Alcalde contra alcalde
LUEGO DE LA
CLAUSURA del centro comercial donde se encuentra el restaurante Hooters de Ciudad Satélite, inmueble
propiedad del alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, este amenazó
—como consta en el video que el propio edil subió a las redes sociales— con
solicitar la separación del cargo de su correligionario panista, el alcalde de
Naucalpan, Edgar Olvera Higuera.
Esta amenaza se
suma a la advertencia hecha semanas atrás por otros opositores de Olvera: el
excandidato a la alcaldía naucalpense, David Parra Sánchez; su contrincante
independiente Héctor Miranda, entre otros.
El primero ha
estado orquestando indirectamente diversos golpes mediáticos mediante el
sindicato SUTEyM del cual se le considera “líder moral” y cuya familia ha encabezado
desde hace más de una veintena de años. Los golpes a la administración de Edgar
Olvera, comenzaron cuando el conflicto por los eventuales despedidos de OAPAS,
luego los trabajadores de limpia y más recientemente el zafarrancho en que
salió golpeado el Director de OAPAS, Francisco Santos. Pero la historia es
anterior incluso, pues ya en la lucha intestina por dominar en la Asociación de
Colonos de Ciudad Satélite, desde mediados de 2015 la sombra de Parra era un
dato comentado, aun cuando los presidentes legítimos, interinos y otros
personajes como Benjamín Macedo, Francisco Meixueiro, Javier Chávez Tello, Galo
Blanco, Miguel Blanco, insistían y siguen insistiendo en negar ya la influencia
e intereses panistas o los priyistas, según el caso.
En lo tocante a Héctor
Miranda, este ha recurrido a la vía legal, mediante explorar las fallas del
sistema y la organización de los gobiernos municipales, en especial el de
Naucalpan, a efectos de transparencia y rendición de cuentas, hallando en el
camino fallas de procedimiento, certificación, documentación, capacitación, de
los funcionarios encargados de transparentar la información de acceso público.
Ahora, el alcalde
Vargas del Villar, cuya legitimidad ha sido cuestionada desde un comienzo de su
gobierno por lo estrecha que fue la diferencia de votos a su favor (390 apenas)
y quien se ha visto envuelto en señalamientos relacionados con violencia contra
las mujeres y acoso (incluso a diputadas y senadoras), al verse afectado en sus
intereses toma postura evidenciando la división interna existente en el PAN,
aun cuando el propio Ricardo Anaya ha pretendido tapar el ojo al macho.
Asimismo, va
quedando al descubierto por donde podría ocurrir, de darse, una alianza PAN-PRD
para competir por el Estado de México: con base en la amenaza misma que llevó a
Eruviel Ávila a gobernar la entidad.
En verdad, ni
Vargas ni Olvera las tienen todas consigo. Los problemas de sus demarcaciones,
sobre todo los relacionados con la seguridad, han servido para que más de uno
se cuelgue la medallita y señalar con dedo flamígero los yerros, las
componendas en Naucalpan, las arbitrariedades de Huixquilucan. Solo un dato
parecería hacer ruido en todo esto, la mención de Leticia Yasmín Camacho Muñoz,
un nombre y un asunto que alguien parecería querer amarrar de modo tal que
ligue el pasado priyista de Naucalpan, lo gobiernos de Azucena Olivares, David
Sánchez Guevara, Claudia Oyoque, y los supuestos compromisos adquiridos por
Edgar Olvera. Al margen de la información que se maneja públicamente y la que investiga
la procuraduría estatal, ¿es Leticia Camacho de veras una pieza clave en todo
esto o solo es la reina en el ajedrez atrapada en un gambito? Esta duda trataré
de esclarecerla lo más posible en otra entrega próxima.
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