Un ensayo de juventud (1): preámbulo

febrero 02, 2015 Santoñito Anacoreta 0 Comments

El autor en 1978
Foto: Archivo VETA Creativa
TAL VEZ EL TÍTULO CON QUE NOMBRO AHORA el ensayo que con esta entrega comienzo a capturar y que escribí originalmente a la tierna edad de 17 años, el 14 de abril de 1980, para la materia de Historia en la preparatoria La Salle del Estado de México no sea el mejor.

El ensayo originalmente carece de título. Lo encontré, como tantos otros textos "olvidados", depurando mis archivos. De pronto me pregunté por qué lo guardaría si en la carátula tiene la calificación de ¡40! No recuerdo si esa calificación, para ese trabajo en concreto era aprobatoria o reprobatoria, si eran puntos acumulables o qué. No hay comentarios (que era costumbre me los hicieran) de la maestra. El texto está intacto de principio a fin. Lo reviso página tras página y me sorprendo.

Loas en boca de uno son vituperios, por ello me abstengo de hacer alguna ponderación, ni siquiera relacionada con la justicia tras la nota aplicada por el criterio de la profesora. No obstante me parece que vale la pena recogerlo aquí, en este blog Tiempo y Destiempo, por entregas (para darle una corrección mínima de estilo) y para compartirlo con los amigos lectores.

El ensayo adolece de nulo rigor metodológico, aunque sí recuerdo haber hecho una investigación cuidada. Ni a bibliografía llega (lo que es favorable para efectos del blog toda vez que es raro que uno se detenga en aspectos metodológicos que pueden cansar al lector ante la pantalla, pero desfavorable para el ensayo mismo). La metodología de la investigación no la llevé como materia sino hasta el primer semestre de la carrera de Comunicación (ni siquiera en mis estudios truncos de ingeniería en el Tec de Monterrey). Es una materia, por otra parte, que me gusta enseñar aunque es pesada; y tanto que es una de las que tengo más libros en mi modesta biblioteca de alrededor de dos mil volúmenes. Por causa de esto ni yo mismo, a veces, tengo claro qué está basado en cierta fuente o qué es producto de mi creatividad en la redacción y tal me apena profundamente porque temo que el lector se llame a engaño toda vez que, como indica el "ensayo", su punto de partida es el resumen de cierta o ciertas lecturas.

En este ensayo, carente de título específico, no hay referencias directas, solo indirectas y las citas aparecen aquí y allá con singular alegría aparentemente "plagiaria", pero acomodadas a modo de dar clara idea del derrotero que van llevando las ideas. Descubro que ya desde entonces tenía "un estilo" muy personal para escribir y algo depurado. Ya había madera tallada y a medio pulir o eso quiero creer mirando mi producción literaria con visión crítica. Juego con las palabras, me adentro en los meandros de la historia como viajero en el tiempo y la crítica histórica que construyo en derredor de los variados tópicos que van concatenándose párrafo tras párrafo es ambiciosa y ¡muy actual!, aplicable aún, creo.

Ya veré si es del interés de quiénes y de cuántos. Para efectos de esta exhumación separaré el "ensayo" en tantas partes como considere necesario, antecediendo cada cual con un subtítulo apropiado (como esta primera entrega hace ver) mismo que utilizaré para la organización secuencial dentro del blog, sin que la fecha de la captura afecte la sucesión de los fragmentos. Creo que esto dará también cierta nueva frescura al texto y oportunidad a los lectores para dejar comentarios más específicos en torno a los temas y la manera como el "ensayo" los va abordando en su avance. Entrecomillo "ensayo" porque aun a esta altura dudo llamarlo de tal modo cuando me parece más bien un vulgar resumen, a reserva de contrastar con algunas fuentes que pueda identificar, por lo que en esto agradeceré a los lectores su orientación ya que espero que no se queden solo con lo presentado por mí.

Siendo este medio uno de carácter audiovisual, en la medida de lo posible incluiré elementos ilustrativos para hacer más asequible y menos árida la lectura. De igual manera, en beneficio de los lectores más exigentes en los aspectos metodológicos, cuando me ataque más o menos la certeza sobre las fuentes empleadas hace la friolera de 35 años que escribí el ensayo tengan por seguro que las mencionaré en forma, y asimismo apoyaré por virtud de las bondades tecnológicas ciertas menciones con los vínculos que puedan aclarar y/o ampliar lo dicho, remitiendo a fichas biográficas de personajes, por ejemplo en la Wikipedia o circunstancias hisstóricas concretas, abonando así a la interactividad que se espera de un hipertexto como será este ensayo desde ahora mismo y que en su versión original, mecanografiada, ni siquiera soñaba.

Sí, confieso, me he visto tentado en algunas partes y en afán de la corrección del estilo a editar mínimamente el texto original para hacerlo menos torpe en su desarrollo. Y dejaré para el final las consideraciones personales de análisis y actualización que permitan poner en un contexto actual lo dicho en el ensayo. Lo haré así para no distraer al lector con apuntes que desvirtúen las afirmaciones que hice como adolescente y para que el mismo lector pueda más tarde contrastar la maduración de las mismas con el paso de los años en mí.

 Hasta aquí el preámbulo.

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