Ése ensayo postrero
EN MI VIEJO ARTÍCULO Una crisálida llamada México..., anunciaba en su posdata un ensayo postrero. Este es ése, aunque en un formato de redacción distinto.
Sí, amigo lector. No estás mal, arriba hay líneas en blanco. Como en blanco y por muchos motivos y mucho tiempo se ha quedado mi vida después de haber vivido la experiencia traumática aunque satisfactoria o, si se prefiere, viceversa, satisfactoria, aleccionadora pero traumática y vergonzante de ese paso mío profesional por la hoy ya extinta (como empresa distribuidora) Casa Autrey.
Desde aquellos años hasta hoy mucha agua ha pasado por el molino, y por lo visto el molino en la troje Autrey es movido por puras aguas negras. Basta hacer una búsqueda simple por la Internet para percatarse de la mierda de familia (tendrá sus excepciones) que ha sido en las etapas posteriores a la del viejo don Adolfo o incluso el hijo mayor que, para mi sorpresa, me entero que aun vive. Me alegra en cierto modo, si bien también guardo amargo recuerdo del conservador vitriolo que, antes que su hermano Sergio, en mi cara y a grito desaforado le ordenara al Director Nacional de Administración y Logística entonces, el Ing. Manuel Terrazas, "¡Me lo corres ahora!", repetido tres veces, como el gallo anunciando la perfidia de Pedro. El ingeniero, apenado porque comprendía mis razones para hacer mi trabajo con un profesionalismo inesperado por los Autrey, más acostumbrados a que se hicieran las cosas en acomodo a sus deseos (en este caso hacer una amañada encuesta para justificar vender carros de sus distribuidoras automotrices en crisis a sus empleados), se limitó a susurrarme minutos después del exabrupto y estando la oficina del energumeno al lado: "¿Cómo se te ocurre contestarle contradiciéndolo!" Yo sólo había respondido con fría franqueza a sus preguntas. ¡Ah, la escena viene a mi memoria!:
—¿Quién elaboró este memorando, Manuel? ¿Quién fue el imbécil!
—Yo.
—¡Me lo corres ahora mismo!— ordenó al Ing. Manuel Terrazas. —¿Por qué instruye a los gerentes de las sucursales a hacer una encuesta en estos términos y con este lenguaje que no van a entender?
—¿Está menospreciando a sus gerentes?— respondí con mi característica parsimonia, quizás impertinente. —Ustedes me pidieron hacer una encuesta y pretendo darles datos sólidos y fidedignos.
—¡Los gerentes no tienen el nivel para entender esas cosas metodológicas!
—Yo hubiera pensado que, siendo cabezas de sucursales, contaban con un nivel profesional. Las instrucciones para levantar los cuestionarios son claras y varían según las características y necesidades de las sucursales— añadí justificando lo que consideré un trabajo profesional, sintetizando los detalles metodológicos.
—Muchos de ellos apenas terminaron la preparatoria —acotó tímidamente el regiomontano Ing. Terrazas con su acento norteño, pero la vista apenada en ese bonachón rostro redondo que hacía juego con su también redonda corpulencia cruzada por los tirantes con que sostenía sus pantalones. Por algún motivo que no me explico aún hoy, fijé mi mirada en su corbata verde y la contrasté con el moño en el cuello del ogro que, por cierto, aprovechó para gritarle a su secretaria que callara la impresora (de matriz de punto) y que en cambio escribiera en la máquina de escribir aunque se tardara más. Tras media hora de discusión, Adolfo se desgañitaba:
—¡Mire, sabelotodo! A mí lo único que me interesa es mover el stock de automóviles y la mejor manera es venderlos entre la plantilla de empleados. ¡No necesito nada más!
El Ing. Terrazas miraba a uno y a otro como quien atiende un partido de tenis, yo sentado enfrente de él, Adolfo Autrey de pie junto a mí con los ojos desorbitados detrás de sus gafas, manoteando, salpicando furia por la boca.
—¡Me lo corres ahora mismo!
—¿Por qué? ¿No hice lo que me pidieron? ¿Cuál es su justificación para correrme? Si lo tiene decidido, adelante, pero yo necesito entender su justificación.
—¡Me lo corres ahora! ¡Por que yo lo digo!— su rostro iracundo, enrojecido, parecía una retorta de uno de sus Laboratorios Azteca a punto de estallar.
—Pero, su hermano Sergio, el Director General…
—¡Mañana no quiero ver a este pendejo, Manuel!— y salió con paso firme de la oficina. Un silencio prolongado se instaló, roto apenas por el mesurado hablar del Ing. Terrazas.
—¿Ahora qué hago, José Antonio? Me caes muy bien. Reconozco que eres un muy buen elemento, profesional como pocos aquí, has hecho bien tu trabajo, la revista de Correo Farmacéutico ha cambiado para bien desde que la editas y hasta hemos recibido comentarios halagadores de la Secretaría de Salud por alguno de tus reportajes, de socios inversionistas, de proveedores y clientes. Yo entiendo que las decisiones contradictorias entre los deseos del licenciado Adolfo y de su hermano el ingeniero Sergio a veces te han puesto en predicamentos, pero ¿por qué tenías que contradecir al licenciado?
—No lo contradije, respondí a sus preguntas con franqueza, con argumentos fundados— me justifiqué; nunca había cruzado palabra con Adolfo Autrey y sólo había escuchado de él como de sus hermanos lisonjas.
—Eso es contradecirlo. Es el dueño, uno de los dueños y bastante tiene con las contradicciones de su hermano Sergio, de visión más progresista frente a la propia, más conservadora. Ya ves, mientras uno se aventura en la creación de SATMEX, pensando en el futuro de las telecomunicaciones como una ampliación del negocio, el otro, más tradicional, busca rescatar lo consolidado en los laboratorios y las distribuidoras automotrices. La economía anda mal y no queremos llegar al punto de despedir empleados. Vender internamente las unidades puede darnos algún margen de maniobra a ojos de las autoridades fiscales y laborales.
—Entonces, más me vale ir recogiendo mis cosas— afirmé resignado, intuyendo que mi tiempo en esa empresa había terminado.
—No, espera. Voy a tratar de postergar tu salida, dar tiempo para que las cosas se aplaquen y el incidente se olvide. Dame una semana. En ese tiempo te llegarán los resultados de las encuestas y ya con la información en la mano veremos cómo capoteamos el temporal. Eso sí, no te pares por estas oficinas, quédate en tu oficina (simple escritorio en un rincón en el edificio de Regina esquina con Cinco de Febrero, hoy propiedad de otros y convertido en hotel y donde, en el lobby, aún queda la huella del balazo que se le disparara por accidente al guardia y que silbara sobre mi cabeza pegando en la pared del fondo). La semana dio paso a meses hasta el aciago día que ya narré en el texto antecedente de este.
Extracto del libro Retrofilia: 50 años de política, alucine y rock. |
Hoy estamos en 2022, hemos experimentado una pandemia que no termina y amenaza con complicarse con otras paralelas, el mundo se hunde en una recesión histórica y leo entre las noticias que Carlos Adolfo Autrey Díaz Aldrete, el hijo de uno de los hermanos Autrey, está relacionado con el caso contra Emilio Lozoya Austin [(Polemón, 2022); (Ángel, 2022)]. No está de más anotar entre los indicios concatenados que Carlos Autrey Maza, y quien a comienzos de los noventas se viera involucrado en un millonario fraude bursátil en la casa de bolsa Havre de la que resultó aprehendido el oscuro empresario tabasqueño Carlos Cabal Peniche [(El País, 2020); (Hernández, 2021)], está no solo emparentado con Margarita Maza, la viuda del presidente Benito Juárez a quien pretende emular Andrés Manuel López Obrador, sino es primo en grado menor del presidente Enrique Peña Nieto.
El presidente AMLO se ha deslindado de Cabal Peniche, pero parece que el índice de bateo de los tabasqueños solo da últimamente para puros hits.
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Referencias
- El País. (2020, August 26). EL PAÍS Edición México: el periódico global. Retrieved June 28, 2022, from El País México website: https://elpais.com/mexico/2020-08-26/cabal-peniche-el-oscuro-empresario-que-se-alia-con-la-familia-aleman.html
- Hernández, E. (2021, August 25). Fiscalía de CDMX obtiene orden de captura contra Carlos Cabal Peniche por fraude. Retrieved June 28, 2022, from Forbes México website: https://www.forbes.com.mx/fiscalia-cdmx-orden-captura-carlos-cabal-peniche-fraude/
- Polemón. (2022, June 28). Lozoya es denunciado por sus abogados; les debe 25 millones de pesos. Retrieved June 28, 2022, from Polemón website: https://polemon.mx/lozoya-es-denunciado-por-sus-abogados-les-debe-25-millones-de-pesos/
- Ángel, A. (2022, June 27). Emilio Lozoya debe a sus exabogados 25 mdp. Animal Político. https://www.animalpolitico.com/2022/06/emilio-lozoya-adeudo-exabogados-25-mdp/
- Guzmán Monroy "Miyagi", José Luis (2016). Retrofilia: 50 años de política, alucine y rock. Grijalbo, México
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