Lismonero y con garrote

Foto: Rebeca Jiménez, El Universal
ERA DE LA OPINIÓN... igual que la Primera Síndico naucalpense María Elena Pérez de Tejada, que "las deudas deben pagarse". Sin duda, siempre y cuando la erogación correspondiente no derive en males mayores para el deudor especialmente tratándose de su patrimonio.

Una máxima que aprendí de viejos contadores años atrás fue esta: "primero aprende a pagarte tú, a ti, y luego a los acreedores". Parece una máxima cínica, promotora de la evasión, pero tiene una lógica  de sobrevivencia que vale lo mismo para los particulares que para los gobiernos municipales o nacionales independientemente de su tinte o bandera. Y parece ser que, al menos en Naucalpan, esta es la máxima imperante al terminar la administración actual, la que comenzara teniendo como alcalde al panista Edgar Olvera Higuera y terminara, mediante "graciosa fuga" política de este para ampararse tras el fuero de la diputación local ante las demandas en su contra, en las manos interinas de Víctor Hugo Gálvez Astorga, otro personaje, calladito, reacio a mostrarse más de lo necesario, bajo cuya sombra uno que otro demonios aprovecharon para remover el fango municipal donde ya, desde el 1 de enero de 2019 tendrá que caminar la presidenta municipal electa Patricia Durán Reveles, de origen panista, pero morenista por adopción. ¿Su plumaje será impermeable?

El tema central de este artículo, sin embargo, no tiene nada que ver ¿o sí? con nombres de personalidades naucalpenses, aunque ya hayan sido barajados en más de una publicación aquí o fuera de este blog. El tema es uno al que hemos venido dando seguimiento cuidadoso: el asunto de los parquímetros en Naucalpan. Un tópico, además, que se antoja indicio transversal que cruza otros tantos más aparatosos y polémicos (como el de la basura), pero que, por eso mismo, por ser una aparente minucia, pone en evidencia aquello de "no prometas lo que no será".

Los parquímetros han sido elemento distractor de asuntos mayores, porque el asunto apela a la división de opiniones entre quienes pudieran estar en contra o a favor de la medida siempre presentada y alegada como una cuyo fin es ser factor en el ordenamiento de la movilidad. Nunca se ha sustentado de manera debida con los estudios correspondientes que den certeza sobre su bondad, pero tampoco sobre su maleficio. A los parquímetros se los ha catalogado de muchas maneras, sin nunca llamarlos por su real nombre detrás de su propósito en tanto cepos para la recaudación fiscal, uno más de tantos recursos y artimañas para sacar dinero de los bolsillos de los contribuyentes ante la indiscutible incapacidad e ineptitud gubernamentales para generar los propios recursos por otras vías no impositivas y que hacen ver a los gobiernos en la forma de limosneros con garrote.


En fecha reciente, el cabildo de Naucalpan tuvo a bien (si cabe referir  a la gracejada de esa manera y dicho sea entre paréntesis) revocar el acuerdo que forzaba al gobierno a abrir un fideicomiso mediante el cual se administraría el dinero proveniente de la recaudación por concepto de parquímetros, dato este que bien registró Indicios Metropolitanos. Resulta que en el tiempo que estuvieron funcionando los parquímetros dicho fideicomiso ¡nunca fue fundado!, ¡nunca se llevó a efecto!; o sea que el dinero andaba ahí, guardadito en el cepo, esperando un destino noble como era la promesa de su aplicación para el mejoramiento de las comunidades donde se ubicaron las mentadas alcancías.

La revocación se consiguió con una mayoría absoluta de legitimidad discutible tras una votación de 6 votos a favor, 3 en contra y 8 abstenciones. Es decir, apenas el 35% de los regidores y síndicos que conforman el cuerpo edilicio del ayuntamiento de Naucalpan decidieron que "dice mi mamá que siempre no". ¿Qué conlleva dicha revocación? El reconocimiento expreso de la voluntad perniciosa del gobierno para destinar esos dineros, en vez de para aquello para lo que fueron etiquetados, mejor para el pago de la deuda, concretamente el pago de salarios de la administración.

Es verdad, y aquí lo anoté en su momento, que la cantidad recaudada no alcanzaba para gran cosa; dato este, adicional, que ya venía abonando a la justificación en favor de los detractores de los parquímetros como bien apuntó y recordó en su intervención el regidor morenista Darío Rojas:
¿Por qué la gente se opone a los parquímetros? No por que no pongan orden, sino porque la gente opina: "es que el dinero de los parquímetros se lo van a robar."
Mientras la síndico Pérez de Tejada afirmó que el monto a reasignar supondría, en números redondos, 7 millones de pesos como "lo recaudado", la realidad que arroja la misma transparencia a que ciudadanía y medios como el que ahora lees propiciamos muestra cifras muy distintas.

De acuerdo con el portal ParqNau elaborado ex profeso para clarificar lo recaudado por concepto de parquímetros en las zonas donde se ubicaron las alcancías: las colonias Satélite, La Florida, Mirador y Tecamachalco, el monto ha sido, a lo largo de año y medio, mucho mayor de lo indicado por la síndico, aun considerando que el 40% (no el 50% como algunos argumentan) es la parte correspondiente para el gobierno, mientras el 60% restante se ha quedado en manos de la empresa concesionaria. Las cifras, la información están ahí al alcance de quien, dentro o fuera del gobierno se tome el tiempo, esfuerzo e interés en mirarla. Así que no cabe el argumento de "nos falta información" para justificar hasta una abstención que, ya se sabe, equivale a lavarse las manos como Poncio Pilatos.




Si bien a lo largo de año y medio, más o menos, entre septiembre de 2017 y la fecha que escribo estas líneas, lo recaudado no ha sido mucho respecto de lo esperado por algunos, el monto de casi 38 millones de pesos depositado por la ciudadanía en los parquímetros no es una cifra despreciable. De esa cantidad, poco más de 15 millones se los habrá embolsado el gobierno saliente y, si seguimos el dicho de la síndico y 7 millones se destinarán para el pago de la nómina, ¿dónde quedará la bolita de los restantes centavitos? Eso tendrá que dejarlo bien claro y transparente la administración saliente si no quiere dejar cabos sueltos y más esqueletos escondidos en el ropero.

Gráfico de ingresos en Naucalpan por concepto de parquímetros.
Foto: Indicios Metropolitanos


Ingresos obtenidos por el gobierno de Naucalpan por concepto de parquímetros
entre septiembre de 2017 y mayo de 2018. Foto: Indicios Metropolitanos

Ingresos obtenidos por el gobierno de Naucalpan por concepto de parquímetros
entre junio y diciembre de 2018. Foto: Indicios Metropolitanos
Ingresos obtenidos por el gobierno de Naucalpan por concepto de parquímetros
solo el 16 de diciembre de 2018. Foto: Indicios Metropolitanos. Fuente: ParqNau
Ahí la información objetiva. Pero, dejemos que los actores den sus versiones a través de los hechos y dichos precisos en tiempos cuando, ante la urgencia y desesperación en el tránsito de un gobierno a otro y de tomar de lo perdido lo que aparezca para reducir la deuda de más de tres mil millones de pesos, el gobierno naucalpense incluso hasta embarga el patrimonio de difuntos. Eso sí, su inventario de bienes quedará muy actualizado.


Hacia una deontología Lopezobradorista



CDMX, 15 de noviembre.- MEDIANTE SU CANAL de YouTube, el hoy Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, dio la noticia de que convocará a los mexicanos para elaborar una Constitución Moral con la que se pretendería sentar las bases de una deontología, de un catálogo de valores que nos definen como mexicanos, presentando un esquema capaz de reconstruir el tejido social desde las bases, a decir de los participantes y cabezas de este proyecto social más que político: Verónica Velasco, José Agustín Ortiz Pinchetti, Enrique Galván Ochoa y Jesús Ramírez Cuevas



La Soledad de López Obrador

Foto: Reuters. Tomada de ABC.es


ERA DE LA OPINIÓN... de que los títulos podían repetirse mientras el contenido no supusiera un plágio y este es el caso. Tomo el mismo título de un artículo publicado por el analista John Ackerman en la revista Polemón recientemente, ¿para qué? Enseguida viene lo que diferencia los textos.

En su artículo, interesante e incuestionable en lo general, encuentro, sin embargo, algunos elementos que me mueven a disentir. Y me disculpo si en esta ocasión no ilustro el artículo, considero que una imagen de más o de menos pueda distorsionar lo que quiero expresar.

El articulista acierta a decir que la soledad del hoy Presidente Electo, Andrés Manuuel López Obrador no se distingue de la que hayan podido experimentar sus predecesores ya ubicados en la silla del "supremo poder". Aun así, no es verdad que dicha soledad obedezca, como él afirma, "al diseño constitucional de nuestro régimen". En todo caso, habría que acusar al diseño existencial que por siglos ha establecido las relaciones, funciones y estructuras de poder en cualquier época y sitio del planeta. Los reyes feudales estaban solos, al igual que los monarcas ingleses, franceses, o Charles De Gaulle o Winston Churchill, Adolfo Hitler, hasta Salvador Allende, John F. Kennedy aunque no les dieron mucho tiempo para tomar decisiones. El poder absoluto, como la libertad, conlleva como precio la soledad. Y eso, perdónenme, lo sabemos de sobra los gobernantes y los poetas.

El articulista opina (corrección de estilo mía, al igual que el énfasis sobre el odioso por innecesario y redundante formulismo de "corrección política" contrario a la lógica de composición de textos):

Los críticos insisten [en] que el Presidente Electo debe pasar de una lógica de la oposición social a una del poder gubernamental. En lugar de atrincherarse con sus fieles, López Obrador debe ser “responsable” y gobernar en unidad con y para todos y todas. De lo contrario, el presidente electo se quedaría “solo”, en conversación y diálogo únicamente con sus amigos y allegados más cercanos.

Esta idea puedo acompañarla, en tanto crítico de AMLO que he sido. Crítico, por cierto no nada más de él, que con muchos años de antelación anuncié que este año 2018 lo tendría en sus manos. Sin embargo, cuando uno mira atento sus videos recientes es claro que el discurso de campaña parece permanente, como si López Obrador no hubiera caído en cuenta de que el triunfo obliga a un cambio de discurso, que la transición y la transferencia del poder, al ponerlo a él y a su gabinete en condiciones de poder y frente a la realidad imponente de un México más acá del más allá imaginado en sus sueños de oposición, más aterrizado que las promesas vanas y vacuas de cualquier candidatura, obligan, decía, a adaptar el discurso, el modo de comunicarse ya no nada más con sus "fieles", sino con la ciudadanía en general, pues ahora debe gobernar para todos, por todos, y si nos apresuramos a creer en sus ideales, con todos. No es con este triunfo que se inaugura la democracia como quieren hacer creer sus adherentes, como Claudia Sheinbaum con frases como "vayan acostumbrándose a la democracia" y que bien les quedaría también el saco, pues es claro que aun no han sabido perder, pues arrebatan, ni ganar, pues esquilman.

El autor también apunta:

López Obrador está comprometido con una lógica radicalmente diferente con respecto al poder gubernamental. Está dispuesto a pagar los costos de “gobernar solo”, si ello implica que jamás estará en realidad solo. El presidente electo se reserva el derecho de gobernar desde la oposición, de llevar el espíritu de lucha social hasta las esferas más altas de la administración pública estatal.
Ello implica romper con, y superar dialécticamente, la estricta dicotomía entre el gobierno y la oposición heredada después de tantas décadas de haber vivido dentro de un contexto de autoritarismo de Estado. Lo que muchos hoy llaman “responsabilidad” en el ejercicio gubernamental, en realidad implicaría un acto de traición de parte de López Obrador, ya que implica dar la espalda a las bases sociales que lo han llevado al poder.

Y no puedo estar más que en desacuerdo. Desde el hecho mismo de que la soledad de la que hablamos es inherente a cualquier posición de poder, pues también, toda proporción guardada, la vive el empresario, el campesino antes de hincar el arado, el ingeniero antes de instruir una demolición. Es la soledad asociada a las grandes decisiones, las que, si bien pueden tener como tamiz el soporte del asesoramiento de un equipo, de una pareja, un grupo de amigos, un gabinete, es el actor, solo en el escenario, quien debe tomar la decisión de hacer o dejar de hacer, y asumir las consecuencias que esa sola decisión implica y generará para todos aquellos directa o indirectamente tocados, tarde o temprano, por sus efectos.

La responsabilidad social, entonces, no puede ni debe estar a discusión y mirarla con ojos menos demagógicos y más pragmáticos no la convierte en una suerte de traición, siempre y cuando se sostenga en los principios y valores que le dieron origen y las inquietudes que la animan. La incongruencia estribaría en convertirse en gobernante remedo de lo que se sustituye tanto como en uno meramente opositor, ¿opositor de qué? ¿Del estatus quo? De acuerdo, lo compro, a sabiendas que ese estatus quo, a querer o no hizo posible la llegada al poder del propio AMLO y la gente que lo rodea y acompaña, más ciega que los ciegos ciudadanos entre los que Andrés Manuel debe demostrar que ni es el tuerto elevado a rey, ni es el confiado reyezuelo ataviado con ropajes invisibles. Hoy tiene la oportunidad de iluminarnos y proveernos un nuevo derrotero o desilusionarnos otra vez como todos los demás.

Mirar la "cuarta transformación" como un mero "cambio de régimen", como explica Ackerman, es resultado de una visión miope, de corto alcance. Hablar de una "cuarta transformación" va allende de un cambio de poder o de la llegada de la "oposición" al mismo. Es una propuesta que, de concretarse, inscribirá el hecho en los anales de la historia como una etapa nueva sustentada en las ideas liberales del siglo XIX, la edificación de una República y la consolidación de la herencia revolucionaria, una herencia aun en deuda frente a la población mexicana.

Nadie, que yo haya leído y mucho menos quien suscribe estas líneas, propende a insitir en "meter a López Obrador dentro del viejo molde autoritario". Todo lo contrario, comulgo con la idea de que ese molde se rompa y se haga un nuevo clisé, mejor, una nueva matriz de estereotipía desde el cual fundamentar y justificar nuestra incipiente democracia. Pero, no es con chabacanerías como podrá conseguirse, como tampoco con golpes de pecho, dedos flamígeros o con muchas de las actitudes que los seguidores de AMLO, ensoberbecidos, pretenden acallar a la que ahora es su disidencia, su oposición, pues comienzan a actuar tal como los que ellos han deprecado. Si yo no voté por él y, en cambio, asenté mi nombre en una casilla blanca, no fue por desencanto sino en franca rebeldía. Porque de todos los candidatos no se hacía uno y, aun así, estaba convencido de que AMLO saldría triunfante y airoso como sucedió finalmente y no por aquello de que "la tercera es la vencida".

Lo he dicho y lo sostengo. AMLO no me parece un peligro para México como algunos adujeron y todavía. El riesgo lo tenemos en los atavismos de quienes lo rodean y siguen, atavismos comparables a los de quienes denuestan al personaje; muchos de ellos arrivistas, otros tantos convenencieros y oportunistas, los más, renegados o rencorosos que, víctimas del sistema, ahora esperan de alguna manera ser resarcidos en sus afanes mezquinos o en sus sueños justicieros.

Para terminar, Ackerman señala:

Quien debe cambiar su punto de vista con respecto al poder gubernamental no es entonces el futuro presidente, sino quienes próximamente estarán en la oposición. Las reacciones de muchos integrantes de la oligarquía y de la vieja clase política a la decisión de organizar una consulta ciudadana y de cancelar las obras del aeropuerto de Texcoco evidenciaron una clara falta de madurez y de oficio político.

Si vamos acambiar puntos de vista debe ser en ambas partes. La oposición triunfó y ahora debe aceptarse y asumirse como gobierno. Ello no implica jugar con las mismas reglas del predecesor, es válido introducir variantes que vuelvan a este gobierno entrante único y original. Pero, esto no puede ser a costa de la investidura de la autoridad que ahora portan, la autoridad del voto mayoritario en las urnas, la autoridad de los cargos públicos que, más que nunca, estarán en el ojo crítico, sensible de cada mexicano y extranjero. Ya no son más aspirantes, son ejecutantes.

Y sí, del otro lado, los que fueron gobierno han de hacer lo propio para conseguir un equilibrio de poderes en pro de la ciudadanía, aprender a decir NO cuando antes decían SÍ, o sí, en vez de no. Los gritos y los sombrerazos de unos o de otros, antes o ahora, solo han evidenciado la supina inmadurez política de muchos de los actores que, nostálgicos de las delicias del poder, ahora se las tienen que ver sumidos en la anomia resultante de su derrota.

Aun estamos los otros, los de en medio, los que ni hemos sido oposición directa ni colaboración o afiliados. Los ciudadanos pedestres que diario tenemos que ver de dónde sacamos para comer. Nosotros, habiendo o no emitido nuestro voto a favor de unos u otros, ni somos gobierno, ni somos oposición aunque coincidamos y simpaticemos con uno u otro lados. Somos los que estamos y estaremos en el trasfondo de esas decisiones tomadas en soledad por el gobernante y a un a pesar de la corriente opositora o la solidaria con la causa. Somos nosotros los que no podemos gozar los elevados sueldos de los diputados, aun cuando estos hayan sido "reducidos" por "austeridad repúblicana". Somos nosotros los que vivimos en austeridad cotidiana, angustiados por los efectos de una economía que camina sobre ruedas gracias o por desgracia de tal o cual decisión del gobernante en turno. Somos nosotros los que sufrimos o nos creemos las mentiras, los mitos, que en los altos círculos de la política se construyen para la manipulación de las conciencias y obtener, de nuevo, el poder para hacer o dejar de hacer.

Andrés Manuel no puede seguir en calidad de estrella youtubera, con videos (aun cuando no los monetice) que muestran un estancamiento ¿o congruencia? en el modo de comunicarse. Veo con buenos ojos las bondades del canal, en tanto medio de acercamiento, de proximidad; lo que me preocupa es el contenido discursivo. Más parece estar en eterna campaña, elaborando y reelaborando promesas que, ya lo ha ido comprobando, están más que rebasadas por la realidad misma, esa a la que tiene que adaptarse tanto como debemos hacerlo sus seguidores, su gabinete y nosotros, sus críticos.



Nadie piensa que gobernar es sencillo y, para muestra, un botón. y no es la decisión del aeropuerto sino otra tanto o más importante y que apunta a consolidar el populismo virtuoso (que no la demagogia) tras el discurso lopezobradorista, y este es: los congresistas de MORENA ahora tienen el poder para promover al menos una reforma de ley que permita, de veras, una mejor distribución del ingreso. Me refiero a extender al resto de la población la Ley de Salario Máximo aplicada por ahora sobre los emolumentos de los funcionarios públicos y el resto, salvo la Suprema Corte de Justicia (¡si Juárez viviera...!) aun en resistencia, gozando de sus privilegios. Propuesta, esta que hice ya varios años atrás en mis textos, pero quizá deba volver a explicarla:

Y esta es solo una propuesta. Podría mencionar la urgente necesidad de hacer un inventario de impuestos para administrar de manera más racional las fuentes de ingreso impositivo del gobierno, pues es claro que los mexicanos estamos sobretasados con impuestos sobre impuestos o con impuestos combinados con impuestos disfrazados, todos, como una mañosa maraña de tasaciones con las cuales los gobiernos han pretendido remendar el saco lleno de agujeros provocados por la evasión y la elusión fiscales. Parece que la ansiedad santanista de crear impuestos hasta para cobrar el aire que respiramos sigue siendo la consigna entre nuestros gobernantes. El asunto no es reducir impuestos, sino eliminar los irracionales, ilógicos y yuxtapuestos, hacer más congruente la fiscalización, justa, para que la resistencia civil al pago de impuestos sea menor dentro de su "natural" proceder. ¿IEPS al servicio telefónico y la Internet? ¿Sólo para "castigar" a Carlos Slim? ¡Antes he podido pagar mi teléfono en tiempo y forma para gozar de la conexión por la cual publico estas líneas!, si bien no sé si podré hacerlo en el siguiente mes.

Por otra parte, la de ahora tampoco ha sido la primera vez que, como puede leerse en la fuente de la fotografía que ilustra este artículo, AMLO ha enfrentado la soledad en la política. La enfrentó cuando se le negó la posibilidad de ser gobernador de Tabasco, cuando decidió crear el partido MORENA (cosa que también con mucha anticipación vislumbramos en estos indicios que ocurriría, como sucedió).

Mientras las consultas populares, el plebiscito y la revocación de mandato no sean más que meros adornos, esferitas navideñas en el árbol de la Constitución y no sean vinculantes, no pasarán de ser objetos de buenos deseos, armas demagógicas peor que populistas, el más grosero y grande dedote con atole que le puedan brindar a la población.

Todo estriba en cómo percibimos lo que percibimos.