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Eso no lo dijo quien tú crees


RECIENTEMENTE una amistad me hizo llegar mediante WhatsApp un ensayo que es conmovedor, reflexivo, cosa que siempre se agradece. Se trata de un conjunto de pensamientos que viene circulando por las redes sociales, como Facebook desde hace un año aproximadamente, atribuido de manera falsa al actor británico Anthony Hopkins, por lo que se trata de un bulo. No es que Anthony Hopkins no haya escrito algo, como podemos constatar en su misma lista de lecturas sugeridas en Goodreads, pero no eso en particular. El ensayo se intitula en español "Deja ir a la gente que no está lista para amarte" y en realidad es de la autoría de la joven escritora estadounidense Briana Wiest quien además no aparece en dicha lista de sugerencias del actor y cuyas ideas para algunas mujeres resultan o polémicas, por reaccionarias sobre el papel de la mujer actual, como contradictoriamente tradicionalistas.


La falta de aclaración al respecto de la fuente, la sospecha de que se tratara de un bulo, me llevó no solo a investigar sino motivó este artículo y más: decidir la creación de un blog a partir de un proyecto que barrunté muchísimos años atrás, cuando por mi amor por la lectura y el hallazgo de un viejo libro en mi biblioteca intitulado El Templo de la Idea, junto a otros sobre citas, frases célebres y aforismos, me dediqué a recortar, copiar, fotocopiar, extraer fragmentos de obras diversas de ficción, teatro, poesía, ensayos que llamaban mi atención por su fuerza, puntualidad, filosofía, sensibilidad, para acopiarlos sin catalogar en un juego de libretas y carpetas. Por desgracia dudo que vaya a llevar al efecto dicho blog o tal vez sí me anime, aún dudo y explico enseguida por qué.

La idea no es nueva, claro. Pero, lo nuevo está en que, de hacer ese blog, yo procuraría asentar de modo especial al autor o autores y la fuente de donde tomaría el aforismo o fragmento, tan cortos o largos como pudieren ser. Por supuesto, la labor se antoja exhaustiva, titánica y lo ha sido y seguirá siendo.

Por supuesto, en Internet encontramos ya muchos sitios web y blogs en forma de catálogos de aforismos. ¿Sería el mío uno más? Quizás, pero tendría esa mínima y gran diferencia ya descrita que, hasta ahora, no he hallado en ninguno. ¿Por qué lo escribo conjugando en condicional? Pues, de realizarlo, lo más probable es que me pondría en más riesgo de lo que podría suponerse; aunque, al no ser un bloguero muy solicitado, o eso creo, igual paso desapercibido hasta para los algoritmos.

Los derechos de autor, entre la atribución desprendida y el mercantilismo

Si bien hace tiempo hay una especie de reacción negativa de algunos académicos hacia la utilización de aforismos, en parte esta se explica por lo mismo que ahora y desde hace unos años vengo haciendo en defensa de los autores (#defensadelautor) todavía más que del derecho de autor, en el sentido de respetar la razón originaria de una idea y un pensamiento concretos mucho más que en el sentido mercantilista al cual ha derivado ese derecho, sentido que, lo he expresado abiertamente, execro inclinándome más por el derecho del uso común o copyleft por contra del copyright, sin que ello menoscabe el usufructo de los beneficios y regalías que en derecho corresponden al autor original, de nuevo, sin que ello implique tampoco medrar de cualquier manera incluso por el mismo autor codicioso y acaparador (sea un individuo o una firma editora o productora). Al final, cuando uno es autor lo que busca es que su obra se difunda, dejar algo en la mente, sentidos y memoria y vida de los otros que tienen a bien atender lo que uno crea. Por supuesto que también ganar y vivir de ello honestamente; pero, mezquino sería uno de estar reclamando propinas por cada mirada. ¡Ni las teiboleras!

Por esta última razón no haría el blog, porque no me expondría yo a una o muchas demandas de autores, agentes, abogados, organizaciones, empresas filmadoras, productoras, editoras, plataformas periodísticas o de estriming, medios en general señalándome de falsario, difamador, oportunista, descontextualizador, desvirtuador, matarife literario o, peor, jifero metodológico con eso de que ya ahora hasta existen programas de computadora y algoritmos para determinar cuando un texto, una obra, incurren en presunto plagio.

También por esa misma razón en muchos de mis artículos y publicaciones en estos Indicios Metropolitanos he optado por incluir una bibliografía y ser cuidadoso con que los vínculos sean evidentes, prístinos en tanto referencias, aun cuando puedan derivar a sitios dudosos o relativamente inseguros.

Esa maldita manía de algunos lectores; ¡honor a quien honor merece!

Volviendo al caso que nos ocupa, no es la primera vez que escribo sobre el tema del plagio ni en defensa de los autores. Ahí están, en el tiempo y con distintos enfoques en el contenido, mis artículos:

        ▶ ¡Que me plagien! (primera y segunda partes)
        ▶ Una metodología para el autoplagio

No es por lo mismo la primera vez que señalo el hecho del abuso o tontería de los lectores, famosos o incluso editores, y por supuesto escritores —no estamos exentos— de atribuir textos de unos a personalidades diversas, a veces por ignorancia, a veces con mala intención, a veces por simple estupidez, ocasionando o admiración en el vulgo hacia el orador como un "ilustrado" o sorna hacia el mismo por razón contraria, como le pasó al presidente Enrique Peña Nieto, o una confusión creciente.

Ejemplos sobran de poemas, cuentos, ensayos atribuidos digamos a Jorge Luis Borges ("Instantes", "Valgo", originales de Nadine Stair; "Dime", original de Gustavo Alejandro Castiñeiras, título original: "Poema de un Recuerdo"; "Con el tiempo" o "Después de un tiempo" o "Carta a un amigo", original de Verónica Shoffstall y también atribuido a William Shakespeare y a otros), Gabriel García Márquez, Mario Benedetti ("No te rindas", original de Guillermo Mayer) y un largo etcétera.





En ocasiones los autores originales se han enterado y no le toman importancia, en otras se ofenden con justa razón y en ocasiones han llegado a la demanda legal. Los fallecidos y los clásicos poco tienen qué decir en su defensa a no ser mediante los académicos o las editoriales que resguardan en exclusividad los derechos de regalías. Pero, también estos, a veces, se han prestado a inducir la confusión con sus especulaciones, inexactitudes y lucubraciones alrededor de, por ejemplo, textos inéditos o probables falsificaciones, o por motivos mercadológicos y publicitarios.

También ocurre que a las personalidades a quienes se atribuyen ciertas cosas sin ser suyas, lo toman como una puntada menor y hasta agradecen con ironía o gratitud que les atribuyan obras, dichos, hechos que pueden estar gozando de mayor popularidad que su obra original. Así hizo García Márquez cuando se enteró que le achacaron el poema "Marioneta de Trapo" original del ventrílocuo mexicano Johnny Welch. Claro, no faltan los que ya en el colmo de la inopia intelectual o falta de curiosidad optan hasta por catalogar obras conocidas como anónimas o de "dominio público" o le dan valor apócrifo (solo porque es muy socorrido).


Pero, la necedad de muchos internautas o incluso intelectuales y críticos literarios en insistir en el afán por compartir estos contenidos equívocos, si por una parte abona a que se lea más y se aprecie la literatura, se consuma más contenido de calidad, por otro abona, como bola de nieve en avalancha, a la distorsión y por tanto a la ignorancia, por no decir que a la falta de respeto hacia los autores, tanto los originales como los atribuidos, a los primeros porque los ningunea tal actitud del público imbécil, a los segundos porque los honra y ensalza inmerecidamente, llevándolos a hacer en el imaginario colectivo caravana con sombrero ajeno.

¿Indignarse? No creo que haya motivos. No hay que olvidar que, a pesar de todo, como lo muestra un ejemplo citado más arriba, hay personas a quienes la lectura de "Instantes" ha llevado a descubrir Ficciones. Quizá la historia de la literatura sea la historia de algunos grandes errores de lectura. [...] El problema es que la crítica literaria no obedece a la lógica binaria: poder afirmar que un texto no es de Borges no es haber probado que su autor es Nadine Stair. Así, los "stairistas" no han mostrado mayor rigor intelectual que los "borgistas" (ALMEIDA, 2001).

¿Qué hacer? Simple, dudar, investigar, verificar y respetar las fuentes. Así como he hecho ahora. Cuando se conoce el estilo de algún personaje en su obra, es relativamente fácil darse cuenta si algo que se le atribuye es o no verdad. Y la verdad siempre sale a flote, tarde o temprano. Y esto que aplica para las citas y aforismos, aplica también para las noticias falsas hoy tan llevadas y traídas con singular alegría y credulidad por parte de los usuarios de las redes sociales, los móviles, los mensajeros, incluso las citas entre políticos; para los descubrimientos científicos, las patentes de inventos (ejemplo, el teléfono), etc. Pues ese constante llevar y traer citas se presta para la desmemoria o la desvergüenza, como es el caso de la frase sobre el presidente de México Andrés Manuel López Obrador "AMLO es un peligro para México" expresada en algún momento y atribuida a Manuel Espino, quien a su vez ¿avergonzado? se deslindara de la misma y la atribuyera al experto en Relaciones Públicas asesor del entonces candidato Felipe Calderón Antonio Solá (por cierto, Calderón confirmó la autoría en una charla con el publicista Carlos Alazraki).

Lo único peregrinamente cercano que podría ligar al actor Anthony Hopkins con las ideas contenidas en el ensayo motivo de este que ahora lees, amable lector, es que en alguna entrevista de 2016 acerca de su participación en el filme Premonición, Hopkins refirió haber sugerido a la producción incluir en el guion un poema alusivo al tema de la muerte y el desapego escrito por el sacerdote jesuita y poeta británico Gerard Manley Hopkins intitulado "Eco plomizo" y que el tema, de alguna manera marginal surgiera de nuevo tras diversas afirmaciones del actor o críticos de su trabajo o entrevistas tras haber recibido otra vez el Óscar ahora por su trabajo en el filme El Padre.

Sea como sea vale traer a cuento la conclusión a que llega José Antonio Tejada:

Mientras la información fluye, el conocimiento permanece. Como reza el título de una obra que recoge las conversaciones que en torno a su pasión bibliófila mantuvieran Umberto Eco y el dramaturgo Jean-Claude Carrière, «nadie acabará con los libros». Y a estos deberíamos recurrir (sean digitales, físicos, o vivientes   —como pasaba con los libros parlantes de Fahrenheit 451 [de Ray Bradbury, aclaro; o la enciclopedia holográfica de la biblioteca futurista de La máquina del tiempo de H. G. Wells, agrego]—), o, en general, acudir a información confiable y legitimada en términos académicos, antes que al rumor que con irresponsabilidad juguetona se transforma en autoridad  —una autoridad inaudita— en la idolatrada Internet (TEJADA, 2018). 


Referencias

◾ ALMEIDA, Iván. "Jorge Luis Borges, autor del poema 'Instantes'"  Borges Studies Online. On line. J. L. Borges Center for Studies & Documentation. Internet: 17/06/01 Recuperado el 1 de junio de 2021 de http://www.borges.pitt.edu/bsol/iainst.php.

◾ TEJADA Sandoval, José Antonio. "Pobre Borges, o de la literatura en la era digital". Universidad Privada del Norte. Perú. Recuperado el 1 de junio de 2021 de https://blogs.upn.edu.pe/estudios-generales/2018/07/19/pobre-borges-o-de-la-literatura-en-la-era-digital/


Un mundo sin héroes o confesiones de un trampero


LA INTERNET ES HOY fuente constante de todo tipo de información entre la que caben lo mismo los bulos que los sesudos estudios académicos. Los medios tradicionales de comunicación, agencias publicitarias y periodísticas han hallado en este canal y medio un recurso fundamental para la difusión de sus contenidos de formas antes solo soñadas, permitiendo no nada más diseminar esos contenidos de manera masiva sino incluso a la par de su personalización. El público participa más activamente que antes en la selección y consumo de ellos, lo que hace de su presencia y valor hoy algo aún más determinante de lo que pudo haberse pretendido con la televisión y la radio, ya no se diga la prensa escrita. De ahí su maravilloso atractivo, y el grado de libertad y dependencia que ha venido generando, asi como en ello descansa parte de las razones que lo han hecho un asunto que llegó para quedarse y hacer, este si, la piedra de toque de la verdadera cuarta transformación de la humanidad, en lo social como en lo cultural, no solo en lo tecnológico o lo económico.

El motivo que me trae ahora a comentar lo anterior es una nota que extraigo de la plataforma de noticias de la tan odiada como socorrida Televisa, empresa televisora ya no tan mexicana desde que Emilio Azcárraga Jean se hiciera a un lado y que, historia aparte, ha sabido sortear los meandros a que esta nueva modernidad ha obligado a los medios tradicionales.

Haciendo notar se hace la nota

En medio del período de campañas políticas con miras a las elecciones más grande por número que se efectuarán en México el próximo 6 de junio, el papel de los medios como soporte de las mismas no deja de ser fundamental de muchas maneras, no nada más como recurso estratégico para la imposición de los mensajes institucionales de partidos y organizaciones afines, sino como la base de urdimbre donde trazar la trama de las probables decisiones electorales que habremos de tomar los votantes en las urnas vistas como el capítulo final de un viaje informativo, emotivo e intelectual.

La nota que aludo refiere el "hecho" de que una niña de doce años, oriunda del ejido Albia, ayudó a que unos ancianos campesinos pobres y con dificultades de traslado pudieran ser vacunados contra el Covid-19, esto en Torreón, Coahuila. Visto en la superficie, el hecho puede ser cierto o falso, ser visto solo como un dato meramente anecdótico o tomarse como un ejemplo de solidaridad.

El ejido Albia, registra Wikipedia en una entrada muy reciente del 19 de octubre de 2019 es:

[...] una localidad del suroeste del estado mexicano de Coahuila de Zaragoza, forma parte del municipio de Torreón

Albia constituye la principal población del extenso pero escasamente poblado sector este del municipio de Torreón, que se encuentra aislado geográficamente de la cabecera municipal, se encuentra seco la mayor parte del tiempo debido al clima y el agua que le llega se utiliza para la irrigación de campos agrícolas, la propia Albia es un ejido que aprovecha esta situación. La principal vía de comunicación de Albia es de la Carretera Torreón-San Pedro.

El indicio relevante aquí no es el contenido de la nota, la nota sola o el medio del cual es extraída. El indicio importante es el trasfondo.

Independientemente del "hecho" o de los motivos que lo ocasionaron, la publicación a todas luces facciosa (pudo haber sido armada por un partido u otro, un medio u otro, una agencia de publicidad u otra o todos juntos en franco contubernio electorero) nos pone cara a cara con un hecho mayor: la demagogia no es solo un asunto de los politicastros, es también competencia de los ciudadanos que, en general, tienen la tendencia a dejarse llevar por los contenidos melodramáticos. Aun más, los mensajes de campaña política rara vez están de veras dirigidos a los electores, en la mayoría de las veces están enfocados a las "fuerzas vivas" que conforman sus simpatizantes, afiliados o los opositores como primera línea de batalla. Son, en ese sentido, mensajes entre pares con la finalidad de cerrar filas en torno al caudillo o candidato en turno, la propuesta ideológica institucional y las promesas que la acompañan, la imagen corporativa, ya para la conservación y ampliación del poder y los privilegios adquiridos previamente o para la consecución del mismo en caso de hallarse en calidad de grupo contrario.

La política pragmática y partidaria (no la esencial, filosóficamente hablando, como componente actitudinal del ser humano) es susceptible de ser tratada como una telenovela y cada campaña, partido, símbolo, bandera, causa, individuo, grupo pueden ser sujetos de la creación de una trama, de un capítulo cuya finalidad es conducir al ciudadano, al elector, hacia una opción de simpatía o antipatía y por tanto de sufragio. Es decir de construir una historia susceptible de ser replicada y que ayuda a aspirantes y suspirantes a encontrarse en un mundo, en una cosmovisión que les resulta común, asequible, compartida, espectacular (etimológicamente significa lo digno de ser visto), sensible y por todo eso y más seductora, persuasiva.

Esta nota nos pone de relieve, a querer o no y de manera muy sutil, elementos de realidad que mueven las fibras sensibles y quizás, pidiendo más, a la reflexión. Hace que nos preguntemos por la ideología que mueve a esta niña, miembro de una comunidad "olvidada de Dios", en un rincón donde los crímenes no se resuelven a cabalidad y los abusos son el pan nuestro de cada día, a ayudar a los ancianos; que nos preguntemos por el compromiso de los voluntarios facilitadores del traslado. Hace que comparemos a los personajes con aquellos tomados de la realidad con nombres y apellidos de fama local o nacional, y cuestionemos sus procederes, sus resultados, sus intenciones, afectos, efectos y defectos, valga la oportuna y necesaria cacofonía. De esa forma nos lleva esta nota a sacar conclusiones tan estrechas o amplias, rectas o torcidas, en todo caso tan pervertidas que no nos damos cuenta, sin una lectura cuidadosa, de la manipulación a que estamos siendo sujetos, ya para adherirnos a una causa o para repeler su contraria.

Lo preferible

La extracción total o casi total del contexto hace aparecer este contenido con un carácter casi mitológico que nos pone frente a un acto heroico contrastante o incluso complementario del mensaje contrario difundido desde casi mediados de la pandemia y circulara como exabrupto de rebeldía sustentada por la angustia.

Efecto marginal de la pandemia han sido las cartas de médicos, enfermeras y otros que a lo largo del mundo circularon en las redes sociales como un ruidoso reclamo frente a las acciones o inacciones y respuestas variopintas de los gobiernos en favor y preocupación por lo experimentado por sus sociedades.

Contenidos semejantes significaron en su momento manifiestos contundentes que movieron a reflexión, provocando muchas preguntas y a redefinir conceptos. Quizás estamos viviendo la era del fin de los héroes, al menos tal como los conceptúan la mitología o el cómic, en tanto término casi exclusivo de la milicia, adoptado como sinónimo cuasi santificador del mártir. O quizás estemos frente a una distinta manera de humanizar a los héroes separados de los libros de texto, más ordinarios, falibles e imperfectos.

En el caso de los médicos vistos al margen de su profesión, de su vocación y como vulgares humanos, mirándolos llorar y sufrir por causa de su mismo oficio, al atender estos reclamos uno duda dónde y cómo queda el juramento de Hipócrates en medio de este humanitarismo torcido y disfrazado de humanismo por el que incluso se vilipendia al periodista que privilegia su vocación de testigo de los hechos y se le exige intervenir en ellos de manera directa y solidaria y, cuando lo hace con ánimo filantrópico, se le acusa de torcer la verdad, de tergiversar y distorsionar hasta la escena de los hechos al negar la razón de su oficio por sensibilidades ajenas al mismo?

En el caso de Camila, esta niña comprometida con su comunidad, sensible a las necesidades de su pueblo más allá del interés familiar de apoyar a sus abuelos y a nadie más, se vuelve una especie de Katana autóctona edulcorada por el melodrama, quizás mejor dentro del concepto de una adaptación mexicanizada de la princesa Mulán.

 

Algo que procuré transmitir a mis estudiantes de comunicación por años y he procurado hacer lo propio con los amigos, los lectores y seguidores de estos indicios, es que lo importante en todo mensaje no es solo lo evidente, lo que salta a la vista en las palabras o imágenes expuestas, sino muchas veces lo relevante es justo lo que no se ve, lo que se deja en las entrelíneas y más allá de lo obvio.

Para el caso que nos ocupa, el contexto va más allá de solo el narrado y descrito en la nota. El mundo ordinario de esa niña y esos ancianos está inscrito en un mundo extraordinario que involucra los intereses políticos y económicos, no nada más de la región o la localidad. Y, por extensión, nos pone cara a cara y de relieve que lo preferible siempre o casi siempre queda disimulado entre lo santo, lo heroico y lo vulgar.

Más allá y más acá de lo notable

No puede ni debe pasarse desapercibida como antecedente una colección de hechos conexos como que dos semanas y meses atrás el presidente Andrés Manuel López Obrador habría hecho una visita oficial a Torreón, en el interés de "limar asperezas" con los coahuilenses de la comarca lagunera y luego del desencuentro entre partidos y ciudadanos a causa de la malhadada reforma a la Ley de Aguas Nacionales en noviembre de 2020, resultado de otro desencuentro relacionado con los adeudos de agua de México a EE.UU. en la frontera; hechos que, de un modo u otro se han enredado con otros temas como el fracking como método de explotación petrolera y que requiere del empleo abusivo de agua para generar frutos, el afán por la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, el huachicoleo, los acuerdos alrededor de los gasoductos, la explotación minera de tierras raras, el narcotráfico de la frontera norte, el tráfico de armas, etcétera.

Así, lo que liga a la vacunación con el agua se sintetiza no nada más en el discurso de un gobernador estatal priyista opositor al gobierno nacional en turno, sino que encuentra su máxima metáfora en la historia narrada en la nota centro de este artículo de análisis y opinión.

Si la nota fue elaborada por los simpatizantes morenistas, puede entenderse el afán por ensalzar la solidaridad humanitaria de los mismos, el pueblo bueno que ayuda al pueblo bueno, que da la mano y así va transformando solidariamente a la nación, liberándola de una imagen otrora corrompida. El mito de una princesa comprometida con su pueblo, más, comprometida con sus ancestros, con sus raíces ancestrales.

Si la nota fue elaborada por los simpatizantes de la oposición, puede entenderse el afán por enfatizar la ausencia de la autoridad gubernamental en la consecución de las metas más básicas para el cuidado de ese pueblo bueno afectado por la aparente ineptitud de funcionarios y gobiernos incapaces de solventar lo más mínimo llevados por el interés de poner de cabeza y patear el pesebre que los hizo posibles. De nuevo, el mito de una princesa comprometida con poner orden y dar certeza en medio del abandono.

Todo contenido informativo, en tanto metáfora —ya lo he dicho antes en este blog y siguiendo a Umberto Eco— tiene varios niveles de interpretación, se entiende por lo tanto de lectura. No abundo en detalles teóricos. A efecto de este ejemplo valga solo señalar lo dicho y alertar a los lectores a ser más críticos.

Corolario

Mi oficio, mi profesión, aunque parezca un anatema vocacional, es manipular. Para eso me he preparado por años y no sé si es algo de lo cual vanagloriarme o avergonzarme. Por lo mismo, mi labor aquí en estos indicios, con ellos y mediante ellos es lo contrario, o sea desvelar a sus ojos lo necesario para que esa manipulación encuentre su contraparte racional y ustedes no caigan tan fácilmente en las trampas que profesionales como yo sabemos preparar para el intelecto y los sentidos en afán de encauzar y encausar sus voliciones.

Un mundo sin héroes es impensable, tanto como pensar que solo el bien debe prevalecer o solo el mal. Los héroes así en la literatura y la mitología, en la leyenda como en el relato épico del día a día son necesarios para ayudarnos a aterrizar lo divino, pero también para elevar lo mundano a cotas celestiales. Cuando un héroe reniega de su vocación, como han hecho los médicos a últimas fechas llevados por la angustia muy humana, no son menos heroicos aun en su afán por no abrazar la santidad del apostolado o ubicarse a sabiendas, a ciencia y paciencia como estampas adheridas al martirologio. El antihéroe entonces, lo elabora la ciencia ficción, implica una bofetada al estatus quo independientemente de cuál sea su destino mortal.

Los héroes, sea que esgriman sus armas para un rey particular o para un poder público, no pueden esperar, no están hechos para esperar, y que un encumbrado Zeus los ningunée en el interés de igualarlos al resto de la humanidad es no solo menospreciar su valía, sino trastocar la esencia institucional que los soporta en el mito que define a la nación. Posponer a veces es sinónimo de rebajar. Eludir la responsabilidad en aras de la cuota electoral no hace al gobernante ni mejor ni peor, sino simplemente el villano antagonista de turno.

Cuando la gramática perdió valor o la desunión de los opuestos. Un discurso nunca pronunciado.


Lectoras y lectores, amigas y amigos, seguidoras y seguidores de estos Indicios Metropolitanos que tienen a bien justipreciar las palabras y los enunciados que aquí vierto con amor a mi oficio de escritor y a la lengua que me sostiene:

SI BIEN EN PERIODISMO la objetividad es discutible, casi tanto como la neutralidad, por aquello de la intervención que sobre la narración de un hecho imprimen el periodista o el medio para el cual trabaja, ya desde el punto de vista elegido para la descripción o el argumento empleado para la explicación, es aún más cierto que en Lingüística el valor del signo depende del significante y nunca al revés, y que el referente es la piedra de toque mediante la cual el triunvirato consigue la cabal comprensión.

Leo una nota en el diario El Financiero cuyo titular dice de manera errada: "Estos son los requisitos que pedirá EU para las y los viajeros que ingresen al país".

¿Cuál es el error en esta nota, ya desde su encabezamiento? Muy aparte de abreviar equivocadamente el nombre de Estados Unidos, debiendo decir EE.UU., pues el estúpido e insistente, machacón afán por insertar un discurso "políticamente correcto" más producto de la imbecilidad de la lucha de géneros y, por ello, incidir obtusamente en la innecesaria redundancia gramatical la cual también requiere de ser empleada con algo de virtuosismo, cuando viene a efecto.

Que lo hagan los estúpidos políticos ya resulta chocante como para que además incurran en ello los colegas periodistas que se supone conocen y dominan el lenguaje.

Basta decir "los viajeros", que el artículo "los" en el doblete, aunque masculino, en su semántica contextual se hace neutro y abarca a todos los géneros y siglas estúpidas que quieran incluir del impronunciable LGTTTBIQ o como sea. Ahora, he dicho, "semántica contextual" porque el contexto es relevante y la concordancia gramatical indica que el adjetivo vuelto sustantivo por el uso del artículo determinado (en el ejemplo no decimos "las mujeres viajeras", sino se apocopa a "las viajeras") ha de adoptar el género del artículo que le precede. Así que, ¡oh, sorpresa!, al colocar en segundo lugar a "los", las mujeres (independientemente de si pertenecen a alguna de las siglas mencionadas o son francas) han quedado de nuevo excluidas por la concordancia. Igual pasaría viceversa, si se dijera "los y las viajeras". Sería incorrecto decir "los y las viajeros" o "las y los viajeras". Entonces, la estupidez queda en evidencia. Así sucede también cuando, como vemos en los anuncios del INE para el actual periodo electoral hacia los comicios en México, en julio de 2021, se destaca que "todas y todos votamos", cuando el pronombre indefinido, repito, indefinido, "todos", por su indefinición ya incluye a todos los géneros, y digo todos por "respeto y corrección política" (valga la ironía al propósito), porque al cabo solo hay dos géneros independientemente de las variantes que en identificación hagan los individuos; hay masculino y femenino y sanseacabó, así se hable de una lesbiana o de un lesbiano (que en estricto sentido no aplica a un varón a menos que sea oriundo de la isla Lesbos). "Esto ocurre" —explicaba ya en 2007 el catedrático de la Lengua José Antonio Martínez en la revista Pensamiento Crítico— "porque la concordancia –como procedimiento formal de integración de la información léxica– es sistemática e implacable, y una vez desencadenada, ya no se puede hacer otra cosa que tirarse en marcha e interrumpir el discurso, incurriendo en lo que se conoce con el feo nombre de anacoluto". Para "los y las" que no quieran remitirse al diccionario por pereza intelectual, se llama anacoluto a la inconsistencia en la construcción del discurso, y eso es lo que estamos atestiguando ya todos los días.

Pero, ¿qué no se dan cuenta todos esos que defienden semejante aberración lingüística que, en la búsqueda de incluir e integrar a los grupos, para formar identidad de pertenencia, a la vez promueven la exclusión, la discriminación endógena? ¡Sí!, la que reza y espeta a la cara del otro "soy esto y a mucha honra y hazle como quieras", olvidando que quien se yergue digno es tan persona como quien lo mira o ataja o señala, con o sin razón, justa o injustamente.

En vez de unirnos más como especie, en la "defensa de los derechos" estamos consiguiendo dividirnos más y más, vernos como extraños en vez de como iguales.

Que conste que no estoy en contra de la defensa de los derechos, del esfuerzo que ha costado conseguir y hacer conciencia, y que estoy claro que aun falta camino por andar al respecto; pero, cada día me convenzo más de que el camino que creíamos adecuado, correcto, ha sido el fallido, lleno de recovecos, meandros, grietas, circunvoluciones, divergencias, perversiones que desvían de lo que tenemos como objetivo: ser mejores seres humanos.

Si antes nos veíamos con desprecio acusando raza, clase social, hoy a esas categorías hemos sumado más clasificaciones y, si por un lado significa la aceptación de la diversidad, por otro lado significa la exultación de lo distinto no para comprender lo que nos equipara, sino para establecer fronteras más sutiles y próximas y peyorativas y egoístas de las ya existentes entre países, sistemas, ideologías.

El discurso de género es una mini ideología que busca asentar mini idiosincrasias. Tras la caída del Muro de Berlín, ¿creímos habernos liberado de la taxonomía provista y promovida por el Estado? ¡Sorpresa! Ni fue así y, al contrario, llevados por el rencor, el miedo y el afán reivindicatorio hemos prohijado una nueva Torre de Babel y una taxonomía más especializada, reduccionista y maniquea. Un discurso de odio disfrazado de tolerante comprensión y asimilación, plagado de eufemismos disfrazados de enunciados sensibles aunque tan segregacionistas como lo mismo que pretenden descontinuar.

Así como en la música, por ejemplo, a la cultura del bolero se opuso la contracultura del rock, a la cultura del machismo  grotesco se ha opuesto la contracultura del feminismo a ultranza y, ya se sabe lo que ocurre con todas los movimientos de contracultura: tarde o temprano el sistema los absorbe, adopta y adapta, no para aplastarlos, sino para insuflarlos hasta el paroxismo y luego, con carácter dominante, imbricarlos como parte de la política misma, consiguiendo que los miembros se ostenten como "triunfadores" frente al sistema, cuando en realidad han sido sumados al mismo, como una pieza más del engranaje que lo hace funcionar sin que ello signifique una suerte de ramplón o retorcido conspiracionismo. Al bolero le siguió el rock, le siguió la salsa, le siguió la banda y así, como una paráfrasis del poema de Gertrude Stein que reza que una rosa es una rosa es una rosa. Y la traigo a cuento porque Gertrude Stein (1874-1946) era, nos recuerda el articulista andaluz Carlos Manuel López:

[...] feminista y lesbiana y además una ferviente trabajadora del lenguaje literario; y, en este sentido, su caso es comparable al de Teresa de Jesús: habitante, hacía siglos, del mismo distrito infernal.

[...] Al igual que la monja abulense, Miss Stein, fundadora de lengua,  practicó una libertad  perfecta a la hora de escribir. Inventó una nueva forma de concebir la frase, una nueva forma de puntuación radicalmente distinta y libérrima con el objetivo de romper las numerosas  barreras inútiles de la sintaxis, y, por añadidura, lograr la nitidez y la exactitud expresivas.

[...] El pensamiento helicoidal característico de Gertrude Stein avanza mediante estructuras deliberadamente  reiterativas  para obtener un preciso reflejo de la realidad, la existente y la inexistente: cuando la realidad se transmuta en ultima ratio regis. Ella deseaba plasmar la cadencia del mundo visible, mientras vivía atormentada por el problema de lo externo y lo interno.

[...] La teoría literaria de Gertrude Stein gira reincidentemente alrededor de la pasión intelectual por la exactitud, y esto la asemeja a Santa Teresa, que se esforzaba en transmitir, con el mayor rigor posible, la inefabilidad de sus experiencias místicas. [LOPEZ, op.ref.].

La gramática, aunque sujeta a la evolución dinámica del habla en su funcionalidad semántica, en cambio en su estructura sintáctica da coherencia que mira más allá de esa evolución, busca y procura la exactitud. Ello no la hace inamovible, pero da certitud sobre lo dicho y lo por decir. Toda esa sabiduría milenaria está sintetizada en los artículos neutros, los artículos y pronombres indeterminados capaces de referirse al ser y no a su accidente, pues el género es eso, un accidente y nada más. Podrá alegarse que el recurso retórico de añadir esa "precisión" políticamente correcta abona al desarrollo de una estilística contemporánea de una política inclusiva; pero, hace justo lo contrario al extraer del indeterminado "los" el femenino "las". ¿No sería en ese caso más preciso, siguiendo el estilo de Gertrude Stein, decir: "Estos son los requisitos que pedirá EE.UU. a quienes viajen a su territorio". ¿Están o no están todos y todas incluidos e incluidas, valga la redundancia?

Valga también traer a cuento la recomendación del citado académico de la Lengua en relación del uso de semejante doblete referencial característico en la oratoria de más rancio cuño [ibid.]:

Esta fórmula –que prolonga el señoras y señores de siempre– se ha generalizado en los actos de palabra públicos y formales: mítines políticos, solemnes alocuciones, aperturas de curso…, hasta el punto de que no seguir esta convención verbal sería hoy ya casi una grosería. El doblete puede resultar elegante, pero siempre que no sobrepase los límites del vocativo. Porque, cuando entra en las normales funciones sintácticas del enunciado, puede amargarle la elocución al más temerario de los oradores, y también meter al auditorio en una situación de nerviosismo incontrolable [...].

Se alegará nuevamente que el ejemplo empleado para este ensayo crítico no sobrepasa los límites del vocativo sumando doblete tras doblete como suele hacerse en los saludos de preámbulo oratorios, cierto; no obstante, el que se haga ya tan usual en todos los políticos, en todos los actos con cualquier pretexto y ya no nada más en los ámbitos políticos raya en los límites del vocativo por extensión cotidiana por vía de los medios masivos de comunicación, las redes sociales, los servicios de mensajería digital convertidos en modernos templetes. Así, y para terminar, aun cuando la "corrección política" oratoria, discursiva apunta a un noble fin, yerra en su consecuencia. Verdad, errar es humano, dobletear es cortés y no quita lo valiente; pero, abusar del tropiezo tantas veces y a propósito con la misma piedra ya es cosa de imbéciles.

"Sanitizar" no existe

HACE RUIDO leer aquí y por allá que se empleen palabras que no existen como son "sanitizar" o "sanitización", anglicismos chabacanos que se han venido a poner "de moda" a raíz de la pandemia, cuando lo correcto (por ahora) es el uso de las palabras respectivas y más exactas en español como son desinfección o limpieza o higienización.

Lo mismo aplica para otras palabras, verbos como "potencializar", "movilizar" (esta última ya registrada en el diccionario de la RAE).

El sufijo "-izar", muy común en inglés, es necesario en lenguas romances solo en casos donde no hay derivación etimológica de sustantivo a verbo mediante los sufijos "-ar", "-er", "-ir".

Claro que la lengua es dinámica y quizás en un futuro las palabras puedan ser incluidas en el diccionario como resultado del "mal uso" y la frecuencia respectiva, lo que no significa su triunfo por bondad sino por ignorancia compartida. Pero, si amamos nuestra lengua y presumimos de conocerla tanto que hasta podemos abrazar un bilingüismo (una falacia, primero hay que dominar la lengua materna, de lo contrario la mezcla redunda en esperpentos lingüísticos), lo mejor que podemos hacer es poner el ejemplo a las nuevas generaciones, usando con la mayor propiedad posible el idioma que llevamos en nuestra sangre. Si podemos evitar un mal uso, hagámoslo, por bien de las palabras ya existentes y hasta más bellas, eufónicas, claras y precisas en su voz.

Personalmente, no han faltado quienes me han conminado a armar o promover cursos de redacción, por ejemplo. Lo hice un tiempo y terminé declinando, porque a la gente hispanohablante no le importa mejorar su dicho ni su escritura, ya no digamos tener cuidado con la ortografía o la pronunciación, confiada de que "domina" su idioma materno. Y los extranjeros tienen más interés en aprender a hablar lo fundamental para cerrar negocios. Así, he preferido, me he "conformado" con hacer mi labor desde mi blog y las redes sociales, no sin que ello a veces me suponga ataques, descalificaciones de todo tipo.

Mi esperanza es que este mensaje pueda generar conciencia, reflexión, mayor interés por la lectura crítica y comprensiva, y más respeto hacia algo que nos constituye como hispanohablantes, que ha dado fuerza, penetración y alcance extraordinarios a nuestra cultura frente a otras (el español es la segunda lengua más hablada detrás del chino, por población, y la segunda lengua más socorrida detrás del inglés en una perspectiva pragmática) y, por qué no, como orgullosos egresados de escuelas que, creo, quiero pensar, confiaron haber hecho de nosotros personas de bien, con conocimientos sólidos, con capacidad de influir positiva y críticamente en nuestra sociedad.



Descabezando encabezados


Recordando al eximio colega Raúl Prieto de la Loza "Nikito Nipongo", leo a veces ejemplos como la siguiente nota y me dan vergüenza ajena.

¡Nooo! ¡Si mis colegas periodistas y publicistas pueden ser divinos en la torpe e ignorante manera de manejar el lenguaje, el idioma, destrozando, haciendo mal ejemplo entre los muchos (no todos) ya de por sí ineptos lectores! Esta nota es irrisoria en su encabezamiento, ¡pobrecito automóvil! Ya lo imagino como al personaje de Derbez Eloy Gamenó reclamando: "¡Mi'ahorcó, óigame, no!"

La gramática correcta tendría que haber sido: "Sofocan incendio de vehículo sobre Periférico". Pues, como indica el diccionario el verbo sofocar es transitivo y además:

1.- Producir [el calor excesivo u otra cosa] sensación de ahogo o dificultad para respirar: "no soporto el calor del trópico porque me sofoca".

2.- Apagar o dominar una cosa que se extiende o se desarrolla, especialmente un fuego: "sofocar un incendio".

Examinemos la lógica detrás del encabezamiento y de la crítica que hago.

Aun cuando el vehículo es una cosa, sofocarlo llevaría a apagar su motor encendido por cualquier medio, y por lo tanto a detener su funcionamiento.

Dirán, ¡estaba encendido, mira el fuego! Sí, pero no es lo mismo apagar la chispa del motor que controlar un incendio en el motor o en cualquier parte del coche o un bosque o la casa, pues las causas de un incendio pueden ser diversas. Aun cuando el efecto final sea el pretendido, el orden lógico en la idea y la imagen mental que genera no son menos importantes.

La pregunta a responder para determinar el objeto directo de la proposición enunciada sería qué es lo sofocado y en función de la respuesta se da el orden de las palabras.

Sí, dirán que se puede responder que el objeto a sofocar es el "vehículo incendiado"; pero, el vehículo es, en esta respuesta, el núcleo del objeto directo, mientras el participio del verbo incendiar empleado como adjetivo pasa a ser el circunstancial de modo, mientras "sobre el Periférico" es el circunstancial de lugar.

Entonces, si lo que pretendemos es sofocar una acción perniciosa, lo sofocable tiene que ser el sustantivo que da pie o del que deriva el acto o verbo. Así, sofocar a una persona es producirle o provocarle ahogo en la respiración que deriva en respirar; por tanto, ahogar un vehículo puede conseguirse inyectando en la combustión más aire (comburente) o más gasolina (combustible) en la mezcla; mientras que ahogar al fuego implica añadir a la mezcla en plena combustión un gas, líquido o sólido que actúe como retardante o inhibidor. Lo sofocable aquí es el incendio y no el vehículo.

Dirán, lo explicado ¿no es lo mismo? Sí y no. Pues no es lo mismo ahogar, retardar la mezcla previa a la combustión que ahogar, retardar, calmar la combustión iniciada, en progreso o desarrollo. Lo que se requiere controlar es el incendio y no el vehículo para evitar un mal mayor.

Finalmente dirán, ¡pero la idea se entiende al cabo! Sí, porque así de rico y flexible es nuestro idioma y el lenguaje en general. Ello no justifica, empero, que se escriba y hable con la mayor y mejor propiedad y precisión posibles.

Mucho del trabajo en comunicación tiene que ver con lo anotado y no nada más los que nos dedicamos a informar o publicitar, difundir, educar tenemos un compromiso y una obligación para con el lenguaje, la cultura y el público, sino nuestro quehacer hace parte de una pedagogía y, está visto, la que fundamenta a nuestro pueblo ha mostrado ser tan endeble y vacua y torcida que por eso estamos como estamos: con padres y maestros que no reconocen la "o" ni por lo redondo, abogados y jueces y ministerios públicos que se la viven peleando, jugando, litigando en medio de interpretaciones fuera de lugar acerca de contratos, demandas, oficios y sentencias que, de tan mal redactadas so pretexto de la jerga propia de la profesión se vuelven no nada más ininteligibles sino tramposas. O gobernantes que hoy dicen y mañana se desdicen.

Ahora, más allá de las solas letras, pensemos: si en la política que hoy campea en México las cabezas empezaron a rodar, literal y metafóricamente tras la declaración de guerra al narcotráfico años atrás, entonces quizá descabezando encabezados podamos dar de modo más sencillo con las razones detrás de la miseria que nos compete como sociedad y nación.

El establecimiento de la agenda diaria por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador tendría que dar paso a encabezamientos más precisos, claros, transparentes y no servir de vanagloria y condescencencia lambiscona de doctos periodistas que apenas sirven como remedos de bufones convertidos en heraldos con más interés en el palo y el pastelazo en el escenario de las redes sociales que en develar la verdad y hacer crítica.

Los acontecimientos y dichos recientes tras la detención del general Secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos Zepeda en EE.UU. a manos de una DEA ínclita por corrupta, retorcida y atrabiliaria, vistos como un mensaje entre gobiernos, equivalen a cualquiera de los elementos necesarios para que suceda una combustión.

En México como en Estados Unidos la división y el descontento sociales están candentes, la presión está aumentando de formas peligrosas, en parte por efecto de la pandemia y en parte por efecto de la recesión mundial, sin mencionar las torpes decisiones de gobiernos, y la vía rápida ha sido insuficiente para la solución de conflictos.

¡Ya no es nada más la economía, imbéciles! No es echando baldes de agua fría o polvo de extintor como AMLO o Trump o FRENAAA conseguirán apagar los fuegos encendidos por ellos mismos dentro y fuera. Y no es tampoco atizando con el soplador como sofocarán la inconformidad ciudadana o la que, mundialmente, está germinando en las cajas de Petri donde se está cultivando la guerra que viene. No es haciéndose pendejo, ese a quien le habla la Virgen, como la oposición cifrará los liderazgos que hacen falta para consolidar a la democracia. A menos, claro está, que todo sea parte de una fantástica conspiración no nada más para disminuir la cantidad de gente en el planeta por medio de pandemias, sino para forzar guerras intestinas, regionales y planetarias que consigan, mediante la conflagración, aumentar artificialmente la tasa de mortalidad por contraste con la de natalidad. Pues no hay duda que la capacidad del planeta para sostener la vida humana y en general está siendo puesta a prueba y el cambio climático no es sino un conjunto de reacciones naturales a una serie de acciones naturales y humanas.

¿Qué encabezamientos, qué lógica queremos leer mañana?

Cómo te voy a olvidar o la prensa al servicio de los intereses


EN UN ARTÍCULO reciente escrito por Mario Maldonado para El Universal, sus remembranzas, su contenido veraz sin duda, tendencioso también, acerca de los encuentros entre empresarios pomadosos y el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando candidato y después, me hizo recordar la vez que acompañé a mi padre y un grupo de ex presidentes como él de la Asociación Nacional de la Publicidad (decana de estas asociaciones del gremio) a un desayuno en el Club de Industriales. El tema a discutir: cerrarle el paso a cierto presidente en sus aspiraciones por reelegir su fórmula (no él), en el entendido de que sus acciones en su período al frente de la asociación había resultado en su detrimento, y una suma de pretextos para enriquecerse, desapareciendo la Escuela Técnica de la Publicidad para hacerse de ella y convertirla en su universidad o centro de estudios de comunicación particular donde formar a los futuros publicistas, mercadólogos y comunicadores. Me refiero a la institución educativa Centro de Estudios de Ciencias de la Comunicación que los colegas publicistas rebautizaron irónicamente Centro de Estudios de Chucho Cuevas.

En aquella reunión de la "plana pesada" y en la que, entre otros, estaban presentes dueños de medios como mi querido Francisco Ibarra López (Grupo ACIR), ex directores de publicidad y mercadotecnia de empresas como Coca-Cola Femsa (Jesús Machado), se decidió apoyar de manera uniforme a la candidata contraria, Lucía Gallart, sobrina de un ex presidente ya fallecido y muy buen amigo de mi papá, Luis Gallart, y hacer el cabildeo respectivo entre los asociados.

A mi padre y a otro ex presidente se les encomendó difundir la información delicada entre los conocidos periodistas relacionados al gremio como, por ejemplo, Guillermo Brunet que me viene a la mente.

Entonces los acompañé días después a un par de comidas con sendos periodistas especializados, columnistas en temas económicos y empresariales y ahí se les proporcionó la información seleccionada, pertinente, se les dio la "carnita", el "cebo" para que los lectores en general, patrocinadores anunciantes y asociados, supieran por medio de lo que hoy llamaríamos un influencer, es decir, un líder de opinión, enterado de primera mano, lo justo para "orientar" su opinión, pensar y sentir, en favor de una candidata y en contra del otro.

A ciencia y paciencia, las piezas del rompecabezas fueron cayendo en su sitio y la agenda fue perfilándose, fortaleciendo a una, en vez de al otro, hasta propiciar su triunfo.


De la teoría de dos pasos a la realidad intrincada

En ningún momento se pagó ni un centavo a esos periodistas ni a sus medios; no hubo chantajes ni abiertos ni cerrados, ni "sobornos" fuera de la inocente invitación a comer, conducta muy común en lo que a negociar se refiere; pero, esos periodistas conocían el peso de sus fuentes y la manera como podían influir en favorecer a sus medios en tanto empresas publicitarias. Inclinar la balanza con información objetiva y evidencia probable es también una manera de hacer política y tanto medios como quienes laboramos en ellos lo sabemos bien. Por supuesto, del otro lado el contrincante hizo lo propio.

No los podía acusar entonces ni puedo hacerlo ahora de ser "chayoteros". Porque en estricto sentido del término no lo fueron, como dudo que lo sea este joven analista Mario Maldonado, como no lo soy yo ¡y vaya que me han puesto el sambenito más de una vez!

Muchas veces quienes nos dedicamos a este oficio y profesión tenemos que arriesgar no solo el pellejo y el prestigio, sino pasar hambre literalmente (la mayoría, pocos logran amasar una regular fortuna) con tal de dar curso a cierta información que nos pueda granjear, por lo menos, ser tomados en cuenta como vaso comunicante e influyentes agentes de cambio, influencers. Por supuesto y ante todo, cumplir con nuestra finalidad y principales funciones sociales de informar y formar opinión pública. Y esto aplica lo mismo a un Joaquín López Dóriga, una Denise Maerker o un Carlos Pozos Soto "Lord Molécula". Puede ser un oficio ingrato que, para quienes tienen poder y los lectores, no deja de tener valor de un peón más en el ajedrez de la opinión pública y nos coloca a todos a veces en el gusto popular, a veces en el disgusto oficial, a veces a nivel del pasquín, a veces al nivel del Ciudadano Kane.

Pero, también es cierto que los tejes y manejes informativos pueden ser más intrincados de lo que el vulgo lector siquiera imagina.

Quienes hemos estado involucrados en estos asuntos de una u otra manera lo sabemos bien, y sabemos distinguir la información manipulada, de la empleada para manipular.


Un poco de historia paralela

Así, recuerdo algo similar cuando la vez que, allá por 2010-2012 estuve al frente de la Comisión de Comunicación de mis vecinos de La Florida y nos enteramos que los COPACI de turno pensaban dar un albazo, informando en conferencia de prensa su "autorización" al proyecto del Viaducto Bicentenario. Uno de los líderes entonces me miró preocupado, sorprendido y preguntó qué hacer. Organicé ipso facto, de manera improvisada y rápida, una conferencia de prensa aprovechando los esfuerzos de la contraparte que ya había reunido a los colegas periodistas, solo cambiamos el lugar una cuadra más adelante. El grupo se dividió y una parte atestiguó, como vecinos, los dichos de los otros sin intervenir ni generar conflicto, mientras la otra mitad preparó toda la información dura a la mano, la que se presentó luego, desbancando la atención de la prensa sobre la primera conferencia. El resultado, la opinión se inclinó en favor nuestro y al gobierno y a las empresas OHL y Rioboo no les quedó más que continuar las negociaciones, aunque no dieron su brazo a torcer en temas como la siniestra aguja de salida de incorporación de carriles centrales a laterales que hoy ya ha causado en solo un mes seis accidentes que se suman a los ocurridos, pese a nuestras advertencias, desde 2012, sea a causa del mal trazo u otras razones atribuibles a la estupidez adicional de los conductores.

Accidente Viaducto Bicentenario 2020
Cámaras de seguridad del C-5 del Estado de México captaron por sexta ocasión un accidente en la salida de carriles centrales a laterales de Periférico Norte, en La Florida.


Entonces, los periodistas, aun cuando el público luego execra y se queja de nuestra labor, vilipendiándonos con singular alegría, más tarde que pronto terminamos siendo llamados, no a cuentas (como llegó a pretender sobre mí el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, razón por la que desde aquellos días el ojo avisor de los gobiernos municipales, estatales y federal están sobre lo que escribo, hago y digo), sino a contar lo que pueda satisfacer los intereses de tirios o troyanos; esto para los más diversos objetivos. Y esa es la clave de las relaciones públicas.


Relaciones públicas pandémicas. Un memorial a cambio de otro

Hoy, cuando se avecinan las elecciones intermedias en el país en 2021, más de uno, político, empresario, funcionario público, líder de opinión, estadístico o hijo de vecino busca sacar agua para su molino. A veces en el empeño de simplemente aprovechar la oportunidad, a veces en el interés de hacer un bien común.

Tiempos aciagos como los que vivimos a causa de la pandemia de Covid-19 y la recesión mundial no podían ser excepcionales. Y es lo que ocurre también con propuestas como la expuesta hace poco por la asociación Fomento Cultural Torres de Satélite, A.C., presidida por el Arq. Cuauhtémoc Rodríguez, mediante una idea bosquejada por él y el Lic. Eric Geraldo Fuentes Freixanet, vicepresidente de la saliente mesa directiva de la Asociación de Colonos La Florida, A.C., del fraccionamiento que habito y que alguna ocasión llegó a señalar a este plumífero de "falso periodista", "traidor", "poco profesional", "nada objetivo" y hasta estuvo dispuesto a llegar a los golpes frente a testigos en lugar público. En los detalles se cuela el Diablo.

Pues la propuesta consiste, a ojos de unos como el Comisario Lázaro Gaytán, en intercambiar un memorial por otro. Esto es sustituyendo el actual, maltrecho y olvidado Monumento al Policía ubicado en un rincón del que llamo el "Enclave del Mosquito" (por la figura que hacen las vialidades, al norte del Parque de los Remedios, al sur de la FES Acatlán). A ojos de otros, como el arquitecto Rodríguez, mejor que sustituir, crear un memorial y no un simple monumento, casi mojón, enfrente y con el pretexto "de moda" de dedicarlo a los "héroes de la pandemia de Covid-19".



Cómo te voy a olvidar

La idea del Arq. Rodríguez, conforme a su comunicado de prensa y entrevistado por Indicios Metropolitanos es hacer, por medio del arte "un instrumento de reflexión y reconciliación colectiva, una ofrenda de paz y resignación a la memoria de las víctimas del Covid-19". Y explicó el simbolismo del proyecto que tiene entre manos y ha propuesto tanto al gobierno municipal de Naucalpan, presidido por la alcaldesa Patricia Durán Reveles, como a otras instancias particulares y oficiales, siguiendo un poco y a la mexicana lo hecho con anterioridad en España, por ejemplo.



Está inspirado en el desarrollo magistral de la sección áurea y la geometría sagrada, dónde el círculo, con un diámetro de 30 metros, es el eje rector de toda la composición. De manera proporcional, emergen hacia el cielo 7 prismas triangulares de 15 y hasta 45 metros de altura, los cuales, por su diseño pareciera que desafían a la gravedad, ya que su estructura está diseñada en comunión con el viento. En conjunto, conforman una antorcha que representa la luz que ilumina, calienta, purifica y protege.

Cabalísticamente, el número 7 está presente como referencia a la perfección con la que fue creada la vida. El color blanco hace referencia a las almas de los seres humanos que se perdieron en esta pandemia. Al centro del memorial se localizan dos estelas que parecieran estar unidas (pero, no lo están) y conforman en su remate una estrella de 7 puntas , la cual rige los valores universales. Las dos rampas integran a su vez dos cascadas, dando como resultado final el mensaje de los 4 elementos de la naturaleza, dónde la Tierra es el círculo, el Aire es el movimiento simulado de los prismas, el Fuego es el conjunto de todo el Memorial y por último el Agua que se manifiesta en las cascadas.

El "Enclave del Mosquito". La flecha indica el lugar que ocupa el Monumento al Policía,
el recuadro marca el área de cerca de hectárea y media que ocuparía el memorial.
Foto: Archivo Indicios Metropolitanos.

La propuesta indica como ubicación probable del memorial un terreno cercano a la parada de transporte público de la FES Acatlán, al sur de la Mega Comercial de San Mateo, y próximo al CCH. Es un terreno conocido porque en su espacio, antiguamente se ponían —qué casualidad— los circos y hoy es terreno de composta, está cercado y controlado con una puerta, lo que evitaría el vandalismo. A pregunta expresa de Indicios Metropolitanos, el Arq. expuso:

El costo aproximado es de 5 millones de pesos y buscaremos el apoyo de las empresas que estén interesadas en apoyar. Por la importancia del proyecto, no solo estará involucrado el gobierno municipal, buscamos que se integren los gobiernos estatal y federal. Es un proyecto que, por su carácter, es de trascendencia internacional. Como dicen los "Ángeles Azules": de Naucalpan para el mundillo...


En mi humilde opinión, el concepto general de la propuesta es agradable. Solo le añadiría esto: las imágenes relacionadas con el coronavirus, que hasta en círculos del maíz ha aparecido, cambiaría la idea y el significado de la estrella.


Otra cosa, la vista lateral es "peligrosa", en el sentido de que los legos tomarán como referencia "el helado" para darse cita en las inmediaciones del memorial, de hacerse. Aunque, la sinuosidad es grata. Quizás, podrían añadir al concepto los artistas Rodríguez y Fuentes Freixanet, la posibilidad de ampliar el significado complementándolo desde los cuatro lados, desde dentro y desde lo alto, dada la significación internacional (también por eso mencioné los crop circles). El otro tema es dónde ubicarlo, que luzca, signifique y no lo fastidien las inmobiliarias ni los vándalos. Indicios Metropolitanos cuestiónó al Arq. Rodríguez:

IM: ¿Será ese sitio propuesto el más adecuado? ¿Habría algún elemento adicional alrededor? ¿Impacto ecológico? Pregunto porque cerca está el Cerro de Moctezuma, zona arqueológica saqueada durante años. El Parque y Convento de los Remedios, cuevas que son hábitat de murciélagos y una amplia fauna cuya biodiversidad ya han sido afectadas por la mancha urbana, la inseguridad rampante y, además, cerca están las oficinas de la Dirección de Ecología y Medio Ambiente de Naucalpan.

CR: Solo andadores y algunos lugares de descanso y reflexión. Nada más. La iluminación estaría a cargo de nuestro amigo el Arq. Gustavo Avilés quién iluminó el Memorial a las Víctimas de la Violencia de Estado, ubicado en Chapultepec.

IM: ¿La que Jacobo Zabludovsky denominaba irónicamente la "paleta Mimí"?

CR: No, esa es la Estela de Luz.

IM: Cierto, pero también fue muy polémico ese memorial. Ya imagino a la gente tomando este memorial como referencia de tránsito: "nos vemos por el helado". Y, si llevare detalles oscuros, "te bajas en la parada del hot fudge".

CR: Al final estamos expuestos a la crítica y no por eso nos vamos a detener. Sobre todo por el carácter del memorial , este estará expuesto a críticas y al vandalismo como tú bien lo mencionaste.


Artistas somos y en el camino andamos

El arte, sin duda, tiene un papel fundamental en la sociedad y la historia, por muchos motivos. Nunca es pertinente, pero siempre es oportuno. Rara vez es conveniente. ¿Es conveniente proponer la construcción de un memorial en medio de la pandemia, de la recesión nacional y mundial, cuando el municipio de Naucalpan hace malabares con el presupuesto a falta de ingresos, la austeridad republicana morenista y apenas medio hace esfuerzos para "capacitar" a distancia a la población en temas como la planeación de negocios y la mercadotecnia, incubando proyectos de dudosa o nula garantía de retorno de la inversión en la forma de creación de empleos?

La idea de reflexionar sobre los "caídos" (infectados o muertos) por el Covid-19 se antoja noble, sensible, emotiva; pero, ¿es el momento de destinar 5 millones que hacen falta para paliar la hambruna que ya se instaló como consecuencia? ¿Sería mejor esperar a las cifras finales, a saber cuándo las habrá cuando aun la vacuna y la recesión van para largo?


Entre el sueño y la memoria

Recuerdo que al Arq. Antonio Dovalí, principal proyectista del Viaducto Bicentenario le cayó en pandorga que yo le dijera en una junta a puerta cerrada entre vecinos, empresas constructoras y gobierno que su "obra de relumbrón" adolecía de muchas fallas y falsas justificaciones, a pesar de la nobleza en la idea de origen como una via para el mejoramiento de la movilidad regional. "No es una obra de relumbrón", me dijo airado. Al cabo de los años se ve qué ha sido en realidad.

Hoy, la economía está parada. ¿Qué ganarían los empresarios dispuestos a invertir en el proyecto, cuando ni siquiera los gobiernos municipal, estatal y federal han dado luz de apoyos para ellos, ni siquiera fiscales? ¿La cantidad de trabajos generados, derivados y directos por ese proyecto, justificarían la obra de un memorial cuando hay carencia de medicamentos y equipamiento médico? ¿Con quién se buscaría quedar bien, con deudos o con personal médico? El coronavirus 19 no discrimina. Que es de cuidado y no se le debe menospreciar, cierto; pero, proporcionalmente no ha sido tan letal como otras pandemias a pesar de las cifras alarmantes, dicho por los especialistas, incluido el propio Dr. Epidemiólogo Hugo López-Gatell Ramírez subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal.

Estadísticas de la pandemia de COVID-19 actualizadas al 21 de agosto de 2020.
Fuente: Universidad Johns Hopkins.
Foto: Archivo Indicios Metropolitanos.

Así, cerrando el círculo mágico de las conexiones memorísticas pensemos: si consideramos el sueño (en su primera fase) como un depurador de recuerdos (sólo quedan en nuestra mente lo importante o lo más impresionante que nos haya sucedido), al no dormir no eliminamos recuerdos; es decir, no tenemos la capacidad de olvidar muchas cosas con las que no podríamos vivir si las recordamos a diario.

La pandemia actual y la recesión franca que nos envuelven nos han quitado el sueño y, como a Funes el Memorioso, la experiencia vivida nos lleva a comprender que nuestra memoria es un vaciadero de basuras, que el símbolo genérico "perro" abarca a tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma que, si a Funes le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente), cabe preguntarnos si vale la pena rememorar lo hecho como lo deshecho, en el afán de reconstruir lo perdido, como si en la pérdida y en la ausencia se diera el mismo significado que en la ganancia y la presencia. No es lo mismo estar que ser, pero se necesitan ambos para existir.

A estos empresarios de ahora, quizá decepcionados por el gobierno actual, como a aquellos publicistas, o desesperados por encontrar un asidero mediante el cual paliar la crisis, el chirrión les salió por el palito o, en otras palabras, el tiro les salió por la culata. La candidata triunfadora logró que su fórmula continuara por cerca de 4 períodos, con distintas caras al frente, pero la misma tendencia, llevando a la ANP al mayor de sus declives, descrédito y, si aun flota, es porque Dios es grande. ¿Podemos decir lo mismo de México? ¿De Naucalpan?

Por oficio, leo, veo y escucho lo mismo a Sin Censura con Vicente Serrano que a Carlos Loret de Mola y me siento como ese testigo en las mesas del poder, barajando lo que dicen unos y otros, navegando entre los indicios que me hagan capaz de comprender si en verdad hay un lado de bien y otro de mal, o quizás solo son el helado y el barquillo, los cabos de una cuerda que, cuando se tocan, cierran el círculo de lo que somos para bien y para mal.


La Comunicación al servicio de la Salud Mental


DESDE HACE AÑO Y  MEDIO tengo atorado un ensayo que he venido escribiendo acerca de "la enfermedad mental" como pretexto para hacer un examen crítico de las llamadas "ciencias de la comunicación de las que soy profesional, y mismo sobre el que puede leerse un avance aquí.

A mes y medio de declarada la pandemia, a cuatro meses de distancia del primer caso reportado, tras una oleada de notas, reportajes, crónicas enfocadas en los datos, la información médica, las planeaciones gubernamentales, los protocolos, desde la semana pasada los medios han comenzado a difundir el lado más humano de esta crisis global. Comenzaron, entre noticias falsas, exageraciones y certezas verificadas, mostrando las desgarradoras imágenes de fallecidos en las calles de Ecuador, las que dimensionaron el problema que hasta entonces veíamos concentrado en las zonas hospitalarias o imaginábamos desde el claustro de nuestro aislamiento. Los testimonios de miedo, horror, indolencia, descrédito, paranoia, han dado paso a los testimonios cargados de palabras y miradas nostálgicas, en las que la angustia se mezcla con la esperanza (como en el video colectivo "Close to you" ) y la incertidumbre se encuentra con el coraje para sobrevivir.



Aquí dos muestras recientes, de muchas que ya circulan y empiezan a viralizarse (este concepto ya va resultando odioso) con un propósito de balancear la entropía en el sistema de comunicación. Así como la emergencia sanitaria implica una serie de fases, así también la planeación de la comunicación para el desarrollo las contempla como método, recurso y desahogo de las energías que se acumulan en el conflicto dentro del sistema psicosocial. Así y de muchas maneras más, mi profesión en tanto "agente del cambio", mirada por los más reticentes como "maestría en manipulación de las conciencias", cobra particular significado que, a contrapelo de lo que pueden pensar colegas como Andrés Oppenheimer al afirmar que podrá ser "sustituida" por la cibernética y la informática. Es posible, pero el toque humano siempre será esencial aun para desentrañar los vericuetos del más complejo algoritmo.




Palabras pirujas


A VECES LAS PALABRAS salen de nuestra boca como pedo de indio. Y ojo al enunciado y lo que quiere plantear sin ánimo discriminatorio, porque ya voy oyendo a indígenistas repelar por mi dicho, como si la escatología no fuera cosa de todos los días y toda forma de existencia. Pero, ¿por qué afirmo tal?

Tras un año del sonado caso acerca de los dichos del Dr. José Manuel Mireles, ex líder de las autodefensas michoacanas y ahora funcionario público, y que ocasionó revuelo por referirse a las concubinas de los derechohabientes del ISSSTE en Michoacán como "pirujas" y confesar que algún influyente trabajador sindicalizado lo amenazó con llevar 15 mil personas a tomar la delegación si no le daba una base para su "nalguita" nueva, en alusión a su amante de turno., ahora, luego de la histórica, multitudinaria manifestación y protesta feminista de los días 8 y 9 de marzo en contra de la violencia de género en el marco del Día Internacional de laMujer, la Secretaría de la Función Pública impuso la pena de suspender al facultativo por ¡cinco días! Claro que las reacciones de muchos feministas no se dejaron esperar en las redes sociales, considerando la medida una burla oportunista del régimen en turno.

Que conste que ni defiendo ni repruebo a tirios ni troyanos.

Nomás un breviario cultural, cuando revisamos en el diccionario, la palabra "piruja" no tiene ninguna connotación que implique "estereotipo de género" y, en todo caso, de haberlo en la segunda acepción no tendría por qué ser denigrante, ofensiva ni vejatoria; de haberlo en la tercera, por su carácter despectivo, sería con carácter sinónimo y puramente descriptivo:

pirujo, ja

1. adj. El Salv. Que no cumple con sus deberes religiosos.
2. f. Mujer joven, libre y desenvuelta.
3. f. despect. Méx. prostituta.

"Nos han quitado tanto que hasta el miedo nos quitaron"

O sea, la runfla, la caterva de féminas manifestadas el domingo y ausentes de sus trabajos en protesta al día siguiente podrían bien ser calificadas de pirujas desde el momento mismo de autodefinirse como mujeres libres, desenvueltas, muchas de ellas jóvenes de cuerpo y la mayoría jóvenes de espíritu. Y entre las manifestantes pudo haber pirujas prostitutas solidarias con la causa, y pirujos homosexuales de los que ya llevan rato exhibiendo su orgullo y dignidad en afán de hacer valer los legítimos derechos ciudadanos de una comunidad con nombre acrónimo impronunciable (LGTB...).


Y seguro, tras escuchar y leer las expresiones discursivas en arengas y pancartas, entre ellas hubo y hay las que abiertamente se han declarado contrarias a cumplir sus deberes religiosos por atentar contra sus principios íntimos, personalísimos como el derecho sobre su cuerpo.

Estoy cierto de que habrá habido también muchos hombres y mujeres (lesbianas) relacionados con ellas, esposos, novios, concubinos, amasios, amigos con beneficios, amantes que las habrán mirado orgullosos por el valor manifiesto de esas contoneantes, seductoras "nalguitas" que tanto gustan de explorar en sus entrañas y sus sueños y acariciar con deseosa lascivia y amorosas ansias.

Repito lo de siempre. Las palabras, aun las altisonantes, están para usarse, no para abusarse o desusarse, tienen funciones preclaras, históricas, precisas, cambiantes por evolutivas. Le tenemos tanto miedo a las palabras, que nos parece más sencillo censurarlas en vez de enseñar a los otros sus mejores empleos. Y ya en esto voy señalando un indicio contradictorio en los argumentos expresados por las manifestantes que afirman: "Nos han quitado tanto que hasta el miedo nos quitaron", pues, sin embargo, ese miedo a las palabras en bocas de los otros nos lleva a la confrontación, sea por franca ignorancia de sus significados o por culpa de un imaginario colectivo más dependiente de la capacidad perceptiva e interpretativa que del cabal razonamiento del trasfondo de las cosas.

Esas mujeres son las mismas que hoy en las estadísticas suman no solo asesinatos en la categoría de feminicidios, sino aumento del alcoholismo, la drogadicción. Son las mismas que ahora gozan de mostrar su inteligencia igual que si hombres, usando las palabras para alburearse.


Mejor haríamos en temer la intención detrás de quienes las ejercen a mansalva como de quienes las reprueban por ellas mismas y las acallan. Como diría mi madre, lo que no es parejo es chipotudo, dicho sin albur.

Lo que está sancionándose es la conducta errónea, insensible, torpe, no necesariamente explicada por un machismo exacerbado, anquilosado, enteco, caduco, atávico, tradicionalista, que haya su equivalente en un hembrismo igual de nocivo. Pero, está visto que en nuestra cultura hemos hecho de la palabra símil del acto y de la pronunciación sinónimo de la pretensión. Y ahora, hacia donde vamos es a temer siquiera a abrir la boca, no sea que a las idiotas  (dicho en su puro sentido etimológico, histórico y democrático) que se manifestaron estos días se les ocurra suponer que tras este epíteto ya las voy encasillando en el cartabón de la estupidez o me vuelvo apologista del hostigamiento y del acoso no solo sexuales, sobre los que insisto e insistiré que son, en especial el acoso, la cuerda floja sobre la que camina nuestra civilización construida con base en reconcomios.