El basurero lunar



VA A SER UN AÑO, días más o menos, de la "incursión China" al lado oscuro de la Luna, de los 50 años de la misión Apolo 11 y de la difusión de un conjunto de imágenes tomadas por diversas sondas desde años atrás en el afán por desmitificar la llegada del hombre a nuestro satélite principal (no olvidemos que desde 2018 sabemos que tenemos una nueva luna, diminuta, en un asteroide recién capturado por la gravedad lunar). Aquí la suma de indicios donde se muestra el basurero lunar; pero...

Personalmente jamás he cuestionado que el hombre haya llegado a la Luna y más lejos en su investigación y descubrimientos y aventuras por el espacio exterior o a las profundidades del cosmos o de los océanos. No solo me maravilla y cautiva, me fascina todo ello. Por lo mismo, soy muy cauto cuando de temas científicos se trata porque sí, también existe la tendencia a generar, por incredulidad e ignorancia, las más bizarras versiones de los hechos. Aunque no se crea, la ciencia también puede tener forma de credo opiáceo.

En el caso del viaje a la Luna, las teorías conspirativas han pecado de distorsionar y desviar la atención de los verdaderos hechos, poniendo en tela de juicio hasta las mentiras alrededor de la verdad o, si se prefiere, las verdades alrededor de la mentira, añadiéndose además al insidioso afán de algunos por prohijar la desmemoria, ya en el periodismo, la publicidad o la política.

Cuando cursé la carrera de Comunicación, en la Universidad Anáhuac y bajo la dirección del publirrelacionista Jean Domette Nicolescu, amigo de mi padre, tuve la fortuna de haber sido parte de una generación de pupilos que fuimos educados en la producción de televisión por una de las glorias mexicanas fundadoras de la televisión en México y en el mundo: el Ing. Roberto Kenny, a quien también tuvo el gusto de conocer mi padre y de colaborar alguna vez en su paso por la publicidad.

Por él supimos, de primera mano y entre otras cosas de no creerse, que el Apolo 11 nunca llegó a la Luna en 1969, aunque los defensores del tema opinen lo contrario y aleguen, con aparente rigor científicista —que no científico, más papistas que el Papa—, que la tecnología de televisión en la época no daba para tanto.

Él perteneció al equipo multinacional de producción de TV contratado por la NASA y CBS para efectuar la grabación del "hecho", "en vivo" y, sí, aunque rudimentaria, la creatividad puesta sentó las bases de lo que serviría para el desarrollo de los posteriores efectos especiales empleados en la televisión mundial y que, de alguna manera, ya se venían desarrollando en los programas unitarios y los filmes de ciencia ficción de esa década de los sesentas, sobre todo en EE.UU. e Inglaterra, donde la BBC destacaba con el "Dr. Who".

CBS, valga anotar, ha sido una cadena de producción de cine, radio y televisión que, desde su comienzo, siempre ha sido parte fundamental en la creación, difusión o enmascaramiento de teorías conspirativas, controversias, retorcidas negociaciones, escándalos y abusos. Y no lo digo yo, lo dice la Historia.

Que ese caso en especial no haya ocurrido, no obsta para que conste que el hombre ha llegado a la Luna más de una ocasión y que sus efectos estén descansando desperdigados en la superficie con carácter de memorabilia de desperdicios que nadie recoge, recicla, composta, transforma. Sí, en la Luna no hay pepenadores, a menos que los chinos hayan descubierto una cañada como el bordo de Xochiaca en el lado oculto del astro y aun no quieren darlo a conocer, herméticos como son. La Luna no es de queso, sino alberga literal y metafóricamente y a despecho de nosotros los poetas, mierda humana.

Esceptisismo no implica conspiración y viceversa 

No tengo por qué poner en duda el testimonio de un testigo de la calidad del Ing. Kenny, cuya hija, años después, colaboró como científica y técnica en la NASA. El problema, en realidad, consiste en que los escépticos han confundido la duda con el descrédito y esa es la base de muchas de las teorías conspirativas que ni siquiera —quedadas en la pasividad de la ataraxia que acompaña al escepticismo, o enredadas en los meandros de las contradicciones a que llevan datos incompletos, investigaciones inconclusas, declaraciones y evidencias no comprobadas que rayan en variantes del ocultismo—, ni siquiera hacen lo pertinente para corroborar lo cierto y lo falso. Y, como se antoja imposible en muchos casos por temas como el oscuro peso del poder gubernamental, económico, militar, político o religioso, capaces de cubrir las cosas con el velo del misterio, todo esfuerzo legítimo y humilde por tratar de desvelar la verdad acaba en el ridículo por falta de recursos, conocimientos, habilidades o información fidedigna. Lo prohibido tanto como lo ignoto y lo perverso siempre resultan atractivos, aun más que temibles. Algo tenemos de gatos y la curiosidad nos mata, cuando no de ansias, de certitud.

El conspiracionismo es otra manera de hacer aquello de "divide y vencerás". Hay los escépticos recalcitrantes que dudan hasta del aire que respiran; los hay que dudan hasta del aire que no respiran, porque tienen pruebas documentadas de que fue otro el que quitó el resuello. Unos y otros luego hasta se mueven a ofensa si uno osa confrontar sus posturas en la finalidad de allegar algo de luz sobre la oscuridad, independientemente de qué lado aporte qué.

Recientemente tuve a bien conminar al escritor Mauricio Schwarz a mostrar su postura escéptica informada para contrastar la de José Luis Camacho quien, en un video retaba a los "defensores" de la tecnología 5G a presentar pruebas fidedignas y fehacientes de que la tecnología no es "maléfica", para usar yo esa palabra.



Schwarz me respondió con alguna virulencia y compartiendo un video propio ya visto por mí con anterioridad:

Image from Gyazo



Hasta ahí llegó el debate.

Así, las teorías conspirativas, por apelar a la construcción de significado desde la distorsión del mismo, acaban en el rincón de la biblioteca que hace frontera entre las seudociencias, como apunta un reciente documental de la Deustche Welle (ahí se sigue ubicando a la Psicología en los sistemas de clasificación bibliográfica) y la religión; un rincón acaso más visitado por las personas de poca fe o en busca de algo inteligible en qué creer.

Las teorías de este tipo podemos entonces clasificarlas en dos caras de una misma moneda: de un lado están los que consideran que lo establecido es una conspiración de quienes detentan el poder; del otro lado están los que, diciéndose cercanos a las fuentes de información y dotados de una metodología infalible, consideran a los primeros unos conspiradores de pacotilla cuyas conjuras y elucubraciones pensadas fuera de la caja de la normalidad más semejan anatemas que actos de fe en el conocimiento.


Ese toro enamorado de la luna que es la humanidad, sigue todavía hoy rememorando y reviviendo el mito de Mitra, aunque en los cosos ya no corran ni la sangre ni el semen como proyecciones de la Vía láctea y cuales huellas del Sol de Justicia.



Un país inmaduro con un patrimonio ignoto



LA CEPAL (Comisión Económica para America Latina y el Caribe) nos informó, entre noviembre de 2019 y marzo de este 2020, que la edad promedio del mexicano era de 29 años. Fue un dato en el que no muchos repararon.
Este año INEGI arrancó el censo poblacional, pero la pandemia interrumpió su levantamiento, obligando a improvisar su realización por vías electrónicas, lo que también nutrió las intenciones de algunos políticos, como Alfonso Ramírez Cuéllar ,secretario general de MORENA, para promover reformas constitucionales que permitan definir y medir el bienestar del Estado.


Los efectos de la pandemia, con la mortandad de personas en edad senil o anciana, y los no tan numerosos casos de defunciones en infantes, quizá no modifiquen demasiado esa edad promedio, pero seguro se desplazará en la curva de la campan normal.
La población tendía a envejecer y a feminizarse (en el sentido de contar con un mayor número de mujeres de lo que resultaba normal en censos anteriores, generalmente siempre había sido mayor la cantidad de féminas frente a varones en una proporción variable de 3/1), y esto ya empezaba a ser un problema lejos de un discurso de género que incidió sobre la estructura y funcionamiento de los sistemas de salud en todo el mundo y no se diga México, afectando de manera asociada al sistema económico con una cada vez más onerosa carga de pensiones por pagar y gastos relacionados con las llamadas "enfermedades y padecimientos del desarrollo": diabetes, afecciones cardíacas, a los que habría que sumar seguros por desempleo, prestaciones laborales por motivo de preñez y un largo etcétera.
El aumento de la longevidad de la mano de una "mejora" en la expectativa de vida, aun cuando no tanto en su calidad, junto con otros datos, no dejó de ser un indicio capaz de movernos a reflexionar acerca de qué calidad de población tenemos y cómo, su grado de madurez-inmadurez puede ser un factor que explique las decisiones tanto de electores como de elegidos antes y durante el presente régimen lopezobradorista.

Generaciones trenzadas

Siempre que conversa uno con las amistades sale a relucir esa época de los "años dorados" de la juventud cuando uno se muestra con hartos arrestos para hacer cosas, para "comerse el mundo a puños" sin detenerse uno en mientes o en temores o en estupideces, que para todos, invariablemente y aun con las mejores intenciones, son muchas.
El capital de muchos políticos y al que apuestan con regular frecuencia cuando de campañas electorales se trata es ese sector poblacional de los jóvenes. Esos jóvenes que apenas despiertan a una conciencia política; que aun maman de las opiniones chuecas o derechas de los ancestros distorsionadas por los conocimientos y experiencias recientemente adquiridas de la mano de profesores, líderes de opinión, círculo social, medios de comunicación; que se rebelan ante la autoridad pervertida por la corrupción; que anhelan un futuro mejor para sí y sus descendencias; pero, aun no tienen el don de mando para guiar con sus decisiones finales el rumbo de una nación. Que viven ilusionados o padecen, además, las frustraciones ocasionadas por el sistema social y económico.
Preguntémonos hasta qué punto esta inmadurez social de los mexicanos como país a visto socavada su vocación. Hasta dónde ha sido caldo de cultivo para añejos rencores sin resolver y que hoy, tras abrirse la economía en el coletazo de la pandemia, se manifiesta acre y violentamente en expresiones que propugnan por una anarquía o a un híbrido esperpento intrínsecamente contradictorio como es el llamado "anarcomunismo", que de anárquico solo tiene lo rijoso y de comunista solo el alienismo reaccionario. Hasta qué punto están impulsados por la desesperación causada por el deterioro del desarrollo y el decrecimiento de las oportunidades. Hasta dónde se han convertido, en la Primavera de Praga, en la Primavera Musulmana, en expresiones de una vergüenza oportunista como la mostrada en el "Perdón de Rodillas" de autoridades y legisladores estadunideses tras el asesinato de George Floyd, en EE.UU, o la indignación de dientes para afuera de los políticos mexicanos abrazados de uno u otro modo al duelo tras el asesinato de Giovanni López, en Jalisco.

Foto: Ringo H.W. Chiu (AP), tomado de "¿Qué es ANTIFA[...]?", Milenio

Foto: Omar Flores | Sol de México

Policías de Washington piden perdón de rodillas


Congresistas de EE.UU. piden perdón de rodillas


Más de una vez se ha dicho y se los ha tomado a los jóvenes en calidad de carne de cañón en revoluciones, rebeliones, manifestaciones de toda índole, cuando no de instrumental extensión del poder instaurado para "remover conciencias" y controlar ímpetus. En otras veces han sido el motor de las protestas a las que se han sumado luego las generaciones mayores. ¿Cuán manipulables pueden ser sus conciencias? ¿Cuán inspiradoras pueden ser sus acciones que pueden rayar en la imprudencia heroica? ¿Cuánto aportan sus procederes a la clarificación del patrimonio, en sus diferentes aspectos definitorios, desde el económico al cultural, y por ende a la comprensión y medida real, fáctica del bienestar?
Los "ninis" o los "milenials" no lo son porque quieran, aunque puede ser, o mera etiqueta, sino porque las generaciones previas acabaron cerrando, desde su respectiva juventud y con sus reacciones en el pasado, las posibilidades a futuro de los que mañana tendrán que tomar decisiones para jóvenes y ancianos, tal como ahora es nuestro turno hacer, quienes rondamos las edades previas a la senectud y en la limitación de nuestras particulares posibilidades.
La antropóloga Margaret Mead apuntaba en su libro Cultura y Compromiso. Estudio sobre la ruptura generacional:
[...L]a liberación de la imaginación del hombre respecto del pasado depende [...] del desarrollo de un nuevo tipo de comunicación con quienes están más hondamente comprometidos con el futuro: los jóvenes que nacieron en el nuevo mundo. O sea que depende de la participación directa de aquellos que hasta ahora no han tenido acceso al poder y cuya naturaleza no pueden imaginar plenamente quienes sí lo ejercen. En el pasado [...] se cercenó gradualmente el derecho de los adultos a limitar el futuro de los hijos. Ahora [...], el desarrollo [...] depende de que se entable un diálogo continuo en el curso del cual los jóvenes gocen de libertad para actuar según su propia iniciativa y puedan conducir a sus mayores en dirección a lo desconocido. Entonces la vieja generación tendrá acceso al nuevo conocimiento experimental, sin el cual es imposible trazar planes significativos. Solo podremos construir el futuro con la participación directa de los jóvenes, que cuentan con ese conocimiento [MEAD, 1970: 122]

México entonces, el México post Covid-19, se antoja un país inmaduro con un patrimonio ignoto en parte por el descuido, la indolencia o soberbia con que las generaciones hemos actuado en nuestros respectivos momentos, en el empalme natural de por lo menos tres generaciones que Mead categorizaba ya en 1970 como postfigurativa, cofigurativa y prefigurativa, explicando por la primera que es aquella en la que los niños aprenden primordialmente de sus mayores; la segunda es esa en la que tanto niños como adultos aprenden de sus pares, y la tercera, en la que los adultos también aprenden de los niños.





"Ahora ingresamos en un período, sin precedentes en la historia, en el que los jóvenes asumen una nueva autoridad mediante su captación prefigurativa del futuro aun desconocido", afirmaba Mead y, en los días que vivimos, cuando los avances tecnológicos nos enfrentan a una –esta sí y lejos de vacuas y vanas promesas de campaña política– cuarta transformación civilizacional, sus palabras cobran un peso específico sin parangón. El mañana, ahora sí, ya está aquí, aunque tenga visos de ciencia ficción y corte apocalíptico.
El inminente advenimiento de la tecnología 5G y el internet de las cosas (internet 6) aunados al cambio climático y otros asuntos que nos tienen asolados, angustiados, temerosos nos hacen ¿desconfiar o  confiar en la juventud? Si lo primero, es tanto como desconfiar de nuestros sueños, porque hemos sido nosotros quienes hemos puesto en sus manos los avances de que hoy gozan; si lo segundo, es tanto como pecar de confiados en la bondad de las ambiciones depredadoras que nos han llevado con socialismo real, con capitalismo real, al punto de inflexión que ahora nos constriñe.
Es cierto que la continuidad de todas las culturas depende de la presencia viva de por lo menos tres generaciones. La característica esencial de las culturas postfigurativas consiste en una hipótesis de que la vieja generación expresa en todos sus actos, a saber, que su forma de vida [...] es inmutable, eternamente igual.
[...] Las respuestas a las preguntas ¿Quién soy? ¿Cuál es la naturaleza de mi vida como miembro de mi cultura; cómo hablo y me muevo, como y duermo, hago el amor, me gano la vida, me convierto en padre, me encuentro con la muerte? se experimentan como predeterminadas. Es posible que un individuo no consiga ser tan valiente o paternal, tan industrioso o generoso, como lo estipulan los mandatos que le transmitieron las manos de su abuelo, pero en medio de su fracaso es un miembro más de su cultura, en la misma medida en que lo son otros en medio de su éxito [op.cit: 39]
Pero, si bien el intercambio intergeneracional es básico y fundacional en tiempos de crisis como los que estamos experimentando, es de resaltar la observación de Mead en el sentido de que "la grandeza pasada no basta para llenar la olla vacía y no sirve para taponar el viento que se cuela por las hendijas". De ahí que ni todo tiempo pasado fue mejor ni todo mañana es esperanzador; que no todo lo bueno dura para siempre ni todo lo efímero pasa sin dejar huella; que a veces el vino nuevo madura en odre añejo y otras el jocoque demasiado aireado acaba enmohecido. Que no siempre quien no aprende de la Historia repite los mismos errores, ni quien aprende de ella garantiza no caer en la necedad de repetirlos pues nadie escarmienta en cabeza ajena.


----------------------
MEAD, Margaret. Cultura y Compromiso. Estudio sobre la ruptura generacional. Gedisa, México, 1990.

"Tome nota, tinterillo"

Nibiru: Entre la verdad aceptada, la verdad oculta, la ficción y el misterio


UNA PUBLICACIÓN "viejita" de National Geographic contiene indicios que ya se venían barajando en las teorías conspiratorias, en las teorías ufológicas y demás. Y, como se muestra en este video sobre Nibiru (dato que aun no confirmo al redactar este artículo):



"un observatorio de Hawaii detectó un gigantesco cuerpo celeste pasando por detrás del sol" entre los días 9 y 10 de abril, mismos días que la magnetósfera sufrió aparentemente una marcada anomalía y en muchos países se pasó a la fase 3 de la pandemia de Covid-19; y en muchos países, incluido México, se alertó sobre el aumento de la radiación solar. Días también en los que ocurrió la noticia sobre la fragmentación del cometa Atlas en su viaje por nuestro sistema solar, y cuando los avistamientos de un extraño objeto en los cielos nocturnos tiene azorada a la gente a lo largo y ancho del orbe, cuando bien puede tratarse de la "nueva luna" que orbita a nuestro planeta y que fuera descubierta recientemente: un asteroide capturado por nuestra fuerza gravitacional.

¿Será que la pandemia es un pretexto para tenernos en casa, para "protegernos" de emisiones cósmicas ocasionadas por las distorsiones gravitacionales del noveno planeta cuya órbita calculada se correspondería con la del mítico Nibiru?





Los cálculos astronómicos parecen dar la razón a los mayas, razones místicas y míticas aparte. 

Ahora estará por verse si los efectos astronómicos también justificarán los efectos astrológicos, entendidos estos como la influencia del geomagnetismo sobre las emociones y organismos vivientes, por un lado, y por consecuencia sobre los procesos mentales o más, la inversión abrupta de los polos y los cambios tectónicos; incluso sobre las trayectorias de algunos de los asteroides identificados como riesgosos por su cercanía con el planeta, uno de los cuales, del tamaño de una casa, pasó cerca de nosotros hace pocos días también.

Quizás la pandemia, muy aparte o además de explicarse por teorías conspiratorias hacia un "nuevo orden mundial", tiene como finalidad recluirnos para "reducir" el daño colateral probable de un cataclismo como el que muchos imaginan con estas noticias.

Lazos con la antigüedad

Los avistamientos por parte de ciudadanos en el mundo de un extraño objeto durante las noches, como una nueva estrella gigante, bien podrían ser los testimonios vivos y confirmación ingenua de la existencia de un planeta que aun la comunidad científica está por corroborar o la de la nueva luna terrestre en que se ha convertido el asteroide  2020 CD₃ (o C26FED2), capturado por la gravedad de nuestro planeta. De tratarse de lo primero, la astronomía moderna estaría cerrando lazos con la astronomía antigua y muchos mitos cobrarían carta de certitud, así como se sentarían las bases de una nueva manera de abordar a los fenómenos astronómicos y la misma astrología, madre de la astronomía, tendría que ser revisada ahora sí en serio y en forma desde una perspectiva que le podría devolver en parte algo de crédito histórico, pero que también podría darle un carácter más científico y menos de superchería, de puente explicativo entre lo cósmico y lo mundano, como siempre ha pretendido mostrarse esta disciplina.

El miedo era oportuno antes...



"El miedo era oportuno antes, cuando conservábamos la esperanza"
Jean Paul Sarte, A puerta cerrada

COMO DIJE EN un video que transmití en vivo recientemente, la "creación" de un villano común y general, de mayor potencial aniquilador que el terrorismo, es la perfecta justificación para implementar medidas restrictivas, coercitivas. Todo es "por nuestro bien". Las autoridades, aun cuestionables en sus aspiraciones políticas y morales, en la ejecución de los planes de contingencia encuentran la palestra para erigirse héroes decisorios del futuro de nuestro desarrollo.
La corrupción que se quiere combatir va más allá de la corrupción en los ámbitos gubernamentales, institucionales, empresariales, pasa por arrasar la corrupción individual, mental, emocional, moral, sexual...

Contra lo que alguien puede pensar, y poniendo en cuestionamiento las posturas conspiracionistas tanto como las integristas, para reconstruir muchas veces hace falta destruir y no bastan una o dos o tres "bombas" que acaben con unos pocos miles, o un virus que infecte a millones.

La situación actual establece los indicios para la construcción de un discurso y un significado sociales basados ya no nada más en el  miedo a lo otro, sino al miedo a lo que hay dentro de uno orgánica y psicológicamente. Hoy ya no nada más comprendemos que el infierno son los otros, sino que el infierno está en nosotros.

En su libro "Los extravíos de la Libertad", Pierre Grimal anotaba, examinaba ya en la última década del siglo pasado un dilema que siempre se ha impuesto sobre el ser humano a lo largo de la Historia: ¿libertad o muerte? Es lo que se pregunta Hamlet en su cuestionamiento sobre ser o no ser: "¿Morir, dormir? Soñar tal vez". Y es lo que nos pone enfrente Calderón de la Barca al reflexionar: "¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son".

Alguien me decía hace muy poco que "este virus covid-19 es muy sabio, nos está dejando muchas lecciones". Y ahí está la ficción, el dotar de una inteligencia a una entidad que de la vida solo contiene el ARN puede resultar excesivo, pero es una metáfora de nosotros mismos.

Hoy muchos aquilatan los valores familiares, las instituciones enviadas al demonio, desgajadas, rebasadas por una sola cosa: el miedo. El miedo que es paralizante y la parálisis que es necesaria para la instauración de un nuevo orden. Es un factor entrópico. El caos que da pie al orden y que me da pie para este nuevo video que, mejor con mi voz, complementa y acomoda, organiza mis pensamientos hasta aquí apenas introducidos.


La Comunicación al servicio de la Salud Mental


DESDE HACE AÑO Y  MEDIO tengo atorado un ensayo que he venido escribiendo acerca de "la enfermedad mental" como pretexto para hacer un examen crítico de las llamadas "ciencias de la comunicación de las que soy profesional, y mismo sobre el que puede leerse un avance aquí.

A mes y medio de declarada la pandemia, a cuatro meses de distancia del primer caso reportado, tras una oleada de notas, reportajes, crónicas enfocadas en los datos, la información médica, las planeaciones gubernamentales, los protocolos, desde la semana pasada los medios han comenzado a difundir el lado más humano de esta crisis global. Comenzaron, entre noticias falsas, exageraciones y certezas verificadas, mostrando las desgarradoras imágenes de fallecidos en las calles de Ecuador, las que dimensionaron el problema que hasta entonces veíamos concentrado en las zonas hospitalarias o imaginábamos desde el claustro de nuestro aislamiento. Los testimonios de miedo, horror, indolencia, descrédito, paranoia, han dado paso a los testimonios cargados de palabras y miradas nostálgicas, en las que la angustia se mezcla con la esperanza (como en el video colectivo "Close to you" ) y la incertidumbre se encuentra con el coraje para sobrevivir.



Aquí dos muestras recientes, de muchas que ya circulan y empiezan a viralizarse (este concepto ya va resultando odioso) con un propósito de balancear la entropía en el sistema de comunicación. Así como la emergencia sanitaria implica una serie de fases, así también la planeación de la comunicación para el desarrollo las contempla como método, recurso y desahogo de las energías que se acumulan en el conflicto dentro del sistema psicosocial. Así y de muchas maneras más, mi profesión en tanto "agente del cambio", mirada por los más reticentes como "maestría en manipulación de las conciencias", cobra particular significado que, a contrapelo de lo que pueden pensar colegas como Andrés Oppenheimer al afirmar que podrá ser "sustituida" por la cibernética y la informática. Es posible, pero el toque humano siempre será esencial aun para desentrañar los vericuetos del más complejo algoritmo.




COVID-19: Crónica de una pandemia


Foto tomada de Quo
A muchos se les pasaron un par de indicios:

  1. Desde diciembre se hablaba del COVID-19, pero nunca se presentó ninguna imagen del "bicho".
  2. Tan tardíamente como la primera semana de marzo y ante la curiosidad de algunos medios de comunicación, los chinos "revelaron" las primeras y únicas imágenes conocidas del villano de la película, sin que se hayan producido más "avistamientos" fuera de las simulaciones digitalizadas.

Ese "vacío" informativo explica por qué muchos consideraron que el virus o era una creación humana en tanto "arma biológica" o simplemente como un recurso narrativo con el potencial suficiente para generar miedo y unidad internacional frente a un enemigo común con miras al control social y el allanamiento del espacio y tiempo necesarios para la "instauración de un nuevo orden mundial".
Entre que son peras, manzanas o virus, los sucesos ya están corriendo y el fin de una era es indiscutible con todo lo que implica, guste o no a liberales, conservadores, chairos, fifís, creyentes o incrédulos, apocalípticos o integrados. Aquí, una crónica puntual elaborada por los colegas de Badabun y publicada en su espacio de Facebook

Hacia el nuevo orden mundial y la verdadera Cuarta Transformación


DE LA MANO de mis contenidos compartidos recientemente en Facebook y que he incluido también más abajo en esta entrega, todos relacionados como se puede colegir, está un tema fundacional, transaccional, transformador.

Más de una vez he dicho allá y aquí en mi blog que la verdadera transformación no es la que han mencionado y prometido a través de sus discursos el presidente mexicano o Trump o quien tú, amable lector, quieras mencionar. Es mucho más profunda y de mayor alcance. Estamos experimentando un tiempo sin precedentes por donde se lo quiera ver e interpretar. Y cada punto de vista, perspectiva y lectura, atendida de manera suelta, sin considerar el contexto, abona a la confusión. A la confusión de las creencias basadas en la literalidad de los paradigmas. A la confusión del descrédito a que mueven sus contrapartes paradójicas basadas, como lo establece la misma etimología de la palabra, en el dogma y la dotrina. A la confusión de los datos secos y multifacéticos.

Para proteger a la familia es necesario ascender a otro nivel de familia

Muchos de ustedes y yo hemos criticado con dureza al presidente Andrés Manuel López Obrador como a otros gobernantes sobre todo por lo que salta a la vista, la evidencia; por causa de lo que suponemos verdad lacerante de nuestros populares intereses en contraposición de los otros intereses, los de quienes detentan alguna forma de poder; y puede que tengamos más de una razón para ello. Sin embargo, en parte de la aparente indolencia de nuestro mandatario hay también razones de peso que justifican su proceder; hay motivos detrás del discurso que, cuando se lo pone en el contexto planteado por los videos que muestro acompañando estas líneas, cobra otro significado. Y esto que digo no implica una apología o claudicación de lo que pienso y siento, sino más bien ofrece un atajo distinto desde el cual abordar los acontecimentos con sus dichos y sus hechos.

No hay un líder mundial que no esté hoy, más o menos, trazando mensajes en la misma idea conservacionista y aun así deslizando una postura neowdarwinista con toques de naturalismo rousseauniano para la que la evolución humana, en el siguiente estadio, habrá de ser subsumida dentro del orden planetario. El hombre debe ser uno con la Naturaleza, sufrir del miedo a la propia extinción por efecto de su estupidez, para hacer conciencia de su verdadero rol como especie y actuar consecuentemente y en la medida de su responsabilidad.

No se trata de promover ni de prohijar temas o planteamientos eugenésicos, aunque estos se hallen implícitos en la necesidad misma de conservar cierto orden. Pero, así como la riqueza generada por un sistema de capitalismo real –contraparte del ya rebasado, extinto en 1989, socialismo real– ha sido mal distribuida por motivo de la codicia no por fuerza de unos cuantos, sino de todos, siempre aspirantes a tener para ser, en vez de ser para tener, todos esclavos del querer; así, también, voy diciendo, la distribución humana ha llevado al planeta en tanto sistema a provocar una variedad de desequilibrios. Desequilibrios que pasan por el choque de especies, el choque de civilizaciones, de creencias, de formas de vida, de procederes.

Acumulamos sin beneficio común. Explotamos recursos renovables y no renovables a mansalva, cancelando o complicando posibilidades, relaciones, afectos sin detenernos en otra cosa que no sea la propia satisfacción. Consumimos ya hasta las almas y las leyes las hemos convertido en pretextos, en capas de una cebolla que, en su corazón, alberga los motivos reales de nuestras lágrimas.

Coronavirus, orden mundial y expectativas de futuro

Al margen de teorías conspirativas, que pueden o no rozar la verdad de las cosas, y de lecturas y reflexiones que cada cual o determinados grupos pudiéramos hacer acerca del asunto del coronavirus llamado COVID-19, sus antecedentes, sus efectos sobre la población, la economía, la sociedad, un mensaje de corte motivacional como el siguiente elaborado por el cantante y actor cristiano oriundo de Venezuela, José Luis Rodríguez "El Puma", nos muestra que la actual experiencia traumática que afecta al mundo tiene que ver con una "guerra" de muchos frentes.


Tenemos claros los frentes económico, social, geopolítico, ecológico, de salubridad, científico, ideológico, educativo, tecnológico, militar, legislativo, informativo; pero, la batalla también se está librando en la trinchera espiritual, afectando los campos de las emociones, de la ética, la moral, revalorando los derechos y las obligaciones, contrastando la realidad versus las percepciones y las creencias; el conocimiento frente a la ignorancia; la fe frente a la desconfianza; la avaricia y el egoísmo frente a la solidaridad, la caridad y el desprendimiento.

No fue gratuito el llamado del Papa Francisco el 12 de septiembre de 2019 a efectuar el 14 de mayo de 2020, en Roma, un pacto para una educación que enfile a las nuevas generaciones al nuevo orden mundial, no como secuela sino como paso fundacional siguiente a la Declaración de Abu Dhabi, efectuada "sin crear ningún tipo de sincretismo", según las palabras del cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, pero con la mira puesta en el concurso de los credos hacia un transhumanismo ecuménico. Y tampoco han sido gratuitas las interpretaciones que algunos pueden dar, chuecas o derechas, mesuradas o escandalosas, al trasfondo de su mensaje como son el caso del pastor evangélico Jorge Aguilar o el del pastor rabí de la Kehila Mesiánica mexicana Gozo y Paz, Dr. Javier Palacios Celorio, señalado por sus contrapartes cristianas y judías de hereje judaizante, por mencionar a dos ejemplos.


Claro que ahora, dada la circunstancia a que orilla la pandemia, uno se pregunta si tal encuentro vaticano se llevará a efecto como se propuso o si también sufrirá de la censura y la enclaustración como ya sucede con partidos de futbol o ceremonias eclesiásticas, o si se recurrirá a las bondades tecnológicas como hiciera el Grupo de los 20 en su reciente reunión en la que participó por primera vez Andrés Manuel López Obrador cuya anunciada "austeridad republicana" y su "combate a la corrupción" parecerían hoy, vistos con el tamiz del tiempo, preparativos para lo que aun está por venir, según algunos analistas, desde abril, cuando la recesión mundial comenzará a profundizarse y  se enfilaría el probable fallecimiento del 10% de la población mundial (cifra que se antoja exagerada, pensando que ya somos más de 7 mil 625 millones de personas), es decir  por causas asociadas directa o indirectamente al coronavirus en cualquiera de sus dos supuestas cepas conocidas (una más comentada que la otra).
Foto: @lopezobrador_
En ese tenor, es comprensible que indicios como los señalados en la siguiente secuencia de videos ocasionen histeria colectiva:




Algo es cierto y esperanzador para unos: "Susana Distancia" llegó impertérrita de la mano del coronavirus para quedarse rigiendo, no separando nuestros cuerpos tanto como nuestras almas ya de por sí ensimismadas. Pero, para otros, ella es sólo ave de paso, paloma enviada en medio del desastre para volver con un contrito mensaje de esperanza y reconciliación, lo digo utilizando la misma imagen que el propio Papa Francisco empleó para subrayar el significado de la declaración de Abu Dahbi (véase desde el minuto 43:58).



La familia, piedra miliar de la civilización

Foto: AP y EFE
Que ocurriera esto entre Navidad y Pascua, ¿pudo ser mera coincidencia?

Se habla, se imagina, se propone, se teme un nuevo orden mundial, uno donde no seremos más lo que fuimos. Y esto ya algunos lo avisoramos desde finales del siglo anterior; y nos llamaron enajenados, que estábamos en el yerro. Pero, nosotros salimos de la cueva, mientras los demás vivían fascinados con los efectos de las sombras proyectadas en la pared de la misma. Y ahí están, adentro, en cambio, obtusos, revueltos, los autodenominados liberales y los tachados de conservadores. Ahí están los apocalípticos y los integrados. Ahí también la ignominiosa credulidad y la ruin y mezquina ceniza de los sueños a los que hemos renunciado, sacrificado al punto de convertirnos en un nostálgico afán devocional.

La imagen de un pastor sin grey también se prefigura como proyección de las llamas danzantes. Es soledad divina encarnada en lo humano; es abandono humano de lo que tenemos de divino.

Mas, al final, conforme avance la historia, este virus escoltado por los 4 jinetes: enfermedad, hambre, guerra y muerte, dejará poca huella pues, ya se sabe, el hombre es el único animal que tropieza más de dos veces con la misma piedra, como de alguna manera parodiada se nos quiso hacer creer que alertaba Vladimir Putin en un video falsificado y que, no obstante, más de uno tomó a pie juntillas porque e discurso en él se antoja creíble y que, a pesar de su falsificación discursiva aborda un tema que hoy es sensible, preocupante y es visto como la solución a nuestro actual problema existencial.


La coincidencia temática entre estos contenidos aquí compartidos encuentran su síntesis en planteamientos similares hechos por los más diversos mandatarios y políticos que enfatizan el papel de la familia aun como piedra miliar, institución raíz de lo que somos:


A veces es necesario destruir para reconstruir. "El nuevo orden mundial ni es nuevo ni ordenado", opina el internacionalista Andy Stalman.
El primer uso de la expresión nuevo orden mundial aparece en el documento de los Catorce Puntos del Presidente norteamericano Woodrow Wilson después de la Primera Guerra Mundial para la creación de la Liga de Naciones. Este nuevo orden se refería al comienzo de un nuevo período de la historia en el que se manifiestan cambios profundos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes.

Unos sesenta años más tarde, esta expresión volvió a los titulares de los medios, especialmente con el final de la Guerra Fría. Los entonces presidentes de Estados Unidos y la Unión Soviética, George H. W. Bush y Mikhail Gorbachev usaron el término para tratar de definir la naturaleza de la posguerra fría y el espíritu de cooperación que se buscaba materializar entre las grandes potencias.

Los últimos acontecimientos parecen marcar el comienzo de una nueva era para la geopolítica internacional. Estamos en presencia de un nuevo nuevo nuevo orden mundial (ya que sería la tercera vez que lo utilizaremos). Para algunos un nuevo (des)orden mundial.
Pero, si tomamos en cuenta a la transformación que sucedió con el industrialismo y derivó en la Primera Guerra Mundial, podemos comprender y ubicar los hechos actuales como la cuarta transformación de la que se nos ha hablado. Y sobre todo si tomamos en cuenta que, si los pronósticos de los expertos son acertados, estamos viviendo el final de la Era del Petróleo y nos quedan escasos 30 años para reestructurar y reconfigurar el orden planetario, ajustándolo para el empleo de las energías renovables y basar en ellas una nueva forma de capitalismo, más democrático, solidario, responsable, equitativo.

Es verdad que la pobreza jamás desaparecerá del todo. La lucha de clases, ya lo decía Carlos Marx está en los cimientos de toda forma de capitalismo y define nuestra esencia como especie y sociedad. Lo que sí podemos modificar y evitar es que las "sanas distancias sociales" no estén basadas en la segregación, sino en la discriminación como fenómeno adaptativo integrador, incluyente y no excluyente con miras a un control social no dictatorial sino solidario, no caritativo o paternalista, sino promotor del autodesarrollo; no basado en la meritocracia ni en la autocracia, sino en el empoderamiento horizontal y democrático.

Crónica de un abuso


DÍAS ATRÁS, tantos como casi una semana y con ayuda de un buen amigo publiqué en un chat de WhatsApp, donde no estoy incluido, un anuncio que también repliqué aquí, en Facebook. En el anuncio publicitaba que, entre los más de cien productos de limpieza y perfumería a granel, contratipos, que vendo para ayudarme con mi economía, incluía e incluyo el gel antibacterial, el gel sanitario, el shampoo para manos, cloro, etc. Como buen analista –creo– de los indicios informativos que nos rodean, sabía que, más pronto que tarde, dada la pandemia del covid 19, sería un producto recibiendo el centro de atención y, estando en posibilidad de ofrecerlo en precios económicos podría allegarlo a la gente de mi comunidad caracterizada por estar conformada en su mayoría por ancianos, grupo vulnerable objetivo.

Para sorpresa de mi amigo y mía el anuncio generó una respuesta impresionante. En escasas dos horas la andanada de pedidos se multiplicó 4 veces contra lo que de manera normal solía sucederme incluso con los productos que me son más solicitados para el aseo de la casa, la oficina, el coche o la ropa.

Lo mismo estaba sucediendo con mi proveedor habitual quien de pronto se vio rebasado por compras de pánico en su comercializadora y hubo de apretar tuercas para acelerar la producción en su fábrica.

Durante todo el fin de semana fue un no parar respondiendo a llamadas, mensajes de WhatsApp y Facebook. Las ventas fluyeron de forma fantástica y claro, no puedo negar que me sentía contento por el repunte de mi economía, de mi proyección personal y profesional, y aun más porque estaba contribuyendo a la prevención y cuidado de la salud de las personas y sus bolsillos.

Claro que esto tuvo, al menos en México, una múltiple explicación: el miedo generado en el mundo por el aumento de casos de coronavirus dados a conocer por algunos colegas periodistas de corte sensacionalista, las torpes decisiones y actitudes del gobierno en turno de Andrés Manuel López Obrador, los funcionarios de su gabinete, los legisladores y sus simpatizantes, el cambio de fecha del puente vacacional adelantado por motivo del 21 de marzo, aniversario del natalicio de Benito Juárez. Esto, sumado a noticias como la caída de los precios del petróleo, de la Bolsa Mexicana de Valores, del peso, la confrontación Arabia-OPEP-Rusia y más, puso a la gente en un estado de psicosis colectiva, detonando compras de pánico.  Pero, también influyó, hay que decirlo, el ambicioso afán abusivo de los que, aun escudándose en la ideología anticorrupción, vieron la ola avecinarse y consideraron oportuno montarse en ella.

Surfeando en gel

Hacia medio fin de semana, entre sábado y domingo mis ventas iban muy bien, con cierto control y orden, hasta que el descomunal aumento de la demanda hizo que mi proveedor dejara de apartarme suficiente gel antibacterial como para tener stock destinado a mis clientes. Así, me fue reduciendo las cantidades y aplazando las entregas, porque no se estaba dando abasto. Me enfatizó que el gel no escaseaba, pero que comenzaron a escasear las botellas dispensadoras de ciertas medidas. A mí eso no me hubiera afectado tanto, si no hubiera sido porque la mayoría de mis pedidos solicitaban justo más botellas dispensadoras conteniendo el producto, aparte de su presentación en bolsa para rellenarlas. Este fue el primer atorón. Seguí entregando el producto en bolsas de plástico y no pude dejar de pensar en las ironías a que estas pandemia y recesión mundiales nos están llevando pues, cuando en muchas partes del orbe, y México no es la excepción, se empiezan a aplicar legislaciones que prohiben el uso de popotes y bolsas de plástico, aun sin tener asegurada y garantizada una industria y productos de sustitución, resulta que el gel tenemos que empacarlo en bolsas para desplazarlo y en los restaurantes tenemos que beber los líquidos en los vasos en la esperanza de que estén bien lavados para evitar contagios.

Hacia el lunes el tema de los envases me orilló a plantear a mis clientes la sustitución del producto para surtirles más bolsas que envases. Comencé a sugerir que podían reciclar envases de shampoo, cremas, que tuvieran tapa dispensadora hermética para evitar la evaporación del alcohol. ¡Oh, sorpresa! La cultura y educación del reciclaje no está suficientemente promovida y diseminada entre la población mexicana, a pesar de las leyes, programas, estrategias y políticas de gobierno e intituciones respectivas. La gente no recicla, todo lo tira, pero bien se queja de que ya no hay rellenos sanitarios suficientes o los existentes, legítimos o clandestinos, se han convertido en manzanas de la discordia para gobiernos municipales, empresas, comunidades y gremios, todos echándose la bola unos a otros y nadie tomando las riendas para dar la vuelta al tornillo y entrar de lleno en la generación de energía sostenible, entre otros beneficios aparejados a la basura.

El resultado fue que la paciencia de los clientes comenzó a resentirse. La promesa de dar razones acerca de los envases el martes inmediato sirvió para calmar los ánimos.

Llegó el martes y con él el aumento drástico de pedidos. Empecé a dedicar más tiempo de mi noche para mantener el control y el orden. La ventaja es que soy noctámbulo, pero todo tiene un límite, y eso de ir a dormir a las 7 de la mañana para despertar 3 horas luego no es muy sano tampoco y menos cuando por estar en la brega hasta los tiempos de alimento y descanso se ven trastocados. Pero, soy persona responsable y dedicada, acostumbrada a sacrificar cosas cuando es preciso.

Si el lunes sirvió de pausa en la entrega de gel por dedicarlo a la entrega de otros productos de limpieza que también se estaban viendo afectados en su distribución, el martes el gel acaparó la atención. Amigos me enviaron imágenes de lo que estaba sucediendo y ya había anuncios de otros ofreciendo el gel antibacterial con mucha agresividad comercial y precios elevados. Está bien, dije, el sol sale para todos. Sabía que el caos estaba comenzando y que no llevaría a nada bueno. Mi proveedor redujo su entrega a mí y quedé desprotegido, capoteando el temporal. Envases cada vez más escasos o agotados o con precios exagerados. Dado que los otros productos los vendo con envase a cambio (reciclaje), en esos no me afectaba más. Y en el gel ya había yo comenzado una estrategia de control de daños tratando de educar a la gente acerca del reciclaje. Pero, el hombre es un animal de costumbres, necio.

Mis ventas continuaban y el dinero comenzó a quemarme, a sabiendas de que el problema de a distribución no tardaría en afectarme de forma severa no siendo yo mayorista.



Haga su propio antibacterial

Martes y miércoles de nuevo fueron de aplazamiento y reducción de entregas, contra la demanda existente. Empezaron a mandarme imágenes de tiendas con estanterías vacías. Empezaron a llamarme amigos y conocidos pidiéndome grandes cantidades de litros para, con toda franqueza, comerciar montándose "en la bonanza" ficticia que supone una ola, una burbuja inflacionaria como esta. Los videos de YouTube elaborados especialmente en España desde diciembre del 2019, tras la declaración de la pandemia, enseñando cómo hacer gel antibacterial casero con la fórmula oficial de la Organización Mundial de la Salud aumentaron de forma increíble sus vistas y suscripciones a cientos de miles o millones. La gente ahora, en la era de la información, contaba con una herramienta conceptual para no "depender" de las grandes corporaciones químicas fabricantes del producto y así en España como ahora en México, los ciudadanos audaces se lanzaron a los establecimientos de venta de insumos como la farmacia París, El Fénix y otros para adquirir los ingredientes y herramientas para fabricar el propio gel, fuera para comerciar o para uso personal o familiar. Esto ocasionó que, al día siguiente, estallara la burbuja.

En la noche del martes, a mi proveedor se le murió un hermano así que cerró temprano y el miércoles la demanda rebasó a sus empleados y a él mismo en pleno duelo y velorio. Yo, aguantando como Ulises amarrado al mástil, para no sucumbir a los cantos de las sirenas y a la vorágine.

El jueves por la mañana, aun a riesgo de parecer insensible, llamé a mi proveedor para conocer el estado de mis entregas y solicitar un pedido grande, que tenía el dinero en la mano para soportarlo y desahogar mi ya larga lista de espera. Su respuesta fue el indicio de que el negocio ya estaba francamente podrido. No podía surtirme más que una cantidad reducida y manteniendo el precio original. Los precios de los insumos fluctuaban mucho, elevados y ni siquiera podía fijar un nuevo precio. Me supe entonces fuera de mercado. En las redes sociales empezó a circular publicidad de esos oportunistas, vendiendo el gel a dos o tres veces el precio regular. Sabía lo que se avecinaba, pues también desde el fin de semana habían comenzado a escasear los cubrebocas, de los que también me habían solicitado una cantidad considerable.

Mi proveedor me cambió las condiciones, solo atendería mayoristas con pedidos superiores a mil litros y con capacidad de pago de contado inmediato al 100%, sin anticipo al 50%. Entonces, una amistad como caída del cielo me llamó, tenía a su vez un cliente con dicha capacidad, solicitando 10 mil litros para que le fueran entregados con una distancia de 15 días en remesas de 5000 litros. Presenté el caso a mi proveedor y me negó la posibilidad. El mercado estaba vuelto loco y no podía garantizar ni comprometerse con tiempos ni cantidades. Solo me garantizó la entrega de mi exiguo pedido de 20 litros con los cuales yo tendría que hacer malabares para hacer mis entregas. Entonces me confirmé excluido y opté por una actitud de responsabilidad social: lo importante era poner en las manos de mi gente el producto, para la prevención, al fin yo no busqué la burbuja y mi negocio no es lucrar a costa de la necesidad de las personas si bien no soy beneficencia. Así, me concentré en reordenar mi lista de espera e informar a mis clientes la situación sin entrar en detalles enojosos o superfluos, y con afán de surtir a más personas aunque fuera con un litro de gel, mejor que a unos pocos felices de adquirir medianas o grandes cantidades. La cantidad que me surtirían me serviría para repartir gel a 11 personas y no más, de poco más de 50 pedidos. Sí, suena poco para quien acostumbra dejarse llevar por la ambición. Como ya se sabe que la ambición rompe el calzón, preferí quitarme el mío antes de zurrarlo por inconsciente y nada solidario bastante ya me estaba quemando a causa de terceros.

En la noche del jueves, mi proveedor me entregó lo convenido. Charlamos de la situación y me explicó que, aun teniendo la capacidad instalada para solventar incluso pedidos como uno que le llegó de un millón de litros, sencillamente ya no podía fabricar más gel porque no solo aumentaron los insumos sino en especial el alcohol, que es la base principal, estaba agotado a pesar de buscarlo en una veintena de industrias alcoholeras que le proveen a él. Que tal vez sería hasta el martes de la siguiente semana cuando podría tener noticias al respecto.

De esa manera terminé mi día y mi semana, reembolsando lo poco que pude haber ganado a causa de la ola especulativa antes de caer en un círculo pernicioso para mí y para los demás. Me quedó apenas para comer unos días. Me hice a un lado, pues al fin no solo de gel vive este hombre y tengo claro que no es la panacea, sino uno más de entre los muchos productos antisépticos y de aseo que vendo y que podemos usar todos para el cuidado, la prevención y la higiene. Ahora sí que, casi como Pilatos, preferí lavarme mis manos y mirar de soslayo cómo, quizás, esos acaparadores, especuladores oportunistas se quedarán con el producto o, para su fortuna, la desesperación y la ignorancia obtusa de la gente la podría llevar a perder lo más por lo menos. En fin, una raya más al tigre, por no decir al peje.

Palabras pirujas


A VECES LAS PALABRAS salen de nuestra boca como pedo de indio. Y ojo al enunciado y lo que quiere plantear sin ánimo discriminatorio, porque ya voy oyendo a indígenistas repelar por mi dicho, como si la escatología no fuera cosa de todos los días y toda forma de existencia. Pero, ¿por qué afirmo tal?

Tras un año del sonado caso acerca de los dichos del Dr. José Manuel Mireles, ex líder de las autodefensas michoacanas y ahora funcionario público, y que ocasionó revuelo por referirse a las concubinas de los derechohabientes del ISSSTE en Michoacán como "pirujas" y confesar que algún influyente trabajador sindicalizado lo amenazó con llevar 15 mil personas a tomar la delegación si no le daba una base para su "nalguita" nueva, en alusión a su amante de turno., ahora, luego de la histórica, multitudinaria manifestación y protesta feminista de los días 8 y 9 de marzo en contra de la violencia de género en el marco del Día Internacional de laMujer, la Secretaría de la Función Pública impuso la pena de suspender al facultativo por ¡cinco días! Claro que las reacciones de muchos feministas no se dejaron esperar en las redes sociales, considerando la medida una burla oportunista del régimen en turno.

Que conste que ni defiendo ni repruebo a tirios ni troyanos.

Nomás un breviario cultural, cuando revisamos en el diccionario, la palabra "piruja" no tiene ninguna connotación que implique "estereotipo de género" y, en todo caso, de haberlo en la segunda acepción no tendría por qué ser denigrante, ofensiva ni vejatoria; de haberlo en la tercera, por su carácter despectivo, sería con carácter sinónimo y puramente descriptivo:

pirujo, ja

1. adj. El Salv. Que no cumple con sus deberes religiosos.
2. f. Mujer joven, libre y desenvuelta.
3. f. despect. Méx. prostituta.

"Nos han quitado tanto que hasta el miedo nos quitaron"

O sea, la runfla, la caterva de féminas manifestadas el domingo y ausentes de sus trabajos en protesta al día siguiente podrían bien ser calificadas de pirujas desde el momento mismo de autodefinirse como mujeres libres, desenvueltas, muchas de ellas jóvenes de cuerpo y la mayoría jóvenes de espíritu. Y entre las manifestantes pudo haber pirujas prostitutas solidarias con la causa, y pirujos homosexuales de los que ya llevan rato exhibiendo su orgullo y dignidad en afán de hacer valer los legítimos derechos ciudadanos de una comunidad con nombre acrónimo impronunciable (LGTB...).


Y seguro, tras escuchar y leer las expresiones discursivas en arengas y pancartas, entre ellas hubo y hay las que abiertamente se han declarado contrarias a cumplir sus deberes religiosos por atentar contra sus principios íntimos, personalísimos como el derecho sobre su cuerpo.

Estoy cierto de que habrá habido también muchos hombres y mujeres (lesbianas) relacionados con ellas, esposos, novios, concubinos, amasios, amigos con beneficios, amantes que las habrán mirado orgullosos por el valor manifiesto de esas contoneantes, seductoras "nalguitas" que tanto gustan de explorar en sus entrañas y sus sueños y acariciar con deseosa lascivia y amorosas ansias.

Repito lo de siempre. Las palabras, aun las altisonantes, están para usarse, no para abusarse o desusarse, tienen funciones preclaras, históricas, precisas, cambiantes por evolutivas. Le tenemos tanto miedo a las palabras, que nos parece más sencillo censurarlas en vez de enseñar a los otros sus mejores empleos. Y ya en esto voy señalando un indicio contradictorio en los argumentos expresados por las manifestantes que afirman: "Nos han quitado tanto que hasta el miedo nos quitaron", pues, sin embargo, ese miedo a las palabras en bocas de los otros nos lleva a la confrontación, sea por franca ignorancia de sus significados o por culpa de un imaginario colectivo más dependiente de la capacidad perceptiva e interpretativa que del cabal razonamiento del trasfondo de las cosas.

Esas mujeres son las mismas que hoy en las estadísticas suman no solo asesinatos en la categoría de feminicidios, sino aumento del alcoholismo, la drogadicción. Son las mismas que ahora gozan de mostrar su inteligencia igual que si hombres, usando las palabras para alburearse.


Mejor haríamos en temer la intención detrás de quienes las ejercen a mansalva como de quienes las reprueban por ellas mismas y las acallan. Como diría mi madre, lo que no es parejo es chipotudo, dicho sin albur.

Lo que está sancionándose es la conducta errónea, insensible, torpe, no necesariamente explicada por un machismo exacerbado, anquilosado, enteco, caduco, atávico, tradicionalista, que haya su equivalente en un hembrismo igual de nocivo. Pero, está visto que en nuestra cultura hemos hecho de la palabra símil del acto y de la pronunciación sinónimo de la pretensión. Y ahora, hacia donde vamos es a temer siquiera a abrir la boca, no sea que a las idiotas  (dicho en su puro sentido etimológico, histórico y democrático) que se manifestaron estos días se les ocurra suponer que tras este epíteto ya las voy encasillando en el cartabón de la estupidez o me vuelvo apologista del hostigamiento y del acoso no solo sexuales, sobre los que insisto e insistiré que son, en especial el acoso, la cuerda floja sobre la que camina nuestra civilización construida con base en reconcomios.

Cuando la ausencia se hace presencia

Multitudinaria e histórica marcha de mujeres en CDMX contra la violencia de género, 8/marzo/2020.
Foto: Archivo Cuartoscuro, tomada de UNO TV

SI SOMOS CORTESES, solidarios, podemos decir: la ausencia de las mujeres en este #UnDíaSinMujeres, #UnDíaSinNosotras en protesta posterior, secuela del Día Internacional de la Mujer y la marcha multitudinaria contra la violencia de género, se hizo notar, se resintió su falta. Pero tal vez nos tachen de hipócritas.

Si somos crudamente realistas, la verdad es que nadie es indispensable, insustituible en esta vida, en el ámbito de la convivencia social, en lo productivo; acaso en lo afectivo, pero, sin duda no es igual en lo biológico a contrapelo de cualquier discurso político.

Si los hombres hiciéramos lo propio y dejáremos de asistir un día a nuestras labores, siendo como somos mayoría proveedora (que no mayoría de la población), a querer o no, hecho promovido y prohijado por ellas en su a veces artera conveniencia que las "victimiza", ¿las cosas serían distintas? Lo dudo, ellas ocuparían nuestro sitio y tan mal o bien, mejor o peor que cualquiera de nosotros, jalarían o empujarían la carreta. ¿De verdad hicieron falta en las empresas o para resolver las calenturas? Mi amiga Manuela supo llenar el vacío; aunque, claro, no es lo mismo huele a traste que atrás te huele. ¡Perrooo!

Jamás olvidemos que reinas y reyes, aunque tengan su respectivo puntaje y valor, y aun cuando ellas tengan extrema libertad de movimiento, solo somos fichas del mismo ajedrez donde, es preferible perder un caballo que una reina y cualquier peón llegado a la otra orilla puede ejercer funciones de reina sustituta y concubina, tantas como sea posible, para proteger la idea de lo masculino al que, si se le hace jaque mate, sobreviene el fin del partido, es decir de la especie. ¡Así de vulnerables somos nosotros los varones, a pesar de nuestra vanagloria! Así de determinadas son ellas a pesar del acoso de alfiles y torres que pretenden arrinconarlas, anularlas. Cada cual debe saber y honrar su función en esta existencia a despecho de machismos, hembrismos y chauvinismos que no son sino caras de la misma moneda cuyo canto lleva siglos atorado en la misma grieta.

En eso no se han detenido a pensar. Son ellas las que definen la masculinidad de nosotros; no lo hacen nuestros puños, pendencias y baladronadas. Y, si milenariamente las vírgenes han sido motivo de santificación normalizada, la castidad en cambio ha sido motivo de estigma, vergüenza, anomalía que se explica con la tergiversación pervertida, para algunos más bien divertimento. Y aquí sí hablé solo por mí con todos los grados de libertad que me da mi pobre sesera.

Puedo y quiero acompañar la lucha, justa, que fundamenta la marcha; pero, no soporto, no tolero ni de ellos ni de ellas que al amparo de la misma se trastoque nuestra lengua aun cuando entiendo la idea reivindicadora detrás del juego de palabras y a despecho de las raíces etimológicas completamente desconectadas, en lo gramatical y lingüístico, con la confrontación entre géneros, cuando la oradora en el video debajo de estas líneas, en el minuto 4:15 osa decir "cuerpos, cuerpas" ¡Mi madre! Si no cabe duda que el "discurso políticamente correcto" apela más a la desmemoria y la ignorancia que otra cosa.

Son indicios, nada menores empero lo parezcan, que nos hablan del grado de descomposición social, de la desesperación en que unos y otras estamos en el afán por recomponer al mundo, ese que hace 10 mil años, aproximadamente, surgió precisamente del enfrentamiento entre dos sistemas de gobierno neolítico de la Edad del Bronce: el matriarcado asentado cm comunidades agrícolas en la antigua Anatolia y el nómada paternalismo basado en clanes, cazador, conquistador proveniente del norte de los urales. De ambas formas fundidas surgió lo que hoy somos como civilización, nos guste o no. De esa fusión surgieron las instituciones del matrimonio, del patrimonio, la familia, y más y más y más.

Pero, la modernidad y el necesario afán por balancear las equidades está trastocando los cimientos de la civilización misma, los roles que determinaban el funcionamiento, la manera de delegar tareas en el sistema laboral. La base antropológica es clara: cuando ambos padres se ausentan para laborar, la casa y en ella la crianza quedan a merced de los depredadores, de las fuerzas de la naturaleza (social) y se espera que la fámula, miembro familiar por antonomasia, y el maestro se conviertan en suplentes parentales.

Que ha habido y hay injusticias, arbitrariedades, abusos, ni quien lo niegue. Pero, justos (la infancia) pagan por pecadores. Las demandas son legítimas y no pueden ni deben menospreciarse, sin embargo es momento de detenernos seriamente a ver a dónde nos están conduciendo las resistencias y reacciones de unos y de otras. Máxime cuando ellas, quejándose del lenguaje soez, del albur, hoy hacen lo propio albureando, vejando con la lengua y a la lengua en ese anejo afán por autovalidar el carácter predatorio de quien compite por denigrar al otro y demostrar su poder.

Ya quiero ver a las estudiantes, a las niñas, haciendo bullying a algún niño tachándolo, humillándolo "¡eres macho, eres macho!", en contraste con el que "normalmente" hacían ellos y ellas contra otros etiquetándolos "eres marica, eres marica, mariquita quiere llorar". ¡Ah, si ya hasta confrontan al director de la escuela, verdad! Aunque al presidente Andrés Manuel López Obrador se le salgan las cosas de las manos y recrimine: "a la autoridad se le respeta". ¿Quién determina la autoridad? ¿El cargo? ¿El voto? ¿La gente? ¿Los reyes destronados? ¿Las reinas en rebeldía?






Estamos con usted, señor Presidente, con el alma


ERA DE LA  OPINIÓN... de que el contexto lo es todo al momento de interpretar los hechos y los dichos, y sigo siéndolo cuando atestiguo cómo, en el afán por distorsionar la verdad, el vulgo se dedica a compartir porciones de realidad ajustada a sus intereses, creencias, deseos, metas y mezquindades. Puedo estar en desacuerdo con muchas de las decisiones del actual régimen, pero me gusta llamar al pan, pan y al vino, vino.

Aquí siempre he procurado ser "objetivo", neutral, en la medida de lo posible; y la viralización que se ha hecho recientemente de las palabras de Mario Núñez Mariel, presidente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y uno de los bisnietos del Capitán de Fragata, Adolfo Bassó Bertoliat durante su alocución al conmemorarse el 107 aniversario luctuso de Gustavo A. Madero y del mencionado capitán, así como de la presentación del Repositorio Digital de Memoria Histórica y Cultural de México; dicha viralización, decía, atenta contra la verdad al ajustar los dichos a una interpretación perversa, aviesa.

Ayer, el presidente del INAH Mario Núñez Mariel, bisnieto de Adolfo Bassó Bertoliat, aparentemente insultó al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador:


Para que no te cuenten cuentos a partir de la descontextualización de los hechos, mediante compartir 40 segundos parciales y viralizados de un hecho concreto como estos que han circulado con singular alegría o enojo, según quién los comparta en las redes sociales, al final de estas líneas te muestro, amigo lector, el contexto del hecho y los dichos. Aunque hay que señalar que el video está también editado por su captor para eliminar pausas y lagunas.

Cuando un conocido mío, franco opositor del gobierno actual, me compartió el video, ufano, contento porque AMLO había sido "interpelado", ofendido, calificado de pendejo ¡en público!, tras mirarlo le expuse que estaba equivocado y que, por el tono, era claro que no había tal ofensa abierta ni velada. Pero, este conocido, contrariado por mi lectura, me tachó a mi vez de pendejo por no comulgar con su creencia fragmentaria.

Escúchese atentamente lo dicho en el video casi completo incluido abajo. Aparte de la lección de Historia, no hay subterfugios ni sutilezas como para entender que el ponente califica a AMLO de conservador entre los conservadores, o de conservador entre los reformistas (por no decir transformistas), o que por lo mismo le diga "por debajo de la mesa" pendejo, como algunos detractores del presidente mexicano han pretendido distorsionar, en afán de generar descrédito en un tema particular.

La Historia como referente del contexto

Lo que pasaron por alto a propósito los manipuladores de la noticia fueron las palabras que antecedieron y las subsiguientes respaldando con vehemencia al presidente AMLO, cuando el citado expresó de manera abierta y franca:
"No podemos permitir que la derecha y la reacción nos vuelva a quitar otra vez como hicieron con don Francisco [I. Madero], con José María Pinosuárez, cn Gustavo Madero y con Adolfo Basso Bertoliatti; que venga a arrancarnos la necesidad de transformar un país que entregaron los oligarcas ¡hecho pedazos!; hecho pedazos. No poco, no mucho. Hecho pedazos.
"Es lo que hay que salvar y es a donde estamos todos con usted. Y estamos todos con usted desde la izquierda que es de donde venimos; ahí nacimos políticamente.
"Yo no voy a esconder... Es el primer gobierno con el que yo quiero colaborar, donde no tengo que esconder quién soy. Donde puedo decir abiertamente que soy marxista desde siempre. Donde me atrevo a decir que nosotros los pobres, que la reivindicación de nosotros los pobres no solo es necesaria e insuficiente, es de dignidad básica de vida humana. No podemos dejar el país con sesenta millones de jodidos. Es inhumano hacerlo; es idiota hacerlo; es terriblemente ominoso; es desquiciado. Y su razón de fuerza de decir «los pobres primero», señor presidente, la traigo en el corazón. Los pobres primero. Pero, no solo los pobres, los que trabajan, obreros y campesinos; las mujeres benditas y santas de este país que están levantando uno de los movimientos de resistencia más absolutamente dignos de la Historia de México.
"El que no defiende con el alma a las mujeres de México, no tiene dignidad de seguir en la vida con la cara en alto. El que no distingue que no podemos permitir que nuestro país esté desangrándose de esa de manera, el que no entiende que es tiempo de modificar la vida, que es tiempo de modificar estructuras y sentidos de la existencia, es un conservador más, señor Presidente, y yo estoy con usted: los conservadores son irremediablemente pendejos.
"Sí estamos con la revolución social, porque es una necesidad histórica. No es una necesidad menor, es la verdadera necesidad de todos los mexicanos. Hay que transformar este país para bien. Hay que transformarlo para vivir en dignidad. Hay que transformarlo para vivirlo como el centro del Continente [...] Y como centro del Continente vamos a armar el Parlamento de las Américas para decirles a todos: ya es tiempo de vivir en paz. Construyamos la paz continental, porque es una guerra civil hemisférica, porque es una guerra de todos; porque aquí ya se está jugando la vida del planeta, ya se está jugando la vida de las sociedades. Ya se está jugando la vida de todos los que nos levantamos en la mañana recordando quienes somos y cómo nos llamamos [Énfasis mío ...] Estamos con usted, señor presidente, no de hocico para afuera; estamos con usted con el alma".
Por otra parte, la propuesta del fiscal Alejandro Gertz Manero para modificar el Código Penal y lograr uno federal (ya lo he dicho, tal vez no aquí en el blog, pero sí en mis redes sociales), no solo no es nueva, sino es atendible toda vez que la ley misma, como está, es confusa para su aplicación, máxime en las localidades y los estados, y en todo caso los legisladores tendrían que adecuar el articulado de manera que las características aplicables a la distinción de un feminicidio sean consideradas agravantes de cualquier homicidio mejor que como un crimen distinto. Pues al final, el feminicidio no es más que eso, un homicidio perpetrado sobre la persona de una mujer, por motivos adicionales a los de cualquier asesinato. No hacerlo así tendría que llevar a establecer igualmente las distinciones para determinar cuándo un homicidio es un infanticidio solo o un infanticidio feminista, por ejemplo. El uxoricida, ¿siempre será feminicida, aun contando con atenuantes en su caso como puede suceder en un crimen pasional? El que mata a una mujer en defensa propia (que ha sucedido), ¿será feminicida a pesar de todo? En todo esto, como en otros temas, no me cabe duda que la estupidez está campeando a sus anchas. El tema no es ni debería ser el concepto de "feminicidio", invención a modo de un discurso de género muy discutible y a veces tan obtuso como el contrario. El tema es lo que hay detrás, el trasfondo del concepto de homicidio en tanto aniquilación de lo que nos hace hombres, es decir humanos.

No se trata, y en eso ha sido claro Gertz, de eliminar el feminicidio, sino de afinarlo en su definición para que sea más justa y clara su aplicación desde el ámbito jurídico.

El tema es delicado y, a decir verdad, rebasa por mucho el superficial discurso que alegan muchos feministas. Es como en el caso del lenguaje "políticamente correcto" que pretende llamar presidenta a la señora presidente, alterando sin justificación válida la etimología misma de la palabra, apelar a todos y a todas en un estúpido afán exhaustivo en su pretensión incluyente.

Aquí, en el caso de la ley, no puede ni debe haber distingos. Homicidio es homicidio y se acabó, aquí y en china, sea la víctima una mujer, un varón o un infante. Querer incluir minucias clasificatorias en la ley solo la vuelve compleja, confusa, inaplicable e inoperante. Mientras el espíritu de la ley se mantenga, los detalles de agravantes o atenuantes criminales no tendría por qué significar un freno o una injusticia. De ahí la importancia de homologar las leyes, sin menoscabo de la autonomía de las entidades estatales en materia jurídica, pues es obvio que la diversidad de casos, de maneras, de culturas y costumbres obliga a tratar al feminicidio, como a otros delitos, con especial cuidado. Si un indígena vende a su hija, como parte de sus usos y costumbres, y esta es abusada o asesinada, al final la culpa de matar a la vaca —valga el símil sin ánimo de equiparamiento— es compartida por quien le agarra la pata.