ACTOR AVEJENTADO INVOLUNTARIAMENTE

mayo 16, 2007 Santoñito Anacoreta 0 Comments

Una palabra y... ¡ni Matusalén!

Por José Antonio de la Vega Torres

Foto: esmas.com/Marco Polo Dávila

En la reciente entrega del premio TVyNovelas, transmitido en vivo el domingo 13 de mayo, distintos errores de redacción por parte de los guionistas en los textos de la narración off abonaron varias perlas lingüísticas dignas de mención. Aquí sólo incluiré dos a modo de muestra.

Manuel Ojeda, la edad y el prestigio
El error más craso lo cometieron cuando, en el segmento cuya conducción quedó a cargo del actor Manuel Ojeda, los escritores pusieron en boca de la locutora una descripción de este importante histrión mexicano calificándolo como "el decano de los actores". ¡Qué! Manuel Ojeda definitivamente debería sentirse ofendido. Estoy seguro que los guionistas no tuvieron intención de afectarlo, pero lo hicieron en su ignorancia, pues al querer loar al personaje por su prestigio, terminaron sumándole años. Decano, conforme al Diccionario de la Real Academia, es un sustantivo (no adjetivo) que denomina a la persona "más antigua de una comunidad, cuerpo, junta, etc. Quien con título de tal es nombrada para presidir una corporación o una facultad universitaria, sin embargo de no ser el más antiguo". Que sepamos, Manuel Ojeda no cumple la última parte, y con respecto a la primera, si alguien es decano en la comunidad de los actores del cine, el teatro y la televisión mexicanas, ese solamente es hoy por hoy don Ernesto Alonso.

La fea más bella y la lógica
La segunda perla idiomática la apreciamos cuando los escritores pusieron en voz de la locutora que presentaba el segmento del premio al programa más popular, la idea de que, respecto a la telenovela La fea más bella, "nadie en México dejó de ver por lo menos uno de sus capítulos". ¡Vaya lógica! ¿Qué quisieron decir con esa construcción gramatical? El silogismo no cuadra. Si nadie dejó de ver por lo menos uno, entonces todos vieron a lo sumo, o sea cuando mucho, uno. ¡Qué flaco y contradictorio favor le hicieron al innegable alto rating de la mencionada novela. Lo que debieron haber dicho es: Nadie en México se perdió ni uno de sus capítulos.

En fin, errar es humano. Pero una adecuada revisión y correción al estilo de los libretos evitaría semejantes fallas groseras o incongruentes como las mostradas.

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