Naucalpan, zona de riesgos

octubre 24, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments

SIEMPRE QUE OCURRE algún desastre natural o catástrofe como la ocasionada por el huracán Patricia que azotó el 23 de octubre de 2015 en costas del Pacífico mexicano, sucede que a muchos les da por reflexionar sobre las posibles incidencias de riesgos y peligros en rededor de su comunidad.

El municipio de Naucalpan de Juárez cuenta con un Atlas de Riesgos elaborado en 2014 y en él se destacan los distintos y múltiples motivos por los que la prevención para la Protección y la Seguridad Civil se hacen prioritarios, aunque no lo parezca.

En la geografía del municipio, destacan zonas propensas a hundimientos, inundaciones, desbordamientos de ríos, tornados y un largo etcétera que abarca un cuidadoso estudio de 241 páginas intitulado Atlas de Riesgos del Municipio de Naucalpan de Juárez elaborado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

Como habitante del fraccionamiento La Florida, en mi interés observo en el documento que:
De acuerdo al mapa de peligros, las áreas de mayor inestabilidad para hundirse del municipio de Naucalpan son las planicies y las áreas minadas. Esto de acuerdo el suelo lacustre y la extracción de agua del subsuelo afecta seriamente el terreno, asimismo las áreas que han sido de extracción de materiales de construcción o minas. Colonias como Echegaray, La Florida, Pastores, 10 de Abril, Ahuizotla, Industrial Alce Blanco, han sido afectadas por este fenómeno, la mayoría corresponden a las áreas de la planicie lacustre al este del municipio [(SEDATU, 2014, pág. 131)].
En fechas tan cercanas como julio de 2014, el fraccionamiento sufrió la más grave inundación por causa del desborde del río Chico de Los Remedios. Las familias y residencias afectadas apenas si recibieron apoyos gubernamentales a la altura de la circunstancia.

La falta de coordinación entre áreas administrativas del gobierno municipal de Naucalpan de Juárez puede ser y lo ha sido, causa de que los peligros se vean incrementados. La negligencia en la comunicación interna entre áreas, así como la burocracia restan en vez de sumar a la eficiencia y eficacia de las correspondientes autoridades encargadas de la seguridad y la protección civiles, desde el momento que dejan en manos del ciudadano la responsabilidad de informar a la oficina respectiva la emergencia que puede aquejarle, cuando no siempre los ciudadanos saben a quién acudir fuera de la policía o los servicios de salud pública. En casos donde la policía ha intervenido en tiempo y forma, los riesgos se han detenido, pero esa misma corporación deja inconcluso el trámite de canalizar a otras dependencias relacionadas para la solución del caso. Ejemplo: aquí mostré indicios de cómo, tras descubrirse un “misterioso agujero” en La Florida, la policía, a solicitud de los vecinos, remitió a los “culpables” al juez calificador y ahí quedó todo. Nadie, si no hubo sido por estos Indicios Metropolitanos y presionando varias dependencias, pasó el reporte correspondiente del riesgo a Protección Civil, la que al enterarse reaccionó de inmediato mitigando el peligro.

En fechas próximas, y como parte de las labores de la “nueva” súper Secretaría de Infraestructura, han venido haciéndose labores de bacheo por todo el Estado de México. Naucalpan de Juárez no es la excepción. La Dirección de Obras Públicas ha puesto manos a la obra en este tema con singular alegría dejando chipotes y mogotes aquí y allá en el afán de tapar agujeros a diestra y siniestra, por lo general utilizando chapopote o cierta mezcla dizque duradera. En algunos casos estas obras han servido más para el lucimiento personal de funcionarios públicos y legisladores que otra cosa, porque el problema de fondo no es resuelto nunca.

Otra historia es la de las tapas de registros o coladeras rotas o destapadas, sobre las que las dependencias se lavan las manos y delegan la responsabilidad a las compañías Telmex, CFE y OAPAS, las que nunca revisan los estropicios de sus instalaciones, por lo que hacer el reclamo respectivo se vuelve un vía crucis.

El documento aludido líneas arriba anota:
[…] las zonas caracterizadas como peligro alto de hundimientos y localidades […] se encuentra[n] en la planicie lacustre y las áreas de minas de extracción de materiales. Se puede deducir que Riesgo ALTO principalmente la planicie, en las que existen colonias como Echegaray, La Florida, Pastores, 10 de Abril, Ahuizotla, Industrial Alce Blanco [op.cit. 132].
El fraccionamiento donde habito y desde donde hago estos Indicios Metropolitanos no es exclusivo, como se ve, en cuanto a la necesidad de poner atención a los riesgos que pueden sufrir sus pobladores ya de por sí preocupados por la seguridad de índole delicuencial. La zona está rodeada de fallas tecnónicas estudiadas con cuidado desde mediados de la década de los setentas. Fallas relacionadas más con el cinturón volcánico que con ramales de la Falla de San Andrés y por ello son motivo de mayor riesgo como han demostrado estudios geológicos sobre la actividad volcánica. Pero, la construcción de infraestructura urbana no ha considerado estos riesgos de forma suficiente al grado de construir casas sobre fallas, como puede observarse en Echegaray en domicilios que datan de los años sesenta. De ahí también que acciones como la tomada por la presidenta interina Claudia Oyoque de suspender obras de instalación de ductos de gas natural “por malos trabajos” sean positivas desde el punto de vista de la prevención de accidentes. Pero el argumento más poderoso no debería ser de índole administrativa al amparo de permisos y estudios de impacto ambiental hechos a modo.

La Comisión Técnica de Vecinos de La Florida constituida a raíz de la construcción del Viaducto Bicentenario y como un cuerpo ciudadano de expertos en distintas materias para servir como observador y mediador frente a las políticas y los intereses de gobiernos municipal y estatal, y de la empresa OHL, puso de manifiesto en 2010 la necesidad de tomar en cuenta los estudios existentes antes de continuar con los planes de construcción de la obra. La dirección del Sistema de Autopistas, Aeropuertos, Servicios Conexos y Auxiliares del Estado de México (SAASCAEM) encabezada entonces por el ing. Manuel Ortiz, adujo y afirmó haber consultado tales estudios; sin embargo, no pudo rebatir las contradicciones detectadas por dicha comisión. Simplemente, de acuerdo con la información obtenida por esta, nunca se hicieron los análisis de suelo necesarios para sostener al Viaducto Bicentenario y lo mismo aplica para otras obras inmobiliarias por todo Naucalpan y municipios aledaños.

El Atlas de Riesgo elaborado por el gobierno federal cuatro años luego, pone de manifiesto ese otro “agujero” en las políticas públicas del Estado de México y del gobierno federal. Lo que hoy explica más ampliamente empero en parte el trasfondo del escándalo que tiene envueltas a las autoridades de gobierno y a la empresa OHL.

Anota además el Atlas:
[… L]as zonas con mayor probabilidad de presentar grietas, considerando para su elaboración: fallas y fracturas geológicas, uso de suelo así como las áreas susceptibles a deslizamientos. El mapa de áreas susceptibles a presentar agrietamientos se presenta en tres niveles: 
ALTO en las áreas planas o lacustres colonias como Ahuizotla, Industrial Alce Blanco, San Lorenzo Tlaltenango. 
MEDIO colonias Echegaray, La Florida, Pastores, 10 de Abril. 
BAJO en las zonas de piedemontes y laderas de montaña. En el mismo sentido se recomienda el análisis de grietas, ya que estas son antecesoras de otro tipo de fenómenos como los procesos de remoción en masa y hundimientos [op.cit. 142].
Así pues, aun habiendo hecho promesas de campaña como promover el calafateo de calles, avenidas y aceras en tanto medida provisional y previsora de futuras afectaciones por causa de las lluvias, el presidente electo Edgar Olvera deberá tener muy presente este Atlas al momento de firmar él o sus colaboradores cualquier documento que implique alguna forma de riesgo patente o latente entre la población a gobernar por él. Este Atlas deberá por lo mismo ser guía fundamental para la elaboración y puesta en marcha de cualquiera forma que tome el Plan Municipal de Desarrollo, y sobre todo incidir en mejoras de políticas públicas para la Protección Civil que reestructuren las funciones y relaciones entre las dependencias respectivas.

Dragado de lechos, vasos reguladores y represas, y no nada más conformarse con desazolvar cañerías y desagües es apenas una de las soluciones pendientes que en poco más de veinte años los gobiernos municipales han dejado postergadas, por no decir olvidadas.

Edgar Olvera no la tiene fácil, aun solicitando a los ciudadanos propuestas para conformar su plan de gobierno deberá ser muy cuidadoso en la selección de las prioridades para no parecer a los ojos de la población como omiso al determinar qué sí y qué no atajar en su gobierno.



Referencias

SEDATU. (2014). Atlas de Riesgos del Municipio de Naucalpan de Juárez. DF, México: SEDATU. Recuperado el 23 de octubre de 2015, de http://www.naucalpan.gob.mx/pdf/riesgos.pdf



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