el clorito de sodio se utiliza frecuentemente para la oxidación de aldehídos a ácidos carboxílicos. Siendo como es un fuerte oxidante puede causar síntomas clínicos similares a los del clorato de sodio, tales como: metahemoglobinemia, hemólisis, insuficiencia renal.

La confusión esencial de quienes lo promueven como remedio para diferentes padecimientos parecería partir de una o estas dos causas: la similitud fonética entre la hidroxicloroquina y el dióxido de cloro o la función potabilizadora y desinfectante adjudicada. Pero, también puede deberse a lo dicho lineas arriba acerca de su relación con los ácidos carboxílicos o simplemente porque se lo confunde con el ión clorito. Y es, además, una confusión que pone de relieve el abrumador divorcio informativo y educativo que ocurre entre legos y especialistas en cuanto a la difusión de las ciencias, una asignatura pendiente sobre todo en los llamados países en desarrollo entre los que se cuenta México y que médicos como los hermanos chilenos Rodrigo Nicolás y Juan Ignacio Veller se han esforzado por reducir, convencidos de que la única manera de multiplicar el conocimiento es compartiéndolo.


Nosotros debemos ser críticos. Nosotros como estudiantes y/o profesionales de la salud entendemos el lenguaje técnico, sabemos traducir las ideas y debemos filtrar y, a partir de ese filtro, debemos procesar de manera crítica y transmitir a las personas que no lo entienden que tienen una desinformación [o mala información]. Porque, en tiempos de pandemia, con el miedo, el estrés, con el dolor y el sufrimiento de la gente, todos nosotros somos muy susceptibles [...] a creer discursos disfrazados con palabras técnicas [...] Y yo entiendo a todas las personas que se dejan convencer por estos argumentos [...] porque recuerdo cuando yo no estudiaba medicina [...] y era muy fácil también convencerme sobre todo cuando escuchba a alguien que yo lo consideraba tal vez una autoridad en el tema [...] Muchas veces saber un poco sobre algún asunto nos hace creer que sabemos mucho [VELLER, Rodrígo Nicolás, 2020].
La confusión también puede deberse a los estudios efectuados en la literatura médica para comprender los probables usos clínicos y terapéuticos del ácido hipocloroso cuya descomposición química deriva en la emanación de dióxido de cloro. Dichos estudios existentes desde la Primera Guerra Mundial buscaron dar respuesta al alarmante incremento de muertes (situación apremiante similar a la vivida hoy con la pandemia) por infecciones en los soldados, lo que hizo que se emprendiera la búsqueda de un desinfectante aplicable de manera directa en las heridas, que destruyera microorganismos y sus toxinas, sin dañar el tejido normal.
El ácido hipocloroso forma parte de un nuevo grupo de sustancias microbicidas conocidas como "moléculas antimicrobianas no antibióticas", que por su amplio espectro, rápida acción y amplio margen de seguridad puede ser utilizado para controlar y prevenir un amplio número de infecciones de piel y mucosas. Biológicamente se clasifica dentro de un grupo de pequeñas moléculas conocidas como especies reactivas del oxígeno (ROS), sintetizadas por células del sistema inmune (neutrófilos y macrófagos) durante un proceso inmunológico conocido como "estallido respiratorio", durante la fagocitosis de antígenos en reacción con la enzima mieloperoxidasa peróxido de hidrógeno (H2O2) y un ion de cloro. Funciona como una sustancia quimiotáctica que permite un excelente control microbiano y activación del sistema de defensa que facilita la rápida e inocua reparación de tejidos [WANG et. al. 2007; cit. en (Ácido hipocloroso, 2020)].

La realidad es que ambas partes, la defensora y la acusadora del uso del producto no han presentado pruebas fehacientes, investigaciones puntuales de su efectividad en la promoción de la salud, fuera de testimonios anecdóticos sin sustento. Con lo que se cuenta en cambio es con investigaciones acerca de la toxicidad probable en plantas y animales.

En la medida que el público general se eduque apropiadamente y no solo llevado por la curiosidad o la necesidad o el miedo, los temas que pueden afectar a su salud y bienestar le serán menos onerosos tanto para su integridad física como económica. Pero, como he dicho líneas arriba, esto pasa de manera especial por el desarrollo de esas habilidades y competencias para la discriminación informativa que permitan a los lectores y consumidores de información, en este caso profesionales o no de la medicina, seleccionar lo verdaderamente útil y trascendental.

Puede ser muy valiosa una síntesis como esta o la publicada por la BBC de Londres, alertando sobre el uso del Dióxido de Cloro. Pero, al final solo el lector, solo, determina, mediante el contraste de la información, qué le sirve en su creencia y limitado conocimiento, como lo demuestran los cientos de usuarios del producto, número creciente patrocinado incluso por las iglesias proveedoras de esperanza frente a los temores palpitantes en la acualidad.

En el lector queda responder si estamos ante un choque de paradigmas o ante una teoría que ha propiciado desde 1991 el registro de algunas patentes y más recientemente la reacción regulatoria de algunos gobiernos tanto a favor como en contra de su aplicación con carácter experimental o incluso terapéutico, a veces con carácter "preventivo" y como un ¿placebo paliativo? ante la deseperada situación que enfrentan los sistemas de seguridad mundiales:


  • Patente sobre una solución estabilizada de DIÓXIDO DE CLORO para su uso como biocida universal: sustancias químicas destinadas a destruir, contrarrestar, neutralizar, impedir la acción de cualquier organismo considerado nocivo para el hombre. Patente EE.UU. 20120225135 A1 Fecha: 6/9/2012 Inventor: Tadeusz Krogulec Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/RAUFWe
  • Patente sobre la utilización de varias sustancias incluido el CLORITO DE SODIO para el tratamiento de asma alérgica, rinitis alérgica y dermatitis atópica. Patente EE.UU. 8435568 B2 Fecha: 7/5/2013 Inventores: Mathias Brosz , Friedrich-Wilhelm Kuhne ,Klaus Blaszkiewitz , Thomas Isensee Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/AEBndF
  • Patente sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para el tratamiento parenteral (vía intravenosa) de infecciones por el HIV. El objeto de la presente invención es proporcionar un agente que inactiva los virus VIH en la sangre sin tener una influencia perjudicial en el cuerpo del paciente. Patente EE.UU. 6086922 A Fecha: 19/3/1993 Inventor: Friedrich W. Kuhne Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/LJTbo8
  • Patente sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para la prevención y el tratamiento de infecciones bacterianas, incluyendo la mastitis, en la ubre de mamíferos. Las composiciones incluyen dióxido de cloro en una cantidad que varía desde 5 ppm a 1000 ppm. Patente EE.UU. 5252343 A Fecha: 12/10/1992 Inventor: Robert D. Kross Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/emKbrx
  • Patente sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para la desinfección o esterilización esencialmente de componentes de la sangre (células sanguíneas, proteínas de la sangre, etc.). La composición se forma mediante la adición de un compuesto que libera dióxido de cloro con un ácido orgánico débil. Patente EE.UU. 5019402 A Fecha: 28/5/1991 Inventores: Robert D. Kross , David I. Scheer Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/LZpqdX
  • Patente que trata sobre la utilización del DIÓXIDO DE CLORO para el control de un amplio espectro de enfermedades infecciosas en la acuicultura, incluyendo el tratamiento de animales acuáticos infectados con patógenos asociados con las enfermedades infecciosas. Los animales acuáticos infectados con un patógeno son tratados por contacto con una cantidad terapéuticamente eficaz de dióxido de cloro. Patente WO 1995018534 A1 Fecha: 05/1/1995 Inventor: Robert D Kross Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/RyszsQ
  • Patente que trata sobre la utilización del CLORITO DE SODIO para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el alzheimer (EA) o la esclerosis múltiple (EM) Patente EE.UU. 8029826 B2 Fecha: 04/10/2011 Inventor: Michael S. McGrath (http://goo.gl/76oy3F) Patente apoyada por el gobierno de los EEUU donde el propio gobierno puede tener derechos sobre la misma. Enlace directo Google Patents: http://goo.gl/HCPxC7






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Referencias y fuentes consultadas: