A dos semanas de un experimento social histórico


DENTRO DE DOS semanas se efectuarán los tan traídos y llevados comicios para la revocación del mandato del Presidente de todos los mexicanos, así de los a gusto como de los a disgusto con Andrés Manuel López Obrador. Se tratará, como el previo de la Consulta popular, de un ejercicio inédito que hará un capítulo más en la historia de nuestro país y eso ya no es poca cosa.

AMLO fue claro en sus aspiraciones y verídico tras ser electo por lo menos en cuanto a su sueño de pasar a la historia. Aunque dudo que pasará, según su deseo, siendo calificado como "el mejor presidente de la historia de México" en vista de los acontecimientos y los datos duros que cifran su malhadado, atropellado, caprichoso gobierno. El paso de AMLO a la historia estaba asegurado no por sus sueños tabasqueños, sino por su tozudez de candidato eterno, suspirante y por la voluntad ciudadana que lo inscribió en las páginas respectivas, para bien tanto como para mal.

Es de sabios cambiar de opinión

¿La ineptitud mostrada por AMLO y su gabinete durante sus poco más de tres años es motivo suficiente para darle la espalda y la patada rumbo a su despido y execración? ¿Lo fue para Vicente Fox, el primer presidente opositor al régimen anquilosado del PRI que inauguró la alternancia democrática con todo y sus indiscutibles yerros? Hay quienes piensan que sí y los que no.

El pueblo es sabio, dice de forma usual Andrés Manuel y ya sabemos que es de sabios cambiar de opinión. Y la opinión del pueblo mexicano se encuentra dividida. Por un lado no hay duda acerca de la popularidad del presidente, si hemos de dar sitio y credibilidad a las estadísticas. Por otro, tampoco hay duda de la reprobación creciente sobre la forma y los resultados del gobierno en su conjunto. El personaje para unos es entrañable y para otros detestable. Su actuar para unos es encomiable, para otros discutible. Ni más ni menos que otros del pasado.

La confrontación constante con los distintos actores que conforman la escena política, hoy contra los partidos opositores, mañana los periodistas, al día siguiente los empresarios o la clase media o hasta contra los diputados de la Unión Europea, y ese afán por mantenerse diario abriendo la boca para mantener el vaso medio lleno con noticias escandalosas, discursos verborreicos dizque informando a los gobernados entre lecciones gazmoñas de historia y filosofía, todo esto y más a ido desgastando la imagen del presidente dentro y fuera, y de pasadita al ejército, la marina y muchas otras instituciones a las que, sí, cumplidor, el presidente prometió desde la campaña mandar al diablo. De ahí, entre otras razones, que en un artículo previo alertara para que nos vayamos preparando para lo peor.

En el interés de dar un seguimiento de coherencia y congruencia sobre lo que he escrito aquí o en mis apuntes aislados en el historial del grupo de este blog en Facebook o en Twitter, con miras a orientar la opinión y formar criterio para los electores que pudieren asistir o no al ejercicio democrático en ciernes, hoy resumo y amplío lo que he dicho sobre la #RevocaciónDeMandato:

  • Es una figura que llegó para quedarse, porque muchos años, muchos mexicanos propugnamos, desde nuestras respectivas trincheras de acción, porque se incluyeran en la Constitución esta y las figuras de Plebiscito, Consulta popular y Referendo entre otras formas de participación ciudadana y de las que son buen ejemplo las trece distinguidas por Jalisco en su Constitución Estatal y que podría servir para afinar las formas federales así como la dadas en otras entidades. Durante este sexenio, la tarea (o capricho) de AMLO fue poner en práctica las más amplias y representativas: Consulta Popular (con el pretexto del enjuiciamiento de ex presidentes, con un galimatías como pregunta) y muy pronto, el 10 de abril, la Revocación de Mandato que, aun a despecho de los críticos, a querer o no implica también, mediante el voto negativo, la conclusión de contraparte, es decir la ratificación, por ser dos caras de la misma moneda.
  • La ley no tenía valor retroactivo al momento de su emisión, al comienzo del sexenio, pero en el camino se efectuó una reforma apresurada y ¿legal? para forzar la retroactividad haciéndola aplicable al presente gobernante en turno. ¿Por qué?
  • El ejercicio es ilegal, porque a contrapelo de lo que la ley señala no fue promovido por los ciudadanos originalmente sino por el propio mandatario. Azuzada la ciudadanía opositora, esta entonces recopiló el mínimo de firmas requeridas por la ley, razón por la que se efectuará en tiempo, aunque no en forma, la votación en próxima fecha. El que se haya requerido esa cantidad de firmas no implica, sin embargo, que pudiere o no llegarse al 40% de participación del padrón electoral como para hacer vinculante el resultado, como ya expliqué en otra parte.
  • Se trata de un experimento democrático. En algún momento tenía que hacerse y ponerse en práctica, para "medirle el agua a los camotes" de la voluntad popular y la participación ciudadana, así como el involucramiento de los actores políticos, para entrenar y capacitar al pueblo en el ejercicio de esta nueva forma de participación ciudadana. Y habrá de hacerse lo propio en algún momento con las restantes.
  • No se llevará en forma, aunque los detractores del INE prefieran mirar de soslayo, porque esos mismos empujaron a la reducción del presupuesto necesario y calculado. Puede ser comprensible, un experimento no tendría que resultar más costoso, por otro ha sido una vulgar trampa para encontrar pretextos con los que vulnerar la autonomía del INE. La pregunta en el aire es si además, como sostienen los paranoicos, la trampa da para imaginar un moderno maximato.

La propuesta de Reforma Electoral de AMLO

Nadie duda que todo es perfectible en esta vida, y el INE como todas las instituciones que lo acompañan en el ejercicio por venir no son la excepción. Así, la reforma electoral propuesta por el Presidente puede ser bien venida, siempre y cuando no lacere, vulnere, pervierta el sentido original tras el fundamento que las sostiene.

Un INE (ya de por sí nacional) reconvertido en "Federal" y centralista sería un torpe retroceso. Sugerir la eliminación de los institutos estatales en vez de abonar a la reorganización conforme a las necesidades locales solo implicaría una, por ahora, irracional y enteca finalidad por "ahorrar". La idea de la austeridad republicana no tendría que significar que este gobierno se convirtiera en una versión pameme de Sweeney Todd. El barbero asesino de la calle Fleet para ser AMLO. El mandatario mezquino de la calle MORENA esquina 4T. Del mismo modo, poner la elección de consejeros y magistrados electorales en manos de la gente suena bien, pero sería complicar aun más el sistema existente ya de por sí oneroso y complejo, con elecciones muchas veces traslapadas en una agenda entre concurrentes y simples, estatales, locales y federales que suponen una estructura intrincada y una organización administrativa y logística fina como la maquinaria de una reloj.

La propuesta del presidente, mejor que propugnar por una simplificación, parece apostar a lo contrario. A menos que la visión de López Obrador sea abrir camino para que en un futuro próximo se realicen elecciones una sola vez por sexenio, es decir, que una sola vez, en cada entidad y localidad y federalmente, se eligieren todos los cargos populares: ediles, gobernadores, diputaciones locales y federales, senadurías y presidencia. Lograr semejante modificación sí supondría una transformación mayor en lo económico, lo logístico y daría certidumbre pareja, paralela en todos los niveles de gobierno, sin cortes intermedios por breves alternancias. Para hacer ello, tendríamos que sacrificar que algunos periodos de gobierno y representación popular se alargaren y otros se acortaren de forma ficticia, consensada, para poner una fecha de arranque único. 

Revocación y Tercera Guerra Mundial

El experimento no puede verse solo como una ocurrencia de un hombre o un grupo. Es necesario inscribirlo en un contexto de mayor amplitud, sin que ello signifique ubicarlo en el escenario de las teorías conspiratorias. Pues no fue gratuita la declaración de AMLO en el sentido de que la pandemia "cayó como anillo al dedo", igual que no ha sido gratuita la guerra entre Rusia y Ucrania. Todo forma parte de un mismo panorama y, empero su apariencia disímbola, hay una conexión inherente que pasa por el concepto de "cuarta transformación". Pero no del modo desdibujado como ha pretendido exponerla el lopezobradorismo, sino una de mayor alcance: el reseteo mundial. Se trata de la cuarta transformación tecnológica, del cambio de poder, del relevo hegemónico y que pasa por el cambio climático, la alternancia energética, el resquebrajamiento de los sistemas de salud y los fundamentos económico-monetarios. Estamos frente a un reacomodo global.

Por una parte algunos estudiosos analistas consideran que estamos frente al final de la globalización, yo soy de la opinión de otros en el sentido contrario, no es el final sino la confirmación de los cimientos de la aldea global, no como una reacción consecuente de la interconectividad comunicacional y de mercado, sino como una nueva forma de ser y entender al ser humano con todas sus variantes como poblador responsable del planeta.

Veo los primeros pasos, en esos objetivos de la Agenda 2030 de la UNESCO, rumbo a una redefinición de lo humano desde lo más pedestre, como puede verse a la familia y al ámbito municipal, hasta el orden mundial. Pero, la transición (ya se adivinaba) no sería tersa y requeriría graves sacrificios.

El final de la Era del Petróleo está en franco curso y los acontecimientos recientes entre pandemia, guerra, avances tecnológicos, descubrimientos científicos dentro y fuera del planeta están acelerando no el cambio (que etimológicamente significa freno) sino la transformación de la humanidad toda, transitar de una forma de consciencia egoísta a una más solidaria. Al menos eso se esperaría, pues el hombre siempre da sorpresas con sus ambiciones desmedidas.

Entonces, yo no sé qué decidirá usted, amigo lector, si su voto expresará estar de acuerdo con remover a AMLO o no, si anulará su voto o se abstendrá de asistir. Siempre recuerde que en cualquier manera usted expresa su sacrosanta voluntad democrática y con un significado específico, pero también su decisión implica, como indica la teoría del caos y del efecto mariposa, que incidencias de mayor o menor alcance habrán de suceder tarde o temprano, para bien o mal, a usted, a los suyos y a los ajenos.

No tardarán los gobiernos del mundo sin importar su color o ideología en culparnos, en responsabilizarnos a todos por la forma como consumimos alimentos, combustibles, energía, contenidos. En parte para excusarse por sus ineptitudes, intereses o negligencia perversa. En parte porque al final, nos guste o no, los que nos gobiernan y sus modos de gobernar están ahí, con sus guerras y sus componendas, sus mentiras y exageraciones, sus afanes torcidos y sueños de grandeza, porque nosotros lo permitimos, los elegimos aun cuando en la consciencia, como Tomás Moro, a sabiendas de que la inclinación general puede ser nociva, hallamos podido alzar la voz o callar en su oportunidad.


Ni ovnis ni intervenciones divinas en Ucrania


Últimamente mantener al "día" este blog y su espacio en Facebook ha sido una ardua tarea, más que nada en virtud de la celeridad y continuidad de los acontecimientos que por lo común hacen materia de mi interés personal como autor de Indicios Metropolitanos en tanto revista unipersonal sobre asuntos de actualidad, comunicación y humanidades.

Los dichos y hechos de actores del orbe han sido la medida de este sentimiento de agobio que me embarga desde hace meses, entre los escándalos a que han conducido trabajos periodísticos de regular factura que han incidido en el ánimo hostigador del presidente Andrés Manuel López Obrador contra colegas periodistas y el gremio en general (lo que me toca de refilón) y las noticias sobre la reciente guerra entre Rusia y Ucrania que podría tener alcances apocalípticos. La incesante circulación de notas, reportajes, y contenidos en distintas plataformas, de distintos idiomas, seleccionar de entre ellas lo válido, verificable y digno de ser compartido, distribuido, comentado o utilizado como fuente para los artículos que redacto y, además, el tiempo requerido para escribir blog y proyectos personales o ajenos, ha sido una danza con el Diablo, por lo que a veces publico aquí y a veces, por pragmatismo, directamente en el grupo de Facebook.

Seguramente recordarás, amigo lector, que días atrás, alrededor del siete de marzo y luego hacia el once, compartí en el grupo de este blog en Facebook, con las reservas de los casos, videos y notas sobre el probable "ataque" de un ovni a fuerzas rusas.


Este video que ahora incluyo arriba es la versión más "completa" del caso del siete de marzo publicado y difundido en el canal de YouTube del colega colaborador de Tercer Milenio Alejandro Correa. En él anoté la siguiente observación:

Para no variar... Evidencias no son pruebas, y menos evidencias truncas sobre todo cuando sabemos que en esta guerra el uso de drones armados ha sido extensivo por las fuerzas ucranianas.

En la imagen no se ve más que una luz suspendida que bien puede ser el dron (ahí están cientos de notas sobre estos drones armados que han sido un dolor de cabeza para el ejército ruso). No se observa el "ataque" ni el "rayo" aludido. Todo queda en dichos de quienes atestiguaron la explosión y narran el video o pudieron ser entrevistados luego. Para crédulos, vale. Para un trabajo periodístico serio, dista mucho.

Pues tanto como poco menos de una semana después nos fuimos enterando de un hecho que podría estar relacionado al menos con el segundo caso, mostrado en el programa de Jaime Maussan, Tercer Milenio, donde se observa una explosión en el cielo sobre el aeropuerto de Járkov (Kharkiv), Ucrania, y que también fue atribuida a un probable ataque desde el cielo a los rusos a causa de un supuesto ovni, aunque en el video parecería ser más bien viceversa un ataque desde tierra que habría hecho estallar un objeto en el cielo, no quedó claro. Me refiero a una nota acerca del estallido de un fragmento del asteroide 2022 Eb5 ocurrida el once de marzo sobre el ártico, objeto celeste que solo fue detectado dos horas antes y sobre la cual pueden leerse más detalles en estos vínculos:


Por supuesto, habiendo sucedido el estallido del meteorito en el cielo sobre el Mar de Noruega, entre Islandia y Noruega, no tardará cualquiera en descartar la posible relación por la distancia y ubicación geográfica sin tomar en cuenta que, por la altura a la que se efectuó el estallido bien pudo haber sido avistado en un amplio radio y, por la curvatura de la Tierra, ya en la distancia de Ucrania de poco más de tres mil kilómetros, haberse visto como un evento de menor altitud y confundirse con otra cosa. Solo imaginemos: un meteoro ingresando en la atmósfera dejando una línea de estela (semeja un rayo desde el cielo), un estallido en el cielo que permanece iluminado por varios segundos y esto en medio de un asedio, de una guerra donde los drones armados con misiles han sido el arma principal. Pues todo se presta para la confusión y exacerbar el imaginario colectivo.

Ahora sí que ¡pinches diputados morenistas!


Perdonen el exabrupto en el titular de esta entrega; pero, he leído una nota mentirosa acerca de la propuesta para reducir el presupuesto de varios de los municipios mexiquenses (qué casualidad, sobre todo los que perdió MORENA en las elecciones de 2021) argumentando un descenso poblacional, y ello a todas luces implica un artero abuso oportunista y mentiroso de la bancada de MORENA. Porque quieren aplicarnos a todos aquello de que "la pandemia les cayó como anillo al dedo".

Los datos reales

Recordemos que terminaba 2019 y estaba previsto que se efectuara el Censo Poblacional durante 2020. Pero, la pandemia se declaró en México en marzo de ese 2020 y durante ese tiempo, del 2 al 27 de marzo, los censores se las vieron negras para poder efectuar su trabajo en buena parte del territorio nacional, especialmente en zonas rurales. Mientras, en las zonas urbanas no resultaba fácil efectuar los conteos porque, en parte por el encierro de cuarentena que comenzó el 23 de marzo de 2020, las medidas de seguridad se incrementaron y los mismos pobladores no atendían a extraños.

Personalmente pude entrevistar a una censora y aparte de lo anterior me reveló algunos datos que me pintaron un irregular retrato de lo que padecían los censores, los que incluso hubieron de modificar sus formas de cuestionar para que, desde el aislamiento, los pobladores pudieran responder sus preguntas y obteniendo a veces información no del todo fidedigna de parte de quienes les respondían. Ejemplo, cuando pasaron a mi casa, yo no estaba, sino mi inquilino y él respondió las preguntas sin conocimiento y, como él, así en muchos casos. Ese mismo día me topé con la censora, y tras lo relatado me mostró los datos que obtuvo los que hube de corregirle y me mostró otros cuestionarios llenados a medias por las mismas razones.

Entre el censo y el padrón electoral

A la fecha que escribo estas líneas, el dato de muertes totales en México (sin considerar los datos de sobremuerte o exceso de mortalidad) por Covid-19 conforme al seguimiento de la Universidad Johns Hopkins, y en más o menos coincidencia con los datos oficiales del gobierno mexicano, asciende a más de trescientas mil, por lo que si bien es preocupante en el marco de una pandemia tampoco es tan escandaloso como muchos han querido destacar visto en un contexto más amplio. Para el caso específico del Estado de México, el dato es de poco más de cuarenta y cuatro mil defunciones de un total acumulado probable de alrededor de ciento sesenta y un mil.


Considerando el índice de sobremuerte, las estimaciones multiplican las probables muertes totales del país en más de seiscientas mil entre asociadas o no a síntomas relacionados o derivados del Covid-19 y sus variantes que siguieron. Queda claro que una cosa ha sido el mal manejo de la pandemia y otra muy distinta los resultados medidos, entre los que se encuentran los efectos de la pandemia sobre el censo poblacional.



La población en México, de acuerdo con datos del Banco Mundial era de alrededor de poco más de ciento veintiséis millones de mexicanos en 2018 (126.2 mm.). Para 2019 se incrementó a casi ciento veintiocho millones (127.6 mm.). En 2020, primer año de la pandemia, aumentó a casi ciento veintinueve (128.9 mm.). Estos datos contrastan con los que diera a conocer el INEGI el 25 de enero de 2021.

Según el INEGI en 2020 éramos casi un millón ochocientos mil menos mexicanos que los estimados por el Banco Mundial, es decir ciento veintiséis millones de habitantes. El Estado de México es la entidad que concentra la mayor población con casi diecisiete millones de personas. En 2010, la población era de poco más de ciento doce millones trescientos mil mexicanos, es decir que la población tuvo un incremento en diez años de poco más del once por ciento. Entonces, el Estado de México ya contaba con una población superior a los quince millones de habitantes, lo que significa que en diez años esta entidad ha crecido en similar proporción del once por ciento y no ha decrecido como han señalado los diputados morenistas como pretexto para disminuir el presupuesto estatal y sobre todo las cargas municipales para Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Huixquilucan, Metepec, Naucalpan de Juárez, Nezahualcóyotl, Tecámac, Tlalnepantla de Baz, Toluca y Tultitlán, lo que significa según los diputados morenistas que han de reintegrarse poco más de cuatrocientos treinta y un mil pesos "sobrantes" del presupuesto previo. ¡Hágame usted el chingado favor!


En algún artículo pasado hice la observación de que más pronto que tarde se emplearían electoralmente los resultados del censo para contrastar con los datos del padrón electoral. Y aquí vamos viendo esas consecuencias de una "desorientación" provocada por la pandemia. ¡El bicho es el culpable! Entonces examinaba yo:

Los funcionarios de casilla utilizan la lista nominal para efectuar el registro de la participación ciudadana durante los comicios. Pero, ello no es garantía de la novedad que quiero destacar aquí y es efecto de la pandemia: tendremos una lista nominal y un padrón inflados (no fraudulentamente), conteniendo registros no actualizados de ciudadanos electores fallecidos por causa del Covid-19 que ha implicado […] un exceso de mortalidad […] aun no suficientemente medido […]

Este hecho y dato se prestará con toda seguridad para que candidatos y partidos se monten en alegatos sobre presumibles fraudes electorales, como la emisión de votos en ausencia, aun a pesar de que la ley es clara en este tema concreto al especificar que solo puede realizarse tal mediante una carta poder judicializada, es decir certificada por un juez del tribunal electoral correspondiente.

Con la Consulta Popular de octubre de 2021, más las elecciones de julio de ese mismo año, más el próximo plebiscito para la Revocación de Mandato podremos tener, es de esperarse, un panorama que permita afinar los datos entre el malhadado censo de 2020 que tiene un déficit poblacional de casi dos millones de mexicanos, contra los datos del Covid-19 y los del padrón electoral. No podemos dejar de lado el dato importante de que, para autorizar la Revocación de Mandato, se juntó más de un millón de firmas y el INE, en la revisión puntual de la misma y más allá de cualquier discusión suspicaz de orden político halló una irregularidad con firmas de más de dieciocho mil fallecidos.

Es necesario hacer un conteste entre todas las bases de datos para determinar de forma lo más precisa posible cuál es la población real y en ese sentido, la próxima Revocación de Mandato será un fiel de la balanza que podrá ayudar a esclarecer algunos de esos datos. O podría, debería decir, pues mientras la ciudadanía se debate entre asistir o no, votar o no, votar en tal o cual forma, por lo pronto tendremos una reducción de casillas instaladas a causa de la disminución presupuestal para el ejercicio democrático. Ello solo complicará la logística no solo de instalación sino de recavación de datos.

Si por un lado nos ha "dolido" efectuar un gasto de las dimensiones de más de mil y medio millones de pesos, cifra por debajo de lo calculado originalmente por el INE, por otro nos significará algo peor si la población, ya por rebeldía o por desidia opta por abstenerse. En lo personal lo he dicho de muchas maneras, en distintos momentos, que el voto es una forma de expresión, analizado desde el punto de vista comunicacional y asimismo sus variantes entre el voto nulo, el blanco y la abstención misma. Pero, ¿acaso políticos y ciudadanía han tomado en cuenta que, muy aparte del resultado político, las elecciones también nos arrojan datos demográficos de vital importancia, sobre todo en tiempos como los que ahora vivimos de confusión pandémica?

Si lo vemos desde esta perspectiva, la asistencia a las casillas podría ayudar a esa claridad permitiendo determinar mediante el padrón electoral cuántos mexicanos están presentes en territorio nacional independientemente de su filiación política o el sentido de su voto. Además, quizás valdría la pena que esos "ahorros" presupuestales amañados pudieren servir para elaborar un nuevo censo apenas se de por terminada la pandemia, es decir hacia 2023, y así renovar no nada más la base de datos demográfica sino incluso el propio padrón electoral con miras al 2024.