Casi todos sabemos leer...

julio 02, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments


COMO ES COSTUMBRE, en ocasiones las personas que deambulan por las redes sociales me dan materia para tratar en este espacio. Esta vez el tema lo extraigo de un grupo dentro de Facebook de personas interesadas en la ortografía.

Alguien ahí propuso para examen y discusión un enunciado, para saber si estaba bien escrito:
Es un crimen doblemente lo que hicieron.
Las opiniones, claro, no se hicieron esperar, en general sin mucho conocimiento, pero con un genuino afán por comprender. Alguno de los dialogantes identificó el uso de la figura lógica denominada hipérbaton y una Penélope como un Diego explicaron bien el concepto “hipérbaton”, pero Penélope erró en su ejemplo.

Sí, hay hipérbaton desde el momento que el orden lógico y básico en la estructura gramatical del enunciado sería: “Lo que hicieron es doblemente un crimen”. Estamos ante una oración compuesta subordinada adverbial de modo donde el sujeto tácito de la oración ordinal es “Ellos”, mientras el de la subordinada es “Ello”. En cualquier caso la conjunción "que" antecede o anuncia a la oración subordinada. De este modo, si acomodamos la estructura de forma básica incluyendo los sustantivos sería: "Ellos hicieron lo que es doblemente un crimen"

La rica ventaja que ofrece el español frente a otras lenguas, aunque no le es exclusivo, es que podemos alterar drásticamente el orden de los factores sin alterar demasiado el significado denotativo y adicionalmente, en algunos casos, proveer un significado connotativo.

Lo que anotó Penélope al decir en su opinión: “invertiste doble por doblemente” es una apreciación equivocada, porque no hay inversión salvo que se considere tal la transformación de un adjetivo en un adverbio mediante el uso del sufijo “-mente”.

No hay propiamente incorrección aunque parezca que sí. Desde que se identifica una figura lógica como el hipérbaton se establece la posibilidad de dicho arreglo gramatical permitido. Suena y se ve forzado, sí, pero es correcto a carta cabal. Desatino en cambio sería una estructura como esta: “Es lo crimen que doblemente un hicieron” y no obstante, la coherencia interna del arreglo persiste. Es más la forma como se expresa, por ejemplo, el personaje Yoda de La Guerra de las Galaxias o como podemos leer en innumerables muestras tomadas de la poesía.

Otros ejemplos de hipérbaton para el mismo caso serían, con necesario uso de puntuación al efecto: 1) “Un crimen es doblemente lo que hicieron”; 2) “Crimen, uno, es lo que hicieron; doblemente”; 3) “Crimen doblemente es lo que hicieron”; 4) “Doblemente es crimen lo que hicieron”, etc. Ojo, compárese con el ejemplo que apuntó Penélope en su primera intervención: “Es un crimen doble lo que hicieron”. A todas luces dice una idea totalmente distinta, porque no es lo mismo calificar un crimen como doble que calificar al hecho mismo de ejecutar un crimen dos veces (doblemente). Anoto esto porque en el uso de los adverbios derivados de adjetivos somos muy dados, tristemente y con más frecuencia de la deseada a “pasarlos alegremente por el arco del triunfo”.

Un ejemplo en este tenor y línea de oraciones compuestas y que gusto usar es este: “Me dijo perfecto que me ama” (cf. "Panadero, a tus zapatos", "De lo fácil se habla fácilmente").

¿Quién es Perfecto? Seguro se refiere el hablante a un individuo llamado de ese modo, a menos que haya querido decir: “Me dijo perfectamente que me ama”, lo que también sería muy distinto —usando el hipérbaton— si construye la idea así: “Me dijo que me ama Perfecto” o “Me dijo que me ama perfectamente”, donde en el primer caso alguien pone en evidencia a Perfecto, pobre, mientras en el segundo caso exagera la manera del amor.

En cuando a la observación hecha por Hugo, el detonador del debate, al afirmar o dudar que planteaba en el enunciado una exageración, pues no habría tampoco tal porque, en efecto, cierto hecho puede tener carácter de crimen por duplicado. Ahí tenemos el dicho que lo ejemplifica: Tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata. El crimen es el mismo: matar a la vaca, solo que uno lo hace de un modo y otro de manera distinta y complementaria o sea, lo que hacen es doblemente un crimen, tanto por acción (degollar a la res) como por pasión (es decir pasividad y complicidad). Y es que casi todos sabemos leer, pero pocos sabemos gozar.

En esto del gozo, por ahí alguien más propuso incluir por puro gusto una coma: "Es un crimen, doblemente lo que hicieron", y ello me motivó a replicar:
La coma no es un asunto de gusto sino de funcionalidad. En la construcción que expones, Vero, olvidas que el adverbio "doblemente" ya está formando parte del predicado calificando al verbo. Si quieres meter comas, para pausar la idea y generar una imagen mental tendrías que acomodar de este otro modo: "Es, lo que hicieron, doblemente un crimen", así das preminencia al objeto directo desplazándolo por hipérbaton en su calidad de circunstancial de tiempo (pasas de una conjugación en presente del verbo "Ser" a una en pasado del verbo "hacer") sin que por ello incurras en un error de concordancia verbal dada la subordinación de una oración respecto de la otra.

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