Digamos que en la imaginación primaria pongo como piedra miliar de una probable plataforma política la duda sistemática. ¿Me verían tamaños para encabezar a mi gente o debería conformarme con mi reducto entre las letras? Quiero ser más útil a mi país, a mi localidad y a mi gente, sin dejar de ser un ciudadano más; pero no quiero perderme en el Laberinto Bestial de la vanidad o en los falsos pasillos donde el olvido y la mezquindad gobiernan.

Como diría Winnie Poo: Pensar... Pensar... Pensar... ¡Ya pensé! ¿Estoy "comiendo ansias" como alerta Manlio Fabio Beltrones Rivera​ en entrevista con Adela Micha​? ¿Cuánto tiempo debe destinar un ciudadano común interesado en ser candidato independiente? Quiero, como muchos, transformar para bien y en lo posible las condiciones de un territorio, una población y un gobierno como los mexicanos, pero ¿cuánto debe invertir un ciudadano simple para enfilarse hacia una candidatura independiente, novedad hoy en nuestra democracia en desarrollo, cuando no tiene el soporte de un aparato institucional detrás o una "carrera política"; cuando debe construir simpatías, adhesiones, filiaciones? Me queda claro que la ley actual implica más obstáculos que oportunidades para el ejercicio del derecho básico de cada cual a ser votado. ¿Para el candidato independiente debería bastarle decir "yo quiero"?

Yo conozco parte de mi país, no todo y muy poco del mundo. En tanto individuo con limitaciones digo con verdad que no soy perfecto, como tú o quien sea, tengo mis flaquezas, mis deficiencias, mis "perversiones"... Sin embargo comparto temas que nos unen, preocupan y ocupan. Me he preocupado más por conocer al ser humano, a la persona. ¿Cuánto tiempo es necesario para recorrer cada rincón? ¿Cuánto tiempo se requiere para comprender una sonrisa o un gesto de enojo o una mueca de dolor y lo que de alguna manera puede ser su causa?

Llegué a hacer "activismo" por necesidad, un poco para huir de mi duelo, un poco para reinsertarme en el mundo con ojos, afectos y palabras nuevas. Hoy, siendo testigo y en cierto modo actor de diversos acontecimientos con incidencia directa en mi comunidad, me he dado cuenta que algo de lo que hago y digo tiene cierto peso, que no soy nadie ni ninguno; que soy uno entre varios con semejantes miras.

Si quiero ser candidato independiente y resulta que una institución política establecida me toma la palabra, ¿eso solo sería una razón para poner en entredicho mi independencia política? Entonces, ¿a qué abrazarme? ¿Qué grupo, qué organización no me investiría con sus estigmas, intereses, prestigios o desprestigios? ¿Bastan mi cara, mi mente y sus ideas, mi corazón, mi sensibilidad? ¿Seguir andando como hasta ahora solo?

¿Qué puede aportar un comunicólogo, un poeta al concepto del México actual? Por lo pronto, la certeza y la claridad de que el fenómeno comunicativo, siendo centro de todo lo que el hombre hace, no puede ni debe traducirse simplemente en votos entendidos como puntos a favor o en contra. El voto, como ya he dicho en mis espacios, así en texto como en video, es la expresión de la voluntad política no nada más del sentido del acto de elegir sino, en tanto equivalente simbólico de la palabra, encierra o debería encerrar la comprensión de lo honorable. El voto y la palabra honran y deberían ser honrados.

En días pasados y dadas mis actividades, algunos conocidos, entre broma y en serio, fueron sembrando en mi cabeza la idea de insertarme de manera más decidida en la actividad política. ¿Tendré las entrañas para digerir la mierda que luego se sirve en tal ámbito?

Decidir tal cosa no es tarea sencilla. Tengo en mente las palabras de Jacobo Zabludovsky: "Ay de aquel periodista que se vuelve centro de la noticia". Y empiezo a preguntarme, ¿por qué no emplear mis conocimientos, habilidades, experiencias pocas o muchas en el campo de mi profesión para afianzarme en el papel de agente de cambio en una cota superior? Y de esta pregunta van ya perfilándose varias meditaciones que iré compartiendo aquí.

Como si narración de un partido de fúbol en voz del "Perro" Bermúdez, antes, durante y después de las elecciones de junio, entrevisté a David Sánchez Guevara, David Parra Sánchez, Javier Chávez Tello y Edgar Olvera sobre el particular y obtuve una respuesta casi similar: afirman que el caso está "en vías de resolverse" (demasiado tiempo después). Sin embargo no dan mayor información. Tómala, es tuya, te la presto... PGJEM mira pa'l cielo, como que la virgen le habla. En el municipio se lavan las manos y los funcionarios entrevistados remiten o al sindicato o a PGJEM, alegando desconocer detalles. Olvera me afirmó en campaña que daría seguimiento al caso, pero no tiene información como para ahondar en tal tema; además ante distintos medios y en varias oportunidades ha enfatizado que el endeudamiento del ayuntamiento que presidirá a partir del primero de enero de 2016 tiene una historia conocida que abarca incluso a administraciones como la de José Luis Durán Reveles. El PAN insiste en negar las probables relaciones políticas entre el presidente electo y la exalcaldesa. El PRI, por su lado, en voz de Fabián Gómez, Secretario General del PRI Naucalpan reta a que quien tenga pruebas de las supuestas traiciones de priyistas coludidos para favorecer al PAN prueben sus especulaciones. La hoy diputada priyista e hija de la exalcaldesa, Irazema González Olivares no se ha pronunciado sobre el particular. Aquí y allá, pues, el velo del misterio y la suspicacia está tendido.

No obstante, algo parece estarse cocinando en los más altos círculos, toda vez que estos dos casos en particular pueden ser la bomba que a tiempo o a destiempo estalle ya en las manos de Enrique Peña Nieto, en buena medida favorecedor en su momento como gobernador de Azucena Olivares, ya en las del actual gobernador Eruviel Ávila, "callado" aspirante a la presidencia de la República y cuyos delfines para sucederlo en las elecciones de 2017 van topando con dificultades que van desde resultados discutibles en sus gestiones hasta las escandalosas sospechas de corrupción heredada respecto del caso OHL.

Es fecha que los viejos casos de impunidad, así sean denuncias de extorsiones policiacas por ciudadanos comunes o los más sonados de los días actuales parecen seguir el mismo camino de siempre: el del olvido. David Sánchez Guevara quedará en el olvido, su carrera política está prácticamente destrozada. Azucena Olivares camina campante el sendero de la desmemoria. David Parra, por su parte tampoco tiene todas consigo desde el momento que la disidencia sindical en el SUTEyM dice que ya obran varias denuncias en contra de su feudo también "pendientes" de investigación. El archivo de dudas se amplia sin posibilidad de transparencia, y esto es historia que se repite en muchos rincones del país. 

1) Qué bueno que me "detectas". De acuerdo con el diccionario detectar es: a) Descubrir la existencia de algo que no era patente; b) Extraer de la onda modulada la señal transmitida. Porque ahora por lo menos en tu conciencia ya soy patente y no solo una idea latente, y porque mi "onda" ha podido ser puesta en sintonía y captada por un receptor más. Pero qué mal diagnostico el tuyo. Si por falso (seudo) te refieres a que no ejerzo profesionalmente el análisis político (como, por cierto, tristemente tampoco hacen muchos de los que deberían hacerlo aun siendo licenciados en el tema), te lo concedo. No soy profesional de Ciencias Políticas. Hablo y hago política desde mi particular trinchera como comunicólogo y escritor, aun más como ciudadano, al amparo del ámbito de mi ejercicio profesional y los conocidos y experiencias de vida, con todos los yerros que esto pueda acarrear.

2) ¡Frustreitor! Pues miro atrás en mis 52 años de existencia y mis más de 35 de ejercicio profesional y no veo un solo motivo de frustración. He hecho lo que he querido, trabajado donde me han querido, escrito de lo que me place (incluida la política). Gusto de reír de mí con el mismo ánimo crítico con que señalo a terceros, cosa que luego los criticones adolecen (sin alusión específica personal, no te conozco lo suficiente como para etiquetarte de ninguna manera; de hecho agradezco que tomaras el tiempo de revisar lo dicho y/o hecho por mí) .

3) Siguiendo la idea anterior... Hueso... Sí, tengo todavía mis 206 huesos del cuerpo, quizá alguno que otro medio trastocado. Y si te refieres a la antigua imagen del que acaba absorbido por el sistema político, nunca lo he buscado. Y sí me han ofrecido un par de ocasiones algo, pero nunca aceptaré algo que vaya contra mis principios. Si así fuera, no estaría en la circunstancia económica tan depauperada en que me encuentro. Y que conste: entre 2010 y 2011 laboré como asesor de determinada diputada mexiquense, o sea que, si me quieren poner el sambenito de "aviador", sea, aunque en estricto sentido no lo fui.

4) Seudoamigos... Sí, los he tenido. Esos surgen a la menor provocación, así en la vida real como en la virtual de las redes sociales.

5) Seudopolillas... Sí, también no han faltado los que rondan las farolas ya del poder como del entendimiento.

Finalmente, interesante tu nick o apodo: "Eminem" (¿alusión al rapero Marshall Mathers?), que ni llega a nombrar a una "eminencia" ni se define como distribuidor o normador "neminem" (acusativo del verbo latino "nemo": tomar, distribuir, asignar; sustantivo "nom": moneda) del valor numismático de 50 centavos con que lo rematas. Recibe un atento saludo, mucho gusto.