Poder Judicial, entre el amparo y el desamparo


LO HECHO, ¿hecho está? No siempre, menos en materia de legislación donde las revisiones, adecuaciones, modificaciones, reformas, reconsideraciones y hasta parches están a la orden del día, sobre todo cuando ciertas reformas obedecen más a caprichos de intereses políticos y fácticos que a razones de necesidad social o mejoramiento real de la norma.

El caso de la Ley de Amparo que fue tan polémico a comienzos del año y cuya reforma más reciente se efectuó en abril entre jalones, gritos y sombrerazos es un ejemplo de lo que digo. Políticamente todos tuvimos claro que al presidente Andrés Manuel López Obrador le urgía que saliera adelante la aprobación en el Congreso, en parte para que ya nadie lo esté chingando hasta el final de su mandato, y en parte para allanarle el camino a su candidata, Claudia Sheinbaum, y pueda dar "continuidad" a las obras faraónicas inconclusas, o iniciar las propias en términos más cómodos.

Uno de los grandes defectos de la reforma reciente es que, en el estire y afloje se pasó desapercibida la afectación lograda años atrás en dos sentidos: 1) la reducción presupuestal de los costos de los procesos judiciales, y 2) la atención compaginada y sintética de los derechos de interés colectivo.

Es decir, todavía hasta el sexenio de Enrique Peña Nieto, algo de lo que se quejaban los funcionarios públicos de todo nivel, comenzando con los presidentes y terminando con los operadores en campo, era que una afectación de una obra sobre una comunidad podía, mediante una demanda de amparo, suspender las obras, un hecho que implicaba el aumento administrativo de los costos de la obra porque, cada día que pasa en una suspensión no impide que sigan corriendo los gastos por causas contractuales. Si por un lado se atendía a los derechos de los ciudadanos, por otro se descuidaba el impacto económico de dicha decisión, por muy temporal que fuera. Por otra parte, la lógica más allá de lo económica era y es razonable si consideramos que, dejar hacer y dejar pasar una obra sin suspender sus trabajos, implica necesariamente la continuación de las afectaciones alegadas como argumento principal de la solicitud de amparo frente a lo que se puede considerar un abuso del ejercicio del poder. Entonces, el freno tendría que tomar en cuenta ambos aspectos para ser de veras justo y balanceado. Antes no lo era, a ojos de los funcionarios públicos y sus obras. Hoy no lo es, como no lo fue antes de Ernesto Zedillo Ponce de León, a ojos de los ciudadanos afectados por obras como, por ejemplo, los segundos pisos construidos por Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México en su etapa de Jefe de Gobierno. Ahí está cómo, desde entonces, el hoy presidente saliente, en su provocadora y característica rebeldía caprichosa y autoritaria, ya entonces se pasó por el arco del triunfo y sin necesidad de reformas legaloides las sentencias de suspensión de amparo dictados en su contra en un caso sonado que ganó el eximio y finado jurisprudente Dr. Ignacio Burgoa Orihuela.

La ventaja de un amparo que permite replicar la demanda de uno como extensiva a toda una comunidad en forma de amparos colectivos no solo dio fuerza a reclamos populares que mucho tiempo defendieron los propios lopezobradoristas y morenistas, sino abrió la posibilidad de también reducir los costos que implicaba hacer recursos de ampara individuales. Costos en los juzgados, costos para los ciudadanos, costos administrativos que acababan incidiendo en la lentitud de la impartición de justicia. Así, con los amparos colectivos se ganó en jurisprudencia, más o menos en la línea del derecho como sucede en países europeos y sajones no ajustados al Derecho Romano, sino basados en casos, lo que da una mayor flexibilidad al sistema jurídico.

Ahora, con la reforma al Poder Judicial tendría que definirse de una vez por todas qué lineamientos son los que nos convienen y queremos los mexicanos. Si optan los legisladores por caminar por el camino trazado por la reforma al derecho de amparo, quedaría claro que el Derecho Romano, con todos sus atavismos burocráticos, podría seguir siendo la norma. Si en cambio, en consonancia con otras reformas como la realizada para agilizar los procesos introdujo los juicios orales, implicaría un viraje al timón para enfilar el Poder Judicial en la línea del Derecho Privado. Por supuesto podría hacerse una mescolanza y podría resultar virtuosa como hasta ahora, con los pequeños pespuntes logrados en años anteriores, pudo conseguirse gracias a los ejemplos mencionados: la ley de amparo colectivo, la suspensión derivada de un juicio de amparo, los juicios orales (que obligan a la inclusividad de los grupos vulnerables como los pueblos indígenas), etcétera.

Visto así, la reforma al Poder Judicial, como la reciente al Amparo, podría ser tan regresiva como progresista. Algo que deben considerar los legisladores morenistas, que son mayoría en el Congreso, es que el Derecho Romano no por fuerza se atiene a la defensa de los derechos del pueblo con que tanto se llenan la boca y, al contrario, muchas veces el Derecho Privado sí centra su objetivo en la colectividad. El principal error ideológico detrás de las ideas comunistas y socialistas, cuando son distorsionadas por badulaques, es que lo privado se opone a lo colectivo y lo comunitario, cuando esto, lo colectivo y lo comunitario también son formas de lo privado tanto como de lo público.

Ojalá la presidente electa, Claudia Sheinbaum, muestre sensibilidad, sensatez e inteligencia jurídica y, sin menoscabo de los objetivos y las metas de su gobierno, deje de confundir la continuidad con la necedad. Más valdría una revisión pertinente de la reforma al amparo y pensar con mucho cuidado la reforma judicial en términos generales.

Y como no todo está escrito, aun a toro pasado el siguiente video contiene indicios útiles para la reflexión por parte de todos nosotros, legisladores o no.



Veintiún posibles escenarios


EL PRÓXIMO junio dos del año en curso se efectuarán en México las elecciones más complejas de los años recientes. Lo serán no solo por ser convergentes, sino por la abultada cantidad de más de veintemil cargos púlicos sujetos a sufragio. Es decir, se elegirá de manera nacional a quien será presidente de la república, senadores y diputados, sino porque en algunas entidades se elegirán además gobernadores, alcaldes, síndicos y regidores. Serán también las más complejas porque serán las más vigiladas de la historia dadas las condiciones adversas que, en algunas entidades, han venido suscitándose para el buen desempeño y desarrollo de los comicios. Esto debido a la marcada y extendida presencia del crimen organizado influyendo directamente y presionando sobre candidaturas, funcionarios, políticos, partidos. Pero también por la atención de parte de las autoridades del orden y la seguridad, el ejército, las policías, la Guardia Nacional.

La división social propiciada desde el púlpito de las mañaneras por el presidente en turno, Andrés Manuel López Obrador, es otro factor que incide en la complejidad de las campañas y de los comicios. La insistente presión sobre el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Transparencia (INAI), la Suprema Corte de Justicia y los tribunales electorales dependientes de este poder del estado ha hecho caldo de cultivo en la incertidumbre de la población. La propaganda de partidos políticos y alianzas no mejora las cosas desde el momento que, salvo Movimiento Ciudadano, la pauta a seguir ha sido la descalificación y la provocación del miedo como un factor adicional determinante de las preferencias electorales.

Mientras por un lado el presidente López Obrador anuncia que más de quinientos candidatos a las elecciones tienen protección ante la inseguridad, El asesinato de treinta candidatos a lo largo del proceso electoral así como la renuncia de otro tanto pone en tela de juicio los dichos presidenciales los que rayan o en un optimismo ñoño o en una indolencia que asusta.

Desde hace un mes antes de la semana de las elecciones ha venido circulando en redes una explicación dada con palillos por el colega Joaquín López Dóriga a la también colega Fernanda Familiar acerca del "mejor modo" de efectuar el voto. Este el video y enseguida mis comentarios:


La explicación es correcta y precisa. Sin embargo vale añadir algunos matices igualmente importantes. La división del voto entre los partidos que conforman una alianza o coalición tiene, sí, una finalidad estadística de "diluir" el voto, pero eso no es del todo malo. La democracia busca la mayor representatividad sobre todo de los grupos minoritarios, no de las mayorías. Meter todos los huevos en una sola canasta no abona a la democracia, sino fortalece la hegemonía partidista, se entiende de los partidos mayoritarios.

Si lo que queremos es un sistema político tripartidista, está bien seguir el consejo dado en el video, no solo por López Dóriga sino por muchos más desde hace años (no es nuevo).

Si lo que queremos en cambio es un sistema político abierto a las oportunidades de representación de minorías, entonces lo conveniente no es dotar a un solo partido de fuerza hegemónica, sino repartir las capacidades representativas entre las varias instituciones políticas registradas, de lo contrario sus afanes pueden verse en riesgo de perder su registro (y de paso la tajada de pastel presupuestal respectiva).

Dividir el voto también fuerza en las cámaras del congreso a que los partidos negocien para sacar adelante reformas legislativas, de lo contrario se aplica la llamada aplanadora, sea que se aplique la mayoría relativa o absoluta, según el caso de reforma en cuestión.

La clave en estas elecciones no es dar el voto a un candidato específico, sino actuar con inteligencia al momento de repartir el pastel del congreso.

Pensando en escenarios para estas elecciones

Cómo repartas tu voto es tu personalísima decisión. Piensa, cuán riesgoso puede ser repetir un presidente con un congreso con mayoría de su partido (AMLO-MORENA es la experiencia más reciente, semejante a la época del PRI; y podría ser igual con Xóchitl-FRENTE, porque al fin la candidata está sujeta a los proyectos de los partidos que la sostienen).

Al margen de las estadísticas amañadas o no de las casas encuestadoras, entre contradicciones de cifras según quien las dicte, los escenarios que habrá de enfrentar todo elector de pie en las urnas listo para emitir su sufragio serán los siguientes, como los más probables:

Escenario 1: Presidente Claudia Sheinbaum, Senado Frente por México, Diputados Movimiento Ciudadano.

Escenario 2: Presidente Claudia Sheinbaum, Senado y Diputados Morena.

Escenario 3: Presidente Claudia Sheinbaum, Senado Frente por México, Diputados Morena.

Escenario 4: Presidente Claudia Sheinbaum, Senado Frente x Mex + MC, Diputados Moena + MC

Escenario 5: Presidente Claudia Sheinbaum, Senado FxM + MC + Morena, Diputados FxM + MC + Morena

Escenario 6: Presidente Claudia Sheinbaum, Senado Morena + MC, Diputados FxM + MC + Morena

Escenario 7: Presidente Claudia Sheinbaum, Senado y Diputados FxM

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Escenario 8: Presidente Xòchitl Gálvez, Senado Frente por México, Diputados Movimiento Ciudadano.

Escenario 9: Presidente Xòchitl Gálvez, Senado y Diputados Morena.

Escenario 10: Presidente Xòchitl Gálvez, Senado Frente por México, Diputados Morena.

Escenario 11: Presidente Xòchitl Gálvez, Senado Frente x Mex + MC, Diputados Moena + MC

Escenario 12: Presidente Xòchitl Gálvez, Senado FxM + MC + Morena, Diputados FxM + MC + Morena

Escenario 13: Presidente Xòchitl Gálvez, Senado Morena + MC, Diputados FxM + MC + Morena

Escenario 14: Presidente Xòchitl Gálvez, Senado y Diputados FxM

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Escenario 15: Presidente Jorge Álvarez Máynez, Senado Frente por México, Diputados Movimiento Ciudadano.

Escenario 16: Presidente Jorge Álvarez Máynez, Senado y Diputados Morena.

Escenario 17: Presidente Jorge Álvarez Máynez, Senado Frente por México, Diputados Morena.

Escenario 18: Presidente Jorge Álvarez Máynez, Senado Frente x Mex + MC, Diputados Moena + MC

Escenario 19: Presidente Jorge Álvarez Máynez, Senado FxM + MC + Morena, Diputados FxM + MC + Morena

Escenario 20: Presidente Jorge Álvarez Máynez, Senado Morena + MC, Diputados FxM + MC + Morena

Escenario 21: Presidente Jorge Álvarez Máynez, Senado y Diputados FxM

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En cualquier escenario, PVEM, PRD y PT sacan premio de panzazo o se acercan a la probable pérdida de registro dadas las alianzas plurinominales.

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Voto blanco ascenderá su porcentaje o se mantendrá como en elecciones previas, alrededor del 4%

Voto nulo también andará alrededor del 4%

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Si las tendencias de participación se sostienen, sería esperable una tasa de participación ciudadana del 65% para ser una elección presidencial y convergente.

Si las expectativas de voto ascienden, la tasa esperada de participación ciudadana deseable sería del 75%.

Una tasa de participación superior al 68% haría de estas unas elecciones históricas y la legitimidad de los triunfadores sería indiscutible.


México versus Ecuador - Una guerra anunciada


MÉXICO HA ROTO RELACIONES con Ecuador luego de que fuerzas policiacas ecuatorianas irrumpieran por la fuerza en la sede diplomática mexicana, lo que en términos de derecho internacional implica la violación de la soberanía extendida de un país.

Si bien lo ocurrido en Ecuador con la reciente incursión de fuerzas policiales con apoyo militar en la embajada de México para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas ha generado una crisis diplomática de proporciones preocupantes, es esencial entender el contexto más amplio que rodea este incidente.

Un conflicto previsible

En Ecuador se ha observado un aumento significativo de la actividad de narcotraficantes asociados al Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación con influencia en grupos criminales propios de esa nación, como lo demuestran diversos informes y artículos periodísticos. Esta presencia ha desencadenado una escalada de violencia, con bandas criminales compitiendo por el control del territorio y el tráfico de drogas, en particular el trasiego de fentanilo. El gobierno ecuatoriano ha tomado medidas contra importantes narcotraficantes vinculados a estos carteles, según informes de la Embajada de Estados Unidos en México. En este contexto, el caso del exvicepresidente Glas adquirió relevancia luego de que la violencia pusiera en vilo la democracia ecuatoriana.

Jorge Glas ha sido objeto de debate entre quienes lo consideran un perseguido político y aquellos que lo ven como un corrupto delincuente. Fue vicepresidente de Ecuador durante el mandato de Rafael Correa desde el veinticuatro de mayo de dos mil trece hasta enero de dos mil dieciocho, y luego de Lenín Moreno, quien le retiró sus funciones poco después de asumir la presidencia por acusaciones de corrupción durante su mandato. Ello condujo a su enjuiciamiento y posterior condena.

Tras las elecciones en Ecuador y la llegada de un nuevo gobierno cuya legitimidad fue puesta en tela de juicio incluso por el presidente Andrés Manuel López Obrador, Glas enfrentó un proceso legal continuo y una creciente presión política. Ante la amenaza de ser detenido, buscó refugio en la embajada de México, desencadenando una crisis diplomática entre ambos países.

La suspensión de relaciones diplomáticas entre Ecuador y México evidencia un conflicto equiparable a una guerra no declarada, exacerbado por los intereses geopolíticos de Estados Unidos y China en la región. En este contexto, una respuesta diplomática cuidadosa y la cooperación internacional son cruciales para resolver la crisis y evitar una escalada de violencia.

Algunos argumentan que Glas, condenado por corrupción en casos como el escándalo de Odebrecht, es un criminal que debe enfrentar la justicia por sus acciones ilícitas. Sin embargo, sus partidarios sostienen que las acusaciones en su contra son políticamente motivadas, en especial dentro de un contexto de cambio de gobierno en Ecuador. La concesión de asilo político por parte de México avivó aún más la controversia en torno a su caso, alimentando el debate sobre su verdadera condición: ¿víctima de persecución política o responsable de delitos de corrupción?

El gobierno ecuatoriano solicitó primero a México negarle el asilo al exvicepresidente en virtud de estar sujeto a la procuración de justicia de aquel país. Pero México privilegió las razones político electorales sobre las judiciales. Ello condujo al gobierno de Noboa a considerar medidas más arbitrarias aun pasando por encima del derecho internacional.

La incursión de la policía ecuatoriana en la embajada de México para arrestar a Jorge Glas ha generado preocupaciones sobre el respeto al derecho internacional y ha intensificado las tensiones bilaterales hasta el punto del rompimiento de relaciones.

Primero fue estúpido, pésimo, que el presidente Andrés Manuel López Obrador hiciera sus afirmaciones sobre la situación electoral y democrática de Ecuador meses atrás, en una muestra de intervencionismo claro, y en contradicción con los principios que alega defender bajo una torcida y convenenciera versión propia de las máximas juaristas. Pero, malo, terrible, ha sido que el gobierno de Ecuador encabezado por el presidente Daniel Noboa violara la soberanía de otro país mediante invadir la sede diplomática en el afán por hacer valer las leyes del país y, quizás, el ajuste de cuentas en relación con un adversario político.

¿Cómo leer la suspensión de relaciones diplomáticas? ¿Es guerra franca? En cierto modo sí. Podemos decir que Ecuador y México pasaron de estar en una situación tensa de aparente guerra no declarada a una franca, al menos a la letra de la ley. Ahora están en guerra, pero una que comenzó meses atrás por las imprudencias de los actores políticos de ambos y, también hay que decirlo, por causa de la infiltración del narcotráfico mexicano en Ecuador, concretamente del Cártel de Sinaloa (con el que algunos relacionan al presidente Andrés Manuel López Obrador) y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Ya venían siendo graves los enfrentamientos de sangre allá como para además sumar un aumento en la presión internacional.

La siguiente pregunta parecerá ociosa pero ¿qué harán Joe Biden y China? Porque ambos países, en especial China a últimas fechas, tienen fuertes intereses que amarran a ambas naciones, México y Ecuador como parte del plan chino para extender la nueva ruta de la seda y retomar la idea de la nao de China. Aunque no es deseable, es esperable que las tensiones escalarán de este lado del mundo como está sucediendo en la conexión Israel-Ucrania por otros motivos no del todo ajenos y que se fincan en la economía y el cambio de hegemonías.

Este suceso de Ecuador refleja la fragilidad de la soberanía diplomática y la importancia de respetar el derecho internacional para evitar conflictos entre naciones.

En el ámbito internacional, las sedes diplomáticas representan territorio sagrado protegido por leyes internacionales que garantizan su inviolabilidad. Sin embargo, a lo largo de la historia, han ocurrido casos lamentables donde países han violado esta soberanía, irrumpiendo en embajadas extranjeras con consecuencias políticas y diplomáticas de gran envergadura.

Para contextualizar este suceso, es crucial recordar otros casos emblemáticos de violaciones similares:  Durante el conflicto armado en Guatemala, en mil novecientos ochenta fuerzas de seguridad ingresaron a la embajada de España, resultando el hecho en la muerte de treinta y siete personas y la ruptura de relaciones diplomáticas con España. En otro ejemplo de décadas atrás, en mil novecientos sesenta y siete la embajada británica en Pekín fue invadida repetidamente, desafiando la extraterritorialidad diplomática.

La suspensión de relaciones diplomáticas entre Ecuador y México sugiere una situación de conflicto que puede equipararse a una guerra no declarada. La intervención de líderes políticos y la infiltración del narcotráfico mexicano en Ecuador, especialmente del Cártel de Sinaloa, agravan aún más las tensiones. Además, es necesario considerar los intereses geopolíticos de Estados Unidos y China en la región, especialmente en el contexto de la Nueva Ruta de la Seda y la posible influencia del narcotráfico en sus estrategias regionales.