Casi todos sabemos leer...


COMO ES COSTUMBRE, en ocasiones las personas que deambulan por las redes sociales me dan materia para tratar en este espacio. Esta vez el tema lo extraigo de un grupo dentro de Facebook de personas interesadas en la ortografía.

Alguien ahí propuso para examen y discusión un enunciado, para saber si estaba bien escrito:
Es un crimen doblemente lo que hicieron.
Las opiniones, claro, no se hicieron esperar, en general sin mucho conocimiento, pero con un genuino afán por comprender. Alguno de los dialogantes identificó el uso de la figura lógica denominada hipérbaton y una Penélope como un Diego explicaron bien el concepto “hipérbaton”, pero Penélope erró en su ejemplo.

Sí, hay hipérbaton desde el momento que el orden lógico y básico en la estructura gramatical del enunciado sería: “Lo que hicieron es doblemente un crimen”. Estamos ante una oración compuesta subordinada adverbial de modo donde el sujeto tácito de la oración ordinal es “Ellos”, mientras el de la subordinada es “Ello”. En cualquier caso la conjunción "que" antecede o anuncia a la oración subordinada. De este modo, si acomodamos la estructura de forma básica incluyendo los sustantivos sería: "Ellos hicieron lo que es doblemente un crimen"

La rica ventaja que ofrece el español frente a otras lenguas, aunque no le es exclusivo, es que podemos alterar drásticamente el orden de los factores sin alterar demasiado el significado denotativo y adicionalmente, en algunos casos, proveer un significado connotativo.

Lo que anotó Penélope al decir en su opinión: “invertiste doble por doblemente” es una apreciación equivocada, porque no hay inversión salvo que se considere tal la transformación de un adjetivo en un adverbio mediante el uso del sufijo “-mente”.

No hay propiamente incorrección aunque parezca que sí. Desde que se identifica una figura lógica como el hipérbaton se establece la posibilidad de dicho arreglo gramatical permitido. Suena y se ve forzado, sí, pero es correcto a carta cabal. Desatino en cambio sería una estructura como esta: “Es lo crimen que doblemente un hicieron” y no obstante, la coherencia interna del arreglo persiste. Es más la forma como se expresa, por ejemplo, el personaje Yoda de La Guerra de las Galaxias o como podemos leer en innumerables muestras tomadas de la poesía.

Otros ejemplos de hipérbaton para el mismo caso serían, con necesario uso de puntuación al efecto: 1) “Un crimen es doblemente lo que hicieron”; 2) “Crimen, uno, es lo que hicieron; doblemente”; 3) “Crimen doblemente es lo que hicieron”; 4) “Doblemente es crimen lo que hicieron”, etc. Ojo, compárese con el ejemplo que apuntó Penélope en su primera intervención: “Es un crimen doble lo que hicieron”. A todas luces dice una idea totalmente distinta, porque no es lo mismo calificar un crimen como doble que calificar al hecho mismo de ejecutar un crimen dos veces (doblemente). Anoto esto porque en el uso de los adverbios derivados de adjetivos somos muy dados, tristemente y con más frecuencia de la deseada a “pasarlos alegremente por el arco del triunfo”.

Un ejemplo en este tenor y línea de oraciones compuestas y que gusto usar es este: “Me dijo perfecto que me ama” (cf. "Panadero, a tus zapatos", "De lo fácil se habla fácilmente").

¿Quién es Perfecto? Seguro se refiere el hablante a un individuo llamado de ese modo, a menos que haya querido decir: “Me dijo perfectamente que me ama”, lo que también sería muy distinto —usando el hipérbaton— si construye la idea así: “Me dijo que me ama Perfecto” o “Me dijo que me ama perfectamente”, donde en el primer caso alguien pone en evidencia a Perfecto, pobre, mientras en el segundo caso exagera la manera del amor.

En cuando a la observación hecha por Hugo, el detonador del debate, al afirmar o dudar que planteaba en el enunciado una exageración, pues no habría tampoco tal porque, en efecto, cierto hecho puede tener carácter de crimen por duplicado. Ahí tenemos el dicho que lo ejemplifica: Tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata. El crimen es el mismo: matar a la vaca, solo que uno lo hace de un modo y otro de manera distinta y complementaria o sea, lo que hacen es doblemente un crimen, tanto por acción (degollar a la res) como por pasión (es decir pasividad y complicidad). Y es que casi todos sabemos leer, pero pocos sabemos gozar.

En esto del gozo, por ahí alguien más propuso incluir por puro gusto una coma: "Es un crimen, doblemente lo que hicieron", y ello me motivó a replicar:
La coma no es un asunto de gusto sino de funcionalidad. En la construcción que expones, Vero, olvidas que el adverbio "doblemente" ya está formando parte del predicado calificando al verbo. Si quieres meter comas, para pausar la idea y generar una imagen mental tendrías que acomodar de este otro modo: "Es, lo que hicieron, doblemente un crimen", así das preminencia al objeto directo desplazándolo por hipérbaton en su calidad de circunstancial de tiempo (pasas de una conjugación en presente del verbo "Ser" a una en pasado del verbo "hacer") sin que por ello incurras en un error de concordancia verbal dada la subordinación de una oración respecto de la otra.

Solicitan diputados federales claridad sobre OHL

MIENTRAS EN EL SENADO de la República comparecía el Rey Felipe VI de España en su primera visita de Estado el martes 30 de junio de 2015 y subrayaba los históricos estrechos lazos que unen a nuestros pueblos en diversos rubros, en otro escenario, la Cámara de Diputados, otra figura española estaba siendo tratada con el cristal de la sospecha: la filial mexicana de OHL.

Tras la cadena de escándalos que han envuelto a la empresa española OHL (tanto en España como en México) y sus relacionadas con un conjunto de presuntas colusiones y corruptelas con el gobierno del Estado de México desde tiempos cuando era gobernador del estado el presidente Enrique Peña Nieto, ante la insistente difusión por los medios de grabaciones "ilegales" en las que se ponen de manifiesto evidencias, que no pruebas, de tales hechos y dichos que han llevado a los ejecutivos de la empresa a enfilar las baterías jurídicas contra quienes siquiera intenten poner en tela de juicio el prestigio de la firma en el mar de la opinión pública, luego de las auditorías efectuadas a la empresa OHL México, diputados solicitaron a la Secretaría de la Función Pública información acerca de los pormenores de la licitación y demás temas relacionados con el Viaducto Bicentenario y otras obras a cargo de la citada empresa. Los legisladores demandaron a la dependencia que se esclarezca y transparente la información que permita deslindar las responsabilidades de lo que por ahora sólo se ha venido dirimiendo en los juzgados como mero litigio entre intereses privados y en la opinión pública.


El Dip. Danner González Rodríguez (Movimiento Ciudadano) hizo referencia a la colusión entre intereses privados y funcionarios públicos, ejemplificando el caso de OHL en el Estado de México, advirtiendo que no es suficiente con requerir informes en este tema, toda vez que se deben fortalecer las acciones que abonen a la transparencia y la anticorrupción.


Una "permisiva" Dip. Cristina Ruíz Sandoval (PRI) señaló que en su partido se trabaja por la transparencia y acceso a la información de los contratos y concesiones. Subrayó que se ha legislado y trabajado para sancionar a los funcionarios corruptos, que en lo referente a la concesión de OHL se han realizado certificaciones por empresas externas, lo que ha garantizado el proceso de la misma. Reiteró que el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila Villegas, ha ordenado que se detenga cualquier aumento en las tarifas del Viaducto Bicentenario hasta que no se terminen las investigaciones en torno a este caso y subrayó que, en pleno respeto a la división de poderes, será el Judicial quien determine las responsabilidades y sanciones a que haya lugar.


Por su parte, la diputada Lilia Aguilar (PT) señaló que, según el observatorio sobre la corrupción, México perdió 84 millones de pesos por arreglos ilegales relacionados con actos de corrupción. Afirmó que es imperante indagar sobre las concesiones otorgadas a la empresa OHL que presuntamente ha operado con funcionarios públicos para obtener beneficios en la adjudicación de obras públicas. Finalmente, señaló que para fortalecer la democracia y el Estado de Derecho es imperante combatir y castigar todos los actos de corrupción.


En su turno ante el pleno, el Dip. Agustín Miguel Alonso Raya (PRD) refirió que se han creado comisiones de investigación y se entregaron a la presidencia de la Mesa Directiva las resoluciones sobre los peritajes a la Línea 12 del Metro, por lo que conminó a esperar las resoluciones judiciales respecto a las denuncias e investigaciones que procedan sobre el caso de la empresa OHL México, a efecto de dar certeza a la sociedad de que se está trabajando en favor de la transparencia.


La Dip. María de Lourdes Amaya Reyes (PRD) señaló que uno de los flagelos que mayormente daña a México es la corrupción y que el conflicto de intereses revelado por las redes sociales entre el gobierno mexiquense y la empresa concesionaria OHL es una da las causas por las cuales se solicita la información en este tema. Continúó indicando que no se deben permitir actos de corrupción y los conflictos de intereses mediante los cuales se enriquecen algunos funcionarios a costa de las obras para beneficio de los ciudadanos.





Enfila OHL batería legal contra difusores de grabaciones

LA DIFUSIÓN FRAGMENTADA de grabaciones ilegales en las que se exhiben las relaciones de presuntamente corruptas y fraudulentas entre funcionarios del Estado de México y ejecutivos de la empresa OHL México ha socavado, opina la empresa, su prestigio como persona moral y el de las personas físicas que la conforman, comenzando por su presidente y ex funcionario público don José Andrés de Oteyza, dicho esto como apéndice de lo que la misma empresa está lidiando en el frente de su origen, España, donde tampoco tiene todas consigo.



De acuerdo con el reportaje basado en declaraciones del cuerpo jurídico de la empresa aparecido en el diario La Jornada este domingo 28 de junio y a decir de OHL, las grabaciones difundidas la semana pasada por diversos medios, incluidos estos Indicios Metropolitanos  mediante las redes sociales como Facebook corresponden a los procedimientos legales promovidos por la empresa Infraiber en contra del gobierno del estado de México, en lo que OHL México ha sido convocado como tercero perjudicado y por lo tanto la difusión de las mismas contraviene los derechos e intereses de la empresa además del proceso judicial. Razones estas, entre otras, que la llevan a interponer los recursos legales correspondientes contra quien resulte responsable.

Puesto entre paréntesis el caso OHL y al margen del derecho al prestigio de la marca y la imagen, los dichos y los hechos han rebasado desde el año 2010 lo meramente jurídico para colocarse en un ámbito político y de opinión e interés públicos más que solo privados.

Quizá peco de naif o de estúpido al anotar lo siguiente y tal vez hasta de pechito me pongo a ojos de un Goliat como OHL: el prestigio de la empresa ya estaba trastocado desde esos ayeres, primero en España y luego en México. El público ha estado enterado por diversos medios de ello. Las grabaciones, si bien ilegales y quien las haya efectuado tendrá que pagar las consecuencias de su infidencia, han venido a ser la gota que derramó el vaso de la tolerancia de los mexicanos hartos de decenios de corrupción.

La corrupción han querido encasillarla en el ámbito público, como si fuera un asunto exclusivo de la relación de los particulares con los funcionarios gubernamentales y en la que los pobrecitos particulares son las víctimas con apenas unos diminutos rabitos casi imposibles de ser pisados. ¡Pamplinas! Ese caso, como muchos más en diversas partes del mundo, ponen en evidencia que ni todos los empresarios son blancas palomas, ni todos los funcionarios son corruptos; que hay muchas ocasiones que entre los mismos particulares hacen sus tejes y manejes para negociar contratos favorables a sus intereses más mezquinos involucrando a todo tipo de personajes, niveles y alcances.

El funcionamiento del Viaducto Bicentenario está todos los días en boca de los ciudadanos, así de los que lo ven favorablemente como de quienes no. Y si bien tiene sus fallas, también tiene sus bondades.

Aquí lo que está en tela de juicio no es el nombre, la marca, la imagen de una empresa. Verlo desde esa perspectiva es también una manera fútil, miope y mezquina de comprender el mismo derecho que puede asistir a los quejosos, porque a fin de cuentas hay un derecho y un interés mayor que es el de la mayoría de la población afectada de un modo y otro por las obras proyectadas por OHL y sus socios, para bien o para mal.

Tal vez este que suscribe encuentre mañana una demanda en su buzón por andar de chimolero difundiendo lo que no debería. Pero alguien tiene que barrer la escalera y definitivamente creo que no soy el único. Está bien que soy alérgico al polvo y que por ello al barrer y sacudir la mugre debo usar un tapabocas, para aminorar los efectos, pero de ahí a que en las cosas públicas se me amordace so pretexto de atentar contra los derechos de una empresa hay mucha distancia. Me atrevo a asegurar que OHL tendrá que hacer una larga larga larga lista de ciudadanos de varios países para determinar a quién sí y a quién no demandar por ¿daño moral? ¡Con razón personalidades como el legislador Manlio Fabio Beltrones andan queriendo poner también en México controles sobre el Internet, para que no haya piedritas en el camino de quienes a sabiendas actúan marrulleramente al amparo de la misma ley.

No faltará el lector que diga "ay este pendejo, se puso el saco y ni siquiera está a su medida". Y puede ser que en efecto esté cometiendo el error de curarme en salud. Como sea, cuando un ente como OHL asegura que "ha hecho uso de los recursos legales a su alcance para hacer valer sus derechos y continúa las investigaciones en contra de quien resulte responsable de la intervención y difusión de estas grabaciones ilegales, así como por cualquier otro intento de desprestigio en contra de la compañía", pues lo único que puede uno pensar es "ya me chingué".

En fin, o ellos o uno, cualquiera, nos veremos el día menos pensado circulando por peculiar vía elevada y apostando a la rata ganadora y quizá esta se vea perseguida por cierto investigador privado conocido en el bajo mundo como "El Puma", con eso de que la policía está siempre en vigilia. El paréntesis queda abierto; veremos quién y cómo lo cierra.