Quien con coyotas anda, a enchilar se enseña

El senador Ricardo Monreal, desayunando chilaquiles y coyotas
con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Twitter

MIENTRAS LOS SEÑORES JAMAN, uno acá, padeciendo para hallar el bolillo y la chuleta, dicho sea entre paréntesis. Y es que los cartones entre paréntesis no necesariamente han de ser caricaturas forzadas, a veces salen así, naturalitas, espontáneas, sin necesidad de meterle diseño al dibujo.

Lo decía don Federico Reyes Heroles, ideólogo priyísta en los tiempos en que Andrés Manuel López Obrador era militante del PRI: en política, la forma es fondo y días atrás, dos ex priyistas, el senador Ricardo Monreal, coordinador de la bancada morenista, y el presidente, se reunieron a desayunar "con huevos, coyotas, chilaquiles y café" para discutir las reformas constitucionales que presentará el ejecutivo próximamente.

Se requieren huevos, sin duda, para soportar lo que viene y los legisladores tendrán que coyotear, muy alertas, a pesar de que las decisiones del congreso enchilarán a más de un empresario. Es decir, una mancha más al tigre de la economía nacional, por no decir que ese jaguar ya va pareciéndose más a una pantera de lo negro que se ve el panorama entre promover la eliminación del outsourcing y unas amañadas reformas que ponen en "riesgo" a la propiedad privada bajo un esquema "socialdemócrata" que algunos tachan de comunistoide, como es el caso del buscapiés que tenemos en el plan municipal de Desarrollo Urbano y Obras Públicas que pretende introducir, por no decir imponer, la alcaldía naucalpense en el Estado de México y de la mano del plan estatal del gobernador Alfredo del Mazo, primo del ex presidente Enrique Peña Nieto.

Lo que pasa con este régimen es que tiene buenas ideas, pero pésimas implementaciones. Buenas intenciones, pero estúpidas ejecuciones. Ya no es nada más cosa de caprichos del poderoso o de sus seguidores, gabinete o simpatizantes, sino de su impericia e ineptitud. ¡Y vaya que el gobierno de Fox fue inepto siendo la primera vez del PAN en el poder federal!; pero, este lo supera con creces.

No es desapareciendo ni regulando fiscalmente y de manera centralizada como se conseguirá la equidad, sino revisando el esquema. Las reformas que vienen pueden estar fundadas en un espíritu benéfico, pero siguen siendo propuestas torpes como muchas decisiones chaqueteras del actual gobierno.

Unos trabajadores en los que nunca piensan legisladores y empresarios es en todos los que nos desempeñamos de manera libre, que no somos emprendedores ni empleados, algunos profesionistas, otros simplemente chambeadores o hasta chambones, los "agentes libres", freelancers que trabajamos por honorarios y que, a querer o no, encontrábamos en el outsurcing una flor efímera, aunque algo injusta, de la bonanza empresarial.

Para que aprenda a gobernar, la izquierda tiene primero que quitarse de la cabeza las telarañas de ser contestataria a la primera de cambios, enfocarse en la tarea y no distraerse con sueños guajiros, concentrarse pragmáticamente en lo que la realidad permite efectuar y no construir castillos en el aire que implican falsas esperanzas para los gobernados. ¡Eso es lo que está fallando!

Y sin embargo, yo sigo afirmando que el 2024 repetiremos con un gobierno morenista, porque el sistema político mexicano así es, pendular. Será un gobierno de izquierda-centro con capacidad para sentar las bases de una nueva transición democrática en ese incesante ir y venir. Yo no sé si votaría por algo así. Es temprano para decidir. Sé que no voté por AMLO. Aun así no me cierro analíticamente ante las probables bondades y, como dije en mis textos en el blog y aquí hace mucho, la izquierda está siendo puesta a prueba y todos estamos pagando la novatada.

Como muchos son de la misma extracción priyista, díficil es decir aquello de "más vale malo por conocido que bueno por conocer", pues está visto que tan malo el pinto como el colorado y, sin albur, más vale pájaro en mano que ciento volando, y esto lo digo por aquellos que incluso quisieran hacer de AMLO un mártir y hasta proponen su aniquilación literal.

México es más grande que un hombre empecinado y caprichoso e incluso que una ideología ramplona. Seremos tú y yo los que lo sacaremos adelante, aunque los pronósticos del FMI y el Banco Mundial ya nos hayan hecho temblar afirmando que empezaremos a asomar el pico por ahí del 2023.

Descabezando encabezados


Recordando al eximio colega Raúl Prieto de la Loza "Nikito Nipongo", leo a veces ejemplos como la siguiente nota y me dan vergüenza ajena.

¡Nooo! ¡Si mis colegas periodistas y publicistas pueden ser divinos en la torpe e ignorante manera de manejar el lenguaje, el idioma, destrozando, haciendo mal ejemplo entre los muchos (no todos) ya de por sí ineptos lectores! Esta nota es irrisoria en su encabezamiento, ¡pobrecito automóvil! Ya lo imagino como al personaje de Derbez Eloy Gamenó reclamando: "¡Mi'ahorcó, óigame, no!"

La gramática correcta tendría que haber sido: "Sofocan incendio de vehículo sobre Periférico". Pues, como indica el diccionario el verbo sofocar es transitivo y además:

1.- Producir [el calor excesivo u otra cosa] sensación de ahogo o dificultad para respirar: "no soporto el calor del trópico porque me sofoca".

2.- Apagar o dominar una cosa que se extiende o se desarrolla, especialmente un fuego: "sofocar un incendio".

Examinemos la lógica detrás del encabezamiento y de la crítica que hago.

Aun cuando el vehículo es una cosa, sofocarlo llevaría a apagar su motor encendido por cualquier medio, y por lo tanto a detener su funcionamiento.

Dirán, ¡estaba encendido, mira el fuego! Sí, pero no es lo mismo apagar la chispa del motor que controlar un incendio en el motor o en cualquier parte del coche o un bosque o la casa, pues las causas de un incendio pueden ser diversas. Aun cuando el efecto final sea el pretendido, el orden lógico en la idea y la imagen mental que genera no son menos importantes.

La pregunta a responder para determinar el objeto directo de la proposición enunciada sería qué es lo sofocado y en función de la respuesta se da el orden de las palabras.

Sí, dirán que se puede responder que el objeto a sofocar es el "vehículo incendiado"; pero, el vehículo es, en esta respuesta, el núcleo del objeto directo, mientras el participio del verbo incendiar empleado como adjetivo pasa a ser el circunstancial de modo, mientras "sobre el Periférico" es el circunstancial de lugar.

Entonces, si lo que pretendemos es sofocar una acción perniciosa, lo sofocable tiene que ser el sustantivo que da pie o del que deriva el acto o verbo. Así, sofocar a una persona es producirle o provocarle ahogo en la respiración que deriva en respirar; por tanto, ahogar un vehículo puede conseguirse inyectando en la combustión más aire (comburente) o más gasolina (combustible) en la mezcla; mientras que ahogar al fuego implica añadir a la mezcla en plena combustión un gas, líquido o sólido que actúe como retardante o inhibidor. Lo sofocable aquí es el incendio y no el vehículo.

Dirán, lo explicado ¿no es lo mismo? Sí y no. Pues no es lo mismo ahogar, retardar la mezcla previa a la combustión que ahogar, retardar, calmar la combustión iniciada, en progreso o desarrollo. Lo que se requiere controlar es el incendio y no el vehículo para evitar un mal mayor.

Finalmente dirán, ¡pero la idea se entiende al cabo! Sí, porque así de rico y flexible es nuestro idioma y el lenguaje en general. Ello no justifica, empero, que se escriba y hable con la mayor y mejor propiedad y precisión posibles.

Mucho del trabajo en comunicación tiene que ver con lo anotado y no nada más los que nos dedicamos a informar o publicitar, difundir, educar tenemos un compromiso y una obligación para con el lenguaje, la cultura y el público, sino nuestro quehacer hace parte de una pedagogía y, está visto, la que fundamenta a nuestro pueblo ha mostrado ser tan endeble y vacua y torcida que por eso estamos como estamos: con padres y maestros que no reconocen la "o" ni por lo redondo, abogados y jueces y ministerios públicos que se la viven peleando, jugando, litigando en medio de interpretaciones fuera de lugar acerca de contratos, demandas, oficios y sentencias que, de tan mal redactadas so pretexto de la jerga propia de la profesión se vuelven no nada más ininteligibles sino tramposas. O gobernantes que hoy dicen y mañana se desdicen.

Ahora, más allá de las solas letras, pensemos: si en la política que hoy campea en México las cabezas empezaron a rodar, literal y metafóricamente tras la declaración de guerra al narcotráfico años atrás, entonces quizá descabezando encabezados podamos dar de modo más sencillo con las razones detrás de la miseria que nos compete como sociedad y nación.

El establecimiento de la agenda diaria por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador tendría que dar paso a encabezamientos más precisos, claros, transparentes y no servir de vanagloria y condescencencia lambiscona de doctos periodistas que apenas sirven como remedos de bufones convertidos en heraldos con más interés en el palo y el pastelazo en el escenario de las redes sociales que en develar la verdad y hacer crítica.

Los acontecimientos y dichos recientes tras la detención del general Secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos Zepeda en EE.UU. a manos de una DEA ínclita por corrupta, retorcida y atrabiliaria, vistos como un mensaje entre gobiernos, equivalen a cualquiera de los elementos necesarios para que suceda una combustión.

En México como en Estados Unidos la división y el descontento sociales están candentes, la presión está aumentando de formas peligrosas, en parte por efecto de la pandemia y en parte por efecto de la recesión mundial, sin mencionar las torpes decisiones de gobiernos, y la vía rápida ha sido insuficiente para la solución de conflictos.

¡Ya no es nada más la economía, imbéciles! No es echando baldes de agua fría o polvo de extintor como AMLO o Trump o FRENAAA conseguirán apagar los fuegos encendidos por ellos mismos dentro y fuera. Y no es tampoco atizando con el soplador como sofocarán la inconformidad ciudadana o la que, mundialmente, está germinando en las cajas de Petri donde se está cultivando la guerra que viene. No es haciéndose pendejo, ese a quien le habla la Virgen, como la oposición cifrará los liderazgos que hacen falta para consolidar a la democracia. A menos, claro está, que todo sea parte de una fantástica conspiración no nada más para disminuir la cantidad de gente en el planeta por medio de pandemias, sino para forzar guerras intestinas, regionales y planetarias que consigan, mediante la conflagración, aumentar artificialmente la tasa de mortalidad por contraste con la de natalidad. Pues no hay duda que la capacidad del planeta para sostener la vida humana y en general está siendo puesta a prueba y el cambio climático no es sino un conjunto de reacciones naturales a una serie de acciones naturales y humanas.

¿Qué encabezamientos, qué lógica queremos leer mañana?

Esos que se van sin decir ¡hola!

Gabo Ferro, cantautor argentino

EL PERIODISMO en general tiende a ser o sobrepreciado o despreciado. El periodismo y los periodistas en general no conocemos medias tintas por lo que toca al juicio social acerca de nuestro trabajo, aunque haya colegas —quizá yo mismo— que nos desempeñamos en la raya de la pusilanimidad, de la medianía, que también tenemos nuestros fantasmas y esqueletos en el clóset, pecados inconfesables, desmemoria o ignorancia parcelaria sobre ciertos tópicos.

Igual ocurre con los géneros del periodismo. Tal vez el más despreciado y despreciable es el que engloba a las esquelas, obituarios y necrológicas. Los primeros dos más emparentados con los boletines y tableros de anuncios, la publicidad y las relaciones públicas para informar sensiblemente acerca de la postura personal u organizacional que una firma, grupo o personas tienen respecto del deceso de un familiar, socio o allegado.

El tercer tipo, sin embargo, es a veces el más temido y despreciado incluso por los mismos periodistas. Pues, con su tendencia y carácter biografico fuerza al que es lego sobre la vida y obra de algún individuo, público o privado, a escarbar en la ropa sucia ajena para extraer lo que puede significar una ofrenda para el fallecido y sus simpatizantes, pero una afrenta a la íntima consciencia ya sea esta ignorante del tópico o, peor, cuando esta contrasta la personal admiración con la soterrada envidia, la que llama a azoro tras el descubrimiento de los talentos deseados o soslayados para uno mismo.

Las necrológicas son una mezcla entre oficio de enterrador y afán coleccionista. En un determinado momento, los periódicos empiezan a acumular  los datos relativos a la vida y obra de alguien cuando se estima que puede estar próximo su fin en la existencia. Aunque también hay ocasiones cuando el acopio debe darse ipso facto, apenas se conoce el fallecimiento y es entonces cuando la pericia periodística se contrasta con la negligencia.

Hay algo mórbido en esta tarea y eso empata al periodista que borda una nota semejante, lo acerca al tabú funerario del forense que, en algunas culturas, por el solo hecho de hacer de la muerte su fuente de ingreso y sostén, el solo contacto con el fiambre lo inviste de un aura fría y oscura, detestable, especie de coraza pulida en la que, tarde o temprano, cada uno de nosotros ve su reflejo caduco. A nadie le gusta que otros le sorrajen en la nariz la mierda que uno es en un ejercicio de escatología moral.

La nota, el reportaje, la crónica o el artículo necrológicos son una mortaja adelantada o tardía. Son tanatología aplicada y el periodista que la lleva a efecto se vuelve, así sea por el tiempo dedicado a las líneas, en un embalsamador que busca no nada más embellecer al cadáver referido —que puede ser el mismo texto a los ojos de los lectores venideros— para hacerlo parecer tan vivo y rozagante como en vida, sino presentable ante los que le antecedieron en su partida a otra dimensión.

En tanto embalsamador, el redactor de necrológicas, casi biógrafo, aspirante a novelista, poeta mundano con especialidad en aforismos y epitafios ha de tener entonces cuidado con cada palabra, con cada adjetivo y adverbio, con cada golpe del cincel en que su pluma se convierte sobre la lápida de papel o la pantalla del computador, evitando la melladura. Andar la tenue línea de lo no dicho como el equilibrista sobre la cuerda floja; hacer música que enaltezca en la melancolía al ido, como ese violinista en el tejado que llora la partida y la diáspora con notas plenas de esperanza fundada en lo que queda. Y esto sucede lo mismo al que escribe de política y sobre políticos que al que enfoca su atención en las formas de las nubes.

Pero, ¿a qué viene toda esta reflexión? Porque con los artistas y los poetas nos sucede algo similar y, aunque en el panteón se nos cuelguen coronas de flores y se canten loas y se graben frases con letras doradas, el tiempo es buen amigo, todo lo cura o todo lo pudre y, si las primeras acaban igual que el rememorado en la composta, a las segundas se las lleva el viento y las terceras pierden brillo y lozanía confundiéndose con el fondo. El olvido puede disfrazarse de tantas maneras...

En tanto escritor, como me defino, y poeta, como palpito, a veces los poemas que escribo llevan tufo de funeraria no tanto por el tema tratado en alguna muestra, sino porque los lectores mismos, en sus visitas esporádicas más parecen extraerlos de urnas y criptas para posar en ellos su ojos curiosos o espantados, enamorados o condescendientes, con displicencia o franca bonhomía.

Textos como el de ahora, prosa burda, parabólica, no siempre es aceptada ni seguida —y nada obliga a ello—. Y esto que digo para la escritura aplica también para las personas que la prodigamos y ejercemos de tanto en tanto y diario, como oficio y como amor perenne. La razón es sencilla: ni todos somos peritas en dulce o monedita de oro, ni todos estamos forzados a conocer y consumir todo y de todo y de todas maneras.

Visto con humildad, el ejercicio de escritor es tan elemental como el del carpintero. Así como no conoce uno a todos los carpinteros, menos a los que están fuera del radio de acción, nadie está obligado a conocerlo a uno. Eso me ha sucedido con el cantautor y poeta argentino, contemporáneo, Gabo Ferro, fallecido diez días atrás; y me ha pasado con tantos, muchos. Vi la noticia y leí las necrológicas y me entró cargo de conciencia.

Estas líneas van pues con afán de servir como acto de contrición para aquellos que lamentan su pérdida y excusarme por desconocer la obra y la vida del artista de cincuenta y cuatro años, apenas tres menos que yo. Disculparme innecesariamente por ser ignorante de su desempeño y reconocerme, así, tan ignoto para sus admiradores, quizá, como si fuera yo el zapatero milagroso al que ya solo los creyentes acuden para reparar sus andanzas. Hay, sin embargo, un raro consuelo en saber que ninguno de los dos cruzamos nuestros caminos en la vida ni en las letras. Su muerte así no me duele como a otros; como a otros no dolerá el que yo deje de estar cuando tal ocurra.

Hoy, mi necrológica acerca de Gabo Ferro, del que ya muchos tuvieron ocasión de escribir y publicar en los días pasads, es más una aspiración de este muerto socialmente que soy para deambular con licencia entre los versos de otros que me han hecho comprender, aún mejor y más que la inspiración propia en poemas semejantes salidos de mi venero, que soy todo lo que recuerdo y que me siento incómodo, incompleto porque, ignorando quién era y qué hacía mi coetáneo y colega poeta, ignoraba de modo vicario quién soy y qué hago; y comprendo que al no recordarlo a él y su obra, por tal motivo, soy entonces, también, un poco menos de ese todo que creía recordar.

Esos que se van sin decir ¡hola!, no saludaron necesariamente por causa de la distancia natural sino quizás por la indiferencia ajena. Si aun no te he dicho ¡hola!, estimado lector que llegas a mis palabras por primera vez, es momento de cerrar la sana distancia para contagiarte de mi amor por la poesía y la escritura. Ojalá hagamos de este ejercicio interpretativo, de esta lección, una pandemia que perdure.





La verdad que importa


COMO ES arriba, es abajo, dicta la máxima esotérica; y la verdad que importa es como el agua entre las manos, inasible, apenas podemos conformarnos con las pocas gotas que consigue capturar nuestra piel para saciarnos la sed de justicia.

Detrás de la intrincada pregunta dada como "respuesta" e indicio por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en días pasados al espinoso asunto sobre la consulta popular para determinar la constitucionalidad de que sean juzgados los ex presidentes, el desasosiego de una sociedad como la mexicana encaminada al encono, la diatriba, el descrédito y el reconcomio está dando frutos y solo espero que de la semilla germine, a pesar del dolor que nos espera, un México más consciente, menos crédulo, pero no tan escéptico que acabe anquilosado por la ataraxia hermana de la ignorancia y la ingenuidad. Y espero que esto no suceda por intermediación de fuerzas violentas. ¿Es posible que la SCJN haya jugado el rol de hacerse como que la virgen le habló, lavándose las manos, minando subrepticiamente las intenciones presumibles de una "cuarta transformación" más precupada en destrozarse internamente que en propiciar el beneficio del país en su conjunto?

Entre morenistas, guadalupanos, frennaaistas, priyistas, panistas... y demás fauna característica de nuestro México se desliza una sombra ominosa, la peor que podría de veras dar al traste con el país más que un solo hombre: el fundamentalismo. El fundamentalismo legaloide, el fundamentalismo que pervierte y subvierte al populismo, nacionalista o globalista, de derecha o izquierda, hasta hacerlo una vulgar fórmula demagógica de unos y otros; de los que creen que rezando propiciarán el milagro de una renuncia anticipada del presidente Andrés Manuel López Obrador; de los que creen que la resignación ciega es virtud que justifica la tozudez y el capricho de la ineptitud en la gobernanza; de los que creen que la Historia la escriben los vencedores o los vencidos, sin matices. Un fundamentalismo cargado de odio que enmascara al miedo de transformarnos, no al estilo o conforme a las expectativas de un individuo o un grupo o un credo o una ideología, sino conforme a los lineamientos del sentido común albergado en nuestra conciencia, conforme a la capacidad de adaptación a los tiempos y la naturaleza.

Aquí he criticado la necedad de los pueblos indígenas y sus "defensores" para que se mantengan incólumes sus usos y costumbres, porque está visto que muchos de esos usos y costumbres son, hoy, contrarios a los derechos humanos en toda su extensión, aun cuando hay otros que los sostienen y revaloran. Porque los usos y costumbres, aun habiendo los valiosos en su primogenitura como es el caso de la lengua, el arte, etc., significan, a querer o no, un ancla en el pasado o, cuando menos, una contradicción adaptativa hacia el futuro.

Lo mismo podemos decir de los usos y costumbres consentidos por una sociedad, en general, al margen de etnias, grupos, afiliaciones, gremios, preferencias, que en su diario proceder recurren a usos y costumbres tan lesivos como los acusados para otros ámbitos de apariencia menor. Que un gobernante se burle de sus gobernados, así se trate de una mayoría o de una minoría, deja mucho que decir del mismo. Y que los gobernados pequen de ilusos ya para votarlo como para botarlo no deja bien parado a nadie tampoco.

Lo que hemos atestiguado en los días pasados ha sido el incremento de la tensión de un resorte que en cualquier momento puede dar de sí y recular con efectos indeseados tanto para quien lo está estirando como para quien está sosteniéndolo; y todo esto es el preámbulo —lo digo con tristeza y seria preocupación—; es el preámbulo de cosas peores que la misma gente —ya ni siquiera sus políticos y líderes—, la misma gente va a desatar movida por la desesperación, la angustia, el hambre (lo mismo de bolillo que de poder), el sordo fastidio, el miope enojo, la insensata incertidumbre.

La Suprema Corte demostró que, como dice el infame personaje Raymond Reddington en algún capítulo de la serie que protagoniza [Black List, 2019, T6:C3], en los tiempos que vivimos la ley está supeditada al capricho de la política.

"Juez: ¿El Departamento de Justicia hizo un pacto con el Diablo mismo!

"RR: ¿Los jueces no deberían al menos simular ser imparciales! [...]

"Su indignación no me concierne. Lo que sí me concierne es que las personas poderosas de este país hicieron este acuerdo y aquellas que cosecharon sus beneficios durante años en realidad consideraron la opción de negar su existencia. Decidieron [igual que con la muerte del hermano de AMLO o el caso Bejarano y tanto más, apunte mío] decir que lo sucedido nunca ocurrió.

"El hecho triste de los hechos es que los hechos nunca han importado; menos ahora. Vivimos en un tiempo en que la verdad tiene un valor tan disminuído que incluso aquellos en la cúpula del gobierno están más cómodos con que la verdad sea aquello que ellos dan a la gente y la convence de creer.

"Eso es lo que me parece inaceptable.

"Por su puesto que la verdad importa, su señoría, en salas como la de esta corte sobre todo. Pero, la verdad es que, sin importar si a usted, a él o a alguien más le guste o no, existe un acuerdo de inmunidad".

Flaco favor le estamos haciendo los mexicanos a la verdad cuando, unos, padres apenados, en busca de sus "desaparecidos", incapaces de hacer un enterramiento virtual en su mente y corazón, se empeñan en una búsqueda sin fin, siempre topando con la pared de la "verdad histórica" y oficial, aun presentando hechos y datos incontrovertibles desde su particular punto de vista. Porque la relatividad en política es determinante de que, aun cuando la realidad es una, la verdad es fragmentada, parcelaria y depende del punto de vista de quién la valora y examina, es decir, siempre hay "otros datos" para contrastar y, en la labor de argumentar y juzgar, quien tiene más saliva traga más pinole.

Yo no voté por el gobierno en turno, lo he dicho abiertamente; y de la misma manera también he dejado asentado aquí, ya no sé cuántas veces, que estoy convencido de que tendremos dos sexenios con el partido MORENA en el poder federal, igual que sucedió con el PAN; me guste o no, te guste o no. Y es que nuestro país está experimentando. Así, experimentando. Experimentando con un concepto que nos pone a prueba a todos si queremos e imaginamos un país con una democracia flexible, participativa, amplia, verdadera. Todos los actores son gobernantes incipientes, aun los que se registraron en la pasada elección para competir con independencia de un partido. Nadie nace sabiendo gobernar, como nadie nace sabiendo cocinar o leer. Y claro que la curva de aprendizaje puede ser más o menos tortuosa, y si a ello se suman circunstancias ajenas como una pandemia y una recesión global, pues nos encontramos en un caldo de cultivo donde la esperanza, más pronto que tarde, acabó gestando a la desesperanza.

La democracia no fue creada para dar voz a las mayorías, por lo general idiotas (en el estricto sentido etimológico de la palabra), porque estas tienden a vociferar y en el escándalo cifran la justificación de su proceder enajenante, anónimo y anárquico. La democracia fue creada para dar voz a las minorías de esos diputados y senadores, síndicos y regidores que, en el supuesto de representar a las "mayorías" interesadas dentro de la mayoría, tienen un punto de vista distinto del común denominador del conglomerado y que, por ello, puede ser y se estima como el fiel de la balanza en la consecución de la justicia, la determinación de la norma y la ejecución del orden. ¿Es así?

La ley, por su lado, fue creada tanto para ordenar, instruir con base en el capricho de quien esgrime el poder: se trate de Dios, Moisés, Hammurabi, Trump, Putin o el sah de Irán o el Partido Comunista Chino o el Tribunal de La Haya. Planear que el poder reside en el pueblo es una falacia que solo se realiza de manera brutal en Fuenteovejuna, cuando ni el Comendador escapa al escrutinio revanchista de los líderes que convencen a la turba de acomodar lo que cree desacomodado, aun cuando en principio la razón haya sido justa. La ley, pone en la letra la costumbre: mor est lex. Y al hacerlo la norma, es decir la forma y en ello también la deforma y la informa y la conforma.

Cada "reforma" constitucional, que algunos ven como parche, enmienda, adecuación, adaptación, ajuste, actualización, implica la deformación del principio originario, a veces para bien, a veces para mal. De ahí la idea de "torcer" la ley para conseguir efectos favorables a determinados derechos aun a pesar de las evidencias, pruebas y verificación de los hechos.

Cada publicación de algún acto legal, sentencia, ordenamiento, edicto informa, aun más que a la población lega o al abogado especialista acerca de estas torceduras y su tratamiento terpéutico, muestra los recovecos, los vacíos aun por llenar y así, además de mostrar lo útil para el argumento y el debate y el litigio, revela los meandros de túneles por donde puede escapar la mirada interpretativa.

La ley no tendría que ser sujeto de interpretación si se siguiera a la letra; pero, ocurre que la letra con que es escrita se enreda en las circunvoluciones del poder ser, el querer ser y el deber ser aun hasta siendo cosas juzgadas.

Nuestro país, México, en estos días aciagos por donde se los vea, por la razón que sea entre la pandemia, la recesión mundial y las decisiones torpes de los actores políticos (incluidos los ciudadanos), se haya entre la ley y el gusto, entre la democracia y el imperio del poder (sea el del pueblo, el del dinero, el del conocimiento, el militar o el de un reyezuelo desnudo orondo en su islote).

Pensábamos, y ya lo han discutido muchos en estos días; pensábamos que la ley era tallada en piedra e inamovible. La democracia vigente demostró que no es así y se la pasa haciendo reformas a la misma ley.

Pensábamos que solo unos enterados representantes y jurisprudentes tenían carta blanca para hacer con pluma, sello y lacre las enmiendas necesarias, aun cuando estuvieran en concurso los intereses más aviesos. Hoy, la decisión de la SCJN abre la ventana a la posibilidad de que la ley pueda estar sujeta a la interpretación no nada más de los expertos, sino del vulgo lego sobre quien opera cada artículo, inciso y código penal, civil, mercantil, militar, etcétera.

Pensábamos que la ley no se discute sino se acata y ejecuta, y que para ello se crearon, como parte de la división del trabajo y la distribución de poderes, los roles de juez, ministro, magistrado, fiscal, procurador. Y que la Constitución deja claramente asentado a quién toca qué parte y en ningún artículo señala que el ciudadano común pueda participar de manera abierta en la determinación de la inocencia o culpabilidad de cualquiera. La decisión de la SCJN y la celebración presidencial nos muestran que existe la intención de "transformar" ese principio. Por un lado, quizá sea la primera piedra en el nuevo muro de un sistema judicial distinto en el que, al estilo de otras latitudes, se incluya la figura del jurado en la celebración de la ya novedosa transición a un sistema de juicios orales, en el afán de ajustar la justicia a dos necesidades: expedición y prontitud, verdad acomodada al bien común.

También en este espacio, tiempo atrás, escribí al respecto de la necesidad, primero, de incluir las figuras de consulta popular, referendo, plebiscito y revocación de mandato en la Constitución. Eso ya se hizo en años recientes, aunque sin darles valor vinculante, sino como meras menciones de buena voluntad, con miras a un futuro más maduro o como francos y cínicos dedos embarrados de atole para satisfacer la morbosidad de los renegados y los iracundos que, en el ejercicio seudodemocrático de sondeos de opinión y consultas con urna o a mano alzada calman las ansias de novillero. ¿Será que ese tiempo de madurez ya llegó? A ojos míos y de AMLO y otros, sí, aunque a veces nuestro pueblo dizque bueno se comporte como adolescente.

Entonces, la declaración de la SCJN, más allá del éscandalo mediático y político, sienta un precedente que no podemos mirar de soslayo, pues pone en el meollo del asunto un tema medular: la consulta es constitucional, porque está en la Constitución y punto; pero no basta. Su objetivo no lo es tanto por no tratar un tópico trascendental para la nación, y de ahí que la pregunta fuera modificada a una más amplia, de apariencia vaga, pero que fuera capaz de abarcar a todos los actores y momentos políticos cuyo peso en el devenir nacional haya supuesto trascendencia nacional y no solo temporal, personal, particular. La pregunta, así, más que suponer un desaliento, tendría que ser vista como el indicio, el punto de partido para que el Congreso, sea desde el partido en el poder o la oposición o juntos, tomen cartas en el asunto en el interés por aterrizar y realizar de facto y jure y no solo de buena voluntad, la idea de que México cuenta con una democracia tanto representativa como participativa y donde hasta el más humilde ciudadano sea tomado en cuenta en su opinión, derecho, necesidad y actuar al servicio del bien común. Tal como sucede con los jurados que, junto con el juez de turno, analizan, revisan, ponderan los factores, signos, pruebas, evidencias que pueden inclinar la balanza de la inocencia o la culpabilidad de un individuo o grupo. El juez es garante de la justa aplicación de la ley, pero el jurado es el garante de la incidencia que dicha aplicación puede tener o dejar de tener sobre la sociedad en su conjunto. Así, la jurisprudencia se hace no nada más desde el escritorio, la biblioteca, la corte y la mente de uno o más expertos, sino desde la sensibilidad del público mismo además. Eso no es una aberración. Si la intención de este gobierno es caminar ese sendero, lo acompaño. Si su intención es de otra índole disfrazando su hipocresía de solidaridad, entonces execro.

Como escribí en mi ensayo sobre Participación Ciudadana:

La indefensión ciudadana está a expensas de la buena voluntad política de las autoridades erigidas con facultades discutibles para el arbitrio de procesos y resultados. Y el hartazgo y la inquietud ciudadanas hacen caldo de cultivo para actuaciones que, aun buscando el bienestar de la comunidad, pueden incidir en tentaciones perniciosas así de grupos como de individuos.

La verdad que importa es si la ley puede ser discutida en asamblea pública y abierta por toda Fuenteovejuna y si aun son operantes y pertinentes los grupos de representantes y las comisiones que, hemos visto, acaban haciendo lo que los astutos y zagaces negociadores inculcan.

Las damas chinas en Naucalpan


 

COMO SI JUEGO de damas chinas, en Naucalpan las canicas ya andan saltando en el tablero y no desde ahora, sino desde antes de la pandemia. Bastó que se aligerara el color del semáforo pandémico, para que los políticos se quitaran metafóricamente el tapabocas en el interés de encaminar sus aspiraciones a cargos de elección popular en 2012 en regidurías, sindicaturas, alcaldías, diputaciones locales.

Es lo que nos dejan ver ya los actos proselitistas, disfrazados de filantrópicos, de varios personajes de la localidad. El más destacado sin duda es esa suerte de fantasma de Canterville en que se ha convertido David Parra Sánchez, líder moral del Síndicato Único de Trabajadores al servicio de Estado de México y Municipios (SUTEyM) en Naucalpan, y a quien Todo Texcoco entrevistó recientemente.

Salta a la vista de sus dichos en la entrevista... Nada. Nada nuevo y todo viejo. Igual que en el Fantasma de Canterville. Esa mancha al pie de la escalera del ayuntamiento dejada por el caso Azucena Olivares, del que llevaba el expediente el bufete de abogados de Xavier Chávez Tello "heredado" por David Parra​ sigue apareciendo, sin hablarse de sus causas y efectos, para falta de claridad ante los trabajadores. Aunque, igual que en la novela, ahora ya aparece con otro color.

Supuestamente, según algunas fuentes, el caso habría sido "escondido" bajo la mesa por "instrucciones" de Enrique Peña Nieto. Según otras fuentes, el caso habría sido ya resuelto y emitida sentencia, sin hacerse público el contenido de la misma que, de ser favorable al sindicato, favorecería a los trabajadores del SUTEyM y, de lo contrario, Azucena Olivares ya andaría muy campante dando la cara.

La verdad es que ni lo uno, ni lo otro. A menos que sea la carta bajo la manga de campaña del ex candidato y nuevo aspirante a la alcaldía de Naucalpan por parte del PRI para el período 2022-2025 en el afán de allegarse la simpatía de sus detractores dentro y fuera del sindicato del que su familia ha hecho una franquicia de la democracia sindical al más rancio estilo de la CTM de Fidel Velázquez.

En la entrevista del medio texcocano no se ven propuestas nuevas, acaso lo mismo dicho en su confrontación contra Edgar Olvera Higuera quien sigue en la fila, esperando desde su curul que se olviden sus pifias para, ahora sí, apostar a una "reelección" que ya no sería tal.

La realidad es que en ninguno de los partidos se ven prospectos con tamaños zapatotes para agarrar al toro naucalpense por los cuernos. Visto así, quizás también a eso apueste David Parra, aunque olvida que detrás de Patricia Durán están un segmento del PAN a MORENA y, sin duda, el propio Andrés Manuel López Obrador por intermediación de Manuel Espino. O, quizás ahí halla otra organza que cortar, pues son conocidos los intereses que han unido en el pasado a los Parra y los Durán e incluso a asociaciones como la de Colonos de Ciudad Satélite, Fomento Cultural Torres de Satélite y otras de la localidad, en los más diversos proyectos y planes tendientes en apariencia al mejoramiento urbano, social, económico y político del municipio, sin que nada haya logrado cuajar en décadas de contubernios lesivos.

El Arq. Cuauhtémoc García y el Lic. Eric Freixanet presentaron al gobierno municipal
su propuesta para un memorial pandémico.

En días pasados, la asociación civil Fomento Cultural Torres de Satélite
presentó a la alcaldesa Patricia Durán el proyecto para construir
un "Memorial a las Víctimas de Covid-19" en Naucalpan.
Fotos: Cortesía de Fomento Cultural Torres de Satélite

En lo tocante a otros asuntos espinosos relacionados, el ex Secretario de Gobierno en el período de Edgar Olvera, Horacio Jiménez López, ex diputado por el partido Movimiento Ciudadano años atrás, y quien fuera arrestado semanas ha por presuntas agresiones contra su esposa, salió libre y rapidito a finales de julio. Se movieron los hilos legales desde las alturas y el ex funcionario anda de nuevo como cualquier viandante; aunque, dicen, con una mano delante y otra detrás como resultado de su divorcio.

Algunos estiman que todo fue parte de un "cuatro" que le pusieron intereses oscuros o quizás el afán de venganza en una trama que involucró, durante su gestión, el lío de faldas involucrando a cierta dama del Ministerio Público, cierta líder de vendedores ambulantes del centro de Naucalpan, cierto grupo de funcionarios corruptos relacionados con algún apéndice del crimen organizado.

Especulaciones aparte, hay quienes no descartan que pudiera volver a acomodarse el ex funcionario en su tabla de surf para remontar las olas rumbo a 2021. Se verá.

Estallido alarma a vecinos de La Florida


 

NAUCALPAN, 31 de agosto.– Un estallido a causa de una explosión de gas licuado alarmó este mediodía a vecinos del fraccionamiento La Florida, en el municipio de Naucalpan, Estado de México.

El hecho ocurrió en el domicilio 322 de la calle Retorno de Bugambilias durante la mudanza de los nuevos propietarios del inmueble. Al lugar acudieron oficiales de la policía municipal registrando saldo blanco en víctimas mortales.

A decir de los propietarios, el suceso pasó al momento de solicitar los servicios de surtido de gas. Los trabajadores de la gasera Flama atendieron el llamado; sin embargo, no se percataron que o el dueño previo o el contratista de la remodelación habían dejado abierto, por prevención, las válvulas de gas. Por ello, al llenarse tanque y tuberías, parte de la instalación estalló flameando una porción de la parte posterior del inmueble.

El estallido causó espanto y preocupación entre los vecinos aledaños, en su mayoría personas ancianas.

La política, sucursal de Mitos marca ACME


EN EL GRUPO de este blog en Facebook, uno de los seguidores, y en cierto modo colaboradores que emplean el espacio para su promoción personal, es el ex candidato a alcalde de Naucalpan, David Parra Sánchez, de quien ya he escrito tiempo atrás en estos Indicios Metropolitanos y quien lleva rato haciendo proselitismo velado al más puro modo lopezobradorista, hecho que seguro más de uno se lo reclamará ante el instituto electoral mexiquense pertinente del IEEEM.

A mí no me molesta qué y cómo haga, para eso hice el espacio en pleno ejercicio y defensa de la expresión de las más variopintas formas de pensar y decir. A veces expongo mi opinión acerca de algo publicado por los más de 500 miembros del grupo, a veces me limito a guardar respetuosa distancia o, cuando mucho, emitir algún emoticón asaz suficiente para mostrar mi sentir sobre lo publicado.

Esta vez, David Parra y sus personeros publicaron un mensaje en el marco de la pandemia de Covid-19 que incluyo a continuación:


No quiero que se malinterprete mi emoticón (carita abrazando un corazón) debajo de la publicación (valga la horrenda cacofonía), siempre libre, de David Parra.

Me encantó, no lo retratado (imagen que abre estas líneas de ahora) ni la tergiversación de las palabras y el sentido de las mismas, escritas por Joseph Campell, en El héroe de las mil máscaras, un estudio psicoanalítico-mitológico de la fundamentación narrativa y análisis literario, hermenéutico, de mitos, leyendas y literatura en general, desde una perspectiva socio-psicoantropológica y de antropología metafísica. 

Lo que me encantó es que se le haya citado, punto.

Porque detrás de sus palabras y de toda su obra descansa buena parte de la mía, de lo que hago como escritor, siendo, como es, una de mis principales influencias intelectuales y literarias.

Su obra, aun con toda su profundidad, no es para tomar o dar lecciones moralinas o motivacionales; y mucho menos para hacer publicidad anodina, etiquetando a este o a esotro de "héroes", sin ahondar en el significado esencial.

Me encantó porque también conecta con lo expuesto en este espacio en el más reciente artículo de opinión con visos de reportaje acerca del Memorial para los "héroes del Covid-19".

Rebajarlo a un discurso político es menospreciar su peso intelectual, cultural. No es la mejor manera de difundir su pensamiento ni de usarlo fuera de contexto.

Tomar lo que conviene de una obra es hacerla añicos para intereses mezquinos, por mucho que se los presente como nobles, desinteresados, filantrópicos o solidarios. Es hacer y mostrar una lectura superficial, simplona y reduccionista; oportunista.

Ese libro fue fundamental y detonador, para mí, al momento de escribir y editar a lo largo de 30 años el primer libro de mi zaga de novelas Laberinto bestial (su primer y hasta ahora único tomo Semillero de Indicios —no por falta de interés, ganas o ideas, como sí de sustento y liquidez despreocupantes— se liga en parte con este esfuerzo bloguero y de red social, y lo encuentran en Amazon, dicho sea de paso). 

La cita mencionada ahí apuesta al típico yerro de quienes no se detienen en las entrelíneas de las obras humanas. Dando por sentado que la nobleza radica en emular a Jesucristo, Budah o Teseo en su afán por vencer al Minotauro, cuando en realidad su heroicidad no puede ser tal ni se comprende sin el hilo y el amor de Ariadna, ni la intervención de Dédalo quien, como lo interpreta el propio Cambell:

[...] es muy curioso que el mismo científico que al servicio del rey culpable había sido el cerebro que concibió el horror del laberinto, con la misma facilidad pudo servir para alcanzar la meta de la libertad. Durante siglos Dédalo ha representado el prototipo del artista científico: ese fenómeno humano curiosamente desinteresado, casi diabólico, por encima de los lazos normales del juicio social, dedicado a la moral no de su tiempo sino de su arte. Él es el héroe de los caminos del pensamiento, de corazón entero, valeroso, lleno de fe en que la verdad, cuando él la encuentre, ha de darnos libertad [v. op.cit. 30)].

Es decir, una versión más mundana de Prometeo, más similar al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México. Pero, si hemos de hablar de protagonistas y personajes de una historia como la de Naucalpan, queda claro que ni los Parra, ni Olvera, ni los Durán, ni etc., han estado a la altura de la trama, dejando cabos sueltos  —ya sea por negligencia, complicidad impericia o azares del destino— como es el caso de Azucena Olivares cuyo delito pecuniario está ya muy próximo a prescribir bajo la mirada de soslayo del "principal afectado", el sindicato SUTEYM y sus trabajadores, y unas finanzas de llorar, por no mencionar otros aspectos y escenas de la novela. ¿Dónde está entonces el líder moral del sindicato, el amante de la lírica napolitana; qué de las cuentas por resolver y aclarar y que las mismas normas de transparencia se encargaron de opacar bajo el argumento legaloide de la secrecía y la confidencialidad? ¿Cómo interpretar, calificar, el silencio u omisión de los trabajadores?

Las brujas y los hechiceros de conciencias, los transformistas de voluntades, los corruptores, los traidores, los oportunistas, aun siendo personajes circunstanciales algunos, llevan el peso del thriller en la construcción de los mitos de iniciación,, de ascenso y la escatología naucalpenses, la aventura toda de quienes habitamos aquí y en México entero. Y en medio de esa poética torcida, una verdad resurge desde la cita elemental:

[...] ni siquiera tenemos que arriesgarnos solos a la aventura, porque los héroes de todos los tiempos se nos han adelantado, el laberinto se conoce meticulosamente; solo tenemos que seguir el hilo del camino del héroe. Y donde habíamos pensado encontrar algo abominable, encontraremos un dios; y donde habíamos pensado matar a otro, nos mataremos a nosotros mismos; y donde habíamos pensado que salíamos, llegaremos al centro de nuestra propia existencia; y donde habíamos pensado que estaríamos solos, estaremos con el mundo (loc.cit.).

Así, la descontextualización se vuelve un arma de los necios, sin importar su bandera, filiación o fobia, para desviar el arroyo hacia su molino y desecar las parcelas de los vecinos. Para erigirse subrepticiamente en falsas deidades para los crédulos y los idólatras.

La política, sucursal de Mitos marca ACMÉ y filial de la corporación Arietes marca AMLO, ha dado tantos productos, ha replicado y hecho tantas versiones actualizadas del Golem que ya estamos acostumbrados a nuestro rol de consumidores sempiternos de mentiras, las que vemos y tomamos como verdades indubitables. A todos damos el beneficio de la duda y la oportunidad de demostrar que son algo distinto de lo conocido y, aunque no nos convence el dicho popular, terminamos repitiéndolo resignados: más vale malo por conocido que bueno por conocer. ¿Será?

Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell y
el presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Milenio

Rebasado el "escenario catastrófico", el acmé de los 60 mil muertos por causa de la pandemia de Covid-19, aun creemos que los amuletos, las trampas en la senda podemos emplearlos en nuestro favor sin necesidad de armas adecuadas y precisas como el conocimiento, la duda y la crítica, en especial la autocrítica. Creemos que podemos andar el laberinto creado por el científico artista sin seguir el cable que él mismo proporcionó a Ariadna, y ahí se cifra el extravío posterior, el desencuentro de los amantes.

Por lo general, los productos de la empresa ficticia Acmé son de mala calidad y tienden a fallar, si lo sabrá López-Gatell cuya predicción se vio rebasada por la realidad, aunque estos problemas son atribuidos también al mal uso del comprador (cf. [Corporación Acme, 2020]).

Y es que el nombre de la compañía Acmé es irónico, ya que la palabra acmé deriva del griego (ακμή), cuyo significado es "el apogeo" o "el punto más alto al que se puede llegar". Muchos de los que hoy se mencionan y perfilan como aspirantes al gobierno municipal de Naucalpan en 2021 [HERNÁNDEZ, 2020] tuvieron su aparente o probado apogeo y a saber cómo lo aprovecharon o desaprovecharon. Pero, ya fueron lo que pudieron, aun cuando sus sueños de ser coronados quedaran truncos, gachos por la frustración. Si Edgar Olvera o Paty Durán aspiran a la reelección, Parra volverá por sus fueros; si van cayendo los orquestadores del arresto de David Sánchez Guevara, quizá este se vea tentado a surcar de nuevo las corrientes procelosas del Mar Estigia; y así cada cual con su meta propia en el derrotero de la aventura por el poder.

Todo, al final, es un gran mito, no por "mentira" (mala traducción del concepto), sino por lo que implica de leyenda, de legible e inteligible y, como diría Shakespeare por voz de Hamlet: "Todo el mundo es un escenario, y todos, hombres y mujeres, son meros actores. Todos tienen sus entradas y salidas, y cada hombre en su vida representa muchos papeles, siendo los actos siete edades..." (aquí un reto, para ver quién lee, que me digan la referencia exacta de esta cita). Pero, hay aspirantes ambiciosos y tozudos, que, en pos del estrellato, son capaces de entrar a destiempo, empalmar diálogos, confundir a replicantes, tramoyistas y espectadores, en vez de hacer mutis a tiempo.




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Referencias

Corporación Acme. (2020, 24 de agosto). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 00:21, agosto 26, 2020 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Corporaci%C3%B3n_Acme&oldid=128708100.

CAMBELL, Joseph. El héroe de las mil máscaras. Fondo de Cultura Económica. México, 1959 (3a. Reimp., 1984)

HERNÁNDEZ, Gabriela. "Encabeza David Parra preferencias para presidencia municipal en 2021", en elpuntocritico.com, México, 6 de abril de 2020, fecha de consulta: 25 de agosto d 2020. https://www.elpuntocritico.com/world/93-estado-de-mexico/174992-encabeza-david-parra-preferencias-para-presidencia-municipal-en-el-2021-para-naucalpan.

ETCÉTERA, Redacción. "Erradas, predicciones de López-Gatell sobre acmé y cierre del ciclo de Covid.19", 25 de junio de 2020. Fecha de consulta: 25 de agosto de 2020. https://www.etcetera.com.mx/nacional/erradas-predicciones-lopez-gatell-acme-covid/

Cómo te voy a olvidar o la prensa al servicio de los intereses


EN UN ARTÍCULO reciente escrito por Mario Maldonado para El Universal, sus remembranzas, su contenido veraz sin duda, tendencioso también, acerca de los encuentros entre empresarios pomadosos y el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando candidato y después, me hizo recordar la vez que acompañé a mi padre y un grupo de ex presidentes como él de la Asociación Nacional de la Publicidad (decana de estas asociaciones del gremio) a un desayuno en el Club de Industriales. El tema a discutir: cerrarle el paso a cierto presidente en sus aspiraciones por reelegir su fórmula (no él), en el entendido de que sus acciones en su período al frente de la asociación había resultado en su detrimento, y una suma de pretextos para enriquecerse, desapareciendo la Escuela Técnica de la Publicidad para hacerse de ella y convertirla en su universidad o centro de estudios de comunicación particular donde formar a los futuros publicistas, mercadólogos y comunicadores. Me refiero a la institución educativa Centro de Estudios de Ciencias de la Comunicación que los colegas publicistas rebautizaron irónicamente Centro de Estudios de Chucho Cuevas.

En aquella reunión de la "plana pesada" y en la que, entre otros, estaban presentes dueños de medios como mi querido Francisco Ibarra López (Grupo ACIR), ex directores de publicidad y mercadotecnia de empresas como Coca-Cola Femsa (Jesús Machado), se decidió apoyar de manera uniforme a la candidata contraria, Lucía Gallart, sobrina de un ex presidente ya fallecido y muy buen amigo de mi papá, Luis Gallart, y hacer el cabildeo respectivo entre los asociados.

A mi padre y a otro ex presidente se les encomendó difundir la información delicada entre los conocidos periodistas relacionados al gremio como, por ejemplo, Guillermo Brunet que me viene a la mente.

Entonces los acompañé días después a un par de comidas con sendos periodistas especializados, columnistas en temas económicos y empresariales y ahí se les proporcionó la información seleccionada, pertinente, se les dio la "carnita", el "cebo" para que los lectores en general, patrocinadores anunciantes y asociados, supieran por medio de lo que hoy llamaríamos un influencer, es decir, un líder de opinión, enterado de primera mano, lo justo para "orientar" su opinión, pensar y sentir, en favor de una candidata y en contra del otro.

A ciencia y paciencia, las piezas del rompecabezas fueron cayendo en su sitio y la agenda fue perfilándose, fortaleciendo a una, en vez de al otro, hasta propiciar su triunfo.


De la teoría de dos pasos a la realidad intrincada

En ningún momento se pagó ni un centavo a esos periodistas ni a sus medios; no hubo chantajes ni abiertos ni cerrados, ni "sobornos" fuera de la inocente invitación a comer, conducta muy común en lo que a negociar se refiere; pero, esos periodistas conocían el peso de sus fuentes y la manera como podían influir en favorecer a sus medios en tanto empresas publicitarias. Inclinar la balanza con información objetiva y evidencia probable es también una manera de hacer política y tanto medios como quienes laboramos en ellos lo sabemos bien. Por supuesto, del otro lado el contrincante hizo lo propio.

No los podía acusar entonces ni puedo hacerlo ahora de ser "chayoteros". Porque en estricto sentido del término no lo fueron, como dudo que lo sea este joven analista Mario Maldonado, como no lo soy yo ¡y vaya que me han puesto el sambenito más de una vez!

Muchas veces quienes nos dedicamos a este oficio y profesión tenemos que arriesgar no solo el pellejo y el prestigio, sino pasar hambre literalmente (la mayoría, pocos logran amasar una regular fortuna) con tal de dar curso a cierta información que nos pueda granjear, por lo menos, ser tomados en cuenta como vaso comunicante e influyentes agentes de cambio, influencers. Por supuesto y ante todo, cumplir con nuestra finalidad y principales funciones sociales de informar y formar opinión pública. Y esto aplica lo mismo a un Joaquín López Dóriga, una Denise Maerker o un Carlos Pozos Soto "Lord Molécula". Puede ser un oficio ingrato que, para quienes tienen poder y los lectores, no deja de tener valor de un peón más en el ajedrez de la opinión pública y nos coloca a todos a veces en el gusto popular, a veces en el disgusto oficial, a veces a nivel del pasquín, a veces al nivel del Ciudadano Kane.

Pero, también es cierto que los tejes y manejes informativos pueden ser más intrincados de lo que el vulgo lector siquiera imagina.

Quienes hemos estado involucrados en estos asuntos de una u otra manera lo sabemos bien, y sabemos distinguir la información manipulada, de la empleada para manipular.


Un poco de historia paralela

Así, recuerdo algo similar cuando la vez que, allá por 2010-2012 estuve al frente de la Comisión de Comunicación de mis vecinos de La Florida y nos enteramos que los COPACI de turno pensaban dar un albazo, informando en conferencia de prensa su "autorización" al proyecto del Viaducto Bicentenario. Uno de los líderes entonces me miró preocupado, sorprendido y preguntó qué hacer. Organicé ipso facto, de manera improvisada y rápida, una conferencia de prensa aprovechando los esfuerzos de la contraparte que ya había reunido a los colegas periodistas, solo cambiamos el lugar una cuadra más adelante. El grupo se dividió y una parte atestiguó, como vecinos, los dichos de los otros sin intervenir ni generar conflicto, mientras la otra mitad preparó toda la información dura a la mano, la que se presentó luego, desbancando la atención de la prensa sobre la primera conferencia. El resultado, la opinión se inclinó en favor nuestro y al gobierno y a las empresas OHL y Rioboo no les quedó más que continuar las negociaciones, aunque no dieron su brazo a torcer en temas como la siniestra aguja de salida de incorporación de carriles centrales a laterales que hoy ya ha causado en solo un mes seis accidentes que se suman a los ocurridos, pese a nuestras advertencias, desde 2012, sea a causa del mal trazo u otras razones atribuibles a la estupidez adicional de los conductores.

Accidente Viaducto Bicentenario 2020
Cámaras de seguridad del C-5 del Estado de México captaron por sexta ocasión un accidente en la salida de carriles centrales a laterales de Periférico Norte, en La Florida.


Entonces, los periodistas, aun cuando el público luego execra y se queja de nuestra labor, vilipendiándonos con singular alegría, más tarde que pronto terminamos siendo llamados, no a cuentas (como llegó a pretender sobre mí el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, razón por la que desde aquellos días el ojo avisor de los gobiernos municipales, estatales y federal están sobre lo que escribo, hago y digo), sino a contar lo que pueda satisfacer los intereses de tirios o troyanos; esto para los más diversos objetivos. Y esa es la clave de las relaciones públicas.


Relaciones públicas pandémicas. Un memorial a cambio de otro

Hoy, cuando se avecinan las elecciones intermedias en el país en 2021, más de uno, político, empresario, funcionario público, líder de opinión, estadístico o hijo de vecino busca sacar agua para su molino. A veces en el empeño de simplemente aprovechar la oportunidad, a veces en el interés de hacer un bien común.

Tiempos aciagos como los que vivimos a causa de la pandemia de Covid-19 y la recesión mundial no podían ser excepcionales. Y es lo que ocurre también con propuestas como la expuesta hace poco por la asociación Fomento Cultural Torres de Satélite, A.C., presidida por el Arq. Cuauhtémoc Rodríguez, mediante una idea bosquejada por él y el Lic. Eric Geraldo Fuentes Freixanet, vicepresidente de la saliente mesa directiva de la Asociación de Colonos La Florida, A.C., del fraccionamiento que habito y que alguna ocasión llegó a señalar a este plumífero de "falso periodista", "traidor", "poco profesional", "nada objetivo" y hasta estuvo dispuesto a llegar a los golpes frente a testigos en lugar público. En los detalles se cuela el Diablo.

Pues la propuesta consiste, a ojos de unos como el Comisario Lázaro Gaytán, en intercambiar un memorial por otro. Esto es sustituyendo el actual, maltrecho y olvidado Monumento al Policía ubicado en un rincón del que llamo el "Enclave del Mosquito" (por la figura que hacen las vialidades, al norte del Parque de los Remedios, al sur de la FES Acatlán). A ojos de otros, como el arquitecto Rodríguez, mejor que sustituir, crear un memorial y no un simple monumento, casi mojón, enfrente y con el pretexto "de moda" de dedicarlo a los "héroes de la pandemia de Covid-19".



Cómo te voy a olvidar

La idea del Arq. Rodríguez, conforme a su comunicado de prensa y entrevistado por Indicios Metropolitanos es hacer, por medio del arte "un instrumento de reflexión y reconciliación colectiva, una ofrenda de paz y resignación a la memoria de las víctimas del Covid-19". Y explicó el simbolismo del proyecto que tiene entre manos y ha propuesto tanto al gobierno municipal de Naucalpan, presidido por la alcaldesa Patricia Durán Reveles, como a otras instancias particulares y oficiales, siguiendo un poco y a la mexicana lo hecho con anterioridad en España, por ejemplo.



Está inspirado en el desarrollo magistral de la sección áurea y la geometría sagrada, dónde el círculo, con un diámetro de 30 metros, es el eje rector de toda la composición. De manera proporcional, emergen hacia el cielo 7 prismas triangulares de 15 y hasta 45 metros de altura, los cuales, por su diseño pareciera que desafían a la gravedad, ya que su estructura está diseñada en comunión con el viento. En conjunto, conforman una antorcha que representa la luz que ilumina, calienta, purifica y protege.

Cabalísticamente, el número 7 está presente como referencia a la perfección con la que fue creada la vida. El color blanco hace referencia a las almas de los seres humanos que se perdieron en esta pandemia. Al centro del memorial se localizan dos estelas que parecieran estar unidas (pero, no lo están) y conforman en su remate una estrella de 7 puntas , la cual rige los valores universales. Las dos rampas integran a su vez dos cascadas, dando como resultado final el mensaje de los 4 elementos de la naturaleza, dónde la Tierra es el círculo, el Aire es el movimiento simulado de los prismas, el Fuego es el conjunto de todo el Memorial y por último el Agua que se manifiesta en las cascadas.

El "Enclave del Mosquito". La flecha indica el lugar que ocupa el Monumento al Policía,
el recuadro marca el área de cerca de hectárea y media que ocuparía el memorial.
Foto: Archivo Indicios Metropolitanos.

La propuesta indica como ubicación probable del memorial un terreno cercano a la parada de transporte público de la FES Acatlán, al sur de la Mega Comercial de San Mateo, y próximo al CCH. Es un terreno conocido porque en su espacio, antiguamente se ponían —qué casualidad— los circos y hoy es terreno de composta, está cercado y controlado con una puerta, lo que evitaría el vandalismo. A pregunta expresa de Indicios Metropolitanos, el Arq. expuso:

El costo aproximado es de 5 millones de pesos y buscaremos el apoyo de las empresas que estén interesadas en apoyar. Por la importancia del proyecto, no solo estará involucrado el gobierno municipal, buscamos que se integren los gobiernos estatal y federal. Es un proyecto que, por su carácter, es de trascendencia internacional. Como dicen los "Ángeles Azules": de Naucalpan para el mundillo...


En mi humilde opinión, el concepto general de la propuesta es agradable. Solo le añadiría esto: las imágenes relacionadas con el coronavirus, que hasta en círculos del maíz ha aparecido, cambiaría la idea y el significado de la estrella.


Otra cosa, la vista lateral es "peligrosa", en el sentido de que los legos tomarán como referencia "el helado" para darse cita en las inmediaciones del memorial, de hacerse. Aunque, la sinuosidad es grata. Quizás, podrían añadir al concepto los artistas Rodríguez y Fuentes Freixanet, la posibilidad de ampliar el significado complementándolo desde los cuatro lados, desde dentro y desde lo alto, dada la significación internacional (también por eso mencioné los crop circles). El otro tema es dónde ubicarlo, que luzca, signifique y no lo fastidien las inmobiliarias ni los vándalos. Indicios Metropolitanos cuestiónó al Arq. Rodríguez:

IM: ¿Será ese sitio propuesto el más adecuado? ¿Habría algún elemento adicional alrededor? ¿Impacto ecológico? Pregunto porque cerca está el Cerro de Moctezuma, zona arqueológica saqueada durante años. El Parque y Convento de los Remedios, cuevas que son hábitat de murciélagos y una amplia fauna cuya biodiversidad ya han sido afectadas por la mancha urbana, la inseguridad rampante y, además, cerca están las oficinas de la Dirección de Ecología y Medio Ambiente de Naucalpan.

CR: Solo andadores y algunos lugares de descanso y reflexión. Nada más. La iluminación estaría a cargo de nuestro amigo el Arq. Gustavo Avilés quién iluminó el Memorial a las Víctimas de la Violencia de Estado, ubicado en Chapultepec.

IM: ¿La que Jacobo Zabludovsky denominaba irónicamente la "paleta Mimí"?

CR: No, esa es la Estela de Luz.

IM: Cierto, pero también fue muy polémico ese memorial. Ya imagino a la gente tomando este memorial como referencia de tránsito: "nos vemos por el helado". Y, si llevare detalles oscuros, "te bajas en la parada del hot fudge".

CR: Al final estamos expuestos a la crítica y no por eso nos vamos a detener. Sobre todo por el carácter del memorial , este estará expuesto a críticas y al vandalismo como tú bien lo mencionaste.


Artistas somos y en el camino andamos

El arte, sin duda, tiene un papel fundamental en la sociedad y la historia, por muchos motivos. Nunca es pertinente, pero siempre es oportuno. Rara vez es conveniente. ¿Es conveniente proponer la construcción de un memorial en medio de la pandemia, de la recesión nacional y mundial, cuando el municipio de Naucalpan hace malabares con el presupuesto a falta de ingresos, la austeridad republicana morenista y apenas medio hace esfuerzos para "capacitar" a distancia a la población en temas como la planeación de negocios y la mercadotecnia, incubando proyectos de dudosa o nula garantía de retorno de la inversión en la forma de creación de empleos?

La idea de reflexionar sobre los "caídos" (infectados o muertos) por el Covid-19 se antoja noble, sensible, emotiva; pero, ¿es el momento de destinar 5 millones que hacen falta para paliar la hambruna que ya se instaló como consecuencia? ¿Sería mejor esperar a las cifras finales, a saber cuándo las habrá cuando aun la vacuna y la recesión van para largo?


Entre el sueño y la memoria

Recuerdo que al Arq. Antonio Dovalí, principal proyectista del Viaducto Bicentenario le cayó en pandorga que yo le dijera en una junta a puerta cerrada entre vecinos, empresas constructoras y gobierno que su "obra de relumbrón" adolecía de muchas fallas y falsas justificaciones, a pesar de la nobleza en la idea de origen como una via para el mejoramiento de la movilidad regional. "No es una obra de relumbrón", me dijo airado. Al cabo de los años se ve qué ha sido en realidad.

Hoy, la economía está parada. ¿Qué ganarían los empresarios dispuestos a invertir en el proyecto, cuando ni siquiera los gobiernos municipal, estatal y federal han dado luz de apoyos para ellos, ni siquiera fiscales? ¿La cantidad de trabajos generados, derivados y directos por ese proyecto, justificarían la obra de un memorial cuando hay carencia de medicamentos y equipamiento médico? ¿Con quién se buscaría quedar bien, con deudos o con personal médico? El coronavirus 19 no discrimina. Que es de cuidado y no se le debe menospreciar, cierto; pero, proporcionalmente no ha sido tan letal como otras pandemias a pesar de las cifras alarmantes, dicho por los especialistas, incluido el propio Dr. Epidemiólogo Hugo López-Gatell Ramírez subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal.

Estadísticas de la pandemia de COVID-19 actualizadas al 21 de agosto de 2020.
Fuente: Universidad Johns Hopkins.
Foto: Archivo Indicios Metropolitanos.

Así, cerrando el círculo mágico de las conexiones memorísticas pensemos: si consideramos el sueño (en su primera fase) como un depurador de recuerdos (sólo quedan en nuestra mente lo importante o lo más impresionante que nos haya sucedido), al no dormir no eliminamos recuerdos; es decir, no tenemos la capacidad de olvidar muchas cosas con las que no podríamos vivir si las recordamos a diario.

La pandemia actual y la recesión franca que nos envuelven nos han quitado el sueño y, como a Funes el Memorioso, la experiencia vivida nos lleva a comprender que nuestra memoria es un vaciadero de basuras, que el símbolo genérico "perro" abarca a tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma que, si a Funes le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente), cabe preguntarnos si vale la pena rememorar lo hecho como lo deshecho, en el afán de reconstruir lo perdido, como si en la pérdida y en la ausencia se diera el mismo significado que en la ganancia y la presencia. No es lo mismo estar que ser, pero se necesitan ambos para existir.

A estos empresarios de ahora, quizá decepcionados por el gobierno actual, como a aquellos publicistas, o desesperados por encontrar un asidero mediante el cual paliar la crisis, el chirrión les salió por el palito o, en otras palabras, el tiro les salió por la culata. La candidata triunfadora logró que su fórmula continuara por cerca de 4 períodos, con distintas caras al frente, pero la misma tendencia, llevando a la ANP al mayor de sus declives, descrédito y, si aun flota, es porque Dios es grande. ¿Podemos decir lo mismo de México? ¿De Naucalpan?

Por oficio, leo, veo y escucho lo mismo a Sin Censura con Vicente Serrano que a Carlos Loret de Mola y me siento como ese testigo en las mesas del poder, barajando lo que dicen unos y otros, navegando entre los indicios que me hagan capaz de comprender si en verdad hay un lado de bien y otro de mal, o quizás solo son el helado y el barquillo, los cabos de una cuerda que, cuando se tocan, cierran el círculo de lo que somos para bien y para mal.


Normalidad inexistente


UN INDICIO ES, este, de hace dos meses y que hoy, al irse recrudeciendo la pandemia con sus efectos aunados a la recesión mundial y lo que se avecina, empieza a hacerse viral en redes sociales.

Lentamente, la cada día más amplia difusión de este tema musical intitulado "Que vuelva" del compositor andaluz Juan Valderrama (no el único, por cierto) se presenta al público en general desde mayo como un punto de vista a la vez desesperado y esperanzador salido del ánimo del encierro y el estanco. Afirma su optimista autor:

«Cada día está más cerca el final. La meta ya se ve y aunque cansados y doloridos la cruzaremos juntos. Volveremos a ser los de siempre; con cicatrices profundas y el recuerdo siempre presente a los que ya no están, pero nada ni nadie nos va a quitar nuestra esencia de pueblo que se abraza, se besa y celebra la vida como ningún otro sabe hacerlo».

Esta canción está dedicada a nosotros mismos, y a todo eso que tanto echamos de menos, porque a pesar de todos nuestros defectos y nuestras diferencias, somos un gran país. Por eso saldremos adelante y seguiremos siendo ese lugar donde la gente es tan feliz que a veces olvida la suerte que tiene. Quizá aprendamos a valorarlo y a valorarnos un poco más.

No cabe duda que el arte también se ha visto afectado de manera importante por la ansiedad y la angustia. No obstante, a contrapelo de los augures, las estadísticas y los datos duros de la realidad, el afán por crear y recrear no cesa en muchos de nosotros.

Algunos de los que nos dedicamos a escribir (en mi caso poesía, de manera especial, y no nada más) o nos sentimos pasmados, abrumados y con dificultad barruntamos letras, palabras sueltas en la página en blanco, sintiendo una orfandad sustancial; o, al contrario, nos desbordamos en hilos de palabras que tratan de poner un relativo orden al sentir y al pensar, sea en forma de prosa, de narrativa de ficción o crónica del diario acontecer. O nos extraviamos en el infame ocio proyectivo fundamento de Tik Tok con mensajes repetitivos, absurdos que más parecen el clamor de gente que quiere que se sepa que aún existe "normalmente".

Por lo que a mí toca, trato de llenar mis vacíos como nunca antes y algo pasa que nunca lo consigo preocupado como estoy con el diario sobrevivir. Mi frecuencia en la publicación de estos indicios tanto como de contenidos para mis otros blogs está supeditado a tener claridad de mente y hoy, acaso la consigo si logro conciliar el sueño o cuando armonizo mis ansias de la vida real con mis sueños de mi vida virtual en Second Life.

La literal hambre se empata entonces también con la metafórica inopia y la ausencia de abrazos y de ese contacto físico, esas presencias que, como dice la canción, dan a nuestra existencia sentido, significado.

¡Y ya quisiera uno que cantando se fueran las penas! Y a veces se van y vuelan; pero, vuelven como ahora no, en cambio, los motivos que nos sostenían.

La normalidad nunca ha existido. Siempre ha sido una ilusión supuesta por los que gozan de imaginar situaciones donde todo lo tienen bajo control. Normalidad, puntualidad... ¡Puros pretextos para joder al prójimo so pretexto de la "responsabilidad"! En los detalles de la relatividad están el demonio y su regalo prometéico: la libre volición, lo que nos hace humanos, si hemos de traer a cuenta a Nietzche y sus sutiles enseñanzas en Ecce Hommo.  Porque si hacemos oídos a los necios, time is money y todo lo que queda en los extremos de la curva normal es visto más como monstruosa anomalía en vez de como la excepción que confirma la regla, no viceversa. Así que hablar de una "nueva normalidad", el súper hombre renovado, recargado, contrito en el límite de lo que le es posible como normal posterior a la pandemia es bordar en un tejido inexistente, es tramar entre la urdimbre del aire, construir castillos de arena con las nubes.

La normalidad en todo caso se ciñe al ahora; pero, un ahora anclado en la memoria de lo que se ha sido y fue y no se repetirá de la misma manera, como el río de Heráclito o la Barca de Teseo. En mi caso y este instante y para ti también que posas tus ojos en estas líneas, la normalidad es este tren de letras sin más rumbo fijo que la idea de hacerse inteligibles no en tu cabeza tanto como en tu corazón y el mío.

Y no me importa si eres hombre o mujer o miembro de un género inventado para justificar tu normalidad inexistente y para incrustarte en una normalidad que aquellos y esotros nos venden como novedosa, liberadora identidad que apunta a más que ser impronunciable multiplicación de tendencias, inclinaciones o modas o modos de ser. Así, sin pausas ni respiros para eludir la trampa discriminadora y limpiar la puntuación segregacionista.

Digo esto por que me nace del alma anhelar que vuelva, que vuelva a mis dedos la poesía que por momentos me abandona entre las garras de mis siete gatos a los pies de mi cama reunidos, y desde donde me miran ronroneando, con ojos de soledad multiplicada que en el crepúsculo se asoma dispuesta a hacer equilibrio entre las sombras.

Anoche miré una estrella, en este cielo que ya apenas la civilización permite con sus luces vislumbrar. Y la miré fijo. Y pensé en las conjunciones acumuladas por siglos. Y en las conjunciones de ideas entrelazadas entre las noticias y los silencios, entre ejercicios bélicos de esos contra China, y de aquellos contra Hezbolá, y de Moderna y Astra Zéneca, enfilando baterías contra un coronavirus cuya normalidad inexistente sin embargo existe, a pesar de Galileo. Y pienso entre conjunciones y me digo y me recrimino y me muerdo lengua y labios y huevos, para no decir a Trump o AMLO que son... yes griegas que se multiplican berrinchudas en caprichos de malcriados por el sistema. Y veo así al capitalismo morir entre estertores ocasionados por la inquina de la codicia. Y veo que somos en el mundo tantos que, en medio del insomnio, rezo para que Dios se acomida de nosotros y nos mate de una buena vez por ventura de lo que hemos dejado de planeta. Y que venga de nuevo una Gran Guerra que nos merme y reduzca ¡más que a simple polvo!; pero, que nos deje quizás en calidad de brizna; para de veras aprender a perdonar sin volvernos pretexto del olvido. Y anhelo entonces como Dorothy volar mediante la vorágine al encuentro de la extraterrestre bruja que justifique mi hallazgo del país de Oz y reencontrarme con mi amado Toto.

Hace unos días una familiar me conminó a escribir esa novela a partir de las historias de la familia, ese "best seller" potencial y que vengo barruntando desde hace 20 años. Entonces la conjunción da paso a la disyuntiva y dudo: o muero en el intento satisfecho solo en el honor y el ego o muero por causa de la desidia o muero herido por la frustración de, otra vez, escribir en el cielo al que ya casi nadie mira si no es que acaso se hace uno evento extraordinario, ovni o fenómeno atmosférico asociado a alguna clase de torcida conspiración del destino.

Pero, al adverbio entonces le sigue la preposición normalizadora. ¿Para qué escribir todas estas líneas? ¿Para expresar un desahogo que a nadie importa y deja nada a ninguno que hubiera podido llegar hasta este signo? Cabe el silencio desde las entrelíneas y contra la ortográfica presunción de lo normal y perfecto. Tras el estallido sobreviene la sordera. Sobre la muerte, el regocijo de unos y la tristeza de otros y la indignación de los de allá y la irá de los que tienen enfrente. Desde el verbo, ese que fue en el principio para de inmediato dejar de ser, la nada se instala so pena de volverse algo, si no lo restante de un todo que es simiente de mañanas, gramática y ya.