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El valor divino de las fámulas


ERA DE LA OPINIÓN... de que detrás de cada palabra hay una historia que le da mucho más que sentido, sustenta su dignidad y justifica su existencia. Y sigo siendo de ese parecer.

Recientemente en el foro Quora donde a veces participo alguien preguntó acerca de la razón por que a las criadas se les denomina en México como "gatas". La lectura de las respuestas al cuestionamiento es más molesto que la duda misma. La mayor parte de ellas sesgadas a una visión miope de carácter sociológico y moral muy reduccionista que se ciñe al hecho de la costumbre (más bien moderna) de que la servidumbre tenga sus habitaciones en las azoteas de las casas y edificios, lo cual, como veremos, tiene también su finalidad desde otra perspectiva más noble porque las pone irónicamente más cerca del cielo. Otro enfoque relacionado ahí es el que enfatiza el grosero efecto del machismo y el hembrismo (feminismo a ultranza) que ve en el vocablo un concepto no nada más grosero, rudo, despectivo, sino de efecto segregacionista, como si las palabras hicieran algo más que discriminar como es su función lingüística natural, en tanto clasificación, categorización, organización, descripción, denominación y definición de las cosas que forman parte de nuestro conocimiento cotidiano.

Pensando afuera del arenero

El término "gata" o "gato" para referir a la servidumbre no es exclusivo de México ni solo heredado de España tras la conquista, como lo es.

Término muy antiguo haya su raíz en tiempos milenarios de cuando los griegos conquistaron Egipto. En aquellos albores los esclavos y la servidumbre en general era devota de la deidad Bastet, una diosa con representación felina y que era una diosa familiar dedicada al cuidado de los de la casa, la fertilidad, los secretos femeninos, la atención en el parto, la protección contra los espíritus malignos, la sanación de las enfermedades. Tan es así que en distintas ruinas egipcias se han hallado vestigios de esto e incluso alguna momia de una "hechicera" o partera o curandera. Más aún, Bastet, en una mitología comparada, se ha asociado a Artemisa y por extensión a Isis y a la Virgen María y cuyo culto fue una de las bases culturales del gnóstico catarismo y por lo que se justificó su odioso asedio anti herético y anti maniqueo. Así que, no ha sido más que la ignorancia voluntariosa posterior al cristianismo que muchos de esos antiguos valores se diluyeron en la Historia convirtiendo a personajes clave de la sociedad en clisés (paso posterior de los estereotipos) de lo temible, deleznable, por estar asociado a lo pagano, a lo servil.


Los romanos daban especial importancia a la servidumbre como elemento sustancial da la familia, de la casa y de ahí el término sinónimo de fámula, etimológicamente entendido como miembro menor de la familia y cuya raíz además se relaciona con el carácter  de protegido que con el tiempo se asoció a una circunstancia de explotación depauperante en la idea de lo famélico o intocable, tabú, en tanto los miembros más desnutridos, enfermizos y desfavorecidos de la familia, los esclavos, los obreros.

Cierto, el papel abusivo del varón o incluso de la mujer misma tanto en cualquiera de los sistemas de organización social del patriarcado o matriarcado derivó en hacer a las personas bajo esta categoría víctimas de vejaciones, malas interpretaciones (brujas) y hasta persecución. Pero, hay más que solo eso detrás de la palabra.

Estereotipo con base en la realidad

Uno de las críticas más socorridas acerca de las telenovelas y su uso de los estereotipos acusa, sin el entendimiento suficiente, que estos encajonan la concepción que los individuos tienen de sí de frente a sus expectativas. La promoción de un ideal romántico como puede ser que un personaje encumbrado se enamore de la criada y la tome por esposa es visto como irreal, fatuo, imaginario, falto de veracidad, torcido respecto de la naturaleza social y humana, contradiciendo los pulsos más básicos como la necesidad o las pasiones. Veremos en las siguientes líneas que no es así ni con ese ni con ninguno de los estereotipos cuya base es mitológica, por más que la mercadotecnia los presente como banalidades comerciales.

En inglés un equivalente despectivo de "gata" que se aplica igualmente a la generalidad de las mujeres es bitch, deformación de witch. Pasó al español como "bicho" para referir a toda criatura (gatos, insectos, roedores, personas menesterosas) despreciable, maligna o repugnante o asociada a la suciedad y la proclividad a vivir de manera promiscua, es decir abultados en espacios, guaridas pequeñas o con prácticas en actividades ocultistas, esotéricas, nigrománticas, criminales o conspiracionistas.

La asociación gato-roedor pasó igualmente a formar parte del acervo metafórico para referir, no nada más al acoso sexual (de parte de los patrones como si de una cacería inversa se tratase; o de las criadas con aspiraciones de ascenso en la escala social), sino a la traición familiar entre las "gatas" y los "ladrones", ubicándolas como espías infiltrados, acechantes, agazapados, arribistas, lo mismo en tiempos de guerra o paz.

A diferencia de lo que ocurre con otras maneras de asociar el comportamiento humano con el animal, la naturaleza curiosa felina está asociada a los felinos como también lo está la naturaleza "ardiente" de las hembras felinas (y los conejos) que asegura una amplia progenie (en tiempos medievales o de revoluciones sociales) así como la conducta de abandonar repentinamente los hogares en que paren una vez que las crianzas han alcanzado la edad "independiente".

Prejuicios aparte, esto último ha sido también motivo para asociarlas antropológicamente con la iniciación sexual de los varones adolescentes que hayan en el "gatear" una extensión ulterior de los primeros pasos del andar, erguirse y convertirse en adultos. Entonces, mientras los "gatos" son tomados como rudos guardianes, sombras matonas, vigilantes territoriales, secuaces de sagacidad transformista, las "gatas" han sido consideradas además de todo eso como sacerdotisas con la facultad de guiar a los héroes conquistadores, guerreros, cazadores, en el rito iniciático de la aventura y el desarrollo personal e íntimo.

Por ello no podemos dejar de mencionar que en inglés la connotación sexual con pussy y pussycat (en francés chatt, minou, respectivamente) es una carga significativa aún más asumida y aceptada culturalmente. Tanto que es utilizada con cariño para referir a la muchacha (cuyo apócope "chacha" es usado con todas estas connotaciones que vamos enlistando) hacia cuya virtud se dirigen los apetitos sexuales, el amor cortesano, la protección paternalista o maternalista ya de tutores como de proxenetas y tratantes esclavistas.

Así que, en realidad, en vez de sentirnos ofendidos por el uso (abuso) de una palabra mal entendida por los moralinos, tendríamos que rescatar lo que le dio vida y lugar en nuestras lenguas, pues para eso hacemos las palabras los humanos, para designar, describir las distintas cosas y razones que nos rodean. De ahí, entonces sí, comprender y ajustar las connotaciones que vuelven permisivas y legítimas acciones más bien francamente delincuenciales.

Las palabras son más que meros vocablos

Conocer la historia de las palabras, mejor que tacharlas, enmienda nuestro entendimiento de lo que nos hace humanos. Y nada hay mejor que llamarle al pan, pan, y al vino, vino, sin miedo al qué pensarán los badulaques ignorantes moralinos aferrados a supuestas "causas sociales" que no hacen más que ruido innecesario al amparo de un ñoño discurso de derechos humanos como apunté en este mismo blog en un par de artículos añejos.

En el primero, "Cuando la ausencia se hace presencia", anotaba o recordaba sucintamente el rol social de estos personajes en la crianza de nuestros infantes y cómo en la modernidad, aun despreciándolos, se terminó delegándoles funciones sin la debida remuneración, incurriendo en modos de descrédito laboral que se observa, por ejemplo, en las conductas de muchos padres y estudiantes que tachan a los maestros o a los funcionarios públicos de "sus gatos" solo por entenderlos bajo un tergiversado sistema piramidal de contratación bajo la óptica de un capitalismo depredador.

[…] la modernidad y el necesario afán por balancear las equidades está trastocando los cimientos de la civilización misma, los roles que determinaban el funcionamiento, la manera de delegar tareas en el sistema laboral. La base antropológica es clara: cuando ambos padres se ausentan para laborar, la casa y en ella la crianza quedan a merced de los depredadores, de las fuerzas de la naturaleza (social) y se espera que la fámula, miembro familiar por antonomasia, y el maestro se conviertan en suplentes parentales.

Como votamos en democracia, los electores somos los patronos de los aspirantes a puestos populares y por tanto los "dueños" del país y sus recursos; o eso nos hemos creído. Por lo que esos "esclavos" de lujo nos deben explicaciones de sus actos y decisiones cuyo enfoque debería ser el bien común de la "familia mexicana". Si no dan el ancho, como ha sucedido, los execramos hasta la deshonra. Lo que estamos viviendo ahora en México con el traído y llevado tema en discusión del plebiscito para la revocación de mandato es un botón de muestra que, si bien tiene su razón de ser constitucional, ha derivado en un consejo bizantino que acabará en sorna.

En el segundo, "Guerra de almohadas", teniendo en mente cómo las nanas han dado paso a las guarderías y a formas torcidas de sustitución, a veces corrompida, señalé el exceso político, social y fiscal en que se ha pretendido incurrir al incluir en el paquete de nóminas el trabajo en casa de la servidumbre, del ama de casa, reconociendo los derechos respectivos, sin detenerse a pensar en los costos que las obligaciones asociadas implica para las familias, en especial para quienes las encabezan. La casa es una empresa, claro, pero una que no puede ser tasada y definida como lo empezó a ser en la edad moderna. Aunque, ahora, en tiempos de pandemia y recesión mundial, con las adaptaciones a que nos han orillado la circunstancia, los avances tecnológicos, el propio concepto de familia en tanto unidad económica ya se va viendo obsoleto y tendrá que ser revisado bajo la óptica de un capitalismo socialdemócrata más equitativo, para redefinirse sobre la base de leyes que, no por suplementarias, acaben incidiendo en peores condiciones por efecto de inoperancia. Ya ni hablemos del contrato social en que subyace a partir de los conceptos matri y patrimoniales, los que desde la década de los sesenta del siglo XX sufrieron un cisma con la apertura y reconocimiento de formas de relaciones y asociaciones interpersonales y familiares que abarcan hoy hasta las biparentales demandadas por la comunidad lésbico-homosexual de impronunciables siglas.

Aquí, la lucha feminista en favor de los derechos de las sirvientas es loable, sin duda, y necesaria, pero miope por esto mismo; y ha llevado a nuevas formas de utilizar a los roles sociales como banderas de campaña que derivan más en burla que en programas sociales progresistas de veras.

Alfredo del Mazo apostó a la continuidad: “Yo cuidaré y acrecentaré los programas de desarrollo social que ya tenemos en el Estado de México” y, en el afán de atraer el voto femenino, prometió un “salario rosa” para las amas de casa. Es decir, ahora, la casa, entendida como empresa, deberá fijar una nómina con una sola empleada, el ama de casa y si acaso la fámula, reafirmando así la idea machista del hombre en tanto proveedor.  ¿O será que el estado subsidiará al hogar?

No digo que las gatas no tengan derechos, los tienen y tantos como cualquiera, empezando por el de la dignidad; y servir en una casa jamás ha sido indigno, como sí resultar objeto de explotación y escarnio, el que no subyace para nada en la palabra como en la intención con que es empleada así por defensores como por detractores.

Entre la madre y la gata, la buena crianza

Este tema derivó en el ensayo que ahora lees, por muchas razones, incluida aquella que explica por qué forma parte central de mi mega saga Calima que estoy escribiendo desde hace algunos meses en forma de novela por entregas. Ahí, los gatos y las gatas juegan papeles fundamentales.

Una minucia léxica adicional que también abordé en este blog en el texto "Y vuelve Chencha con calentura". Una palabra asociada a todo esto es la de "puta" o "puto", que aun siendo altisonante, es usada con singular alegría a diestra y siniestra como sufijo para la construcción de una palabra tan común como a veces indigna por corrupta: "diputado".

Lo puto es lo señalado y las gatas por muchos siglos fueron señaladas como las prostitutas de los señores o señoras feudales y todo lo demás ya dicho arriba. Algunos de esos señores adoptaban a las o los micifuces como hijos "putativos" en tanto miembros menores de la familia, para enseñarles, en el mejor de los casos, los honores y virtudes de la casa y honrar el nombre que les acogía, incluso para emplearlas para la nutrición de la progenie legítima (nodrizas), como madres sustitutas (nanas, niñeras), institutrices (tutoras, maestras, profesoras) y hasta para el aseguramiento de la extensión genética.

No son escasas las historias en las genealogías de casos de siervas tomadas por los amos, reyes, hacendados con el derecho de pernada, fuera por ejercicio de domeña y abusiva demostración de poder, o como recurso convencional para asegurar la herencia dada o la infertilidad de la mujer esposada de forma legal o frente a la evidencia contundente y abundante en tiempos antiguos de un alto índice de mortalidad infantil post parto, dato que en la modernidad se redujo notablemente con los avances de las medicinas obstétrica y pediátrica. De ahí también el concepto de padrinazgo y madrinazgo.

Sin ánimo de ofender o escandalizar, el párrafo inmediato anterior busca también situarnos en las razones, reprobables o no, detrás de raptos (pienso en las clásicas sabinas) y violaciones oprobiosas que han seguido a las guerras y las migraciones que provocan, hechos por los que las mujeres son tomadas como botín, sin importar su rango, para volverlas siervas de toda índole, incluida la sexual, por medio de las cuales extender la conquista (al más puro estilo animal) y la conformación de una nueva estirpe.

Llega el momento en toda cultura que la endogamia resulta más problemática que santificadora en contraste con la exogamia. Y tanto es así que hoy más de un país enfrenta el envejecimiento de sus poblaciones y el planeta entero, como ha evolucionado socialmente, se avecina a un problema grave de este tipo al punto que —y sonará a broma de ciencia ficción—, de no entrar en contacto con una civilización alienígena con quién cruzar nuestros genes, correríamos el riesgo relativamente pronto de nuestra extinción como especie.

Basta ver hoy la imbricación genética que ha implicado la migración masiva a que han orillado las guerras fratricidas, colonizadoras, patrocinadas por el socialismo y el capitalismo reales en zonas como África, sur de Asia, Medio Oriente, hacia Europa; o en el Sur de América y el Caribe, hacia EE.UU. El consecuente aumento de los grupos sociales mixtos, mestizos y el aumento de su influencia económica, social, política y cultural dentro de los países que los acogen como es el caso de la hispanización de EE.UU sobre la que Wikipedia anota:

La emigración es un fenómeno que se da en diferentes países del mundo, pero la ley de la oferta y la demanda se impone y los ríos de migrantes hispanos en busca de empleo no dejan de fluir a los Estados Unidos que prometen cumplir con los sueños de superación económica y realización personal. La Oficina del Censo de los Estados Unidos indica actualmente 31.7 millones de hispanos en su territorio —11.7% de la población total—, de los cuales casi veinte millones son de origen mexicano. Por su parte, las autoridades mexicanas señalan que actualmente los mexicanos representan el 65% de los 18 millones de hispanos de Estados Unidos.

Adopta una "gata", dicho sea sin sarcasmo

Un ejemplo digamos que misericordioso: el virrey y luego obispo Juan de Palafox (por cierto bastardo y hoy beato por promoción de Juan Pablo II y Benedicto XIV), fundó durante la colonia uno de los más grandes hospicios y todos los menores huérfanos apadrinados por él llevaron su apellido, lo que explica que sea uno de los apellidos más extendidos y sin un linaje genético rastreable. Así que, vaya aquí un llamado a todos esos moralinos a que dejen de portarse como gatas rabiosas acorraladas por el qué dirán y como inquisidores que ven en cada palabra una razón lacerante. Y no digo esto por la reciente crítica del pontífice Francisco a quienes optan por adoptar —a su juicio de forma egoísta— a perros y gatos y mascotas en general, como si zoolatras, en vez de privilegiar la adopción y apadrinamiento de infantes víctimas de sucesos tras guerras y migración como promueven UNICEF y otras organizaciones caritativas.

Octavio Paz, en su Laberinto de la soledad hizo una magistral y ya clásica revisión de estos conceptos, en especial su asociación con la palabra "chingada" (nada o todo que ver con el rancho del presidente André Manuel López Obrador). Y juntando lo aquí dicho con lo expuesto por el poeta y premio Nobel mexicano, no cabe duda que la expresión "puta madre" hace indicio íntimo a la relación putativa que todos, de un modo u otro, tenemos con la mujer bajo cuya vigilancia nos criamos, se trate de la madre biológica (la que luego ponemos en un nicho), la adoptiva, o la putativa como pueden serlo la nana o la fámula a cargo (que luego ponemos —y vaya el verso sin esfuerzo para acabar bien la cacofonía que ya subyace en este párrafo— en entredicho). "¡Me lleva la chingada!" entonces cobra un valor adicional que lo mismo puede ser temible en la idea del secuestro y abuso (la robachicos) como salvificante en tanto una valía progenitora, así sea de manera metafórica, por lo dicho al comienzo de este ensayo.

La novela, radionovela, película y telenovela El derecho de nacer (cuya versión original escrita por el cubano Félix B. Caignet es de 1948 y en México se produjo para el cine en 1952) retrató magistralmente, como muchas otras obras, esta situación además de otras relacionadas con el tema. Por lo que no se entiende que la crítica popular desdeñe el peso y significado culturales que estas obras tienen y que lo haga solo por el hecho de su capacidad masificadora o hasta enajenante. Gusten o no, estos productos mediáticos han tenido como finalidad todavía más que el entretenimiento y el solaz, servir como tamices y escaparates de los valores universales.



¿'Ora qué hacemos, Molcas?


ERA DE LA OPINIÓN... de que la imagen corporativa e institucional define no solo lo superficial, sino lo profundo de las cosas hechas por el hombre en un ámbito organizacional. Encierra y sintetiza pues una cultura organizacional que permea a las instituciones y demás órganos que componen al sistema social que constituyen a la empresa o a una nación y su gobierno, dimanando en consecuencia una identidad unificadora y virtuosa basada en una filosofía con la que se abarcan determinados valores y metas subyacentes, con miras a la satisfacción de las necesidades intrínsecas al sistema como conjunto tanto como en relación con sistemas vecinos, de manera directa e indirecta, y que se experimenta vívidamente en las estructuras físicas, metafísicas, funciones mecánicas y sociales de los objetos y sujetos que conforman a dicho sistema nacional (país), empresarial (industria, comercio, banca), proveyendo a los individuos una colección de creencias y de certitudes a partir de las cuales comprenderse como parte de un todo inteligible, dinámico, fijo empero en constante transformación.

La identidad de una organización es la percepción que tiene sobre ella misma, algo muy parecido al sentido que una persona tiene de su propia identidad. Por consiguiente, es algo único. La identidad incluye el historial de la organización, sus creencias y su filosofía, el tipo de tecnología que utiliza, sus propietarios, la gente que en ella trabaja, la personalidad de sus dirigentes, sus valores éticos y culturales y sus estrategias. Puede comunicarse mediante programas de identidad corporativa; pero, la identidad per se es muy difícil de cambiar, ya que constituye el verdadero eje en torno al que gira la existencia de la propia organización.

[… C]uando una compañía sufre un verdadero trauma, […] todo parece indicar que la empresa y su identidad pueden llegar a modificarse en sus propios fundamentos.

[…] La imagen corporativa no es más que la que un determinado público percibe sobre una organización a través de la acumulación de todos los mensajes que haya recibido.

[…] Al contrario de lo que sucede con la identidad, la imagen es relativamente fácil de cambiar. Aunque a veces se requiere un esfuerzo importante para cambiar una imagen muy arraigada, la percepción de una organización se puede crear con gran rapidez [IND, 1992: 3-8].

Y lo último señalado en la cita anterior puede suceder tanto para bien como para mal.

Borrón y cuenta nueva, ¿para qué?

Llevamos tres años del actual gobierno, uno dedicado a dividir, a vapulear e intimidar a todo el que lo contradiga, a imponer su supuesta visión de país anclada en una contradictoria cartilla moral, una historia nacional de contentillo y reacciones majaderas.

Se avecina un probable plebiscito para votar una revocación de mandato que de forma intrínseca implica, como anverso de una moneda y dependiendo del sentido del sufragio, a su reverso, es decir, la ratificación del mandato. Aunque, primero, es probable como ejercicio en función de que se cumpla con el primer requisito que es el mínimo de firmas ciudadanas para justificar la programación, planeación y ejecución de los comicios y esto de forma muy independiente a que haya o no un presupuesto ajustado al efecto. Y segundo dato, como se trata de una figura nueva y un ejercicio también novedoso, y no siendo la ley retroactiva, el resultado no será íntimamente vinculante para el actual gobierno, por lo que, a pesar de simpatizantes y detractores del hecho, el actual gobierno esta obligado por la Constitución a terminar en el período para el que fue legal y legítimamente electo. Por supuesto que, de salir favorable y suficiente la votación para revocar el mandato, el Presidente estaría también en su derecho de renunciar al cargo alegando atenerse a la decisión ciudadana como endeble justificación comprendida en la Carta Magna.

[…] debemos ubicar que existen siete casos básicos en los que puede faltar el presidente mexicano. El primero es porque no se presente a tomar posesión. El segundo, porque no se haya calificado la elección llegado el día de asumir el cargo. El tercero, por impedimento físico. El cuarto, por impedimento mental. El quinto, por prisión. El sexto, por desaparición o deceso. El séptimo, por abandono o renuncia [MORA / ORTIZ / ROMERO, 2001].

Preguntémonos cuál es nuestra identidad como mexicanos. ¿Alguna vez hemos cuestionado asertivamente las imágenes corporativas, institucionales de nuestros gobiernos en todos los niveles más allá de lo superfluo? No hay presidente que no haya sido objeto de escarnio, ni en el siglo XIX ni ahora, ¿por qué tendría que ser la excepción AMLO? Y viceversa, ¿por qué no ensalzar lo positivo, así se trate de una sola cosa? Hay quienes viven, como el Periquillo Sarniento, de travesura en travesura, cagándola aquí y allá, pero basta un acierto para ser recordados como quien dejó honda huella a pesar de excesos, omisiones y estupideces.

En días recientes y una vez más, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un nuevo decreto en la idea de lo que vamos planteando, y cabe preguntarnos cuán traumatizado podía estar el país entero como para que nuestro gobernante llegara a la conclusión, desde sus tiempos de campaña, de que todo debía ser hecho añicos para, como hacen los japoneses con las casas viejas de madera, derruir para construir un México nuevo. El nuevo decreto instruye la "desaparición" de Indesol (Instituto de Desarrollo Social) para dar paso a la Dirección General de Bienestar y la Cohesión Social. La decisión que se suma a otras como la desaparición de fideicomisos, el desmantelamiento del Estado Mayor presidencial, en Seguro Popular, entre muchas más aburre. Porque implica una falta de propuesta, como tantas otras decisiones del actual gobierno empeñado en usar la goma mejor que sacar punta al lápiz.

Aburre porque implica, a la vieja usanza, más cambios de nombres y siglas y "reestructuración" (física, organizacional, presupuestal) que al cabo de este gobierno volverán a desaparecer para dar sitio al capricho del tlatoani de turno. Algo que, por costos de imagen corporativa, institucional, nadie se ha puesto a medir con cada cambio de gobierno.

Durante el priato, los cambios institucionales eran el pan nuestro de cada sexenio, aunque si hemos de ser objetivos, llevaban una lógica ajustada al interés nacional y no nada más partidista. Ventajas, quizás, de una gobernanza única. Bajo esa costumbre es que se forjó el actual presidente retrógrada y cree que los tiempos son propicios para hacer cambios a diestra y siniestra con la mano en la cintura.


Es verdad que en tiempos difíciles y traumáticos, como los que estamos viviendo, con una recesión económica global, una pandemia que nos tiene apergollados, se imponen recortes presupuestales, un dato contradictorio porque es cuando más se sugiere incurrir en el pulimiento de la comunicación organizacional. En un sentido, las "mañaneras", como ejercicio de comunicación, se ajustan a las expectativas comunicacionales del adecuado manejo de una imagen institucional en tiempos de crisis y es explicable el afán de recorte a áreas como las relacionadas con el INE; pero, por otro lado, es contradictorio porque, si lo que se pretende es aprovechar el impasse para afinar "como anillo al dedo" los fundamentos democráticos del país, las decisiones tendrían que ser más congruentes con la finalidad y, en cambio, estos plumazos organizacionales derivan en gastos de comunicación e imagen necios.

Un gobierno de veras sensible a la economía, a la austeridad, al despilfarro, tendría que unificar el criterio de imagen institucional por uno específico y exclusivo que hablare no del partido o las personas en el poder, sino de México en su totalidad. En este sentido, el único cambio coherente hecho por AMLO es el referente a la reestructuración organizacional de las Fuerzas Armadas, algo que hacía décadas se hacía necesario para las mismas y para dar certitud a sus miembros tanto como al sistema de seguridad nacional, so pena de las sospechas que pudiera prohijar sobre el presumible mayor afán de control.

La imagen institucional importante debería ser la del país entero y no la del gobierno, partido, dependencia de turno. Al final, México es como cualquier empresa y ninguna que se precie de su solidez y sustentabilidad (sostenibilidad aplica a lo ecológico) hace modificaciones, transformaciones drásticas en logotipos, colores, diseños, valores, inventando, fusionando o eliminando direcciones, etcétera por puntada del CEO del momento.

Marcas que dejan huella

Por algo se pensó décadas atrás en el desarrollo de una "marca México" que nunca ha llegado a cuajar del todo por culpa de los intereses políticos, más que económicos.

En un artículo añejo aquí califiqué las típicas provocaciones del hoy presidente como "Arietes marca AMLO" y no me equivocaba. Esa es la marca de este gobierno.

Cada candidato y cada partido busca pervivir en la memoria efímera del período a su cargo, dejando un sello distintivo; y si bien es parte de su derecho personal o institucional, según el caso, no deja de ser una monserga que conlleva obligaciones que podrían moderarse para un bien común, pues con ello incurren en gastos elevados en cambio de papelería, logotipos, colores, y un muy largo etcétera comunicacional que, por otro lado, sí, da trabajo a diseñadores, impresores, publicistas colegas míos y muchos más.

Pero, piensen lo que nos ahorraríamos si desde el poder federal se decretare, en vez de las ocurrencias de uno como si resultado de la ociosidad: "¿Ora qué hacemos Molcas?", hacer una sola imagen unificada de país, adoptada por todos los estados, dependencias y niveles de gobierno, con la única salvedad de los rasgos distintivos propios de cada cual (no de cada partido o el gusto del gobernante en el poder). Es decir, los mismos colores para todo, los mismo patrones, pautas, tal como está previsto en la Constitución para los símbolos patrios, solo que extendiéndolo a todo y no bajo la óptica de un presidente específico, cada seis años o cuatro o tres, según el nivel de gobierno o la legislatura de turno. Económicamente hablando el ahorro sería sustancioso, se invertiría en una imagen y una identidad como país, estado, municipio, capaz de consolidar lo que somos hoy y atravesar el tiempo. Es momento de dejar de ver los estados de cuenta del predial como un volante propagandístico al modo como los reyes y emperadores plasmaban su efigie y triunfos en la acuñación de monedas, si bien en ese tema, el dinero en tanto signo y símbolo es "otro boleto" apasionante sobre el que escribiré en otra ocasión.

De nuevo, preguntémonos, qué definición de país tenemos cada uno. Hemos vivido bajo al argumento de ser una sociedad apuntalada en un mosaico cultural nutrido con una colección de culturas indígenas permeadas por la conquista y la colonia, tanto para bien como para mal, con la influencia española, estadounidense, católica, china. La corrupción ya existía en tiempos prehispánicos como ahora y es un cuento plantear la peregrina idea de que se la borrará como si nada. El concepto del "mexicano enano" ha sido revestido con eufemismos gazmoños que disimulan la podredumbre de nuestra sociedad. Si antes fuimos la imagen del campesino sentado a la sombra de un sombrero de ala y recargado en un nopal, chingón hijo de la chingada, jodido bienaventurado entre los jodidos, entonces cuál es la imagen que ahora queremos dar, ya no solo al resto del mundo sino a nosotros mismos cuando ya no somos del todo indígenas, ni castizos, ni criollos, y sí, sin duda, mestizos. ¿Acaso la de un país administrado por un presidente que goza mirar su efigie de trapo como muñeco de vudú? ¿Quién le hincará los alfileres para curarle las dolencias mientras sus decisiones lo ponen a cada rato a la mesa para comer el antojito junto a los otros muñecos y títeres del closet infantil?

El presidente afectará el carácter de la compañía más de lo que puede querer admitir. Ese efecto será influido por su tenencia del cargo, el carácter prexistente de la compañía, su personalidad y su esfuerzo consciente por desempeñar un papel positivo en la configuración de la compañía. Sólo el último factor es verdaderamente controlable. Un esfuerzo positivo del presidente ayudará a crearle a la compañía una reputación más amplia, más positiva, que tenga ventajas nítidas, distintas.

[…] Como presidente, usted afecta el carácter de su compañía [país] y la forma en que esta es percibida, más que ninguna otra influencia. Esto es válido independientemente de su estilo de gerencia. Sea que opere con una alta visibilidad […] o que prefiera trabajar calladamente, tras bambalinas, a través de los demás, está configurando la personalidad de la organización entera. Esto lo hace de dos formas: a través de las decisiones que toma, de las prioridades que establece, de la estructura de su gerencia y, lo más importante de todo, a través de su personalidad y estilo. Esta última puede ser una influencia mucho mayor de lo que usted querría reconocer. Gústele o no le guste, esta función es una parte tácita de todo contrato de trabajo para el cargo de presidente. Mire hacia atrás y recuerde cuánto tiempo gastaron usted y sus colegas, como equipo de gerencia, tratando de descifrar al jefe. ¿Hacia dónde estaba conduciendo a la compañía? ¿Qué lo irritaba? ¿Qué lo impresionaba? Todas esas eran preguntas que usted tenía que considerar para ir forjando su carrera. La siguiente generación está tomando nota de sus señales en la misma forma.

Esta influencia estará allí, sea o no sea usted consciente de ello. Y no se irá aunque intente ignorarla. Usted tiene la posibilidad de elegir, reconocer ese papel, controlarlo y usarlo para beneficio de la compañía [país], o evitarlo lo mejor que pueda. Eso puede hacerlo por algún tiempo optando por creer que el carácter de la compañía [nación] es algo que heredó, que está implícito en la estructura, y lo cual tiene que aceptar. Esa visión tiene cierta validez cuando es la primera vez que se hace cargo de la dirección de una compañía, pero al final su influencia personal prevalecerá [GARBET, 1991: 216-217]

Los traumas de AMLO no tienen por qué ser los mismos del resto de los mexicanos. La pobreza extrema, la segregación étnica y de clase más que solo racial, el abandono del campo, la medianía procesal jurídica, son algunos de los traumas que nos aquejan como sociedad. ¿Son suficientes, terapéuticamente hablando, como para mandar al diablo las instituciones y cortarnos las raíces de lo que fue para instaurar lo que uno cree pudo haber sido?

Mirar atrás puede ser tan malo como positivo. No todo tiempo pasado fue mejor, como no toda promesa sobre lo porvenir supone una panacea salvadora. Y viceversa, no todo lo de ayer fue para nuestra perdición y merece escarnio y olvido, como no todo lo presente y futuro han de tomar como causa esa finalidad de corregir lo anterior.. Lo hecho, hecho está. Mirar hacia adelante requiere valentía. Ya basta de acusar a los que antecedieron, de patear los escombros y de martillar las paredes en busca del tesoro escondido. No hay nada nuevo bajo el sol y ningún presidente, por bien intencionado que sea, puede tapar el sol con un dedo flamígero.

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Referencias

  • IND, Nicholas. La imagen corportativa. Díaz de Santos, Madrid. 1992
  • GARBETT, Thomas F. Imagen corporativa. Cómo crearla y proyectarla. Legis Editores, Bogotá, 1991.
  • MORA / ORTIZ / ROMERO Apis, Tere / Irma y José Elías "Opiniones sobre la suplencia presidencial" (extracto de carpeta de análisis informativo y de opinión, 2001). H. Cámara de Diputados. Servicios de Investigación y Análisis / Análisis de política interior. Sin fecha de publicación. Consulta: 2 de enero de 2021 desde http://www.diputados.gob.mx/sia/polint/dpi37/6opinion.htm#:~:text=El%20primero%20es%20porque%20no,El%20cuarto%2C%20por%20impedimento%20mental.

Gobernar es cuestión de colores


ERA DE LA OPINIÓN... de que los políticos eran como los concursantes que asistían al programa del Dr. IQ y la historia actual lo confirma.

En Naucalpan se encuentra la manzana de la discordia y está ataviada con toga y birrete. Dice el dicho que quien se ríe, se lleva y que quien con niños se acuesta...

Pederastias aparte, ¡ay, qué chillones han salido los morenistas! Llegaron a todos los niveles pateando y derrumbando todo lo que no les gustaba, como niños malcriados, o como toro en cristalería, dejando un desastre a su paso; y esto así el presidente Andrés Manuel López Obrador como los alcaldes, acomodaticios o no, que se sumaron a un proyecto que prometió el hueso y la "esperanza" al más rancio modo del PRI que amamantó a AMLO y a otros.

En Naucalpan, los morenistas ahora acusan "revanchismo" porque los recién llegados al gobierno, los panistas que les "arrebataron" el triunfo en las elecciones, alegan inviabilidad financiera para crear una Universidad de corte populista por falta de presupuesto y fondos. Los de hoy chillan porque los de antes les dejaron las arcas vacías y los de ayer chillaban porque las arcas no contenían suficiente de donde apalancarse para sus latrocinios abusivos. A David Sánchez Guevara lo metieron al tambo y a Azucena Olivares la exoneraron dejando que las cosas se enfriaran y apostando al olvido.

¿Qué no la anterior alcalde, Patricia Durán, había sido panista? ¡Ah, no, que se vistió de marrón para disimular una oposición a su antecesor y correligionario panista Edgar Olvera! ¡Ya caigo! Todo es fruto de la teoría del color. Ella, como buena arquitecta, lo tuvo claro desde un comienzo.

¿Qué no Enrique Vargas del Villar, el ex alcalde de Huixquilucan señalado de acoso y hoy diputado local mientras su esposa "gobierna" en aquel municipio; qué no el "ex asesor de campaña" de la alcaldesa electa en Naucalpan, Angélica Moya  se la tenía jurada a Olvera porque le cerró un antro en el que tenía intereses más que económicos hasta chauvinistas? ¡No, no! Estoy equivocado. Yo ya miro moros con trinchetes. Si nadie tiene motivos para andarse con revanchas y, como dice el dicho, pues juego que tiene desquite, no hay quien se pique.

Cómo volverse morenista sin morir en el intento

Lo que les duele  a unos es que no les darán oportunidad de construir su centro de estudios y adoctrinamiento al estilo cartonista y propagandístico del "Fisgón" cual si instituto "para devolver al narco lo confiscado". Y a los otros les duele también que el morenismo haya permeado las filas partidistas a diestra y siniestra como virus pandémico, y como siguiendo una receta extraída del Manual de pintura y caligrafía. La Victoria —y no me refiero al predio que también ha sido puesto como manzana de discordia por el sindicato SUTEyM y los desarrolladores inmobiliarios— en las urnas ha convertido a Naucalpan en la Pandemomium y solo falta ver quién encarnará al arquetipo.

La verdadera mentira es lo no sabido, no lo que sólo fue formulado de acuerdo con aquella centésima de las cien maneras de formular a la que es frecuente llamar mentira.                                                                                                                         José Saramago

Pero, ¡si no tiene nada de particular! ¡Todos tenemos algo de morenista en la sangre, para empezar, el color! Ya lo declamaba muchos años atrás el afamado Doctor IQ, Jorge Marrón: ¡Arriba a mi derecha! y ¡abajo a mi izquierda!; y, en diciendo, premiando con unos pocos centavos al  habilidoso o habilidosa —dicho sin ñoño afán de corrección política—, de izquierda o derecha o del centro del lunetario, capaz de replicar el trabalenguas, imitar el sonido del animal referido, demostrar un mínimo conocimiento o hacer el ridículo sin chistar y con una sonrisa de oreja a oreja —¡ay, como indígnamente se ha prestado Ana Elizabeth García Vilchis, la cara de la sección "Quién es quién en las mentiras" del show matutino La Mañanera del Canal Presidencial.

Lo que ocurre es que en Naucalpan, como en otros lugares, a los políticos se les lenguó la traba y apenas empezaron a comprender que el marrón es la mezcla inteligente y tozuda de los colores primarios, rojo (PRI), azul (PAN) y amarillo (PRD), que también puede derivarse de la mezclas de rojo y verde (PVEM), de naranja (Movimiento Ciudadano) y negro (como nuestra suerte), o de violeta (Partido Encuentro Social) y amarillo (quien así se viste en su belleza confía o de bilis muere).

Cuando mira uno el mapa político de México no puede sino pensar en la paleta del pintor. Y no cabe duda de que el país es como ese artista que, pasando de una faceta a otra, se encuentra actualmente en aquella etapa donde todo lo retrata con algún matiz ya descolorido y tenue o brillante y saturado en la gama de marrones que podemos hallar.

El color del partido MORENA, como es de esperarse y se sabe, es como es a causa de la mayor carga en porcentaje de rojo que lo compone en su origen, así que en su tono ladrillo no es de extrañar la tendencia autocrática y el afán por centralizar el poder y romper vidrieras a tabicazos para sacar de lo perdido lo hallado, o justificar el motivo y el presupuesto para derruir y edificar paredes, edificios, ideas. Solo que a veces se nos olvida que esa gama abarca desde el color de la mugre hasta el chocolate que se rocía en el paladar, el bronce indigenista y el canela que desata odas y canciones por la veredita alegre de la democracia.

No me extrañaría que, si mañana, llevado por la decepción y la angustia iracunda, un atrevido le lanzare un zapato café al presidente, este, tal como es de ocurrente, argumentará con sus reminiscencias del pasado que el agresor quizás había sido empleado del Taconazo Popis.

"Necesitamos una guerra mundial (contra la pobreza)": Carlos Slim

Ing. Carlos Slim, conferencia en Montevideo.
Foto: EFE. Fuente: El Universal

ERA DE LA OPINIÓN... de que el empresario Ing. Carlos Slim estaba desde hace algunos meses efectuando un boxeo de sombra, teniendo como espárrin al mismísimo muro de la Presidencia de la República encabezada por Andrés Manuel López Obrador; o viceversa, que se estaba prestando para tal como parte del entrenamiento para gobernar del morenista; y sigo siendo de ese mismo parecer, aunque con algunos matices.

Un mínimo contexto

La historia, recordada en breve, ubica al ingeniero como patrocinador del político tabasqueño desde que fungió como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, un poco como para sacudirse de los ataques de que fue objeto por parte del moderno Nicolás Zúñiga y Miranda en que se convirtió sin querer queriendo AMLO, pero con mejor suerte que ese histórico "eterno" candidato opositor a Porfirio Díaz. AMLO, como otros personajes de la llamada izquierda mexicana lo habían señalado como consentido del régimen de Carlos Salinas de Gortari que logró acrecentar su fortuna tras la privatización de Telmex.

Slim, como miembro, dueño y/o accionista de las empresas CARSO e ICA, además de Telmex, participó junto con otras empresas como Rioboó (también constructora del Viaducto Bicentenario en el Estado de México sobre el que he escrito aquí bastante y favorecida con licitación directa como muchas otras empresas durante el actual régimen en condiciones opacas) directa o indirectamente en la construcción de los segundos pisos del periférico que en su momento dieron mucho de qué hablar, amparos, resquemores y arbitrariedades. O sea, Slim fue como el mecenas ilustrado que, en interés de sus negocios pero también por filantropía, se dedicó a rescatar empresas en franca quiebra (Sanborn´s, El Globo, Sears Roebuck, etc.), varias de ellas de gran tradición e historia, y en el mismo tenor a rescatar y afianzar al Centro Histórico y a su tozudo gobernante.

No faltaron los críticos mala leche que lo tacharon de haberse "apropiado" del Centro tras adquirir o facilitar la remodelación de muchos inmuebles y espacios de gran valor artístico e histórico, algunos de los cuales más tarde los nuevos propietarios o concesionarios han terminado denigrando con giros comerciales de discutible integridad, eso sin hablar de la grosera manera como los políticos mismos han permitido la invasión del comercio ambulante, giros negros y narcotráfico en franca o discreta colusión.

Más tarde, siendo el hoy canciller Marcelo Ebrard el Jefe de Gobierno, la construcción de la Línea 12 del Metro en la que intervino Grupo CARSO, entre otras empresas, devino en irregularidades que entonces se achacaron a la constructora, la cual expuso y exhibió que, a pesar de sus advertencias, solo siguió las instrucciones y decisiones de los funcionarios de gobierno. Recientemente, esas irregularidades trajeron como consecuencia la ya multimencionada dentro y fuera de México traumática tragedia que consistió en el derrumbe de un tramo de la línea ferroviaria con saldo de decenas de víctimas.

En medio del escándalo, el Presidente López Obrador presionó "sutilmente" para que Slim, cuyos intereses también siguen estando en la construcción del Tren Maya y además de la refinería de Dos Bocas como accionista de la subsidiaria ICA Fluor envuelta en sus propios líos sindicales amañados, deslindara responsabilidades, por lo que tras los estudios, investigaciones y conclusiones de los especialistas, el empresario prometió solventar los costos de las reparaciones y rehabilitación consecuentes al colapso.

Pero, hechos aparte y sin menoscabo de su peso como factor para la comprensión de la realidad detrás de los mismos, el desencuentro entre Slim y López Obrador se ha ido ahondando en una suerte de relación amor-odio y mutua dependencia.

Palabras como dardos

En los días 30 de noviembre y 1 de diciembre, durante sus participaciones como ponente en una mesa redonda efectuada en la ciudad de Santiago, Galicia, España con motivo de la XXVI Reunión Plenaria de la Fundación Círculo de Montevideo,  el ingeniero hizo unas declaraciones que algunos vieron como una toma de postura frente al gobierno lopezobradorista a tres años del régimen; unos leyéndolas como contrarias, otros como favorables o por lo menos de conveniente espaldarazo.

La citada fundación la encabezan, además del ingeniero Slim como Presidente Empresarial, el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti como Presidente de la fundación, el ex presidente español Felipe González (Vicepresidente), el periodista argentino Natalio Botana (Vocal), el ex canciller uruguayo y ex presidente del Banco Interamericano para el Desarrollo Enrique Iglesias (Secretario) y la socióloga uruguaya Isabel Vázquez D'Elia (Coord. Gral.).

Es interesante que, para ser una fundación surgida y pensada desde la óptica política y empresarial en 1996 "por iniciativa del entonces Presidente del Uruguay, Julio María Sanguinetti, con la realización de una reunión que convocó a un destacado grupo de intelectuales, financistas y políticos de Europa y América Latina", al trazar sus objetivos en su página web en realidad no apunta ninguno, sino solo una colección de cuestionamientos acerca de temas que, eso sí, queda claro son sus preocupaciones más legítimas y acusadas mejor que metas [correcciones de estilo mías]:

La democracia política ya no se discute, pero todos los días nos muestra la deserción del ciudadano, el desencanto por la vida pública, la irrupción fundamentalista.

La economía de mercado se ha impuesto categóricamente, pero está claro que ella no atiende la educación popular, la salud de los más necesitados, la vivienda de los pobres.

El Estado Benefactor no resiste la hipertrofia que alcanzó. Pero, ¿puede desmantelarse abruptamente sin generar graves tensiones sociales?

El mundo se ha globalizado y los medios de comunicación difunden noticias [qué obviedad, apunto yo], universalizan hábitos de comportamiento. Mientras tanto, una explosión de particularismos étnicos parece contradecir violentamente esta tendencia. ¿Cómo integrar este debate?

El comercio mundial se ha abierto, pero los países tienden a integrarse en bloques regionales. La Unión Europea, el Nafta, la Asean, el Mercosur, ¿contradicen la tendencia hacia la universalización de los mercados o agreden las individualidades nacionales? La idea de un regionalismo abierto se va abriendo camino para integrar un mundo en que las economías nacionales han cedido paso a nuevas fronteras.

En este contexto que plantea tal fundación, la reciente mesa redonda se propuso el análisis y la reflexión de la realidad actual bajo los efectos de la pandemia y hablando con claridad pues, como apuntó Julio María Sanguinetti en su alocución inicial:

En estos tiempos de lo "políticamente correcto" se transita a veces en el debate edulcorando cosas, ignorando otras, escondiendo oportunistamente algunas otras; ¡y no es así! El noble Cicerón decía: «la virtud se corrompe tanto en el silencio como en la mentira». 

Necesitamos una guerra mundial contra la pobreza

En concreto, el ingeniero Slim, en sus participaciones (que pueden verse en los videos más abajo) expuso entre otras ideas las referentes a los efectos de la pandemia en temas de salud, investigación biomédica, desarrollo tecnológico en comunicaciones, la reconversión laboral y por supuesto la economía, haciendo además una revisión histórica de antecedentes que permiten explicar la actualidad.

Desafortunadamente los colegas periodistas destacaron de forma tergiversada sus apuntes sobre los cambios civilizatorios y las observaciones que ya había hecho en los años noventa el sociólogo futurista Alvin Toffler, usado por Slim como uno de sus referencias y que, en su parecer y en lo tocante a China, este país ha seguido y aplicado puntualmente. En ningún momento asoció —como algunos quisieron señalar de forma sensacionalista— sus comentarios acerca del comunismo, el autoritarismo y la reelección como un mensaje de alerta con destinatario específico (AMLO) por contraste con el caso de Venezuela.

Cuestionado por el ex presidente Sanguinetti acerca del papel internacional de México al que hoy algunos ven como distante a diferencia de tiempos anteriores, el Ing. Slim elogió abiertamente al gobierno del presidente López Obrador y su política exterior hacia América Latina, afirmando que al contrario, ahora México está más cerca que antes de Latinoamérica y propugnando además por una integración continental, comenzando con Norteamérica y siguiendo con América Latina, para conformar no solo un mercado común capaz de sustentar la economía propia y estadounidense, sino también para enfrentar con inteligencia compartida el reto que significa el aumento de la hegemonía china en competencia frente a EE.UU., y hallar en conjunto las soluciones que resuelvan los problemas comunes que aquejan a nuestros países, sobre todo en materia de migración, trabajo, desarrollo y crecimiento.

Las afirmaciones y propuestas más importantes del ingeniero Slim durante la citada reunión podemos enumerarlas así:

  • Necesitamos una Tercera Guerra Mundial, pero una guerra mundial contra la pobreza, no aquéllas bélicas que tanto dolor ocasionaron.
  • Urge una conectividad amplia y universal.
  • Necesitamos trabajar tres días once a doce horas, descansar cuatro días y jubilarnos a los setenta y cinco años, pues la mayoría de los países están quebrados por los pasivos laborales de las pensiones y la dinámica económica y laboral de hoy orilla a una administración del tiempo y la productividad más racional.
  • Promover el trabajo en casa y a distancia, así como mejorar la movilidad.
  • Los gobiernos deben poner un piso a la pobreza, hacer obligatorias y universales la salud y la educación, promover una renta básica que sea suficiente para la sobrevivencia pero no sugiera la comodidad indolente.
  • Necesitamos conducir racionalmente el cambio civilizacional en ciernes.

EL MUNDO EN PANDEMIA from Globalsetup SL on Vimeo.

EL MUNDO EN PANDEMIA from Globalsetup SL on Vimeo.


Y Lázaro se levantó y anduvo


ERA DE LA OPINIÓN... de que los tiempos actuales están marcados por una crisis de contenidos, y sigo sosteniendo la idea aunque con algunos matices como expondré enseguida.

En una reciente publicación del blog Think with Google escrita por Annette Sánchez, Gerente de YouTube Marketing para Latinoamérica, y a contrapelo y actualización de otras críticas que yo y otros pudimos haber hecho en el pasado en blogs como este o en las redes sociales, la empresa líder en la búsqueda de información hace algunas consideraciones conclusivas a partir de los datos que la misma empresa recopila por medio de las búsquedas de contenido que hacen los usuarios de la Internet y en particular de la plataforma hermana de YouTube.

Las estadísticas, a veces, no mienten y los ejemplos incluidos en la publicación a partir de los datos generados por la propia empresa son buenas muestras de lo que propone analíticamente el artículo como un derrotero de orden y orientación mercadológicos. Cabe señalar que los argumentos en el texto dan por sentado el cruce tecnológico entre las pantallas de televisión, las computadoras y los adminículos móviles al punto que hoy parecerían no solo integrados sino uno y el mismo, aun cuando todavía no lo están físicamente del todo y la tendencia, lo sabemos, ha sido consistente con ese objetivo. La actual situación de pandemia y recesión global han contribuido a forzar este cambio determinista. Dice Sánchez:

Con la proliferación de las TV conectadas, más y más personas hicieron de la pantalla de TV el principal dispositivo para ver videos. De hecho, fue el que creció más rápidamente a lo largo de 2020. Y esto coincide con que, en el primer cuatrimestre del año pasado, el tiempo de visualización aumentó un 25% en todo el mundo. ¿Cuáles son los géneros que más audiencias están atrayendo?

Desde hace años, los creadores vienen encontrando en YouTube [y no solamente, agrego yo] un espacio donde romper los límites del contenido, redefiniendo los formatos con los que crecimos y que marcaron la evolución de los medios, para ofrecer nuevas formas de entretenimiento para todas las generaciones. Desde los podcasts y los shows de revista hasta la cobertura de deportes han sido "reinventados" [comillas mías] por (y para) una audiencia que abarca desde los Millennials hasta la Generación Z.

Seguramente esta explicación de Google-YouTube acerca de los por qués del éxito de ciertos contenidos, aunque simplista, será del interés de muchos, empezando por colegas comunicólogos investigadores, pues confirma dos cosas desde la perspectiva mcluhana o mcluhaniana en el sentido de lo que plantea en el ensayo que comenté y compartí un par de días atrás tanto en el grupo de este blog en Facebook como en el blog de mi tesis, sobre la dinámica de apropiación que implica el determinismo tecnológico.

Es lo mismo, pero no es lo mismo

Lo que con la llegada de nuevas tecnologías parece volverse obsoleto (formatos, personalidades, contenidos), tras una vuelta de tuerca, más pronto o más tarde es recuperado con leves transformaciones. Ello explica que empresas y personalidades maduras o hasta octagenarias como Yordi Rosado, Guillermo Ochoa, Joaquín López Dóriga, Carlos Alazraki, Ricardo Rocha, Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo "Brozo", Pedro Ferriz de Con y muchos más en todos los países se hayan incrustado como parte del elenco de los "nuevos medios", solos o acompañados, con recursos propios o de terceros, con toda su experiencia y a veces desplazando a los iniciadores y resultando unos con más fortuna que otros. Su know how profesional se ve revivificado y las plataformas nuevas se notan más organizadas. Ya no se trata nada más de la necesidad de los medios clásicos como las cadenas de radiodifusión, televisoras y periódicos por sumarse a la ola con tal de sobrevivir y abrir nuevos mercados. Sin embargo, las fusiones empresariales de los dueños de las plataformas nuevas no distan mucho de las sucedidas en los años noventa entre los grandes consorcios de medios.

Los diletantes como Chumel Torres y una pléyade de jóvenes inquietos, algunos catalogados en la peyorativa categoría de "Ninis" que tenían una leve noción profesional en la misma medida han continuado evolucionando hasta empatar las viejas usanzas refrescadas por los puntos de vista más joviales y desparpajados o incluso haciendo aparentes nuevas propuestas por lo pronto en el modo de tratar y presentar los contenidos, y los viejos lobos de mar que han sabido y querido adaptarse andan a sus anchas y creciendo como nadie podía esperar de algo que algunos consideraban caduco. O sea, estamos ante la realización de la parábola bíblica de Lázaro que, pensándosele muerto y putrefacto, por virtud de alguna clase de milagro, para maravilla de los incrédulos se levantó y "andó" o anduvo pendejo un rato.

Ni hilo negro ni agua tibia

En 2016 observaba yo:

Esta realidad incuestionable e indiscutible ha obligado a que los medios tradicionales, la prensa, la televisión y la radio, modifiquen sus formatos clásicos privilegiando, más que la crónica, el reportaje en un afán por hacer más comprensible para el respetable lector el significado de los hechos y los dichos, y ello explica el surgimiento de espacios periodísticos —más que noticiosos— dedicados a ese género o la entrevista o el comentario editorial, hasta el debate, aun cuando la crónica sigue quedando para la curiosidad documental. Y es que algo les va fallando a las televisoras y las radiodifusoras donde ni, aun así, consiguen mantener de manera suficiente y bastante la atención del público, de la audiencia, salvo en casos excepcionales. Para la gente, a pesar del esfuerzo, parecerían estar ofreciéndoseles contenidos que son más de lo mismo. ¿Serán?

Ya vemos que en cierto modo sí, empero ahora los géneros más socorridos y recuperados que buscan instalarse son la entrevista, el talk show, las series, si bien las temáticas dominantes persisten a pesar de las abiertas y también clásicas inconformidades de un sector del público siempre autocalificado como "amante defensor de la cultura", la que entiende dentro de un cartabón. Es decir, entretenimiento, comedia, juegos, transmisiones en vivo, chismes del espectáculo, deportes y política llevan la delantera en contraste con las reseñas de libros, las anécdotas personales, los vlogs confesionales y otros contenidos ligeros o críticos o básicos que van quedando atrás en el gusto popular.

Además y en parte por causa de la programación "censora", "estadísticamente discriminante" del algoritmo de Google y YouTube y de consejos de revisión de contenidos en esas plataformas y Facebook, sobre todo, dichos contenidos primigenios junto con otros tópicos como los de divulgación de la ciencia, las artes, cursos didácticos de todo tipo han decaído aun habiendo sido en cierto modo parte de la punta de lanza de estas plataformas digitales, y quedando entonces en un muy secundario lugar tal como ya ocurría en los medios tradicionales. Recordemos los bajos tirajes de los suplementos culturales y los terribles horarios destinados a programas sobre literatura, reflexión, educación, servicio social, espiritualidad.

En España, por ejemplo, la palabra Covid-19 está prácticamente vetada y los contenidos son, cuando no descartados, bloqueados, castigados, enviados al fondo del historial, afectando así a diestra y siniestra lo mismo contenidos banales como los más sesudos, serios, críticos, analíticos y propositivos. En este sentido China es el extremo máximo de censura y control.

El periodismo ciudadano también se ha insertado aquí. Hoy cualquiera está en posibilidad de hallar la nota y volverla viral, incluso si la "nota" es falsa, torcida, fragmentaria, o todo menos noticiosa. Basta con que genere expectativa y satisfaga el morbo para diseminarse y encender como río de pólvora. Cada vez más la cultura, en su acepción más amplia, se reafirma como espectáculo y esto ha encendido las luces de alerta de los moralistas que se han lanzado a la caza de las fake news en el afán de verificar cada dicho y hecho descrito y narrado por el grueso del público. Es, esa, una tarea no solo ardua sino que se apetece casi imposible pues desde el origen de la humanidad el teléfono descompuesto ha sido norma consustancial.

Las formas de medir la penetración, el alcance, la aceptación de los contenidos más que variar, como algunos pensaban al principio más bien se ha reconfigurado. El rating es a las vistas de nuevo como el ranking lo es a los likes y clics. Las cifras sobre distribución o tiraje se empatan con la acción de compartir y viralizar. La detección de los puntos de corte, tránsito, brinco y abandono de contenidos equivale al botoneo en la sintonización de los canales de televisión o de estaciones radiofónicas, lo que vale también para el tiempo de atención sobre anuncios en sus distintos formatos: incrustados, orgánicos, pop up, es decir casi con la misma dinámica que se vivía al emplear los cortes comerciales para efectuar otras actividades o pasar la página de lectura.

Vale añadir que también se confirma en este sentido la vieja máxima de que el sexo ¡vaya que vende!, como sea que se lo presente e incluso a pesar de los que, argumentando la defensa de los derechos humanos propugnan por la eliminación de los estereotipos, como si eso pudiera hacerse de forma sana socialmente por decreto o capricho en medio de distorsiones retóricas eufemísticas moralinas caracterizadas como "corrección política". Y esto aun cuando los canales y prosumidores de productos audiovisuales eróticos o pornográficos han visto el negocio en franca decadencia económica ante el embate competitivo de las plataformas de webcams y la oportunidad democrática para los inquietos videastas amateur pornógrafos de subir sus creaciones y distribuirlas de manera casi o totalmente gratuita, unas más elaboradas que otras, algunas incurriendo en francos delitos como es el caso de los pederastas y los tratantes de personas.

Para sorpresa de muchos, el efecto de noticiarios, documentales y series de ficción ha cobrado no solo fuerza sino ha reimpulsado los contenidos de larga duración que muy al comienzo eran vistos como mercadológicamente poco deseables cuando no francamente deleznables y aburridos por las generaciones más jóvenes que cuando mucho conseguían mantener la atención por quince minutos. Amazon, Netflix o plataformas "piratas" como Cuevana y otras son los equivalentes modernos de Blockbuster, solo que virtuales, sin estanterías no obstante que la información catalogada ocupa un espacio de considerables dimensiones en términos electrónico-digitales y de recursos económicos.

No todos los huevos en la misma canasta, pero huevos al fin

La ventaja del control total de cada individuo sobre el contenido ha sido un factor determinante, de nuevo, desde la perspectiva mcluhaniana en cuanto a la re-mediación, inversión, reversión, subversión y extensión de los contenidos y sus temáticas, pues los miembros del público establecen o creen establecer la agenda de su interés, con los horarios y capacidades de su interés, sea eligiendo contenidos como transmisiones en vivo con posibilidad de interacción que de antiguo casi no se tenía a no ser como público pasivo en un foro o sujeto a las limitaciones de la comunicación telefónica y postal, o seleccionando la observación diferida de esos contenidos, con la facilidad de pausarlos, regresarlos, repetirlos, compartirlos, comentarlos abiertamente y distribuirlos, incluso a veces obteniendo alguna ganancia económica gracias a reseñarlos o  involucrándose como patrocinadores de los contenidos, canales y personalidades que les son favoritas.

Si por una parte la industria musical se atomizó y hoy los consumidores optan por adquirir piezas sueltas más o en vez de álbumes enteros, como antaño, por otra la publicación de contenidos seriales por episodios o entregas ha sufrido ajustes por lo que se refiere a extensión, duración, formato al más puro estilo de lo que ya se acostumbraba con las telenovelas durante la segunda mitad del siglo XX o las novelas y ensayos por entrega del siglo XIX y primer tercio del XX. Las radionovelas que dejaron de producirse en los ochentas han sido retomadas en plataformas como Spotify, Mixcloud, etc., aunque con calidad muy discutible tanto en guiones como en actuaciones y producción, en buena medida por la distorsión que sobre el género y el formato indujo la cultura eminentemente visual del cine y la televisión que, por años, dio pie a críticas acerca del anquilosamiento aparente de la imaginación en las generaciones respectivas. Los actores no proyectan mediante la voz, los efectos de sonido son ambientaciones mecánicas aisladas. Los programas de radio y televisión abierta se limitan a ser replicados enteros o en fragmentos para competir con lo producido directamente para las plataformas digitales, tal como ya venían haciendo a finales del siglo XXI cuando los audios de TV se transmitían por radio en un equivalente al "copiar-pegar" que hoy es tan acusado y tolerado como forma pragmática de edición replicante.

Los blogs escritos, como este, no han escapado a los efectos de esta evolución como en cierto modo he descrito en relación al método para escribir mi mega saga de ficción Calima o hasta el otro blog donde recupero mi tesis de licenciatura. Apunta Annette Sánchez, la autora de la publicación que ha dado pie a estas consideraciones [apostillas mías]

[…] la creatividad de los creadores [lo que técnicamente y a efecto de las nuevas tecnologías y nuevos medios digitales y redes sociales los comunicólogos llamamos "prosumidores" acrónimo de productores y a la vez consumidores de contenidos y productos culturales] ha sido el motor de esta revolución que ha transformado la manera en que estos contenidos se producen y se consumen. Pero que, además, han encontrado en [las nuevas plataformas los aliados perfectos], porque [son los nexos] donde ellos pueden conectar sin intermediarios con una comunidad lista para la participación y ansiosa de tener el mayor acceso posible a sus voces y eventos favoritos.

Entonces, una primera conclusión que se antoja y deriva es que los medios se han transformado físicamente y parecen haberlo hecho en el fondo, pero la sociedad aun mantiene la misma visión esencial en el anclaje de sus expectativas. Por lo tanto, no estamos descubriendo el hilo negro ni el agua tibia  sino sorprendiéndonos con la misma gata nada más que revolcada.

"AMLO no es un tirano, solo es un autócrata": Enrique Krauze

Enrique Krauze, a la derecha, entrevistado por Carlos Loret de Mola. Fuente: Latinus.
Foto: Archivo Indicios Metropolitanos

ERA DE LA OPINIÓN... y contra el parecer de otros de que nuestro actual presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene visos de dictador. Lo sigo pensando aunque... su torpeza y empecinamiento permiten inclinarse hacia tal suposición.

¡Imperdible!, todo el contenido, sin desperdicio, el capítulo 64 del programa de Carlos Loret de Mola en el canal Latinus que incluye una densa, pesada, dura, luminosa entrevista al escritor e historiador Enrique Krauze presentando su más reciente libro que recopila ensayos sobre crítica al poder presidencial. En esa entrevista Krauze define a AMLO como un autócrata y afirma que no es tirano ni dictador, abunda en su definición, pero nos deja con la duda, al no distinguir los otros conceptos. Por su misma definición podríamos suponer que el límite es muy sutil.

Vámonos al diccionario y notaremos que la primera acepción, la hoy denotativa contra las siguientes connotativas, empata la idea del autócrata dada por Krauze con la del dictador:

1. m. y f. En la época moderna, persona que se arroga o recibe todos los poderes políticos y, apoyada en la fuerza, los ejerce sin limitación jurídica.

2. m. y f. Persona que abusa de su autoridad o trata con dureza a los demás.

3. m. Entre los antiguos romanos, magistrado supremo y temporal, que se nombraba en tiempos de peligro para la república.

En lo tocante al concepto de "tirano", las acepciones registradas ofrecen en segundo lugar una connotación que igualmente asoma cierta similitud:

1. adj. Dicho de una persona: Que obtiene contra derecho el gobierno de un Estado, especialmente si lo rige sin justicia y a medida de su voluntad. U. t. c. s.

2. adj. Dicho de una persona: Que abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier concepto o materia, o que, simplemente, del que impone ese poder y superioridad en grado extraordinario. U. t. c. s.

3. adj. Dicho de una pasión o de un afecto: Que domina el ánimo o arrastra el entendimiento.

4. f. Canción popular española, ya en desuso, de aire lento y ritmo sincopado en compás ternario, surgida de una que empezaba con las palabras ¡Ay, tirana, tirana!

5. f. Áv., Sal. y Zam. Franja de paño picado con que se adorna la parte inferior del refajo o manteo.

6. f. Sal. y Zam. Vid de más de tres yemas.

Entonces, cabe preguntar si no ese estilo personal de AMLO lo está inclinando ya por tozudez o por necesidad o ceguera o propósito voluntarioso a rebasar los linderos y unir en una misma imagen de dictador tiránico autócrata la figura presidencial con que lo investimos los mexicanos de forma democrática. ¿Es solo percepción? ¿Una falsa percepción? ¿Una percepción distorsionada? Si lo último, ¿a causa de qué o de quién? AMLO siempre ha sido un provocador, como ya anoté aquí tiempo atrás:

[…] lo que bien se aprende no se olvida, y si algo aprendió AMLO […] fue lo lucrativo que resulta políticamente negociar con las carencias de los más necesitados, es decir ser populista. No digo que lo hiciera personalmente, pero pudo atestiguarlo. Quizá su historia personal como proveniente de una familia campesina aunada a sus nuevas obligaciones lo volvieron un provocador profesional.

Ya desde tiempo de Fox recuerdo alguna conversación con algunas personas ya entonces medianamente divididas, polarizadas aun cuando no como ahora y varias de ellas consideraban impostergable la llegada al poder de un mandatario de mano dura, si bien se asociaba el símil con el mantenimiento y procuración de la seguridad. Y cuando llegó Calderón se le juzgó por sus yerros al estirar la rienda. También entre la gente humilde se criticaba el excesivo paternalismo oficial y partidista, y sin embargo las dádivas, vengan de unos u otros siguen siendo bien venidas.

Entonces, leo en la entrevista (estupenda) una prudencia resbalosa en los dichos de Enrique Krauze que no se atreve a llamar al pan, pan y al vino, vino, a no ser andándose por las ramas.

Si AMLO, en el parecer de Krauze, no es un tirano, entonces no implica por necesidad reaccionaria el enfrentamiento y la confrontación. Luego, ¿debemos tolerar, dejar hacer y pasar, aunque los signos ominosos estén tocando a las puertas de nuestras casas?

Juro que a veces me dan ganas de salir a la palestra y decirles a AMLO y su caterva el huevo y quien lo puso y hasta lanzarle el zapatazo colándome  en una mañanera, en mi calidad de periodista que sí soy. Pero, sé que no me dejarían entrar por ser periodista independiente, bloguero, uno de tantos y ni siquiera —o eso supongo— influencer y menos influyente a la vieja usanza, de esos que daban "charolazo". Y además, los políticos y los partidos son tan cerrados que seguramente no permitirían a este, simple hijo de vecino, ciudadano común y corriente que alguna vez en mi blog escribí entre serio y en broma que alzaba la mano para volverme candidato a la presidencia, entrar a sus filas y menos a sabiendas que comulgo solo con muy pocos de sus rasgos ideológicos. Ya ni pensar en apostar por la candidatura independiente hecha tristemente en la ley con recovecos y meandros que la vuelven un sueño guajiro.

Pero, aquí estoy, con los aquellos bien puestos, mi afán y mi amor por México, que es todo lo que tengo y si bien alguno diría que eso basta y sobra, la realidad es que no es así, sin recursos, sin apoyos, sin empuje, un individuo solo queda como el tonto y loco de la colina.

Obsolescencia humana programada


ERA DE LA OPINIÓN... de que parecía ya bastante el estrés con el que nos han mantenido la pandemia y la recesión económica por casi dos años, como para que vengan oportunistas pijos con argumentos que, aun cuando verosímiles, no dejan de ser una mentada de madre.

Recientemente he recibido el siguiente correo electrónico [énfasis míos]:

Estamos en el punto de mayor competitividad esperada entre profesionales y ejecutivos de la historia.
Por una parte los mejores trabajos se reducen y por otro aumenta la población productiva con gente cada vez más preparada, joven o con alguna ventaja técnica, tecnológica y funcional contra lo cual resulta imprescindible mantener ritmo de progreso propio.
Tu nivel de Inglés es hoy por hoy definitivo para proyectar un perfil profesional solvente e incluso destacar.
Reconoce esta verdad, conoce tu nivel actual y programa tu estrategia de actualización y desarrollo para no padecer la caducidad de tu carrera profesional y la obsolescencia de todos tus competencias y fortalezas productivas.
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TE DESEO COMO SIEMPRE LO MEJOR.
Atentamente,
Luis Gerardo Hernández
Dirección 
Mentor Personalized 
(Educación Bilingüe Personalizada, S de RL de CV)

Entre que es el típico correo de phishing o un vulgar volante publicitario, mueve a pensar. Cumple, pues, con su objetivo de persuasión y ¡cuidado!

Tengo cincuenta y ocho años de edad. Desde los treinta y cinco años he tenido dificultades para reubicarme laboralmente, si de trabajos de planta se trata y en los que mi fortuna no ha sido la mejor ni en sueldos ni en condiciones ni en tratos, sea por causas de mi personalidad, mi experiencia o conocimientos, razón por la cual el noventa por ciento de mi carrera profesional la he desarrollado como agente libre o free lance incluso desde antes de esa edad, pasando las duras y las maduras.

Ya en algún momento muy anterior llegué a contar en este blog cómo, en lo personal, he padecido esa "obsolescencia humana programada" primero en la forma de obsolescencia académica: me titulé como licenciado en Ciencias de la Comunicación Social en una carrera que llevó cinco años de estudio, con una tesis elaborada en serio y no para llenar un expediente que tomó cuatro años de preparación (comencé desde muy temprano durante la universidad, sin esperar el punto de arranque con la materia respectiva, cerca de la graduación). Mi título incluía una especialidad en producción de televisión que hoy nadie toma en cuenta porque la moda institucionalizada es que cada grado debe llevar su respectivo papelito que certifique. Las carreras se han vuelto más cortas por ello y también por motivos de movilidad social: hay que producir más rápido a egresados en condiciones medianas para insertarlos en el mercado laboral y cumpliendo mediocremente con las expectativas empresariales, industriales, políticas y sociales. La meritocracia se ha descarado y vuelto una escalera en que solo los cangrejos con pinzas fuertes y bien formadas pueden asirse y ascender hacia la gloria que engría. De ahí la atomización de los estudios en carreras técnicas y seminarios y diplomados y posgrados complementarios; pues la economía académica debe ampliarse en el tiempo para justificar la existencia como negocio de las instituciones educativas y los contenidos han de ajustarse a los lineamientos del grupo o grupos en el poder económico y político de turno. Los compadrazgos, entonces, si bien siguen siendo favorables para el acomodo en el conjunto social, ahora se disfrazan bajo las máscaras de la lealtad o de la efectividad (aunque no por fuerza de la eficiencia). Hoy los resultados importan poco, lo que vale es el modo de conseguir que estos se ajusten a la realidad supuesta, ya ni siquiera imaginada.

Desde que me titulé solo he podido atestiguar cómo la meritocracia odiosa nos ha ido envolviendo en un torbellino de humillaciones disfrazadas bajo las ideas de la "excelencia" (muy de moda en los ochentas y parte de los noventas del siglo pasado), la competitividad, la educación en el desarrollo de habilidades "empresariales" y un largo etc. que pasa por un enteco afán por el bilingüismo (primero con el inglés, ya desde que yo era un infante, y desde comienzos del siglo XX apuntando al chino mandarín, cuando el empuje de los "Tigres asiáticos" cimbraba los cimientos estadounidenses del capitalismo real  rampante y cada vez más insidioso); un bilingüismo muy atendible, cierto, pero más artificioso que otra cosa el cual solo nos ha convertido en ignorantes de la lengua materna y pésimos practicantes de la ajena y adoptada. Y todo comenzó con dos ideas concretas y específicas nacidas del darwinismo social: la especialización y la obsolescencia programada.

Darwinismo social y pandemia

Si nos atenemos a la definición de Wikipedia:

El darwinismo social es un término que se refiere a varias teorías que surgieron en Europa Occidental y Norteamérica en la década de 1870, que aplicaron los conceptos biológicos de la selección natural y la supervivencia del más apto a la sociología, la economía y la política. El darwinismo social postula que los fuertes ven aumentar su riqueza y poder, mientras que los débiles ven disminuir su riqueza y poder. Las distintas escuelas de pensamiento darwinista difieren en cuanto a qué grupos de personas son los fuertes y cuáles son los débiles, y también difieren en cuanto a los mecanismos precisos que premian la fuerza y castigan la debilidad. Muchos de estos puntos de vista hacen hincapié en la competencia entre individuos en el capitalismo laissez faire, mientras que otros hacen hincapié en la lucha entre grupos nacionales o raciales, apoyan el nacionalismo, el autoritarismo, la eugenesia, el racismo, el imperialismo y/o el fascismo.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la teoría cayó en el descrédito general aunque todos estos años ha habido académicos, políticos, empresarios, religiosos, ideólogos que la han mantenido vigente en una constante revisión a la luz de las nuevas aportaciones de las ciencias, sobre todo aquellas enfocadas en ofrecer explicaciones acerca del desarrollo social y las facultades intelectuales humanas, y dándole una "vuelta de tuerca" para convertirla en una más fina cubierta para prejuicios. Los avances en el estudio de la genética y el descubrimiento (y patente industrial en algunos casos abusivos) del genoma humano vino, citando al clásico, como anillo al dedo a los eugenesistas de ropero.

El determinismo biológico derivado de este pensamiento ha permeado en muchos campos incluido el de la administración, no se diga ese en el que me desenvuelvo, el de la comunicación, quizás el más pernicioso desde que los profesionales que nos dedicamos a él somos formados justo para tener el conocimiento y las habilidades para "manipular" las conciencias de los consumidores. Las disciplinas asociadas como la Publicidad, la Mercadotecnia, la Comunicación Organizacional la Comunicación Institucional tienen, tristemente, ese agrio fundamento, aun cuando los colegas que las desempeñan no quieran reconocerlo. Por supuesto, esa verdad no significa que estemos entrampados y no podamos zafarnos a sabiendas de lo que significa salirnos del huacal.

Desde finales del siglo pasado, sin embargo, las reacciones en contra y complementarias no se han dejado apabullar y las críticas a este determinismo biológico han hecho lo propio atajando en la medida de lo posible los embates de los defensores del IQ (coeficiente de inteligencia) como factor determinante del éxito y le han opuesto el IQ2 (coeficiente de inteligencia emocional) como un factor complementario en el proceso adaptativo y estableciendo nuevos y distintos parámetros para contrarrestar lo que algunos consideran la "falsa medida del hombre".

Sin ser los únicos, los estudios sobre las emociones son algunos de los aportes más importantes para dilucidar lo que hay de verídico en este determinismo social.

La pandemia, junto con las teorías conspiranóicas que ha despertado o avivado ha puesto otra vez el tema sobre la mesa, aunque no lo parezca y con asuntos que se antojan tan triviales como la manufactura y distribución de las vacunas, la definición de las actividades esenciales, el encierro y el trabajo a distancia.

Hoy, muchos profesionales de edad mediana empezando por (OPPENHEIMER, 2018)  nos preguntamos sobre nuestra viabilidad en un mundo donde la tecnología cobra factura de primordial en el desarrollo de las habilidades de gestión, administración, creación, comunicación, economía, etc. El analfabeto funcional en lo tecnológico y lo idiomático poco a poco y más marcadamente que antes va quedando marginado de cualquier posibilidad de construir un mercado en el cual sobrevivir. Libros como los de Alvin Toffler u Oppenheimer ¿son una advertencia o una apología sobre este proceso determinista?

La misma capacidad de estar conectado se ha vuelto determinante en este sentido, pues el aislamiento durante la pandemia fuerza a convertir al individuo dispuesto a salir a hacerse con el pan de la forma básica en una amenaza social, y las medidas de prevención, las reglas, leyes, se vuelven una extensión social de los antígenos del cuerpo físico. Si no se cree, ahí están documentados los casos en que ciudadanos comunes y corrientes han sido apresados o incluso linchados, violentados por trabajar en el sector salud o no portar un cubrebocas o negarse a la aplicación de la vacuna, por ejemplo.

Pandemia y obsolescencia

El miedo lleva a unos y a otros a mirarse con recelo y a fustigar a grupos y formas de pensar generando una nueva empero igualmente odiosa forma de segregación en tiempos, justo, cuando creíamos que estábamos salvando aquéllos prejuicios basados en el credo, la raza, la piel, la ideología, el sexo.

Los ancianos y las personas de edad mediana, el grupo más vulnerable a los efectos de la pandemia en sus diversas fases empiezan (empezamos) a experimentar el temor de sabernos ya no nada más cercanos a la muerte, sino obsoletos, aun cuando los avances médicos nos indican lo contrario, que física e intelectualmente estamos aun capaces para muchas tareas productivas. Esto y la recesión mundial de la mano del costo enorme que significa el mantenimiento de una población con promedio de vida más avanzado, que significa una gigantesca carga en pensiones por jubilación hace de esta jubilación todo lo contrario a su significado original, es decir nada alegre, y nos pone como enemigos del estatus quo y de las generaciones venideras y pujantes. ¿Quizás la "mata viejitos" y ex trabajadora del IMSS arrestada en México en los noventas ya era un aviso de lo que se cernía; o era un primer enviado a solucionar de manera perversa y torcida lo que ya entonces pesaba en el ánimo de los administradores privados y públicos de vocación futurista? Por supuesto, esto no es exclusivo de estos grupos de edad, pues también los jóvenes hoy en condiciones de alguna forma de vulnerabilidad como la pobreza indigente o la ignorancia supina o la franca indolencia acaban también por ser obsoletos a los ojos de esta corriente que hoy nos consume día con día, sobre todo cuando nos imbuye en una ficticia selva donde, bajo el pretexto de la necesidad de adaptarse para sobrevivir, terminamos en un enfrentamiento de todos contra todos callado mas estruendoso en su ignominia. De poco valen los valores inculcados; o de mucho.

Así, nos enfrentamos a un tiempo en que la especialización a ultranza se vuelve un factor evolutivo determinante anclado ya no nada más en los genes, la inteligencia, las habilidades, sino en la sola razón de existir. Tal vez tradujimos mal a Descartes y su frase de que "pienso, luego existo" quiso decir "existo, luego soy". Junto con Bacon, ambos padres del actual método científico, Descartes nos proveyó de una certeza: la duda como base del pensamiento y motor de la existencia.

Dudo que el camino que cartas como la recibida en mi correo electrónico abone en algo positivo de veras a quien decida abrazar la propuesta y solicitud implícita por el remitente. Si bien comprendo la motivación detrás: el autor o necesita chupar datos o necesita auto emplearse para sentirse útil y vivo, más me parece una indigna bofetada oportunista de esos que, instalados en la escala que consideran más elevada, miran de soslayo a todos esos otros que, sin título, sin un segundo idioma, sin diplomas de capacitación, sin una especialidad exclusiva, son abrumados por el sentimiento de abandono e inutilidad a que orillan la pandemia y la recesión son vistos hoy como esquiroles del desarrollo social, lacras pusilánimes o, cuando menos instrumentos para explotar y hacer la propia riqueza desde su ingenuidad; o, cuando más, seres humanos obsoletos, desechables. Grave realidad, ¿no crees, amigo lector?

Ya en los noventas la literatura y el cine nos sometieron al escrutinio de las razones detrás del consumo exacerbado, el que había llegado incluso al extremo de consumirnos unos a otros primero mediante la simplificación de las prácticas sexuales algunas de las cuales, en esa idea determinista, fueron asociadas con la aparición y diseminación del VIH creando una categoría más en la larga lista de etiquetas segregacionistas. Luego, a comienzos del siglo XXI, los jóvenes dejaron de mostrar interés por forjar una carrera profesional a la vieja usanza, manteniéndose leales a una firma con una estancia larga y optaron por hacerla más dinámica, transitoria, hecha de pespuntes y brincos empíricos. Ahora, no estudiar y no trabajar también pueden ser (igual que siempre, no es nuevo en verdad) detonadores de triunfo y acceso al bienestar, la comodidad, el reconocimiento y el poder, bastan la perspicacia, la audacia, los conocimientos y experiencias hechos sobre la marcha, para dar cara al porvenir.

¿Debe preocuparnos la obsolescencia humana programada? Sí, cuando esta proviene de perniciosas ideologías. No, cuando la realidad nos enfrenta a la propia, personal y natural caducidad, la que ocurre como refiere Amado Nervo:

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
 
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
 
…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
 
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
 
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!


Referencias (en orden de aparición)

  • Darwinismo social. (2021, 26 de julio). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 20:31, septiembre 7, 2021 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Darwinismo_social&oldid=137248828.
  • Eugenesia. (2021, 26 de agosto). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 20:29, septiembre 7, 2021 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Eugenesia&oldid=137921684.
  • La falsa medida del hombre. (2020, 27 de marzo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 20:42, septiembre 7, 2021 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=La_falsa_medida_del_hombre&oldid=124598827.
  • OPPENHEIMER, Andrés. Sálvese quien pueda. El futuro del trabajo en la era de la automatización. Penguin Random House, México, 2018.