¡Ay, hay, literatura mexiquense!

septiembre 30, 2021 Santoñito Anacoreta 0 Comments

Foto: Diario de Mexico

NO ES FRECUENTE que nos enteremos de presentaciones de libros, talleres literarios, ediciones especiales o promoción literaria en los municipios mexiquenses salvo en ocasiones excepcionales o con impulsos particulares. Porque es endémica la nula promoción de la cultura en éllos (ojo al acento, a ver si alguien se atreve a corregirme) y los presupuestos para su difusión y el apoyo a creadores siempre han sido francamente ridículos.

Creo, eso veremos en una propuesta editorial que se anuncia en la nota que detona este artículo y que, sin afán de demeritar, califico como una especie de patada de ahogado de una literatura que muy pocas veces ha sido reconocida.

La nota arranca describiendo [corrección de estilo mía]:

"Menos bella, más brutal; nueva narrativa mexiquense” describe una ciudad definida por el límite a través de [veinticuatro] voces del conurbado metropolitano. Cada una de ellas expresa su existencia liminal, ofreciendo una peculiar e interesante muestra sobre la nueva narrativa mexiquense. 

“La novedad no está en la edad de los autores, sino en su reciente emergencia en el mundo literario nacional”, apunta su coordinador, el escritor Hugo César Moreno Hernández, autor de [...] de ocho libros de narrativa, el más reciente de ellos: "Pornoteca"(Ediciones Periféricas, 2019).

El Estado de México y Naucalpan —mi terruño por adopción desde los cinco años— ha dado importantes plumas al país, al periodismo, a la literatura, pero pocos han sido debidamente reconocidos, lo que lleva a una lista que a algunos puede antojárseles corta y a otros larga. Y muchas veces en esas listas pues... ni están todos los que somos... La verdad, no sé si sentir vergüenza o regodearme cínicamente en la indiferencia, ese caldo de cultivo en el que muchos de nosotros terminamos sazonando nuestra literatura.

Antes de continuar, ¿quién es Hugo César Moreno Hernández, el coordinador de esta propuesta? Según se asienta en su perfil de LinkedIn es Doctor en Ciencias Sociales y Políticas con experiencia en investigación sobre jóvenes pandilleros. Sus estudios de posgrado los efectuó en la Universidad Iberoamericana, y ha sido Profesor Investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. De acuerdo con su ficha académica en la Universidad Salesiana México sus áreas de interés son: la teoría social y política desde las perspectivas de Friedrich Nietzsche, Michel Foucault, Gilles Deleuze, Giorgio Agamben, Roberto Esposito, Zigmunt Bauman, Pierre Bourdieu, Loïc Wacquant, Jacques Rancière; organizaciones sociales informales (ilegales: violencia y criminalización); jóvenes y culturas juveniles (pandillas, grupos culturales, culturas de consumo); jóvenes y sistema educativo; la teoría del capitalismo de consumo; creación literaria y promoción de la cultura, y ha sido candidato al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), asimismo profesor adjunto de la Línea Jóvenes y Sociedades Contemporáneas, del Posgrado en Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

En su más reciente artículo académico escrito junto con Maritza Urteaga Castro-Pozo dedicó su atención a tres temas: 1) la discriminación y criminalización de los jóvenes en razón de su apariencia, nivel socioeconómico, sociocutural. 2) El dilema juvenil consecuente del primer punto, el cual los conduce a una victimización que halla formas de expresarse entre la creatividad desesperanzada y la criminalidad desesperada. 3) La violencia estructural envolvente del desarrollo juvenil y asiento de justificaciones de conflicto generacional que deriva en el menosprecio de un sector de la población.

Entre las afirmaciones destacables ahí los autores afirman:

Una sociedad que supone en sus jóvenes futuro y no presente, que proyecta sobre ellos una moratoria social en lo que se refiere a las actividades productivas (la educación antes que el trabajo) y, en consecuencia, les niega espacios de participación donde se aquilaten los saberes construidos en las relaciones horizontales, les impone incapacidad para actuar y convertirse en agentes de cambio. Luego, se establece una desigualdad por razón de la edad y se designa a los jóvenes una posición subalterna, lo que los convierte en sujetos de tutela, sin voz y sin voto [MORENO y URTEAGA, 2020].

Un párrafo interesante que en esencia se antoja contradictorio de las tendencias político electorales que, en cambio, ven de forma utilitaria a la juventud como semillero ideal para germinar promesas vanas de campaña y sumar votos. Pero, también y hay que decirlo por duro que resulte, para conformar la carne de cañón de la delincuencia organizada la que, de igual forma, imbuye a los jóvenes con ideas ancladas en un aspiracionismo torcido, perverso, convirtiéndolos en pasto y víctimas de su ambición. No puede pasarse de lado la realidad ominosa que, en lo laboral y lo existencial, los ha orillado a una actitud indolente bajo el estigma de los "ni-ni" que en parte es reacción y en parte causa de lo mismo que afecta a los jóvenes en tanto grupo social.

Redactor de la revista cultural independiente El Chiquihuite y colaborador de distintos medios culturales impresos, escritor de narrativa y poesía con cinco libros de cuento, tres poemarios, dos novelas autopublicadas mediante Lulu.com, Hugo César Moreno y Urteaga concluyen en su artículo que:

Las juventudes padecen un doble constreñimiento que las vulnera a través de actos de doble vía. Por un lado, son limitadas “por su bien”, para hacerlas vivir, mientras que, por el otro, sus oportunidades para alcanzar una vida digna son limitadas, sus derechos son violentados y sus voces son eliminadas del tablero de las decisiones políticas, en cuanto pertenecen a una clase, raza-etnia, género o cultura juvenil [ibid.].

¿Me están hablando los autores de un México anclado en los años cincuenta o del de ayer mismo?

En tanto escritor y narrador que soy, aun a pesar de lo que comparto y publico en estos Indicios Metropolitanos y mis blogs y vlog que los sustentan, me parece que, como siempre, cada cual narra las cosas según le va en la feria y el color del cristal con que mira, creatividad, habilidades, traumas, experiencias, conocimientos y compromisos aparte.

Sí, no niego que Naucalpan, mi casa, se ha vuelto una ciudad complicada con el paso del tiempo, el crecimiento desmedido y desordenado, y que los jóvenes naucalpenses han experimentado en diversa medida lo anotado por Moreno y Urteaga. Pero, eso ha sido así siempre incluso desde la historia colonial, en México y en muchos lugares, sin que esto suene a burda justificación, y ya lo asentaba la antropóloga Margaret Mead. Por supuesto que al aumentar la población y modificarse la dinámica social e intergeneracional, y gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, las cosas, los sucesos se acentúan por verlos más cotidianos y frecuentes en dimensiones distintas que antes.

Sí, no niego que la invasión del narcotráfico se ha cebado sobre nosotros haciendo del municipio un territorio en disputa con todas las consecuencias que acarrea; y que los feminicidios (homicidios perpetrados sobre mujeres bajo la presunción de un motivo de sexo, que no de género, precisemos, como si no ocurriera también del otro lado) son más notorios y lacerantes en la percepción moderna que nos acusa.

Los mexicanos tenemos la tendencia a hacernos la víctima por razones heredadas. Los tlaxcaltecas culpaban a los aztecas de sus desgracias, estos y sus descendientes achacaron a la conquista su descrédito, derrota y difuminación. La izquierda se ha sentido ninguneada por la derecha y hasta el gobierno actual goza con masoquismo irresoluto echando sal cada mañana en las heridas del pueblo bueno para causar el escozor suficiente que mueva a lamento, iracundia y reconcomio.

El etcétera podemos hacerlo tan largo, penoso, oscuro, horrible como queramos. Pero, que me perdonen esos otros narradores noveles o las visiones optimistas, oficiosas de los "cronistas" municipales: ni Naucalpan es el infierno en la Tierra ni sus habitantes blancas palomas. Naucalpan —como todo México— es lo que es por causa nuestra, de quienes lo hemos —cacofonías a lugar— construido, caminado, poblado, industrializado, ensuciado, omitido, corrompido. Lo brutal que átestiguamos como narradores, antes tenemos que aceptarlo y asumirlo en lo que de propio nos autodefine. Eso no significa tampoco que cedamos a visiones adulteradas, edulcorantes o de un optimismo miope sobre lo que nos mueve en el alma ni inclinarnos, por contra, en actitud agraviada, pesimista sobre la tumba de nuestros pecados compartidos.

¿Menos bella! ¡Naucalpan nunca ha sido bella! Que tenga algunos puntos, sitios destacables por su valor histórico, arquitectónico, artístico o natural es otra cosa. ¡Que puede mejorarse, sin duda! En los sesentas y setentas del siglo pasado se trató de hacerla atractiva para los industriales y los inmobiliarios y comerciantes y estos solo continuaron deteriorando lo que de por sí era un atascadero. El centro de Naucalpan siempre ha sido conflictivo, sucio, un desmadre. Alcalde que llega quiere poner orden y acaba poniendo las cuatro casas de cabeza ya sea por falta de recursos, valemadrismo reaccionario de la gente, o por exceso y mala administración de los mismos, por ceder al peculado o hacerse de la vista gorda estirando la mano a los intereses creados.

¡Ah! Que el adjetivo no se refiere al lugar sino a la narrativa, que es menos bella y más brutal. Sí, es muy posible, pero no tanto por el espíritu que pudiera animarla en tanto registro de los hechos, las fantasías, las interpretaciones que de la realidad podemos hacer los que nos lanzamos al ruedo de la literatura, sino también por la impericia que podemos ver cada vez más en muchos de los miembros de las nuevas generaciones de naucalpenses, y lo digo con tristeza y conocimiento de causa por los años dedicados a la academia y no nada más a escribir. Me pregunto cuánto de lo revisado por Moreno y Urteaga, y que seguro motivó al primero a promover en justicia (o como experimento social, editorial y literario reivindicatorio) a los veinticuatro autores referidos en la nota subyacente, cuánto de ello es producto también de una construcción estereotípica distorsionada. No obstante, también existe una estética de lo horrendo y hasta en las "garrapatas" podemos encontrar un dejo de poesía; y eso es lo que vale.

Referencias

MORENO H., Hugo César y URTEAGA Castro Pozo, Maritza. "Jóvenes mexicanos: violencias estructurales y criminalización", publicado en Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, Colombia, Núm. 73, 1 de julio de 2020. Fecha de consulta: 30 de septiembre de 2021, desde Jóvenes mexicanos: violencias estructurales y criminalización (openedition.org)

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