Podrían "cargarle el muertito" a Edgar Olvera Higuera.
DE TIEMPO ATRÁS vengo señalando que Edgar Olvera Higuera, alcalde de Naucalpan, Estado de México, debe cortar de tajo y por lo sano con las relaciones perniciosas que lo tienen apergollado desde la campaña, concretamente con Azucena Olivares y su esposo Guillermo González, pero no nada más.
En un artículo anterior enfaticé la importancia de este tema. Ahora que el senado ha votado favorablemente las modificaciones a la Ley #3DE3 propuestas por el Presidente Enrique Peña Nieto, eliminando lo referente a que los particulares involucrados en relaciones comerciales con los gobiernos federal, estatales o municipales efectúen sus declaraciones correspondientes, en especial la de intereses, se cierra la puerta para una fiscalización que de veras transparente el ejercicio del poder.
Hay una lista de alrededor de unas 40 cabezas de funcionarios de distinto nivel pendientes de ser cortadas por diversas razones. Pero el edil, más preocupado por el acomodo de las piezas del ajedrez en el PAN de Naucalpan con miras a las elecciones del 2017 distrae su atención de lo fundamental para el municipio.
Su apuesta debe ser a su reelección, no a perseguir algún otro cargo como quizás una senaduría. Hacerlo lo llevaría a caer en el mismo error político de David Sánchez Guevara que, en su ambición y en el interés por escudarse en el fuero legislativo, solicitó licencia un año antes de terminar su gestión para perseguir una diputación federal. Craso error que ni siquiera le ayudó a librarse de la prisión.
No faltan los desorientados que miran en Olvera un posible candidato a la gubernatura estatal, pero eso, por lo ya dicho, sería lo mismo. El lema de Olvera es "Orden y Conciencia"; mientras no ponga orden suficiente y creíble en la casa, su conciencia no podrá estar lo bastante tranquila para dar el siguiente paso. Jugar en otro sentido podría significar el fin de su carrera política. Si aspira a la gubernatura, ha de esperar al 2023 y mejor afianzar una reelección que le dé un mayor plazo para, en conciencia, poner orden al desmadre existente, al muladar hallado.
En un artículo anterior enfaticé la importancia de este tema. Ahora que el senado ha votado favorablemente las modificaciones a la Ley #3DE3 propuestas por el Presidente Enrique Peña Nieto, eliminando lo referente a que los particulares involucrados en relaciones comerciales con los gobiernos federal, estatales o municipales efectúen sus declaraciones correspondientes, en especial la de intereses, se cierra la puerta para una fiscalización que de veras transparente el ejercicio del poder.
Es, sí, comprensible y respetable que los particulares no hagan una declaración patrimonial, pero es fundamental conocer los grados de interés, los recovecos de relaciones que, por debajo de la mesa o a todas luces disfrazan, encapsulan componendas de toda índole que favorecen no nada más a los funcionarios corruptos, sino a los particulares beneficiados por la corrupción de forma directa o indirecta por lo menos en tres niveles de relación.
Por supuesto que las razones del veto presidencial reciente, muy al margen de las consideraciones y la presión empresariales, son comprensibles, atendibles, tanto como lo son en lo esencial los reclamos de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en estricto sentido de la necesidad de una verdadera reforma de orden pedagógico y no solo laboral, aunque yerren en su proceder. Pero los mismos empresarios harían bien en no ponerse el parche en el ojo sano y también exigirse transparencia.
Todos debemos ser transparentes, no translúcidos. Quien nada debe, nada teme. Así, el profesor mal preparado para atender el aula, faltista por compromisos gremiales y que por ellos coloca en segundo plano a su primera responsabilidad que es la infancia a la que se debe, ha de pagar las consecuencias, actuar en apego a la norma tanto como incidir de forma activa, más al cambio pedagógico y didáctico que al estancamiento y la regresión so pretexto de la defensa de sus indiscutiblemente legítimos derechos. El servidor público también y no se digan los empresarios y todo ciudadano.
La deuda de Azucena Olivares a los trabajadores del SUTEyM que asciende a poco más de 46 millones de pesos es resultado de estas formas opacas de administrar el erario tanto al interior de las administraciones gubernamentales como entre quienes conforman las cúpulas sindicales, que no son blancas palomas. Pero está visto que, siendo chipotuda la justicia en nuestro país, capaz que en un arranque de "cóbrese de lo perdido lo que aparezca", algún juez pudiera "cargarle el muertito" al gobierno actual de Edgar Olvera y a su costa se libre la exalcaldesa de pisar la cárcel tanto como de pagar lo que debe, aun cuando su hija, la diputada local Irazema González, tenga inclinación por negar la realidad. Sólo se entendería tal de tratarse de una jugarreta política dirigida desde el PRI de Eruviel Ávila para congraciarse con esa ala del partido que podría apuntalar sus pretensiones presidencialistas, aun habiendo sido opositora a las ambiciones que llevara a David Parra Sánchez a jugar el rol de convidado de piedra.
El colega Alfredo Ibáñez anotó bien el indicio en su artículo reciente en Todo Texcoco:
[...E]l secretario del Ayuntamiento de Naucalpan, Horacio Jiménez, [...] expuso que, de ordenarlo la autoridad competente, el actual gobierno local que preside Edgar Olvera, tendría que pagar los 46 millones 18 mil 23 pesos que Azucena Olivares desvió.
Días anteriores se negó a reconocer la posibilidad de que la administración del PAN cubriera dicho adeudo, ahora cambió de parecer y dejó ver la posibilidad de asumir la deuda, siempre y cuando se lo demanden oficialmente.
De acuerdo con la entrevista efectuada por el colega Mario Ruiz, Jiménez afirmó que:
[...] justamente el peritaje en el que se documenta el daño patrimonial fue a petición de un juez para determinar la asunción de responsabilidades, viene correlacionado con una carpeta de investigación abierta en la que se le hace una imputación directa a una persona y/o presunto responsable; por lo que, derivado de la sentencia, se conocerá del otorgamiento de las penalidades y las consecuencias para la reparación de la presunción del daño que funde el órgano jurisdiccional.Las finanzas del ayuntamiento de Naucalpan no están en condiciones de absorber semejante deuda. Tiene bastante con el fardo heredado, medio disminuido por las administraciones anteriores de Claudia Oyoque y David Sánchez Guevara.
Los arreglos "estratégicos" efectuados tras el conflicto con el SUTEyM y confrontar necesidades urgentes han incrementado y ampliado el compromiso financiero de Naucalpan por causa de arrendamiento de vehículos para servicio público, saneamiento y seguridad. Si por una parte estas decisiones han supuesto una ventaja táctica en relación a la administración de los costos por concepto de mantenimiento de las unidades, por otra parte supuso hacer un agujero al saco, el cual no está siendo remendado ni rellenado de la mejor manera. La recaudación fiscal va lenta, en parte por la situación económica general, en parte por las ineficiencias burocráticas que se agravaron en algunas dependencias por el "natural" cambio de estafeta que sigue, perniciosamente, con cada cambio de gobierno.
Enrique Vargas del Villar, Víctor Hugo Sondón Saavedra (aspirante a la presidencia del PAN Naucalpan) y Edgar Olvera Higuera, alcalde. Foto: Perfil Facebook de Edgar Olvera |
Su apuesta debe ser a su reelección, no a perseguir algún otro cargo como quizás una senaduría. Hacerlo lo llevaría a caer en el mismo error político de David Sánchez Guevara que, en su ambición y en el interés por escudarse en el fuero legislativo, solicitó licencia un año antes de terminar su gestión para perseguir una diputación federal. Craso error que ni siquiera le ayudó a librarse de la prisión.
No faltan los desorientados que miran en Olvera un posible candidato a la gubernatura estatal, pero eso, por lo ya dicho, sería lo mismo. El lema de Olvera es "Orden y Conciencia"; mientras no ponga orden suficiente y creíble en la casa, su conciencia no podrá estar lo bastante tranquila para dar el siguiente paso. Jugar en otro sentido podría significar el fin de su carrera política. Si aspira a la gubernatura, ha de esperar al 2023 y mejor afianzar una reelección que le dé un mayor plazo para, en conciencia, poner orden al desmadre existente, al muladar hallado.
Olvera no debe olvidar que el hartazgo ciudadano, el miedo por la creciente inseguridad, las marcadas necesidades de los naucalpenses fueron algunos de los factores que lo llevaron al lugar que hoy, bien o mal, ya ocupa.
(Con información de Mario Ruiz / Vallemex Noticias.)
(Con información de Mario Ruiz / Vallemex Noticias.)
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