Mucho gordito
ERA LA MAÑANA del jueves 26 de mayo de 2016. La noche
anterior el presidente del COPACI de mi fraccionamiento La Florida, Naucalpan, me había solicitado que
informara a la comunidad mediante mis Indicios Metropolitanos que el día
de la fecha y como única ocasión, por el momento, estarían presentes unidades
médicas del DIF Naucalpan efectuando consultas médicas, dentales, tomando
signos vitales y dando servicio de optometrista y corte de pelo. Así hice,
anunciando por medio de redes sociales, no por el blog.
Llegada la hora, me hice presente en el sitio como de
costumbre para, no nada más reportear, sino también para aprovechar los
servicios a los que, como mexicano, tengo derecho. Lo que no sabíamos yo ni mi
presidente de COPACI, era que dicha presencia en la localidad de las unidades
del DIF iba en consonancia exclusiva con el programa de Jornadas
médico-asistenciales para policías y que fueran anunciadas el 16 de mayo, con
la instrucción precisa del presidente municipal de Naucalpan, Edgar Olvera, y
su esposa y presidenta del DIF, Liliana Carbajal, en un sentido y a diferencia
de otras ocasiones: la atención es primero para los policías y, si hay espacio
y tiempo, se podrá dar también a la comunidad.
Carbajal de Olvera había precisado, en la fecha cuando se
hizo público el programa, que el objetivo de estas acciones es atender de
manera primordial e integral la salud de todos y cada uno de los elementos de
la policía municipal en las 36 Zonas de Operación, es decir abarcando a los
cerca de dos mil 500 oficiales.
En su mensaje por el arranque de este programa, la
Presidenta del Sistema DIF destacó la importancia de fortalecer dentro de la corporación
temas como los de salud y alimentación “que van de la mano con la activación
física que el Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte (IMCUFIDE) lleva
al cabo entre los integrantes de la policía, lo mismo que actividades
deportivas programadas”.
La falta de definición informativa de mi COPACI, y mi error
al no asociar el hecho con el boletín informativo que recibiera días atrás, lejos
de significar un “problema” supuso el motivo para este texto, pues abrió la
puerta para, mirando de cerca, acceder a datos generales de interés común, una
ganancia alternativa a cambio de, al igual que otros vecinos que se acercaron, no
haber gozado de la atención; aun cuando, por las características del fraccionamiento,
el personal tuvo más tiempos muertos que otra cosa.
Conforme a lo informado por el personal al que entrevisté,
en ese solo día habían sido atendidos 20 policías en la mesa de presión
sanguínea y control de peso, 9 en la mesa de nutrición, 5 en la de optometría,
6 en corte de pelo.
En el conjunto de 8 días de recorrido por varias colonias,
se había atendido a alrededor de 150 elementos, es decir apenas el 6% del total
de elementos, y de esta cifra solo el 5% lo conformaron mujeres de la
corporación.
En un resumen preliminar, el estado de salud de nuestros
policías naucalpenses es, en general, aceptable; sin embargo, las doctoras
entrevistadas se limitaron a describir que “hay mucho gordito” con sobrepeso de
4 a 8 kg y obesidad tipo 1, además de problemas de visión.
Hasta el momento no se habían registrado casos notables de
hipertensión ni de diabetes o alguna otra enfermedad crónica. Así que, por el
lado del DIF, ¡todo bien, aparentemente!; pero… ¿Qué hay sobre el acondicionamiento
físico?
Para averiguar este tema, Indicios Metropolitanos
se adentró en el cuartel y ahí las cifras son preocupantes, de acuerdo con lo
dicho por uno de los preparadores físicos:
Mire usted, tenemos aquí un buen gimnasio, que podría estar todavía mejor. Contamos con un patio grande para ejercitar; pero, si de los cerca de dos mil 500 elementos vienen a entrenar 50 (2%), es mucho.
Entre las obligaciones laborales, los turnos, la capacitación, la desidia y los malos hábitos, sumados a una mala organización, una mala nutrición y distribución de los tiempos de parte de los funcionarios encargados, sencillamente los policías no tienen ora sí que las condiciones para estar en condición.
Actualmente se están capacitando a unos pocos instructores, pero casi no hay nadie a quien entrenar.
Cuestionado sobre este tema, el Subdirector de Academia de
la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal, Mauricio
Rojas, destacó:
Entre el DIF, el Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte (IMCUFIDE) y lo que es la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal tenemos un programa de acondicionamiento físico que será permanente. Ahora estamos en la primera fase que incluye todo el levantamiento médico de los elementos, porque no podemos poner a correr a la gente si no sabemos en qué condiciones de salud se encuentra. Se están haciendo diversos estudios de masa grasa, masa ósea, talla, peso, etc. La segunda etapa conlleva el ejercitamiento en tres puntos, uno de ellos el Parque Naucalli, abarcando tres niveles: básico, intermedio y avanzado. Todos los elementos tendrán que pasar por esos niveles.
Para los elementos con problemas de obesidad tenemos un programa de estímulos que consiste en que, después de 5 kilos que lleguen a bajar obtendrán mil pesos por cada kilo adicional que reduzcan […].
Nos preocupa la salud de cada uno de los elementos, no podemos corretear a los delincuentes si no tenemos condición.
Mientras de un lado de la calle los policías llegaban cada
Corpus y San Juan para examinarse médicamente, del otro lado el párroco del
templo de Nuestro Señor del Campo Florido encabezaba la tampoco muy numerosa procesión
de Corpus Christi. De un lado, la
salud del cuerpo; enfrente, la salud del alma envuelta en sahumerio.
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