Tecnología que difumina lo humano

diciembre 15, 2014 Santoñito Anacoreta 0 Comments

ME ACABA DE DAR FRÍO el invento que muestra el vídeo adjunto...

Si de por sí el humano falla en la atención al cliente, ¡imagina suplirlo con robots que atiendan al cliente y reemplacen al empleado del mes! Lo que se podría "ganar" en precisión (siempre y cuando el sistema tenga al día la base de datos del inventario, logística y los precios), perdería en calidez humana.

Ya nos peleamos bastante porque los empleados de piso y centros de telefonía (call center) luego dejan mucho que desear a veces por causa de la incapacidad, a veces por causa del guión y las políticas de la empresa, a veces por causa de la administración gerencial que no tiene al día las estanterías y los precios, a veces por causa de las actitudes y/o ineptitudes de los empleados, como para que se busque sustituirlos con máquinas. El trato humano, con todo y sus asegunes, jamás podrá ser suplido con efectividad, quizá sí con eficacia y eficiencia. Es decir, la máquina puede traer control eficaz y eficiente sobre los procesos, pero el efecto de relación siempre será literalmente inhumano.

No me opongo al progreso científico y tecnológico puesto al servicio de la sociedad, los gobiernos y la empresa, al contrario, incluso soy un ferviente y apasionado seguidor y defensor de las invenciones del ingenio del hombre que apuntan al bienestar y el mejoramiento de la vida, pero el morboso y mezquino afán por reducir costos de manera ficticia (lo ficto no necesariamente es lo deseable de facto) está llevando a la perversión de lo humano, pues cada vez nos encaminamos a dejar más y más fuera de los procesos al ser humano

Cierto, hay temas en los que es conveniente, pertinente restar o afinar el control humano sobre determinados procesos por razones tan variadas como ahorro de tiempo, reducción de los factores de error (precisión), Si bien avances como este benefician en la ampliación del tiempo dedicado al ocio o otras tareas del negocio, lo cierto es que nadie, fuera de la industria del entretenimiento bastante corrompido, ha hecho lo consiguiente para hacer del ocio una actividad tanto o más productiva en función del desarrollo humano, para mejorarnos como individuos, como personas, grupos, sociedades salvo en aspectos muy específicos, nada despreciables, sí, no obstante insuficientes.

La utopía tecnológica de la ciencia ficción está haciéndose realidad poco a poco enfatizando, bajo la apariencia de la virtud, la difuminación de lo humano.

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