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Cuando la ausencia se hace presencia

Multitudinaria e histórica marcha de mujeres en CDMX contra la violencia de género, 8/marzo/2020.
Foto: Archivo Cuartoscuro, tomada de UNO TV

SI SOMOS CORTESES, solidarios, podemos decir: la ausencia de las mujeres en este #UnDíaSinMujeres, #UnDíaSinNosotras en protesta posterior, secuela del Día Internacional de la Mujer y la marcha multitudinaria contra la violencia de género, se hizo notar, se resintió su falta. Pero tal vez nos tachen de hipócritas.

Si somos crudamente realistas, la verdad es que nadie es indispensable, insustituible en esta vida, en el ámbito de la convivencia social, en lo productivo; acaso en lo afectivo, pero, sin duda no es igual en lo biológico a contrapelo de cualquier discurso político.

Si los hombres hiciéramos lo propio y dejáremos de asistir un día a nuestras labores, siendo como somos mayoría proveedora (que no mayoría de la población), a querer o no, hecho promovido y prohijado por ellas en su a veces artera conveniencia que las "victimiza", ¿las cosas serían distintas? Lo dudo, ellas ocuparían nuestro sitio y tan mal o bien, mejor o peor que cualquiera de nosotros, jalarían o empujarían la carreta. ¿De verdad hicieron falta en las empresas o para resolver las calenturas? Mi amiga Manuela supo llenar el vacío; aunque, claro, no es lo mismo huele a traste que atrás te huele. ¡Perrooo!

Jamás olvidemos que reinas y reyes, aunque tengan su respectivo puntaje y valor, y aun cuando ellas tengan extrema libertad de movimiento, solo somos fichas del mismo ajedrez donde, es preferible perder un caballo que una reina y cualquier peón llegado a la otra orilla puede ejercer funciones de reina sustituta y concubina, tantas como sea posible, para proteger la idea de lo masculino al que, si se le hace jaque mate, sobreviene el fin del partido, es decir de la especie. ¡Así de vulnerables somos nosotros los varones, a pesar de nuestra vanagloria! Así de determinadas son ellas a pesar del acoso de alfiles y torres que pretenden arrinconarlas, anularlas. Cada cual debe saber y honrar su función en esta existencia a despecho de machismos, hembrismos y chauvinismos que no son sino caras de la misma moneda cuyo canto lleva siglos atorado en la misma grieta.

En eso no se han detenido a pensar. Son ellas las que definen la masculinidad de nosotros; no lo hacen nuestros puños, pendencias y baladronadas. Y, si milenariamente las vírgenes han sido motivo de santificación normalizada, la castidad en cambio ha sido motivo de estigma, vergüenza, anomalía que se explica con la tergiversación pervertida, para algunos más bien divertimento. Y aquí sí hablé solo por mí con todos los grados de libertad que me da mi pobre sesera.

Puedo y quiero acompañar la lucha, justa, que fundamenta la marcha; pero, no soporto, no tolero ni de ellos ni de ellas que al amparo de la misma se trastoque nuestra lengua aun cuando entiendo la idea reivindicadora detrás del juego de palabras y a despecho de las raíces etimológicas completamente desconectadas, en lo gramatical y lingüístico, con la confrontación entre géneros, cuando la oradora en el video debajo de estas líneas, en el minuto 4:15 osa decir "cuerpos, cuerpas" ¡Mi madre! Si no cabe duda que el "discurso políticamente correcto" apela más a la desmemoria y la ignorancia que otra cosa.

Son indicios, nada menores empero lo parezcan, que nos hablan del grado de descomposición social, de la desesperación en que unos y otras estamos en el afán por recomponer al mundo, ese que hace 10 mil años, aproximadamente, surgió precisamente del enfrentamiento entre dos sistemas de gobierno neolítico de la Edad del Bronce: el matriarcado asentado cm comunidades agrícolas en la antigua Anatolia y el nómada paternalismo basado en clanes, cazador, conquistador proveniente del norte de los urales. De ambas formas fundidas surgió lo que hoy somos como civilización, nos guste o no. De esa fusión surgieron las instituciones del matrimonio, del patrimonio, la familia, y más y más y más.

Pero, la modernidad y el necesario afán por balancear las equidades está trastocando los cimientos de la civilización misma, los roles que determinaban el funcionamiento, la manera de delegar tareas en el sistema laboral. La base antropológica es clara: cuando ambos padres se ausentan para laborar, la casa y en ella la crianza quedan a merced de los depredadores, de las fuerzas de la naturaleza (social) y se espera que la fámula, miembro familiar por antonomasia, y el maestro se conviertan en suplentes parentales.

Que ha habido y hay injusticias, arbitrariedades, abusos, ni quien lo niegue. Pero, justos (la infancia) pagan por pecadores. Las demandas son legítimas y no pueden ni deben menospreciarse, sin embargo es momento de detenernos seriamente a ver a dónde nos están conduciendo las resistencias y reacciones de unos y de otras. Máxime cuando ellas, quejándose del lenguaje soez, del albur, hoy hacen lo propio albureando, vejando con la lengua y a la lengua en ese anejo afán por autovalidar el carácter predatorio de quien compite por denigrar al otro y demostrar su poder.

Ya quiero ver a las estudiantes, a las niñas, haciendo bullying a algún niño tachándolo, humillándolo "¡eres macho, eres macho!", en contraste con el que "normalmente" hacían ellos y ellas contra otros etiquetándolos "eres marica, eres marica, mariquita quiere llorar". ¡Ah, si ya hasta confrontan al director de la escuela, verdad! Aunque al presidente Andrés Manuel López Obrador se le salgan las cosas de las manos y recrimine: "a la autoridad se le respeta". ¿Quién determina la autoridad? ¿El cargo? ¿El voto? ¿La gente? ¿Los reyes destronados? ¿Las reinas en rebeldía?






Estamos con usted, señor Presidente, con el alma


ERA DE LA  OPINIÓN... de que el contexto lo es todo al momento de interpretar los hechos y los dichos, y sigo siéndolo cuando atestiguo cómo, en el afán por distorsionar la verdad, el vulgo se dedica a compartir porciones de realidad ajustada a sus intereses, creencias, deseos, metas y mezquindades. Puedo estar en desacuerdo con muchas de las decisiones del actual régimen, pero me gusta llamar al pan, pan y al vino, vino.

Aquí siempre he procurado ser "objetivo", neutral, en la medida de lo posible; y la viralización que se ha hecho recientemente de las palabras de Mario Núñez Mariel, presidente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y uno de los bisnietos del Capitán de Fragata, Adolfo Bassó Bertoliat durante su alocución al conmemorarse el 107 aniversario luctuso de Gustavo A. Madero y del mencionado capitán, así como de la presentación del Repositorio Digital de Memoria Histórica y Cultural de México; dicha viralización, decía, atenta contra la verdad al ajustar los dichos a una interpretación perversa, aviesa.

Ayer, el presidente del INAH Mario Núñez Mariel, bisnieto de Adolfo Bassó Bertoliat, aparentemente insultó al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador:


Para que no te cuenten cuentos a partir de la descontextualización de los hechos, mediante compartir 40 segundos parciales y viralizados de un hecho concreto como estos que han circulado con singular alegría o enojo, según quién los comparta en las redes sociales, al final de estas líneas te muestro, amigo lector, el contexto del hecho y los dichos. Aunque hay que señalar que el video está también editado por su captor para eliminar pausas y lagunas.

Cuando un conocido mío, franco opositor del gobierno actual, me compartió el video, ufano, contento porque AMLO había sido "interpelado", ofendido, calificado de pendejo ¡en público!, tras mirarlo le expuse que estaba equivocado y que, por el tono, era claro que no había tal ofensa abierta ni velada. Pero, este conocido, contrariado por mi lectura, me tachó a mi vez de pendejo por no comulgar con su creencia fragmentaria.

Escúchese atentamente lo dicho en el video casi completo incluido abajo. Aparte de la lección de Historia, no hay subterfugios ni sutilezas como para entender que el ponente califica a AMLO de conservador entre los conservadores, o de conservador entre los reformistas (por no decir transformistas), o que por lo mismo le diga "por debajo de la mesa" pendejo, como algunos detractores del presidente mexicano han pretendido distorsionar, en afán de generar descrédito en un tema particular.

La Historia como referente del contexto

Lo que pasaron por alto a propósito los manipuladores de la noticia fueron las palabras que antecedieron y las subsiguientes respaldando con vehemencia al presidente AMLO, cuando el citado expresó de manera abierta y franca:
"No podemos permitir que la derecha y la reacción nos vuelva a quitar otra vez como hicieron con don Francisco [I. Madero], con José María Pinosuárez, cn Gustavo Madero y con Adolfo Basso Bertoliatti; que venga a arrancarnos la necesidad de transformar un país que entregaron los oligarcas ¡hecho pedazos!; hecho pedazos. No poco, no mucho. Hecho pedazos.
"Es lo que hay que salvar y es a donde estamos todos con usted. Y estamos todos con usted desde la izquierda que es de donde venimos; ahí nacimos políticamente.
"Yo no voy a esconder... Es el primer gobierno con el que yo quiero colaborar, donde no tengo que esconder quién soy. Donde puedo decir abiertamente que soy marxista desde siempre. Donde me atrevo a decir que nosotros los pobres, que la reivindicación de nosotros los pobres no solo es necesaria e insuficiente, es de dignidad básica de vida humana. No podemos dejar el país con sesenta millones de jodidos. Es inhumano hacerlo; es idiota hacerlo; es terriblemente ominoso; es desquiciado. Y su razón de fuerza de decir «los pobres primero», señor presidente, la traigo en el corazón. Los pobres primero. Pero, no solo los pobres, los que trabajan, obreros y campesinos; las mujeres benditas y santas de este país que están levantando uno de los movimientos de resistencia más absolutamente dignos de la Historia de México.
"El que no defiende con el alma a las mujeres de México, no tiene dignidad de seguir en la vida con la cara en alto. El que no distingue que no podemos permitir que nuestro país esté desangrándose de esa de manera, el que no entiende que es tiempo de modificar la vida, que es tiempo de modificar estructuras y sentidos de la existencia, es un conservador más, señor Presidente, y yo estoy con usted: los conservadores son irremediablemente pendejos.
"Sí estamos con la revolución social, porque es una necesidad histórica. No es una necesidad menor, es la verdadera necesidad de todos los mexicanos. Hay que transformar este país para bien. Hay que transformarlo para vivir en dignidad. Hay que transformarlo para vivirlo como el centro del Continente [...] Y como centro del Continente vamos a armar el Parlamento de las Américas para decirles a todos: ya es tiempo de vivir en paz. Construyamos la paz continental, porque es una guerra civil hemisférica, porque es una guerra de todos; porque aquí ya se está jugando la vida del planeta, ya se está jugando la vida de las sociedades. Ya se está jugando la vida de todos los que nos levantamos en la mañana recordando quienes somos y cómo nos llamamos [Énfasis mío ...] Estamos con usted, señor presidente, no de hocico para afuera; estamos con usted con el alma".
Por otra parte, la propuesta del fiscal Alejandro Gertz Manero para modificar el Código Penal y lograr uno federal (ya lo he dicho, tal vez no aquí en el blog, pero sí en mis redes sociales), no solo no es nueva, sino es atendible toda vez que la ley misma, como está, es confusa para su aplicación, máxime en las localidades y los estados, y en todo caso los legisladores tendrían que adecuar el articulado de manera que las características aplicables a la distinción de un feminicidio sean consideradas agravantes de cualquier homicidio mejor que como un crimen distinto. Pues al final, el feminicidio no es más que eso, un homicidio perpetrado sobre la persona de una mujer, por motivos adicionales a los de cualquier asesinato. No hacerlo así tendría que llevar a establecer igualmente las distinciones para determinar cuándo un homicidio es un infanticidio solo o un infanticidio feminista, por ejemplo. El uxoricida, ¿siempre será feminicida, aun contando con atenuantes en su caso como puede suceder en un crimen pasional? El que mata a una mujer en defensa propia (que ha sucedido), ¿será feminicida a pesar de todo? En todo esto, como en otros temas, no me cabe duda que la estupidez está campeando a sus anchas. El tema no es ni debería ser el concepto de "feminicidio", invención a modo de un discurso de género muy discutible y a veces tan obtuso como el contrario. El tema es lo que hay detrás, el trasfondo del concepto de homicidio en tanto aniquilación de lo que nos hace hombres, es decir humanos.

No se trata, y en eso ha sido claro Gertz, de eliminar el feminicidio, sino de afinarlo en su definición para que sea más justa y clara su aplicación desde el ámbito jurídico.

El tema es delicado y, a decir verdad, rebasa por mucho el superficial discurso que alegan muchos feministas. Es como en el caso del lenguaje "políticamente correcto" que pretende llamar presidenta a la señora presidente, alterando sin justificación válida la etimología misma de la palabra, apelar a todos y a todas en un estúpido afán exhaustivo en su pretensión incluyente.

Aquí, en el caso de la ley, no puede ni debe haber distingos. Homicidio es homicidio y se acabó, aquí y en china, sea la víctima una mujer, un varón o un infante. Querer incluir minucias clasificatorias en la ley solo la vuelve compleja, confusa, inaplicable e inoperante. Mientras el espíritu de la ley se mantenga, los detalles de agravantes o atenuantes criminales no tendría por qué significar un freno o una injusticia. De ahí la importancia de homologar las leyes, sin menoscabo de la autonomía de las entidades estatales en materia jurídica, pues es obvio que la diversidad de casos, de maneras, de culturas y costumbres obliga a tratar al feminicidio, como a otros delitos, con especial cuidado. Si un indígena vende a su hija, como parte de sus usos y costumbres, y esta es abusada o asesinada, al final la culpa de matar a la vaca —valga el símil sin ánimo de equiparamiento— es compartida por quien le agarra la pata.


A otro Perro con Ese Hueso



LEO CON CUIDADO el interesante reportaje de la colega Nancy Flores, colaboradora de la revista Contralínea, y no me cabe duda: lo que no entienden algunos colegas periodistas es que las transacciones de orden publicitario, las estrategias de campaña publicitaria apelan, por parte de los anunciantes, a llegar a la audiencia, abarcar más mercado de audiencia, alcance, proyección, cobertura, por consecuencia venta para pagar a la runfla de empleados que hacen posible que la información, chueca o derecha, se difunda, se ocasione entretenimiento y las familias de esos mismos empleados tengan un mendrugo para nutrir a sus crianzas, y para ello es parte fundamental el prestigio de los canales, las firmas, las personas, independientemente o justo por su perfil y capacidad para atraer a las audiencias y formar opinión pública hacia determinado producto o servicio; y los políticos,desde hace añales, a ojos de la mercadotecnia, eso son: productos, consumibles, con una caducidad específica. No se diga lo contrario de muchos comunicadores sea en lo local, lo estatal, nacional o internacional.

Si la campaña establece que se hable de un determinado producto y la personalidad incluida (contratada) al efecto se ciñe a los lineamientos de quien lo contrata, entonces el "chayote" no es para el individuo tanto como para el medio para el cual labora y fija la línea editorial, lo que no es tampoco cosa del otro mundo ni para satanizar. El "chayote" en su definición más básica no es eso, sino el pago directo en moneda o especie al individuo en concreto, a la persona física, no a la persona moral. ¿O sí?

Aquí quiero recordar las atinadas conclusiones de uno de muchos estudios que se han hecho recientemente, tanto como 2015, acerca del papel de los medios en la formación de la opinión pública, concretamente lo dicho por la académica e investigadora Bernardette Califano:
Concebir a los medios de comunicación como actores políticos implica entender que no son simples intermediarios entre los hechos y las audiencias, sino actores sociales con intereses particulares. En su quehacer diario, los medios comunican su discurso a una gran audiencia en un proceso en el que entran en contacto con otros variados actores. Su capital simbólico principal reside en la concentración de “recursos de influencia”, que hacen valer frente a cualquier otro actor social con el que entren en conflicto.
Las organizaciones de medios pueden perseguir objetivos políticos mediante formas diferentes, una de las cuales es el logro de políticas públicas particulares relacionadas con sus intereses. Sus actuaciones pueden ser públicas (en la publicación diaria de la actualidad periodística) y no públicas (tanto en el proceso de producción de las noticias como en otros ámbitos de negociaciones políticas). El objetivo permanente de la empresa mediática es “lucrar e influir”, al que se subordinan los objetivos específicos diseñados en cada caso.
La prensa posee un triple papel en relación con el proceso político: como observadora, como participante y como catalizadora. Como observadora es narradora y comentarista de conflictos en que no se involucra como empresa; como participante es actora de conflictos cuando la firma periodística es parte involucrada, y como catalizadora puede influir sobre los actores no gubernamentales del proceso político.
Y no importa la tendencia, inclinación, filia o fobia, la ideología del periodista en cuestión. Negocios son negocios y cada cual ha de resolver su hambre, sea esta de poder, de comida, de fama, de lectores, de influencia, etc. Ahí tenemos ahora al mismo Polemón y a Sin Censura con Vicente Serrano y muchos más, hoy favorecidos por la línea actual del poder, aunque digan lo contrario y se den golpes de pecho y griten su pureza. Quizá en la austeridad republicana inaugurada por el régimen de Andrés Manuel López Obrador no puedan hacer contratos millonarios, pero su "chayote" está a la vista al enarbolarse, queriendo o no, en voceros del régimen en turno tanto como lo hicieron aquellos que hoy son señalados: Carlos Loret de Mola, Denis Maerker, Joaquín López Dóriga, Ciro Gómez Leyva, Óscar Mario Beteta, y muchos más. Quizá aquellos resultaron más habilidosos en su negociación, quizá estos son más torpes y se invisten con ropajes de santidad. A saber.


Periodistas enfrentados en la lucha por el hueso

Con este comentario, aclaro, no salgo a la defensa de unos o de otros, sino pretendo poner el fiel de la balanza en vez de andar mordiendo a diestra y siniestra como perro rabioso que no se halla.

Que pueden definirse formas menos pervertidas de pagar la relación medios-poder económico, sí, se puede. Pero no se conseguirá con pesquizas puritanas. Porque tan perverso es tirar la piedra cuando no se recibe el estímulo, como arrojarla antes de firmar de recibido o hacerlo después de embolsarse el cheque o ante la promesa de sacar una tajada de parte del representante. Aquí nadie está libre de culpa.

Lo cierto es que hoy, en vez de abonar a la concordia y la legalidad, tal parece que las envidias de unos respecto de otros, así entre medios, comunicadores, políticos y partidos, el afán por montarse en los hombros de los cangrejos solo está logrando hacer insípida sopa de jaiba, por no saber hacer un sabroso chilpachole.

Si la audiencia se quejó tras la creación del Sistema ECO—creado Jacobo Zabludovsky, otro estigmatizado por la "izquierda" y, sin embargo, con quién más a gusto se sentía AMLO al dar entrevistas—, porque resultaba excesivo un sistema de noticias 24/7, hoy, abusando de las redes como hacen, entre otros, Sin Censura con Vicente Serrano (que ya harta su constante bombardeo de "noticias" y comentarios insidiosos en Twitter), resulta sintomático que hoy suceda lo contrario y hasta parezcamos adictos a semejantes contenidos, independientemente de su calidad discursiva. Como he dicho, los que ayer fueron acusados de medrar, o ya no están o fueron sustituidos o en vías de serlo por parte de los que ayer acusaban tal cosa. En esto, la navaja de Ockham hinca su filo con sutil precisión.








Cuando el hambre de rating aprieta

La cacería de brujas es lo de hoy y México ya lleva un año convertido en un mal remedo de Salem y la vieja URSS, con purgas soterradas, inquina y divisionismo por donde se vea, bajo la máscara de una supuesta "cuarta transformación". Digo "supuesta", por la manera como la pintan sus actores, porque sí, es verdad que estamos viviendo, mundialmente una cuarta transformación muy dolorosa que pasa, primero, por el desmantelamiento del viejo orden del capitalismo real, las nuevas tecnologías de comunicación y la construcción de nuevas formas de relaciones sociales mediante la recuperación de valores determinados. Y, lo peor, el ciudadano del día a día, vulnerable, cae con singular gusto en la trampa propagandística de la transparencia, formándose en la fila de su antojo: la de la descalificación constante del otro o la del terror asociado a los efectos del crimen organizado.

Por supuesto, esta es una primera impresión de mi parte hacia lo que ya viene ocurriendo desde mediados del año pasado; aseguro, no será la última. Solo venía esperando a que se asentara el actual gobierno para, o corroborar lo dicho en estos Indicios Metropolitanos desde 2007 o/y, además, ahondar en los análisis hechos desde entonces por este humilde plumífero. Ya entonces había anunciado, auguruado quién gobernaría desde 2018 y ahora afirmo: tendremos dos sexenios de MORENA, tal como sucedió con el PAN. Nuestro sistema político mexicano está pensado y estructurado de tal forma pendular.

Cierro solo cuestionando, ¿y Carmen Aristegui con su Aristegui Noticias? O qué, ¿a qué esquema publicitario se ha ceñido su equipo de mercadotecnia?

Es claro que las estrategias mercadológicas no sólo apuntan a señalar lo positivo de algo. Poner el dedo flamígero hacia lo negativo también da raiting como queda expuesto en la publicación de SDP, un medio otrora lopezobradorista. Y se antoja escribir un epigrama:

En el juego de pisotones,
quienes más se quejarán siempre
serán los que no sepan limar
sus incómodos espolones.


Publicidad y Adaptación



LA PUBLICIDAD es mucho más que solo hacer una campaña, un conjunto de mensajes para posicionar, dar a conocer, impulsar, promover, anunciar, recordar una marca o producto, aun cuando muchos la vean de tan simplista manera.

La publicidad es la expresión adaptativa mediante la cual las organizaciones comerciales e industriales consiguen sostenerse, crecer, proyectarse en la conciencia de los ciudadanos consumidores de cosas e ideas en un momento particular de la historia, pero también como una huella de la evolución de esas cosas y esas ideas asociadas a un devenir humano.

La publicidad no es solo una actividad accesoria de la administración, sino implica el anclaje de sus objetivos, misión, visión, filosofía, planes y valores enfocados al mercado que hace su contexto.

Pero, la publicidad no vende, sino son los agentes comerciales los que ponen al alcance de distribuidores y consumidores los productos, y los cobradores quienes obtienen la remuneración respectiva del intercambio.

La publicidad muestra, enseña, expone, evidencia aun cuando a veces lo haga recurriendo a formas discursivas abstrusas, complejas. Extrae la esencia del objeto de su atención para sustanciarlo a los ojos y el entendimiento de sus potenciales compradores. Hace esto, también e incluso si es necesario transgredir las normas establecidas.

La publicidad no hace mercadotecnia, aunque esta sea uno de sus instrumentos de trabajo.

La publicidad no hace tampoco relaciones públicas, aun cuando las incluya en su estrategia porque la base humanista de la publicidad son las relaciones humanas, el establecimiento de nexos entre público consumidor o cliente externo y los propiciadores del bien a consumir, esos clientes internos que conforman los conjuntos de los empleados y los accionistas.

LA PUBLICIDAD PASA, SE QUEDA Y LOS PUBLICISTAS YACEN EN EL OLVIDO

Decir que la publicidad es la "expresión adaptativa" puede sonar pomposo, petulante, ambicioso. No. Simplemente es el reconocimiento de una función vital de las organizaciones, las que han de acomodarse a las exigencias y necesidades de los tiempos.

Podemos poner muchos ejemplos para clarificar la idea, pero uno, por lo pronto, bastará o eso espero.

Hablemos de una firma mexicana: Del Fuerte. Una compañía surgida en Los Mochis, Sinaloa, en 1933, entre cuyos principales productos estaban y están los tomates. Tras una larga historia de crecimiento y evolución que incluyó adquisiciones y asociaciones con otras firmas extranjeras como Heinz, llegando a 1974 tuvo lo que podríamos decir su clímax, el que se potenció de manera importante en la memoria colectiva gracias a un ya clásico de la publicidad: la campaña de "Los Tomatitos". El anuncio, que algunos atribuyen a Fernando del Paso y otros a Federico Baena, consiguió instalarse en el gusto popular por su jingle pegajoso, su letra sencilla y su significado trascendente que, más tarde, hacia comienzos de los noventas, hubo de adaptarse a la nueva circunstancia nacional y mundial, ya en manos de la compañía competidora, también mexicana, Herdez (de la que mi padre fue Gerente de Publicidad entre 1957 y 1959).

Esta campaña, si en una época causó sensación y simpatía, con el pasar de los años y el cambio en la cosmovisión discursiva, a ojos y entendimiento de algunos se volvió perniciosa por hablar abiertamente de la muerte.

VIOLENCIA NECESARIA VS. ESCÁNDALOS MORALINOS

No hay que escandalizarse. No habla de "muerte" como tal. Hay que entender de poesía y de figuras poéticas aplicadas a una literatura ancilar como lo es la redacción publicitaria.

En estos tiempos, cuando todo se quiere literal, masticado y en la boca, es comprensible que la lectura superficial de aquel jingle original sorprenda a los simples y a los moralinos. Vamos de menos a más en la lectura, un poco de semiótica no hace daño.

Si bien es cierto que los tomates son seres vivos que aun después de cosechados siguen su maduración, puede pensarse entonces que el solo separarlos de la mata ya los mata, valga la cacofonía, y hacerlos jugo, machacarlos, es peor que tortura para las células que los componen y su jugo es equivalente a la sangre derramada. Mirarlo así, naturalmente, lleva a una exageración ñoña.



El jingle les daba vida como personajes de un imaginario colectivo, capaces de ser agradables a los ojos de los niños que éramos entonces (al escribir esto tengo 57) y que nos desagradaba el sabor del jugo de tomate y muchas verduras (cosa que no ha cambiado). Hacía que simpatizáramos con los tomatitos y los valoráramos como quien valora al héroe que es capaz de sacrificarse por los demás, en este caso por la salud de nosotros, infantes en desarrollo. El verdugo, es decir el campesino y luego el industrial que los "recluta" (cosechándolos) y prepara para el acto heróico (procesándolos) no es un villano, como usualmente se lo pinta en los cuentos de hadas. Es el ayudante, el nigromante que justifica mediante la transformación la existencia y la misión de los tomates, posibilitándola, dándole valor agregado. Así lo entendíamos y no sentíamos ni pena, ni conmiseración, sino admiración, gusto, satisfacción, agradecimiento de saber que había unos peculiares héroes campiranos dispuestos a hacernos fuertes y saludables porque eran productos "del fuerte", para el fuerte.

Luego, en la versión edulcorada moderna de finales del siglo XX, el sentido no cambió, solo utilizó eufemismos (clásico recurso del timorato y el santiguado) cambiando palabras.

En ella la suerte es la misma: acabarán "muertos" (la muerte es tránsito, transición, transformación) metafórica como literalmente a manos de "Del Fuerte" aun cuando, y este es el cambio importante, vivirán (como los héroes,  como los seres queridos que no olvidamos, en el recuerdo,) "vivos" en los productos "Del Fuerte" y asimilados en nuestros organismos.



LA CENSURA COMO FUERZA ADAPTADORA

Entonces, mientras que la primera versión apelaba a una relación de consumo básico, proceso industrial con efecto directo sobre la salud, la segunda versión apelaba simplemente al mantenimiento de la marca en la memoria de los consumidores, aunque con un sentido de "corrección política", pues en esos años 90 empezó a darse el discurso (más católico que otra cosa, vaya contradicción) contrario a la idea de la muerte que campeaba entonces en las noticias plagadas de información sobre terrorismo y locura.

La cosmovisión original quedó sustituida por una mera recordación instrumental, la que dependió además de que la primera versión hubiera conseguido pasar entre generaciones.

En ambos casos, la clave para comprender el significado está en la palabra "decoro". Pues morir con decoro, implica hacerlo con orgullo, alegre y libremente y por una vida digna. Quien sabe morir es porque ha sabido vivir, como se intelige del Libro Tibetano de los Muertos. Quien conoce el valor del sacrificio está dispuesto a darse por entero. La naturaleza (y los tomates eso son) nos enseña que la vida da paso a la muerte y viceversa, es necesaria la muerte para nutrir a la vida.

Sin duda, para las mentalidades sensibleras, para las sensibilidades delgadas como papel cebolla, lo que choca es la idea de la muerte a manos de un "verdugo" y la imagen violenta, sangrienta que esta palabra suscita. Pero, la violencia fabril implícita en la producción del puré de tomate no es una perversión, como sí lo es la lectura distorsionada y censora de un mensaje tan noble en su espíritu como este pues, en conclusión, las palabras no cambian los hechos.


Adiós al piropo mis reinas


  • Multarán a quienes lancen piropos, les silben o realicen comentarios sexuales, con 20 hasta 50 Unidades de Medida y Actualización (UMA), o arresto de 36 horas.


ERA DE LA OPINIÓN... de que el reconocimiento de la belleza, la admiración que produce, puede sacar de nosotros, varones o mujeres, lo mejor tanto como lo peor; pero, está visto que la podredumbre humana y la vulgarización acabó por dar al traste con la poesía, en tanto acto creativo y ahora, la admiración tendrá que ser callada, autocensurada, a menos que, como un servidor, se rebele incesantemente por puro amor a las musas y por respeto a mi esencia de poeta.

A qué viene lo anterior, pues a que en fecha reciente, en el municipio de Naucalpan, como en otros lados de México y el mundo, podrían ser multados con 20 hasta 50 Unidades de Medida y Actualización (UMA, a saber qué chingados significa eso, salarios o qué), o arresto de 36 horas, aquellas personas que incurran en "acoso callejero" contra mujeres, y utilicen “piropos, silbidos o comentarios sexuales”.

¡Y pensar que hace apenas dos semanas, admirando a una dama, de esas que me mueven el tapete, con su figura atlética, en la panadería, me acerqué y le dije respetuosamente: "¿Me permite una pregunta impertinente e indiscreta?". La dama en cuestión, sorprendida, dudosa, accedió y entonces pregunté: "¿Cómo hace usted para ceder a la tentación de comer esos bolillos y sin embargo tener la maravillosa figura que ha iluminado mi día?". La dama, sonrojada, sonriente por el inesperado halago respondió: "¡Gracias! Hago 3 horas de gimnasio. No es fácil. Tengo 35 años, ya no me cuezo al primer hervor". Agradecí de nuevo su atención y, minutos más tarde, aprovechando la ocasión que siempre la pintan calva, con un pelito apenas, en un papel anoté mis datos, mi celular, por si las moscas, digo, uno soltero y en busca de una diosa tal a la que adorar... Me acerqué de nuevo, ansioso pero seguro: "Voy a cometer otra impertinencia, perdóneme" y entregué la nota donde encabezaba la frase "Gracias por llenarme los ojos y la ilusión".

La propuesta de la sexta regidora de MORENA, Maricela Hernández Inocente (creo que en su nombre lleva la causa o la excusa) votada en sesión de cabildo, contó con la aprobación de la mayoría tanto en lo general, como en lo particular para quedar incluida en el Bando Municipal 2020.

Periodista Pedro Canché cuando fue encarcelado.
Hace poco más de un año fui encarcelado, como di a conocer oportunamente, por iniciativa arbitraria de un oficial de policía del Mando Único por atreverme a registrar su abuso de autoridad al momento de remitir a un anciano señalado de acoso por una chica venezolana que repartía volantes afuera de la Casa del Libro, donde a la sazón trabajaba yo como vendedor de piso, anciano al que acababa de atender. En esa ocasión, por puro coraje y voluntad del oficial, se me anotaron e inventaron cargos, incluso el de "cómplice de acoso", haber resistido al arresto (cuando personalmente me metí en la unidad), y cuando incluso con lujo de violencia fui despojado de mi celular, del que borraron la evidencia registrada. La experiencia, una raya más al tigre, queda para el anecdotario. No quise efectuar la denuncia correspondiente ante Derechos Humanos, porque me pareció también ridícula la manera como la defensoría al respecto se presentó en las galeras, sin dar el mínimo de confianza. Y, conociendo cómo se las gastan en el Ministerio Público y la calaña de algunos jueces, más descalificadores que calificadores, opté por simplemente firmar bajo protesta el documento de salida.

Si ahora le damos colmillos a los perros que ya mordían aun con mordaza, imagino la de arbitrariedades por simple sospecha. Porque hay que ver que el acoso es un tema delicado, sujeto a la fina linea de la interpretación como ya he escrito tiempo atrás. Y no es lo mismo el piropo que la obscenidad soez, aunque para algunas féminas la gimnasia es lo mismo que la magnesia. Quizá debamos sacarnos los ojos, cortarnos las lenguas y las manos para ya no ofender ni con nuestra presencia a las damiselas atadas al temor de ser admiradas siquiera de lejos.

En la misma canasta

En la misma sesión y de acuerdo con esta propuesta, se aplicarán sanciones a sujetos que pongan en venta a animales y/o todo ser vivo, en tianguis, bazares y centros comerciales. ¡Acabáramos! Entonces qué harán los de las tiendas de Pets, Mascota, ¿ofrecer tortuguitas y periquitos en donación?... ¡Es que no hay medida en el rasero! ¿Y las avícolas; y las ferias ganaderas, los palenques?

Igualmente, prohibirán la comercialización y quema de juegos pirotécnicos, ajustándose a las disposiciones que en la materia prevalece con la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA).

En otro orden, se fortalece la ordenanza con respecto a la prohibición también del uso de utensilios de plástico en restaurantes y bolsas en centros comerciales y tianguis, derivado del planteamiento de la regidora del PAN, Paulina Pérez, la que sin duda no tiene ni peregrina idea de las consecuencias de sus ideas. Como he dicho, sí, es loable el espíritu que subyace en las iniciativas antiplástico y antipopote, pero han aplicado a lo estúpido una medida sin siquiera establecer los productos e industrias de sustitución. Se ceba al consumidor y al intermediario, pero no a los productores. O dígame usted, legisladora, ¿qué solución ha dado a los empacadores de arroz, frijoles, y un sin fin de artículos que vienen en bolsas de plástico? ¿Qué hay con los millones de empaques de detergentes y frituras y cientos de alimentos que hay en los supermercados chicos y grandes y que se acumulan en tiraderos, riveras, arroyos, calles, cuando ni siquiera se ha sabido o querido resolver el tema de los vertederos? ¿Qué hay de los plásticos que conforman las piezas de los electrodomésticos y automóviles?

Nadie niega que la contaminación por plástico es preocupante. Pero, no es con leyes inoperantes o que se prestan a la corrupción cínica de inspectores, así sean morenistas, como se corrigen los males. Si el problema no lo ocasionó el plástico, sino los usuarios, o sea usted y yo que ahora tendremos que pagar más por los productos cuando los comerciantes decidan incluir en el precio el costo de empaques biodegradables. En algún momento tenía que hacerse, no lo discuto. No discuto la medida en sí, sino el modo de meterla con calzador.

Si para eso me gustan...

El décimo tercer regidor Pedro Fontaine, por su parte, propuso que ya no se podrán vender bebidas alcohólicas en los campos deportivos; y la medida fue aprobada. ¡Como si no pudieran comprarse afuera y meterse de contrabando! ¡Si para eso los hinchas se pintan solos!



Por otra parte, ediles votan a favor de que el gobierno municipal estará obligado a promover ¡el empleo informal como disposición?

La edición total del documento en lengua otomí, omitida en el Estatuto 2019, fue aceptada esta vez por iniciativa de la síndico tercero, Sandra León. Sin embargo, quedaron desechadas la proposición de la inclusión del Comité de Evaluación de la Función Calificadora y ofrecer transparencia en las funciones de los Oficiales Calificadores. ¡Nomás! Si de lengua me como un taco.

En la asamblea de concejales, el regidor presidente de la Comisión edilicia de Reglamentación, Ricardo Fuertes Ayala, destacó que el Bando Municipal 2020 es un registro incluyente. Enfatizó categórico que es el primer registro actualizado, modificado y perfeccionado por este órgano de gobierno, cuyo objetivo fundamental es "poner orden, orden y más orden", casi como lo dijo en su momento el ex alcalde Edgar Olvera con los resultados que conocemos.



Resaltó que en este ejercicio buscaron ser lo más justos y fue, en conclusión, un asunto “nuestro, después del anterior Estatuto del año 2019”, sin salvaguardar temas de otras administraciones.

Dijo que el Bando es el resultado de la suma de esfuerzos, de inclusión, donde no solo los ediles, asesores y las dependencias participaron en esto, sino muchas propuestas ciudadanas lo robustecieron. ¡Ande usted! ¡Se ve, se siente, el ayuntamiento está... -ente!

(Con información de Mario Ruiz Hernández)

Los hijos de Mercurio


  • El efecto AMLO "tú te callas porque tengo otros datos"
  • Conductores y comunicadores de Televisa y TVAzteca, y otros, migran a LatinUS ¿ante la falta de garantías a la libre crítica?

ERA DE LA OPINIÓN..., un asunto cantado desde hace varios meses, el que varios comunicadores y colegas periodistas ya no "se hallaban" bajo el régimen lopezobradorista o bajo la austeridad republicana o bajo la pérdida de credibilidad y ganancias publicitarias de los medios de los cuales formaban parte, entre muchas otras razones y motivos.

Escribe Matilde Fernández-Cid Enríquez en un artículo intitulado "Las rugosidades de la piel: la construcción de imágenes sociales" acerca de la creación de estereotipos:
Cuando nos aproximamos al análisis de la realidad social, sea cual sea el motivo de estudio y antes incluso de iniciar su potencial medición o lectura, nos encontramos con representaciones sociales. Este concepto remite a formas de percibir el mundo circundante, de otorgar sentido a objetos, lugares, acontecimientos, sujetos… y, muy vinculado a esas peculiares percepciones, orienta también valores y actitudes. Es lógico, pues, que ocupe un lugar central entre quienes se interesen en una aproximación al proceso de conformación de nuestra vida social; también, por supuesto, para quienes se aproximan a esa realidad social con objetivo transformador.

Cuando la jauría empezó a contagiarse la rabia

Así, en busca del bolillo y nuevos horizontes expresivos, vamos sabiendo de la incorporación de varios famosos a las filas de Central FM, LatinUS y otros nuevos medios asentados en el vecino país del norte, con fuerte sustento en plataformas de streaming: Víctor Trujillo "Brozo", Pedro Ferriz de Con, Galilea Montijo, Luis García Postigo, Carlos Loret de Mola, por mencionar unos pocos, sin incluir a los reporteros y corresponsales despedidos de Notimex.

En cambio, las empresas mexicanas de medios más acomodaticias han dado cabida a lo que antes era la "prensa libre", la "prensa de oposición", al "periodismo comprometido", a la "prensa vociferante", en una suerte de remake de la relación medios-gobierno de turno, incorporando a sus filas los otrora ninguneados por el sistema: Víctor Serrano, Julio Astillero, Ricardo Raphael, John M. Ackerman, Jesús Ramírez Cuevas (a cargo de la comunicación de Presidencia), etc. Radio Centro es un ejemplo del lado de la iniciativa privada. Otro es Canal 11, criticado por los que ahora se suman porque, en el afán de sobrevivir la competencia, entre los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto desarrolló una más "agresiva" estrategia mercadológica "impropia de una televisión pública" (según ellos). O sea, los gruñones de ayer hoy respiran bonanza justo en empresas mediáticas a las que antes les ladraban y de las que ahora lamen el bolo. Algunos aun víctimas de sus propias filias, fobias y complejos. Y el público, deslumbrado por el resplandor de la transformación, va poco a poco descubriendo que no es más de lo mismo, empero sigue siendo más de lo mismo. No hay nada nuevo bajo el sol ni pueden inventarse el agua tibia ni el hilo negro, aunque haya quien jure y perjure que hace un periodismo menos acartonado en programas como Rompeviento, con introducciones ceñidas a una música y un quehacer clásicos de debate y entrevista; o quien presume de hablar sin censura y bravucones, sin reconocerlo, censurando a quienes no piensan, sienten el mundo a través de sus ojos y oídos.

Si los de antes fueron considerados unos "vendidos", por mirar hacia otro lado o cantar al son que les tocara el régimen, los de ahora no cantan mal las rancheras ni las de banda. Y así como las mafias cambian de capos, los gobiernos de administraciones, también la información va de boca en boca, unas lavadas con jabón, otras destilando veneno.



Vamos a rifarnos, ¡me canso ganso! —dijo aquél, abordando el jet.

Apunta el colega Javier Fernando Díaz, hablando de ética periodística:
La lucha por las audiencias ha llevado a algunos periodistas a romper todos los principios éticos. Obtener el máximo número de espectadores, oyentes o visitantes lleva a los medios de comunicación a deformar la realidad, forzar las noticias e incluso crearlas de forma artificial.
Es comprensible y natural que la prensa de "izquierda" esté de plácemes, encontrando respiro para su respectivo nicho. Me da gusto por los colegas que se han rifado hasta la vida por ejercer la profesión con verdad y entrega. Lo malo es, y eso les ha pasado a los otros, que empoderados los periodistas pueden envalentonarse frente al régimen o con el régimen y, en el proceso, perder piso y, amparados en la creencia de que "hablan con verdad" y que la "objetividad" es una falacia olvidan, unos y otros, que la neutralidad a la que se deben es a la de un exclusivo partido: México. Pero, no el México de las fantasías de cada cual, sino el México real (parafraseando al tanto vilipendiado como loado Joaquín López-Dóriga). Ese México de cuya vasta y compleja realidad cada cual solo puede captar lo que en su parcela le rodea y en la que al final basa su verificación de los datos.

En el sentido de lo que aquí voy planteando, dos piezas invaluables son las entrevistas por parte de un académico en el centro de la polémica, a dos colegas hoy contrapunteados:





Tiene razón y habla con verdad Andrés Manuel López Obrador cuando esgrime como justificante de sus decisiones, acertadas o no, que tiene "otros datos". ¡Claro! Los datos oficiales del gobierno en turno, maquillados tal vez según las necesidades del gobernante y su administración (recordemos aquello de "¿Qué horas son? Las que usted diga, señor presidente"); o no, solo quien recaba la información, periodista o funcionario público, conoce la "veracidad" de sus fuentes, mismas de las que abrevan, guste o no, las noticias falsas o fake news al más puro, clásico y rancio estilo propagandístico de Goebels y sus once principios maquiavélicos para la comunicación de masas, tan socorrido no nada más por regímenes de izquierda como el nacionalsocialista o el soviético, sino también por los otros, se llamen de derecha, centro, arriba o abajo, con etiquetas entecas por caducas:

  1. Principio de simplificación y del enemigo único: Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
  2. Principio del método de contagio: Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
  3. Principio de la transposición: Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
  4. Principio de la exageración y desfiguración: Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
  5. Principio de la vulgarización: Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
  6. Principio de orquestación: La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".
  7. Principio de renovación: Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
  8. Principio de la verosimilitud: Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
  9. Principio de la silenciación: Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
  10. Principio de la transfusión: Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
  11. Principio de la unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.

El México en que crecieron Manuel Buendía, Miguel Ángel Granados Chapa, Jacobo Zabludovzky fue uno y su dinámica obligaba, hacía necesario, capotear los temporales, sobrevivir sin menoscabo de la dignidad, sin patear el pesebre. Hoy, parece que la consigna es patear al pesebre o a la mano que mece la cuna so pena del manotazo respectivo sea de la nana o del muñeco consentido, alegando respeto a la propia dignidad y el pundonor. Los periodicazos ahora van de arriba a abajo y no de abajo para arriba, como le sucedió al diario El Universal tras la pifia y exhibición sufrida en una de las chaquetas mañaneras del presidente AMLO: quiso sacar lana y salió trasquilado.


¡Calamidades o calumniedades?

Entre los vociferantes de hoy y los asimilados de ayer estamos dos generaciones sandwich de comunicólogos, periodistas, comunicadores que hemos, calladamente, abierto esas puertas que hoy gozan los primeros y que hubieron de padecer los segundos. Paco Huerta, inventor del periodismo ciudadano, Jorge Guitérrez Vivó, y hasta quien suscribe estas líneas pusimos ante los micrófonos palabras antes prohibidas como "bomba molotov". Encaramos al poder constituido e instituido y hemos pagado con el destierro, el exilio, el descrédito, la muerte social y no hemos chillado como los de ahora porque los pellizcan, ni hemos pecado de estoicos o hipócritas como los de antaño. Simplemente hacemos como que la Virgen nos habla y continuamos, algunos, examinando y exponiendo los indicios capaces de formar una opinión pública.

Y es que informadores hoy abundan, pero hacen falta formadores. Mírese el grueso de los columnistas y artículistas desde los años 90, en su mayoría políticos "sin chamba" o en la palestra que fungen como predicadores de las tendencias del momento, sin ahondar suficientemente en lo que las vuelve tendencias o lo que puede revertirlas, para bien o mal.

Si antes criticábamos que a cualquiera se le soltaba el micrófono y la cámara para hacerlo locutor, presentador, conductor, actor, periodista, fuera feo, bonito, culto o ignorante, ahora cualquiera con un mínimo de carisma y habilidad tecnológica se le abren las posibilidades de convertirse en influyente (influencer) de la opinión pública, así diga y sostenga sandez y media sin sustento. O sea, la plataforma es distinta, pero el trasfondo es el mismo.

El mundo ya es otro y la fuerza primordial conlleva adaptarse a las transformaciones. Octavio Paz, pese a quien pese, fue congruente en su relación con el poder y privilegió la crítica ácida, constructiva, analítica, nunca la corrosiva hasta la disolución (social) como la que vivimos hoy en un México dividido de manera fabril entre liberales y conservadores, fifis y chairos, los suyos y los nuestros, los políticamente correctos y la disidencia venga de donde provenga.

En el fondo no deja de ser triste reconocer el trasfondo que explica parte de esta diáspora de comunicadores otrora útiles a la opinión pública y hoy desechables para esa misma opinión pública tan voluble como desmemoriada. Solo queda recordarles a unos y a otros que como los vemos, nos vimos; como nos ven, se verán tarde o temprano.

Espero que la censura en los contenidos de la Internet, como bien conocemos muchos vlogueros y blogueros, no ceda a la moralina que campea oronda con sus ropajes reales invisibles y por la que solo los ciegos aplauden al rey tuerto y sus decretos y consignas y señalamientos.

Entre periodistas asesinados, demandados o simplemente acusados de colocar el espejo oprobioso de la infamia ante los rostros de los infames, corruptos, abusivos, oportunistas y demás caterva de incidiosos con cetro, hoy son pocos los que pueden ufanarse de no estár atados, así sea con un hilito discreto, a la corriente del poder imperante.

El chayote, como dije en un comentario que fue borrado ¿por el azar? tras el "bloqueo" que sufriera semanas atrás el canal de YouTube de Sin Censura TV, tiene muchos colores y formas (no olvidemos que hay con y sin espinas), pero una sola máscara: la connivencia que enreda sus ramas para ascender y colarse por los huecos de los hechos y los dichos. Por algo apunté en Twitter: si entre perros ya nos vamos a morder, pues por lo menos cuidémonos de no contagiar la rabia.

Lo cierto, y con esto termino, la prensa de hoy se ha vuelto vociferante, chillona, plañidera que en su afán de generar su propia forma de demagogia, se abraza a una manera equivocada de hacer populismo. El populismo en sí no es malo, pero cuando acaba supeditado a la demagogia, ¡cuidado! Si antes la preocupación radicaba en ganar rating, hoy radica en saberse querido y acompañado en la mar inmensa de la comunicación.

Por lo que a este Santoñito Anacoreta toca, hace tiempo que está hecho a la idea de vivir en su ermita y acaso salir a pescar, navegando solitario en su balsa maltrecha de náufrago entregado a su destino.


Datos de boca en boca


SIENDO QUIZÁS LAS MÁS COMPETIDAS elecciones en la historia de México, y no nada más de las entidades que las experimentaron, las efectuadas el 4 de junio de 2017 han dejado a electores, partidos, políticos, instituciones y analistas varias lecciones.

La primera de ellas, por ser la más evidente, es que ¿el tiempo de las encuestas y de los encuestadores prácticamente ya quedó rebasada?

Recuerdo que hacia 1989, cuando comenzaba en esto del periodismo iniciándome como columnista en el diario El Universal, mi buen amigo, colega y entonces editor de la sección donde yo escribía mis “Paréntesis”, Enrique Bustamante Martínez, tuvo la ocurrencia de incluir como elemento informativo los resultados de diversas encuestas y sondeos de opinión, algunas efectuadas por nosotros, los colaboradores, otras por las incipientes empresas dedicadas a esos menesteres o las ya muy añejas como IBOPE, Nielsen, etc.

Resultó entonces un boom. No solo El Universal dio la bienvenida en calidad de “género” periodístico a la encuesta y el sondeo de opinión que décadas luego derivarían en las infografías, hoy tan de moda. Otros diarios y revistas y canales de televisión y radio siguieron el juego.

Así, cundieron los despachos de toda calidad, nivel e índole para el análisis de información estadística. No habían transcurrido ni 15 años cuando ya, la sola abundancia de información muchas veces contradictoria por hacerse sin una adecuada y rígida metodología o con una acomodada a los intereses de los clientes, empezó a generar inquietud en los lectores, en los espectadores en general. Unos, comprando los datos como si se tratara de indulgencias a prueba de toda tentación demoniaca, otros mirando con suspicacia la cifra dura, la gráfica coloreada.

Gobernantes y empresarios se volvieron aficionados, casi adictos a las encuestas, como si los informes ejecutivos a partir de los cuales tomar decisiones no fueran suficientes para fundamentar su actuación. Vicente Fox Quezada gobernó buena parte de su presidencia decidiendo a partir de los índices de popularidad de su administración, aunque descreyendo del análisis periodístico emparejado “Yo no leo periódicos ni veo televisión”, llegó a afirmar. Los partidos políticos no quedaron exentos de esta marea de influencia internacional.



Hasta hace un par de años, era como si las nuevas generaciones nunca hubieran caído en cuenta del daño que ocasiona el abuso de la información estadística, abuso que ya había experimentado el mundo justo poco antes de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, las encuestas y sondeos de opinión abundan como plaga imparable. Las redes sociales proveen herramientas para que cualquiera haga un cuestionario capaz de arrojar automáticamente datos estadísticos a partir de los cuales generar la ilusión de que la opinión de unos cuantos admiradores, curiosos o amistosos contactos es “la neta del planeta”. Y esos encuestadores basan su decir y hacer en el poder de esa opinioncracia, como la he llamado, para la que no hay mejor verdad que la surgida de entre sus militantes, más en tratándose de sus pares.

En comunicología esto se explica mediante uno de los modelos propuestos y estudiados desde los años 40, el conocido como “Modelo de dos pasos” que es derivación y consecuencia de la “Teoría de las Relaciones Sociales” trazada por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet, antes de que la televisión llegara a ser un medio de masas.
Ellos elaboraron un complicado proyecto de investigación para estudiar el impacto que sobre los votantes provocaba la campaña electoral para la presidencia del país, que en 1940 fue la primera realizada con intervención directa de los medios de comunicación de masas. Al comienzo se interesaron en cómo los miembros de determinadas categorías sociales seleccionaban el material de los medios que se relacionaba con la elección, y cómo ese material incluía en sus intervenciones como votantes.
[…] Algunos de los efectos investigados eran la participación en la campaña (buscar información sobre los candidatos y sobre los temas en juego), la formulación de decisiones para el voto, la concurrencia misma a los comicios. Como se pudo comprobar, la campaña produjo también otros tipos de efectos. Algunos de los encuestados fueron activados por el material difundido en la comunicación de masas; es decir, tenían una predisposición latente a votar en un sentido determinado, pero esas predisposiciones necesitaban cristalizar para hacerse manifiestas. Otros miembros del electorado habían ya adoptado una decisión al comienzo de la campaña, decisión que fue reforzada por una selección continua y partidista del material adicional que aportaban los medios. Las intenciones iniciales para el voto solo fueron rectificadas en unos pocos casos. Así, la campaña solo obtuvo éxito limitado en la conversión de las personas, pasándolas de un partido a otro.
[…] La edad, el sexo, el lugar de residencia y el nivel de educación, eran las variables esenciales. Estas integraciones dentro de una categoría social determinaban el “interés” y llevaban a una decisión temprana o tardía. Este complejo de variables, actuando en consumo, influían no solo en el grado y orientación con que las personas se enfrentaban al material electoral en la comunicación de masas, sino que determinaban también los tipos de efectos que este material ejercía sobre ellas
(DE FLEUR & BALL-ROKEACH, 1989, págs. 251-256)
Lo experimentado en estas recientes elecciones, especialmente las del Estado de México y Coahuila, refuerzan lo que ha venido sucediendo en México desde la elección que llevó a Ernesto Zedillo a la presidencia. El electorado ya no depende solo ni exclusivamente del material que a efecto de campaña política le proveen los agentes políticos, sino que cada vez más, con ayuda de las redes sociales, como potenciadoras del “Modelo de dos pasos”, acomodan sus decisiones en función del grado de certitud —así sea ilusoria— que les genera la opinión de aquellos pares a los que consideran más enterados sobre cierto asunto y, con base en ello, inclinan su preferencia hacia cierto lado. En este caso, ese lado ha sido el del hartazgo y fastidio que provoca el estatus quo. Así, cualquiera que opine en contra del establishment y provea mínima información sintética que refuerce el sentimiento generalizado cobra en poco tiempo carácter de líder de opinión en el círculo de relaciones sociales de su competencia. Ese es parte del fundamento de lo experimentado en los comicios que llevaron al Brexit y a Donald Trump a colocarse en la cabeza de las preferencias.

La publicidad de boca en boca, la más poderosa de todas, adquiere así una nueva dimensión al tener la capacidad de transformar mentiras en verdades y, viceversa, verdades en mentiras que, narradas y descritas de manera digerible consiguen prender en el ánimo y la conciencia de los electores provocando ya no la inclinación hacia un actor específico, sino la fragmentación del voto por virtud del reconocimiento de la libertad que lo sustenta. Lo que aplica, también, en la conformación de una imagen pública de marca basada en la creencia mucho más que en la verificación.

La distorsión que ha sufrido ese “Modelo de dos pasos” por influencia de la evolución social y de las nuevas tecnologías es notoria pues, mientras en 1940
Se descubrió que existían, en realidad, muchas personas cuyo contacto directo con los medios era bastante limitado. Estas personas obtenían casi toda su información sobre la campaña electoral a través de otras personas que a su vez sí la habían obtenido de primera mano. La investigación comenzó a poner de manifiesto que el desplazamiento de la información se operaba en dos escalones básicos. En primer lugar, la información pasaba de los medios a aquellos individuos relativamente bien informados, que atendían con frecuencia a la comunicación de masas. En segundo lugar, esos individuos la transmitían, por canales interpersonales, a otros individuos que tenían menor contacto con los medios y que dependían de los demás para obtener su información [ibid. ].
Pero no solo obtener la información, sino además y más importante formar su opinión.

Las redes sociales, al potenciar ese intercambio interpersonal de información, sin miramientos, sin hacer hincapié en la fuente de la misma, es uno de los factores que ha definido el casi ilimitado poder —me atrevo a decir fundamentalista— de la opinioncracia.

Al caer en el descrédito políticos, sistemas, instituciones, el electorado busca de qué aferrar su fe y en quien más confía ya no es el más enterado, sino el más cercano (no necesariamente de forma física, sino al menos dentro de los seis grados que implica toda construcción estructural de relaciones sociales entre conocidos). Sin el conocimiento de base, sujeto a los vaivenes de la información, el individuo adherido a la opinioncracia termina por caer en una suerte de fundamentalismo donde aquella información que le da sentido a su razón de ser, pensar o sentir es la válida, la verdadera, aun cuando pueda provenir de fuentes no fidedignas.

Parte de esto es lo que ha preocupado, por ejemplo, al presidente Donald Trump cuando argumenta en contra de las “noticias falsas” que han distorsionado su imagen.


Las noticias falsas siempre han existido y han sido empleadas como recurso de campaña y mercadológico, porque apelan al sensacionalismo, sorpresa e indignación de los desinformados, los que ya, hoy, yendo a un extremo, llegan a desacreditar a los informados, aun cuando estos tengan “los pelos de la burra en la mano”.

Las noticias falsas hoy, incluso y además, se han convertido en un perverso modelo de negocio (HAZARD Owen, 2017) sobre el cual algunas empresas de medios como Facebook, Google, Reuters, New York Times, ya comenzaron a tomar sus providencias. Los blogs, como estos Indicios Metropolitanos, han sido un fiel de la balanza en estos asuntos, pero también quizá la más peligrosa piedra en el camino de informarse.


Si, en un principio, se señalaba a Wikipedia como madre de todas las confusiones y la desinformación, por su base cooperativa que permite a cualquiera añadir datos sobre diversos temas, algunas veces sin la debida confirmación o referencia verificable, los blogs y los sitios de contenido autorreferencial, los motores de feed para compartir noticias y la perversa práctica de replicar la información mediante plagios, todo eso ha llevado a los internautas, en tanto consumidores de información, por un lado, a creer casi cualquier cosa publicada o, al contrario, a descreer de casi todo lo que leen, reforzando más esa confianza en los pares aparentemente más enterados.

Pongo un ejemplo, en mi carácter de periodista autor de estos Indicios Metropolitanos, estuve dedicado a dar seguimiento a las distintas informaciones y fuentes —empezando por las oficiales— para dar a conocer los resultados de las elecciones, en concreto del Estado de México y publicando, como puede verse, entregas diversas basadas en esa información.

En algún momento, los datos duros los compartí a través de un grupo de WhatsApp al igual que las redes sociales y no faltaron los que, aduciéndose más enterados que un servidor, desacreditaron esos datos, solo por no convenir a su creencia o sus intereses. “Esa información no es verdad, no es lo que aparece en las redes sociales, el PRI en su ambición desmedida e intolerante puede provocar una bronca inmensa y todo por la irracionalidad de unos cuantos”, argumentó una persona. Horas más tarde, la misma información ya circulaba en los medios tradicionales y ni así se le daba crédito al virtual triunfo del candidato Alfredo Del Mazo, el cual se confirmaba todavía más luego de la captura del 98% de las actas de escrutinio, hacia las 13:00 hrs. del día siguiente de las elecciones.


Las encuestas más cercanas a las elecciones reflejaban esos posibles y ahora verídicos resultados. ¿Qué hace distintas a las encuestas en México respecto de las de otros países donde se las ha cuestionado? ¿Aquí todavía son creíbles, funcionan?

Por supuesto que uno mismo, al confrontar los datos, es el primero en cuestionarse qué tan duro es lo que se presenta como duro, sobre todo en vista de lo fácil que puede ser manipular la información para favorecer a uno u otro actor. Pero, tampoco puede uno andar por la vida sospechando de toda sombra y es preferible asentar la información con la mayor neutralidad de que se es capaz.

Estos comicios dejan más lecciones que ya iremos comentando en ulteriores entregas.

Referencias

DE FLEUR, M., & BALL-ROKEACH, S. (1989). Teorías de la comunicación de masas. Barcelona: Paidós.
HAZARD Owen, L. (2 de junio de 2017). "Fake news might be the next issue for activist tech-company investors". Recuperado el 5 de junio de 2017, de Niemanlab: http://www.niemanlab.org/2017/06/fake-news-might-be-the-next-issue-for-activist-tech-company-investors/?utm_source=Weekly+Lab+email+list&utm_campaign=d06a69eb9d-weeklylabemail&utm_medium=email&utm_term=0_8a261fca99-d06a69eb9d-392034301