China y el dilema civilizatorio

Foto por Ramil Sabirov formulario PxHere

LA PREGUNTA clave en los tiempos que vivimos es quién vencerá la actual guerra blanda existente, sin duda, entre las democracias y las autocracias, y la cual la experimentamos de muchas maneras: en la difusión de contenidos, la censura disfrazada de  métodos de control o defensa de los derechos individuales o grupales. Se trata de una pregunta que no pasa de forma simplista de examinar los desarrollos nacionales o los roles individuales de personajes concretos, sino que requiere el examen autocrítico de cada uno de nosotros. Preguntémonos cuántos de nosotros hemos estado dispuestos o hemos reclamado para nuestra realidad la aplicación de "mano dura" para combatir la corrupción, la inseguridad y un largo etcétera, y cuántos de nosotros y hasta qué hondura hemos defendido los derechos humanos, la libertad sin cortapisas.

Sin duda, para el caso de China —y espero que el solo mencionarla aquí no conlleve la proscripción de mis ideas—, el tema no es cuestionar los efectos probablemente positivos de su capitalismo sui géneris, sino el tozudo, añejo modo imperial de ser autoritario que siempre caracterizó desde la antigüedad a esta nación solo "sometida" por los mongoles cuando se evidenció la debilidad de la idea democrática basada a ultranza en la libertad sin control. China fue una antes de los mongoles y otra después de ellos, aunque hoy y como efecto de la Revolución Cultural que está pasando por una tercera fase pretenda negarlo. Se replegó tras sus murallas y se asomó al mundo varias veces, como quien se asoma a la ventana para ver el estado del temporal y, cuando el clima es propicio, sale a preparar el terreno en que habrá de hincar las simientes. El tiempo hoy es sin duda propicio para China.

El tema no es si debemos temer o estigmatizar a China, verla con recelo, igual que hemos hecho con otros países que, en el desarrollo civilizacional, se han ido relevando en el juego de la hegemonía de muchas maneras, unas más atrabiliarias que otras, unas más francas que otras. El tema es cómo una institución enferma de elefantiasis y tan pervertida como es el Partido Comunista Chino encarna lo mismo que dice combatir: corrupción, desigualdad, infelicidad.

Ahora, en las democracias latinoamericanas, entre las más nuevas y jóvenes del mundo junto con algunas de África, se antoja que habría un caldo de cultivo ideal para prender esas ideas autoritarias como nunca antes. ¿Será? De nosotros y del concepto que tengamos de nosotros mismos dependerá si China disemina solo sus capitales de inversión o si además nos dejamos influir política y socialmente mermando nuestras libertades, esas por las que tantos siglos estuvimos luchando por hacer valer. O incluso, hasta qué punto estamos dispuestos a conceder un acotado control sobre ellas, renuciando a algunas en el interés supuesto de una mayor armonía.

México, en concreto, hoy tiene un puesto preponderante y definitorio en las decisiones en torno a este tema. El problema, digámoslo con todas sus letras, no es si se instala o no el comunismo aquí como sistema de gobierno, sino la forma como lo haga. El tema no es, sigo con la fórmula, si nos enredamos en concepciones de "austeridad republicana" o de "pobreza franciscana", si vestimos traje de marca o sayal y sandalias o casaca maoista. Siempre he dicho que México tiene más una vocación socialdemócrata, por la que la Revolución Mexicana sirvió de inspiración ni más ni menos al Leninismo. Pero, también he escrito y aquí y ahora lo repito y asiento, las ambiciones personales y de grupo han terminado pudriendo cualquier sistema político o económico por muy noble que se haya presentado en teoría, lo que aplica así para lo emanado de la Revolución Mexicana, el chavismo, el socialismo stalinista, el comunismo maoista, el capitalismo keynesiano y sus variantes neoliberales. Aplica lo mismo a la Pax Romana que a los "abrazos y no balazos".

En 1989 vivimos la estrepitosa caída del socialismo real. China comunista, al más clásico estilo de la legendaria, se sentó a observar hacia afuera, mientras adentro se uniformaba. Desde la uniformidad arraigó un rasero. Hoy vemos y vivimos el desmoronamiento ruidoso, doloroso, tardado del capitalismo real. La experiencia nos ha demostrado que ni socialismo ni capitalismo reales resolvieron los problemas de fondo de las sociedades y los pueblos, por lo pronto en lo económico. El capitalismo comunista de inspiración maoista presume lo contrario y lo peor para el ego occidental es que es evidente, medible y empieza a cundir  de forma viral, igual que el Covid, aunque el serpentear del dragón vaya dejandro tras de sí más inquina disfrazada de nobleza solidaria.

El virus del mono, en este contexto y entre verdad o mentira (por aquello de los montajes mediáticos y las teorías conspiracionistas), se antoja más bien una metáfora de ese reptar chino que ha extendido la ruta de la seda por África que otra cosa meramente de salubridad. Y el interés político por incluso cambiarle el nombre para evitar un sesgo discriminatorio o segregacionista se antoja una especie de broma tras la que se oculta la contradicción China de pretender el respeto a la diferencia fuera de sus fronteras de China unificada, mientras hacia el interior pisotea toda libertad en el afán por continuar uniformando derechos, credos, esperanzas, economía, ideología, autoconcepción, culturas étnicas, conciencias. Dentro de su territorio (y el extendido por virtud de su larga data o los nuevos convenios) China no respeta nada ni a nadie que se contraponga al concepto que de lo chino ha gestionado el venenoso Partido Comunista Chino. Y lo que por un lado presenta como soluciones virtuosas, deseables en un marco por integración internacional, por otro lo sobaja. Ahí tenemos la contradicción que no es tal del sojuzgamiento de los uigures, el Tibet, los practicantes de falun gong, mientras por otro negocia con Irán o tolera el catolicismo vaticano.

Tal parece que al Partido Comunista Chino lo mueve un soterrado revanchismo, como sucedió con el Partido Nacional Socialista en la Alemania de Hitler o como está pasando ahora en varios países de África y Latinoamérica; en México, por ejemplo, en quienes han distorsionado el pensamiento lopezobradorista para enarbolarlo como estandarte salvífico encarnado en la metáfora que implica el partido MORENA. No es otra cosa esa llamada "Cuarta Transformación" de aquel primigenio Partido Revoucionario que luego, cambiando siglas, diera paso al Partido Nacional Revolucionario, al Partido Revolucionario Institucional y al Partido de la Revolución Democrática. De eso y no otra vaina va la verdadera y tan cacareada "Cuarta Transformación", por más que pretendan mostrárnosla simpatizantes y detractores revestida con una doctrina historicista revivificadora del caudillismo más ramplón y rancio.

Aquí he escrito que la verdadera Cuarta Transformación es de índole económica y tecnológica, de orden mundial. Esa es una y es parte del mismo desarrollo civilizatorio, en el decurso inercial y cíclico que subyace en el mismo. Algo similar podemos decir de la gazmoña versión mexicana, si nos ceñimos solo a la característica dinámica pendular de nuestro sistema político.

Parte de mi augurio de que en 2024 volverá a gobernar la izquierda en México tiene esto como base. No es que vaya a instaurarse en México un gobieron "comunista" como temen los exaltados. Esa dinámica pendular también es aplicable al ámbito internacional y al relevo que, en las civilizaciones, hacen unos imperios respecto de otros. Y la Historia no me deja mentir. Véase como a Imperios "de izquierda" les sucedieron imperios de "derecha" dominando al mundo en su momento. El imperio democrático griego era de izquierda progresista y donde la inclinación o particularidad sexual, por ejemplo, no era determinante lo bueno o lo malo. La homosexualidad de Alejandro Magno no fue impedimento para extender su imperio autócrata hasta Afganistán ni para sentar las bases de la democracia ateniente. El imperio británico isabelino es otro ejemplo donde el discurso de género carecía de sentido y valía más el pragmatismo corsario, por decir un caso, frente a la mojigatería católica de una España envejecida. Y China internamente ha experimentado también esos vaivenes entre dinastías a las que hemos por fuerza de sumar la que hoy gobierna.

Termino como comencé. La pregunta clave no es si debemos oponernos a ese andar chino que se cuela por las rendijas como la hiedra. No es qué puede aportar todavía más allá de lo que ha hecho a lo largo de la Historia con sus inventos, filosofía, arte y ahora sus dólares. No es si estamos dispuestos a dejarnos influir por un régimen dictatorial. La clave es si nosotros tenemos la fortaleza cultural, moral, la altura de miras, la inteligencia solidaria como para mediar y así y además influir con nuestras probabas bondades democráticas y liberales sobre un sistema de vida como el chino. La pregunta es si chinos y el resto del mundo estamos preparados para vivir bajo la égide de un nuevo concepto de uniformidad.

¿Estamos listos para uniformarnos con la idea de ser solo seres humanos independientemente de la ciudadanía, la etnia, el color de piel, el credo, el sexo o la condición social? ¿Estamos listos para dar el paso hacia la construcción de un gobierno global donde el único partido lo conforme la humanidad y quienes tomen las decisiones  locales, regionales, nacionales respondan a un súper emperador cabeza del planeta? ¿Estaría ese súper emperador listo y dispuesto a abrazar la diferencia inherente en el ser humano y dejarse elegir por los gobernados; o caería en la perversa y nociva autonoción del que se cree tocado por la mano de algo que unos llaman Dios y otros Razón?

Si se nos pusieran enfrente los extraterrestres para entablar relaciones diplomáticas interplanetarias, ¿quién sería más digno representante a nuestros ojos de lo que somos los seres humanos como especie, un demócrata o un tirano, un político, un sacerdote, un empresario, un filósofo, un poeta? ¿Quién lo sería a los ojos de los alienígenas? Porque quizá los alienígenas, para entrar en contacto abierto, podrían estar esperando una mano de hierro con guante de seda; o tal vez, al contrario, estarían esperando un amasijo de manos enredadas. O tal vez, como ocurre con todos los imperios y siguiendo la ley del más fuerte, nada de eso les importe y sólo piensen en conquistar, colonizar, explotar y cuando mucho designar el equivalente a un virrey mediocre pero capacitado para velar por sus intereses. ¡Qui lo sá!

Solo hay algo cierto: en nuestra orfandad ideológica postmodernista, los seres humanos hemos sido proyanquis, prorrusos, prochinos, pro-LGBT+ y muchas cosas más, menos prohumanos y eso hace el sustrato de nuestros grados de libertad.

Ése ensayo postrero




EN MI VIEJO ARTÍCULO Una crisálida llamada México..., anunciaba en su posdata un ensayo postrero. Este es ése, aunque en un formato de redacción distinto.



Sí, amigo lector. No estás mal, arriba hay líneas en blanco. Como en blanco y por muchos motivos y mucho tiempo se ha quedado mi vida después de haber vivido la experiencia traumática aunque satisfactoria o, si se prefiere, viceversa, satisfactoria, aleccionadora pero traumática y vergonzante de ese paso mío profesional por la hoy ya extinta (como empresa distribuidora) Casa Autrey.

Desde aquellos años hasta hoy mucha agua ha pasado por el molino, y por lo visto el molino en la troje Autrey es movido por puras aguas negras. Basta hacer una búsqueda simple por la Internet para percatarse de la mierda de familia (tendrá sus excepciones) que ha sido en las etapas posteriores a la del viejo don Adolfo o incluso el hijo mayor que, para mi sorpresa, me entero que aun vive. Me alegra en cierto modo, si bien también guardo amargo recuerdo del conservador vitriolo que, antes que su hermano Sergio, en mi cara y a grito desaforado le ordenara al Director Nacional de Administración y Logística entonces, el Ing. Manuel Terrazas, "¡Me lo corres ahora!", repetido tres veces, como el gallo anunciando la perfidia de Pedro. El ingeniero, apenado porque comprendía mis razones para hacer mi trabajo con un profesionalismo inesperado por los Autrey, más acostumbrados a que se hicieran las cosas en acomodo a sus deseos (en este caso hacer una amañada encuesta para justificar vender carros de sus distribuidoras automotrices en crisis a sus empleados), se limitó a susurrarme minutos después del exabrupto y estando la oficina del energumeno al lado: "¿Cómo se te ocurre contestarle contradiciéndolo!" Yo sólo había respondido con fría franqueza a sus preguntas. ¡Ah, la escena viene a mi memoria!:

—¿Quién elaboró este memorando, Manuel? ¿Quién fue el imbécil!

—Yo.

—¡Me lo corres ahora mismo!— ordenó al Ing. Manuel Terrazas. —¿Por qué instruye a los gerentes de las sucursales a hacer una encuesta en estos términos y con este lenguaje que no van a entender?

—¿Está menospreciando a sus gerentes?— respondí con mi característica parsimonia, quizás impertinente. —Ustedes me pidieron hacer una encuesta y pretendo darles datos sólidos y fidedignos.

—¡Los gerentes no tienen el nivel para entender esas cosas metodológicas!

—Yo hubiera pensado que, siendo cabezas de sucursales, contaban con un nivel profesional. Las instrucciones para levantar los cuestionarios son claras y varían según las características y necesidades de las sucursales— añadí justificando lo que consideré un trabajo profesional, sintetizando los detalles metodológicos.

—Muchos de ellos apenas terminaron la preparatoria —acotó tímidamente el regiomontano Ing. Terrazas con su acento norteño, pero la vista apenada en ese bonachón rostro redondo que hacía juego con su también redonda corpulencia cruzada por los tirantes con que sostenía sus pantalones. Por algún motivo que no me explico aún hoy, fijé mi mirada en su corbata verde y la contrasté con el moño en el cuello del ogro que, por cierto, aprovechó para gritarle a su secretaria que callara la impresora (de matriz de punto) y que en cambio escribiera en la máquina de escribir aunque se tardara más. Tras media hora de discusión, Adolfo se desgañitaba:

—¡Mire, sabelotodo! A mí lo único que me interesa es mover el stock de automóviles y la mejor manera es venderlos entre la plantilla de empleados. ¡No necesito nada más!

El Ing. Terrazas miraba a uno y a otro como quien atiende un partido de tenis, yo sentado enfrente de él, Adolfo Autrey de pie junto a mí con los ojos desorbitados detrás de sus gafas, manoteando, salpicando furia por la boca.

—¡Me lo corres ahora mismo!

—¿Por qué? ¿No hice lo que me pidieron? ¿Cuál es su justificación para correrme? Si lo tiene decidido, adelante, pero yo necesito entender su justificación.

—¡Me lo corres ahora! ¡Por que yo lo digo!— su rostro iracundo, enrojecido, parecía una retorta de uno de sus Laboratorios Azteca a punto de estallar.

—Pero, su hermano Sergio, el Director General…

—¡Mañana no quiero ver a este pendejo, Manuel!— y salió con paso firme de la oficina. Un silencio prolongado se instaló, roto apenas por el mesurado hablar del Ing. Terrazas.

—¿Ahora qué hago, José Antonio? Me caes muy bien. Reconozco que eres un muy buen elemento, profesional como pocos aquí, has hecho bien tu trabajo, la revista de Correo Farmacéutico ha cambiado para bien desde que la editas y hasta hemos recibido comentarios halagadores de la Secretaría de Salud por alguno de tus reportajes, de socios inversionistas, de proveedores y clientes. Yo entiendo que las decisiones contradictorias entre los deseos del licenciado Adolfo y de su hermano el ingeniero Sergio a veces te han puesto en predicamentos, pero ¿por qué tenías que contradecir al licenciado?

—No lo contradije, respondí a sus preguntas con franqueza, con argumentos fundados— me justifiqué; nunca había cruzado palabra con Adolfo Autrey y sólo había escuchado de él como de sus hermanos lisonjas.

—Eso es contradecirlo. Es el dueño, uno de los dueños y bastante tiene con las contradicciones de su hermano Sergio, de visión más progresista frente a la propia, más conservadora. Ya ves, mientras uno se aventura en la creación de SATMEX, pensando en el futuro de las telecomunicaciones como una ampliación del negocio, el otro, más tradicional, busca rescatar lo consolidado en los laboratorios y las distribuidoras automotrices. La economía anda mal y no queremos llegar al punto de despedir empleados. Vender internamente las unidades puede darnos algún margen de maniobra a ojos de las autoridades fiscales y laborales.

—Entonces, más me vale ir recogiendo mis cosas— afirmé resignado, intuyendo que mi tiempo en esa empresa había terminado.

—No, espera. Voy a tratar de postergar tu salida, dar tiempo para que las cosas se aplaquen y el incidente se olvide. Dame una semana. En ese tiempo te llegarán los resultados de las encuestas y ya con la información en la mano veremos cómo capoteamos el temporal. Eso sí, no te pares por estas oficinas, quédate en tu oficina (simple escritorio en un rincón en el edificio de Regina esquina con Cinco de Febrero, hoy propiedad de otros y convertido en hotel y donde, en el lobby, aún queda la huella del balazo que se le disparara por accidente al guardia y que silbara sobre mi cabeza pegando en la pared del fondo). La semana dio paso a meses hasta el aciago día que ya narré en el texto antecedente de este.

Extracto del libro Retrofilia: 50 años de política, alucine y rock.

Hoy estamos en 2022, hemos experimentado una pandemia que no termina y amenaza con complicarse con otras paralelas, el mundo se hunde en una recesión histórica y leo entre las noticias que Carlos Adolfo Autrey Díaz Aldrete, el hijo de uno de los hermanos Autrey, está relacionado con el caso contra Emilio Lozoya Austin [(Polemón, 2022); (Ángel, 2022)]. No está de más anotar entre los indicios concatenados que Carlos Autrey Maza, y quien a comienzos de los noventas se viera involucrado en un millonario fraude bursátil en la casa de bolsa Havre de la que resultó aprehendido el oscuro empresario tabasqueño Carlos Cabal Peniche [(El País, 2020); (Hernández, 2021)], está no solo emparentado con Margarita Maza, la viuda del presidente Benito Juárez a quien pretende emular Andrés Manuel López Obrador, sino es primo en grado menor del presidente Enrique Peña Nieto.

El presidente AMLO se ha deslindado de Cabal Peniche, pero parece que el índice de bateo de los tabasqueños solo da últimamente para puros hits.

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Referencias

  • El País. (2020, August 26). EL PAÍS Edición México: el periódico global. Retrieved June 28, 2022, from El País México website: https://elpais.com/mexico/2020-08-26/cabal-peniche-el-oscuro-empresario-que-se-alia-con-la-familia-aleman.html
  • Hernández, E. (2021, August 25). Fiscalía de CDMX obtiene orden de captura contra Carlos Cabal Peniche por fraude. Retrieved June 28, 2022, from Forbes México website: https://www.forbes.com.mx/fiscalia-cdmx-orden-captura-carlos-cabal-peniche-fraude/
  • Polemón. (2022, June 28). Lozoya es denunciado por sus abogados; les debe 25 millones de pesos. Retrieved June 28, 2022, from Polemón website: https://polemon.mx/lozoya-es-denunciado-por-sus-abogados-les-debe-25-millones-de-pesos/
  • Ángel, A. (2022, June 27). Emilio Lozoya debe a sus exabogados 25 mdp. Animal Político. https://www.animalpolitico.com/2022/06/emilio-lozoya-adeudo-exabogados-25-mdp/
  • Guzmán Monroy "Miyagi", José Luis (2016). Retrofilia: 50 años de política, alucine y rock. Grijalbo, México




El lamento de la mandrágora - Lenguaje inclusivo y más



Como todos los 28 de junio desde 1969, este de 2022 también transcurrió con la celebración del Día Internacional del Orgullo LGBT+, y aunque este texto mío vea la luz a tiempo o destiempo quise dar un paso al frente para abordar el tema desde mi particular perspectiva, y esperando aportar argumentos positivos para el entendimiento entre las personas, así, a secas.

Procuraré no caer en los lugares comunes que alegan tirios o troyanos, aunque mi postura podrá ser y seguro lo será catalogada en alguna de las casillas que la Historia ha preparado para la justificación proscripcionista, si cabe el término.

Tampoco me detendré en consideraciones ya muy sobadas acerca de la convivencia entre sexos, o la guerra de los sexos o la discriminación o hasta la segregación y violencia por motivos asociados al sexo, el que ha sido categorizado erróneamente como género para distinguir ya no nada más lo varonil de lo femenil sino toda una gama de matices intermedios que, la verdad, a veces ni quienes los abrazan y ostentan tienen claro como para describir y explicar a carta cabal en cuanto a lo que hace a sus diferencias sutiles con el resto del arcoiris.

Escribo entonces y ahora este ejercicio ensayístico desde mi limitada perspectiva como escritor y comunicólogo, por supuesto sin afán de ofender a nadie.

Materia que se ancla en algo más que palabras

Como el novelista Arturo Pérez-Reverte y muchos más, he abordado este tema de la inclusividad genérica en varias ocasiones, y lo he hecho llamando a cordura y sensatez humanista, no nada más humanitaria, que así es como entiendo el otorgamiento de la dignidad necesaria que reclaman quienes con razón y sin ella han sido víctimas de sus propios gustos, tendencias, inclinaciones, afanes, apariencias, biología, genética, traumas o decisiones, tanto como de la insidiosa inquina de quienes por las mismas razones les han, además de señalado, puesto al margen como si mostrencos dejados para estorboso recordatorio de la mezquindad humana. Y ya se ve que, no obstante y retratados como monstruos y esperpentos, hasta han sido ejemplos de inspiración, así en la literatura como en la sociedad, que connotan la nobleza humana.

En el interés por revertir la vergüenza, legisladores y activistas, unos más sensibleros que otros, tuvieron la ocurrencia años atrás de que el mal radicaba en el lenguaje mismo, y transformar la situación de la comunidad LGTB+ así como de las mujeres sojuzgadas por una sociedad machista requería arrancar de raíz el mal. Pero, no consideraron que el lenguaje es como la mandrágora y que cada jalón que se da de manera forzada en el afán por extraer el tubérculo humanoide ocasiona el alarido doliente y ensordecedor de este que, noble como es en el desarrollo de su tallo y seductora flor, en su lamento transmite en cambio el mensaje de la muerte de lo que somos.

Para dar cuenta, por ejemplo, de la vergonzosa y torpe manera como se usa el mal llamado lenguaje inclusivo al momento de redactar discursos o las leyes en México, como en otras partes del mundo, hay que señalar no nada más los consabidos retorcimientos sintácticos. Estos, de la mano de las jergas leguleyas, se prestan a juegos interpretativos y la apertura de huecos legales por los que los abogados astutos saben colar sus argumentaciones tramposas para complicar la dictaminación de sentencias jurídicas por parte de los jueces, magistrados y ministros, y a pesar de que la Suprema Corte de Justicia ha conminado a los legisladores, jueces y abogados a emplear un lenguaje más llano y acorde a las necesidades de los ciudadanos legos.

Por poner un párrafo como ejemplo aleatorio permítaseme exponer estos fragmentos tomados de forma aleatoria del Código Electoral del Estado de México [cf. (IEEM, 2020): Artículo 18, párr. 3º].

Con un lenguaje estúpidamente redactado bajo la falacia de una aparente inclusividad retórica, el Código Electoral del Estado de México (como otros documentos legislativos surgidos desde hace una década bajo ese imbécil tenor de un supuesto “discurso de género” en las distintas legislaturas locales y la federal en México) dice:

Las y los integrantes de los Ayuntamientos que tengan interés en reelegirse, deberán separarse del cargo, por lo menos, veinticuatro horas antes del inicio de las campañas, conforme al calendario electoral vigente.

Pero, en otra parte se dice, a la letra:

Artículo 102. Los aspirantes no podrán realizar actos anticipados de campaña por ningún medio. La violación a esta disposición se sancionará con la negativa de registro como candidato independiente.

Artículo 103. Queda prohibido a los aspirantes, en todo tiempo, la contratación de propaganda o cualquier otra forma de promoción personal en radio y televisión. La violación a esta norma se sancionará con la negativa de registro como candidato independiente o, en su caso, con la cancelación de dicho registro.

¿Dónde quedó el “lenguaje inclusivo”? ¡Ahí está, en la neutralidad del "masculino neutro"!, sin necesidad de redundar innecesariamente con una reduplicación cansona del género gramatical que, en el primer caso, se habría subsanado con una redacción como esta: "Aquellos integrantes de los ayuntamientos". ¡Ah, no! ¡Que termina en /-ellos! Bueno, ¿qué tal esto?: "Quienes siendo integrantes de los ayuntamientos…". ¿Quiénes son "quienes"? Pues ellos y ellas, los y las integrantes. ¡No, estás mal, Santoñito! El pronombre relativo no consigue lo que pretendemos: ser visibles, igual que cuando en la celebración nos exhibimos ostentando y restregando en las caras de los demás ciudadanos, a favor o en contra de nuesta causa, nuestros tacones y maquillajes, besándonos libre y descaradamente nuestros bigotes, demostrando que, aunque recuerde a la telenovela, el amor no tiene cara de mujer y no todos somos simplemente María o Yara o Gutierritos. Pero, si se anotara "candidatE independiente" tampoco se conseguiría la visibilidad pretendida ni abarcar la diversidad acusada por la comunidad LGBT+ o el grupo de feministas.

El asunto se complicaría, sin duda, si además llegara un badulaque a pretender que también la diversidad étnica fuera incluida de algún modo retorcido en el lenguaje. ¿Cómo tendríamos que referirnos entonces a un homosexual o transexual mazahua?; que debe haberlos aunque en su etnia implique una vergüenza para sus usos y costumbres.

Quiero dejarlo claro, mi postura no es incluyente ni excluyente ni de hipócrita tolerancia; es humanista. Porque creo que el ser humano es un conjunto de categorías, valores y la distinción misma forma parte de ellas. Somos distintos, ni mejores ni peores, y en ello radica nuestra riqueza personal y cultural.

Quizás las mujeres o quienes teniendo rasgos varoniles se identifican y asumen femeninos pudieran sentirse más cómodas si en la conformación de los mensajes se optara por convención erradicar lo masculino para efectos de generalizaciones, y se hablara de "las personas" que eso son tanto los hombres, las mujeres y las quimeras, grifos, y demás símbolos de la variedad maravillosa con que nos sorprenden la naturaleza o la autodefinición y la autoestima. Pero, entonces, ¿no podría ocurrir al revés, que luego de decenios de practicar tal convención amazónica y matriarcal, los varones y quienes se identifican y asumen masculinos no exigirían igualmente su digna inclusión como miembros fundadores del mismo lenguaje que nos determina como sociedad?

El problema estriba, pienso, no en las palabras por sí mismas ni en el uso, abuso o desuso de ellas (ojo al femenino recurrente para designar a los vocabos, ¡vaya contradicción! que nos ha traído a la interdicción (Castro Salas, 2021)). Estriba en que le hemos dado demasiada importancia a los polos de la hombría y la feminidad y, quienes hoy reclaman, jalonean esos polos hacia un área difusa en el centro de la cuerda ocasionando más bien un nudo gordiano irresoluble a no ser con paciencia, sabiduría o con el tajo de la espada. ¿No era Alejandro Magno homosexual?

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Referencias

  • IEEM, *. (2020, Noviembre 27). Código Electoral del Estado de México. Ieem. https://www.ieem.org.mx/cefode/descargas/otras_publi/CEEM_2021.pdf
  • Castro Salas, E. (2021, September 9). Ella, él y elle: sobre tribunales, pronombres y lenguaje inclusivo – El Juego de la Suprema Corte. Eljuegodelacorte. https://eljuegodelacorte.nexos.com.mx/ella-el-y-elle-sobre-tribunales-pronombres-y-lenguaje-inclusivo/
  • Murillo, E., & https://www.facebook.com/lajornadaonline. (2020, November 10). Desestima SCJN proyecto a favor de lenguaje incluyente en las leyes. Retrieved June 28, 2022, from La Jornada website: https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/11/10/desestima-scjn-proyecto-a-favor-de-lenguaje-incluyente-en-las-leyes-5297.html
  • René Ramírez Benítez. (2020, January 29). El impacto del lenguaje de las sentencias en los derechos de acceso a la justicia y transparencia judicial. Retrieved June 28, 2022, from Derecho en Acción website: https://derechoenaccion.cide.edu/el-impacto-del-lenguaje-de-las-sentencias-en-los-derechos-de-acceso-a-la-justicia-y-transparencia-judicial/
  • Pantin, L. (2021, January 14). Lenguaje claro: la próxima revolución en la justicia. Retrieved June 28, 2022, from México Evalúa website: https://www.mexicoevalua.org/lenguaje-claro-la-proxima-revolucion-en-la-justicia/
  • Comunicación editorial, E. (2022, June 24). Las Telenovelas Socializan De Manera Digna Y Respetuosa La Diversidad Sexual. Elinstituto. https://elinstituto.mx/telenovelas-socializan-la-diversidad-sexual/
  • El Financiero, *. (2021, July 10). Para la RAE usar la letra ‘e’ en el lenguaje inclusivo está de más – El Financiero. Elfinanciero. https://www.elfinanciero.com.mx/culturas/2021/07/10/para-la-rae-usar-la-letra-e-en-el-lenguaje-inclusivo-esta-de-mas/
  • CNCA-Chile, *. (2016, May 18). guia-lenguaje-inclusivo-genero.pdf. Cultura - Gobierno de Chile. https://www.cultura.gob.cl/wp-content/uploads/2017/01/guia-lenguaje-inclusivo-genero.pdf

  • López Romo et.al., H. (2022, June 28). Diversidad sexual en las telenovelas - Documentos de Google. Biblioteca Javitanus. https://docs.google.com/document/d/18MImzPyDZJ9tST7MVEjI00njFwUOEMq3Rzfh6QPQHOQ/edit