SI FUERA CHICLE...

abril 09, 2008 Santoñito Anacoreta 0 Comments

El gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa presentó su iniciativa de reformas para “fortalecer” a PEMEX. Alguien tenía que hacerlo. Siempre se espera que el ejecutivo tome la delantera, se considera algo casi natural. Pero lo cierto es que no sólo el ejecutivo tiene tal atribución, principalmente los legisladores son los encargados de no solamente votar iniciativas y propuestas provenientes del Poder Ejecutivo, sino que son o deberían ser los primeros en ejercer tal atribución que también les es propia.

Está visto que los legisladores son unos cobardes, simples vocingleros que a la menor provocación o con el menor pretexto están dispuestos a golpear a los otros poderes que equilibran la conformación del gobierno, cuando no señalan al judicial practican su deporte favorito: póngale la cola al burro, y ocurre que siempre es el presidente en turno quien se pone de burro a recibir los pinchazos, justos o no.

En esta ocasión, el presidente Calderón, con gran vehemencia, dispuesto a rebasar por la izquierda, ha presentado una iniciativa que más se antoja un buscapiés que una solución concreta para el problema de la modernización de la paraestatal. Vamos a ver quien baila con esta melodía. Por ahora, los diputados y senadores en sus respectivas cámaras, sin dejar de lado a simpatizantes, colados y acarreados, llevan semanas discutiendo, manoteando contra una propuesta fantasma. Ya hay una concretita y palpable. Quién se queme con la papa caliente perderá no sólo peso político ante la opinión pública, sino que pondrá en evidencia las ya de por sí obvias y profundas aguas de intolerancia y falta de análisis.

Todos exigían un debate. Es el momento, el Paréntesis ha sido abierto. No basta presentar un legajo para movilizarse con trenzas y cananas de Adelitas, y entorpecer a terceros ciudadanos que nada o muy poco tienen qué ver en los enjuagues de las decisiones legislativas. Mientras los priyístas se pararon el cuello alegando una supuesta iniciativa bajo la manga en caso de no actuar el ejecutivo, los perredistas, enfrascados en su rencillas internas, no han sido capaces de siquiera imaginar algo más allá de conferencias magistrales, consideraciones académicas y negativas constantes a cualquier “sí, mi alma” aparente entre los que consideran sus contrincantes ideológicos. De los demás, ni hablar.

Si esta iniciativa es chicle y pega, será un golpe certero a los detractores del sistema. Independientemente del curso de las discusiones al interior del pleno de las cámaras, lo mejor que podrían hacer las comisiones correspondientes es presentar por su cuenta, aun cuando tardíamente por sacarle la vuelta a la rifa del tigre, su respectiva propuesta de reformas. Dejar de hacerse locos, de legislar sobre cosas de poca monta y encarar los problemas más significativos y determinantes del desarrollo nacional, los presentaría a ojos de la opinión pública como una nueva clase política, más inteligente, comprometida y dispuesta a romperse la cara por causas de veras importantes. PEMEX, nadie lo duda, requiere un empujón. Los estudios de los expertos mundiales sobre petróleo han estimado desde mediados de los años noventa que este se terminará alrededor del año 2010, a menos que los principales productores (entre ellos México), hagan lo conducente para que las reservas duren hasta poco más allá del año 2075.

Por eso la prisa. No se trata de un capricho exclusivo de los grandes capitales. En estas decisiones está en juego el porvenir de nuestras jóvenes generaciones. Es verdad que más de un buitre acecha para escamotear nuestro “tesoro”, pero depende de nosotros que el petróleo, el agua, y otras formas de energía fundamentales para la sobrevivencia y el desarrollo, sean administrados de forma competitiva para el beneficio común. Es tiempo de probar que en México no llegó para quedarse la partidocracia.

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